Publicado: Vie May 13, 2011 2:10 am
por grognard
Vayamos por partes.

Por supuesto que una cosa es ponerse delante de un PC y realizar investigación virtual y otra hacer "trabajo de campo" y trasladarse a los sitios para investigar las cosas. Nadie lo pone en duda. Por suerte para nosotros, el mundo de la comunicación actual nos permite hacer los segundo sin prescindir de lo primero, gracias a la red global que nos da acceso a todo tipo de información y datos. Me sorprende la descalificación absoluta hacia lo expresado en el artículo de página 12. Entiendo que por cercanía y afinidad, quienes allí escriben conocen su país y a sus habitantes, incluyendo a los señores Basti y Burnside, y que tienen sus buenas razones para la escritura del artículo y las conclusiones a las que se llegan en él. Contar que se ha hecho un viaje "descubriendo" testigos de la estadía de Hitler en la Patagonia argentina no demuestra que realmente se haya realizado dicho viaje ni que se hayan encontrado dichos testigos. Al menos hasta que haya pruebas fidedignas, testimonios grabados o filmados, documentos certificados... Hasta que los señores Basti y Burnside no presenten pruebas concluyentes, sólo puede pensarse que lo que afirman no pasa de ser una mera fantasía o una estrategia comercial para vender libros.

Respecto a lo que cuentas del artículo que has leído sobre Elena Rzhevskaya, buscando en la red he encontrado la fuente de la que creo se han sacado los fragmentos que aportas:
http://www.lanacion.com.ar/751854-una-m ... -de-hitler
y existe un pequeño párrafo que parece haberse perdido, y que dice literalmente:
Sin los dientes, en los días anteriores a las pruebas de ADN, quizá nunca hubiese habido pruebas concretas de que Hitler estaba muerto (los rusos revelaron muchos años después los informes oficiales).

El resto de la información que se presenta en dicho artículo viene a coincidir en muchos detalles con lo que se había venido contando en post anteriores acerca del proceder del equipo soviético que estuvo investigando la muerte de Hitler. Merece la pena dedicar unos minutos a leerlo atentamente.