Todos vivimos inmersos en una sociedad, y a cada cual la que le toque o elija si no le gusta la que conoce. Desde el momento de nacer seremos modulados, socialmente, por unos valores, una ideología, unas normas, unas costumbres...y sólo somos conscientes de las particularidades de nuestra cultura cuando visitamos otra distinta a la nuestra...y cuanto más diferente es más patentes se hacen las diferencias, evidentemente. Hay gente que considera "inferior" una determinada cultura. Siempre hemos oído que las tribus indígenas, por ejemplo, son salvajes...muy básicos, bah!, -inferiores!. Yo veo culturas distintas, pero en absoluto inferiores; algunas de ellas tienen una estructura social tan compleja, a la par que perfecta, que ya la quisiera yo para nuestra ídilica democracia. Para quien tenga un "nacionalismo" pelín patológico, o un concepto de -mi sociedad es superior- (talmente como les pasa a los yanquis) ya tiene un primer punto de antipatía hacia aquellas sociedades que él considera más simples. Luego sólo tienes que resaltar, mensaje tras mensaje, lo despreciable que es el otro pueblo.
La personalidad (el carácter es otra cosa) de un individuo es moldeada mitad por sus genes mitad por el ambiente, según el último consenso en psicología diferencial. Hubo una época donde todo se atribuía a los genes, luego otra que era profundamente ambientalista, pero ahora la lógica (y la evidencia más aplastante tras muchos experimentos e investigaciones) achaca un 50% a cada influencia.
Si ahora empiezas a hacer combinaciones te darás cuenta de que no es nada sencillo: genes bondadosos en un entorno perverso, genes perversos en un entorno bondadoso, genes bondadosos para unas cosas y malos para otras en un ambiente familiar perverso pero con otras esferas bondadosas...El resultado será producto de la capacidad de discriminar que tenga el sujeto entre las influencias exteriores y el peso que tengan sus genes.
Te contaré alguna vivencia personal.
El año pasado en prisión llevé un programa para reclusos penados por violencia doméstica. El perfil era de lo más dispar. He de confesar que aproveché ese programa para hacer mi propia investigación "casera". Comprendí que no existe un estereotipo de maltratador; no todos habían sido maltratados de pequeños ni habían visto a su padre maltratar a su madre (y sin embargo ellos
sí maltrataban a su pareja) y otros reclusos con otros delitos, no los del grupo, habían crecido viendo a su padre dando soberanas palizas a su madre, a ellos y a sus hermanos, y sin embargo no aceptaban, bajo ningún concepto, que alguien golpease a una mujer(¿machismo?, ¿influencia de la sensibilidad maternal?). Después de rellenar muchos cuestionarios, vi que la figura materna era decisiva en lo que ellos se convertirían después: los reclusos que de pequeños habían sido maltratados por el padre y por la madre habían acabado imitando esa conducta violenta. Los reclusos que habían sido protegidos por la madre...no eran maltratadores.
Así fue en la mayoría de casos, pero me encontré con excepciones que no se correspondían con los otros perfiles...¿por qué maltrataban los que no habían crecido en un ambiente violento?, ¿eran violentos por naturaleza, más agresivos?, desde luego sus delitos llevan implicita mucha carga de crueldad, correlacionan con la agresividad y la falta de empatía hacia el dolor ajeno.
¿Y los que habían recibido leches por todas partes desde pequeñitos y sin embargo eran intrinsecamente nobles?, estos últimos están por delitos contra la salud pública o contra el patrimonio, pero rara vez por delitos contra personas...sencillamente son incapaces de hacer daño a alguien, daño físico me refiero, cara a cara. Pueden traficar con kilos de coca, robar coches, desvalijar casas, pero son incapaces de dar un tirón de bolso.
Otro de mis chicos cumple 13 años de condena por matar a su padre, harto ya de ver como reventaba a su madre paliza tras paliza. Es un asesino según el código penal, vale, pero yo me he pasado horas con él hablando de gatos; le encantan, como a mí. Y me transmite nobleza, y muchísima bondad.
Son historias tan tristes, tan terribles la mayoría de las veces, tan extremas... ¿qué les hace diferentes ante un mismo ambiente en la infancia?. Normalmente el tipo de vivencias a lo largo de su vida me da la respuesta, y cuando no veo salida por ahí no me queda más remedio que apelar a su tipo de personalidad: más agresiva, más tranquila, menos violenta, más nerviosa...Y finalmente a algún trastorno de la misma:esquizoide, paranoide, psicopática o antisocial, borderline...y muchas más.Hay de todos los colores y para todos los gustos.
Pon en una guerra semejante coctel de variaciones y te puedes encontrar de todo.
Pero siempre predominarán las reacciones comunes o "normales" ante X situación.
Es complicado, Jac; habría que coger a cada soldado que no reacciona como mandan los canones y averiguar por qué.
Tenemos la cabeza un poco llena de estereotipos, y las peliculas o la literatura distorsionan muchas reacciones para impactar en el espectador o en el lector y lograr el propósito del autor. No olvides eso.Por otro lado, ver o leer una escena desde el salón de tu casa hace que una respuesta nos parezca mucho más incomprensible de lo que en realidad es. Si estuvieramos allí, no sólo nos parecería lo más normal del mundo, sino que posiblemente nosotros también lo haríamos.
El contexto tiene la respuesta en la mayoría de casos. Soldados que vivieron una guerra durante años (el caso más prototípico es la guerra de Vietnam), luego, de vuelta a su entorno más o menos habitual, no supieron readaptarse. La guerra no formaba parte de lo que era su vida cotidianamente, pero les cambió tanto que les resultaba imposible retomar su modo de vida anterior a la guerra. ¿Dónde estaban ahora?, ¿dónde encajaban todas las barbaries que habían cometido en la guerra en su rutina diaria?.Joer, comerse eso es lo más duro.
Del patriotismo no he hablado, pero ese es un debate clásico entre Miller y yo: ¿dónde termina el patriotismo y empieza la supervivencia y la indiferencia a la jodia patria que está matando a los mios y posiblemente me mate a mí?, y del mismo modo: ¿morir por la patria, aunque me cueste la vida?.
No sé si te he liado más, pero a estas horas y después del rollo que te he largado, yo lo tengo muy claro en mi cabeza y no soy capaz de releer lo escrito para ver si me he explicado bien. Eso te pasa por preguntar
Mañana será otro día.
Besos de la recluta pelona Scarlata O'Hara.