Publicado: Mar Nov 06, 2012 7:34 pm
por Kurt_Steiner
Los cátaros también llamaron la atención de las SS. Otto Rahn (1904-1939), licenciado en Literatura y Filología, y que llegaría a ser miembro del Partido Nazi y Obersturmführer de las SS, se sentía atraído por los cátaros le llevó a desarrollar su tesis doctoral en torno a la herejía albigense y siguió sus huellas durante cinco años en distintos lugares (Suiza, Italia, Provenza y Cataluña), y en 1933 publicó Cruzada contra el Grial. Rahn, que creía que existía un lazo entre el Parsifal de von Eschenbach y el misterio del grial cátaro, afirmó la existencia de una religión gnóstica encarnada por los cátaros (a los que germanizó, por supuesto) y destruida por la Iglesia Católica e identificó la fortaleza de Montsalvat (donde los templarios custodiaban el Santo Grial) con el castillo de Montsegur, la última fotaleza cátara. Asimismo, buscó las raíces cátaras en Europa en su obra La Corte de Lucifer (1937). Sus trabajos llamaron la atención de Himmler, de quien se convirtió en un colaborador próximo, junto a Wiligut. Falleció el 13 de marzo de 1939,casi en el aniversario de la caída de Montségur, tras haber abandonado las SS, congelado en la cima del Wilden Kaiser (Austria), probablemente en un suicidio ritual que él asimilaba a la endura cátara. Se dice que esto sirvió para encubrir posteriores actividades secretas de Rahn bajo otra identidad. Es curioso que Rahn abandonara las SS al mismo tiempo que Willigut. Aún perdura el misterio en torno a su persona.

Respecto a esta fascinación de Himmler por el mito artúrico y su búsqueda de Montsalvat en el sur de Europa, es ilustrativa la visita del Reichsführer de las SS al monasterio catalán de Montserrat el 23 de octubre de 1940, llevando consigo el otro libro de Rahn, "La corte de Lucifer". Pensaba que allí hallaría documentación sobre el Santo Grial, pues identificaba Montserrat con Montsalvat, y no quedó satisfecho con las explicaciones que le dieron los monjes al respecto, pues pensó que le ocultaban la verdad. En su visita a Montserrat Himmler estuvo acompañado por diferentes autoridades franquistas, como el alcalde de Barcelona, Miguel Mateu, o el capitán general de Cataluña, el general Luis Orgaz, además de un numeroso séquito del que formaba parte el general de las SS Karl Wolf -otro individuo obsesionado con el Grial y muy relacionado con los círculos ocultistas del nazismo-. La visita no estuvo exenta de incidentes. A su llegada al monasterio, el poderoso Reichsführer se encontró con la negativa a recibirle de los máximos responsables de la comunidad, los padres Marcet y Escarré, que no quisieron ejercer de anfitriones del jerarca nazi alegando que no hablaban alemán. La actitud de los benedictinos, que encomendaron la tarea a un joven monje, produjo un momento de fuerte tensión y la irritación de las autoridades locales.

No acabaron aquí los incidentes, ya que al todopoderoso jefe de las SS le fue robada una cartera de la suite del hotel Ritz, donde se alojó durante su estancia en Barcelona. El escándalo fue monumental, aunque la policía franquista procuró que no se difundiese la noticia de un robo que la dejaba en muy mal lugar, dadas las connotaciones que concurrían. Sin embargo, pese a que las autoridades pusieron un particular empeño ya que se movilizó a toda la policía de Barcelona, la cartera nunca se encontró. Se barajaron varias posibilidades respecto al robo, entre ellas la de que éste hubiera sido perpetrado por el servicio secreto británico, que por aquellas fechas tenía algunos destacados agentes en Barcelona. Ésta era una versión que convenía a la desconcertada policía franquista, ya que señalaba a uno de los mejores servicios secretos del mundo, lo que hacía menos penoso el oprobio que había caído sobre ellos a los ojos de sus alarmados jefes.