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Armas bacteriológicas

Mié Mar 28, 2007 1:56 am

Hola a todos.

No tenía muy claro si poner este post aquí o en Aviación, pero teniendo en cuenta los efectos de tales armas...¿qué más da su procedencia?

Saludos peloneros.


ARMAS BIOLÓGICAS

"¿No sería posible propagar la viruela entre estas insurrectas tribus de indios?" Esta frase pertenece a sir Jeffrey Amherst, comandante en jefe británico en Estados Unidos, y aparece en una carta dirigida al coronel Henry Bouquest, que por entonces combatía a los indios en Ohio y Pennsylvania, en 1760.
La respuesta de Bouquest a la carta de Amherst fue que lo pensaría, pero un tal capitán Ecuyer, de Fort Pitt, ya había ofrecido unos "regalos" a dos jefes indios hostiles: "dos mantas y un pañuelo recogidos en el Hospital de la viruela".


Las armas químicas causaron tanta miseria y repulsión en la Primera Guerra Mundial que su uso se convirtió en la peor atrocidad en la mente de la mayoría de las personas de la época. Tanto es así que en 1925 dieciséis de las mayores naciones del mundo firmaron el Protocolo de Ginebra, comprometiéndose a no usar nunca gases o armas bacteriológicas. Aunque los Estados Unidos firmaron el protocolo, el Senado no lo ratificó hasta 1975.

En los años comprendidos entre 1940 y 1970 se despertó un macabro interés por las armas biológicas, tanto en Oriente como en Occidente. Esta situación tocó a su fin cuando, en 1969, el presidente Nixon renunció unilateralmente al empleo de agentes y armas biológicos letales. Aunque ciertos observadores han puesto de relieve el hecho de que Nixon se encontraba sometido a una gran presión política debido al programa estadounidense de destrucción de cultivos en el sureste asiático durante la guerra de Vietnam y a que las investigaciones militares habían demostrado que los agentes biológicos eran armas imprevisibles y de escasa aplicación en la guerra, lo cierto es que fue un paso muy importante. Después de aquello ya no existía ningún obstáculo para celebrar una convención internacional y, en 1972, se llegó a un acuerdo sobre el tema. Pero también se encontró una excusa para seguir produciendo estos agentes, pues los firmantes se comprometieron a no desarrollar, fabricar, almacenar ni adquirir o retener microbios ni otros agentes biológicos, ni toxinas, bajo ninguna circunstancia, todo lo anterior quedaba justificado si se realizaba con fines profilácticos, de protección o para otros objetivos pacíficos.

La aparición de la biotecnología y el potencial que posee la ingeniería genética no son temas ajenos a los estrategas militares. El fracaso del programa estadounidense para la guerra biológica durante los años sesenta se debió en parte a los problemas de dispersión e imprevisibilidad de los agentes biológicos. Hoy, con la capacidad para fabricar organismos adaptables a tareas concretas, la guerra biológica vuelve a despertar interés.

En 1931, justo después que los japoneses invadieran Manchuria, Ishii Shiro, cirujano del ejército, convenció a sus superiores que los microbios podían constituir un arma barata y devastadora al mismo tiempo. Se crearon unas instalaciones de experimentación, la llamada "Unidad 731", en Harbin, y en ellas se llevaron a cabo investigaciones secretas durante quince años. La "Unidad 731" salió a la luz pública en 1976, en un programa de la televisión japonesa en que se entrevistó a los antiguos participantes. Los entrevistados explicaron el gran alcance de sus experimentos y admitieron que habían empleado como conejillos de Indias a tres mil prisioneros de guerra rusos, chinos y norteamericanos. Pero lo más importante es que lo habían revelado a los vencedores norteamericanos en 1946, a cambio de tener inmunidad en los consejos de guerra.

Las grandes instalaciones de Harbin contaban con sofisticados criaderos de gérmenes e insectos, una cárcel, terrenos de pruebas, un arsenal para fabricar bombas de gérmenes, un campo de aviación y un crematorio. Los agentes biológicos que se investigaban eran los que producen la peste, el tifus, la disentería, el cólera, la tularemia, la brucelosis, el ántrax y la viruela. Se transmitían dichas enfermedades a los prisioneros para ver cuántos morían, o se les mataba con morfina durante el desarrollo de las mismas con el objeto de estudiar el estado de sus órganos internos. Se calcula que la "Unidad 731" podía criar no menos de 30.000 billones de microbios cada pocos días; es decir, ocho toneladas de bacterias al mes. Se construyeron criaderos de pulgas para producir con rapidez agentes que pudieran propagar la peste. Además de realizar pruebas en la "Unidad 731", se llevaron a cabo experimentos completos con al menos once ciudades chinas entre 1940 y 1944.

El temor a los ataques con armas biológicas se intensificó a principios de los años cincuenta, y a ello contribuyeron las acusaciones de China contra los japoneses. En 1940 se creó en Gran Bretaña la Microbiological Research Establishment (Fundación de Investigaciones Microbiológicas, MRE), en Porton Down, que vino a añadirse a la ya existente Fundación de Investigaciones Químicas. Los científicos de Porton Down y los observadores de la institución paralela estadounidense pusieron a prueba una bomba de ántrax que se encontraba en fase de desarrollo en 1941 y 1942 en la isla de Gruinard, cerca de la costa occidental de Escocia. En estos experimentos se emplearon ovejas para comprobar la teoría de que se puede propagar el ántrax con una bomba que hace explosión en el aire. Los experimentos dieron resultados positivos, y Churchill ordenó la fabricación de 500.000 bombas de cuatro libras para soltarlas sobre ciudades alemanas, aunque nunca llegaron a usarse. En la actualidad la isla de Gruinard sigue contaminada con esporas de ántrax, y los científicos de Porton Down continúan buscando un método para descontaminarla.

BRUCELOSIS

También en Porton Down se desarrolló hasta una etapa muy avanzada un arma para propagar la Brucella, el microorganismo que produce la brucelosis, enfermedad devastadora que transmiten los animales. Según un informe que se hizo público hace algunos pocos años, y que fue presentado durante la Segunda Guerra Mundial al Comité Conjunto de Jefes de Estado Mayor de Gran Bretaña (los consejeros de Churchill), pensaba fabricarse una bomba de 500 libras con esta bacteria. En su interior llevaría 106 pequeñas bombas especiales, cada una de ellas cargada con esporas contagiosas de Brucella.

Los aliados no practicaron la guerra biológica en la Segunda Guerra Mundial, debido probablemente a que se abandonó el programa al desarrollarse la bomba atómica, y a que la guerra acabó repentinamente en el Lejano Oriente. Pero hay que exceptuar un incidente. Según Higher Form of Killing (Una forma superior de matar), de Robert Harvis y Jeremy Poxman, los partisanos checos disponían de granadas llenas de una toxina llamada "botulinus", e iban a emplearlas para asesinar a Reinhard Heydrich, destinado a ser el sucesor de Hitler. El 27 de mayo de 1942, el coche de Heydrich recibió el impacto de una granada, y el nazi murió a los pocos días de septicemia, una infección de todo el cuerpo, aunque las heridas por trozos de granada que había sufrido eran leves. Paul Fildes, director de las investigaciones en Porton Down durante la guerra, fue quien proporcionó las granadas a los partisanos.

Después de la contienda continuaron las investigaciones sobre la guerra biológica en Estados Unidos y Gran Bretaña. El general de Brigada Wansbrough Jones, subdirector de Armas Especiales en el Ministerio de la Guerra, resume la actitud británica en 1945: "La guerra biológica no debe seguir considerándose un método bélico repugnante en el mundo civilizado. El perfeccionamiento de ciertas formas, como la brucelosis, unida a cierta información pública sobre el tema, podría contribuir a que se la considerase muy humana en comparación con las bombas atómicas...".

En Estados Unidos, G. W. Merck, en un informe sobre la guerra biológica dirigido al Secretario de la Guerra, declaraba que en las investigaciones del período bélico se habían descubierto armas de gran potencia que debían someterse a examen por sus posibilidades ofensivas, y que "es posible el desarrollo de agentes (para la guerra biológica) sin necesidad de emplear grandes cantidades de dinero ni construir fábricas de grandes proporciones".

INVESTIGACION EN MARCHA

Fue en Estados Unidos, y en concreto en Fort Detrick, Maryland, donde realmente se iniciaron las investigaciones para la guerra biológica con la producción de 5 000 bombas que contenían esporas de B. Anthracis. Se seleccionaron microorganismos, como la bacteria Rickettsia, y diversos virus y hongos por su capacidad para provocar la muerte o daños graves en las personas, el ganado y los cultivos. El principal requisito que deben cumplir estos microorganismos es que sean razonablemente fuertes y capaces de resistir los procesos a que hay que someterlos para convertirlos en un arma. La mayoría de los agentes biológicos posee una vida limitada, y durante la fase de almacenamiento su actividad desciende continuamente. Para evitar usar grandes cantidades de un preparado que sería menos activo en el campo de batalla, habría que renovar constantemente los depósitos y mantenerlos a temperaturas muy bajas o someterlos a congelación y secado para que perdieran su potencia con mayor lentitud. Para propagarlos se emplearían agentes vivos (garrapatas, pulgas o mosquitos) o algodón, tela o cereales infectados, aunque existe un método aún mejor: el aerosol. Podría acoplarse a una pequeña bomba normal un cilindro de aire comprimido que atravesara con una corriente de aire el agente en polvo que transporta el microbio letal y lo expulsara al abrirse.



En los años cincuenta, Gran Bretaña y Estados Unidos realizaron pruebas con diversos métodos de propagación. Los científicos británicos soltaron bacterias, al parecer letales, en el Caribe y cerca de la costa occidental de Escocia, en operaciones cuyo nombre en código era "Harness", "Cauldron" y "Hesperus". Las pruebas estadounidenses se realizaron con bacterias vivas pero supuestamente inofensivas. En septiembre de 1950, dos dragaminas de la Armada estadounidense soltaron cerca de la costa californiana suficientes bacterias como para contaminar más de 300 kilómetros cuadrados de la zona de San Francisco. En el informe sobre la operación, los científicos afirmaban que casi todos los habitantes de la ciudad -800.000- habían inhalado la bacteria. En pruebas posteriores realizadas en el estado de Virginia, el metro de Nueva York y la ciudad canadiense de Winnipeg, en que se roció secretamente una mezcla de Aspergillus, una bacteria inofensiva, los científicos demostraron hasta qué punto están expuestas las ciudades a los ataques con agentes biológicos.


El virus de la fiebre amarilla es un ejemplo de agente biológico que la Chemical Corps estadounidense consideró en su momento extraordinariamente eficaz. Las investigaciones con este virus se iniciaron en 1953 en Fort Detrick. La fiebre amarilla se transmite por un mosquito. Por este motivo es muy difícil lograr protección contra ella, y la posibilidad de infección sigue presente durante cierto tiempo. El mosquito prefiere a los seres humanos, pero también puede contagiar a los animales. Este hecho sirve para ilustrar un grave problema que plantea la utilización de agentes biológicos: son imprevisibles e incontrolables. Al soltar los mosquitos puede crearse un depósito de virus en la población animal, y la epidemia que provocaría podría escaparse de las manos rápidamente.


La fiebre amarilla nunca se ha presentado en Asia, aunque el mosquito portador de la enfermedad puede existir en esa zona. La Chemical Corps comprendió que este factor representaba una gran ventaja. Sería difícil detectar un ataque con este mosquito, y aunque existe una vacuna, esta empresa consideraba imposible que un país acometiera un programa de inmunización masiva con la rapidez suficiente para evitar la catástrofe. En 1959, Fort Detrick tenía capacidad para "producir" medio millón de mosquitos al mes, y se construyó una fábrica que podía "producir" 130 millones de insectos mensuales. Estos se lanzarían en bombas pequeñas acopladas a municiones más grandes.

La utilización de armas biológicas a escala global ya no es hoy en día, una amenaza teórica sino una realidad cuyo potencial destructivo es extremadamente elevado. Entre los agentes que debemos poder reconocer como potenciales agentes de bioterrorismo, además del bacilo de ántrax se encuentran la infección por Yersinia pestis (plaga o peste), la variola mayor (viruela), la toxina botulínica (botulismo), la infección por Francisella tularensis (tularemia), y las fiebres hemorrágicas ocasionadas por los filovirus (Marburg y Ebola) y por el grupo de los arenavirus como Lassa (Fiebre de Lassa) y el virus de la fiebre hemorrágica argentina.

http://www.creces.cl/new/index.asp?imat ... =5&art=297

La guerra biologica

Mié Mar 28, 2007 4:21 am

Bueno sobre la utilización quedó el amago de utilizarlas por parte de los aliados pero aun asi.

Estados Unidos estableció el Servicio de Guerra Química, que más tarde se llamó el Cuerpo Químico del Ejército, y como no, destinó millones de dólares al proyecto de armas biológicas mortíferas. Además, universidades y la industria privada se vieron trabajando en el proyecto.

En agosto de 1942, George Merck, el presidente de la compañía farmacéutica Merck & Co., fue nombrado jefe del nuevo Servicio de Investigación Bélica, la dependencia que coordina los recursos públicos y de instituciones particulares para el programa de guerra biológica.

El objetivo era elaborar bombas de ántrax para emplearlas contra Alemania. Un artículo del Los Angeles Times (1987) informó sobre las investigaciones del historiador de la Universidad Stanford Barton J. Bernstein al respecto: "Le informaron al primer ministro británico, Winston Churchill, que 1000 proyectiles, cada uno de 225 kilos con cuatro bombas de ántrax de 48 kilos, destruirían los seres vivos en una zona de 65 kilómetros cuadrados. Entre los blancos estaban Berlín, Hamburgo, Francfort, Aachen y Wilhelmshafen. La producción de bombas se atrasó y en 1944 no disponían de suficiente cantidad.y En 1945 la guerra con alemania llegaba a su fin.

Saludos.Durand...

Armas Biologicas

Mié Mar 28, 2007 8:05 pm

Bien como comenta nuestra querida Mhika,la introdución en el manejo de armas Biologicas como recurso de guerra se remonta desde la antiguedad,ya en tiempos de los Romanos emplearon metodos de esta forma de combatir,aunque esto no tenga que ver mucho con la II Guerra Mundial nos da una idea de los principios y usos de estos agentes ,a los que guardan mucha similitud por los empleados en la II Guerra Mundial.Los Romanos por ejemplo arrojando cadaveres a los pozos de abastecimiento para matar poblaciones,los japoneses durante la Guerra del Pacifico emplearon la misma tecnica,en el año 1346 los Tártaros empleaban catapultas para lanzar cuerpos infectados en los interiores de la ciudad de Kaffa.Esto segun historiadores produjo una plaga de peste Bubónica en Europa.

Durante la I Guerra Mundial,los Ingleses almacenaron cinco millones de raciones de alimento vacuno infectadas con Antrax,para infectar los rebaños Alemanes,como medida preventiva ,al termino de la contienda cientificos Canadienses ,Britanicos y Norteamericanos experimentaron con bombas de Antrax que supuestamente no llegarian a fabricar,hoy por hoy se conoce el fruto de estos experimentos como la primera amenaza mundial por varias razones.
1ª Se puede incapacitar a un elevado nivel de la población.
2ªSe puede destruir cosechas y matar ganado.
Conclusión hoy en dia no se fabrica armamento para matar sino para inutilizar y arrasar(grandes perdidas para la economia y desgaste de cualquier pais)significa derrota y eso en la II Guerra Mundial ya se daba como acierto,Una de las causas de que Alemania y Japón perdieran la Guerra fue precisamente el desgaste economico y la falta de recursos .

Un Saludo.Durand...

Mar Sep 25, 2007 4:07 pm

Algunos detalles sobre las armas biológicas.

Lo primero, lo de Heydrich. La muerte por septicemia es algo completamente normal en la era preantibiótica, en la que un corte infectado, un flemón dentario o un panadizo se nos podían llevar al otro mundo en días. Basta con leer obras juveniles norteamericanas previas o poco posteriores a la guerra, para ver el hincapié que se hace en la limpieza y desinfección (con yodo, bastante doloroso) de mínimas heridas. Hoy hemos dejado de lado esas precauciones tan estrictas. En parte por la mayor higiene, epro sobre todo porque casi nadie muere de una herida infectada.

Por otra parte es muy difícil conseguir una bomba de mano que pueda propagar gérmenes: la mayor parte de ellos se destruyen en el almacenamiento o con la explosión (las esquirlas alcanzan temperaturas muy elevadas).

Respecto a las armas biológicas, clásicamente se dividen en dos:

- Letales. La intención es matar al enemigo igual que se hace con bombas atómicas, gas nervioso o lo que sea. Hay bastantes opciones (aunque los filovirus o arenavirus son de películas, su transmisión entre humanos tiene una tasa muy baja) siendo las mejores la peste y sobre todo el ántrax. Incluso hoy la peste neumónica (producida tras la liberación de la bacteria por aerosoles) es letal si no se trata precozmente. El ántrax es aún más letal: hasta los ataques en USA no se sabía que un ántrax pulmonar pudiese curarse con dosis altas de antibióticos, se pensaba que era letal en el 100% de los casos. Pero pueden tratarse un puñado de enfermos, no decenas de miles. Tiene las ventajas añadidas del fácil almacenamiento y que contamina permanentemente los terrenos. Aunque esto puede ser a la postre una desventaja.

La toxina botulínica es potentísima, pero su distribución es más difícil, ya que se trata simplemente de un veneno, no infecta como las enfermedades antedichas.

Ambas enfermedades tienen una ventaja añadida: salvo en condiciones de pésima higiene, no son contagiosas o lo son poco entre humanos. La peste neumónica lo es (y mucho) pero su evolución es tan rápida que resulta difícil que un enfermo contagie a muchas personas, y no hay demasiadas ratas y pulgas. El ántrax no es contagioso entre humanos salvo manipulación de tejidos o fluidos infectados. Esto, por raro que parezcan es ventajoso: se evita la extensión incontrolada de una epidemia.

Por eso no son buenas armas los virus de transmisión respiratoria (del tipo de la gripe o la viruela), puede producir una pandemia que al final puede afectar al atacante o forzarle a tomar medidas de protección. Que es muchas veces el objetivo real de estas armas.

Un inciso: protegerse contra armas químicas o biológicas, si se proporciona una alerta, no es excesivamente difícil: con mascarillas, no salir de casa (o de refugios), higiene estricta, esperar un par de días soleados, basta. Pero eso disminuye la productividad (lógicamente),y puede llegar a imposibilitar la vida en las ciudades o el combate, por la necesidad de estar muy protegidos (equipos NBQ). Policías, bomberos, panaderos, carteros, serían las víctimas de esos ataques. Si no hay alerta, lo serían todos, claro.

Volviendo al tema: los virus de transmisión aérea no sólo son agentes poco deseables, sino de almacenamiento y "distribución" difícil, con la excepción del virus de la viruela, contra el que una gran proporción de la población estaba inmunizada en los cuarenta (hoy es otra cosa). Además es más difícil cultivar y almacenar virus que bacterias.

Los agentes letales son los deseables como armas de destrucción masiva (en un intercambio nuclear) o como arma terrorista. No son muy buenos en guerras convencionales: se puede destruir media Alemania con ántrax, pero luego sería imposible conquistarla: una zona infectada quedará prohibida para ambos bandos. Eso sí, son armas adecuadas para represalia: yo puedo no tener gas nervioso, pero puedo amenazar con un contraataque con ántrax. El hecho es que Hitler no usó gas nervioso contra los aliados, supongo que porque sabría que la siguiente misión del Bomber Command sería con fosgeno o con ántrax.

(todo esto es repugnante; sigamos)

No he citado lo obvio, lo ideal es un agente que permita la vacunación de la población y tropas propias. Si puedo fabricar una vacuna contra el virus Marburg, será el agente ideal para usar. En teoría. En la práctica, no es fácil desarrollar y luego fabricar en grandes cantidades estas vacunas, y más difícil es que su distribución pase inadvertida: si los chinos/iraníes/norcoreanos o lo que sea descubren que los (rellénese aquí con los salvadores del mundo de turno) esperarán un ataque inminente, y o se protegerán, o reaccionarán con otras armas.

- Otro tipo de agente, muy de moda en los sesenta, son los incapacitantes. Ahora se trata no de producir una enfermedad letal, sino una grave pero con letalidad baja (un 1-5% como máximo). Una enfermedad de ese tipo incapacita durante semanas o meses, impide las operaciones militares (o la vida civil) de los atacados, permitiendo su derrota, quedando el país o la unidad atacada relativamente intacta para el vencedor. Si hay vacunas, aún mejor: aunque alerta al enemigo, un arma así no puede considerarse tan alegremente como de destrucción masiva y no invita a una respuesta masiva. Aunque el enemigo intente protegerse, queda en desventaja (según el grado de desarrollo de sus propias "armas"). Si es posible el agente usado no debe ser excesivamente contagioso para poder "controlar" su diseminación, lo que limita la eficacia de la gripe.

Enfermedades en esta categoría estarían la brucelosis, la turalemia o el dengue (una enfermedad causada pro un virus transmitido por mosquitos). La fiebre amarilla tiene una mortalidad demasiado elevada para esta categoría, y el riesgo es que infecte permanentemente la zona. En dengue también puede hacerlo, pero los mosquitos que actúan como vectores de esta enfermedad tienen una distribución menos amplia.

Esos agentes son también menos contagiosos. Diseminar el ántrax, la peste o la viruela es relativamente sencillo, conseguir que una proporción importante de expuestos se contagie de turalemia requiere dosis infectantes muy superiores, es decir, lanzamiento de cargas mucho mayores. Pues a pesar de lo que piense la gente hay muy pocas enfermedades que se contagien por la ingesta de uno, diez o cien unidades del germen (las hay, como la tuberculosis, pero pocas). Salmonelosis, brucelosis o turalemia requieren la ingesta de decenas de miles de agentes infectantes.

Por lo que sé, el desarrollo de esas armas resultaba mucho más difícil que las letales y no sé ni si llegó a haber prototipos viables.

3. Un tercer tipo de investigación es más benigna, y de hecho la moratoria de Nixon se criticó por limitarla: investigar en gérmenes que puedan ser usados como armas biológicas para poder aprender como protegerse de ellos. Si se ve que el meningococo (bacteria muy peligrosa pero poco contagiosa) no es adecuado como arma, no es preciso protegerse contra él. Sin embargo, si una enfermedad emergente parece serlo (como el SARS que produjo casos en varios continentes en 2003) es urgente su estudio.

Con todo, este campo me sigue pareciendo repugnante, pues las armas biológicas son de control difícil. No creo que se pueda fabricar una supergripe en un laboratorio, pero el que haya existencias de virus como los de la viruela o de la poliomielitis en laboratorios es una tentación para locos y para terroristas.

Saludos

Mar Sep 25, 2007 7:17 pm

[quote]el que haya existencias de virus como los de la viruela o de la poliomielitis en laboratorios es una tentación para locos y para terroristas[quote]


O ambas cosas,estimado Domper.Locos y terroristas.
La ciencia avanza,para lo bueno y para lo malo :(

Interesante, enhorabuena Domper. :wink:


Un Saludo.Durand...

Mar Sep 25, 2007 10:46 pm

Gracias, Domper, que post tan interesante.

Y como tú dices: si y no, varias cosas o vaya usted a saber (esto último lo digo yo, no tú) :lol:

Verás, siempre tengo dudas sobre el momento exacto en el que hizo su aparición el antibiótico durante la IIGM; por un lado me encuentro con quien dice que hasta el desembarco de Normandía, en el 44 (parece ser que los aliados llevaban ya incluidos antibióticos en su kit ) nadie tenía el lujo de contar con ellos, y por otro lado los rusos utilizaron la Tularemia como arma bacteriológica en el frente de Stalingrado, donde los alemanes cayeron como moscas...y los rusos también se contagiaron, peeero, ellos la combatiaron usando antibióticos, y hablamos del 42 al 43 :shock:

Me explico:

El uso de la penicilina en la IIGM

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El bacteriólogo escocés Sir Alexander Fleming, (1881-1955), descubrió la penicilina en 1928 en compañía de los doctores Chain y Florey. Fleming durante la Primera Guerra Mundial, comenzó a experimentar con substancias antibacterianas descubriendo la Lisozima, encima antibiótica que ataca a muchos tipos de bacterias. En 1928 descubrió una secreción del Penicilium Notatum que probó tener propiedades anti germicidas. Debido a no poder fabricar suficiente cantidad para que pudiera tener valor práctico y comercial, su trabajo sólo quedó en los archivos de la universidad como una curiosidad científica.

Diez años después, un grupo de científicos redescubrió las investigaciones de Fleming pero no contaban con el soporte económico necesario, debido a que Inglaterra enfrentaba una seria crisis enfocada al ámbito político y militar como consecuencia de los acontecimientos en el continente europeo. En consecuencia, los científicos ingleses debieron buscar apoyo en Estados Unidos. Es así que en 1941, John Davenport y Gordon Cragwall representando a la empresa farmacéutica Pfizer se presentaron en un simposio de la Universidad de Columbia en el cual demostraron que la Penicilina era un poderoso agente para combatir las infecciones. Su ponencia tuvo eco en dicha universidad y en el gobierno, que en esos tiempos promovía una carrera para encontrar una medicina de fabricación masiva, con propiedades para combatir las infecciones.

Comenzando los experimentos con diversos métodos de fermentación, Pfizer arriesgó gran cantidad de recursos en los siguientes tres años para lograr la fabricación de la penicilina. En unos años, luego de utilizar todos las técnicas posibles y de modificar métodos utilizados hasta esa fecha, aún a riesgo de su propia seguridad económica, Pfizer logró desarrollar una forma de fabricación que le permitió quintuplicar sus cálculos originales de producción.

Debido al éxito obtenido en la producción masiva del producto y a las pruebas a la que fue sujeto, el gobierno americano autorizó a 19 empresas farmacéuticas la fabricación del antibiótico, comportiendo el método de Pfizer, siendo ésta la que produjera el 90% del mismo disponible por los aliados en el Dia D. A partir de entonces, la penicilina estuvo presente en todos los frentes donde combatieron los aliados.

Y por otro lado el ataque bacteriológico de los rusos:

Tularemia

(aquí debería ir una foto, pero es un tanto desagradable :roll: )

La Tularemia, conocida también como "fiebre de las ratas" es una enfermedad infecciosa causada por una de las bacterias más purulentas que se conocen, la Francisella tularensis. Sólo diez de estas bacterias son capaces de desarrollar una enfermedad extremadamente peligrosa. Debido a que posee capacidad de ser inhalada, se constituye en un arma biológica sumamente poderosa.

El microbio fue descubierto en 1911 durante una epidemia de fiebre de conejos cuando una gran cantidad de ardillas fueron muertas por esta enfermedad en el lago de Tulare en California. Debido al nombre del lago es que la enfermedad tomo el nombre de Tularemia. Los científicos determinaron que la enfermedad era contagiosa para los humanos, quienes pueden contraerla por contacto con animales enfermos. La enfermedad se propagó entre granjeros, guardabosques, cazadores, cocineros y en general trabajadores agrícolas. Los organismos patógenos penetran a través de excoriaciones y heridas en la piel y a través de las membranas mucosas.

La enfermedad se desarrolla rápidamente. El paciente acusa dolores de cabeza, fatiga, mareos, dolores musculares, pérdida de apetito y nauseas. La cara y los ojos se enrojecen y se inflaman. La inflamación externa precede a la de las glándulas linfáticas, con fiebre y supuraciones que a la larga desarrollan complicaciones peligrosas para la vida del paciente. La enfermedad también se transmite por inhalación, convirtiéndose en una enfermedad respiratoria cuyos síntomas se pueden confundir con muchas otras enfermedades similares.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética utilizó la Tularemia contra las fuerzas alemanas en Stalingrado, llamándola entonces el arma de las ratas. Las ratas enfermas fueron regadas en el frente espantándolas hacia las líneas alemanas mediante cercos de fuego. La enfermedad se propagó rápidamente, en las líneas del frente causando considerables bajas a tal punto que el Estado Mayor del General Paulus tuvo que tomar medidas que afectaron las operaciones militares. Pero la enfermedad también infectó a gran número de soldados del Ejército Rojo, pero estos podían ser reemplazados, mientras que los alemanes, encontrándose cercados no tenían cómo retirar a los enfermos del campo de batalla y menos reemplazarlos.

Estos hechos fueron conocidos y relatados por veteranos liberados de los campos de concentración rusos, pero no se le dio mucha importancia al hecho, puesto que la Tularemia era sólo una de las muchas enfermedades contagiosas que infectaron los campos de batalla en el Frente del Este.

Sin embargo, si la enfermedad es curada adecuadamente y a tiempo, causa inmunidad de por vida, en los pacientes. Además un paciente enfermo con Tularemia no contagia a los demás si se toman las medidas mínimas para evitar la propagación.

Una de las debilidades de la bacteria Francisella tularensis es que es sensible a la luz del sol, por eso, en invierno causó estragos en Rusia, mientras que en verano la enfermedad casi desaparecía. La bacteria muere en sólo 30 minutos, cuando es expuesta a la luz solar. El microbio muere también en agua hirviendo, única forma de eliminarlo de la ropa, pero que en Stalingrado era un problema debido a la falta de agua. Los desinfectantes los matan en 3 a 5 minutos. Se utilizaron antibióticos para combatir la enfermedad, en especial en los casos de infección de las vías respiratorias y desinfectantes para tratar las pústulas y llagas que ocasionaban en la piel.

Según un artículo del diario Pravda, los científicos soviéticos continuaron investigando la bacteria durante y después de la guerra. En 1970, los biólogos militares rusos produjeron cepas de Tularemia con capacidad destructiva mucho mayor que la hasta entonces era conocida. Pero, recientemente, dice Pravda, los científicos británicos han descubierto que la bacteria contiene genes que no se encuentran en otros organismos vivos. Como el genoma ha sido desclasificado, pronto se obtendrán vacunas que minimizarán a la Tularemia como arma biológica.


A los rusos entonces...¿le pasaron los antibióticos los americanos?, como parte de ayuda de guerra. :shock:
¿Y no estaban al tanto los alemanes? :?


Luz, necesito luz...y que me convenza. :wink:

Un saludote pelonero.

http://home.att.net/~steinert/wwii.htm#The Use of Penicillin in World War II
http://www.exordio.com/1939-1945/milita ... s.html#PEN
http://www.exordio.com/1939-1945/milita ... aremia.htm

Vie Sep 28, 2007 6:11 pm

Un detalle:

El texto del mensaje de Mika es el artículo de http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/medicine/tularemia.htm (se indica la fuente, no es ninguna acusación). El problema es que Exordio 1939-1945 es una mágina que recoge todo tipo de "leyendas urbanas". Es curiosa, siempre que no nos la creamos…

Ahora, a los hechos. No está nada claro que el brote de Tularemia (si escribo Turalemia, perdón, siempre lo pongo al revés, por lo visto la forma errónea parece más agradable para castellanoparlantes) que se produjo en Stalingrado se debiese a un ataque biológico. Por dos motivos:

- Las condiciones favorecieron un brote: la batalla se inició en la época de las cosechas, que quedaron sin recoger (hay testimonios) lo que favoreció la proliferación de roedores. Cuando estos quedaron sin alimento, se acercaron a la ciudad, donde había alimentos de "otro tipo". Las condiciones de vida en las trincheras favorecían la inhalación de polvo contaminado con heces de los roedores y por tanto la enfermedad. Otra fuente de infección fueron alimentos contaminados por los roedores, incluso ocasionalmente los mosquitos. Y el estrés y luego la desnutrición favorecen las enfermedades de cualquier tipo.

http://cns.miis.edu/research/cbw/tula.htm

- No es tan fácil criar miles de ratas, disponer suficiente cantidad de gérmenes para infectarlas (con una enfermedad peligrosa para los técnicos de laboratorio), y luego liberarlas en las líneas alemanas (y no en las soviéticas). Menos, en dos o tres meses: liberar las ratas en Enero contra un ejército condenado no tiene mucho sentido (ni Enero es el mejor mes para liberar ratas). Lo curioso es que la URSS disponía de una vacuna contra la enfermedad (muy poco efectiva), pero se mostró mucho más eficaz contra ella el control de los roedores.

Por lo que he leído, el brote de tularemia, que afectó al ejército rojo tanto o más que al alemán, se debió a las condiciones locales y no a un ataque organizado.

Respecto a lo de los antibióticos:

Los primeros antibióticos (realmente, eran quimioterápicos, pero la distinción se refiere al origen de la molécula, no a su acción) fueron las Sulfamidas, de las que la primera (el Prontosil, Sulfanilamida) estaba disponible desde 1935. Ese fármaco salvó las vidas de un hijo de FDR y del mismísimo Churchill. El problema es que ni las Sulfamidas ni la Penicilina eran activas contra la Francisella tularensis, agente de la tularemia. El antibiótico más efectivo es la estrptomicina, que se aisló en 1943 (pero que no se pudo usar en pacientes hasta 1947).

La Penicilina no se produjo en cantidades importantes hasta mediado 1943, y su uso no experimental se inició durante la campaña de Sicilia, siendo de uso ya habitual a finales de 1943. Hasta 1944 no se tuvo cantidad suficiente como para suministrarlo a otros países (la URSS, pero no la única, a España llegaron las primeras dosis en esa época).

Para acabar, la antigua URSS se atribuía de todo. No podía decir mucho de la gravitación universal, la pólvora o el sacapuntas, anteriores a la era de la república del pueblo. Pero no tenían empacho en apropiarse cualquier descubrimiento.

Especialmente, se "apropiaron" del descubrimiento de la Penicilina, que atribuían a no sé quien (no he conseguido encontrarlo), supongo que basándose en costumbres locales de curar las heridas con sustancias mohosas. Como si eso tuviese mucha utilidad, fuesen Penicillium o fuesen Níscalos los hongos que se aplicaban a al herida (existe algo llamado "concentración").

Al parecer los rusos empezaron a estudiar la Penicilina en 1942, pero la producción tuvo que esperar a ala ayuda norteamericana en la posguerra. Como curiosidad, los alemanes produjeron también ínfimas cantidades de Penicilina, y parece que Morell (me resisto a llamarlo doctor) aplicó polvos de algún compuesto de este tipo a Hitler tras su atentado. Repito, a esas concentraciones, y usada tópicamente, no vale para nada.

Saludos

Vie Sep 28, 2007 9:54 pm

Hombre, a mí me parece que Exordio tiene bastante material fiable, todo depende de la predisposición que tenga uno a creer según que información...

Gracias por dar más detalles respecto a la penicilina, pero me temo que llegamos a las mismas conclusiones: que rusos y americanos ya la tenían, unos más experimentada y otros menos, pero contaban con ella.

Respecto al incierto caso del ataque biológico con Tularemia por parte de los rusos en Stalingrado, personalmente llego a la conclusión de que no existen pruebas concluyentes ni para afirmarlo ni para negarlo.

El hecho difuso siempre se menciona en cualquier estudio que aborde la Tularemia; por poner un ejemplo distinto al de Exordio y supuestamente con más rigor: http://www.creces.cl/new/index.asp?imat=%20%20>%20%2086%20%20>%20%2064&tc=3&nc=5&art=1575 , de la que extraigo este fragmento resumido que también se menciona en tu enlace:

Una de las mayores epidemias conocidas se produjo en soldados y civiles durante la batalla de Stalingrado, entre los años 1942 y 1943. Ken Alibek, que había estado a cargo del programa de armas biológicas de la Unión Soviética en aquella época, afirma en su libro titulado "Biohazard" (1999), que la Unión Soviética esparció la bacteria de la tularemia entre las tropas alemanas durante la batalla, con un efecto tal, que habría cambiado el giro del desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo muchos historiadores médicos dudan de esta historia y piensan que fue el desgaste de las tropas alemanas que se acrecentó por las malas condiciones sanitarias de las tropas, por las ratas, y la natural contaminación de alimentos y agua.

Por gentileza del Capitan Miller (y abuso de su paciencia :lol: ) que me ha traducido tu enlace, paso a colgar, para todos aquellos que no chanelamos el idioma del maligno (sic Stormbringer), partes de tu texto que apoyan ambas posibilidades: ¿ataque bacteriológico o causas naturales? :

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Durante la SGM tanto el Ejército Rojo como la Wehrmacht sufrieron cientos de miles de bajas, muchas de ellas por enfermedades infecciosas. En un libro reciente, el Dr. Kenneth Alibek ha sugerido que el Ejército Rojo uso tularemia (agente causante: Francisella Tularensis) como arma biológica durante la batalla de Stalingrado (1942-43). Basado en casos clínicos anteriores y en la naturaleza del patógeno, creemos que la causa más probable habría sido una epidemia por causas naturales.

Uno de los mayores y más feroces enfrentamientos en Eurasia durante la SGM fue el sitio de Stalingrado, estando envueltos dos Grupos de Ejército alemanes y con el resultado de millones de bajas en ambos bandos, muertos, heridos o capturados. Recientemente, el Dr. Kenneth Alibek ha declarado que la Unión Soviética uso la tularemia contra las tropas alemanas durante los combates, causando una epidemia que también afectó a los soldados rusos y a los civiles. Por lo que sabemos de la tularemia y su transmisión creemos que lo sucedido en Stalingrado fue una epidemia natural.

En su libro de 1999, Biohazard, Alibek (antes conocido como Kanatian Alibekov) describe en gran detalle la historia y los posibles desarrollos en la antigua Unión Soviética de un programa de armas biológicas. Mucho de lo que Alibek relata en su libro, incluyendo el hecho de que la Unión Soviética usara la viruela como arma en misiles intercontinentales, está basado en sus experiencias y conocimientos adquiridos mientras trabajaba para Biopreparat, un gran y fundamentalmente civil complejo de biotecnología fundado en 1973 para el desarrollo de armas biológicas. Se desconoce si en la actualidad prosigue la investigación en armas biológicas en Rusia.

Alibek está considerado en términos generales como una fuente fiable, habiendo informado en muchas ocasiones sobre la capacidad en guerra biológica de la antigua URSS a la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos. Alibek dice en su libro que la tularemia fue empleada contra las tropas nazis durante la batalla de Stalingrado (de Agosto de 1942 a Febrero de 1943). Alibek basa sus comentarios en los cientos de miles de infecciones de tularemia que rápidamente surgieron al principio del sitio, y las declaraciones al respecto de un antiguo teniente coronel del Ejército Rojo. Alibek también informa de un significativo incremento (70%) de problemas pulmonares entre los afectados por tularemia en ambos bandos, sugiriendo una diseminación aérea por manos humanas.

Aunque no hay duda de las terribles condiciones del combate en Stalingrado, creemos que la epidemia de tularemia de 1942-43 fue por causas naturales. Respecto del alto porcentaje de problemas pulmonares comentado por Alibek (y otros) se debe tener en cuenta que incluso en los años 60 el mecanismo del proceso de la enfermedad no era bien entendido ni estaba claro que se tratara de una forma pulmonar primaria de tularemia. El hecho de que un alto porcentaje de infecciones tularemia fueran asociados con problemas pulmonares (pleurales), una epidemia que podría haber sido inducida por otras vias de infección, no ayuda mucho para identificar la ruta de la infección inicial.

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Según tu enlace, no niega categoricamente la posibilidad de un ataque biológico, se limitan a valorar (creen que fue)la opción de una epidemia por causas naturales.

Yo lo dejo en tablas.


Saludos peloneros.

Sab Sep 29, 2007 5:48 pm

No sólo eran probables causas naturales (no se puede volver al lugar para confirmarlo), sino que las técnicas de cultivo de bacterias de la época no estaban muy desarrolladas, menos aún las de dispersión del agente (hay que infectar miles de ratas y distribuirlas sin que mueran), ni se sabía si afectaría al ejército propio, ni han quedado documentos (al menos que se conozcan). Con esos datos, yo creo que la posibilidad de un ataque biológico es muy pequeña.

Saludos

Dom Sep 30, 2007 10:43 pm

El caso es que a mí sólo me interesaban los antibióticos :?

Las técnicas de cultivo para la bacteria de la Tularemia no creo que necesitaran de un laboratorio equipado con una biotecnología punta, ni tampoco creo que fuera necesario, después de todo parece que en aquella época, y en esas condiciones, la Tularemia venía de serie en los roedores, como los bigotillos del hocico, dicese vibrisas.
Si se descubrió en 1911, parece ser que en 1912 ya se cultivó el agente etiológico al que denominaron Bacterium tularense. El contagio de humano a humano no es fácil, pero sí por contacto o inhalación, ¡ah! y por picaduras de insectoscomo las garrapatas. Por donde se pasearan las ratas tenían un campo de contagio ideal, y la higiene no creo que fuera muy cuidadosa en el frente.

Que hubiera que infectarlas intencionadamente y a miles...pseee, teniendo en cuenta la velocidad de reproducción de las ratas, la cantidad que había, y que el periodo de incubación de la bacteria es de 1 a 10 días...no era tan dificil. Por lo demás ya se distribuían ellas solas, seguro... y en este punto no deja de ser llamativo y sospechoso un dato que aparece en el penúltimo párrafo de tu enlace.

Curiosamente, los soviéticos informaron de que una vacuna de tularemia creada por H. A. Gaiskii y B. Y. Elbert fue probada en el frente de Stalingrado (aunque hay controversias en las fuentes sobre si dicha vacuna fue utilizada a gran escala a las tropas del Ejército Rojo). Aunque mostró cierta eficacia, las medidas más efectivas siguieron siendo las relativas al control de la plaga de roedores. En los Estados Unidos se creó una vacuna de tularemia en 1944, y fue mejorada en 1945 con una variante que provocaba menos reacciones adversas.

¿Qué interés podían tener los rusos en crear una vacuna tan urgentemente? y que nadie me argumente que era para preservar efectivos humanos por una epidemia natural porque a los rusos eso no creo que les preocupara mucho, ni tampoco para proteger a la población civil. Puestos a elucubrar...¿no sería una medida preventiva por si las ratas perdían la brújula y algunas se metían en el frente que no debían?

Por otra parte que no haya documentos al respecto...tampoco me sirve como prueba a tener en cuenta. Podría sopesar la ausencia de documentación como prueba de que no ocurrió esto o aquello si hablasemos de la "pulcritud" de los alemanes para esas cosas, o del resto de los aliados, pero de los rusos... :shock:

Y a todo esto yo no tengo ningún interés especial en demostrar ni una cosa ni la otra, pero me parece que, repito, ante la falta de pruebas definitivas que aclaren lo que ocurrió en un sentido o en el otro (lo único que si parece rigurosamente cierto es que hubo una epidemia de Tularemia y ya está) todo lo demás me parece subjetivo y carente de rigor histórico.

Tablas, y nooo va más!

Un saludo pelonero.

PD.

Y hablando de Tularemia; me ha parecido interesante esta noticia que he encontrado. Observa que fácil pudo ser el contagio si nos situamos en las devastadoras condiciones higiénicas y de nutrición en el frente de Stanligrado...No resulta tan descabellado un ataque bacteriológico, así como tampoco una epidemia natural.
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Actualizado martes 07/08/2007 17:21 (CET)
EUROPA PRESS
VALLADOLID.- El número de casos de tularemia en Castilla y León confirmados por los servicios de epidemiología de la Consejería de Sanidad a lo largo de la pasada semana, hasta el 4 de agosto, fue de 47, que se suman a los 41 anteriormente acumulados a lo largo del presente año 2007.

En total son por tanto 88 los casos de tularemia confirmados hasta el momento, de acuerdo con los criterios epidemiológicos de confirmación de enfermedades de declaración obligatoria recogidos tanto en la normativa nacional como regional, según los datos facilitados por fuentes del Gobierno regional.

No obstante, el 97,7% de los pacientes con diagnóstico confirmado de tularemia están curados o evolucionan favorablemente gracias al tratamiento prescrito. Sólo dos de ellos permanecen ingresados -son personas mayores de 65 años y aquejadas además por otras enfermedades de base-.

De los 88 casos, un total de 70 se han registrado en Palencia, 11 en Zamora, dos en Valladolid, otros dos en Burgos y tres en León.

Causas y medidas preventivas

Sobre las causas, seis de los afectados lo son por manipulación o despellejamiento de liebres, 12 por manipulación de cangrejos de río, 12 por paseos frecuentes por el campo, cuatro por contacto con ganado, 17 por contacto con alfalfa, paja o estiércol, 17 por contacto con roedores (ratones o topillos), 24 casos registrados en agricultores y jardineros, seis por picadura de garrapata, insecto u otros artrópodos, ocho por contacto frecuente con otros animales vivos (perros, gatos, otros), 13 por trabajos con exposición medioambiental, seis por ingestión de agua contaminada y un último caso en el que no se ha detectado ningún factor de riesgo. En varios de los afectados se dan circunstancias coincidentes.

Aunque esta infección es endémica en Castilla y León, la plaga de topillos que asuela los campos de la región ha disparado el número de casos. En todo 2005, se notificaron sólo seis casos.

La tularemia es una enfermedad que presenta por lo general síntomas semejantes a los de un proceso infeccioso: aparición brusca de fiebre alta, malestar general y, en los procesos más graves, lesiones en los dedos y ganglios axilares, alguna vez ulcerados. No es contagiosa entre personas y tiene un adecuado tratamiento con antibióticos; además, los expertos recuerdan que la prevención es la mejor fórmula parta evitar su contagio.

Entre las medidas que pueden evitar su transmisión destacan:

-Evitar el contacto con animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales.
-Evitar el consumo de aguas no controladas sanitariamente.
-Protegerse de las nubes de polvo en aquellos lugares donde proliferen animales susceptibles de la transmisión de la tularemia.
-Utilizar ropas protectoras y productos repelentes, para evitar picaduras de insectos o garrapatas. Si se observase alguna garrapata fijada, hay que acudir lo antes posible a un centro sanitario.
-Utilizar guantes y mascarillas cuando se capturen animales, se manipulen o éstos se retiren.
-No permitir que los niños toquen animales muertos.
-La carne de los animales silvestres ha de consumirse perfectamente cocinada. Su congelación no inactiva el agente responsable de la tularemia.
-Si se observa la presencia de animales muertos, con lesiones o con comportamientos no naturales, es necesario comunicarlo a los responsables de caza o sanidad animal.

PD2.

En otro página he leído que los agricultores hablan ya de 200 casos...

http://elmundosalud.elmundo.es/elmundos ... 99572.html

Jue Oct 04, 2007 9:24 pm

Precisamente el brote en CyL avala el probable origen natural de la epidemia de Stalingrado. Una población mucho mejor protegida sanitariamente, con mucho mejor situación higiénica y sanitaria, y tras los sustos del SIDA y las vacas locas (la gente es precavida al manipular animales muertos), ha sufrido un brote con decenas o cientos de casos.

Respecto a la vacuna, y que yo sepa, en la actualidad no hay ninguna efectiva, parece poco probable que la vacuna rusa de fuese efectiva, porque la norteamericana desarrollada entre 1950 y 1960 fue poco eficaz y se limitó a la protección del personal de laboratorio. Precisamente el gravísimo riesgo que supone para la enfermedad para el personal de laboratorio hace improbable un ataque biológico. La enfermedad puede ser transmitida por la inhalación de 20 - 50 bacterias (una salmonelosis requiere la ingesta de unas 50.000 bacterias) y en una época sin antibióticos significaba que el personal de laboratorio enfermaría sobre la marcha. Los dispositivos de contención biológica no existían en 1940. Eso significa que los técnicos enferman y mueren. Su vida no importará demasiado para el sistema soviético, pero no se podían reemplazar con facilidad.

Por otra parte, sigue siendo muy difícil criar, infectar y distribuir las ratas. Las ratas salvajes se reproducen con relativa facilidad, pero no como en libertad (si has tenido hámsteres, lo sabrás). Luego hay que infectarlas y distribuirlas en el relativamente corto periodo de incubación. Luego esas ratas, criadas en cautividad, tienen que sobrevivir por su cuenta, colonizar trincheras y demás, antes de poder empezar a infectar. Más lógico es usar la bacteria mediante aerosoles (desde aviones que podrían operar de noche).

Si funcionase, adema´s ¿Por qué no se volvió a usar?

Para acabar, lo de la documentación. Los soviéticos eran tan minuciosos como los alemanes o los norteamericanos, otra cosa que oculten o destruyan archivos. Pero muchos hechos han salido a la luz recientemente, bien por apertura de archivos, bien por declaraciones de testigos, bien por investigaciones independientes (como la asociación que identificó más de treinta millones de heridos rusos en esa guerra, con nombre y apellidos). La carencia de documentos hace que la hipótesis (atractiva, pero difícil de admitir por lo antedicho) no es una prueba, al contrario. Sabes perfectamente que la carga de la prueba corresponde al que pretenda demostrar una hipótesis, precisando pruebas de mayor valor a más extraña resulte la hipótesis. En este caso, un simple rumor tiene un valor bastante escaso.

Luego mientras no haya otras pruebas, lo de la tularemia en Stalingrado no pasa de una historia que pondría en cuarentena.

Saludos

Vie Oct 05, 2007 12:28 am

Sabes perfectamente que la carga de la prueba corresponde al que pretenda demostrar una hipótesis


Aaaaaahí quería llegar yo Imagen

Domper, shiquillo, creo que los dos padecemos del mismo mal. Nos encanta argumentar y contraargumentar, por deporte.

Y si ahora entramos en la reprodución de ratas salvajes, sí había o no había antibióticos (¿no hemos dicho que sí?), si la vacuna era efectiva pero con muchos efectos secundarios adversos, etc, vamos, yo tengo cuerda para incitar al personal al borde del suicidio y me consta que tú también...

Por tanto: dejo que las ratas gocen de su sexualidad sin inhibiciones (lo que ahorran estos bichejos en psicólogos :? )y vuelvo a insistir en que para mí, después de la lavadora, el mejor "invento" es la penicilina.

Un saludote pelonero.

Vie Oct 05, 2007 10:41 am

De acuerdo. Si había contestado, además de por incordiar, es por despejar dudas sobre un asunto de tal importancia, implicaría el único uso de armas bacteriológicas en Europa durante el siglo pasado (sí, los japos hicieron de las suyas en Manchuria).

Respecto a la Penicilina, de acuerdo, por completo. Ha salvado más vidas que todas las perdidas en la SGM, y marca un antes y un después en la medicina. Si tuviese que señalar hechos claves en la medicina, estarían el nacimiento de la medicina empírica moderna (Laennec, de la mano del barón Larrey), la introducción de la anestesia y de la asepsia (Wells, Semmelweis), la microbiología (Pasteur) y los antibióticos (y no pongo a Fleming sino a Florey, en el foro expliqué los motivos). A cualquiera que me empieza a contar batallitas sobre la vida simple en el campo, o sobre la historia, le pregunto lo mismo ¿has tomado antibióticos muchas veces? ¿te han operado de algo? Si es así, primero suicídate y luego seguiremos hablando de la vida simple.

Saludos

Vie Oct 05, 2007 10:59 am

Si había contestado, además de por incordiar...


Mia que eres jodio, condenao...

Y yo más :P :wink:

Ya quedaremos otro día al amanecer :twisted:

No pierdas de vista a tus padrinos...


Saludotes de esta pelonera que lo es.
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