Publicado: Jue Mar 25, 2010 5:31 pm
por ParadiseLost
Los días ya son más largos
Por Hildegard Vollmer (hermana)

Mi hermano Otger Kobold nació el 10 de marzo de 1921 en Kiel y fue dado por desaparecido el 14 de enero de 1943. Nunca volvió de una acción en un puesto de vigilancia. Poco antes había sido ascendido a suboficial y a aspirante a oficial. Mi madre copió todas sus cartas y yo le entrego adjunto una copia de algunos extractos.

Imagen
Otger Kobold con el uniforme de una NAPOLA (Nationalpolitischen Erziehungsanstalt) en Plön.

Carta de Otger Kobold, escrita el 22 de noviembre de 1942:
No debéis asustaros de lo que debo deciros. Debéis estar preparados para recibir muy pocas cartas en los próximos días. Quizás sea de alguna manera esta mi última noche en calma. Ya os indiqué en cartas anteriores que la situación se ha vuelto muy crítica en el sur de la ciudad. Puede que llegue la hora en la que tengamos que marchar de nuevo, o sea, muy pronto. Nuestra infantería resiste en pie espléndidamente, pero los queridos rumanos.... es para volverse loco. Corre el rumor de que se ha pillado un montón de correo de los rusos... Nos hemos acomodado espléndidamente en nuestro búnker de suboficiales: una radio, una gran mesa con sillas, un horno, algunas sacas de correos llenas de paja sobre las que dormimos un par de bonitas fotos de un jardín colgadas delante de un trapo oscuro, y un ramo de ramas de semillas de arce en un gran florero (todo apresado). Hemos construido junto con los prisioneros rusos una sauna con una bañera. Ayer por la tarde tomamos un buen baño de vapor, mientras los rusos trabajaban con las escobas.

Carta de Otger Kobold, escrita el 14 de diciembre de 1942:
Mis queridos padres, ahora estoy sentado otra vez en el puesto de vigilancia y debo decir, que raramente he tenido tanta calma aquí. Se puede ver a los rusos a través de los prismáticos trotar por la zona, pero eso es todo. Ayer temprano lanzaron un ataque con muchos tanques y el puesto de vigilancia estuvo bajo fuego. Después todo volvió a la tranquilidad... Fuera bramaba una terrible tormenta de nieve y hoy tampoco amainará. La visibilidad es sumamente mala, y eso significa tiempo libre para los puestos de vigilancia. Sólo debemos resistir algunos días, nos ha dicho un comandante, ya que al parecer nuestros libertadores no están muy lejos. Pasamos hambre a ratos.

Carta de Otger Kobold, escrita el 27 de diciembre de 1942:
Mi día de hoy. Me he levantado a las 6 porque hace demasiado frío para estar tumbado. Una rebanada de pan tostado. Después a buscar leña en el terreno de fuera, un par de cestas de munición encontradas. Vigilancia con el periscopio de tijeras fuego de ametralladores y actividad de lanzadores de granadas. Después repollo y carne de caballo y sal sobre el horno para comer sobre las 10:30, porque con hambre no se puede continuar. Después me he tumbado una hora. A buscar leña otra vez. Cuando salí del búnker los rusos lanzaron una granada en mi honor 20 metros detrás de mí. He liado un cigarrillo con papel de la máquina de escribir. He puesto en remojo el trigo para mañana por la tarde. En honor al domingo nos zampamos una lata de sardinas en aceite, además de mucho pan... (Habíamos recibido un suplemento para el puesto de vigilancia). El gato vagabundo ha vuelto a sentarse sobre mi regazo. Desde la esquina de mi alojamiento nocturno dejo bambolear mi pierna delante del horno. Hablamos sobre los pintores italianos durante dos horas.

Última carta de Otger Kobold, escrita el 3 de enero de 1943:
Estoy muy agradecido por cada saludo que he recibido de vosotros, también si paulatinamente están llenos de preocupaciones. Sería exagerar si dijera que no existe una razón. Pero creedme, hoy mucho menos que hace cinco o seis semanas. Porque donde hoy se encuentra nuestro frente, se quedará así hasta que nosotros u otras tropas alemanas recuperen las antiguas posiciones o las mejoren. (Y con ello al mismo tiempo vuelven de nuevo las viejas esperanzas). Por el momento nuestras vidas no corren un especial peligro, pero en cierto modo un poco afectadas. Coged un pan, cortad 50 gramos de él y repartid esos 50 gramos durante todo el día. Causa: La niebla, que ha impedido que nuestros aviones nos trajeron algo en dos días. Y dependemos de ellos 100 por cien. Por qué, podéis imaginároslo. Los JU zumban durante todo el día por encima de nuestras cabezas, incluso en la oscuridad no paran. Ese zumbido tranquiliza. Porque sólo traen algo buena en contra de los aviones rusos, que muy raramente aparecen. Suficiente desgracias han causado. El miércoles voy de nuevo seis días al puesto de vigilancia. Desde allí os escribiré de nuevo... y no decaigáis... ¡los días ya son más largos!

Fuente: Namen für Rossoschka, Schicksale aus Stalingrad
Traducción: Paradise Lost


Saludos