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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 9:14 pm

Pues creo que la retransmisión se hará esperar. Habrás visto como se puede tomar una escenita de nada y estirarla a base de bien. Y lo que queda. Lo menos XXX páginas hasta Jerusalén o ¿tal vez hasta Haifa? ¿O no pasarán del Canal? ¿Y luego? ¿Y el otro Canal? Aviso que quedan aun muchos muchos tiros.

Saludos
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:37 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 9:16 pm

Estupendo, queda muy poco para que veamos arriada la Union Jack en Palestina y en la Península del Sinaí...El desastre imperial es inminente. Alea jacta est.... :twisted:

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 9:19 pm

Gracias por el adelanto, con gazapos o sin ellos y... ¡Que comiencen los juegos! :D

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 9:36 pm

Ya he detectado y quitado una porrada de gazapos. Gracias a todos.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 11:29 pm

Una pregunta Domper ¿cuantas paginas te ocupa ya la historia en Pdf? Has pensado, cuando la termines, repasarla entera y publicarla en formato digital??? Te lo digo por que hoy en día eso no es muy caro y te podrías sacar algún dinerillo

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 12:21 am

No lo he mirado pero supongo que ya rondará las 100 páginas, por lo menos. Con todo había pensado darle un buen repaso antes de proponerme cualquier cosa. Los primeros capítulos creo que habría que revisarlos un poco, cambiar el orden de algún suceso (pues me ha pillado el toro por ejemplo para el magnetrón de cavidad resonante, que ya saldrá), y explicar un poco más lo ocurrido previamente, que no todo el mundo se conoce los movimientos de la 7ª Panzer día a día. Aparte que podrás ver que el estilo ha ido cambiando poco a poco con las entregas.

Una vez hecho eso, pues no sé, tal vez sería para algún blog o para publicar. En ese caso ya tengo hasta las herramientas, porque basta con pergeñar alguna portada (en plan La Sombra del Viento, algo neblinoso), formatear el texto con Calibre, y enviárselos a los de Amazon o Casa del Libro.

Peor primero habría que acabarla, y le queda mucho. No sé si desvelar lo que había pensado, pero te adelanto que tendremos de nuevo mar, y pronto... si a Von Manstein no le sale la ofensiva rana.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 4:57 am

Domper escribió:Peor primero habría que acabarla, y le queda mucho. No sé si desvelar lo que había pensado, pero te adelanto que tendremos de nuevo mar, y pronto... si a Von Manstein no le sale la ofensiva rana.

Nooooo, no desveles nada. ya lo iremos viendo. Y siiiiii mucho mar por favor. Quiero ver acorazados alemanes aguantando estoicamente contra toda la Royal Navy :wink: :wink: , y hundiendola por supuesto :twisted: :twisted: . Por pedir que no sea... :roll: :roll: :roll:

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 11:47 am

Pues va a ser que no.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 12:51 pm

A la hora de revisar el manuscrito (!) si se puede echar una mano, aquí estamos...

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 5:24 pm

¿Te refieres al teclaescrito?

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 6:11 pm

Efectivamente.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 27, 2014 10:18 pm

Entiendo. Se trata de leer sin pasar por caja...

En serio, gracias por el ofrecimiento.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Abr 30, 2014 10:56 am

Buenos días.

Comunico a la respetable audiencia que por motivos técnicos (mucho trabajo y empezar a reescribir los primeros capítulos) las siguientes entregas van a llegar con un pequeño retraso.

Gracias por vuestra paciencia. Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar May 06, 2014 10:22 am

¡2.500 visitas!

Paciencia, en unos días habrá nueva actualización (espero).

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar May 06, 2014 1:41 pm

Domper escribió:¡2.500 visitas!


Y más que va a haber. Esta muy interesante esto :D .

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 1:25 am

Espero que en los próximos días tengamos nuevo capítulo.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 1:33 am

Tranquilo, que aquí esperamos pacientemente. :D

Lo importante es que lo vayas rematando bien, como así será.
Nada de prisas.

Un saludo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:23 pm

Primer día

23186C


17 de Mayo de 1941. Dora, Hans

Me llamo 4.5 INZ HOW MK II TROTYL 23186C, pero los amigos me conocen por 23186C, y soy un proyectil.

Algunos dicen que las obras del hombre son objetos inanimados, que solo se diferencian de las rocas o de la arena por su complejidad. Pero personas mejor informadas saben que creaciones del hombre son proyecciones del espíritu humano, que llevan consigo un trocito del alma de los seres que les dieron forma.

No sé si tengo alma o si mis recuerdos no son míos sino que están en la mente de los hombres que crearon y me trataron. Pero real o figurado recuerdo cada momento de mi larga vida.

Mis ancestros se remontan a miles de millones de años en el pasado, en el fondo de un enorme mar. Las agitaciones terrestres los expusieron a la corrosiva atmósfera en la que se oxidaron adquiriendo un llamativo color rojizo. Luego los materiales arrastrados por violentos torrentes los cubrieron, en un sueño de eones

Mi comadrón fue un curtido minero, que arrancó las rocas que formarían mi ser y las cargó en una carretilla. Al salir al aire libre pude ver las colinas de mi Cleveland natal en los breves instantes que le costó a la cinta transportadora lanzarme a un vagón de tren, en el que me llevaron a un enorme complejo industrial cerca de Manchester. Entré allí como grava rojiza, pero el calor de toneladas de carbón me hizo expulsar las impurezas para transformarme en un sólido lingote de metal grisáceo. Un nuevo viaje en tren me llevó a la factoría en Leeds donde fui fundido, calentado y enfriado para endurecerme. Luego una fresadora torneó mi cavidad con lo que conseguí mi forma definitiva. Fue entonces cuando percibí la actividad febril que había en la factoría, en la que los operarios murmuraban extrañas palabras como Flandes o Amiens.

Un día, cuando me cargaban junto con cientos de hermanos en un tren, los trabajadores empezaron a gritar y a abrazarse. Ya no decían Arras sino Paz, Vctoria o Volverán a casa. En vez de subirme al tren me llevaron a un almacén donde esperé largos años.
V
eintiún años pasaron hasta que unos obreros me sacaron del almacén. Un nuevo viaje en tren me llevó hasta la capital. Llegué a un complejo mezcla de edificios victorianos y almacenes modernos en el que me limpiaron, me pintaron, me llenaron de Trotyl —tal vez a ustedes les resulte más familiar Trinitolueno, que es como dicen en el Continente— y me unieron a un cartucho metálico lleno también de explosivo. Un operario me bautizó, pintando con pistola las siglas 4.5 INZ HOW MK II TROTYL 23186C.

Raro me pareció, pero mis hermanos me dijeron que solo 23186C era mi nombre, y que las otras siglas mostraban mi relleno y el cañón para el que había sido destinado, el potente obús de 114 mm de la artillería imperial durante la Primera Guerra Mundial. Me sorprendió que tras tantos años se siguiese usando ese vetusto obús, pero un primo de 6 pulgadas me explicó que tras la guerra habían sobrado miles de esos cañones, y que una crisis en Checoslovaquia había obligado a volver al servicio a los viejos veteranos. Un vistazo me permitió ver una hilera de obuses de 114 mm modernizados, que recién pintados y con sus ruedas con neumáticos tenían un aspecto excelente.

Otro viaje en tren ¿cuántos van? me llevó a unos atestados muelles, donde unas grúas recogieron la caja en la que estábamos mis hermanos y yo, y la depositaron en la bodega de un gran barco. Apenas se había hecho a la mar cuando me alegré al oír a dos marineros decir la palabra Guerra. Entiéndanme, no es que me guste la guerra, pero para mi la paz son años aburridos en algún arsenal. Aunque los marinos estaban preocupados hablando de Submarinos y de Torpedos, el viaje fue plácido, primero hacia el Sur, luego al Este y nuevamente al Norte. Tras muchas semanas una grúa me sacó de la bodega y me depositó en un muelle tostado por el sol. Las extrañas vestimentas de la gente y la llamada del muecín me mostró que estaba muy lejos de casa.

Un nuevo viaje en tren me permitió disfrutar del espectacular Nilo, y luego del desierto del Norte de África… para ser de nuevo encerrado en un almacén.

Meses pasaron hasta que unos preocupados soldados vestidos de caqui me cargaron en un camión y me depositaron junto a una batería de obuses. Alguien me roscó la espoleta, y entendí que había llegado mi hora. Pero antes de realizar mi sueño los soldados que me llevaban me dejaron caer al suelo, se alejaron de los cañones y se sentaron, esperando a otros soldados que hablaban una lengua desconocida.

Pensaba que era mi fin, sabiendo que el destino de la munición capturada era ser desmantelada y fundida o, más ignominiosamente, usada para construir trampas explosivas a la espera de la pisada de algún niño. Por eso me sorprendió que me cargasen de nuevo. Volví a cruzar el Nilo y fui depositado en una gran pila. Los alemanes —porque así se llamaban mis nuevos dueños— habían decidido usarme para su ofensiva de Suez.

Esta vez la espera no fue demasiado larga. Una madrugada un artillero me tomó en brazos y me introdujo en la recámara de un obús: iba a ser el primero de mis hermanos en ser disparado. Segundos después otro soldado tiró del tirafrictor. Ni un instante pasó cuando el percutor golpeó una pequeña cápsula de fulminante. El golpe descompuso la inestable mezcla, que ardió inflamando a su vez un cartucho de pólvora negra, que a su vez incendió la cordita del cartucho al que estaba unido.

Noté el brutal empuje de los gases a presión producidos al arder la cordita. Mi banda de forzamiento tomó las estrías del tubo, y empecé a girar a gran velocidad, como una peonza enloquecida. En un suspiro salí disparado del tubo y noté el chasquido que produjeron los seguros de la espoleta al armarse.

Mientras ascendía en la noche descubrí con satisfacción que mi artillero se había adelantado, y que era el primer proyectil de los miles que empezaron a cruzar el cielo. Pero el corto tubo del obús me daba corto alcance, por lo que muy pronto apunté hacia tierra, hacia una trinchera rodeada de alambres de espino, entre los que me enterré. En los milisegundos que le costó activarse a la espoleta intenté enviar mi historia hacia las almas que se escondían en mis cercanías.

23186C no era sino el primero de los miles de proyectiles que empezaron a caer sobre las líneas británicas del Canal de Suez. El Panzergruppe Afrika y el 10 Ejército italiano habían destinado casi toda su artillería para la operación, dejando sol en el Alto Nilo los cañones justos para sostener el frente. Asimismo se habían emplazado cuatro grupos de artillería de campaña alemanes y uno italiano, llegados en las últimas semanas, y se había emplazado también el gran número de cañones capturados a los ingleses en Mersa Matruh, que artilleros italianos enviados apresuradamente servían. En total setecientos cañones de todos los calibres dispararon a la vez contra las líneas inglesas al sur de los Lagos Amargos, en un diluvio de fuego superior aun al que había aplastado Gibraltar.

En un primer momento un diluvio de proyectiles cayó sobre las posiciones inglesas detectadas junto a la orilla. Luego los cañones de mayor calibre cambiaron de objetivo. Los cañones alemanes de 170 y 150 mm dispararon sobre las posiciones conocidas de la artillería inglesa y sobre los puestos de mando, mientras que los cañones italianos de 149 mm, menos precisos, hicieron fuego de interdicción sobre las vías de comunicación y sobre el Norte el Canal para dificultar los movimientos británicos. Mientras los cañones de menor calibre italianos mantuvieron su fuego sobre las posiciones inglesas, especialmente sobre las fortificaciones que dominaban los puntos de cruce elegidos, que habían recibido los nombres de “El Reducto”, “El Fuerte”, “El Castillo” y “El Bastión”. Mientras los cañones alemanes comenzaban un fuego de barrera destinado a destruir los campos de minas, a romper las alambradas y a cubrir a los grupos de zapadores que empezaban a cruzar en Canal.
Última edición por Domper el Mié May 07, 2014 9:33 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:24 pm

Caza

Dora, Hans + 0:30

Al mismo tiempo que la artillería abría fuego cientos de aviones se elevaban desde los campos de aviación de Egipto. La primera en despegar fue una escuadrilla de cazas pesados Bf 110 armados con contenedores de bombas SD-2, que volando a baja altura y a máxima velocidad se dirigieron hacia las bases aéreas inglesas en el Sinaí y en el sur de Palestina. Fueron seguidos por cazas Bf-109 que debían asegurar su protección. Luego despegaron los bombarderos, Ju-88 y He-111 alemanes, CANT Z.1007 y Savoia Marchetti SM-79 y SM.84. Los pesados aviones se elevaron para agruparse mientras despegaban a su vez las decenas de aviones de caza Bf 109, Bf 110, Macchi C.200 y Fiat CR.42. Finalmente fueron los famosos Junkers Ju 87 Stuka los que se elevaron y se dirigieron hacia el Este.

Las alarmas habían empezado a sonar en el aeródromo de El Arish. Los coches llevaban a los pilotos hacia sus Hurricane cuando una pareja de aviones bimotores sobrevolaron la base sin dar tiempo a que los antiaéreos disparasen. Los aviones lanzaron una especie de bidones que se abrieron, dejando caer pequeñas bombas que estallaron como tracas abriendo pequeños socavones en las pistas. Entonces llegó una segunda pareja de bimotores, pero esta vez la artillería antiaérea estaba alerta y los Bf 110 se encontraron volando entre una nube de proyectiles. Uno soltó sus contenedores y escapó, pero el segundo empezó a echar humo e hizo un aterrizaje forzoso al final del campo.

El líder de la formación, el Oberleutnant Hans-Joachim Jabs, vio con satisfacción que los tripulantes podían abandonar el aparato, y siguió sobrevolando el campo aunque a mayor altura: sabía que el daño que las bombetas SD-2 podían causar en las pistas era pequeño, y los aviones ingleses estaban protegidos por sacos terreros, por lo que solo un improbable impacto directo podría destruirlos. Vio media docena de bombarderos Douglas Boston en el Tarlac, pero resistió la tentación de atacarlos: su objetivo era mantener a los aviones en tierra hasta que llegasen los bombarderos. Entonces vio como al otro extremo del campo un par de aviones empezaban a moverse. Movió las alas para alertar a su piloto de escolta, dio gases y picó. Mientras descendía vio que uno de los dos cazas ingleses rompía su tren y se deslizaba por la pista, probablemente a causa de algún agujero. Jabs apuntó al otro y lanzó una larga ráfaga, que lo hizo estallar.

El alemán se elevó y miró a su alrededor, y vio que una nube de aviones se acercaba desde el Oeste. Esos eran los pesados, pensó, y decidió abrirles paso. Viró hacia el aeródromo sin acercarse demasiado, hasta ver como un cañón automático empezaba a disparar contra él. De nuevo dio gases y descendió, pero esta vez virando suavemente a la izquierda y pisando con fuerza el timón a la derecha, para conseguir que el avión se deslizase en parte hacia un lado y confundir la puntería de los artilleros. Cuando le separaban menos de mil metros alineó el avión y empezó a disparar contra el cañón. Surtidores de polvo se elevaron a su alrededor, y luego una nube de humo cuando estalló una caja de municiones.

El Bf 110 empezó a elevarse cuando el piloto sintió como si su avión atravesase una nube de granizo

El artillero Wexler le alertó por el interfono—. Teniente, nos han dado los antiaéreos.

Jabs miró y vio que el motor izquierdo echaba humo y comenzaban a verse llamas. El avión respondía a los mandos aunque pesadamente. Apagó el motor izquierdo y puso la hélice en bandera.

—¡ Wexler!— gritó al artillero — ¿Ves más daños?

—El timón derecho casi ha desaparecido, pero no veo nada más —respondió.

Afortunadamente menos de 100 kilómetros le separaban de la base, y mucho más cerca estaban sus propias líneas—. Wexler, vamos a intentar volver —dijo a su artillero, mientras dirigía su lisiado avión hacia el Oeste.
Última edición por Domper el Jue May 08, 2014 6:40 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:24 pm

Llave

Dora, Hans + 0:50

Los cuarenta zapadores del teniente Sander salieron de las trincheras en las que habían esperado durante la noche y corrieron hacia el canal llevando sus botes plegables, protegidos por un alud de fuego lanzado por la artillería del Pacto. Al llegar a la orilla botaron sus lanchas, montaron en ellas y empezaron a remar, mientras miraban con recelo los proyectiles que estallaban en la orilla contraria. Los zapadores sabían que un soldado tiene más posibilidades de sobrevivir si se arrima lo más posible a la barrera de artillería, para poder asaltar la posición enemiga sin dar tiempo a sus defensores de prepararse. Era mejor sufrir bajas por acercarse demasiado al fuego propio que permitir al contrario organizar al defensa. Pero siempre aterraba acercarse a una cortina de fuego de artillería, temiendo que un proyectil cayese corto.

Al la cercarse a la orilla Sander lanzó dos bengalas de color verde. Pocos segundos después las explosiones se alejaron de la orilla y se desplazaron hacia el interior, uniéndose a la artillería italiana en el chaparrón de acero que caía sobre la posición australiana bautizada como “el Castillo”. Los morteros lanzaron proyectiles fumígenos para enmascarar el desembarco, y todas las frágiles embarcaciones llegaron a la orilla opuesta en medio de una nube de irritante humo químico.

Sin perder un momento los sargentos ordenaron a los soldados que abriesen camino con torpedos Bangalore: eran tubos de acero rellenos de explosivo, con asas a los lados. Los zapadores los situaban ante ellos, encendían las mechas y se refugiaban, y al estallar hacían detonar por simpatía las pocas minas que los nadadores de Romani o la barrera artillera habían dejado incólumes. Aunque no todas las minas habían sido destruidas, y allí sufrió la sección sus primeras tres bajas.

Otros torpedos Bangalore, introducidos bajo las alambradas, abrieron paso al foso. Los zapadores lo cruzaron saltando, unos segundos después que la artillería alargase sus fuegos. Llegaron hasta los blocaos justo cuando empezaban a asomar las armas australianas, y empezaron a lanzar cargas explosivas por las troneras. Tras unas pocas explosiones los soldados enemigos salieron por la parte trasera con sus brazos en alto.

En los siguientes treinta minutos los zapadores redujeron las posiciones del blocao. Entonces Sanders lanzó una bengala verde: el paso estaba expedito.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:25 pm

Picado

Dora, Hans + 1:20

El Oberst Oskar Dinort conducía su ala de bombarderos en picado sobre el desierto del Sinaí.

El berlinés Dinort había iniciado su carrera militar en el Freikorps, la milicia que había intentado mantener la estabilidad de Alemania tras la derrota de 1918, y se había integrado en el ejército de la República de Weimar. Pero desde joven se había convertido en un entusiasta piloto de planeadores, que había llegado a batir el récord mundial de duración. Por ello fue trasladado a la fuerza aérea que se reconstruía clandestinamente y posteriormente asignado a las unidades de bombarderos en picado Stuka. Dirigiendo el Sturzkampfgeschwader 2 (StG 2) Immelmann, se había distinguido en Polonia, en Francia, sobre Dunkerque, en Gibraltar y en los Balcanes. Allí había inventado un artilugio, el disco de Dinort, que hacía que las bombas estallasen sin enterrarse lo que aumentaba sus efectos.

Sus Junkers habían tenido que esperar mientras los cazas y bombarderos atacaban las bases aéreas enemigas, abriendo el camino al temido Stuka, que ahora iba a mostrar su especialidad: el ataque de precisión. Los Ju 87 tenían como objetivo la infraestructura y especialmente las posiciones artilleras inglesas a lo largo del canal.

Varias avionetas Fieseler Fi 156 “Cigüeña” sobrevolaban el territorio enemigo intentando distinguir las posiciones británicas mientras otros dirigían el fuego de la artillería. Los ligeros aviones, desprovistos de blindaje, tenían una tarea peligrosa, pero los soldados ingleses pronto aprendieron a no molestarlas, ya que se descubrían al dispararles atrayendo los mortales ataques de los Stuka.

Una de las Cigüeñas detectó unos cañones disparando y avisó a Dinort, que condujo uno de los Gruppen sobre ellos, manteniendo los otros dos a la espera. En coronel vio las nubes de polvo levantadas por los cañones y se dirigió contra ellas. Ordenó que solo tres aviones atacasen cada posición, confiando en que el terror de los ataques fuese tan efectivo como las bombas. Cuando faltaban pocos segundos Dinort preparó su bombardero: armó la bomba SC250, extendió los frenos de picado, ajustó el paso de la hélice, desconectó el acelerador, cerró los radiadores de agua y de aceite, y ajustó el autopiloto que permitía al Stuka recuperarse del picado aunque el piloto perdiese la conciencia. Luego se colocó tapones de algodón en los oídos para evitar los dolores que causaba la diferencia de presión .

Entonces giró a la izquierda y cayó en un picado de 70°, repitiendo la maniobra que había efectuado decenas de veces. Los Stuka eran capaces de acertarle a un tanque o a un camión gracias al gran entrenamiento de sus dotaciones, pero también a sus nervios de acero. Dinort vio como la tierra se acercaba cada vez más rápidamente mientras las agujas del altímetro giraban rápidamente y las alas del avión se estremecían. Corrigió levemente el picado y cuando estaba a cuatrocientos metros de altura soltó la bomba de 250 kilos contra su blanco, un cañón pesado. Aligerado, el bombardero saltó en el aire mientras el piloto estiraba con fuerza de la palanca. Sintió que su visión se ennegrecía durante unos instantes, y al despejarse vio como había recuperado parte de la altura. La posición artillera estaba cubierta de llamas y humo, por lo que buscó un nuevo blanco para sus bombas de 50 kilos, que pronto encontró: una columna de camiones. Luego se elevó para seguir dirigiendo el ataque.

De tres en tres los noventa aviones del la StG 2 siguieron machacando la retaguardia británica. Tras veinte minutos se retiraron, para dejar paso a un grupo de aviones de asalto Breda Ba.65.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:25 pm

Salto

Dora, Hans + 1:30

Entre los cientos de aviones que sobrevolaban el Sinaí al principio no llamó la atención el paso de un grupo de trimotores, que fueron confundidos con bombarderos italianos. Los trimotores rodearon Suez por el Sur y luego se dirigieron al Norte, evitando las defensas antiaéreas. Sobrevolaron la meseta del Sinaí y luego empezaron a saltar paracaidistas.

Desde lo alto los paracaidistas podían ver la humareda causada por el bombardeo y, a sus pies, el Paso de Mitla. Allí varios cerros pelados dominaban la carretera que ascendía a la meseta, y su posesión daría paso libre al interior de la Península del Sinaí. El coronel Bräuer mandaba el Primer Regimiento de paracaidistas, reconstituido tras las graves pérdidas sufridas durante la operación Morgenstern. En el primer asalto dos compañías de paracaidistas tenían que saltar sobre el paso y tomar posiciones para defender el terreno en el que debían aterrizar los planeadores.

Pero la operación se empezó a torcer desde el primer momento. El fuente viento arrastró a los paracaidistas y causó muchas bajas. Apenas habían llegado a tierra cuando dos autoametralladoras británicas ascendieron por el paso y empezaron a disparar a los soldados. Estos quedaron inmovilizados, aunque al estar en terreno elevado sufrieron pocas bajas.

Según el plan inicial los bombarderos Stuka debían proporcionar apoyo cercano a los paracaidistas, pero las radios se habían dañado en el salto. Los Stuka buscaron blancos de oportunidad pero no vieron a las molestas autoametralladoras. Luego un grupo de bombarderos italianos SM.79 tenía que lanzar sus bombas sobre las posiciones al pie del paso. Pero los SM.79 eran derivados de un avión civil, estibaban las bombas verticalmente, por l oque al caer se dispersaban mucho. Ninguna bomba cayó en su objetivo, pero sí varias en el perímetro ocupado por los alemanes.

Cuatro horas más tarde saltaron dos compañías más, pero el enemigo estaba alerta y las recibió con fuego automático. Más de la mitad de los paracaidistas cayeron antes de enlazar con los soldados de Bräuer. Dos Fallschirmjäger llevaron un prisionero, que dijo ser neozelandés: el paso estaba ocupado por la mejor brigada del Ejército Británico de Palestina.

En las siguientes horas los neozelandeses lanzaron dos ataques que fueron rechazados por los paracaidistas, hasta que la falta de municiones les obligó a retirarse a los cerros. Desde allí pudieron ver una columna de camiones y tanques que cruzaba el paso dirigiéndose hacia el Canal.
Última edición por Domper el Mié May 07, 2014 9:35 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:26 pm

Asalto

Dora, Hans + 2:00

Tras los zapadores fue el turno de la infantería. Cuatro regimientos de las 10ª y 20ª divisiones motorizadas arrastraron sus botes de asalto hasta la orilla del Canal y se cubrieron mientras esperaban las señales de los zapadores. La artillería británica había empezado a disparar y, aunque su fuego era algo impreciso al haber perdido la comunicación con los puestos de observación, empezó a causar bajas entre las tropas al descubierto.

Cuando el teniente Sander lanzó la bengala verde dos compañías del Regimiento de Infantería 53 montaron en botes de asalto a motor, mientras una compañía de cañones de asalto Sturmgeschütz III se acercó a la orilla para proporcionar apoyo directo. Pero el cruce se realizó sin incidentes, salvo la caída de algunos proyectiles ingleses que solo sirvieron para remojar a los soldados. Al llegar a la orilla los infantes saltaron de sus botes azuzados por sus suboficiales, que no les permitieron ponerse a cubierto: era vital ampliar cuanto antes la cabeza de puente. Aunque los pelotones de cabeza sufrieron algunas bajas por las minas, las dos compañías pudieron avanzar hacia el interior por el pasillo que hubiesen debido cubrir los fuegos del “Castillo”, ahora en manos alemanas.

Los botes siguieron circulando entre ambas orillas, y a la hora de comenzar el asalto los batallones I y II del Infanterie-Regiment (mot.) 53 habían cruzado, y pasó también el coronel Flörke y su plana mayor. También empezaron a llegar los cañones de apoyo de 75 mm y algunos antitanques PAK 36 de 37 mm, que fueron emplazados a ambos flancos de la ruptura Mientras los ingenieros terminaron de limpiar los pasos de minas, abrieron una rampa en la orilla y usaron la tierra para crear un paso por el foso antitanque.

En dos lugares más al Norte las unidades de asalto cumplieron también sus horarios y aseguraron cabezas de puente. Solo al Sur, cerca de Suez, un conjunto de posiciones guarnecido por un grupo de australianos especialmente tenaces consiguió rechazar el asalto inicial. Aunque no pudo impedir que las compañías de asalto alemanas cruzasen, el fuego de las armas automáticas australianas las mantuvo clavadas a la tierra. La posición, conocida como “El Bastión”, empezó a recibir cada vez más fuego de artillería, e incluso un ataque de bombarderos en picado, pero mantuvo su resistencia. Finalmente el general Fürst decidió abandonar ese punto de cruce y reforzar el cruce en El Castillo, enviando al lugar los equipos de pontoneros.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:26 pm

Puente

Dora, Hans + 4:00

Durante las semanas previas los ingenieros de combate del Brückenbau-Bataillon 3 habían recorrido el cauce del Nilo, haciéndose con embarcaciones locales, que eran transportadas a talleres locales donde eran modificadas para su nuevo papel. La mayor parte eran barcas pequeñas y de fondo plano, a las que se les adaptaron motores de motocicleta para ser convertidas en lanchas de asalto. Otras eran mayores y fueron preparadas para ser usadas para puentes de barcas. Pero fue preciso enviar desde Italia un tipo de barca muy especial: grandes pontones de fondo plano y que se podían unir entre ellos. Los pontones fueron cargados en remolques construidos localmente con partes de camiones ingleses capturados, y llevados hacia Ismailía.

A las siete y media de la mañana los pontones llegaron al canal. Los máspequeños empezaron a ser amarrados para construir puentes flotantes, pero los grandes fueron amarrados por parejas y se colocó una cubierta sobre ellos. Mientras las excavadoras creaban rampas en la orilla, a la que se acercaron los pontones.

A las 8:30 de la mañana un Pz III subió a uno de los pontones, que fue remolcado por una lancha hasta la otra orilla. A las 8:45 el Pz III J de Barkmann fue el primer tanque alemán que llegó a Asia.
Última edición por Domper el Lun May 12, 2014 12:12 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:26 pm

Noticia

Dora, Hans + 8:00

—Statthalter, la operación Weissbart ha comenzado. Según lo planeado al Luftwaffe ha anulado las bases aéreas enemigas, dando cobertura a nuestro ejército que ha empezado a cruzar el Canal.

—Gracias, Beck ¿Sabe algo más?

—Hasta ahora apenas tenemos noticias, salvo que nuestras tropas se han afirmado en la orilla asiática del Canal de Suez.

—Manténgame informado, por favor.

A mil quinientos kilómetros al Este se mantenía una conversación militar. Tras una nueva noche de horror en la que los bombarderos de la Luftwaffe habían atacado Londres durante toda la noche, un agotado Alan-Brooke tuvo que despertar al Primer Ministro para comunicarle la noticia. Este, de hábitos nocturnos, había acabado la jornada con varias copas de coñac. Había tenido que recibir al general inesperadamente, por lo que seguía vestido con un pijama de rayas y una bata negra y dorada, conjunto aderezado con un humor de perros.

—Excelencia, hemos recibido un mensaje de Wawell desde Jerusalén. Parece que los alemanes se han adelantado. Informa que se están produciendo fuertes bombardeos y ataques aéreos por todo el Sinaí.

—General, usted me dijo que los alemanes aun necesitaban otras dos semanas de preparación —dijo Churchill.

—Eso creíamos, Excelencia, pero o han conseguido ocultar sus preparativos o, más probablemente, han atacado antes de lo que tenían previsto. Probablemente quieren aprovechar la revuelta iraquí —respondió Alan-Brooke.

La crisis iraquí había creado un grave problema a los británicos, al cortar una de las conexiones entre Palestina y Transjordania y la India. Había sido preciso utilizar el puerto de Aqaba, pero estaba demasiado cercano a las bases alemanas y recibía ataques casi continuos, por lo que el envío de refuerzos al Sinaí se había retrasado.

Churchill había ordenado que se lanzase una invasión de Irak y luego de la Siria francesa, pero era más fácil de decir que hacer. Hasta el momento solo había llegado a Basora una división india y fracciones de otra más, ya que el frente de Suez había sido prioritario. El avance hacia Bagdad había sido relativamente fácil pero muy lento. El general Slim, jefe de la 10ª División India, viendo la escasa capacidad de resistencia del ejército iraquí, había propuesto un ataque rápido, pero el fantasma de la derrota en Kut al Amara en 1916 planeaba sobre la mente de los generales ingleses, y el general Quinan, al mando de la operación, le había ordenado esperar. La campaña seguía el pausado ritmo de una época anterior, y Quinan no esperaba llegar a Bagdad antes de un mes.

Afortunadamente los defensores de Habbaniya habían recibido el socorro de la Habforce, una columna reunida a toda prisa y enviada desde Transjordania. Pero los ataques aéreos efectuados por los aviones alemanes e italianos habían destruido las pistas y la mayor parte de los aviones, por lo que podían hostigar a las tropas en Basora.

Wawell había advertido del riesgo que suponía combatir teniendo en Aqaba su única fuente de aprovisionamiento, y había presentado planes para una retirada ordenada de Palestina, que habían sido rechazados por Churchill.

—General Alan-Brooke —Churchill normalmente llamaba al general por su nombre, por lo que la formalidad del trato era muestra de su enfado— si los alemanes se han precipitado es el momento de atacar. Ordene a Wawell que contraataque inmediatamente.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:27 pm

Atasco

Dora, Hans + 10

El fracaso en la toma del Bastión y la decisión de reforzar el cruce al Norte había obligado al general Fürst a desviar el eje de la ofensiva. El tráfico por las carreteras se había saturado y el pésimo firme, maltratado por el paso de cientos de vehículos pesados, hizo reventar las ruedas de varios camiones. Más al Norte se habían tomado los pasos del Canal, pero el sector de la 10ª estaba más expuesto al fuego de la artillería pesada británica.

Como resultado a mediodía las columnas de tanques y camiones se habían detenido, creando un gran embotellamiento que llegaba hasta los arrabales de El Cairo. En el Canal los ingenieros habían conseguido tender dos pasarelas que permitían el paso de la infantería, pero los transbordadores, aun operando a pleno ritmo, solo conseguían hacer pasar a unos pocos vehículos. Los pontones que debían usarse para tender puentes de barcas estaban atascados kilómetros atrás, y las maldiciones que proferían los oficiales no les hacían avanzar ni un metro.

La infantería de la 10ª y de la 20ª había conseguido pasar y consolidaban las posiciones tomadas, apoyadas por el demoledor fuego de la artillería situada en la orilla Oeste del Canal. Pero solo un puñado de tanques habían conseguido pasar, y muy pocas armas de apoyo. Sin ellas los infantes no se podían aventurar en el interior, un terreno prácticamente llano que no ofrecía protección contra los ataques de los tanques.

Dos oficiales se desgañitaban en el cruce de dos pistas mientras el Feldwebel Boehm les impedía seguir. La discusión se enconaba y Boehm dudaba entre seguir gritando, intentar llamar a su teniente, o amenazar con su arma a los oficiales, cuando se detuvo junto a él una motocicleta que llevaba a un alto oficial. El general, muy delgado y cubierto de polvo, llamó al Feldwebel.

—¡Cabo! ¿Por qué no se mueve la columna?

—Mi general —dijo Boehm— la artillería británica está bombardeando la pista y he detenido el tráfico.

—¿Dice que ha detenido el tráfico? ¿Usted por su cuenta?

—Son órdenes del capitán, mi general. Tendrá que esperar a que le autorice a seguir.

—Cabo ¿usted ve mis insignias, verdad que sí? Supongo que le enseñarían que un general tiene más graduación que un capitán ¿lo recuerda? ¡Pues sus órdenes quedan anuladas! ¡Dé paso libre con artillería o sin ella! ¡¡Teniente!! —rugió el general, llamando a uno de los oficiales.

—¿A sus órdenes, mi general! —el teniente se cuadró y si no dio un taconazo fue porque las botas de campaña no se lo permitían.

—¿Qué llevan esos camiones?

—Comida, mi general. Suministros de boca.

—Los soldados ya llevan raciones para dos días ¿y su columna, que lleva? —preguntó al otro oficial.

—Mi genera, mi columna forma parte del *** batallón de intendencia y llevo suministros…

—¡Le he preguntado que qué leches lleva! —el general no aguantaba la incompetencia.

—Suministros varios. Tiendas de campaña, mantas, ropa de repuesto y abrigos…

—Teniente, mis soldados pueden combatir sin tiendas de campaña pero no sin tanques ¡saque a sus camiones de la carretera! ¡Cabo! —gritó el general.

—A sus órdenes, mi general.

El general escribió una nota en su libreta, arrancó la página y se la entregó al Boehm —. Cabo, aquí tiene sus órdenes. Los pontoneros tienen prioridad absoluta y tienen que seguir adelante con artillería inglesa o sin ella. Recorra la columna y aparte a todo el mundo, salvo a los pontoneros, a los que lleven municiones o a los blindados. Si alguien discute, enséñeles este papel ¡Rápido! —el general montó en la moto y se dirigió hacia el sur atravesando el campo, seguido por dos mercedes que traqueteaban entre las piedras..

La nota estaba firmada por el general Erwin Rommel.
Última edición por Domper el Mié May 07, 2014 9:35 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:27 pm

Tanques

Dora, Hans más trece

El soldado Freech volvió a cargar su cañón. En los primeros momentos su cañón sFH 18 de 150 mm había disparado hasta cuatro veces por minuto, pero la fatiga había reducido el ritmo a un disparo por minuto. Tras dos horas de fuego continuo la dotación estaba agotada y ensordecida, pero entonces el cañón empezó a disparar solo contra blancos seleccionados de forma intermitente.

Pero ahora se había recibido una demanda urgente. La cabeza de puente conseguida por el 53 Regimiento estaba bajo ataque. Lo malo era que sus feldgrau habían avanzado más profundamente y estaban fuera del alcance de los cañones medios, por lo que tenían que ser las baterías pesadas las que proporcionasen apoyo. Los trasbordadores habían llevado algunos cañones de 105 mm, pero disponían de poca munición, por lo que tenían que ser cañones como el de Freech el que ayudase a los soldados a resistir.

A nueve kilómetros de allí el 53 Infanterie-Regiment estaba sufriendo un decidido ataque efectuado por una brigada sudafricanana apoyada por tanques. Los sudafricanos habían conseguido descargar por fin parte de su equipo, y la 2ª Brigada se dirigía hacia Suez cuando se produjo el ataque alemán. Pudo descender el paso de Mitla y dirigirse hacia el Este, protegida de la observación aérea por las nubes de polvo y por el humo levantado por los bombardeos. Tras descender a la llanura se había dirigido hacia el norte, atacando frontalmente la posición alemana.

Los soldados alemanes aun no habían conseguido cavar una posición continua cuando la artillería inglesa que había escapado a los bombardeos de la mañana comenzó a disparar, creando el caos en el cruce del Canal. Los sudafricanos habían atacado seguidamente. Por suerte eran tropas novatas que no sabían usar el terreno como cobertura, y que en lugar de intentar flanquear los puntos fuertes alemanes los asaltaban, sufriendo importantes pérdidas. Aun así la 3ª Compañía fue casi destruida, y por la brecha abierta los tanques sudafricanos se lanzaron. Los soldados alemanes apenas disponían de sus armas individuales y de algunos cañones de apoyo de 75 mm, inadecuados para su uso como antitanques. Los cañones contracarro habían sido emplazados en los flancos, por donde un comandante alemán hubiese atacado. El ataque sudafricano, lanzado contra las defensas más fuertes, había sido una sorpresa.

El sargento Barkmann recibió órdenes urgentes: sus cuatro Panzer III eran todo lo que los alemanes disponían para detener a los sudafricanos. Los tanques enemigos se habían introducido en las líneas alemanas, por lo que la artillería o la aviación no podían disparar contra ellos. Barkmann ordenó al conductor que pusiese el motor en marcha, y dispuso a sus otros tres tanques en formación lineal, con cincuenta metros de separación entre ellos. Una formación lineal daba más potencia de fuego, epro estaba más expuesta a sorpresas. Pero Barkmann pensó que no estaba la ocasión para finuras.

Los tanques avanzaron lentamente. Barkmann miró por la escotilla abierta. Al exponerse así se jugaba la vida, pero veía mucho más que por los estrechos periscopios. Entre el polvo vio tres siluetas. Ordenó al conductor detenerse para apuntar.

El tanque de crucero sudafricano disparó primero, pero sin detenerse, por lo que el proyectil salió desviado. El apuntador del Pz III se tomó su tiempo, y disparó.

—¡Corto, maldita sea! ¡Cien metros más! —exclamó Barmann, mientras se refugiaba en la torre de su tanque.

Esta vez el tanque enemigo y el panzer dispararon a la vez. El panzer vibró como una campana tras un martillazo, pero Barkmann no apreció daños: el proyectil de dos libras enemigo había sido detenido por el escudo reforzado de la torre. Por la mirilla vio que el tanque enemigo se incendiaba mientras su dotación saltaba por las escotillas. Un segundo tanque sudafricano se incendió cuando el panzer de la derecha disparó también.

Barkmannhabía ordenado al conductor que se retirase 100 metros cuando un nuevo aldabonazo indicó que otro proyectil enemigo los había alcanzado. —¡Dickel! ¡Mueve el trasto, por tus muertos, o nos freirán! —gritó el sargento.

El Panzer empezó a moverse marcha atrás. Barkmann vio otro tanque salir del polvo—. ¡Para, Dickel! ¡Blanco tanque a la una! ¡Carga perforante! ¡Fuego!

El delgado blindaje del tanque de crucero no pudo detener el proyectil alemán, que estalló en el interior. De nuevo Barkmann vio a la dotación enemiga escapar del tanque, arrastrando a dos heridos, instantes antes que una gran llamarada saliese por la escotilla. El sargento comprendió que los proyectiles explosivos de los tanques alemanes eran mucho más efectivos que los macizos y con metal de escasa calidad ingleses. —Chicos, esos tipos solo disparan perdigones ¡Dickel, sigue retrocediendo! ¡Para! Blanco tanque a las dos, perforante, fuego. —Otro tanque fue destruido.

Los otros tanques siguieron disparando contra los carros de combate enemigos, y pronto descubrieron que su delgado blindaje era incapaz de resistir los proyectiles alemanes. A pesar de ello los sudafricanos seguían atacando frontalmente.

Barkmann volvió a retroceder poco a poco. Desde el trasbordados llegaron tres tanques ligeros Pz-II. El sargento les ordenó que rodeasen la posición por la derecha y atacasen por el flanco. Los Pz-II desaparecieron entre el polvo en una misión desesperada, porque no tenían el blindaje que había salvado hasta ahora a los Pz-III, pero Barkmann esperaba que su sacrificio le permitiese ganar algo de tiempo. Pero entonces vio que los sudafricanos empezaban a retroceder: el ligerísimo blindaje lateral de los tanques crucero ingleses no podía resistir ni a los cañones automáticos de 20 mm, y los Pz-II los usaron como ametralladoras, diezmando a los atacantes.

—A todos los tanques, atacad, repito, atacad. Nos los vamos a comer.

Los tanques alemanes pasaron al ataque, esquivando los tanques enemigos de los que sus dotaciones escapaban. Al salir del polvo cayeron sobre la infantería sudafricana.

—¡A por ellos! —ordenó.
Los sudafricanos, sorprendidos al ver los tanques alemanes saliendo del polvo, se desbandaron mientras los Panzer disparaban sus ametralladoras. Al ver que no podían escapar soltaron sus armas y levantaron los brazos. Barkmann siguió adelante, encontrando los camiones que habían llevado a los sudafricanos, y los ametralló. Finalmente, no queriendo alejarse demasiado, volvió conduciendo un rebaño de prisioneros.

Al desmontar del tanque se encontró con el general Fürst, que lo felicitó—. Acaba de salvar el día para Alemania, teniente.

Barkmann le corrigió—. Solo sargento, mi general.

—No discuta conmigo, teniente.

Al mismo tiempo los ingenieros consiguieron acabar el primer puente. Durante la noche los camiones empezaron a llegar a la cabeza de puente.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 3:27 pm

Frustración

Dora, Hans más quince

—El contraataque de los sudafricanos ha fracasado y la brigada ha sido destruida, comunica el general Wawell. Los alemanes han cruzado el canal en cuatro puntos. Aunque en uno han sido rechazados en los otros resisten. También han lanzado paracaidistas en el interior. —El general Alan-Brooke informaba a Churchill de la situación en el Canal.

—Esos sudafricanos no han atacado a fondo. Wawell tendría que haber usado también a los neozelandeses.

El general ya sabía que la mitad de su trabajo era contener a su Primer Ministro, por lo que le sugirió que el contraataque precipitado había sido orden directa de Churchill—. Primer Ministro, los neozelandeses no disponen de transporte motorizado y no pueden moverse con rapidez con todo lo que les están lanzando los alemanes e italianos. Solo pueden moverse por la noche.

—Pues que lo hagan esta noche y ataquen mañana mismo al amanecer.

—Primer Ministro, creo que debemos dejar que sea Wawell quien lo decida .Tuvo motivos más que fundados para dejar ahí a los neozelandeses, porque el paso de Mitla es la llave del Sinaí.

—Si no es con los neozelandeses que ataque con lo que sea pero mañana mismo.

—Premier, un contraataque mal preparado es la mejor garantía de fracaso. Wawelll quiere retirar a los australianos del Delta para atacar a los alemanes desde el Norte..

—¿Y retirarse de Port Said? Si los australianos salen de ahí nos costará Dios y ayuda reconquistar el Delta.

—Primer Ministro —dijo el general—, nuestras opciones de recuperar Egipto son mínimas. A lo más que podemos aspirar es a no sufrir otro desastre y, si dejamos a los australianos en el Delta y los alemanes rompen el frente, quedarán atrapados. Señor, ya le indiqué que nuestra posición en Palestina es muy peligrosa y debemos considerar retirarnos de allí. —Alan-Brooke sabía que bastaba sugerir abandonar Oriente Medio para que Churchill admitiese mover a los australianos.

—Ni lo piense. Si nos vamos de Palestina el Imperio caerá como un castillo de naipes. Si Wawell retira a los australianos ¿Cuándo podrá lanzar una contraofensiva?

—Tardará por lo menos tres días.

—Que sean dos. Sobre todo, dígale a Wawell que no quiero otra escapada como la de Egipto.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 9:36 pm

Gracias a Aníbal por las correcciones.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié May 07, 2014 9:39 pm

Tras el parón de estos días, veo que la acción lejos de decaer aumenta párrafo a párrafo. Seguimos con interés los acontecimientos en la Península del Sinaí y en el Delta del Nilo.

Saludos
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