Publicado: Dom Feb 10, 2008 3:10 am
por ParadiseLost
Supervivientes recuerdan la batalla de Stalingrado (IX).
Siegfried Lessey, de Berlín.

Entrevista: André Groenewoud
Traducción: ParadiseLost
Foto: Gerhard Westrich

Siegfried Lessey, de 92 años, de Berlín, estuvo en Stalingrado como suboficial en un Panzerspäh. Desde 1942 estuvo casado con Elsa, de 86 años en la actualidad. Lessey volvió a casa de los campos de prisioneros rusos en 1949. Después de la guerra trabajó de comercial para la empresa AOK, y en 1978 se jubiló. En Stalingrado lucharon 250.000 soldados en el bando alemán. 140.000 murieron y 110.000 cayeron en cautiverio. Sólo 6.000 volvieron a Alemania en 1956.

Este berlinés formó parte de los soldados alemanes, que fueron rodeados en Stalingrado en el invierno de 1942/43. Una foto en la que se le puede reconocer con sus camaradas después de la capitulación, dio la vuelta al mundo.

¿Qué recuerdos guarda de las navidades de 1942?
Habíamos sido rodeados por las tropas soviéticas. Alrededor nuestro todo era un caos. Las navidades y la Noche Vieja las pasé con un par de camaradas en un bunker. Había un metro de nieve. No teníamos ningún árbol, pero sí algo para comer.

¿De dónde sacaban la comida?
Los aviones alemanes lanzaban alimentos sobre el Kessel. Con un toldo recogí pan y salchichas en conserva. Y con un camarada sacrificamos juntos un caballo.

Pero lo peor estaba aun por llegar...
El 15 de enero tuve que abandonar mi Panzerspähwagen debido a la escasez de combustible. Nos dirigimos al aeropuerto de Gumrak a través de la nieve. Allí los soldados se mataban unos a otros para ser evacuados del Kessel. Nos dimos cuenta de que no había solución posible.

¿Qué le sucedió después?
Nos cobijamos en el centro destruido de la ciudad de Stalingrado, para luchar como Infantería. Nuestros camaradas caían como moscas. Aun teníamos a esperanza de que aquello acabase bien, hasta que el 30 de enero de 1943, oímos el discurso de Göring por la radio. Al día siguiente la bolsa sur de Stalingrado se rindió y fuimos al cautiverio.

Allí fue tomada la famosa foto después de la capitulación del VI Ejército.
Nos hicieron poner en marcha a las nueve de la mañana y marchamos hasta las 11 de la noche hasta llegar al campo de Beketowka. Aun conservaba mi reloj, por eso lo sé. Fue horroroso. Los que no podían caminar más eran ejecutados. Por cierto, pudimos ver como el general Paulus pasó en coche delante nuestro. Le abucheamos.

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Siegfried Lessey en enero de 1943 poco después de la capitulación del VI Ejército durante la marcha al cautiverio.
En la foto, es el tercer soldado por la derecha.


¿Cuándo vio la foto por primera vez?
Mi hijo me la enseñó hace muchos años. Me dijo: "¡Mira, éste eres tú!" Fue increíble. Mi mujer y yo no lo dudamos ni un segundo: el tercero por la derecho era yo sin ningún género de dudas.

¿Podría identificar a alguno de los soldados de la foto?
El de la derecha del todo, es Alfred Körk de Leipzig, conductor. Entre nosotros está Erich Keil de Berlín, el radiotelegrafista. Casi con total seguridad murieron durante el cautiverio. A los demás no los conozco.

¿Cómo sobrevivió?
Era un buen deportista, pequeño, vigoroso y solía correr maratones. Tuve que trabajar en una fábrica de cemento y en una serrería. Todos padecían de desnutrición. Pesaba 35 kilos. Durante siete años tuve que despertarme a las cinco de la mañana. Había una sopa de col para comer, una cucharadita de mijo y una rebanada de pan. ¡Tiene años! Pero la sopa era buena.

¿Tuvo contacto con su familia?
No antes de 1947 o 1948 recibí una postal de mi mujer. Me escribió, que nuestro hijo Ulrich, vino al mundo el 11 de julio de 1943. Había cosida una foto de él en la postal. Debe saber que poco antes del cerco, tuve 3 semanas de permiso y el 10 de octubre me casé con mi novia Elsa.

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Siegfried y Elsa Lessey durante las Navidades de 2007 en su vivienda de Berlín.

¿Cuándo volvió a verla de nuevo?
En 1949 volví a casa.

¿Habla mucho sobre Stalingrado?
Primero sólo había un tema: Stalingrado. Suena un poco macabro, pero me gusta pensar en el lado bueno de las cosas: en el teatro en el cautiverio, en las canciones de Navidad en el bunker... En realidad era un pajarillo divertido. En el Kessel siempre solía tararear: "El mundo no se acaba con esto". Pero también tuve malos sueños.

¿Cómo aprovecha el tiempo hoy en día?
Me gustan los deportes. Soy un gran fan del Hertha-BSC. ¿Un hobby? Mi hobby es el aburrimiento. Soy un vago, y puedo serlo, ¿no? ¡Tengo 92 años!

Fuente: Revista Stern nº52 / 2007

Saludos