Un nuevo libro denuncia que la Armada japonesa masacró a 20.000 soldados ingleses y australianos durante la Segunda Guerra Mundial
La nueva obra del historiador británico Mark Felton "Masacre sobre la Mar: Crímenes de Guerra de la Armada Japonesa" será puesta en venta el 20 de este mes. El diario inglés "Daily Mail" reveló el día 3 parte del contenido de este libro.
Felton señala: Durante la Segunda Guerra Mundial, la Armada japonesa, pisoteando la "Convención de Ginebra", masacró a más de 20.000 soldados de las Fuerzas Aliadas y civiles; sus crímenes fueron más espantosos que los de la Armada de la Alemania nazi; sin embargo, algunos de los que habían cometido estos graves crímenes no han sido castigados y hasta hoy siguen viviendo.
Dan la orden de masacre.
El nuevo libro revela muchos datos históricos desconocidos hasta ahora, los cuales muestran que la Armada japonesa masacró a por lo menos 12.500 soldados ingleses y 7.500 soldaos australianos. Sólo un documento muestra que el capitán de un submarino de la Alemania nazi dio orden de matar a los sobrevivientes enemigos tras una batalla naval y, a diferencia de la Armada de la Alemania nazi, para la Armada japonesa la masacre no sólo provenía de la orden superior, sino que era estimulada.
Felton indica: "Una orden firmada por la Armada japonesa el 20 de marzo de 1943 escribe: ‘Hay que hundir incesantemente los buques militares y barcos cargueros del enemigo y, al mismo tiempo, eliminar a todos los tripublantes de las fuerzas enemigas.’"
Felton puntualiza: "La Armada japonesa hundía a gran número de barcos mercantes e incluso barcos de la Cruz Roja de los países aliados y luego se dedicaba a matar a los sobrevivientes a flote en el mar o a bordo de botes salvavidas. Las tropas japonesas sacaban primero del mar a los aviadores de las fuerzas aliadas y luego, los dejaban en la cubierta para atormentarlos hasta la muerte."
"Tras su desembarco, los infantes de marina del Japón cercaban primero a los civiles, violaban a las mujeres y mataban a todos. Algunos civiles eran tirados al mar para dar de comer a los tiburones, otros eran muertos por los soldados japoneses a martillazo, a bayonetazo, ahorcando, ahogando, quemando o enterrando vivos." Felton apunta: "Yo también he descubierto los detalles de que algunos cirujanos de las Fuerzas Navales Japonesas realizaban vivisección de los prisioneros de guerra."
Tragedia de personas auténticas
El nuevo libro registra la espantosa experiencia del marinero británico James Blirse. Este era radiotelegrafista del carguero holandés "Tjisalak", el cual fue hecho a pique el 26 de marzo de 1944 vía de Melbourne a Sri Lanka por el submarino japonés I-8. Blirse tenía entonces 21 años de edad.
Blirse recordó que él y no pocos tripulantes y pasajeros fueron sacados del mar por los soldados japoneses u obligados a abandonar sus botes salvavidas para subir a la cubierta delantera del submarino. El capitán del submarino japonés, de pie en la atalaya, dio la orden a los prisioneros: "No vuelvan la cabeza." Acto seguido, los soldados japoneses mataron uno a uno a los prisioneros con armas como pistola, bayoneta y espada; algunos de los prisioneros fueron tirados directamente a la hélice en movimiento.
Blirse dijo: "La cabeza de una persona fue cortada hasta la mitad y su cuerpo se tumbó a la cubierta. También vi que algunos fueron heridos con un cuchillo y tirados al mar. Y esos japoneses rieron estrepitosamente e incluso uno de ellos tomó la escena con una pequeña cámara."
Blirse buscó una oportunidad para librarse de la soga y saltó al mar, en medio de disparos de ametralladora de las fuerzas japonesas y nadó varias horas para encontrar un bote salvavidas y, más tarde, salvó a otras tres personas que habían viajado a bordo del mismo barco que él. Añadió que los últimos 22 ingleses que quedaban en el submarino fueron atados a la cola del submarino, el cual sumergió acto seguido.
El capitán del submarino fue considerado como héroe en su época y, después de la guerra, en lugar de ser enviado al tribunal, logró un ascenso.
Masacrar a los prisioneros de guerra
El nuevo libro registra el transcurso de la matanza de 312 prisioneros de guerra australianos y holandeses cometida por las tropas japonesas durante los días 24 y 25 de febrero de 1942 después que tomaron el aeropuerto de Laja de la isla Java. Como esta matanza no dejó ningún sobreviviente, los datos al respecto provienen de las confesiones de dos oculares japoneses.
Un marinero describió el asesinato del primer prisionero de guerra, el cual, un australiano, fue llevado al borde de un precipicio y puesto en rodillas; luego, un oficial japonés le cortó de una vez la cabeza con una espada de samurai, lo que obtuvo exclamaciones de los japoneses presentes. Este oficial cortó sucesivamente a cuatro personas y mandó luego a los soldados japoneses, uno por uno, matar a los prisioneros; y esos soldados japoneses, haciéndose bromas unos con otros, contaban primero la mitad de la cabeza de un prisionero y luego lo tiraban al abismo.
(Pueblo en Línea)
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