Fuente: http://www.laislalibros.com
Título: El Tercer Reich y los Judíos (1933-1939):
Volumen 1: Los Años de la Persecución
Volumen 2: Los Años del Exterminio
Autor: Saul Friedländer
Editorial: Galaxia Gutenberg
ISBN: Volumen 1: 9788481097955 == Volumen 2: 9788481097962
Año: 2009
Traducción: Ana Herrera
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubiertas.
Número de páginas: 620 (Volumen 1) == 1.140 (Volumen 2)
Tamaño: 13 x 21 cms (ambos volúmenes)
Precio: Entre 27,88 y 29 Euros (Volumen 1) == Entre 37,50 y 39 Euros (Volumen 2)
Premio Pulitzer 2008
Sinopsis
El Tercer Reich y los judíos es el estudio más importante escrito sobre la persecución y exterminio de los judíos por parte de los nazis, y se ha convertido en una referencia imprescindible para el estudio de esa página oscura de la historia europea.
En el primer volumen, Friedländer describe el marasmo ideológico de la época y explica cómo se articuló la cruzada antisemita hitleriana. En esta fase inicial se disponen las medidas legales que permitirán identificar y confinar a los judíos, mientras éstos viven entre el desconcierto, el miedo y la esperanza de que la situación no irá más allá, ajenos aún al inminente drama que sobre ellos se cierne. El autor ahonda en la oscura cuestión de cómo uno de los países más civilizados de Europa pudo poner en marcha un genocidio salvaje y sistemático
En el segundo volumen, junto a los documentos de los verdugos, Friedländer disecciona el papel de todos los que, de un modo u otro, tuvieron relevancia en el curso del Holocausto: la docilidad de las instituciones, la pasividad o la colaboración de parte de la población y de sus élites políticas e intelectuales, el silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica...
Los testimonios personales, las cartas y los diarios revelan cómo las víctimas, atenazadas entre el horror y la incertidumbre, vivían con impotencia el exterminio al que era sometido su pueblo.
Noticia aparecida en prensa (La Razon)
La conciencia del HolocaustoSaul Friedländer se adentra en la ideología y la política de la Alemania nazi para explicar el Holocausto en «El tercer Reich y los judíos», una obra dividida en dos volúmenes: «Los años de la persecución» y «Los años del exterminio».
22 Diciembre 09 - Madrid - J. O.
El 27 de junio de 1945, la química judía de origen austriaco Lisa Meitner, que gozaba de renombre internacional, escribió a Otto Hahn, un antiguo compañero que residía en Alemania. Había terminado la Segunda Guerra Mundial hacía poco y era una época de palabras claras: «Todos vosotros trabajásteis para la Alemania nazi y nunca intentásteis siquiera la resistencia pasiva (...). Permitisteis el asesinato de millones de personas inocentes, y no hicisteis oír ni una sola protesta». La frase resalta uno de los aspectos más controvertidos durante el Tercer Reich: la complicidad y el silencio de la sociedad alemana ante la persecución, deportación y aniquilación de los judíos.
Un hecho conocido
«Hay pocas dudas de que a finales de 1942, o principios de 1943 como muy tarde, estaba claro para gran número de alemanes, polacos, bielorrusos, ucranianos y bálticos que los judíos estaban destinados al exterminio total», apunta el historiador checo Saul Friedländer. Galaxia Gutenberg ha publicado en España sus libros «Los años de persecución» y «Los años de exterminio», dos volúmenes esenciales de la historiografía de este periodo que reconstruyen cómo pudo cometerse el asesinato sistemático de millones de personas durante el nazismo. El autor se remonta al principio, a las promulgaciones de las primeras leyes, el aparato legal que permitía la detención de miles de individuos, y la ideología de un Führer que contaminó cientos de conciencias con su propaganda, hasta los campos de concentración donde se ejecutaban las últimas órdenes. El autor apunta a la conjunción de tres factores fundamentales que «moldearon el contexto histórico global. Éstos permitieron los métodos y objetivos de la Solución final, y contribuyeron al clima general de la época, que facilitaba el camino al exterminio». Esos factores fueron: la radicalización ideológica «con un nacionalismo ferviente y un virulento antimarxismo»; la «nueva dimensión de la matanza industrial introducida» durante la Primera Guerra Mundial y el «creciente control tecnológico y burocrático ejercido por las sociedades modernas». No olvida, por supuesto, «el papel personal de Hitler y de su ideología en la génesis y puesta en práctica de las medidas antijudías del régimen nazi». Aunque el dictador alemán partía del antisemitismo común de la Europa cristiana y otras corrientes antijudías europeas, logró diferenciarse de ellas, no sólo en la teoría, sino llevando las ideas que postulaba «hasta sus límites más extremos y radicales».
Focos de disensión
El autor apunta que «la población alemana era plenamente consciente de las medidas cada vez más duras que es estaban tomando contra los judíos, pero no hubo sino pequeños focos de disensión y casi en su totalidad por motivos económicos y específicamente religiosos e ideológicos». La pregunta que surge entonces es: ¿por qué aquella sociedad moderna y culta aceptó? Friedländer lo explica: «Los enormes intereses creados, tanto los de los feudos del partido como los de la industria, las iglesias, el campesinado, los pequeños negocios y similares. En otras palabras, los imperativos de la ideología antijudía debían estar en sintonía con los de la multitud de obstáculos estructurales, derivados de la naturaleza y la dinámica que caracterizan a las sociedades modernas». Por eso, cuando se llevó a cabo el Holocausto, como él escribe, «ningún grupo social, ninguna comunidad religiosa, ninguna institución escolar o asociación profesional de Alemania o del resto de Europa declaró su solidaridad con los judíos».
Friedländer, que ha recurrido a un análisis completo del periodo que contempla no sólo el auge del nazismo, sino el marco histórico en el que se desarrolla para comprender todo el fenómeno, incide también en el comportamiento de las élites intelectuales y se refiere a los profesores que desempeñaban su labor científica en las universidades y que prefirieron mirar hacia otro lado, deteniéndose, entre otros casos, en el de Heidegger.
Posibilidad criminal
El historiador arroja una advertencia sobre los hombres implicados en el Holocausto: «Las persecuciones y el exterminio nazis fueron perpetrados por personas normales que vivían y actuaban dentro de una sociedad moderna no muy distinta a la nuestra, una sociedad que los había creado a ellos, así como a los métodos e instrumentos para llevar a cabo sus acciones». Por supuesto, las ideas de un régimen que acudió a la propaganda, el cine y la radio para convencer a la sociedad jugó un papel definitivo. Friedländer también remarca un aspecto en sus libros: «Es la relación entre lo poco común y lo corriente, la fusión de la posibilidad criminal compartida por un mundo que también es el nuestro y el frenesí nazi».
«Jude», un nombre con una grafía especial
Saul Friedländer cuenta cómo el antisemitismo del Tercer Reich condujo a los nazis a crear una grafía especial para la palabra judío: «La palabra “jood” no está escrita en mayúsculas ni con ninguna otra grafía habitual. Los caracteres fueron diseñados especialmente para ese objetivo particular (y escritos de forma similar en las lenguas de los países de deportación: “jude”, “juif”, “jood”, etcétera) con una letra retorcida, repulsiva y vagamente amenazadora, destinada a evocar el alfabeto hebreo y aun así fácilmente descifrable». Hitler no quería sólo exterminar a los judíos. Quería que desapareciera de la historia cualquier rastro de judaísmo.
Fuentes
http://www.galaxiagutenberg.com/Conteni ... digo=58861
http://www.galaxiagutenberg.com/Conteni ... digo=56905
http://www.larazon.es/noticia/5326-la-c ... holocausto
Fuentes de las imágenes:
http://www.laislalibros.com/libros/EL-T ... 8109-795-5
http://www.laislalibros.com/libros/EL-T ... 8109-796-2