La guerra en el Pacífico
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Sab Dic 23, 2006 1:21 am

Varias cosas:

A Mikhailovna sobre los efectos de la radiación: estos eran de sobra conocidos, tanto que ya en la preguerra se usaban primitivas formas de radioterapia con agujas de radio. Lo que no se conocía eran los efectos de la lluvia radiactiva. Apenas se había podido experimentar con productos de fisión (que se tenían en mínimas cantidades) y el test en Alamo Gordo tampoco dio demasiada información sorbe ello. Hasta tal punto que el test Baker en Bikini (una bomba a escasa profundidad) contaminó la laguna y los barcos presentes sin que se hubiese previsto, impidiendo el hacer un tercer test a gran profundidad.

A Bitxo: tu mensaje contiene varios errores:

"La bomba atómica existía teóricamente desde finales de los veinte y se buscaba militarmente ya en la década de los treinta"

Hasta 1938 no se descubrió la fisión nuclear, y la primera reacción en cadena no se consiguió hasta 1942, luego resulta difícil que pudiese existir en los veinte. Y hasta comenzada la guerra no se empezó a investigar sorbe la posibilidad de una bomba nuclear. Decir que la bomba era posible teóricamente en los veinte es como imaginar una Batalla de Inglaterra sustituyendo los Stuka por Skyhawk.

"los alemanes habían desistido porque iban muy atrasados y no disponían de medios para alcanzarla en breve"

No es que hubiesen desistido, es que su proyecto tenía una prioridad bajísima, y habían conseguido expulsar por cuestiones raciales a bastantes científicos nucleares. Por eso en 1945 aún no habían conseguido un reactor que mantuviese una reacción en cadena controlada. Pero en 1935 había una planta que separaba isótopos de Uranio mediante centrifugadoras de alta velocidad, luego eso de que el proyecto estaba abandonado… Por otra parte, si Inglaterra había perdido protagonismo fue porque colaboró con el programa norteamericano.

"Se fabricaron cuatro bombas atómicas: la primera se probó en Álamo Gordo. La segunda en Hiroshima. La tercera en Nagasaki y la cuarta en Tsuchizaki"

El traslado del núcleo de la cuarta bomba atómica a Tinian fue anulado pro orden directa de Marshall el 11-8-1945 ante los rumores de uan rendición japonesa. El ataque final del 14-8-1945 fue un bombardeo convencional llevado a cabo por más de 150 B-29.

"¿Era necesaria la bomba atómica?"

La investigación norteamericana se inició ante la posibilidad de ser superados por un proyecto alemán, que existía (aunque fuese con prioridad baja). Una vez se tenía el arma, la discusión es si debía usarse o no. Los hechos dicen que nada más tirar la bomba, Japón se rindió. Probablemente se hubiese conseguido lo mismo a costa de muchas más vidas aliadas, y eso (seguir la guerra convencional teniendo el arma definitiva) resultaría difícil de explicar, pues USA era (y es) una democracia.

"¿Podía el Eje desarrollar la bomba atómica? … no podía conseguir fácilmente el uranio necesario para ello"

Teniendo en cuenta que las principales minas de Uranio conocidas estaban en Checoslovaquia… uno de los problemas del programa norteamericano fue conseguir suficiente Uranio para construir bombas. Y si se desarrollo el arma de Plutonio, mucho más compleja, fue porque no había suficiente suministro de Uranio. Mientras que en Alemania fueron capturadas cientos de toneladas de Oxido de Uranio.

"¿Cuáles eran las posibilidades reales de un ataque atómico por parte del Eje?"

Todas. El misil A4 (la V-2) o a una mala, su sucesora A-10, no tenían sentido como vectores para explosivos convencionales: eran muy caras de producir y sus efectos mínimos. Sin embargo, eran ideales como vectores de un arma nuclear. Con todo, se modificó un He-177 para llevar una hipotética bomba (se anuló la conversión con posterioridad), y había otras posibilidades, tales como usar aviones sin piloto (o con piloto suicida), introducir clandestinamente un ingenio, usar un minisubmarino, etcétera. El dominio aliado no era tan absoluto como para ser impermeable.

Aparte, lo que importaba no era la capacidad alemana en 1945, sino en 1942, cuando se inició el proyecto ¿en 1942 los alemanes no podían atacar Londres? ¿y en 1944?

"Japón buscaba una rendición que le dejara cierto margen de honorabilidad y andaba en tratos con los Aliados a través de la URSS"

De tratos, ninguno. Tras las barbaridades japonesas era impensable cualquier negociación, menos con un país que había violado tantos tratados. Además, me gustaría saber que entenderían por "honorable" los militares japoneses que controlaban el gobierno. Italia sólo se rindió tras un golpe de estado incruento y tras ser conquistada una fracción de su territorio. Hacer lo mismo en Japón costaría (según lo visto en Okinawa) decenas de miles de víctimas aliadas.

Mi impresión (y no la digo alegremente) es que esa "paz honorable" hubiese sido volviendo a las fronteras de 1938, tal vez abandonando China y algún islote en el Pacífico, pero manteneindo el control de Corea y Manchuria. Sin ocupación, ni nada d eeso. Aceptar eso hubiese sido de locos, sería volver a la guerra con la siguiente generación, como había pasado en Alemania en 1918.

Además los tímidos intentos de acercamiento vía la URSS fueron bloqueados por el gobierno soviético, que quería entrar en guerra pos sus propios motivos. Luego la culpa sería para los rusos, no para ni quienes supieron que Japón se quería rendir. Por otra parte, se rechazó un ultimátum días antes del ataque.

Los hechos son que nueve días tras la primera bomba, seis tras la segunda, Japón se rindió. No lo había hecho ni tras la caída de Saipán, ni tras el desastre de Leyte, ni tras Okinawa, ni con la campaña de bombardeos. Luego…

"¿Los objetivos de las bombas atómicas fueron militares?"

Los objetivos fueron seleccionados según estos criterios:

1. Debían tener gran valor sentimental para los japoneses.

2. Debían tener importancia militar.

3. Debían estar intactos, para mostrar a los japoneses la gran potencia de la bomba.

4. Debían ser grandes, por la escasa precisión.

Con esas limitaciones quedaban muy pocas opciones. Atacar Rabaul o Pusan era absurdo según ese criterio. Hiroshima era la ciudad mayor que quedaba intacta, tenía grandes fábricas militares, era sede de un ejército japonés (que fue destruido) y tenía una gran base naval. En Nagasaki fueron destruidas dos grandes fábricas de Mitsubishi. Kokura (la ciudad de la suerte) tenía un gran arsenal. Kyoto fue descartada porque aunque tenía un gran valor simbólico, y estaba intacta, no tenía instalaciones militares.

En cuanto a las demás consideraciones, son juicios con escasa base, llevados (creo) por un antiamericanismo visceral. Pues muy bien, pero en este foro hay quien se pone el apodo de conocidos admiradores de Adolfo, que mató a mucha más gente que las bombas y no pasa nada.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:23 am

Hola a todos.
Quisiera hacer un inciso sobre este post antes de que llegue a mayores.
Creo que la polémica que se está abriendo en este post no viene ni mucho menos, por diferencias entre admiradores de Adolf o antiamericanos, y usuarios proamericanos.
La mayoría de los que están tomando parte en este tema son proamericanos y no amiradores de Adolf. Pero esto no quiere decir que por el hecho de ser proamericano se esté de acuerdo con todas las acciones que se llevaron a cabo por parte de éstos. Se puede estar en contra de ciertas operaciones como la utilización de la bomba atómica y ser proamericano. Y creo que es éso lo que está sucediendo.

Por mi parte, en este foro, no va a haber cabida para los amantes de Adolf o sus ideales racistas. Los usuarios que utilizan los nombres del bando alemán, lo hacen con nombres militares. En alguna ocasión alguien ha intentado colocar firmas y nicks de criminales de guerra y se les ha obligado a retirarlos de inmediato. De la misma manera, también se puden criticar ciertas acciones llevadas a cabo por los aliados, como es comprensible, sin que eso siginifique que quien lo haga sea un amante del régimen Nacionalsocialista.
Repito que éste no es un foro progermánico aunque el nombre del foro esté en alemán.
Aquí hay cabida para todo.

Os invito a seguir con este apasionado debate con el que estamos disfrutando, sin que se enciendan los ánimos.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:24 am

Estoy que me salgo. Me he tirado dos horas copiando literalmente textos de Churchill y de Liddell Hart para dar pruebas de mis aseveraciones, y el servidor me ha dejado tirado y me ha perdido todo el trabajo. Puñetas, que no era poco... Había hecho una descripción en breve de la carrera nuclear alemana, aún más breve que esta, vaya. Había copiado literalmente los textos de Churchill acerca del uso de bombas atómicas, así como todo lo recopilado y analizado por Liddell Hart, y al darle a Vista Preliminar para ver si habían salido las cursivas, ¡plaf!, a tomar vientos todo.
Está bien, está bien... me voy a por algo que me enfríe y volveré a comenzar... Algo digo... ¡voy a necesitar un iceberg! Dios, qué cabreo llevo...

Sab Dic 23, 2006 1:24 am

Hola Bitxo.
Lamento la pérdida. Ya he pasado por ese mal trago alguna vez.
Recomiendo antes de hacer la vista preliminar, copiarlo todo y pegarlo en word.
Se evitan así ese tipo de problemas.

El por qué de que suceda la pérdida de texto al activar la vista preliminar es un misterio.
El servicio técnico de ijiji no da respuesta alguna.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:24 am

Hola a todos.
Puedo pasar porque se me responda que digo muchas tonterías, aunque ello suponga tildar a quien tiene opiniones diferentes de tonto. También puedo obviar que se me diga que no sé nada sobre las tácticas de bombardeo de la 8ª Fuerza Aérea USA, aunque con ello se mande a hacer puñetas más de veinte años leyendo sobre la 2GM y unos cuantos estudiando Historia en general y militar en particular. En un esfuerzo también puedo pasar por alto tu tono habitual, Domper, en el que siempre resaltas los errores ajenos con una suficiencia un tanto cargante. Llamar "juicios con escasa base" a las opiniones de los demás no deja de ser un modo elegante de tildar a los demás, que se han tomado su tiempo, esfuerzo y ganas en responder, de ignorantes. ¡Vaya! Ya me quedo más tranquilo al saber que contamos en el foro con la luz de la verdad historiográfica militar encarnada en cuerpo mortal.
Puedo, en fin, hacer ojos y oidos sordos a muchas cosas, pero a lo que no puedo permanecer impasible es a que unas opiniones contrarias sobre un hecho determinado realizado por el ejército USA durante la 2GM supongan tildar a quienes defienden esas posturas de "antiamericanismo visceral" y que los poseedores de ciertos nicks sean "admiradores de Adolfo".
Domper, si te molestaras en algo más que en leerte a ti mismo te darías cuentas de que aquí si brilla algo es el espíritu de crítica, sea quien sea el criticable y sea cual sea su bando. Al igual que se puede estar de acuerdo con esta o aquella estrategia también se puede criticar con independencia de su bando y, sobre todo, se tiene mucho cuidado con el aspecto moral de la guerra y los crímenes que en ella se cometieron.
Sin embargo, en lugar de tomarte un tiempo para leer los posts lanzas una crítica generalista de nacionalsocialismo encubierto en el foro. Quiero que sepas que en mi caso lo considero un insulto ya que ignoras absolutamente todo sobre las circunstancias familiares y personales que me afectan y que me llevan a catalogar así tu alegre afirmación. No estaría de más que pidieras perdón por semejante salida de pata de banco, no ya a mi personalmente sino a otros muchos. A veces una cura de humildad sirve para limar asperezas y recapacitar sobre el comportamiento.
Por mi parte pido disculpas al resto de participantes y moderadores si el tono de mi post aumenta un tanto la tensión de este hilo, pero mis padres no me enseñaron a callarme ante la prepotencia. No se puede ser perfecto.
Saludos.

Sab Dic 23, 2006 1:25 am

Amigo Domper, aqui estamos depues de mas de 60 años del final de la IIGM, no podemos modificar, enmendar lo pasado. Podemos analizarlo bajo disintos puntos de vista, todos tan respetables como el mio o el tuyo. Que haya foristas que tengan nombres alemanes, tiene la importancia que uno quiera darle, pero por el momento, y espero no leerlo, nadie ha elogiado la politica de esa epoca, sea del bando que sea.
Lo que si elogiaremos es la labor abnegada de los soldados de la IIGM, por lo menos yo, sean del bando que sean, pero los dirigentes, creo que en el foro encontraras una critica a todos ellos, pues llevaron a varias generaciones a un cruel fin.
Como he dicho otras veces somos pro y anti precisamente y afortunadamente en lo bueno de cada uno, que lo hay, y en lo malo de todos. Si, unos mas malos que otros, eso no lo discutiremos, pero si en algo se caracteriza este foro es que es transparente. El dia que vea algo contrario a esto, apago y me voy. Y creo que como yo, muchos. Nos gusta la historia, el armamento, esa epoca en lo militar. En lo politico, no creo que vayas a encontrar amigos de nadie, pues creo que en el foro, no muchos personajetes de la epoca se van de rositas... aunque de algunos personajuchos ya esta todo dicho y bien dicho. No creo que haya que aportar mucho mas...


Sigamos en el frente... pero apuntando a la historia.

Sab Dic 23, 2006 1:26 am

Varias cosas:

- Si alguien se siente insultado, le pido disculpas. Públicamente. El mensaje que por lo visto ha molestado no era respuesta a los del Capitán Miller.

- Desde luego, criticar la decisión norteamericana no implica ser pronazi, ni antinorteamericano, ni nada de eso. Las bombas atómicas me parecen un episodio lamentable en la SGM. Afortunadamente, yo no tengo que tomar una decisión así, me costaría decidir sobre eso. Tanto sobre si usarla como sobre si no usarla, y sobre donde.

- Pero si en un mensaje se incluyen errores de bulto, queda bastante desvirtuado. Por ejemplo, lo de la bomba atómica del 14 de Agosto, o que no había objetivos militares en Hiroshima (otra cosa que valiesen una ciudad).

- Me disgusta especialmente la "equidistancia moral" del tipo "todos fueron malos", cuando la SGM es una de las pocas guerras de la Historia con buenos (o medianamente buenos) y malos (muy malos).

- Los argumentos que pongo lo nos doy alegremente, sino que intento comprobarlos con documentos de la época y actuales, y con fuentes bibliográficas. Sobre las bombas atómicas y las decisiones tomadas hay muchísima bibliografía, y suele coincidir en la mayoría de los aspectos.

- Buena parte de las condenas por el uso de la bomba son de procedencia conocida: vieron la luz en los setenta, en algunos medios de la izquierda europea y norteamericana, y a veces con unos clarísimos intereses (subvencionados por cierta potencia). Esas condenas han conseguido impregnar la "sabiduría popular" pero esperaba que en un foro de este tipo un poco más de crítica.

- Con todo, si lo que se quiere repetir lo mismo una y otra vez, pues adelante, pero sin mi colaboración.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:27 am

He de adelantar que yo intento, dentro de lo posible -la memoria- participar en un foro sin copiar literalmente lo que tengo delante. Ello es así porque me gusta participar con mis propias ideas y palabras. Pero, desde luego, supone un riesgo: meter la pata, cosa que hice y que rápido descubrió Domper. Es absolutamente cierto que al menos habían yacimientos de uranio en Checoslovaquia. Basta leer la famosa carta de Einstein a Roosevelt para confirmarlo. Mi fallo, la traición de mi memoria, vino del no menos famoso uranio incautado en Bruselas procedente del Congo Belga.
Una vez aclarado esto voy a aclarar más cosas. Justamente lo contrario: a partir de ahora voy a copiar literalmente. Es más, voy a copiar literalmente desde fuentes conocidas y netamente pro-Aliados Occidentales que cualquiera puede tener en su casa o conseguirlas a un precio económico tal y como hice yo en su momento. Así me libraré, espero, del mal uso de ciertos términos que comienzan por "anti" y que suelen provenir de personas "pro".

Del libro "La guerra que había que ganar", de William Murray y Allan R. Millet, que, por cierto, a mí no me parece más que un panfleto de más de 800 páginas…: "(…) En 1904 dos científicos británicos arguyeron que esta energía [la radioactividad] podía aprovecharse para fabricar una bomba y liberarla luego como explosión para fines militares. Los trabajos, muy teóricos pero afortunados, sobre la manipulación de los núcleos atómicos continuaron hasta el decenio de 1930 y en ellos se combinaron avances en la física de partículas, la química física y la ingeniería de laboratorio. Las matemáticas que sustentaban esta investigación básica y aplicada permanecieron en manos de unos cuantos hombres de talento. La dificultad es que tales hombres se encontraban tanto en la Alemania nazi, Japón y la Unión Soviética como en Occidente. Por suerte para los Aliados, en los años treinta gran número de genios de la ciencia abandonó la Europa continental para sumarse a los pioneros de la física nuclear en Gran Bretaña y luego se trasladaron a Estados Unidos, el único país con los recursos y el interés necesarios para patrocinar más investigaciones."

Así pues tenía razón Domper con otro fallo mío: la bomba atómica no existía en teoría en la década de los 20, sino ¡mucho antes!

"Groves [administrador del Proyecto Manhattan] tomó la iniciativa en 1943 y organizó un pequeño grupo de fieles, la Comisión Militar, para que estudiase el empleo de armas nucleares en el contexto de la guerra. El grupo examinó objetivos alemanes y japoneses, unos militares y otros urbano-industriales. Nadie puso en duda que la bomba se utilizaría. En 1944-1945 los norteamericanos supieron que los alemanes no podrían crear la bomba y, de hecho, perderían la guerra. La atención se volvió entonces hacia Japón, el único beligerante que quedaba cuando la explosión de Fat Man lo vaporizó o cristalizó todo."

Es decir, que la decisión de lanzar bombas atómicas se tomó mucho antes del supuesto dramático dilema entre lanzarlas o sacrificar la vida de miles de EUA y británicos. Es más, se consideró la opción de lanzarla en Europa. De haber sido así, quizás más de uno que habla de antiamericanismo habría acudido a más de una manifestación antiglobalización.

"En septiembre de 1944 [Tibbets, el piloto del Enola Gay] recibió de pronto la orden de presentarse a una entrevista relacionada con el mando especial. (…) Después se enteró de que su grupo B-29 especial algún día lanzaría bombas atómicas."

Otra vez queda claro que el uso de esta arma fue mucho antes del mencionado dilema, antes incluso de la rendición de Alemania, esperada ya.

"En los niveles más altos de la política y la estrategia, Estados Unidos y Japón se aferraban a cualquier leve promesa de que la guerra terminase sin llegar a una invasión a gran escala de Kiu-shiu (cuyo nombre cifrado era operación Olímpica) en noviembre y de Honshu (Operación Corona) la primavera siguiente. Unidas bajo el nombre de operación Caída, las dos invasiones requerirían fuerzas de desembarco integradas por 1’3 millones de hombres y toda la flota del Pacífico, reforzada por la Royal Navy, así como 5.000 aviones de combate. La planificación estratégica en Washington, complementada con estudios de McArthur y Nimitz, empezó a evaluar el creciente despliegue de las divisiones japonesas de Asia en las islas de la metrópoli, la dosificación de escuadrones de aviones y lanchas suicidas y la movilización de la población japonesa (especialmente obreros industriales y agricultores desplazados) para que sirvieran en unidades de construcción y de defensa interior. (…) Ante este nivel de preparativos de defensa, los planes norteamericanos incluyeron estimaciones de bajas preparadas por especialistas en personal, planificadores médicos y estados mayores logísticos. (…) El total de bajas que se calculaba que sufrirían los norteamericanos en la operación Caída (…) podía ser de hasta 500.000. (…) King y otros planificadores de la Marina se preguntaban si no sería más prudente cancelar la operación Caída y continuar con el programa de estrangulamiento económico y bombardeos incendiarios hasta que Japón se rindiera. Pero a Stimson, Marshall y Arnold, así como a sus asesores, la idea de una guerra prolongada con un final incierto no les gustaba demasiado."
"Parte de la urgencia por terminar la guerra era fruto de problemas creados por Estados Unidos. Aunque Roosevelt no siguió sus propias declaraciones sobre la rendición incondicional en el caso de Italia, Truman las había hecho suyas y en mayo exigió la capitulación total del Tercer Reich. Debido a las bajas que habían sufrido los norteamericanos en los últimos tiempos de guerra y a los horrores que acababa de revelar la liberación de los campos de exterminio en Alemania y las Filipinas, cualquier concesión a las potencias del Eje sería dinamita política. Se había condicionado a la opinión pública a ver en Hiro-Hito un criminal de guerra, por lo que cualquier capitulación que le permitiera seguir siendo emperador podría considerarse un abuso de confianza cuyo responsable sería Harry Truman. Sin embargo, los expertos en asuntos japoneses que trabajaban en el Departamento de Estado instaron al gobierno a salvar a Hiro-Hito y hacer de él una figura clave para controlar al pueblo japonés, que sería totalmente desarmado, despojado de su imperio, privado de sus líderes tradicionales y sometido a una inevitable reconstrucción económica y emocional durante la ocupación. Aunque algunos expertos sospechaban que Hiro-Hito había tenido una participación activa en las agresiones japonesas, veían en él un instrumento esencial para reconstruir y reformar el país."

Me parece que todos sabemos a estas alturas que los Aliados conocían la existencia de los campos de concentración mucho antes de su liberación. El problema era que, desde su liberación, su existencia era conocida por el público en general, es decir, los votantes. También queda claro que andaba con razón cuando expuse el error del término rendición incondicional y recordaba a Italia. No obstante, todo esto luego se verá nuevamente confirmado por otras fuentes que también citaré. Por otra parte, por supuesto, el peso de las pérdidas humanas. Ningún líder decide una ofensiva sin calcular las bajas y nadie va a negar, por tanto, que tienen su peso a la hora de tomar una decisión. Es más, en demasiadas ocasiones han pesado muy poco frente al valor estratégio militar-político de la operación.

"Otra consideración final era el papel de la Unión Soviética en Asia después de la guerra. En la conferencia celebrada en Yalta en febrero, Roosevelt había obtenido de Stalin la promesa de participar en la guerra de Asia a cambio de la devolución de las "tierras perdidas" y de concesiones especiales en el norte del continente. Si los soviéticos exigían ahora un papel activo en la ocupación, incluido el pago de enormes reparaciones, la rehabilitación de Japón correría peligro. Algunos de los asesores de Truman también habían sacado la conclusión de que en relación con Europa la Unión Soviética tenía sus propios designios contra los que nada podían hacer las recién creadas Naciones Unidas ni la alineación de estados europeos destruidos que había en el momento. A algunos les parecía que valía la pena tomar alguna medida -por ejemplo, introducir al bomba atómica- que diera que pensar a los soviéticos."

Está claro: Los EUA tenían miedo de perder la influencia sobre el Japón del futuro, por no hablar de Asia, tal y como ya sucedía en Europa. Por ello, hasta la bomba atómica, habían resultado más bien sumisos a las peticiones de Stalin. Los EUA no eran lo bastante fuertes y por ello, pese a tener claro que el verdadero botín de la SGM era Asia, tragaron la exigencia de Churchill de "Europa primero", pues precisaban el apoyo militar y la infraestructura del Imperio Británico que, por otra parte, Gran Bretaña estaba dispuesta a perder en buena parte en tal de sobrevivir como nación independiente en aras de su gran aliado y no en aras de sus enemigos. El papel de los EUA para la Francia liberada fue otro y bastante desconocido, pero eso son otras historias… Más adelante veremos cómo, una vez acabada la guerra en Europa, esta ya no importaba tanto y se dejó a Churchill a un lado para negociar a solas con Stalin. Para esto dejaremos "hablar" al propio Churchill, que también traeré como "testigo". Supongo que Churchill no será tachado de antiamericanismo, al igual que estos dos historiadores EUA...

"La elección del objetivo definitivo y del momento de lanzar la bomba dependería del tiempo y de otras consideraciones de carácter local. (…) Huelga decir que Truman hubiese podido cancelar la misión si hubiese querido, y Stimson le brindó la oportunidad de hacerlo el 27 de julio. Truman ordenó que la misión siguiera adelante."
"El general LeMay escogió Hiroshima porque la ciudad tenía cierto valor militar, porque su puente en forma de T era un blanco perfecto y porque, que él supiera, no había en ella campos de prisioneros de guerra aliados. Esta última suposición resultó errónea."

Ya tenemos más claro el por qué de esa ciudad y no otra…

Bueno, ya está bien de momento. Cuando acabe con Churchill lo expondré igualmente, y después a Liddell Hart, pues me gusta mucho cómo cuenta la rendición japonesa "en Japón".
En cuanto al tema de la 4ª bomba atómica, hay por internet centenares de artículos que la anuncian tras la desclasificación de no se qué archivos en 1985. Yo desde luego no la tengo en mi biblioteca personal, pero parece una historia cierta.
La V2 tenía una capacidad de poco más de una tonelada de explosivos. Una bomba atómica de las usadas en la época pesaban entre 4 y 5 toneladas, aunque no se lo que pesaba la misteriosa 4ª bomba, de uso más táctico. Pero bueno, por suponer que no quede. En cualquier caso, nunca he dicho que la paranoia aliada para lograr la bomba atómica antes que Alemania/URSS/Japón no fuese inteligente.

La paz honorable japonesa pasaba por mantener al Emperador en su sitio, cosa que se hizo al final, por cierto. Eso ya lo veremos con Churchill y Liddell Hart.

Avísame sobre más errores de bulto, o si uso bibliografía más allá de tu gusto en particular. También yo pediré disculpas si no vivo en un mundo de ángeles y demonios, si pienso que todos los seres humanos son en esencia iguales y por tanto me alejo de tesis rancias que algunos abanderados en la lucha por la Justicia mantienen a todas luces; y por, en definitiva, mantener un juicio distante, equilibrado, objetivo e informado sin dejarme llevar por posturas consideradas como políticamente correctas hasta el punto de leer también a aquellos historiadores con los que no coincido, provengan de donde provengan.

Mañana más si tengo tiempo...

Sab Dic 23, 2006 1:27 am

Bueno, antes que nada vuelvo a pedir disculpas si he ofendido a alguien. Reconozco que hay temas con los que me caliento bastante, pero por motivos propios, que no atañen al foro, por lo que retiro los comentarios que hayan podido resultar ofensivos.

Con el tema de la bomba atómica yo creo que se puede intentar llegar a una posición de consenso:

1. ¿Era imprescindible la bomba atómica para derrotar a Japón? Desde luego que no.

2. ¿Acortó la guerra el uso de la bomba? Creo que sí. El hecho es que Japón se rindió tras la segunda bomba. No creo que se hubiese rendido tras la declaración de guerra soviética, de hecho el 15 de Agosto aún no se habían atacado los principales objetivos en Manchuria donde los japoneses esperaban resistir.

3. ¿Produjo menos sufrimiento? Yo creo que sí, pero nadie sabe si Japón hubiese seguido la guerra o no, y durante cuanto tiempo. Creo que Japón no se hubiese rendido hasta que se hubiese conquistado Kyusyu, lo que hubiese supuesto cientos de miles o millones de muertes adicionales. Nara (en Okinawa) quedó tan arrasada como Hiroshima (pero sin radiación, claro). Flaco consuelo para las víctimas de la bomba.

4. ¿Cuál fue el motivo para lanzar la bomba? El primario creo que fue atacar al enemigo con todas las armas disponibles, sin consideraciones morales. Otros motivos, como los de probar el arma e impresionar al mundo, no fueron los principales motivos, pero también influyeron en la decisión.

5. ¿Era imprescindible desarrollar la bomba? Hoy sabemos que el Eje y la URSS estaban muy retrasados en ese campo, pero no sé con seguridad que eso se supiera en 1944. En todo caso, la tentación de disponer de un arma definitiva contra todo tipo de enemigos bastaría para su desarrollo. Sin pensar que se abría la caja de Pandora, claro, pero seguramente la caja ya estaba abierta.

6. ¿Era Hiroshima un objetivo militar? Sí, pero sólo desde la absurda moral de la época. Había bases, fábricas y cuarteles, pero en esa época se pensaba que destruir ciudades (con o sin sus moradores, poco importaba) era una forma de hacer la guerra. La ciudad se eligió porque era tan grande que seguro que se causarían daños, es decir, la misma lógica que había llevado al Bomber Command a los "bombardeos de área" que en teoría la USAAF rechazaba, pero que de hecho efectuaba ocasionalmente en Europa y sistemáticamente sobre Japón. Hoy ese procedimiento se considera criminal.

Creo que estos puntos son asumibles por todos. Se puede dar más importancia a un aspecto u otro, pero la mayoría de los historiadores están de acuerdo en esto. Veréis que no entro en temas de antiamericanismo o guerra fría, que ya son opinables.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:28 am

Varios detalles, sin acritud:

1. Factibilidad de la bomba atómica: es cierto que la posibilidad de una "bomba radiológica" había sido propuesta desde principios de siglo, pero sin concretar detalles. De hecho la bomba atómica tiene muy poco parecido con la energía que se pretendía aprovechar (la de la desintegración natural de núcleos radiactivos), que es mucho menor. De hecho, en 1.896 Julio Verne había publicado "Ante la bandera", una obra de ciencia ficción en la que un científico desarrollaba el "fulgurador", un arma de destrucción masiva. Pero la posibilidad real de la bomba no llegó hasta que se conoció el núcleo atómico mucho más profundamente (tanto matemática como experimentalmente) y hasta que se consiguió la fisión nuclear, en los treinta. Y sólo se consiguió desarrollar el arma en tan poco tiempo por los ingentes recursos dedicados, de no haber guerra es dudoso que se hubiese logrado antes de 1950 ó 1960.

2. Motivos para seguir con la bomba: lo que es evidente es que los que la produjeron ni se plantearon hasta muy al final del proyecto la moralidad de este, y la mayoría ni entonces. Unos lo consideraron un reto científico, otros un arma más que se usaría como cualquier otra.

3. Preparativos: lo lógico es, si se puede, desarrollar el proyecto en paralelo, para que haya los menores retrasos. Así los problemas relacionados con la modificación de los B-29, el lanzamiento del arma y el sistema de detonación pudieron solucionarse a tiempo de usar el arma (y por los pelos).

4. Motivos para usar el arma: ya los he expresado anteriormente. El principal, acabar la guerra con las menores bajas (norteamericanas) posibles. Pero otros factores, tales como impresionar a Stalin cuando empezaba la crisis en Europa, no hay que descartarlos. De hecho, un aspecto a discutir es si hubiese habido una Tercera Guerra Mundial en Europa y Oriente Medio antes de 1950 sin la bomba atómica. Los soviéticos hicieron planes bastante extensos (retrasados por la hambruna de 1946) y en 1953 parece que Stalin preparaba la guerra, con bomba o sin ella.

5. Influencia sorbe Japón: a la vista de lo ocurrido en Europa, y ya que el peso de la guerra contra Japón lo habían puesto los norteamericanos, es lógico que pretendiesen mantener su influencia.

6. Elección de Hiroshima: hubo varios factores, la mayoría de ellos ya los comentas. Se pueden citar:
- Era una ciudad grande, fácil de identificar, por lo que no se fallaría.
- Era la ciudad más grande que quedaba intacta.
- Había algunos objetivos militares.
- No se conocía que hubiese gran número de prisioneros. Por eso Kokura (con mayor valor militar) no fue atacada, aunque fue seleccionada como objetivo para la segunda y tercera bomba.

7. La cuarta bomba: coincidirás en que ocultar los efectos de un arma nuclear no es sencillo, por pequeña que sea. Además, lanzar un arma así en medio de una incursión masiva causaría probablemente bajas propias. Pero aparte de eso se conoce como era la cuarta bomba atómica: el desarrollo de "Little Boy" de Uranio fue un respaldo por si fallaba la más compleja bomba de Plutonio que era mucho más fácil de conseguir que el Uranio enriquecido. Los norteamericanos desarrollaron cuatro tipos de armas durante la guerra:
- Trinity: una bomba experimental, no lanzable, que usaba el mecanismo de la Mark 3.
- Mark 1 "Little Boy": de Uranio enriquecido con un dispositivo de cañón.
- Mark 2 "Thin Man": su desarrollo fue anulado. Debía ser una bomba con un dispositivo de cañón similar a la Mk 1, pero usaría Plutonio. Pero estudios matemáticos demostraron que era imposible desarrollar un arma así, y fue anulada. En los años cincuenta se desarrollaron algunos tipos derivados de la Mk 2, pero con Uranio enriquecido, ya que esta bomba era más ligera y de menor diámetro, y era apta para misiles y para bombas anti búnker.
- Mark 3 "Fat Man": la bomba de Nagasaki. Ya que el suministro de Plutonio era mayor fue el diseño elegido para la producción subsiguiente, que siguió a bajo ritmo hasta que empeoró la guerra fría. En 1946 había ocho ingenios, de los que dos se detonaron en Bikini. Se sabe que el 11 de Agosto de 1945 Marshall dio órdenes de suspender el traslado del núcleo de Plutonio de un arma atómica, que probablemente hubiese sido lanzada en la tercera semana de Agosto.
Luego la cuarta bomba era con seguridad una repetición de "Fat Man", aunque podía haber diferencias de detalle ya que la producción de las primeras armas era artesanal.

8. Capacidad del Eje de lanzar un arma atómica: relativa. Efectivamente, la A-4 no podía llevar un arma de varias toneladas sin un gran rediseño, aunque la A-10 sí lo hubiese podido (sin alcance intercontinental). Aunque había otros medios de llevar esa carga: podía hacerlo un bombardero He-117 modificado, o incluso un bombardero aliado capturado (de los que había varios en el Kg-200). Otra posibilidad era usar un sistema tipo Mistel.

Aparte de eso, hasta que no se dispuso de muestras de Plutonio 239 no se supo el tamaño que precisaría el arma. La Mk 2 "Thin Man" pesaba (según el diseño) unas tres toneladas, una carga factible para varios vectores del Eje, y tendría forma cilíndrica, apta para montar en un avión o incluso un misil. Aunque al tener muestras de Plutonio se vio que la bomba no era práctica como se había diseñado. Al final de los años 40 se diseñó la Mk 8, también de mecanismo de cañón, y que pesaba "sólo" 1.600 Kg. La Mk 7 de 1952 pesaba 764 Kg y era apta para aviones tácticos. Todo eso estaba en el futuro, pero los aliados no podían saber si los alemanes se aproximarían a la bomba por otro camino. Por ejemplo, en vez de usar la ineficaz difusión gaseosa, fueron lsoalemanes los pioneros en usar centrifugadoras de alta velocidad. En todo caso los alemanes tenían otras formas de usar un arma así, somo pudiera ser una mina transportada por un minisubmarino, etcétera.

Lo que yo no tengo claro es hasta que punto los aliados sabían el grado de desarrollo del programa alemán. De hecho, creyeron que la planta de separación era una fábrica de paracaídas.

De todas formas, a mediados de 1944, tras las victorias en Francia, Italia, Bielorrusia y las Marianas, los aliados creían que la guerra estaría ganada para el invierno, y se redujeron los pedidos de equipos militares (tras la experiencia de la desmovilización de 1918 se pretendía evitar una crisis económica), desde municiones hasta portaaviones. Luego, cuando Alemania detuvo la ofensiva en sus fronteras, los aliados se encontraron cortos de municiones, y en el Pacífico con el periodo kamikaze echaron en falta los barcos retrasados. Probablemente pasó lo mismo con la bomba, se pensaba que lso Sherman estarían en Berlín antes de navidades, y que no daría tiempo a nada.

Aun así, la bomba era un arma muy atractiva: el desarrollo había sido carísimo, pero estaba hecho en su mayoría. Y era el arma definitiva ante apetencias de nuevos dictadores o de países díscolos. No se sabía lo que sería la guerra fría.

Saludos

(y disculpas, si te he molestado)

Sab Dic 23, 2006 1:28 am

Bien, por supuesto acepto las disculpas. Si coincidimos en muchas cosas, a excepción de tu defensa cuasi patriótica de las motivaciones sentimentales del gobierno Truman. No obstante, ya que tenía el trabajo muy adelantado, permitirme todos que suelte otro rollazo impresionante. Espero que os resulte interesante.

Pasemos ahora al libro escrito por Churchill, La Segunda Guerra Mundial:

"(…) Todavía no se había conquistado Japón. Todavía no había nacido la bomba atómica. El mundo estaba confuso. El principal lazo del peligro común que había unido a los grandes aliados se había desvanecido de golpe. En mi opinión, la amenaza soviética ya había reemplazado al enemigo nazi aunque todavía no existía ninguna alianza contra ella."

Quedan claro los temores de Churchill tras la rendición de Alemania, pero no eran sólo estos.

"(…) El tipo de actitud y de perspectiva que se había notado en Yalta se fortaleció. Se decía que Estados Unidos tenía que procurar no dejarse arrastrar hacia ningún antagonismo con la Rusia soviética."

Luego Churchill pasa a narrar el cambio de actitud del gobierno de los EUA hacia él y hacia lo que él consideraba los problemas de un futuro inmediato, especialmente en Europa. Ante la propuesta del líder británico de una reunión de las tres potencias, el de EUA recomienda hacerla de manera que sea la URSS la que la proponga, para que no parezca que haya malestar con ella. Incluso propone una reunión previa entre Truman y Stalin en Europa, sin Churchill, sugerencia que "me dejó atónito". Al final se decidió que iría Hopkins a Moscú, es decir, que los EUA, a fin de cuentas, se reunirían con la URSS sin la presencia de GB, ni nada más ni nada menos que en Moscú, y usando al principal enlace entre ambas potencias. El tema principal de la reunión fue Polonia y "En realidad fue la primera vez que se avanzó un poco." Churchill no sabría que EUA había pactado con Stalin la "amistad" no sólo de Polonia, sino del resto de países que tenían frontera con la URSS y que, por tanto, ni se mencionaron las elecciones libres en Polonia.
Luego, tras el anuncio de "los bebés", Churchill, por supuesto, también habla del coste de vidas EUA y GB que supondría la invasión de Japón, y la ventaja que para evitar esto suponían las bombas atómicas. Pero, de inmediato, retorna a su principal obsesión:

"Además, así no necesitaríamos a los rusos. El final de la guerra en Japón ya no dependía de la intervención de sus ejércitos para provocar una matanza definitiva y quizá prolongada. Ya no teníamos necesidad de pedirles favores. Por consiguiente, podríamos afrontar la serie de problemas europeos en función de sus circunstancias y de acuerdo con los amplios principios de las Naciones Unidas."

Se puede decir más alto, pero no más claro. Luego añade, tras un breve repaso a la utilidad de la bomba atómica para ahorrar vidas humanas, que "la aprobación británica para usar esta bomba se concedió el cuatro de julio, antes de que se llevara a cabo la prueba. La decisión final dependía entonces del presidente Truman, que era quien tenía la bomba, pero jamás dudé de cuál sería esa decisión ni tampoco he dudado desde entonces de que tuviera razón. Sigue siendo un hecho histórico, y así se debe juzgar con posterioridad, que la decisión de si usar o no la bomba atómica para obligar a Japón a rendirse ni siquiera se tuvo que discutir."

Luego Churchill recuerda el lamentable estado de la Armada japonesa y de las dificultades del gobierno para desembarazarse de la partida fanática y lograr un proceso de paz. En este contexto, menciona las conversaciones con Truman a quien "Hice hincapié en el enorme coste de vidas estadounidenses y, en menor medida, británicas si imponíamos a los japoneses una rendición incondicional. Él tenía que plantearse si esto no se podía manifestar de alguna otra manera para que pudiéramos conseguir todos los elementos esenciales para la paz y la seguridad futuras dejándoles al mismo tiempo la impresión de que conservaban su honor militar y cierta garantía de su existencia nacional después de cumplir con todas las salvaguardias necesarias para el conquistador. El presidente contestó sin rodeos que no creía que a los japoneses les quedara ningún honor militar después de Pearl Harbour."

En mi opinión, esto también es revelador. A mí me da la impresión de que Truman, con o sin bomba atómica, estaba muy dispuesto a invadir Japón costase lo que costase. Si antes habíamos descubierto el papel de la opinión de la población al descubrir las barbaridades de los campos de exterminio y su peso a la hora de tomar una decisión, ¿qué no vamos a pensar de la influencia de la misma población sobre un tema que los había "despertado" como lo fue el "día de la infamia"?

Y más adelante afirma categóricamente: "Sería un error suponer que el destino de Japón se resolvió mediante la bomba atómica. Su derrota era indudable antes de que cayera la primera bomba y se debió a nuestro abrumador poderío marítimo que, por sí solo, hizo posible que nos apoderáramos de bases oceánicas desde las que lanzar el ataque definitivo y obligar a su Ejército metropolitano a capitular sin asestar ni un golpe. Sus embarcaciones habían sido destruidas. (…) Se hundieron más de ocho millones y medio de toneladas de embarcaciones japonesas, de las que cinco millones se debieron a nuestros submarinos. Nosotros, como potencia insular dependiente del mar igual que ellos, podemos interpretar la lección y comprender el destino que nos habría esperado si no hubiéramos conseguido dominar a los submarinos alemanes."

Esto lo explica mejor Liddell Hart, en su Historia de la Segunda Guerra Mundial: "Ese [el hundimiento de la Armada japonesa, incluida la mercante, claro] fue el factor más importante en el colapso final del Japón, decisivo por cómo se explotó su debilidad económica y su dependencia de los suministros de ultramar." Lo cierto es que, pese a que el arma submarina tuvo un inicio cochambroso en los EUA, en buena medida por el miedo de la Armada tradicional a que le hicieran la competencia, luego se convirtió en una cruz para los japoneses que, para postre, no disponían de un sistema de protección de convoyes adecuado y no lograron ponerse a la altura de las circunstancias, con lo que en la metrópoli comenzaba a faltar, no sólo el petróleo y otras materias primas, sino hasta el arroz.

Liddell Hart, resume muy bien el papel de la fuerza aéra: "Los efectos fueron tremendos, la moral de la población declinó lamentablemente después de los ataques e incendios de Tokio, y todavía más, cuando LeMay comenzó a arrojar octavillas avisando sus próximos blancos. Más de ocho millones y medio de personas huyeron al campo, en perjuicio de la producción de guerra, en un momento que la economía bélica del Japón estaba al borde del abismo. La producción en la industria de la refinería de petróleo había descendido en un 83%, la de motores de aviación en un 75%, en aviones en un 60%, y en equipo electrónico en un 70%. Los bombardeos habían destruido o averiado seriamente más de 600 importantes fábricas de guerra."
"Por encima de todo esto estaba el hecho de que la campaña de bombardeos había llevado el convencimiento a la población japonesa de que sus fuerzas ya no podían protegerlas y que la rendición, incluso incondicional, era ya inevitable."

También narra muy bien la historia de la rendición del Japón:

"[los] acercamientos nipones en busca de la paz habían comenzado mucho antes, y ya eran conocidos por las autoridades americanas, mucho mejor de lo que Churchill indicaba o sabía. Antes de la Navidad de 1944, la Inteligencia americana en Washington recibió un informe de un agente diplomático bien informado en el Japón, en el que se anunciaba que estaba naciendo y ganando terreno un partido a favor de la paz. El agente predijo que el Gobierno del General Koiso sería pronto sucedido por otro gobierno buscador de la paz, presidido por el Almirante Suzuki, el cual iniciaría las negociaciones, con el respaldo del Emperador. Esta predicción se cumplió en abril."
"La sacudida producida por esa noticia [la caída de Okinawa], junto con la noticia de que los rusos rompían su pacto de neutralidad con el Japón, precipitó la caída del Gabinete de Koiso, el 5 de abril, y entonces Suzuki pasó a Primer Ministro."
"Pero aunque las cabezas visibles del partido de la paz predominaban ahora en el gobierno, estaban confundidos sobre cómo proceder. Ya en febrero, siguiendo la iniciativa del Emperador Hirohito, se habían hecho acercamientos a Rusia, pidiendo que ella, "como neutral", actuara de intermediario para arreglar la paz entre el Japón y los Aliados Occidentales. Estos contactos se hicieron, primero, a través del Embajador ruso en Tokio, y luego, a través del Embajador japonés en Moscú. Pero no se adelantó nada. Los rusos no habían pasado una sola palabra sobre estos deseos japoneses."

Bien, es probable que Stalin, que sospechaba que los Aliados Occidentales atrasaban la invasión de Europa a propósito para sangrarle, desease hacer lo mismo con ellos en Japón. Pienso que tenía bastante claro que él sería mucho más rápido avanzando por Manchuria que ellos invadiendo la metrópoli y el conjunto de islas necesario para ello, con lo que mataba dos pájaros de un tiro: él ganaba la influencia deseada en Asia y de paso debilitaba a los Aliados ante futuras negociaciones.

"Pasaron tres meses antes de la primera insinuación. Fue a finales de mayo, cuando Mr. Harry Hopkins, enviado personal del Presidente, voló a Moscú para celebrar conversaciones con Stalin sobre el futuro del mundo. En su tercera reunión, Stalin sacó el tema del Japón."

Esta es la reunión "en la que se había avanzado" según Churchill.

"En la conferencia de Yalta, en febrero, había prometido unirse en la guerra contra el Japón, a condición de obtener las islas Kuriles, todo el Sakhalin y un puesto de control en Manchuria. Pasó a decir que si los Aliados seguían aferrados a su demanda de rendición incondicional, los japoneses lucharían encarnizadamente hasta el fin, mientras que una modificación de ella podría animarles a ceder, y luego los Aliados tendrían ocasión de imponer su voluntad y obtener sustancialmente los mismos resultados. Resaltó también que Rusia esperaba obtener una participación en la ocupación del Japón. Fue en el transcurso de esta conversación cuando reveló que "ciertos elementos del Japón estaban buscando caminos para la paz", pero no aclaró que se trataba de acercamientos oficiales a través de los embajadores."
"[Los miembros del Gobierno japonés estaban] Ansiosos por conseguir la paz, la aceptación de la demanda Aliada de una rendición incondicional aparecería como una traición a las fuerzas que luchaban en el campo de batalla, dispuestas a pelear hasta la muerte; estas fuerzas, que mantenían en prenda la vida de miles de prisioneros Aliados, civiles y militares, medio muertos de hambre, podían negarse a obedecer una orden de alto el fuego, si los términos eran humillantes, sobre todo, si había alguna demanda de apartamiento del Emperador, que a sus ojos no era sólo el soberano, sino también un ser divino."

Todos sabemos que la aceptación de la paz supuso una pequeña guerra civil al levantarse en armas la facción que deseaba continuar luchando. Es un tópico ya aquello de que los gritos de alegría por el fin de la guerra apenas sofocaban el ruido de los disparos de quienes se suicidaban o se levantaban contra su gobierno. También es evidente que el gobierno de Truman, tan deseoso de minimizar el coste de vidas EUA, no tuvo en cuenta a esos miles de prisioneros.

El propio Emperador, al ver a su gobierno dividido, envió al príncipe Konoye a Moscú para negociar la paz y con instrucciones privadas de conseguirla al precio que fuera. Stalin informó a Churchill y este a Truman, tal y como cuenta cuando le proponía, además, una mitigación del término rendición incondicional. Hubo más intentos, siempre a través de Stalin. Además la Inteligencia EUA había interceptado los mensajes entre Japón y la URSS.

"Pero el presidente Truman y la mayoría de sus principales consejeros, en particular Mr. Stimson y el General Marshall, Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos, estaban ya tan atentos a usar la bomba atómica para acelerar el colapso del Japón, como Stalin lo estaba en entrar en la guerra contra el Japón ante que aquélla terminara, a fin de conseguir una posición ventajosa en el Extremo Oriente."

"El efecto [de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki] sobre el gobierno japonés fue, sin embargo, mucho menor de lo imaginado en aquel entonces. No conmovió a los tres miembros del Consejo de los seis que se habían opuesto a la rendición incondicional, y todavía insistían en que debían obtenerse primero algunas seguridades para el futuro, particularmente en lo relativo al mantenimiento de la posición soberana del Emperador. En cuanto al pueblo del Japón, no se enteró hasta después de la guerra de lo que había sucedido en Hiroshima y Nagasaki."
"La declaración de guerra de Rusia, el 8 de agosto, y la inmediata marcha sobre Manchuria al día siguiente, parece que fue casi tan eficaz en acelerar la cuestión, y aún más, la intervención e influencia del Emperador. En una reunión del Gabinete interior en su presencia, el día 9, señaló lo desesperado de la situación, con tanta claridad y tan firmemente decidido a favor de una paz inmediata, que los tres oponentes a ello se mostraron más inclinados a ceder y aceptar la celebración de un Gozenkaigi, o reunión de Estados Mayores, en la que el propio Emperador tomaría la decisión final. Mientras tanto el Gobierno anunció por radio su disposición a rendirse, siempre que fuera respetada la soberanía del Emperador, punto sobre el que había guardado silencio la Declaración de los Aliados en Potsdam, del 26 de julio. Después de algunas discusiones, el presidente Truman aceptó esta cláusula, que suponía una notable modificación de la rendición incondicional."
"El uso de la bomba atómica no fue realmente necesario para producir semejante resultado. Con las nueve décimas partes de los barcos japoneses hundidos y averiados, sus fuerzas aéreas y marítimas desarboladas, sus industrias desmanteladas y los suministros de alimentos del pueblo disminuyendo de forma acelerada, el colapso era ya cierto, como dijo Churchill."
Luego Liddell Hart añade el informe de la Inspección del Bombardeo Estratégico: "El lapso de tiempo entre la impotencia militar y la aceptación política de lo inevitable podía haber sido más corto, si la estructura política de Japón hubiera permitido una determinación más rápida y decisiva de la política nacional. No obstante, parece claro que aun sin los ataques con bombas atómicas la supremacía aérea pudo haber ejercido suficiente presión para provocar la rendición incondicional y evitar la necesidad de la invasión." La declaración del Almirante King también es decisiva: "[sólo el bloqueo naval habría] obligado a los japoneses a la sumisión [por falta de suministros] si nosotros hubiéramos querido esperar."

Liddell Hart no sólo aboga por las ganas de desembarazarse de los rusos como motivación al lanzamiento de los artefactos atómicos, sino también a la necesidad de justificar los dos billones de dólares que había costado el Proyecto Manhattan.
Sea como fuere, la necesidad de librarse del papel de "malo" ha impuesto el mito de lo imprescindible de las bombas atómicas. También uno ve, si mira la visión rusa, cómo estos consideran la ofensiva a Manchuria como la detonante del anuncio de rendición en Japón, cosa que tampoco se puede considerar cierta. A mi juicio, lo que se puede considerar cierto es que Japón deseaba rendirse hacía tiempo, pero se enfrentaba a graves problemas internos, incluso con sus tropas, muy numerosas aún, fuera de la metrópoli, con las que escaseaba el contacto. Además, estaban los problemas foráneos: la reticencia de un presidente de los EUA a hacer tragar a su enfurecida población por el "día de la infamia" y los campos de exterminio otra cosa que no fuera una victoria total y humillante para sus enemigos, y la necesidad de proteger los intereses de su país amenazados por la otra potencia y tras los esfuerzos realizados.

Sab Dic 23, 2006 1:29 am

Acepto por mi parte las disculpas por lo que en lo personal me tocaba directamente. Gracias, Domper.

Saludos.

Sab Dic 23, 2006 1:30 am

No he leído las memorias de Churchill (porque mi presupuesto y tiempo es limitado, y hay obras más atractivas) pero sí algún libro de Liddel Hart. Como testigos contemporáneos de los hechos, sus libros tienen un gran valor. Pero no hay que olvidar que los autores defienden unas tesis a las que subordinan los hechos.

En el caso de Churchill, escribo por las críticas que he leído de su obra, ya que no la conozco de primera mano. En el caso de Liddel Hart en su obra está intentando continuamente apoyar su concepto de la guerra moderna, y recuerdo algunos pasajes que eran discutibles (no lo puedo comprobar, porque tengo media biblioteca en cajas tras la última mudanza). Eso sí, todavía no tengo "Al otro lado de la colina", y puedo estar errado.

Empezando por los hechos militares: apoyo por completo lo que indica Liddel Hart. Japón había sido destruido como potencia, y no sólo eso, la situación, ya de por sí catastrófica, se hubiese hecho mucho peor en los meses siguientes. Con Estados Unidos en Okinawa y enviando patrullas navales por el mar de la China, la ruptura de las defensas submarinas del Mar del Japón, las patrullas aéreas sobre dicho mar, y el minado de los puertos, la perspectiva para loa próximos meses era de una gran hambruna, en una población ya bastante depauperada y por tanto muy vulnerable. Sólo hay que recordar los efectos a corto y largo plazo del invierno del hambre en Holanda para imaginarse lo que significaría en Japón.

Sin embargo, una puntualización respecto a la campaña submarina: esta había sido muy efectiva en 1943 y sobre todo en 1944 (costándose a Japón además de las pérdidas de mercantes y de buques de escolta, siete portaaviones y un acorazado, y decenas de miles de soldados), pero una vez los aliados pusieron pie en el "perímetro interior", es decir, en Filipinas, las fuerzas de superficie y sobre todo las incursiones de los portaaviones rápidos causaron grandes pérdidas en la marina mercante: por lo menos dos millones de toneladas de buques mercantes de los más de tres hundidas por la marina lo fueron en los doce últimos meses de la guerra. Además estas patrullas eran más efectivas contra la navegación de cabotaje con buques ligeros (sampanes y demás) a la que Japón había tenido que recurrir.

Respecto a los efectos sobre la producción de guerra, también por completo de acuerdo. Mientras que los bombardeos de precisión de finales de 1944 fueron ineficaces, la campaña contra las ciudades fue terriblemente efectiva, al destruir un gran número de pequeños talleres y, sorbe todo, al desplazar a sus trabajadores e interrumpir la producción. Ese aspecto es el que me dificulta el condenar la campaña incendiaria de LeMay: los ataques a las ciudades japonesas causaron un gran sufrimiento, pero fueron una campaña aérea "dohuetiana" que por sí sola derrotó decisivamente a Japón. Por cierto, el sistema de alertar con octavillas resultó muy efectivo: indicó a los japoneses su debilidad (pues el enemigo se podía permitir avisar) y causaba éxodos masivos, lo que era (en teoría) el objetivo del bombardeo de área: inutilizar el valor de las ciudades (pero si de paso morían miles de japoneses, pues mejor).

En esta línea, señalar que el bombardeo atómico de Hiroshima también tuvo un gran efecto: muchos supervivientes de Nagasaki relatan como se escondieron cuando se dio la alerta aérea por un único avión, lo que les salvó. Es decir, la noticia había llegado a las ciudades próximas a los tres días de la bomba, cuando al día siguiente de esta parte del gobierno no sabía ni que había pasado ahí. Supongo (no lo sé) que durante esos días las alertas de ese tipo se multiplicaron por Japón, y probablemente el éxodo de las ciudades aumentó.

Con todo, una campaña de bombardeos contra las ciudades me parece criminal. Los aliados hacían lo que el Eje había empezado, pero eso no impide que me parezca lamentable. Los Estados Unidos fueron farisaicos, pues llevaron a cabo contra Japón lo que habían criticado a los ingleses en Europa. Por cierto, la campaña submarina sin restricciones llevada a cabo por USA había sido condenada por ellos mismos en 1917 y en 1940.

Es decir, Japón estaba derrotado. Sólo faltaba que se rindiese. La duda era cuando lo haría, y si el gobierno pacifista de Suzuki aguantaría. No olvidemos que los militares ya habían llevado a cabo un sangriento golpe de estado en 1936 con el asesinato de ministros moderados, y el día 14 de Agosto estuvo a punto de pasar lo mismo.

A la hora de valorar los tímidos intentos de negociación, hay que considerar dos factores:

- Japón ya tenía tradición de violar tratados. Los aliados no hubiesen aceptado nada menos que los términos del 15 de Agosto, pero esos términos me parece muy dudoso que Japón los hubiese aceptado.

- Churchill siempre se manifestó en contra de la rendición incondicional, pero no tuvo en cuenta las dificultades que hubiese tenido para explicar a su electorado un tratado que dejase intactas (aunque fuese mínimamente) el poder o las instituciones de Alemania o de Japón (aparte que Churchill perdió el poder durante la conferencia de Postdam). El ejemplo italiano no vale, pues había sido un contendiente de opereta, no era el agresor (sino un "yo me apunto"), no había sido demasiado cruel, y no había creado especial resentimiento. Lo mismo con otros actores secundarios, como Finlandia o Tailandia. Pero en los casos de Alemania o Japón eran países que habían preparado y desencadenado la guerra (que empezó realmente en 1937 en China por una agresión japonesa) y con estructuras de poder corruptas.

Francamente, ni creo que Truman hubiese podido ofrecer mejores condiciones que las de Agosto, ni creo que Japón las hubiese admitido sin algún "revulsivo".

Respecto a lo de Rusia, es cierto que Truman desconfiaba mucho más que su predecesor de las intenciones de Stalin, y la situación empeoró a lo largo de 1945. Pero aun así siguió pidiendo (exigiendo, según los términos del acuerdo firmado) que la URSS entrase en la guerra. Un aspecto que no se ha citado es que los envíos de material a la URSS se mantuvieron tras la rendición alemana al mismo nivel que previamente, con vistas a ayudar para un ataque a Japón. Material construido según peticiones soviéticas, y que Stalin (lealmente) almacenó con vistas a una futura guerra en Europa: por ejemplo, eso pasó con la mayoría de los P-63 Kingcobra enviados.

De todas formas, la política norteamericana ha sido vacilante tantas veces que no sería de extrañar que este fuera otro caso. En USA se ha aplicado muchas veces el dicho bíblico "que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha", pero literalmente: cada departamento actúa por libre interfiriendo con los demás. Un caso notorio cercano fue el "malentendido" que llevó a Irak a invadir Kuwait, gracias a la confusa diplomacia yanqui. En la SGM la política norteamericana mostró una llamativa ceguera sobre lo que sería la posguerra, mezclada con un fariseísmo que les permitía abandonar media Europa a un régimen tan brutal como el que derrocaban. Con la administración Truman se empezó a tomar conciencia de la situación, pero probablemente este episodio fue una última consecuencia.

La duda que se ha planteado siempre es si fue el ataque ruso o las bombas, o su conjunto, lo que decidió la rendición de Japón. Yo no lo sé. Pero sin declaración rusa, se hubiese producido un tercer ataque nuclear en la tercera semana de Agosto, y otro más en Septiembre, y varios por mes a partir de entonces. La destrucción de una tercera ciudad tal vez hubiese forzado al Japón a rendirse. Lo que no sabemos es si únicamente la declaración rusa de guerra hubiese bastado, yo creo que no, al menos hasta que hubiesen sido derrotados en Manchuria. Pero no lo sé, ni creo que se llegue a saber.

Para acabar, sobre mi supuesta admiración a USA. No es así, no soy tan ciego como para no ver muchos de los desmanes que han cometido. La "guerra fría" fue consecuencia de la ceguera norteamericana. Pero de todos los contendientes de la guerra, fue probablemente el que fue a ella con menos intereses espurios, y el que hizo menos maniobras con vistas a conseguir ventajas para la posguerra. Inglaterra, al fin y al cabo, lo que quería impedir es el engrandecimiento de Alemania y su Imperio. Parecido, Francia. En el caso de la URSS o del Eje, peor aún. Si no tenemos en cuenta a países pequeños (porque entonces mi favoritos son Finlandia o Dinamarca) los yanquis fueron de los más "puros" de la guerra. Luego sacaron tajada, pero por agotamiento de los otros poderes, por su potencial económico, y sin olvidar el Plan Marshall. Pero no dejo de ver la basura que esconden bajo la alfombra.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:30 am

Permitidme transcribir un pasaje del libro "El Retorno de los Brujos", de Louis Pauwels y Jacques Bergier (Ed Plaza i Janés 1971):

…Desde 1934 a 1940, Jacques Bergier fue colaborador de André Helbronner, uno de los hombres notables de nuestra época. Helbronner, asesinado por los nazis en Buchenwald, en marzo de 1944, había sido en Francia el primer catedrático de Química - Física. De esta ciencia, fronteriza entre las dos disciplinas, nacieron después gran número de otras ciencias: la electrónica, la física nuclear, la estereotrónica. Helbronner debía recibir la gran medalla de oro del Instituto Franklin por sus descubrimientos sobre los metales coloidales. Se había interesado igualmente por la licuefacción de los gases, por la aeronáutica y por los rayos ultravioleta.

En 1934, se consagraba a la física nuclear y había montado, con el concurso de grupos industriales, un laboratorio de investigación nuclear, donde se obtuvieron resultados de gran interés hasta 1940. Helbronner era además perito ante los Tribunales para todos los asuntos referentes a la transmutación de los elementos, y esto dio ocasión a Jacques Bergier de conocer a un cierto número de falsos alquimistas, timadores o iluminados; y a un alquimista verdadero.

Mi amigo no supo jamás el verdadero nombre de este alquimista y, si lo hubiera sabido, se habría guardado muy bien de dar demasiados detalles. El hombre del que vamos a hablar desapareció hace ya mucho tiempo, sin dejar rastro visible. Ha entrado en la clandestinidad, después de haber cortado voluntariamente todos los puentes que le unían con el siglo. Bergier está convencido de que se trataba del hombre que, bajo el seudónimo de Fulcanelli, escribió allá, por el año 1920 dos libros extraños y admirables: "Las moradas filosofales" y "El misterio de las catedrales". Estos libros fueron editados gracias a las gestiones de M. Eugéne Canseliet, que jamás reveló la identidad del autor. Figuran, ciertamente, entre las obras más importantes sobre la alquimia. Manifiestan unos conocimientos y una sabiduría extraordinarios, y conocemos a más de un hombre de elevado espíritu que venera el nombre legendario de Fulcanelli.

"¿Podría - escribe M. Eugéne Canseliet -, al llegar a la cima del conocimiento, negarse a obedecer las órdenes del Destino? Nadie es profeta en su tierra. Este antiguo adagio nos da, tal vez, la razón oculta del trastorno que provocó, en la vida solitaria y estudiosa del filósofo, la chispa de la revelación. Bajo los efectos de esta divina llama, el hombre se consume por entero. Nombre, familia, patria, todas las ilusiones, todos los errores, todas las vanidades, caen hechos polvo. Y de estas cenizas, como el fénix de los poetas, renace una nueva personalidad. Así, al menos, lo quiere la tradición filosófica.
"Mi maestro lo sabía. Desapareció cuando sonó la hora fatídica, cuando se cumplió la señal. ¿Quién se atrevería a sustraerse a la ley? Yo mismo, a pesar de la laceración de una separación dolorosa, pero inevitable, si me ocurriera hoy el feliz acontecimiento que obligó a mi maestro a huir de los homenajes del mundo, no me comportaría de otra manera."

M. Eugéne Canseliet escribió estas líneas en 1925. El hombre que dejaba a su cuidado la edición de sus obras se disponía a cambiar de aspecto y de ambiente. Una tarde de junio de 1937, Jacques Bergier creyó tener excelentes razones para creer que se hallaba en presencia de Fulcanelli.
A petición de André Helbronner, mi amigo se entrevistó con el misterioso personaje en el prosaico escenario de un laboratorio de ensayos de la Sociedad del Gas, de París. He aquí, íntegra, su conversación:

-M. André Helbronner, del que tengo entendido que es usted ayudante, anda buscando la energía nuclear. M. Helbronner ha tenido la amabilidad de ponerme al corriente de alguno de los resultados obtenidos, especialmente de la aparición de la radiactividad correspondiente al polonio, cuando un hilo de bismuto es volatilizado por una descarga eléctrica en el seno del deuterio a alta presión. Están ustedes muy cerca del éxito, al igual que algunos otros sabios contemporáneos. ¿Me permite que le ponga en guardia? Los trabajos a que se dedican ustedes y sus semejantes son terriblemente peligrosos. Y no son sólo ustedes los que están en peligro, sino también la Humanidad entera. La liberación de la energía nuclear es más fácil de lo que piensa. Y la radiactividad superficial producida puede envenenar la atmósfera del planeta en algunos años.
Además, pueden fabricarse explosivos atómicos con algunos gramos de metal, y arrasar ciudades enteras. Se lo digo claramente: los alquimistas lo saben desde hace mucho tiempo.

Bergier se dispuso a interrumpirle, protestando. ¡Los alquimistas y la física moderna! Iba a prorrumpir en sarcasmos, cuando el otro le atajó:

-Ya sé lo que va a decirme: los alquimistas no conocían la estructura del núcleo, no conocían la electricidad, no tenían ningún medio de detección. No pudieron, pues, liberar jamás la energía nuclear. No intentaré demostrarle lo que voy a decirle ahora, pero le ruego que lo repita a M. Helbronner: bastan ciertas disposiciones geométricas, sin necesidad de utilizar la electricidad o la técnica del vacío. Y ahora me limitaré a leerle unas breves líneas.

El hombre tomó de encima de su escritorio la obra de Frédéric Soddy: L'interprétation du Radium, la abrió y leyó:

"Pienso que existieron en el pasado civilizaciones que conocieron la energía del átomo y que fueron totalmente destruidas por el mal uso de esta energía."
Después prosiguió:

-Le ruego que admita que algunas técnicas parciales han sobrevivido. Le pido también que reflexione sobre el hecho de que los alquimistas mezclaban preocupaciones morales y religiosas con sus experimentos, mientras que la física moderna nació en el siglo XVIII de la diversión de algunos señores y de algunos ricos libertinos. Ciencia sin conciencia... He creído que hacía bien advirtiendo a algunos investigadores, aquí y allá, pero no tengo la menor esperanza de que mi advertencia fructifique. Por lo demás, no necesito la esperanza.

Bergier se permitió hacer una pregunta:

-Si usted mismo es alquimista, señor, no puedo creer que emplee su tiempo en el intento de fabricar oro, como Dunikovski o el doctor Miethe. Desde hace un año, estoy tratando de documentarme sobre la alquimia y sólo he tropezado con charlatanes o con interpretaciones que me parecen fantásticas. ¿Podría usted, señor, decirme en qué consisten sus investigaciones?

-Me pide usted que resuma en cuatro minutos cuatro mil años de filosofía y los esfuerzos de toda mi vida. Me pide, además, que le traduzca en lenguaje claro conceptos que no admiten el lenguaje claro. Puedo, no obstante, decirle esto: no ignora usted que, en la ciencia oficial hoy en progreso, el papel del observador es cada vez más importante. La relatividad, el principio de incertidumbre, muestran hasta qué punto interviene hoy el observador en los fenómenos. El secreto de la alquimia es éste: existe un medio de manipular la materia y la energía de manera que se produzca lo que los científicos contemporáneos llamarían un campo de fuerza. Este campo de fuerza actúa sobre el observador y le coloca en una situación privilegiada frente al Universo. Desde este punto privilegiado tiene acceso a realidades que el espacio y el tiempo, la materia y la energía suelen ocultarnos. Es lo que nosotros llamamos la Gran Obra.

-Pero, ¿y la piedra filosofal? ¿Y la fabricación de oro?

-Esto no son más que aplicaciones, casos particulares. Lo esencial no es la transmutación de los metales, sino la del propio experimentador. Es un secreto antiguo que varios hombres encontrarán todos los siglos.

-¿Y en qué se convierten entonces?

-Tal vez algún día lo sabré.

Mi amigo no debía volver a ver a aquel hombre, que dejó un rostro imborrable bajo el nombre de Fulcanelli. Todo lo que sabemos de él es que sobrevivió a la guerra y desapareció completamente después de la Liberación. Todas las gestiones para encontrarlo fracasaron.

La pila atómica, útil esencial para la fabricación de la bomba, era, efectivamente, "una disposición geométrica de sustancias extremadamente puras". En un principio, este útil, tal como había dicho Fulcanelli, no requería la electricidad ni la técnica del vacío. La memoria de Smyth aludía igualmente a radiaciones venenosas, a gases, a polvos radiactivos de extremada toxicidad y que podían prepararse en grandes cantidades con relativa facilidad. El alquimista había hablado de un posible envenenamiento de todo el planeta.

¿Cómo un investigador oscuro, aislado, místico, había podido prever o conocer esto? "¿De dónde te viene esto, alma del hombre, de dónde te viene esto?"

Hojeando las pruebas de la memoria, mi amigo recordaba también este pasaje de De Alchimia, de Alberto el Magno:

"Si tienes la desgracia de introducirte cerca de los príncipes y de los reyes, no cesarán de preguntarte: "Y bien, maestro, ¿cómo va la Obra? ¿Cuándo veremos por fin algo bueno?" Y, en su impaciencia, te llamarán pillo y tramposo y te producirán toda suerte de molestias. Y si no llegas a buen fin, sentirás todo el peso de su cólera. Si, por el contrario, tienes éxito, te guardarán con ellos en perpetuo cautiverio, con la intención de hacerte trabajar en su provecho."

¿Había sido por esto por lo que Fulcanelli había desaparecido y los alquimistas de todos los tiempos habían guardado celosamente su secreto?

El primer y último consejo dado por el papiro Harris era: "¡Cerrad las bocas! ¡Cerrad las bocas!"

Años después en Hiroshima, el 17 de enero de 1955, Oppenheimer declararía: "En un sentido profundo que ninguna ridiculez barata podría borrar, nosotros, los sabios, hemos conocido el pecado."

Y, mil años antes, un alquimista chino había escrito:

"Sería un terrible pecado revelar a los soldados el secreto de tu arte. ¡Atención! ¡Que no haya siquiera un insecto en el cuarto en que trabajas!"…

Vie Ago 17, 2007 1:58 pm

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Durante la Segunda Guerra Mundial, Hiroshima era una ciudad de importancia militar considerable. Contenía los cuarteles del segundo ejército, los cuales gestionaban la defensa del sur de Japón. La ciudad era también un centro de comunicación, un punto de almacenamiento y un área de ensamblaje de tropas.

El centro de la ciudad contenía un número de edificios de hormigón reforzados y estructuras más livianas. En el área de los alrededores se encontraba una conglomeración de pequeños talleres de madera entre casas japonesas y algunas plantas industriales. Las casas eran de madera con techos de tejas. Muchos de los edificios industriales eran también de madera. La ciudad en general era extremadamente susceptible al fuego.

Algunos de los edificios de hormigón reforzado eran construcciones mucho más fuertes que las requeridas por los estándares de Estados Unidos, debido a los peligros de terremoto presentes en Japón. Esto tuvo una gran incidencia en el hecho de que muchas de estas estructuras hayan permanecido de pie tras la explosión. Otro factor importante para este fenómeno es que la explosión fue más poderosa hacia abajo que hacia los lados.

La población de Hiroshima había alcanzado un pico de más de 380.000 habitantes al comienzo de la guerra pero previamente al ataque atómico la población fue reducida a aproximadamente a 255.000 habitantes debido a evacuaciones.

Hiroshima sufrió el el primer bonbardeo atómico llevado a cabo por el ejército de los Estados Unidos.

La bomba explotó sobre Hiroshima a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945. Cerca de una hora antes los radares japoneses habían detectado algunas aeronaves estadounidenses acercándose al sur de Japón. Se dio la alerta y las transmisiones de radio pararon en varias ciudades, entre ellas Hiroshima. Los aviones se acercaron a la costa a gran altura. Cerca de las 8:00 de la mañana, el operador de radar en Hiroshima pudo determinar que el número de aviones acercándose era mucho menor y se levantó la alerta antiaérea. Se transmitió por radio una alerta sugiriendo el uso de refugios al avistamiento de B-29s. A las 8:12, el B-29 Enola Gay soltó la bomba atómica Little Boy (pequeño niño) sobre el centro de la ciudad y la bomba estalló con una explosión de la magnitud de 12.000 toneladas de dinamita, matando más de 80.000 personas de inmediato.

Al mismo tiempo, el operador de control de la compañía de transmisión japonesa en Tokio notó que la estación de Hiroshima se encontraba fuera del aire. Intentó utilizar otra línea telefónica para restablecer su programa, pero falló también. Cerca de 20 minutos más tarde, el centro telegráfico en Tokio notó que la línea de telégrafo había dejado de funcionar al norte de Hiroshima. De algunas estaciones de tren pequeñas a las cercanías de la ciudad llegaron informes oficiosos y confusos de una terrible explosión en Hiroshima. Todos estos comunicados fueron transmitidos a los cuarteles generales japoneses. Los cuarteles militares intentaron comunicarse en reiteradas veces con la estación de control del ejército en Hiroshima. El absoluto silencio proveniente de la zona confundió a los hombres del cuartel; sabían que ningún ataque enemigo a gran escala podría haber ocurrido, y sabían que en aquel entonces no existían depósitos de explosivos de gran tamaño en Hiroshima. Se le ordenó a un joven oficial el volar inmediatamente a Hiroshima, aterrizar, identificar los daños y regresar a Tokio con información fiable para los miembros del cuartel general.

El oficial se dirigió al aeropuerto y despegó hacia el sudoeste. Tras cerca de tres horas de vuelo, mientras se encontraba todavía a alrededor de 100 millas de Hiroshima, él junto con su piloto divisaron una enorme nube de humo sobre la ciudad. A la media tarde ardían los restos de Hiroshima.

Su avión pronto llegó a la ciudad, la cual bordearon en descreimiento. Una gigantesca cicatriz sobre la tierra, aún ardiendo, y cubierta por una muy espesa nube de humo, era todo lo que quedaba de una gran ciudad. Aterrizaron al sur de la ciudad y el oficial comenzó a organizar medidas de ayuda, después de informar de lo visto a Tokio.

Las primeras noticias de la causa del desastre en llegar a Tokio provinieron de la Casa Blanca, 16 horas después del ataque. Se estima que hacia fines de 1945 murieron más de 60.000 personas debido a los daños causados por la explosión. Sin embargo, este total no incluye las víctimas a largo plazo debidas a enfermedades causadas por la radiación.

Casi de inmediato después del término de la Segunda Guerra Mundial, y persistiendo hasta el día de hoy, los bombardeos atómicos sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki han sido cuestionados. Su uso ha sido calificado de bárbaro bajo las premisas de que el presidente Harry Truman sabía que Hirohito tenía la intención de rendirse en breve y de que, en el momento del ataque, el territorio estadounidense no estaba en peligro. Además de destruir una base militar y un centro industrial militar, decenas de miles de civiles fueron asesinados. Algunos alegan que los japoneses se encontraban ya esencialmente derrotados y que el uso de las bombas era innecesario.

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Sab Ago 18, 2007 11:04 am

Dos dias antes de producirse la prueba de Alamogordo, salieron de los laboratorios de Los Alamos los componentes de "Little Boy", la bomba de uranio que el 16 de julio iba a ser embarcada a bordo del crucero "Indianápolis".

Mientras en la vencida Alemania se desarrollaba la conferencia de Potsdam, la bomba atómica cruzaba el Pacífico hacia un destino que provocaría la mayor tragedia hasta entonces conocida. El 26 de julio llegó a Tinian, en las Marianas, al tiempo que las potencias aliadas dictaban a Tokio las condiciones para la capitulación. Un destacamento de científicos del "Proyecto Manhattan", encargados de poner a punto sus secretos mecanismos, la esperaban soportando el húmedo calor del verano tropical.

Mientras tanto, los reactores nucleares norteamericanos producían plutonio a un ritmo superior al esperado. En el momento de efectuarse la explosión de Alamogordo ya s e disponía de suficiente cantidad de plutonio para preparar una segunda bomba de características similares. Esta recibió el sobrenombre de "Fat Man" (Hombre gordo) por ser más voluminosa que la de uranio. A pesar de necesitar una masa menor que "Little Boy", su complicado mecanismo iniciador la hacía más aparatosa.

La llegada de "Fat Man" a Tinian, por vía aérea, se produjo casi al mismo tiempo que la de "Little Boy". En los primeros días del mes de agosto las dos bombas estaban listas para ser lanzadas, guardadas en un edificio de temperatura controlada, junto a las pistas de los B-29.

Muy pocos hombres, entre las siete tripulaciones, pertenecientes al Grupo 509 de la XX Fuerza Aérea, fueron informados de la verdadera naturaleza de su misión. Los bombarderos conocieron la lista de los objetivos, y dentro de estos, el punto exacto de lanzamiento, la altura a que harían explosión las bombas y las maniobras de alejamiento del lanzador y sus acompañantas. El Grupo 509, mandado por el coronel Paul W. Tibbets, había recibido un adiestramiento específico en lanzamiento de bombas especialmente pesadas y voluminosas.

El 5 de agosto las condiciones meteorológicas sobre el sur de Japón se presentaban favorables para un lanzamiento visual sobre Hiroshima, primera de la lista de las ciudades-objetivo. El blanco de "Little Boy" seria, por lo tanto, esta ciudad, situada al sudoeste de la isla de Houshu.

El día elegido seria el 6 de agosto. Uno de los gigantescos aviones de Tibbets era debidamente preparado para recibir la mortífera carga. Durante esa tarde, y mientras la bomba de cinco toneladas quedaba situada en la bodega del avión, el pintor de la unidad inmortalizó el nombre de la madre de Tibbets sobre el morro del avión: "Enola Gay".

BOMBA DE NAGASAKI.

A las tres menos cuarto de la madrugada, hora de Tinian, despegaban los tres B-29 que habían de realizar la misión. Acompañaban al "Enola Gay" dos aviones más con instrumentos de medida y material fotográfico. El objetivo principal era Hiroshima. En caso de que alguna circunstancia dificultase el lanzamiento sobre esta ciudad, eran objetivos alternativos las de Kokura y Nagasaki.

A bordo del "Enola Gay" volaban el propio Tibbets y el capitán de navío Williams Parsons, diseñador del ingenio balístico que lanzaría, en el momento de la explosión, las dos medias masas criticas, una contra la otra.

Quince minutos después del despegue, el capitán de navío Parsons armó el mecanismo de la bomba. Amanecía Hiroshima cuando el sonido de sirenas antiaéreas alarmó a los trabajadores que se dirigían hacia las fábricas.

A las ocho y cuarto de la mañana, hora de Hiroshima, los sirvientes de las baterías antiaéreas oyeron claramente el rugido de los motores de los aviones que se aproximaban a la ciudad. Sobre ellos, a 10.000 metros de altura, el oficial bombardero del "Enola Gay", comandante Thomas W. Ferehee anunció: "¡Fuera la bomba!".

<<Little>> hizo explosión a unos 580 metros del suelo, con una potencia equivalente a 12.500 toneladas de TNT. En una millonésima de segundo, la reacción nuclear en cadena elevó la temperatura en el punto de explosión a varios millones de grados centígrados. Durante unos segundos una luz cegadora de colores cambiantes cubrió la ciudad, seguida de una oscuridad casi absoluta, producida por una densa nube de polvo y cenizas.

En la zona situada justo debajo de la explosión, la temperatura se elevó a unos 3.000 grados en un radio de cuatro kilómetros, lo que supuso que ardiera espontáneamente todo cuando existía dentro de ese círculo. Un viento huracanado comenzó a soplar de fuera adentro, elevando una inmensa seta hacia el cielo.

Una violentísima explosión siguió al destello, arrancando árboles, ventanas y tejados. Cientos de edificios se vinieron abajo.

Todas estas catástrofes fueron seguidas por la lluvia radiactiva, que arrastró sobre los desventurados supervivientes una peste hasta entonces desconocida: la contaminación nuclear.

Un año después del lanzamiento de la bomba de Hiroshima, el número de muertos causados directamente por ella se estimaba en unos 120.000.

La noticia del lanzamiento y de sus efectos fue comunicada al presidente Truman, que en ese momento cruzaba el Atlántico a bordo del crucero "Augusta". Reunido con toda la dotación, declaró: "Esto es lo más grande de la historia."

LA SEGUNDA BOMBA.

El efecto producido en el Gabinete japonés por la noticia de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima fue inferior al esperado por los occidentales. En Tokio continuaron las discusiones sobre las garantías que debían exigirse a los aliados sobre el futuro del Emperador.

En Tinian, la noticia de la aproximación de un cambio en las condiciones meteorológicas sobre Japón aceleró los preparativos para el lanzamiento de la bomba de plutonio. El avión seleccionado para llevar a cabo este segundo lanzamiento fue el B-29 bautizado "Bock's Car" por la dotación del comandante Charles W. Sweeney. El objetivo de esta misión era la ciudad de Kokura. En caso de que ésta estuviese cubierta por nubes, Sweeney habría de lanzar la bomba sobre Nagasaki. El capitán de fragata Fred Ashworth tenía a su cargo el armado de la bomba, una vez en vuelo.

A la una y cincuenta y nueve minutos de la madrugada del 9 de agosto, despegó "Bock's Car", seguido de otros dos B-29 de observación.

El comandante Sweeney puso rumbo hacia Iwo Jima, pasando por la vertical de la isla a las cinco de la mañana. Allí corrigió su navegación y siguió con destino a Kokura. Las observaciones meteorológicas realizadas en el momento del despegue indicaban que existían suficientes claros entre las nubes para realizar el lanzamiento, tanto en Kokura como en Nagasaki. Pero los "espíritus sintoístas de Kokura" cubrieron la ciudad con un delgado velo de niebla y polución industrial.

El B-29, con su carga letal, realizó varios círculos sobre ella, mientras el cielo se llenaba de explosiones de fuego antiaéreo. En cualquier momento aparecerían los cazas japoneses. No quedaba más alternativa que poner rumbo a Nagasaki. Tampoco sobre esta ciudad las condiciones visuales eran óptimas, pero un claro entre las nubes permitió a los norteamericanos avistar el punto de caída previsto.

A las once y dos minutos inició "Fat Man" su corta caída hacia el corazón de una de las primeras ciudades japonesas que en el siglo XVI se habían abierto al cristianismo y al comercio con Occidente.

La bomba de plutonio hizo explosión a una altura de 500 metros sobre el distrito de Ura-kami. Aunque su poder explosivo era equivalente al de 22.000 toneladas de TNT, la magnitud de su efecto se vio ligeramente apantallada por las colinas que dividen la ciudad. Con todo, el infierno que se abatió sobre Nagasaki arrastró consigo la vida de 73.000 almas.

Sab Ago 18, 2007 11:06 am

"The Little Boy" (El pequeño Muchacho) fue el sobrenombre dado a la bomba atómica arrojada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945 desde el Enola Gay, uno de los bombarderos B-29 que volaron sobre Hiroshima aquel día.

The Little Boy
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Luego de ser lanzada, le tomó aproximadamente un minuto alcanzar el punto de explosión. Eran las 8:15 de la mañana (Hora de Japón) cuando llegó a una altitud de 580 metros encima del edificio que hoy se conoce como "El Domo de la Bomba Atómica".

"Una luz brillante llenó el avión. Volvimos para mirar Hiroshima. La ciudad había sido ocultada por aquella nube horrible... Hervía por encima, se multiplicaba. Por un momento, nadie habló. De pronto todos hablaron al mismo tiempo. ¡ Mire eso! ¡Mire eso! ¡Mire eso!, gritó el copiloto, Robert Lewis, golpeando sobre mi hombro. Dios mío, qué hemos hecho?". Hiroshima: 6 de agosto de 1945. Diario del Coronel Paul Tibbets, piloto del Enola Gay.

La bomba generó una enorme cantidad de energía en términos de la presión de aire y el calor. Además, generó una cantidad significativa de radiación (rayos Gama y neutrones) que posteriormente causaron consecuencias devastadoras.

Las personas que vieron la explosión decían: "Vimos otro sol en el cielo". El calor y la luz generados eran mucho más fuertes que las bombas que habían visto antes. Cuando la onda de calor alcanzó el nivel de la tierra quemó todo a su paso, incluyendo a la gente.

La onda expansiva destruyó la mayor parte de las casas y edificios dentro de un radio aproximado de 2km y medio. Cuando alcanzó las montañas, "rebotó" y otra vez golpeó a la gente en el centro de la ciudad.

La radiación causó problemas a corto y largo plazo a los afectados, muchas personas murieron dentro de los primeros meses y muchas más en años subsiguientes. Algunos tuvieron problemas genéticos que a veces causaban nacimientos de bebés mal formados o esterilidad.

Se cree que más de 140.000 personas murieron hacia finales de ese año, el número total de muertos debido a la bomba se estima en 200,000.

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Las Bombas Atómicas usadas sobre Japón: "Little Boy" (izquierda) y "Fat Man" (derecha)

Tres días después de Hiroshima, la segunda bomba atómica llamada "Fat Man" (el hombre gordo) fue arrojada en Nagasaki. Aunque la cantidad de energía generada por la bomba caída en Nagasaki fue considerablemente más grande que la de Hiroshima, el daño causado a la ciudad fue más leve debido a la estructura geográfica de la ciudad. Se estima que aproximadamente 70,000 personas murieron hacia el final del año.

Energía generada por la explosión
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La bomba atómica arrojada sobre Hiroshima generó una cantidad enorme de energía cuando explotó, equivalente a la energía generada por 15.000 toneladas de TNT. La mitad de la energía fue consumida cuando la explosión generó una presión de aire extremadamente alta causando fuertes ráfagas de viento. Un tercio de la energía fue consumida generando calor, mientras el resto de la energía fue consumida con la radiación generada.

Calor
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Sobre la tierra, bajo el centro de explosión (hipocentro), la temperatura se elevó a más de 1.000.000ú C. En un segundo la bola de fuego se expandió en un diámetro de 280m. Los rayos de calor emitidos en todas direcciones trajeron a la tierra cercana al hipocentro temperaturas entre 3.000úC y 4.000úC (el hierro se funde a 1.536úC). Sobre la escalera de entrada a un banco, a unos 280m del centro de la explosión, un hombre estaba sentado esperando su apertura. La superficie de la escalera de piedra fue cambiada por el inmenso calor, la parte donde el hombre estaba permaneció inalterada porque su cuerpo absorbió el calor (ver foto A). En Nagasaki se encontró la sombra de un hombre y una escalera sobre una pared de madera, a unos 4km del hipocentro (ver foto B).

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foto A

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foto B

Las tejas de cerámica de los techos de las casas en un radio de 2km se derritieron, y las piedras grises que contenían partículas de silicio se tornaron blancas. La vestimenta que la gente llevaba resultó totalmente quemada por el calor dentro de un radio de 2km del centro de la explosión.

Perfil del Daño de la Bomba Atómica
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Onda Expansiva
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Una presión extremadamente alta fue generada, la velocidad del viento superó los 1500 km/h, cinco veces más fuerte que el viento generado por el huracán más fuerte. La presión fue de 3.5 kilogramos por centímetro cuadrado. La mayor parte de los edificios de concreto en un radio de 2km fueron completamente destruidos.

Radiación
La explosión generó rayos Alfa, Beta, Gama y de neutrón. Los rayos Alfa y Beta fueron absorbidos por el aire y no alcanzaron a la tierra. Los rayos gama y de neutrón eran lo bastante fuertes para alcanzar la tierra; son los que afectaron a la gente.
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Dentro de un radio de hasta casi 2km del centro de la explosión, la mayoría de la gente murió en un lapso de unas horas (aún en los casos que no habían sido expuestos directamente al calor o el viento). En un radio de más de 2km, la mayoría murió dentro de los 30 días siguientes a la explosión.

Las personas que ingresaron a un área dentro del radio de 2km del hipocentro en las 100 primeras horas posteriores a la explosión también fueron afectadas por la radiación remanente sobre la tierra.

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Gráficos: "A-Bomb Radiation Effects Digest", Editado por Hiroshima International Council for Medical Care of the Radiation-Exposed.

Hacia finales de 1945 el número estimado de personas que murieron como resultado directo de la bomba fue de 140.000. Este gráfico muestra el número de sobrevivientes que murieron hasta el final de cada año. La recolección de datos estadísticos por el Gobierno de la Ciudad de Hiroshima, no comenzó hasta 1952. Durante el período 1946 a 1951 el número de muertes debido a la bomba fue estimada en 60.000. Como el número de muertes entre sobrevivientes, en los diez primeros años de la revisión, mostró poca diferencia de la población en total se concluyó que el número de personas que murieron como un resultado directo de la bomba fue de aproximadamente 200.000.

información obtenida de http://redmarcial.com.ar/hiroshima/

Re:

Jue Jun 07, 2012 12:45 am

Capitan Miller escribió:Buenas.
Si me permitís me gustaría analizar el hecho de la bomba, y la guerra, desde dos perspectivas, la militar y la moral.
Desde el punto de vista militar el lanzamiento de las bombas fue como napalmizar un hormiguero. Existen métodos mucho más efectivos y menos costosos. Se puede proseguir una campaña de bombardeo convencional y de precisión ante la casi inexistente fuerza aérea japonesa a partir de Junio de 1945. Se pueden localizar las industrias alojadas en los núcleos de población civil y destruirlas sistemáticamente, de igual modo se pueden localizar los agrupamientos de tropas en dichas poblaciones y destruirlos. El coste total del desarrollo de las dos bombas habría podido emplearse en la construcción de armamento convencional adecuado para una posterior invasión.


Primeramente agradecer el delicioso debate sobre este controvertido tema, por mi parte sin caer en tecnicismos sobre la eficacia de los bombardeos sobre Tokio y demás centros industriales, efectivamente creo y defiendo que una política de sistemáticos bombardeos como ya lo afirma nuestro amigo Miller hubiera arrojado de igual modo a corto plazo la rendición del Japón. Con respecto a la teoría del manifiesto poderío nuclear como medio amedrentador sobre la unión soviética, esto no justifica nada en absoluto. Bastante tiempo se tendría posteriormente de bombardear al pacifico (como efectivamente se hizo) para alardes de política militar y exterior (que no fueron ni una ni dos bombas lanzadas) según recuerdo pues hablo de memoria se han disparado cientos de ojivas nucleares durante el embrollo de la guerra fría (efectivamente en lugares distantes sin el ojo reporteril de turno)

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Vie Jun 08, 2012 12:55 am

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Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Lun Jun 11, 2012 11:36 pm

Hola a todos.
Este tema queda de nuevo abierto tras haber tomado las acciones pertienentes el Grupo de Moderación.

Saludos

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Vie Jun 14, 2013 6:09 am

Interesantísimos los puntos de vista aqui mostrados. Pienso que muchos analizamos este caso desde un punto de vista de una sociedad "democratica" o mas civilizada que la del Siglo XX. Pero el nivel de odio y crueldad con que norteamericanos y japoneses demostraron en toda la campaña del Pacifico (Muy poco valorada en mi opinión personal) fueron comparables a las del Frente Oriental, y la cerrada del telón fue esta hecatombe.
Como ya sabemos los EEUU planeaban invadir suelo japones (Operación Downfall) y sabian muy bien que la batalla por Japón sería mucho peor que la mostrada en Berlín (Pensemos desde un punto de vista norteamericano lo que implicaría invadir una isla) Ahora bien, el caso de la sociedad norteamericana es muy interesante, en primer lugar es un pueblo que nunca ha apreciado las guerras "largas" y esta en particular estaba hartando a la mayoria de los americanos. El pueblo estaba harto, hastiado de la guerra. No trato de justificar una decisión tan aberrante como fue la de lanzar bombas atómicas sobre poblacion inocente, civil. Pero el pueblo japones estaba dispuesto a luchar hasta la muerte por cada centimetro de su terreno. Truman tomo la decisión que creyó "oportuna". Y del lado japones, bueno... conocemos muy bien cual era su sentido del honor, entrega y fanatismo hacia su patria. Esto no sería Iwo Jima, Okinawa o suelo "sagrado", sería su mismísimo país.

Escribiendo esto quiero decir que los EEUU demostraron al mundo entero lo que se avecinaba y mando una señal a su incomodo aliado.

Saludos camaradas.

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Lun Jun 17, 2013 10:48 am

Me temo que el tema seguirá creando muchísima polémica.

Ante todo, un detalle, lo de las guerras prolongadas. Me temo que estamos trasladando lo ocurrido en Vietnal a otras guerras, y no es correcto. Porque lo cuerto es que Estados Unidos sí se ha metido en guerras prolongadas. Empezando por su guerra de independencia (siete años), la de Secesión (cuatro años) o recientemente las guerras e Afganistán o Irak (doce y diez años respectivamente).

Precisamente un hecho puesto de manifiesto en el siglo XIX, y repetido en el XX, es la tendencia de los estados – nación a luchar hasta el final, especialmente los de tradición democrática (en los que la guerra, por absurdo que parezca, puede tener respaldo popular). Lo de unos meses de guerra, un par de batallitas y un tratado de paz está bien para guerras coloniales, pero cualquier disputa que afecte a la “mainland” puede acabar en una guerra prolongada a muerte, de la que hay muchísimos ejemplos, por desgracia. Empezando por las guerras napoleónicas, pasando por la de la Triple Alianza o la de Secesión, y llegando a las grandes hecatombes del siglo XX, tanto en guerras civiles (la rusa, la española, pero hay bastantes más) o extranjeras (las mundiales).

Lo del hastío de la guerra en el pueblo norteamericano en 1945… sí y no. La paz se festejó, todo el mundo se alegró. Pero USA era el estado que menos se había afectado por la guerra: las bajas eran muy escasas: Estados Unidos movilizó 16 millones de reclutas, de los que pereció el 2,5%, en el Pacífico menos del 1%. Como comparación, en la Guerra de Seecesión murió el 10% d elos jóvenes de edad militar del Norte y el 30-30% de los del Sur. En la SGM, el 30% de los movilizados en Alemania, Japón o la URSS murió. El 75% de los soldados rusos del reemplazo de 1941 murió. Eso quería decir que casi todas las familias japonesas, alemanas o rusas habían perdido uno o varios miembros, en Norteamérica era solo alguna familia del pueblo.

En el campo civil, más aun. El racionamiento era de risa (en las principales ciudades norteamericanas había atascos de tráfico), no había oscurecimiento ni toque de queda. El nivel de vida se había incrementado: se incrementó el consumo de alimentos, la producción de bienes de consumo y la renta familiar. Una familia norteamericana de 1945 era mucho más rica que una de 1939. Eso poco consolaría a las madres de un marine muerto en Iwo Jima, pero ese “hastío de la guerra” era mínimo.

Luego lo del “hastío de la guerra” yo lo pondría en cuarentena. Claro que las familias de los soldados en ultramar estaban preocupadas, pero no llegaba una riada de telegramas en plan batalla del Somme, ni era preciso prohibir los duelos, al contrario.

Yo creo que el la situación de 1945 lo que era impensable era que la guerra se prolongase por no usar las armas nucleares.Además que poca diferencia veo entre quemar a decenas e miles de civiles en Kobe con napalm, o hacerlo en Nagasaki con una bomba. La cuestión, creo, es la selección del blanco ¿Por qué Truman no ordenó que fuese atacada una base japonesa? Por ejemplo, Kure o Yokosuka, donde estaban los últimos buques supervivientes de la flota japonesa. O sobre alguna gran instalación industrial, alguna acerería, planta de aviación o similar. Una opción podría ser buscar un objetivo industrial de gran importancia (aunque no hubiese ninguno crítico para el esfuerzo de guerra) y que no estuviese muy cerca de una gran ciudad (cosa difícil en Japón), y destruirlo con un arma nuclear. Y entonces presentar un ultimátum.

Pero un problema en la guerra fue la selección de los blancos, que había tomado su propia dinámica. Por ejemplo, el Bombar Command a finales del 44 buscaba pequeñas ciudades que aun no hubiesen sido atacadas para probar sus nuevas bombas incendiarias (una de las causas de la catástrofe de Phorzheim) cuando ya no quedaba prácticamente nada por quemar. En Japón lo que salvó a Kyoto, la ciudad con mayor valor cultural y simbólico para Japón, al principio fue que no tenía demasiado valor industrial o político, y luego que alguien decidió ponerla en la “lista atómica”. Por suerte para Kyoto el secretario norteamericanote guerra, Stimson, la había conocido en su luna de miel, e insistió en que fuese respetada... escogiendo en su lugar Nagasaki, un objetivo con valor militar, pero que también era la ciudad con mayor relación con Occidente.

En Hiroshima había dos objetivos de valor militar: el castillo, que albergaba el cuartel general de un ejército japonés y a algunas tropas, y sobre todo la base naval, una de las principales de Japón. El ataque fue contra el centro de la ciudad, que estaba junto al castillo, y no se suele recordar que una fracción importante de las víctimas de Hiroshima eran miles de soldados que estaban haciendo ejercicios matinales. Pero mucho más importante, y alejada del centro, era la base naval, que apenas fue dañada. Un ataque contra la base hubiese causado relativamente pocas víctimas civiles. Demasiadas, pero varias veces menos que el ataque real.

En resumen: hoy es fácil juzgar, pero con los parámetros de 1945, era impensable que no se usase la bomba atómica. Pero espero que ardan en el infierno todos aquellos que no intentaron que se atacase otro objetivo. Por ejemplo, la base naval de Hiroshima.

Saludos

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Lun Jun 17, 2013 11:18 pm

¡Saludos de nuevo!
Camarada
Claro, por supuesto que los EEUU se ha involucrado en conflictos largos y lejanos, correctamente nombraste algunos de ellos.(Aunque Vietnam fue una guerra nunca declarada, primero clandestina y que los funcionarios del gobierno de los EEUU ocultaron y mintieron sobre la intervención americana en aquel país asiático, pero bueno ese es un tema muy, muy aparte)

Volviendo al tema principal. Mucho también se habla del importante costo del Proyecto Manhattan y por ello la justificación de emplear ataques atómicos sobre Japón (Una justificación terrible) y por el otro lado, también, el temor de los aliados occidentales del creciente discurso soviético de intervenir en el frente del Pacifico.

También un punto que no hay que olvidar: la herencia brutal de la guerra en el Pacifico. EEUU como Japón demostraron en toda la campaña una ferocidad bárbara y una crueldad no vista en Frentes como el Frente Occidental europeo. Era una lucha a muerte. No se tomaban prisioneros (Cabe recordar que el soldado japones tenia "prohibido" rendirse. Volarse en pedazos antes de caer en manos aliadas) Los altos mandos norteamericanos que participaron en aquella campaña conocían muy bien este aspecto del ejercito nipón. Muchos creen que por esto mismo la Operación Downfall nunca vio la luz verde.

¡Saludos!

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Dom Jun 23, 2013 5:07 am

Como trataria la historia a Truman si hoy supieramos que el, teniendo la bomba atomica lista no la uso y por lo tanto en la invasion a las Islas Japonesas murieron mas de doscientos mil americanos? O si decidio bloquear a Japon y dejar que dos o tres millones de almas perecieran de hambruna y enfermedades antes de rendirse? O si a causa de no usar la bomba Stalin se apodero de Japon y lo convirtio en otro satelite? Por otro lado, que pais de los que tomaron parte en la SGM de tener la bomba no la habria usado por razones humanitarias y habria continuado la guerra convencional?

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Dom Jun 23, 2013 2:11 pm

Vayamos un poco más allá en la cuestión. Imaginemos por un momento que Truman decide utilizar la primera bomba atómica como muestra, lanzándola sobre un lugar deshabitado a la vista de observadores militares de las naciones contendientes. Imagino que habrá islotes al uso accesibles para japoneses, rusos, ingleses y americanos. Lo anuncia a bombo y platillo para que todos puedan ver los efectos, y lanza el artefacto. A la vista de los efectos que causa, que son de por sí lo suficientemente espectaculares, anuncia que tiene más bombas dispuestas a ser lanzadas sobre objetivos reales. ¿Pensáis que una acción así hubiese sido suficiente para que Japón pidiera la paz?

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Dom Jun 23, 2013 4:13 pm

Es interesante esto que dices, Grognard.

Sin embargo, siempre existiría la posibilidad de que los japoneses hubieran pensado que no se atrevería Truman a usarla contra objetivos "reales".

Aquí la cosa está en la utilización en sí del artefacto.
La demostración de poder y fuerza como tal, sin más, no sirve en muchas ocasiones para postrar al enemigo antes de la lucha.

Este es un caso especial, no cabe duda, y la potencia del ingenio es devastadora.
En todo caso, quién sabe...

Saludos.

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Dom Jun 23, 2013 4:48 pm

Lanzar la bomba atómica en un islote deshabitado, creo que hubiera servido de poco a la hora de convencer a los japoneses, para que se rindieran sin más, ya que las pruebas científicas de los efectos devastadores del artefacto, estarían en manos de los estadounidenses, y los japoneses creerían que se trataba de propaganda, o como dice Aníbal de un "farol". No hay que olvidar el férreo control que el gobierno japonés sometió a su población en temas propagandísticos, haciéndoles creer que los "demonios americanos" eran unos salvajes , que no hacían prisioneros y que cuando llegaran a la costas niponas esclavizarían a la población civil.

Saludos

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Dom Jun 23, 2013 5:04 pm

Cierto. Y teniendo en cuenta que los "halcones" japoneses parecían dispuestos a un Göttedamnerung (o su traducción al japonés) similar al de sus aliados alemanes, posiblemente no hubiese servido de nada una demostración "sin efectos". Pero siempre quedará la duda. Y quién sabe si ante algo así las "palomas" no hubiesen derribado a los "halcones" con tal de evitar daños mayores al país y su población.

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Mié Jul 17, 2013 12:30 pm

Pero otra opción era su uso contra un objetivo más "militar". Por ejemplo, en Hiroshima la base naval había tenido gran importancia (ya no la tenía) pero sufrió relativamente poco por la explosión, porque la bomba fue lanzada contra el centro de la ciudad. También podría haber sido usada contra alguna acerería (de las pocas que quedaban), o fábrica de aviación, o lo que sea. O contra Kure, que albergaba los restos de la flota japonesa.

Saludos

Re: ¿Era necesaria la bomba atómica para rendir Japón?

Vie Ago 16, 2013 11:09 pm

La verdad es que este es muy buen tema para debatir, Guderian, y al igual que tu opinas yo creo que ambas bombas estuvieron absolutamente injustificadas incluso si EE.UU. no tuviera la victoria tan cerca como la tenía. También opino que estas bombas fueron, en cierto modo, una muestra de superioridad militar ante la otra potencia mundial de aquel entonces, la URSS. Esto es solo mi opinión, pero quizás las bombas de Hiroshima y Okinawa fueron el primer episodio de la Guerra Fría.
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