Publicado: Vie Sep 28, 2012 10:20 pm
por grognard
Lo encontré en un artículo de prensa sobre el nuevo libro de Beevor.

Es un poema de Sadako Kurinara, superviviente de la bomba y poeta que se convertiría en una de las mayores activistas antinucleares de la historia. Lo publicó en marzo de 1946:

Traigamos nueva vida (-Una historia no contada de la bomba atómica):

Noche entre los cimientos de un edificio de hormigón en ruinas.
Víctimas de la bomba atómica
se agolpaban en el sótano;
estaba oscuro -ni siquiera una simple vela.
Olor de sangre fresca, el hedor de la muerte,
la cercanía de figuras sudorosas, los gemidos.
Desde el fondo de todo, una voz se levanta:
"Mi bebé, ya viene!"
En el sótano infernal, en ese preciso momento,
una joven se puso de parto.
En la oscuridad, sin una cerilla siquiera, ¿qué hacer?
Todos olvidaron sus propios dolores, preocupados por ella.
Y luego: "Soy comadrona. Te ayudaré con el parto".
Aquella mujer también estaba gravemente herida
gimiendo de dolor sólo un momento antes.
Y así una nueva vida nació en la oscuridad de ese pozo infernal.
Y de tal modo, la comadrona moriría antes del amanecer, todavía bañada en sangre.
Seamos comadronas!
Traigamos nueva vida!
Incluso si nuestra existencia se acabara por ello.

Fuente: http://www.abc.es/20120927/cultura-libr ... 71408.html