Publicado: Mar Jun 22, 2010 1:37 am
por Bitxo
Todo depende...

No permitir la retirada alemana en el primer invierno soviético fue, al fin y al cabo, un acierto. Esto ya lo comenté en un hilo. No es que lo diga yo, sino que lo he leído a varios analistas y comparto su opinión. En una guerra hay tres componentes fundamentales: militar, político y económico. Una retirada puede ser conveniente desde un punto de vista militar, pero un desastre desde un punto de vista político. Y si lo es político, y más en el caso alemán, lo es económico. Cuando apenas hay comercio debido al bloqueo marítimo y dependes de débiles y asustadizos aliados que te proporcionan materias primas y hacen de colchón balcánico y/o mediterráneo, la política es todo un factor. Especialmente si tu impronta se debe a fulgurantes éxitos militares. Una imagen de retirada humillante era un signo de debilidad que Hitler no se podía permitir. Luego está el factor de política interna. Dicho de otro modo, de estabilidad en casa. Basta recordar cómo Hitler mimó -y el término, pese a todo, es adecuado- al pueblo alemán al no implantar una economía de guerra hasta bien entrada en ella. De hecho la derrota de Stalingrado supuso un pistoletazo de salida para muchos descontentos que acabarían urdiendo una trama para asesinar a su líder.

Con Stalin el problema era similar. Stalin precisaba que sus aliados se convenciesen de que podía resistir. De ello dependía la ayuda económica y las entregas de diversos materiales. Es más, al menos desde su punto de vista, dependía que ellos no pactasen una paz por separado, lo cual significaría su final al levantarse el bloqueo. Y Stalin también tenía serios problemas internos, y baste recordar ahora cómo muchos soviéticos vitorearon a los alemanes al inicio de la contienda.

El problema es saber discernir cuándo debe prevalecer lo político (y económico) sobre lo extrictamente militar. Una situación bélica generalizada da lugar a una órden generalizada. Y un estado de paranoia generalizada da lugar al miedo a incumplir una orden general en un caso local. No es que sea fan de ninguno de los dos dictadores, ni mucho menos pero, como poco, considero que existe la posibilidad de que en más de un caso el problema residió más en el General de turno que en el dictador. Obviamente, la ferocidad de semejantes jefes resulta todo un atenuante. Pero no ha resultado menos escandalosa la manera en que más de un jefe militar le echó la culpa de todo a su querido dictador.

Por supuesto podemos decir que el problema está en la raíz, en un sistema piramidal tan feroz que es muy capaz de autoconsumirse con purgas y delicadezas por el estilo. Pero, ¿acaso un dictador puede sostenerse si apoyos? ¿En serio Hitler y Stalin se mantuvieron en el poder sin la concurrencia de todo un aparato político y militar? Claro que cuando las cosas se complican, cambiar de camiseta o quejarse es lo más normal.