Publicado: Mié Ago 06, 2008 6:56 pm
por Bitxo
El Teniente SS Solm se había enterado de que iban a asesinar a Schleicher. Como disponía de muy buenas relaciones con el Ejército, pues deseaba formar parte de este, informó al Ministerio de Defensa. Allí le ordenaron que fuera a prevenirle.

Pero Solm no fue el único con la misión de proteger a Schleicher. Göring había prometido a Blomberg que Schleicher sería llevado ante un tribunal como traidor, por lo que había enviado a tres policías que arrestasen al ex Canciller antes de que lo asesinaran los SS enviados por Heydrich.

En el trayecto, Slom fue rebasado por los SS, quienes no se percataron de quién era él. Poco después, Slom se estrellaba contra un árbol por no estar atento a la carretera, sumido como estaba en la confusión y el miedo ante aquella misión. Desde otro vehículo, los tres policías enviados por Göring vieron el accidente y se preguntaron si debían auxiliarle. Pese a que no tenían ninguna prisa de correr el riesgo de enfrentarse a las SS, decidieron que parar a socorrer a un accidentado resultaba excesivo.

Sobre las 11h 30, Schleicher estaba en su casa conversando por teléfono con un amigo. Llamaron a la puerta y su ama de llaves, María Güntel, vio a través de la ventana que se trataba de cinco hombres vestidos con largos impermeables. Uno de ellos le dijo que deseaban hablar con Schleicher. María Güntel, conocedora del peligro que acechaba a su jefe, entreabrió la puerta, vacilante, y les dijo que el General no estaba en casa. Pero los hombres abrieron la puerta de un empujón y se dirigieron directamente al despacho.

El amigo de Schleicher escuchó por el teléfono cómo contestaba Sí, el General Schleicher soy yo. Acto seguido oyó unos disparos y que alguien colgaba el aparato. María Güntel se acercó con miedo al despacho y vio a Schleicher tendido boca abajo en el suelo, ya cadáver. En ese momento apareció la señora Schleicher y, gritando, se abalanzó contra los hombres que había asesinado a su marido. Volvieron a oírse disparos y cayó muerta igualmente. María Güntle quedó paralizada por el miedo. Uno de los hombres se le acercó y le dijo: No tenga miedo. A usted no la mataremos.

Cuando llegaron los tres policías, los SS ya se habían marchado. Gisevius, en el Ministerio del Interior, fue informado por la policía del suceso y Daluege trató de averiguar algo en el entorno de Göring y Himmler.
Göring trató de arreglarlo como si se tratase de un suicidio, pero los policías ya habían informado de que aquello había sido un doble asesinato, así que llamó al Ministro de Justicia, Franz Gürtner para convenir con él una versión en la que Schleicher se había resistido al arresto.

Según los testigos, cuando Hitler, que se encontraba en la Casa Parda de Münich, se enteró de la muerte de Schleicher, se inquietó visiblemente. El asesinato del General podía malograr su acuerdo con el Ejército.

Eran las 13h cuando Gildisch llegaba al Ministerio de Transportes y preguntaba por el despacho de Klausener. En el pasillo los dos hombres se cruzaron, pero Gildisch no debió reconocerle. Klausener comprendió que estaba en peligro y, desde un teléfono, llamó al Consejero Ministerial Othmar Fessler y le pidió que viniera cuanto antes. Fessler se dirigió hacia el despacho de Klausener pero, mientras, Gildisch ya había entrado y le comunicaba el arresto. En cuanto Klausener se dio la vuelta para coger su sombrero, Gildisch le mató de un disparo en la cabeza y usó su teléfono para informar a Heydrich, quien le ordenó que simulara un suicidio. Entonces Gildisch puso su revólver en la mano del cadáver de Klausener. Cuando se marchaba, Fessler fue informado por un conserje que Klausener se había suicidado.

:arrow: