Hola a todos.
Hace ya algún tiempo que os presenté el
Konvolut que poseo con toda la correspondencia del sargento Josef Kleffner, carrista de la 14.ª Pz.Div, desaparecido en Stalingrado el 10 de enero:
A través de un vendedor, hace algunos años, me hice con la correspondencia del carrista, pero las demás partes del
Konvolut no las pude comprar, porque el vendedor prefirió venderlas por partes al mejor postor.
Con ayuda de Jason D. Mark, conseguí localizar las fotos de la campaña de Francia del soldado, que fueron a parar a Japón. Aunque me puse en contacto con el propietario a través de un reconocido foro internacional, no se mostró muy participativo y finalmente no contestó a mi petición de cederme algunas de las fotos, sin ánimo de lucro por mi parte, solo a nivel personal.
Hace cosa de una semana, me llevé una gran sorpresa al contactar conmigo un francés, que había recibido mi mail gracias a Jason D. Mark. La citada persona poseía algunos documentos del carrista que había comprado en el sur de Alemania. Tras intercambiarnos la información que poseíamos, me escaneó una carta de otro soldado de Stalingrado fechada a mediados de enero en la que citaba a Kleffner, y como este último, tras encontrar un avión alemán abatido, se hizo con un saco lleno de hogazas de pan que copmpartió con sus compañeros más allegados. Esto era algo que estaba totalmente prohibido en Stalingrado, ya que cualquier alimento que se encontrase, debía ser entregado inmediatamente. Una anécdota muy interesante.
Tras leerme toda la correspondencia de Kleffner, pude constatar que envió a casa dos carretes con negativos de fotos tomadas en Stalingrado ¡A COLOR! Lamentablemente, el vendedor, también vendió los carretes al mejor postor sin saber que en ellos se hallaba tan preciado precioso. Y la pista se pierde ahí, ¿os podéis imaginar el tesoro que recibió la persona que compró esos carretes? El valor es incalculable.
Personalmente me apena mucho que vendedores que sólo miran sacarse un buen pellizco vendiendo este tipo de material, lo hagan de eta manera, y dispersen los detalles de la vida y recuerdos de un soldado y hagan casi imposible la labor de investigación que se puede llevar a cabo a partir de esos documentos. La correspondencia del soldado que poseo yo se encuentra conmigo en Alemania, las fotos en Japón, los documentos en Francia y las fotos a color vaya usted a saber. ¡Una pena!
Quizás en un futuro, la persona que se puso en contacto conmigo me venda esa parte del
Konvolut tal como me comentó, y al menos pueda reunir las dos primeras partes del puzzle de la vida de Josef Kleffner.
Como digo, una pena...
Saludos