Publicado: Mié Abr 21, 2021 11:42 am
La guerra de guerrillas.
La noche del 11 de enero en Roeroekan, cuando los holandeses decidieron comenzar su guerra de guerrillas, Schilmöller entregó dinero a tres de sus comandantes, los capitanes Kroon y Abbink y el teniente Van de Laar, y les ordenó comenzar la lucha de guerrillas en sus respectivas áreas. Sin embargo, la geografía de terreno abierto de Minahasa hace que sea difícil organizar una lucha de guerrillas. Además, algunos de los almacenes subterráneos ya habían sido saqueados por la población local, lo que se sumaba a la cuestión crucial del suministro de tropas.
El propio Schilmöller planeó establecer su base en el lago Tondano y estableció contacto con cualquier unidad desde allí. Con tres brigadas de la Compañía B del RK se trasladó al área entre el lago Tondano y las montañas Lembean. Sin embargo, cuando su única radio se averió, Schilmöller marchó con su grupo hacia el oeste hasta Kotamobagoe (Kotamobagu), donde se encontraba la Compañía de la Milicia menadonesa, para establecer comunicación con la sede de KNIL con sede en Java. El 20 de enero, su grupo se puso en contacto con el grupo del capitán Van den Berg, al sureste del lago Tondano. Este último sugirió que dejara atrás a la compañía B y se llevara a los ancianos y a los físicamente débiles a Kotamobagoe. En cambio, Schilmöller mantuvo la Compañía B y la reforzó con las mejores tropas del capitán Van den Berg.
Al día siguiente, el grupo de los primeros partió hacia Pasolo en la costa este, desde donde partirá hacia el sur lo más lejos posible. Sin embargo, cuando el grupo llegó a Pasolo, la cantidad insuficiente de transporte por agua hizo que no pudieran partir de una sola vez. La mitad del grupo, incluido el sargento J.F. Flips, quedó bajo el mando del teniente Siegmund y sería recogido más tarde. Pero antes de ésto que pudiera suceder, los japoneses capturaron al grupo. Tras ser sometidos a extensas torturas, Siegmund y Flips fueron ejecutados en Langoan el 27.
Schillmöller llegó a Kotamobagoe el 26, donde pudo restablecer la comunicación por radio e informó de sus condiciones al Cuartel General holandés en Java (Bandoeng). El 31, el Cuartel General le ordenó que se dirigiera a Makassar, desde donde será transportado a Java. Bajo presión de la propaganda japonesa, que podría provocar un levantamiento local, Schillmöller decidió llevar a su grupo a Poso, en el centro de Celebes. Sin embargo, los holandeses no pudieron conseguir un transporte marítimo hasta el 26 de febrero, momento en el que Makassar ya había caído en manos japonesas.
Con pocas opciones, Schillmöller decidió continuar la guerra de guerrillas en el centro de Celebes, reforzando su grupo con los destacamentos holandeses de Poso, Paloe (Palu) y Kolonedale (Kolonodale). El primero en unirse fue el teniente Willem van Daalen y sus 60 soldados; otros dos destacamentos se unieron desde Poso, uno bajo el mando del teniente Johannes de Jong. A pesar del número creciente, la mayoría de las tropas estaban ligeramente armadas y algunas de ellas (las milicias locales) carecían de entrenamiento. Además, tampoco podían esperar que la población local brindara apoyo para continuar la lucha. Finalmente, cuando escuchó la noticia de la rendición holandesa en Java el 8 de marzo, Schillmöller decidió capitular.
La noche del 11 de enero en Roeroekan, cuando los holandeses decidieron comenzar su guerra de guerrillas, Schilmöller entregó dinero a tres de sus comandantes, los capitanes Kroon y Abbink y el teniente Van de Laar, y les ordenó comenzar la lucha de guerrillas en sus respectivas áreas. Sin embargo, la geografía de terreno abierto de Minahasa hace que sea difícil organizar una lucha de guerrillas. Además, algunos de los almacenes subterráneos ya habían sido saqueados por la población local, lo que se sumaba a la cuestión crucial del suministro de tropas.
El propio Schilmöller planeó establecer su base en el lago Tondano y estableció contacto con cualquier unidad desde allí. Con tres brigadas de la Compañía B del RK se trasladó al área entre el lago Tondano y las montañas Lembean. Sin embargo, cuando su única radio se averió, Schilmöller marchó con su grupo hacia el oeste hasta Kotamobagoe (Kotamobagu), donde se encontraba la Compañía de la Milicia menadonesa, para establecer comunicación con la sede de KNIL con sede en Java. El 20 de enero, su grupo se puso en contacto con el grupo del capitán Van den Berg, al sureste del lago Tondano. Este último sugirió que dejara atrás a la compañía B y se llevara a los ancianos y a los físicamente débiles a Kotamobagoe. En cambio, Schilmöller mantuvo la Compañía B y la reforzó con las mejores tropas del capitán Van den Berg.
Al día siguiente, el grupo de los primeros partió hacia Pasolo en la costa este, desde donde partirá hacia el sur lo más lejos posible. Sin embargo, cuando el grupo llegó a Pasolo, la cantidad insuficiente de transporte por agua hizo que no pudieran partir de una sola vez. La mitad del grupo, incluido el sargento J.F. Flips, quedó bajo el mando del teniente Siegmund y sería recogido más tarde. Pero antes de ésto que pudiera suceder, los japoneses capturaron al grupo. Tras ser sometidos a extensas torturas, Siegmund y Flips fueron ejecutados en Langoan el 27.
Schillmöller llegó a Kotamobagoe el 26, donde pudo restablecer la comunicación por radio e informó de sus condiciones al Cuartel General holandés en Java (Bandoeng). El 31, el Cuartel General le ordenó que se dirigiera a Makassar, desde donde será transportado a Java. Bajo presión de la propaganda japonesa, que podría provocar un levantamiento local, Schillmöller decidió llevar a su grupo a Poso, en el centro de Celebes. Sin embargo, los holandeses no pudieron conseguir un transporte marítimo hasta el 26 de febrero, momento en el que Makassar ya había caído en manos japonesas.
Con pocas opciones, Schillmöller decidió continuar la guerra de guerrillas en el centro de Celebes, reforzando su grupo con los destacamentos holandeses de Poso, Paloe (Palu) y Kolonedale (Kolonodale). El primero en unirse fue el teniente Willem van Daalen y sus 60 soldados; otros dos destacamentos se unieron desde Poso, uno bajo el mando del teniente Johannes de Jong. A pesar del número creciente, la mayoría de las tropas estaban ligeramente armadas y algunas de ellas (las milicias locales) carecían de entrenamiento. Además, tampoco podían esperar que la población local brindara apoyo para continuar la lucha. Finalmente, cuando escuchó la noticia de la rendición holandesa en Java el 8 de marzo, Schillmöller decidió capitular.