Publicado: Mar Ago 10, 2010 8:50 pm
por Capitan Miller
Desde mi punto de vista no tiene nada que ver esto con lo del superviviente bailarín, que una cosa es tener ganas de bailar después de sobrevivir a uno de lo mayores crímenes organizados de la historia de la humanidad (es para tenerlas) y otras hacerlo público de la manera que lo hizo el propio.

Este caso en particular me parece estupendo. Uno de los mayores males de estos tiempos que nos toca vivir es que se piensa (pensamos) poco, unas veces por falta de iniciativa propia y otras por atenuación provocada por terceros. La propuesta del grupo de Valdesoto hace pensar, si es que se tienen un mínimo de sensibilidad para ello, y sólo por eso merece un reconocimiento.

Parece que estamos situados en una sucesión de hechos cotidianamente normales, como ir a trabajar, volver a casa a descansar, comer, dormir, disfrutar del tiempo libre e incluso tener fiestas patronales todos los años. Pero no recapacitamos en el sentido de que todo eso es frágil, tremendamente frágil, y el día menos pensado alguien puede pulsar el interruptor de la locura, y convertir nuestras cotidianas normalidades en carencias sustituidas por el miedo y la muerte.

Lo mismo Valdesoto se da un aire y todo a otros lugares, tal vez Srebrenica. Pues que les pregunten a los paisanos de allí lo que opinan sobre lo cotidiano. Tampoco hay que irse tan lejos como a 1942.

Saludos.