Un joven alférez de aviación en viaje hacia su destino se detuvo en Derna para cobrar su soldada.Cuando el pagador iba a escribir en su cartilla el asiento correspondiente,el aviador le respondió:
-.¡Un momento!.Escriba usted en otra hoja:ésa está reservada para la inscripción de las condecoraciones.
Se trataba de una hija en la que ya figuraba la concesión de la Cruz de Hierro de primera clase.
-.¿No creerá usted que va a recibir aquí alguna cruz más?-Replicó el pagador.
-.Naturalmente.-respondió el alférez.
El pagador dejó un par de hojas libres antes de escribir y devolvió la cartilla al alférez al tiempo que comentaba irónico:
-.Ahora ya tiene espacio suficiente para robles y brillantes.
Un año más tarde al pagador se le hubiera helado la ironía en los labios,porque el alférez no era otro que Hans-Joachim Marseille.
UN SALUDO