Publicado: Lun Sep 27, 2010 2:10 am
por ParadiseLost
Hola a todos.
Os dejo un testimonio más, en este caso el de petras Zelionka, que aunque no pertencía directamente a los Einsatzgruppen, sí que se alistó voluntariamente como colaboracionista cuando los alemanes invadieron Lituania, cuando tenía 24 años, en 1941. La entrevista es un extracto que aparece en el libro de Laurence Rees, Los verdugos y las víctimas.

Los alemanes y colaboracionistas lituanos, como Petras Zelionka, conducían a los judíos al campo, donde se habían abierto grandes fosas. Muchos lugareños seguían por curiosidad a esta lamentable comitiva. Los judíos sabían que iban a morir y rompían los billetes que llevaban en los bolsillos para que sus asesinos no sacaran provecho del crimen. Ya al borde de las fosas, se indicaba a los judíos que se desnudaran. Poco antes de recibir los disparos, algunos, en un rasgo de generosidad, lanzaban a los mirones no judíos un abrigo o una chaqueta de buen paño.
Petras Zelionka admitió que él y sus compañeros sacaban a los judíos de las aldeas o guetos, los conducían hasta las fosas, los desnudaban y apretaban el gatillo:
- Todo rápido y sencillo. Sin ceremonias, nada. Los dábamos por desaparecidos y punto.
En ocasiones, cuando pienso en la historia de mi vida, se podría escribir todo en un libro. Se leería hasta la últma página... Puede que la gente lo entendiera, pero a lo peor no.
Zelionka contó también que él y sus compañeros solían estar borrachos cuando disparaban a los judíos: el alcohol desempeñó un papel importante en las matanzas.
- Cuando se toman unos tragos, todo el mundo es más decidido.
Al final de una jornada de matanzas él y sus compañeros volvían a la base militar lituana.
- Cuando volvíamos al cuartel nadie nos prestaba particular atención. Nos daban vodka; podíamos beber todo el que quisiéramos... Si me lo daban, lo bebía. [...]
Pero el caso es que Petras Zelionka quiso tomar parte en las matanzas: fue un verdugo voluntario. Y aunque cincuenta años después se guardaba mucho de expresar abiertamente su violento antisemistismo, confesó que entre sus compañeros:
- Algunos creían que [los judíos] se lo merecían, que torturaban a otros o ayudaban a torturarlos... había muchos que estaban indignados con los judíos. Nos decían lo que habían hecho, que mataban incluso a mujeres... otros lo hicieron porque estaban indignados. Los judíos son muy egoistas.[...]
Se definía como "lituano de verdad" y no dudaba en señalar que no había matado a otros lituanos, "sólo a judíos" (aunque los judíos a los que exterminó también eran de nacionalidad lituana). Y cuando le pregunté si habría matado a lituanos no judíos, se apresuró a responder: "No los habría matado". Admitió asimismo que le preocupaba la posibilidad de que le hubieran indicado que matase a algún "inocente" (es decir, a personas no judías, lo que quiere decir que las mujeres y los niños judíos no eran inocentes, ni siquiera los niños de pecho). [...]

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Imagen: Escáner del libro, Los verdugos y las víctimas, de Laurence Rees
Petras Zelionka

Cuando la entrevista se acercaba a su fin, Petras Zelionka nos dio dos claves misteriosas en relación con su motivos para participar en las matanzas. En primer lugar reveló que resulta admisible matar a niños, porque sentía una especie de curiosidad por saber lo que sucedía cuando apretaba el gatillo. [...]
La segunda pista de última hora que nos dio Zelionka fue una observación que hizo casi por casualidad en el sentido de que "la jueventud es muy impulsiva" y de que cuando "se es joven, se cometen muchas tonterías". Fue una forma de decir que las matanzas se perpetraron cuando el anciano de pelo blanco era un vigoroso veinteañero. La verdad es que, en la mayoría de los países, los crímenes violentos los cometen principalmnete jóvenes que tienen entre dieciocho y veinticinco años, precisamente la franaja de edad en la que entraban Petras Zelionka y sus compañeros de matanzas.
Terminada la entrevista, Petras Zelionka fue recibido como una especie de héroe por uno de los oficiales del ejército lituano que nos ayudó en la filmación que hicimos en la 7.ª Fortaleza.
- Usted es peiodista -me dijo este militar veinteañero- y no se ha enterado de lo principal. Lo importante no es lo que hicimos a los judíos. Es lo que los judíos nos hicieron a nosotros.
Miró entonces hacia donde estaba Petras Zelionka, que acababa de reunirse con su mujer, y sonrió.


Parece increíble que alguien que ha confesado sus crímenes de forma pública, siga campando a sus anchas por Lituania. Desconozco como funciona el aparato jurídico en ese país, pero a tenor de lo visto, no muy bien.

Fuente: Los verdugos y las víctimas, de Laurence Rees

Saludos