Publicado: Lun Feb 01, 2021 11:59 am
por Kurt_Steiner
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno noruego había movilizado parte del ejército noruego y todos (salvo dos) de los buques de guerra de la Marina Real. También se puso en pie de guerra al Servicio Aéreo del Ejército y al de la Marina para proteger la neutralidad noruega en guerra. Las primeras violaciones de este tipo fueron los hundimientos en aguas territoriales noruegas de varios barcos británicos por los submarinos alemanes. En los meses siguientes, aviones de todos los beligerantes violaron la neutralidad noruega.

Casi inmediatamente después del estallido de la guerra, los británicos comenzaron a presionar al gobierno noruego para que proporcionara al Reino Unido los servicios de su marina mercante, ya que ellos mismos necesitaban urgentemente el transporte marítimo para oponerse a los nazis. Tras prolongadas negociaciones (25 de septiembre - 20 de noviembre de 1939), los noruegos acordaron fletar 150 petroleros, así como otros barcos, por un tonelaje de 450.000 toneladas brutas. La preocupación del gobierno noruego por las líneas de suministro del país jugó un papel importante para que aceptaran el acuerdo.

Noruega, aunque neutral, fue considerada estratégicamente importante por ambos lados de la guerra por varias razones. Primero, la importancia del puerto de Narvik, por el que se exportaban grandes cantidades de mineral de hierro de Suecia (del que dependía Alemania); esta ruta fue especialmente importante durante los meses de invierno, cuando gran parte del mar Báltico estaba helado. Narvik adquirió mayor importancia para los británicos cuando se hizo evidente que la operación Catherine, un plan para hacerse con el control del Mar Báltico, no se llevaria a cabo. El almirante Raeder había señalado varias veces en 1939 el peligro potencial para Alemania de que Gran Bretaña tomara la iniciativa y lanzara su propia invasión en Escandinavia: si la poderosa Royal Navy tuviera bases en Bergen, Narvik y Trondheim, el Mar del Norte estaría prácticamente cerrado a Alemania y la Kriegsmarine estarían en peligro incluso en el Báltico.

El control de Noruega también sería un activo estratégico duraqnte la Batalla del Atlántico. La captura de puertos también abriría brechas en el bloqueo de Alemania, permitiendo a esta última acceder al Atlántico y permitiría a Alemania usar su potencial marítimo de manera efectiva contra los Aliados. El acceso a las bases noruegas permitiría a los aviones de reconocimiento alemanes operar a gran distancia sobre el Atlántico Norte, mientras que los submarinos y los barcos de superficie que operan desde las bases navales noruegas podrìan romper el bloqueo británico a través del Mar del Norte y atacar a los convoyes que se dirigían a Gran Bretaña.

Cuando la URSS atacó a Finlandia el 30 de noviembre de 1939, los Aliados se alinearon con Noruega y Suecia en apoyo de Finlandia. Noruega había movilizado más fuerzas terrestres de lo que inicialmente se había considerado necesario. A principios de 1940, su 6ª División en Finnmark y Troms contaba con 9.500 soldados para defenderse del ataque soviético en las regiones orientales de Finnmark. Partes de las fuerzas de la 6ª División permanecieron en Finnmark incluso después de la invasión alemana, protegiéndose de un posible ataque soviético. Durante la Guerra de Invierno, las autoridades noruegas rompieron en secreto la propia neutralidad del país al enviar a los finlandeses 12 piezas de artillería Ehrhardt Modelo 1901 de 7,5 cm y 12.000 proyectiles, además de permitir a los británicos utilizar territorio noruego para transferir aviones y otras armas a Finlandia.

Esto presentó una oportunidad para los aliados; ofreciéndoles el potencial de utilizar la invasión para enviar también tropas de apoyo para ocupar los campos de mineral en Suecia y puertos en Noruega. El plan, promovido por el general británico Edmund Ironside, incluía dos divisiones que desembarcarían en Narvik, cinco batallones en algún lugar de Mid-Norway y otras dos divisiones en Trondheim. El gobierno francés presionó para que se tomaran medidas para enfrentarse a los alemanes fuera de Francia.

Esto causó preocupación en Berlín. El Pacto Molotov-Ribbentrop había colocado a Finlandia dentro de la esfera de interés soviética, por lo que los alemanes reclamaron neutralidad en el conflicto. Esta política provocó un aumento del sentimiento anti-alemán en toda Escandinavia, ya que comúnmente se creía que los alemanes estaban aliados con los soviéticos. En el alto mando alemán comenzaron a surgir temores de que Noruega y Suecia permitirían el movimiento de tropas aliadas para ayudar a Finlandia.

Los despliegues aliados propuestos nunca se llevaron a cabo tras las protestas de Noruega y Suecia cuando se sugirió que se dejaran pasar a tropas a través de su territorio. Con el Tratado de Paz de Moscú (12 de marzo de 1940), los planes aliados con Finlandia se abandonaron. El abandono de los desembarcos planeados ejerció una inmensa presión francesa sobre el gobierno británico de Chamberlain, y finalmente llevó a los aliados a minar la costa noruega el 8 de abril.