Publicado: Lun Dic 04, 2006 10:59 am
por ParadiseLost
Hola a todos.
Texto e imágenes correspondientes a la sexta y última hoja de la Rosa Blanca.
Esta hoja se escribió a raíz de los incidentes que hubo entre el Gauleiter Paul Giesler y los estudiantes de Munich en en la sala de congresos del Museo Alemán. Más adelante en otro post intentaré ampliar este interesante suceso.
La sexta hoja la escribió Kurt Huber, el cual tuvo un encontronazo con Hans y Alex al incluir en la sexta hoja la frase "Ponéos al servicio de nuestro glorioso ejército", cosa que ninguno de los dos quiso aceptar, después de su experiencia en el Frente Este en la Compañía de Estudiantes, y que finalmente no llegó a incluirse en la hoja.
De esta hoja se imprimieron entre 2.000 y 3.000 copias.
Como les sobraron un buen número de copias, decidieron repartirlas en la Universidad de Munich, pero fueron descubiertos en su intento el 18 de febrero de 1943.

Imagen
Original de la sexta hoja publicada.

Texto de la sexta hoja:
¡Compañeras!, ¡compañeros!
Nuestro pueblo se encuentra conmocionado por el hundimiento de los hombres en Stalingrado. Trescientos treinta mil hombres alemanes han sido abocados a la muerte, sin sentido e irresponsablemente, por la genial estrategia del cabo de la Guerra Mundial. Führer, ¡muchas gracias!
El pueblo alemán está en efervescencia. ¿Vamos a seguir confiando el destino de nuestros ejércitos a un aficionado? ¿Vamos a sacrificar el resto de nuestra juventud alemana a los más bajos instintos de poder de una camarilla de partido? ¡Nunca jamás! El día del ajuste de cuentas ha llegado, el ajuste de cuentas de la juventud alemana con la tiranía más execrable que haya soportado jamás nuestro pueblo. En nombre de todo el pueblo alemán exigimos del Estado de Adolf Hitler que nos devuelva la libertad personal, el bien más preciado de los alemanes, que nos ha quitado del modo más infame.
Hemos crecido en un Estado de despiadado sometimiento de la libre expresión. HJ [juventudes hitlerianas], SA y SS han intentado uniformarnos, revolucionarnos y narcotizarnos en los años más fértiles de nuestras vidas. "Formación ideológica" se llamaba el deplorable método para sofocar el pensamiento autónomo y los valores personales en la nebulosa de frases vacías. Una selección de caudillos, tan demoníaca y torpe a la vez como es imposible de concebirse, intentaba formar a las futuras cabecillas del partido en castillos, para hacer de ellos explotadores sin Dios, sin vergüenza y sin conciencia, asesinos, secuaces estúpidos del Führer. Nosotros, "trabajadores del intelecto", éramos para ellos meros instrumentos para esa nueva capa de dominadores. Soldados que han luchado en el frente son tratados como niños por los jefes de los grupos de aspirantes a gobernadores; los Gauleiter atacan con burlas lascivas el honor de las estudiantes. Las estudiantes de la Universidad de Múnich han dado a la profanación de un honra una respuesta digna; los estudiantes alemanes han defendido a sus compañeras y han sabido resistir... Este es el principio de nuestra libre autodeterminación, sin la cual no se pueden crear valores espirituales. ¡Nuestro agradecimiento es para las valientes compañeras, para los valientes compañeros que nos han precedido con su ejemplo!
Para nosotros sólo hay un lema: ¡la lucha contra el partido! ¡Fuera de las formaciones del partido, en las que se nos quiere hacer callar políticamente! ¡Fuera de las aulas de los jefecillos de la SS y de los aduladores del partido! ¡Lo que nos importa es la verdadera ciencia y la auténtica libertad de espíritu! Ninguna amenaza nos puede atemorizar, ni tampoco que nos cierren nuestras universidades. Se trata de la lucha de cada uno de nosotros por nuestro futuro, nuestra libertad y nuestro honor en un Estado consciente de su responsabilidad moral.
¡Libertad y honor! Durante diez largos años, Hitler y sus compadres han exprimido hasta el hastío estas dos magníficas palabras alemanas, las han manido y tergiversado como sólo lo pueden hacer diletantes que echan a los cerdos los mayores valores de una nación. Lo que para ellos significan la libertad y el honor lo han demostrado suficientemente en diez años de destrucción de toda la libertad material y espiritual, de toda la sustancia moral del pueblo. Hasta al alemán más torpe le ha abierto los ojos la horrible carnicería que han causado en toda Europa en nombre de la libertad y del honor, y que causan de nuevo cada día. El nombre alemán permanecerá para siempre mancillado si la juventud alemana no se alza para vengar y expiar, al mismo tiempo; para aniquilar a sus opresores y construir una nueva Europa espiritual.
Estudiantes: ¡nos mira el pueblo alemán! De nosotros espera, como en 1813, cuando arrojó de sí el terror napoleónico, que del mismo modo arrojemos el terror nacionalsocialista en 1943. Beresina y Stalingrado se alzan en llamas en el Este; ¡los muertos de Stalingrado nos conjuran!

"Levántate, pueblo mío, los signos de las llamas humean."

Nuestro pueblo se alza contra la esclavitud de Europa por parte del nacionalsocialismo, en una nueva victoria creyente de la libertad y del honor.


Fuente: http://de.wikipedia.org/wiki/Wei%C3%9Fe_Rose
La Rosa Blanca, de José M. garcía Pelegrín


Saludos