Publicado: Dom Jul 19, 2020 11:01 am
Phillips y sus unidades llegaron frente a las costas de Kuantan en las primeras horas del día siguiente, dispuestos a abrir fuego cuanto antes contra los invasores japoneses. Más, en lugar de la febril actividad de una invasión, del fragor del combate y del pulular de las lanchas de desembarco, sólo encontraron, aguardándoles, el risueño paisaje de cualquier mañana de diciembre en tiempo de paz. Las layas bordeadas de palmeras estaban desiertas y en las islas situadas a lo largo de toda la costa no se veía el menor rastro de tropas japonesas.
Todo estaba completamente tranquilo. Phillips ignoraba que, poco antes del amanecer, otro submarino japonés (el I-58) había señalado su posición después de haber sido casi abordado por las unidades inglesas. El submarino lanzó cinco torpedos contra los buques enemigos; luego, al no poder desarrollar la misma velocidad que la formación adversaria, acabó por perder el contacto con ellos. Todos los torpedos fallaron, pero ningún marino británico detectó sus estelas. La posición del enemigo es transmitida al almirante Nobutake Kondō.
Hacia las 18:30, el destructor Tenedos regresa a Singapur, pues se halla falto de combustible, con instrucciones de contactar el vicealmirante Arthur Palliser, oficial de enlace con la RAF en Malasia. Para engañar a los japoneses, Phillips vira a las 19:00 con rumbo a Singora, pero luego pone rumbo a las 20:15 hacia Singapur bajo la cobertura de la oscuridad. El Tenedos llega a Singapur e informa a las 20:00.
De madrugada, 96 bombarderos y torpederos despegaron de Saigón, apoyados por diez aviones de reconocimiento. Kondo considera que no es posible hundir estos barcos solamente con aviones, pero cree que es posible dañar al enemigo mientras su flota se acerca con sus unidades para rematar la situación.
Hacia los británicos se dirigen los acorzados Kongō y Haruna, tres cruceros de la clase Takao y ocho destructores, a los ue se unirán cuatro cruceros pesados de la clase Mogami y uno ligero. El crucero Chōkai, buque insignia del vicealmirante Ozawa, también zarpa rumbo al sur para buscar a la Flota Z. A las 17:30, tres hidroaviones Aichi E13A de los cruceros Yura, Kinu y Kumano que escoltan a los transportes, divisan a los británicos y los siguen.
Todo estaba completamente tranquilo. Phillips ignoraba que, poco antes del amanecer, otro submarino japonés (el I-58) había señalado su posición después de haber sido casi abordado por las unidades inglesas. El submarino lanzó cinco torpedos contra los buques enemigos; luego, al no poder desarrollar la misma velocidad que la formación adversaria, acabó por perder el contacto con ellos. Todos los torpedos fallaron, pero ningún marino británico detectó sus estelas. La posición del enemigo es transmitida al almirante Nobutake Kondō.
Hacia las 18:30, el destructor Tenedos regresa a Singapur, pues se halla falto de combustible, con instrucciones de contactar el vicealmirante Arthur Palliser, oficial de enlace con la RAF en Malasia. Para engañar a los japoneses, Phillips vira a las 19:00 con rumbo a Singora, pero luego pone rumbo a las 20:15 hacia Singapur bajo la cobertura de la oscuridad. El Tenedos llega a Singapur e informa a las 20:00.
De madrugada, 96 bombarderos y torpederos despegaron de Saigón, apoyados por diez aviones de reconocimiento. Kondo considera que no es posible hundir estos barcos solamente con aviones, pero cree que es posible dañar al enemigo mientras su flota se acerca con sus unidades para rematar la situación.
Hacia los británicos se dirigen los acorzados Kongō y Haruna, tres cruceros de la clase Takao y ocho destructores, a los ue se unirán cuatro cruceros pesados de la clase Mogami y uno ligero. El crucero Chōkai, buque insignia del vicealmirante Ozawa, también zarpa rumbo al sur para buscar a la Flota Z. A las 17:30, tres hidroaviones Aichi E13A de los cruceros Yura, Kinu y Kumano que escoltan a los transportes, divisan a los británicos y los siguen.