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Biografías de los personajes más relevantes en el conflicto
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Memorias, de Albert Speer

Jue Jun 09, 2011 9:13 pm






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Fuente Imagen: Portada escaneada de mi ejemplar



Título: Memorias
Autor: Albert Speer
Editorial: El Acantilado
ISBN: 978-84-95359-43-8
Páginas: 936
Encuadernación: Tapa dura




Sinopsis:

"Cuando Albert Speer fue condenado por el tribunal de Nuremberg, en 1948, a veinte años de prisión, Hugh Trevor-Roper escribió: «Ahora probablemente tendrá la oportunidad de escribir su autobiografía. Serán las únicas memorias del Tercer Reich que, siendo de gran valor, además invitarán a la lectura.» El libro que hoy presentamos es la crónica apasionada de un hombre que durante doce años estuvo unido a Adolf Hitler por una relación única aunque de distinto signo: como arquitecto remodelador de la ciudad de Berlín, capital del Imperio, como amigo próximo en las tertulias de la Cancillería del Reich, como tecnócrata y organizador de una prodigiosa estructura armamentística y, a la vez, como un inesperado opositor. El documento que hoy presentamos es sin duda uno de los más valiosos para entender un período turbulento de nuestra historia reciente."




Comentario Personal:

Las Memorias de Speer son un relato apasionante de los años más decisivos de su vida, los que van desde su primer encuentro con Adolf Hitler en un mitin a principios de los años 30, hasta su sentencia en los juicios de Nüremberg en 1946. Esta es la historia de cómo un joven arquitecto, culto, inteligente, de familia acomodada, y con un brillante porvenir, fue cautivado por Hitler y el nazismo, llegándose a convertir en uno de los hombres más poderosos de la Alemania nazi.

La relación de Speer con Hitler se cimentó dentro de la Arquitectura, campo en el que Hitler dio vía libre a Speer para poner en práctica el modelo de nueva Alemania que el dictador tenía en mente. Así, descubrimos cuáles eran los grandilocuentes proyectos que Hitler había ideado para las ciudades alemanas, Berlín la primera, proyectos de un alcance megalómano, que debido al inicio de la guerra, se quedaron el limbo. Todos esos proyectos, así como la remodelación de edificios oficiales, construcción de residencias a los jerifaltes nazis, se hallaban bajo su dirección al ser nombrado Primer Arquitecto del Reich. La confianza que Hitler depositó en él y la especial protección que ello implicaba, le posibilitó agilizar los trámites administrativos, así como el disponer de todos los recursos necesarios para ejecutar en un plazo sorprendente, la mayoría de sus obras.

Speer, hombre capaz e inteligente, supo rodearse de fieles colaboradores, cuyos méritos no eran precisamente “políticos”, sino profesionales. Escuchaba a los técnicos, valoraba sus informes y decidía conforme a la objetividad, que debe conllevar una decisión técnica. Ya entonces comenzó a aplicar su particular teoría de gestión y organización empresarial, con enorme éxito, lo que hizo crecer su reputación.

Tanto fue así que en 1942, fue nombrado Ministro de Armamento y Municiones, sucediendo al Doctor Todt. En ese Ministerio, desde el primer día, implantó además de su capacidad organizativa, y su gestión altamente tecnificada, el sentido común, obteniendo un aumento espectacular de la productividad de tanques, aviones, armas de todo tipo, municiones, etc. Incluso, tuvo la visionaria idea, de crear un Departamento de Investigación y Desarrollo, con los mejores científicos alemanes, para tratar de desarrollar nuevas armas: aviones a reacción, misiles, bombas atómicas…

Tan eficaz fue la gestión del Ministerio que, en el período entre la finalización de la guerra y el internamiento previo a los juicios de Nüremberg, cuando Speer conversó con los enviados norteamericanos y británicos, sobre los efectos que habían tenido los bombardeos aliados, el general F. L. Anderson, comandante en jefe de las unidades de bombardeo de la 8ª Flota Aérea estadounidense, le transmitió su admiración en el campo profesional con las siguientes palabras, según Speer el cumplido más halagador que había recibido jamás:


“Si hubiera conocido antes su capacidad, habría destinado a la 8ª Flota Aérea al completo al único fin de enviarlo bajo tierra.”



Además de su faceta como tecnócrata, las memorias nos cuentan todos los engranajes del poder en la cúpula de la Alemania nazi, así como del NSDAP. Las relaciones de los “barones” del Régimen, las conspiraciones, la corrupción, las prebendas, la falta de liderazgo a lo largo de la guerra y sobretodo, como todos ellos, vivían de espalda a la realidad de lo que estaba ocurriendo. La precisión de esas narraciones, es increíble. Y cómo no, cuentan desde su punto de vista, su relación con Hitler, al que conocía bien, y cómo esa relación va languideciendo, a medida que pasan los años y la derrota es inminente.

Speer, aparece involucrado en la conspiración del 20 de Julio, aunque supo nadar y guardar la ropa, ya que las pruebas que había contra él, no fueron demasiado sólidas y sus enemigos dentro de la Cancillería ( Bormann y Himmler) no pudieron demostrar que estuviera metido de lleno. Speer, no lo deja muy claro, aporta detalles vagos que no hacen sino hacer aumentar la sospecha de que estaba implicado con Fromm y los demás.


Mención aparte merece la culpabilidad de Speer, como dirigente nazi. A lo largo del libro, la expresa en varias ocasiones, ya que es consciente de su responsabilidad en las deportaciones de miles de trabajadores europeos, a los que se envió a Alemania para trabajar en las fábricas de armamento. También deja entrever, su responsabilidad por no investigar más, los rumores que le llegaban por su cargo, de los campos “especiales” en Polonia y en el Este de Europa. Si sabía o no, lo del exterminio, es algo que en sus Memorias no lo deja muy claro, aunque, después de leerlas, me inclino a pensar que sí.


Justo es reconocerle, que arriesgó su vida en los últimos seis meses de la guerra, negándose a cumplir las directivas de “tierra quemada” que Hitler ordenó en Alemania y en otros territorios ocupados, cuando la Wehrmacht se retiraba de ellos. Protegíó puentes, fábricas, esclusas, ferrocarriles, carreteras, minas y cualquier instalación que en el futuro tras la guerra, pudiera ser de utilidad al pueblo alemán. Así quedó constatado en los Juicios de Nuremberg y eso, quizá le salvara la vida.

Para terminar, apuntar que, el libro no sólo es esclarecedor sobre esos años al convertirse en una crónica del III Reich desde el punto de vista de alguien perteneciente a la cúpula dirigente, sino que, además, es entretenido. Speer narra los sucesos con claridad y de forma amena, intercalando sus pensamientos y sus opiniones, aderezando con numerosas anécdotas de todo tipo, que ayuda a agilizar la narración.

Imprescindible, en cualquier biblioteca de la Segunda Guerra Mundial.



Saludos

Re: Memorias, de Albert Speer

Jue Jun 09, 2011 9:31 pm

Gracias por la reseña Ramcke, estoy de acuerdo con todo lo que comentas. Un libro que ha resultado ser de los más interesantes y apasionantes que han caído en mis manos en los últimos años. Fue un verdadero placer el poder leerlo. Como me quede con ganas de más de este interesantísimo personaje, compré hace poco en una librería de viejo sus Diarios de Spandau, que tienen pinta de prometer mucho.

Un saludo.

Re: Memorias, de Albert Speer

Dom Jun 12, 2011 8:14 pm

Las leí hace mucho. No se, es que nunca me he fiado un pelo de este Speer, por no decir que no me creo nada de lo que cuenta. Sus memorias cantan a "de consumo". Es una impresión personal. Y, sin lugar a dudas, como cualquier autobiografía de personaje relevante, es un libro indispensable en nuestra biblioteca.
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