Publicado: Lun Nov 16, 2009 3:51 am
por ParadiseLost
Hola a todos.
A continuación os reproduzco el memorando que el General de Artillería von Seydlitz Kurzbach, escribió el 25 de noviembre en Stalingrado, abogando por una rápida ruptura del cerco, ante la imposiblidad de la defensa del VI Ejército en posición de erizo y de su suministro aéreo.
El texto es bastante largo (aun me duelen los dedos después de picarlo) pero es muy interesante, y además, contiene las cifras en su anexo, de las reservas que por aquellas fechas contaba el LI Cuerpo de Ejército, y que aun no había leído yo en ningún foro sobre la IIGM, con el documento en su totalidad.
Más adelante pasaré a comentar el contenido, el contexto histórico, y las consecuencias que tuvo dicho memorando.

EL JUICIO DE LA SITUACIÓN DEL 6º EJÉRCITO EN LA BOLSA DE STALINGRADO
El 25 de noviembre de 1942

Por el general en jefe del LI Cuerpo de Ejército,
General de Artillería von Seydlitz


El general en jefe
Del LI C.E.
N.º 603/43 Mando
Salida: 25 XI 1942
SECRETO

Al
General en Jefe del 6.º Ejército
En posesión de la Orden del Ejército del 24 XI 1942 para la prosecución de la lucha, me siento obligado, con la conciencia de la gravedad de la hora, a exponer una vez más, por escrito, mi juicio que las noticias de las últimas 24 horas no han hecho sino robustecer.
El Ejército se encuentra ante una alternativa unívoca: Ruptura del cerco hacia el suroeste en dirección general a Kotelnikovo o hundimiento en pocos días.
Esta conclusión reposa en el sobrio conocimiento de los datos objetivos:
1.º Como ya al principio de la batalla podía decirse que no había almacenamiento adecuado en ningún aspecto, la situación en cuanto a suministros es decisiva para la conclusión final.
Estado delos abastecimientos del LI C.E. el 23 XI por la noche, véase anexo.
Los números hablan por sí mismos.
Ya los pequeños combates defensivos de los últimos días han hecho descender sensiblemente las existencias de municiones. Si el Cuerpo de Ejército es atacado en todo el frente, cosa con la que hay que contar cada día, se quedará por completo sin municiones en uno, dos o tres días.
Apenas se puede suponer que el estado de municionamiento en los otros Cuerpos del Ejército, que desde hace días están sosteniendo un gran combate, sea mejor.
De los cálculos expuestos se deduce que un suministro suficiente por vía aérea es dudoso ya para el LI C.E. y, por tanto, para el Ejército queda totalmente excluido. Lo que pueden transportar 30 Ju (el 23 XI) o los otros 100 Ju que quedan únicamente en perspectiva es solo una gota. Poner esperanzas en esto significa agarrarse a una brizna de paja. No se concibe de dónde podría salir el enorme número de Junkers necesarios para el abastecimiento del Ejército. Aun suponiendo que existiesen, los aparatos tendrían primero que concentrarse, después de retirarlos de toda Europa y del Norte de África. Su consumo de gasolina sería tan monstruoso, teniendo en cuenta las distancias a recorrer que parece altamente improbable que hubiera combustible para eso, todo ello prescindiendo en absoluto de las consecuencias operacionales que una maniobra así tendría en el Mando de la guerra en conjunto. Incluso si aterrizasen diariamente 500 aparatos en lugar de los prometidos 130, no podrán traer más de 1.000 toneladas de mercancías, que no bastan para las necesidades de un Ejército de cerca de 200.000 hombres empeñado en una gran lucha y sin provisiones. No se puede confiar más que en el abastecimiento de combustible de la más acuciante necesidad, en una pequeña porción del consumo de ciertos tipos de municiones, quizás también en una porción de las necesidades del consumo humano. Los caballos se terminarían totalmente en pocos días. La movilidad táctica quedará así limitada, el transporte de rancho a las tropas se verá considerablemente dificultado, con lo que aumentará por otra parte la necesidad de combustible.
No puede dudarse de que la masa de las fuerzas de caza rusas acostumbradas a la intemperie se lanzarán al ataque contra los aviones de transporte durante su vuelo y contra los únicos aeródromos con pistas de aterrizaje para grandes aparatos de Pitomnik y Peskovatka. Son inevitables pérdidas cuantiosas y apenas se puede contar con una ininterrumpida protección e cazas para los largos trayectos de vuelo y para los dos aeródromos. También las condiciones meteorológicas influirán de manera variable en los transportes.
La mencionada imposibilidad de un eficiente abastecimiento aéreo puede retrasar sólo pocos días la terminación de los pertrechos del Ejército –en cuestión de municiones, quizás de 3 a 5 días-, pero no impedirla. El racionamiento de los víveres está en cierto modo en nuestra mano (en el LI C.E., el racionamiento a un 100% se ha ordenado ya hace 3 días). En el racionamiento de combustible y de las municiones de depende, en cambio, exclusivamente del enemigo.
2.º La actuación probable del enemigo, que aspira a conseguir una victoria en una batalla de aniquilamiento de proporciones clásicas, es fácil de juzgar. Conociendo su sistema activo de lucha, no puede dudarse de que proseguirá sus ataques contra el cercado 6.º Ejército con violencia no disminuida. También él debe de saber que le es obligatorio destruir al Ejército antes de que puedan tomarse medidas de socorro por parte alemana. Por experiencia, conocemos que no le importan los sacrificios en hombres. Los éxitos defensivos, especialmente del 24 XI y las altas pérdidas del enemigo sufridas en diversos sectores, no deben inducir a ilusiones engañosas.
Seguramente al enemigo no le son tampoco desconocidas nuestras dificultades de abastecimiento. Cuantos más duros y violentos sean sus ataques, tanto más rápidamente consumiremos nuestras municiones. Aunque ni uno siquiera de estos ataques tuviese éxito, el éxito final se produciría, sin embargo, cuando el Ejército haya gastado todas sus municiones y haya quedado indefenso. Juzgarlo incapaz de hacer estas consideraciones significa tanto como esperar del enemigo una actuación equivocada. En la historia de la guerra, esto ha llevado con frecuencia ala derrota. Sería un juego de “va banque” que, juntamente con la catástrofe del 6.º Ejército, tendría las más graves consecuencias a la larga y que también podría influir quizás en el resultado final de la guerra.
3.º Por tanto, operacionalmente, se desprende de manera incontrovertible: El 6.º Ejército, al pegarse al terreno en posición de erizo, sólo puede escapar a su aniquilamiento si los socorros llegan en pocos días, en cinco aproximadamente, ysiempre que tengan tanta eficacia, que el enemigo se vea obligado a suspender sus ataques. Pero de esto no hay el menos síntoma. Basta con que los socorros lleguen más tarde para que indefectiblemente se produzca el estado de indefensión, esto es, el aniquilamiento del 6.º Ejército.
No hay que pasar por alto la cuestión de las medidas que pueda tomar el Mando del Ejército de Tierra para la liberación del 6.º Ejército. Los socorros del oeste solo pueden estar a mucha distancia, ya que las fuerzas de seguridad propias únicamente se encuentran en el curso superior del Tschir y quizás en Oblivskaia, en el curso inferior del Tschir, por lo que las fuerzas de socorro tendrían que realizar un alarga marcha para llegar hasta el 6.º Ejército. La marcha de un Ejército suficiente, en rápido avance sobre el Don y teniendo que cubrirse al mismo tiempo su flanco norte con ayuda del eficaz ferrocarril de Millerovo, durará semanas. Añádase a esto el consumo de tiempo de la operación en sí misma, que, por las dificultades de las condiciones meteorológicas y lo corto de los días en la presente estación del año, tiene que ser considerablemente mayor que en el verano.

La concentración de los socorros, desde el sur, de dos divisiones acorazadas en Kotelnikovo y el ataque de las mismas hay que contar que no podrá efectuarse antes de diez días. Las perspectivas de un rápido planteamiento del ataque se ven fuertemente disminuidas por a necesidad de cubrir los flancos que se irán alargando a cada paso, en especial el flanco del este, prescindiendo por completo del hecho de que ignoramos el estado de tales divisiones y la cuestión de si habría bastante con dos divisiones acorazadas. No puede contarse con que sea posible acelerar la marcha de tropas de refuerzo ni el avance de un gran número de columnas motorizadas. Ni las columnas ni el combustible podrían estar a mano, porque de ser así ya lo habrían estado antes y, con mucho menos apuro en lo que se refiere a capacidad de transporte, un frente tan expuesto como el de Stalingrado habría podido disponer anticipadamente de esos suministros.
4.º La perspectiva de sostener la posición erizo, conforme a la orden del Alto Mando del Ejército de Tierra, el tiempo necesario hasta que llegue la ayuda, se apoya en claridad con fundamentos irreales, si tenemos en cuenta la insuficiencia de los suministros. Por consiguiente, no es practicable y tendrá como resultado ineludible la catástrofe del Ejército. Si el Ejército ha de conservarse, debe dar otra orden inmediatamente o tomar enseguida otra decisión.
La idea de inmolar al Ejército a sabiendas debe quedar fuera de toda discusión, teniendo en cuenta las consecuencias operacionales, políticas y morales.
5.º la comparación de los problemas de avituallamiento y el cálculo del tiempo operacional atendiendo a la actuación probable del enemigo nos lleva a una conclusión tan clara, que sobran otras reflexiones. Sin embargo, aludiremos a los siguientes puntos que se enderezan en la misma dirección:
a) Todavía no se ha estabilizado en modo alguno la situación en el frente oeste de la posición erizo.
b) La imposibilidad de resistir en el frente norte un fuerte ataque concentrado de las fuerzas enemigas durante mucho tiempo aunque después de la retirada de 1ª 16 División Acorazada, primero, y luego de la 3.ª División de Infantería (motorizada), es cierto que el frente se ha hecho más corto, pero casi no existe en absoluto una línea fortificada tras la que retirarse.
c) Situación tensa en el frente sur.
d) Disminución de la capacidad combativa del muy castigado frente del Volga, especialmente cuando termine de congelarse el río, lo que se puede esperar pronto, y no exista ya obstáculo alguno para los atacantes.
e) A consecuencia de la escasez de municiones, no se puede impedir el constante aumento de fuerzas en la cabeza de puente enemiga sobre el Volga, frente éste en el que los ataques llevados hasta hora a cabo por el enemigo han exigido el empleo de todas nuestras reservas locales.
f) El estado de las divisiones desangradas por los combates en Stalingrado.
g) La estrecha concentración del Ejército en una desnuda zona esteparia que no ofrece casi ningún refugio utilizable ni posibilidades de cubrimiento, de forma que las tropas y el material quedan expuestos en todas partes a la intemperie y a los ataques aéreos enemigos.
h) El peligro amenazador de congelación, debido a la falta casi absoluta de leña en la mayoría de los sectores de las líneas actuales.
i) El apoyo insuficiente de la Aviación a causa de la falta de bases favorables.
Por el contrario, ninguna defensa antiaérea, ya que las unidades antiaéreas de que disponemos han de emplearse constantemente en la defensa contracarros.
Una comparación con lo ocurrido en la bolsa de Demiansk el pasado año podría inducir a peligrosas conclusiones erróneas. Las condiciones del terreno eran difíciles para los atacantes y favorecían la defensa. El alejamiento del frente alemán era mucho más pequeño. Las necesidades de suministro para un Cuerpo de Ejército cercado eran considerablemente menores, sobre todo teniendo en cuenta que aquí, en la estepa desnuda, es indispensable disponer de la dotación para el funcionamiento de imprescindibles medios de combate (carros, artillería pesada, morteros. etc.) A pesar de la corta distancia al frente alemán, la creación de un acceso estrechísimo a la bolsa exigió por aquel entonces duros combates, bajo temperaturas invernales a lo largo de muchas semanas.
6.º La conclusión es inequívoca:
O el 6.º Ejército se defiende en la posición erizo hasta haber agotado sus municiones, esto es, hasta quedarse indefenso. Como, por la continuación segura y los probables alargamientos de los ataques enemigos a sectores del frente tranquilos aún, dicha situación puede darse antes de que el socorro se manifieste de manera eficaz, esa conducta pasiva significa el fin del Ejército.
O el Ejército rompe con un proceder activo del anillo de cerco.
Esto es sólo posible si el Ejército, desmantelando los frentes del Norte y del Volga, esto es, acortando el frente, libera fuerzas de asalto para atacar con ellas por el frente Sur y, mediante el abandono de Staligrado, avanza en dirección a la reistencia más débil, esto es, en dirección a Kotelnikovo, y rompe el cerco. Esta decisión hará el necesario el abandono de cantidades considerables de material, pero ofrece la perspectiva de destruir la mandíbula meridional de la tenaza de cerco, librar una gran parte del Ejército y de su armamento de la catástrofe y conservarlos para la prosecución de las operaciones. Con esto quedarían fijadas de modo constante porciones de las fuerzas enemigas; en cambio, después del aniquilamiento del Ejército en la posición erizo, cesa toda fijación de fuerzas enemigas. Hacia el exterior podría darse una explicación de los acontecimientos que paliara los graves perjuicios morales: "Después de una completa destrucción del centro de armamento soviético de Stalingrado, el Ejército, tras aniquilar a un grupo de fuerzas enemigas, se ha retirado del Volga."
Las perspectivas de éxito para la ruptura del cerco son tanto mayores cuanto que los combates sostenidos hasta ahora han mostrado, por lo general, una pequeña resistencia de la infantería enemiga en terreno abierto y, además, porque en pequeños sectores fluviales al este del Don y en el sector de Aksai existen aun fuerzas propias. Teniendo en cuenta el cálculo de tiempo, la ruptura del cerco debería iniciarse y llevar se acabo inmediatamente. Cualquier vacilación disminuye sus posibilidades. Con cualquier vacilación aumenta el número de los combates y del gasto de municiones. Cualquier vacilación permite que el enemigo se refuerce en el frente de ruptura y pueda traer más tropas de cubrimiento contra el grupo de Kotelnikovo. Cualquier vacilación disminuye la potencia combativa por la muerte de los caballos, reduciéndose así la posibilidad de empleo de las armas de tracción animal.
Si el Alto Mando del Ejército de Tierra no deroga en el acto la orden de resistir en la posición erizo, ante la conciencia individual se yergue el deber, inesquivable para con el 6.º Ejército y para con el pueblo alemán, de arrogarse con la libertad de acción impedida por las órdenes existentes hasta ahora y adoptar en lo sucesivo todas las posibilidades a mano de las que hay que hacer uso para evitar la catástrofe, mediante el propio ataque. Está en juego la destrucción completa de 200.000 combatientes y de todos sus pertrechos. No queda otra alternativa.
Firmado: von SEYDLITZ
General de Artillería

(Nota del jefe de Estado Mayor general del Ejército, general de brigada Arthur Schmidt): No tenemos por qué irle al Führer con quebraderos de cabeza, y el general von Seydlitz no tiene por qué quebrársela al comandante en jefe.
Por la exactitud de la copia:
Firmado: SCHATZ, teniente.


Anexo a 603/42 Mando
Estado de abastecimiento del LI C.E.
Existencias 23 XI noche


a) Existencias de municiones (sin 3.ª (mot.), 60 (mot.) y 94 de Infantería):

granadas de mano: 30% dotación
granadas de fusil de 8 cm: 20% dotación
cañones de acompañamiento ligeros: 8% dotación
cañones de acompañamiento pesados: 12% dotación
obuses ligeros 16: 60% dotación
obuses ligeros 18: 30% dotación
obuses pesados 18: 25% dotación
cañones de 10 cm: 12% dotación

munición anticarros: del 30% al 40%
granadas contracarros: sólo cortas existencias
munición de luces y señales: sólo muy cortas existencias

3.ª Div. Inf. (mot.), 60 Div. Inf. (mot.), y 94 Div. Inf.
La última con estadillo de 22 XI, tiene un promedio de:

obuses ligeros: 60%
obuses pesados: 50%
cañones de acompañamiento ligeros: 25%
cañones de acompañamiento pesados: 40%

Necesidades diarias de municionamiento del Cuerpo de Ejército
(con base a los combates defensivos sostenidos hasta ahora):

a) 400 Tm en combates defensivos ligeros (50 Tm por División) = 200 Ju
b) 800 Tm en combates defensivos fuertes (100 Tm por División) = 400 Ju

b) Existencias de combustible:

Las Divisiones no han podido dar datos exactos.
Existencias prácticamente agotadas.
Los más imprescindibles vehículos de abastecimiento, carros de combate y cañones de asalto, sólo podrán funcionar corto tiempo.

Necesidades diarias del Cuerpo con las mayores limitaciones:
80 Tm de comestibles = 40 Ju

c) Existencias de víveres:

Por término medio se dispone en las Divisiones:
7 días completos de alimentos
4 días completos de pan
3,5 días completos de harina

Pero es de suponer, que cese el funcionamiento de la panadería, ya que el grueso de la misma se encuentra en el valle de Karpovka.

Necesidades diarias del Cuerpo (a media ración):
80 Tm de comestibles = 40 Ju
70 Tm de forraje = 35 Ju

Para el abastecimiento del Cuerpo se necesitan, según los datos anteriores y para media ración, un total de:
a) En combates defensivos ligeros: 598 Tm de suministros = 295 Ju
b) En combates defensivos fuertes: 990 Tm de duministros = 495 Ju

Por la exactitud de copia:
Firmado.

Fuente: Stalingrado, de Joachim Wieder

Saludos