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Biografías de los personajes más relevantes en el conflicto
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Mal encuentro a la luz de la luna, de W. Stanley Moss

Mié Sep 09, 2015 9:39 pm

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Fuente Imagen: Escaneo de mi ejemplar





Título: "Mal encuentro a la luz de la luna. El secuestro del general Kreipe en Creta durante la Segunda Guerra Mundial"
Autor: William Stanley Moss
Editorial: Acantilado
Páginas: 256
Encuadernación: Rústica cosido
ISBN: 978-84-16011-12-4
Publicación 1º Ed.: 2014






Sinopsis:

Ésta es la historia, emocionante y asombrosa a un tiempo, del audaz secuestro del general alemán Kreipe en la isla de Creta durante la Segunda Guerra Mundial. Stanley Moss y Patrick Leigh Fermor, oficiales británicos del Servicio de Operaciones Especiales, junto con un pequeño grupo de miembros de la resistencia cretense, consiguieron secuestrar a un general del Tercer Reich y sortear durante casi tres semanas los puestos de control y las patrullas alemanas desplegadas por toda la isla. Huyendo a través de las montañas, consiguieron llegar al punto de encuentro con el barco que debía llevarlos a El Cairo. Como señala Leigh Fermor en el «Post scriptum», Stanley Moss «rela­ta fielmente la aventura, y lo hace de un modo conciso y ameno. De hecho, que esta historia haya llegado a ser tan conocida se debe enteramente a su forma de narrar».








Comentario Personal:

Me acerqué a este libro con cierta curiosidad, ya que, aunque conocía la historia del secuestro del general Kreipe, por parte de oficiales del SOE británico en Creta, y de partisanos cretenses, poco o nada sabía sobre los detalles, motivaciones, planificación, ejecución y huida hasta Egipto del grupo con su insigne prisionero.

El libro, es una especie de diario, bastante detallado, que el autor (uno de los dos oficiales británicos del SOE que secuestraron a Kreipe, el otro oficial era Patrick Leigh Fermor) va describiendo a lo largo de las duras jornadas que vivió en Creta, desde el momento en que desembarca en la isla durante la noche, hasta que varias semanas después, vuelve a embarcar con el grupo con destino a Alejandría, escoltando a Kreipe.

La descripción que se hace de cómo operaban los agentes aliados en Creta junto con los partisanos locales, es de lo mejor del libro. En una isla montañosa, sin apenas carreteras en su interior, donde la mayoría de los desplazamientos se hacían a pie, cruzando valles, ríos, escarpados riscos, viviendo en cuevas, comiendo lo que la exhausta población cretense podía ofrecerles (queso, pan, a veces algo de carne, fruta, y vino, además de ocasionales botellas de raki) y claro está, siempre alerta, tratando de evitar a las patrullas alemanas que merodeaban por los pueblos y aldeas, a la caza de algún saboteador aliado y de paso a comprar comida, ya que parece ser que en 1944 los suministros alemanes no eran excesivamente abundantes en la zona. Las dificultades que había para comunicarse con el Cuartel General del SOE en Alejandría, eran enormes, ya que dependía de la radio (sólo había dos radios operativas en la isla) y de los agentes que salían de la isla, que llevaban mensajes a Egipto.

Todo ello, salpimentado con las curiosas relaciones que los británicos desarrollaban con los partisanos cretenses, gentes muy leales, trabajadores y despiadados en su resistencia contra los alemanes. Ellos actuaban de guías, de guardaespaldas además de proveedores de alimentos y cobijo, durante las operaciones. Referente a la misión de secuestrar al general Kreipe, se nos cuenta el por qué de elegir a ese objetivo, las distintas opciones que se barajaron, y el riesgo calculado que había, sobre todo en la huida, tras tener en alerta a toda la guarnición alemana en Creta.

El plan, sencillo, pero no exento de riesgos, se ejecutó sin contratiempos y sin disparar un solo tiro, aunque hubo momentos de máxima tensión. Lo más difícil fue eludir a las tropas durante más de dos semanas, escondiéndose en cuevas y barrancos, viajando de noche con el general por rutas poco o nada transitables, escalando montañas y tratando de comunicar con Alejandría, para que les enviaran un barco a una determinada playa, y poder así huir. El relato es emocionante, lleno de dificultades, y desde luego, trufado de anécdotas casi humorísticas, como ésa que cuenta que en el fragor del secuestro, el general Kreipe perdió su Cruz de Caballero, y que durante muchos días, estaba más preocupado por eso, que por su propio destino, o sus inmisericordes ronquidos durante la noche, que impedía dormir a sus captores, por no hablar del cómico episodio que sufrió al caerse de una mula, cuando cruzaban las montañas, y que le supuso ir con el brazo en cabestrillo, y quejarse de fuertes dolores hasta su llegada a Egipto. Otra anécdota curiosa, se refiere a que cuando los militares británicos del SOE y guerrilleros cretenses salían en barco de Creta, camino de Egipto, era costumbre dejar en tierra el calzado que llevaran puesto, ya que durante la SGM, había una gran escasez de botas y zapatos en la isla. Así un mismo par de botas, eran utilizado por varios hombres, hasta que el desgaste de las botas era tal, que se volvían inservibles.

En definitiva, se trata de un libro interesante, ameno, muy fácil de leer, con mucha información que parece más un guión cinematográfico que la descripción de una acción real de guerra tras las líneas enemigas, en un entorno hostil, donde el clima, la orografía, la idiosincrasia de los cretenses junto con la insularidad jugaron un papel determinante tanto para los británicos, como para los alemanes.



Unas cuantas reseñas más:

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/ ... 45742.html

http://www.criticoestado.es/soldados-de ... no-quedan/

http://brujulasyespirales.blogspot.com. ... a-una.html



Saludos
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