Publicado: Jue Nov 19, 2009 2:26 am
por ParadiseLost
Hola a todos.
Vamos a recapitular y volver un poco atrás, para aclarar el asunto.
El memorando, tal como ya he escrito anteriormente (dudo que alguien se lea los ladrillos que escribo si volvemos a preguntar lo mismo :? ), fue enviado por Paulus o Schmidt al Grupo de Ejércitos Don por correo aéreo. El historiador Marcel Stein afirma que lo envió el propio Schmidt, pero von Seydlitz en sus memorias, afirma que lo hizo el propio Paulus. De lo que no hay duda es que se envió por correo aéreo al Grupo de Ejércitos Don, y allí parece que el Jefe de Estado Mayor, el general Schulz, se lo entregó a Manstein, y este lo puso a buen recaudo por las razones que antes comenté. Personalmente no he leído en ningún libro que el mensaje fuera radiado y que Hitler lo oyera. También me extraña que le fuera entregado a von Weichs, porque por esas fechas, el VI Ejército ya estaba bajo el mando del Grupo de Ejércitos Don. Lo del avión para llevar a Seydlitz a Berlín es la primera vez que lo oigo. ¿No lo estarás confundiendo con la operación que quería realizar Seydlitz tiempo después con los rusos para derrocar a Hitler, como cita Beevor?
"En una reunión posterior, Seydlitz recomendó «que todos los contingentes deberían ser llevados por aire a Alemania, quizá a Berlín». El oficial de la NKVD allí presente señaló «las dificultades técnicas de enviarlos por aire a Alemania, pero Von Seydlitz replicó que tocaba a los rusos arreglar los detalles«. El general Korfes, sin embargo, no ocultaba su exasperación con tales quimeras."

La fecha del memorando es inamovible: 25 de noviembre, tal como figura en su cabecera. ¿Cuando envía Hitler el radiomensaje 1422? Sobre ello hay bastantes fechas. Por jemplo, Beevor lo fecha el 25 de noviembre: "Para impedir cualquier nueva desobediencia de sus órdenes, tomó la extraordinaria decisión de dividir el mando en el Kessel. El general Von Seydlitz, al que creía capaz de una resistencia fanática, fue hecho comandante en jefe de la parte norte del Kessel, incluida la misma Stalingrado. El aviso llegó el 25 de noviembre a las seis de la mañana."
Joachim Wieder lo fecha el 24 de noviembre. Walter Görlitz también lo fecha el 24 de noviembre: "A las nueve de la noche del 24 de noviembre de 1942, el Alto Mando del Ejército transmitió una nueva orden de Hitler, en plena ignorancia del osado movimiento ordenado por el general Von Seydlitz-Kurzbach el día anterior. Al comandante en Jefe del LI Cuerpo del Ejército le fue conferido el mando sobre las unidades que luchaban en los frentes norte y este del cerco." Y William Craig también el 24 de noviembre. Como no me gusta ocultar datos, el único autor que he leído que otorga una fecha posterior a la redacción del memorando es Marcel Stein, que lo sitúa el 26 de noviembre. ¿Cuándo entonces? Lo mejor en estos casos es ir a la fuente original, que son las memorias de von Seydlitz-Kurzbach, Stalingrad, Konflikt und Konsequenz, y allí se puede leer que le llegó la orden del propio Paulus el 25 de noviembre por la mañana temprano, y que más tarde, junto con el coronel Clausius, se jefe de Estado Mayor, redactaron el memorando. Por lo que el memorando es posterior a la orden de Hitler sin ningún género de dudas.

Sobre que esa orden fuera el detonante de la orden de Hitler, hay división de opiniones. Algunos historiadores afirman que Hitler lo hizo sin conocer la orden de repliegue de von Seydlitz y otros afirman lo contrario, que fue la causa. Parece más probable lo segundo, pero todo esto no afecta a la fecha en que fue redactado el memorando. Sobre la retirada de la 94.ª I.D. hay mucha tela que cortar, pues no es cierto que el General de Artillería lo hiciera para forzar la ruptura del Kessel, si nos atenemos a las memorias de von Seydlitz y al libro de Toepcke, pero es otro tema que ampliaré con más tiempo.

Sin más dilación, paso adjunto las conclusiones de von Seydlitz en sus memorias sobre todo este asunto:

Esta curiosa "distinción", que en la práctica no tenía repercusión alguna, se la tenía que agradecer al éxito que había tenido con la 12.ª División de Infantería en la campaña de Francia, además del avance desde Prusia Oriental sobre las cumbres de Waldai, hasta la fuente del Volga.
Paulus asumió la responsabilidad de mi actuación unilateral en especiales condiciones, sin más. Lo valoré mucho. Por otra parte, quiero subrayar, que nunca he rechazado la plena responsabilidad ni siquiera con una sola palabra. La desavenencia que por mi decisión unilaterale y por la nueva orden de Hitler, en la que se me transmitió la orden sobre el frente del Norte y del Este, surgió naturalmente entre Paulus y yo, fue al día siguiente –el 25 de noviembre temprano– aclarada y solucionada.
Paulus me vino a ver por la mañana de ese día a mi puesto de mando colindante. ¡Schmidt no estaba! Naturalmente Paulus me pidió cuentas debido a mi actuación unilateral en Lataschamka, pero de la forma absolutamente pertinente, sin ningún tipo de crítica personal. Al mismo tiempo me comunicó la para nosotros incomprensible orden de Hitler. Paulus añadió irónicamente: "Ahora ya puede obrar de forma independiente y romper el cerco". Sobre ello contesté, –en ese sentido–, que eso era una utopía. ¿Cómo iba precisamente yo sólo a romper el cerco con el frente Norte y Este, cuando la dirección para romper el cerco se había establecido en dirección sureste? Además, era una perogrullada, que se pudiera realizar una ruptura solo ordenada y llevada a cabo por el Ejército.
Existía finalmente aun la versión de que a causa de mi retirada unilateral del saliente de Lataschamka, quería forzar a Paulus a actuar o a facilitarle la decisión de romper el cerco.

Mi jefe de Estado, el coronel Clausius debía, según parece, haber hecho una declaración en contra al jefe de Estado Mayor, general Schmidt. Pero no lo puedo ni confirmar ni negar; Clausius ya no está vivo.
Los dos, Schmidt y Clausius, no se entendían muy bien, pues eran de diferente naturaleza. En todo caso nunca fueron discutidas tales ideas sobre el sentido y el objetivo de esa operación entre mi jefe de Estado y yo. Por otra parte no me puedo imaginar en absoluto –en general, creo que conocía a Paulus– que se dejara empujar por esta pequeña y tan limitada operación táctica para ordenar la ruptura por su propia cuenta.
Por lo demás, solo puedo volver a repetir: 1. ¿Cómo podía haber defendido 30 Km. con solo una División y media? 2. Me hallaba como "insurrecto" en la mejor compañía. Nada menos que como dijo Manstein sobre sí en sus Memorias Frustradas (Pág. 224): "A menudo tuve que actuar en contra de órdenes operativas del propio Hitler, para no concederle el derecho a los líderes por debajo mío, en caso de necesidad actuar según su propia conciencia."

Después del debate con Paulus me volví hacia mi Estado Mayor con un ánimo desesperado, por el oscuro panorama del 6.º Ejército después de la orden definitiva de Hitler de permanecer en una defensa de erizo. Allí estaba mi jefe de Estado, Clausius, que nuevamente me dio ánimos. Para un último intento, para cambiar finalmente el destino aparentemente amenazante y fatal contra todas las fuerzas. Clausius estaba preparado para redactar una valoración de la situación del VI Ejército en el Kessel de Stalingrado el 25 de noviembre. Era la única oportunidad para nosotros, para intervenir. Estaba absolutamente de acuerdo con el borrador de Clausius. Sólo le di un especial valor a una indicación adicional.
En marzo/abril de ese año, había liberado la bolsa de Demiansk, una misión especial del General Halder. Esos combates para la liberación fueron extraordinariamente difíciles. Sin embargo nos llevaron a la liberación tras de un mes de difíciles combates y cuantiosas pérdidas. El éxito se lo otorgué entre otros a unas circunstancias relativamente favorables, que sin embargo no se daban en Stalingrado. (...)

El memorando de la situación del 25 de noviembre según Paulus, lo envió mediante correo aéreo al Grupo de Ejércitos de Manstein.


Del siguiente texto, que aun no había visto en ningún foro de lengua castellana y que traigo como primicia, podemos extraer conclusiones importantes. Parece compresible la decisión de von Seydlitz de no proceder a la ruptura del cerco, cuando bajo su mando estaba el sector oriental y septentrional, y la ruptura debía hacerse por el meridional, por lo que no tenía sentido avanzar hacia el norte o hacia el Este, además sin contar con todas las fuerzas del Ejército, ya que el intento de ruptura debió haberse hecho coordinando a todas las fuerzas. Mientras las fuerzas se choque se concentraban en dirección a Kotelnikovo, las del norte debían replegarse escalonadamente para condensar la zona defensiva y que no se produjese un descalabro. Esto era imposible sólo sin la coordinación de la totalidad delas fuerzas del VI Ejército.
Cuando von Seydlitz afirma que Clausius "ya no está vivo" se refiere a que a finales de enero, su jefe de Estado, intentó escapar de la bolsa junto con otros oficiales, pero murió en el intento.
Von Seydlitz afirma que Calusius y Schmidt "no se entendían muy bien", forma bastante suave de juzgar la situación, a tenor de lo que afirma, Joachim Wieder en su libro, Stalingrado:
"A principio de diciembre, el LI Cuerpo de Ejército se sintió obligado a presentar objeciones al jefe de Estado Mayor del Ejército sobre la descripción demasiado favorable presentada a la superioridad. 'Con ese motivo surgió una controversia entre el jefe de mi Estado Mayor, coronel Clausius, y el general Schmidt. El resultado fue una modificación de la clave en los mensajes radiados, al objeto de que ya no pudiésemos enterarnos de nada.' "

Sobre el inicio del texto de las memorias, y la referencia que hace von Seydlitz al punto uno, ya ampliaré la información en otro momento, pues se trata de la orden de repliegue el 23 de noviembre de la 94.ª I.D.

Por lo que se desprende del texto, al serle transferidos los frentes del norte y del este, von Seydlitz se vio ante la imposibilidad de poder hacer nada al respecto, pues el importante era el frente sur. Tras aceptar con resignación tal misión, aun intentó por última vez, mediante el memorando, hacer ver al comandante en Jefe del VI Ejército, que la única vía posible era la ruptura del cerco, pero Paulus escurrió otra vez el bulto, y Manstein se encargó de que el memorando no tuviera efecto alguno. Más tarde, y según Marcel Stein, escribió las famosas palabras a sus tropas ordenando resistir hasta la última bala. Sin embargo cuando el VI Ejército empezó a desmoronarse, habiendo ya cumplido su función de imán de tropas soviéticas, von Seydlitz exigió a Paulus dos veces que capitulara y no alargara la agonía de sus hombres. Al no acceder Paulus a sus peticiones, von Seydlitz transmitió a las pocas unidades que se encontraban bajo su mando que tenían libertad de acción para capitular, porque no había ningún sentido ni misión para seguir resistiendo.
¿Culpable? Si lo es, entonces lo sería como absolutamente todos los Comandantes de División y de Cuerpo de Ejército que se encontraban en Stalingrado y que acataron las órdenes de Hitler, desde Jaenecke a Hube, pasando por Strecker y Heitz. Al menos von Seydlitz fue el más activo en contra de las órdenes de Hitler y el único que se atrevió a plantar cara hasta donde pudo.
¿Responsable del desastre? No comparto esa opinión.

Saludos