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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 12:45 pm

Últimos preparativos

2 de Agosto de 1940

Goering estaba reunido con Von Papen, Schellenberg, Kesselring y Von Manstein. Esas reuniones informales se estaban haciendo cada vez más frecuentes, y la antigua comisión se estaba convirtiendo en un gabinete en la sombra que aconsejaba al dictador.

— ¿Qué les parece? Se publicará en Das Reich mañana mismo. — A Goering no le gustaba dar explicaciones a sus subordinados, pero Von Papen se estaba revelando un colaborador muy valioso que además tenía razón, el antisemitismo estaba perjudicando a Alemania. Von Papen y Schellenberg le habían mostrado como muchos arribistas estaban usando supuestos antecesores hebraicos para apartar a aquellos cuyos puestos codiciaban. Exteriormente empañaba la imagen de Alemania. Más amenazador era que al haber estado los judíos limitados a la vida urbana, una importante proporción de los científicos, investigadores y eruditos eran de origen hebreo. Recuperar a esas personas, bajo condiciones estrictas y estrecha vigilancia, claro está, solo podría beneficiar a Alemania.

— Statthalter, me alegra que se haga justicia a los judíos que combatieron por Alemania en 1914. Nunca entendí que se les persiguiese. — La respuesta de Von Manstein era más interesada de lo que parecía, porque el árbol familiar del general ocultaba ramas hebreas.

— Statthalter, esto facilitará mucho mi trabajo — dice ahora Von Papen —. Los gobiernos de nuestros aliados ya han manifestado su voluntad de asistir a la asamblea de Aquisgrán, así como España, Francia y los países balcánicos. El abjurar del antisemitismo visceral ayudará a que países neutrales y ocupados se sienten con nosotros.

Schellenberg interrumpe — Statthalter, debo consultarle un aspecto. Supongo que la política del Partido ya no perseguirá lo que antes se llamaba ciencia judía. Entiendo que un cuadro o un poema puedan ser depravados, pero no sé como puede serlo un experimento.

— Diga lo que pretende, Coronel. — Goering ya había tratado lo suficiente a Schellenberg como para saber que había pensado algo.

— Statthalter, en los últimos cinco años muchos científicos y profesores, de antecedentes judíos o medio judíos, han sido expulsados de sus puestos, y la mayoría ha huido al extranjero. Esos científicos eran casi todos ateos y apolíticos, por lo que se podrían convertir en alemanes arios.

— Me parece un poco precipitado — responde Goering —. Demos tiempo a que la nueva doctrina cale. Va a ser difícil impedir que unos cuantos camisas pardas salgan a apalear rabinos.

— Excelencia, es que me preocupa que tantos investigadores estén saliendo del país. Prefiero tenerlos en Alemania, trabajando para la Patria, que en un laboratorio extranjero maquinando con nuestros enemigos.

— Está bien. Ofrézcales volver a Alemania y restituirlos en sus puestos.

— ¿Y no convendría indemnizarlos? Muchos tuvieron que dejarlo todo. Con que uno de ellos invente un nuevo explosivo compensará cualquier pequeño dispendio.

Goering se resignó a la solicitud. — Como quiera. Pero, por favor, sea discreto. No quiero que sufra el prestigio de nuestra nación. — Se dirige a Von Papen — ¿Cómo van los preparativos de la asamblea de pasado mañana?

— Por ahora bien. Como le decía, los aliados y varios neutrales han confirmado que acudirán a Aquisgrán. Italia estará, claro, pero también Francia, España, Noruega, Finlandia, Rumania, Yugoslavia, Hungría, Rumania y Bulgaria. Enviarán delegaciones Suecia, Turquía, Portugal, Argentina y Japón. Esperamos convencer al gobierno danés. Grecia ha rechazado…

Schellenberg estaba sonriendo. Goering le pregunta — ¿Otra vez usted por medio?

Es Von Papen quien responde — No, Statthalter, esta vez he sido yo. Recuerde que el Conde Ciano nos dijo que si Grecia acudía a Aquisgrán, Italia se retiraría. Pero no podíamos dejar de invitar a Grecia a una asamblea paneuropea. Por eso instruí al embajador a presentar la invitación de la forma más descortés posible, como una exigencia, y que en Aquisgrán íbamos a obligarles a ceder Macedonia a los italianos y Salónica a los búlgaros. El gobierno griego, naturalmente, se ha negado a acudir.

— Se está usted contagiando del bribón de Schellenberg — Goering estaba satisfecho de la astucia de la jugada — ¿Y la Unión Soviética?

— Les hemos invitado a acudir como observadores, pero aun no han confirmado su asistencia. Extraoficialmente el embajador ruso me ha dicho que están muy molestos con la invitación a Finlandia. El oso ruso todavía tiene hambre — dice Von Papen.

— Ínstelos a que acudan. Alemania no puede permitirse la guerra con Rusia. Ya lo aprendimos en 1918, incluso la victoria sobre los moscovitas nos llevó a la derrota final. Ofrézcales cualquier cosa: Persia, Afganistán, China, lo que sea. Pero Finlandia, no.

Ahora interrumpe Schellenberg — Statthalter, es importante que conozca algún otro detalle. El otro día le expliqué que iba a lanzar algún cebo a los ingleses. Creo que mañana puede ser buen día para empezar, así les dará tiempo a los ingleses para meter la pata durante las deliberaciones de la Asamblea.

— ¿Y qué cebo va a ser? —pregunta Goering.

— Había pensado que la flota francesa de Alejandría podría servir. Los ingleses la tienen bloqueada, y no se me ocurre ninguna forma de hacernos con ella. Por eso quiero hacer creer a los ingleses que las tripulaciones van a zabordar los buques bloqueando el acceso al puerto. Iba a enviar un mensaje a la embajada en Tokio dándoles cuenta detallada de las futuras operaciones. También hemos enviado un mensaje a las unidades de la Luftwaffe indicándoles que se preparen para operar junto con la Regia Aeronautica italiana contra Alejandría para crear distracción. He pedido al Almirante Marschall que se ponga en contacto con sus compañeros de Supermarina advirtiéndoles de que vamos a atacar Alejandría, para que aprovechen para enviar suministros a Libia. Y también he pedido al ministro francés, Laval, que informe a Darlan que nuestros espías han descubierto que los ingleses van a intentar abordar los barcos franceses una vez estén desmilitarizados.

— ¿Qué pretende con todo ese montaje? —pregunta Von Manstein.

— General, los ingleses tal vez duden que todo esto sea una trampa. Pero creemos que han roto nuestra cifra diplomática y la de la Luftwaffe. Si al mismo tiempo los italianos empiezan a mover barcos y los franceses empiezan a parlotear entre Tolón y Alejandría, los ingleses sumarán dos y dos… y obtendrán cinco.
Última edición por Domper el Sab Mar 01, 2014 2:41 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 12:48 pm

¿Vamos o no?

3 de Agosto de 1940

Las reuniones con Stalin siempre eran peligrosas. Muchos de los que se habían sentado en esas sillas habían acabado con un disparo en la cabeza. Por eso la prudencia era la guía de los asistentes.

El Comisario para Asuntos Exteriores, Molotov, explicó a Stalin las pretensiones alemanas: querían crear una unión paneuropea encabezada por Alemania y dirigida contra la democracia capitalista, pero que en ningún caso rivalizaría con la Unión Soviética. Que Europa necesitaba espacio, para colonizarlo con los excedentes de población y para conseguir materias primas, pero que las antiguas colonias francesas e inglesas eran suficientes para muchas generaciones. Tampoco pretendían sustituir la tradicional influencia rusa en los Balcanes. Deseaban mantener e incluso ampliar las actuales relaciones comerciales con la Unión Soviética, y proponían construir con capital alemán un nuevo oleoducto entre Baku y el Mar Negro, así como patrocinar la realización de prospecciones petrolíferas.

Sin embargo, Alemania deseaba que se frenase la expansión soviética en Europa, y consideraba que las anexiones de Carelia, los estados bálticos, parte de Polonia y Moldavia eran suficientes, y que subsiguientes expansiones serían vistas como una amenaza por los países europeos. En su lugar, recomendaba la expansión en Asia Central, Mongolia y China, para lo que contarían con el apoyo alemán.

Stalin dudó de las intenciones alemanas, la unión paneuropea era una amenaza muy grave para la Unión Soviética, especialmente si incluía a los países balcánicos. En cualquier caso la unión sería un enemigo mucho más peligroso que Alemania o Italia por separado, por lo que preguntó al Comisario Popular de Defensa, Timoshenko, sobre el estado de los preparativos militares soviéticos tras los fracasos sufridos en la Guerra de Invierno con Finlandia.

Timoshenko reconoció que el Ejército Rojo había mostrado debilidades muy preocupantes durante los combates en Carelia, y que no estaba preparado para el nuevo estilo de guerra que habían usado los alemanes en Polonia y Francia. Se estaban reorganizando las unidades de tanques, y equipando con nuevo material. Pero hasta el año siguiente sería mejor evitar las acciones ofensivas.

Stalin, inquieto, preguntó al Comisario Popular de Asuntos Internos, Beria, sobre los posibles preparativos alemanes. Este le tranquilizó, asegurándole que no había movimientos de tropas en el Este de Europa. La mayor parte del Ejército alemán seguía en Francia, preparándose para la invasión de Inglaterra, o había vuelto a sus cuarteles de Alemania. Beria informó a Stalin que Alemania esperaba lanzar la invasión a finales de Septiembre y, si no era posible, en la primavera de 1941.

Stalin preguntó a Timoshenko sobre la posibilidad de intervenir en los Balcanes aprovechando las operaciones alemanas en Inglaterra. Ya se había intentado en Junio de 1940, durante la ofensiva alemana en Francia. Se creía que las operaciones durarían meses o años, dando la oportunidad al Ejército Rojo, que procedió a ocupar Besarabia. Pero el inesperado derrumbamiento de Francia aconsejó detenerse.

Timoshenko informó a Stalin que las operaciones alemanas en Inglaterra requerirían una fracción importante de su ejército, y dada la inferioridad naval alemana seguramente no serían fáciles, por lo que podría actuarse contra Rumania aunque la mayor parte del Ejército Rojo aun no estuviese preparado. Pero si esa intervención conllevaba una respuesta unida de los países europeos, sería peligroso.

Molotov alentó a Stalin a mantener buenas relaciones con Alemania, al menos temporalmente, mientras se reconstituía el Ejército Rojo, y esperase a que la unión paneuropea se desintegrase, suceso muy probable dadas las contradicciones sociales de los estados miembros. Mientras sería mejor seguir actuando como fieles amigos. Recomendaba mantener e incluso ampliar las relaciones comerciales, enviando observadores a Aquisgrán, aunque llegasen con un retraso que se podría justificar por el poco tiempo disponible.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 12:51 pm

La espada y la pared

11 de Agosto de 1940

— Cuéntame, Ramón ¿Qué tal en Aquisgrán? Supongo que lo de Alejandría sería una conmoción.

— No te lo imaginas, Paco — Ramón Serrano Súñer, Ministro de Gobernación y cuñado de Franco, era de los pocos que se atrevían a tutearle. — Si lo de Mazalquivir ya fue malo, esto resultó peor. El relato del embajador francés fue espeluznante. Según dijo los ingleses trataron de abordar la flota francesa en Alejandría por sorpresa. Los franceses estaban al tanto y se resistieron. Entonces, toda la flota británica disparó a bocajarro contra los barcos franceses, como si tuviesen prisa por hundirlos. Ha sido un matadero. Puedes suponer lo enfadados que estaban los franceses.

— Ramón, no entiendo a los ingleses. O están desesperados, o ese Churchill está loco. Primero atacan a la flota francesa en Mazalquivir. Luego hunden nuestro Castillo de Bellver, y no contentos con eso, nos retiran los Navycerts y nos bloquean, como si no supiesen que eso nos llevará al hambre. Luego cometen esa atrocidad en Alejandría ¿Qué pretenden? Benjumea me ha informado que si se mantiene el bloqueo inglés las reservas de petróleo durarán apenas dos meses, y las de carbón, cuatro. Y cuando se acaben ya no podremos distribuir alimentos ni hacer nada.

— O sea, que nos ponen entre la espada y la pared —dice Serrano Súñer.

— Ni siquiera eso, no nos están dando alternativas. Es como si deseasen que España entrase en guerra, querrán robarnos las Canarias. Yo creo que una nueva guerra no le conviene a España, pero seguir así será catastrófico ¿conseguiste algo de ese Von Papen?

— Von Papen apunta como el próximo ministro de Asuntos Exteriores. Por lo menos, se comporta como tal. Ribbentrop ni siquiera estuvo en Aquisgrán con el pretexto de recuperarse de sus heridas. Por lo menos Von Papen es católico y un amigo de España. Nos ha ofrecido cien mil toneladas de petróleo y un millón de toneladas de trigo, procedentes de las reservas alemanas.

— No será a cambio de nada. Querrán que declaremos la guerra a los ingleses.

— Pues eso es lo sorprendente es que no. Nos pide que nos unamos a la declaración final de la Asamblea, a algo que pretenden llamar “Pacto de Aquisgrán”. Ese pacto va a ser un tratado de mutua defensa, no un pacto ofensivo. Es decir, que no estaremos obligados a atacar a los ingleses pero, si son ellos los que nos atacan, Alemania e Italia nos apoyarán. Y también Francia, porque es casi seguro que declare la guerra a Inglaterra.

Franco está pensativo — ¿No nos piden nada más?

— Sí, otro detalle: que exijamos la aplicación estricta de los términos del tratado de Utrech sobre Gibraltar. Alemania y todos los firmantes del Pacto de Aquisgrán nos apoyarán. Según los términos del tratado estarán obligados a abandonar la zona neutral y no podrán usar la bahía de Algeciras como fondeadero. Ese Von Papen es muy cuco, si los ingleses lo aceptan Gibraltar quedará neutralizado. Si no lo aceptan, sugiere que usemos medios pacíficos. Por ejemplo, minando la bahía, que al fin y al cabo son aguas territoriales españolas.

— Lo que me temo es que todo este tinglado nos llevará a la guerra.

— Paco, yo creo que la guerra es inevitable. La diferencia es que si nos unimos ahora a Alemania, seremos uno de los vencedores y podremos exigir nuestra recompensa. Si nos meten a la fuerza, no tendremos ni las migajas. Como en 1814, que ganamos la guerra a Napoleón pero perdimos un Imperio.

Franco sigue dudando — Creo que para España será mejor la neutralidad, pero solo si nos dejan. Le diré a Beigbeder que hable con el embajador de Estados Unidos para que les diga a sus primos que si finalizan el bloqueo y expenden nuevos Navycerts, consideraríamos nuestra postura en Aquisgrán. Pero que solo tienen una semana para decidirse.
Última edición por Domper el Sab Mar 01, 2014 2:45 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 12:54 pm

Pacto

15 de Agosto de 1940

“Las Partes Contratantes,

Reafirmando su aspiración de crear un sistema de seguridad colectiva en Europa, basado en la participación de todos los Estados europeos, con independencia de su régimen social y político, que les permitiría unir sus esfuerzos en el interés de asegurar la paz en Europa;

Teniendo en cuenta que la situación actual de conflicto se debe a que el Reino Unido de la Gran Bretaña está formando una organización militar, con la ayuda de gobiernos títeres, que le permita mantener su dominio mundial impidiendo las justas aspiraciones de los pueblos europeos.

Convencidas de que en estas circunstancias los Estados Europeos amantes de la paz deben tomar las medidas necesarias para asegurar su seguridad y promover el mantenimiento de la paz en Europa;

Guiándose en los propósitos y principios de la Sociedad de las Naciones.

Deseosas de fortalecer y desarrollar aún más la amistad, cooperación y asistencia mutua conforme a los principios del respeto a la independencia y soberanía de los Estados y de la no intervención en sus asuntos internos.

Han resuelto concluir el presente Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua, y con tal propósito han nombrado como sus Plenipotenciarios.

Quienes, después de haber presentado sus plenos poderes y hallarlos en buena y debida forma, han convenido en lo siguiente:

Artículo 1

Las Partes Contratantes se comprometen a abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza y a arreglar sus controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro la paz y la seguridad internacionales.

Artículo 2

Las Partes Contratantes declaran que están prestas a participar, en el espíritu de una sincera colaboración, en toda acción internacional que tenga por objeto asegurar la paz y la seguridad internacionales; y que consagrarán por completo sus esfuerzos a la realización de tal objetivo.

A ese efecto, las Partes Contratantes tratarán, de acuerdo con los otros Estados que deseen colaborar en esta obra, de que se adopten medidas efectivas para la reducción general de armamentos, y para la prohibición de las armas químicas y microbiológicas.

Artículo 3

Las Partes Contratantes se consultarán mutuamente sobre todas las cuestiones internacionales importantes que afecten a sus intereses comunes, con miras al fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales.

Las Parles Contratantes se consultarán inmediatamente cada vez que, en opinión de una de ellas, surja una amenaza de ataque armado contra uno o varios Estados Partes en el Tratado, a fin de proveer para la defensa colectiva y de mantener la paz y seguridad

Artículo 4

En cada caso de ataque armado contra uno o varios de los Estados Partes en el Tratado, por cualquier Estado o grupo de Estados, cada Estado Parte en el Tratado, en el ejercicio de su derecho de legítima defensa individual o colectiva, prestará al Estado o Estados víctimas de tal ataque una inmediata asistencia, individualmente o por acuerdo con los otros Estados Partes en el
Tratado, por todos los medios que considere necesarios, incluso el uso de la fuerza armada. Los Estados Partes en el Tratado se consultarán inmediatamente sobre las medidas colectivas necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas de acuerdo con este artículo se comunicarán a la representación permanente de la Asamblea Paneuropea. Tales medidas quedarán sin efecto tan pronto la Asamblea haya tomado la acción necesaria para el restablecimiento de la paz y la seguridad internacionales.

Artículo 5

Las Partes Contratantes han convenido en crear un Mando Unificado de las fuerzas armadas que se colocarán por acuerdo entre aquellas bajo sus órdenes, actuando sobre la base de principios establecidos de común acuerdo. Tomarán, asimismo, cualquiera otra acción concertada que se re quiera para reforzar su capacidad defensiva, a fin de proteger el trabajo pacífico de sus pueblos, garantizar la integridad de sus fronteras y territorios y asegurar la defensa contra cualquier agresión eventual.

Artículo 6

A los efectos de las consultas previstas en este Tratado entre los Estados Partes en el mismo, y para examinar las cuestiones que surjan en el curso de su aplicación, se crea una Comisión Consultiva Política, en la cual cada Estado Parte estará representado por un miembro del Gobierno o por otro representante nombrado especialmente.

Esta Comisión puede crear los órganos auxiliares que juzgue necesarios.

Artículo 7

Las Partes Contratantes se comprometen a no participar en ninguna coalición o alianza, y a no concluir ningún convenio cuyos propósitos estén en contradicción con los de este Tratado.

Las Partes Contratantes declaran que las obligaciones contraídas por ellas en virtud de tratados internacionales vigentes no son incompatibles con las disposiciones del presente Tratado.

Artículo 8

Las Partes Contratantes declaran que se conducirán en un espíritu de amistad y cooperación con el objeto de promover un mayor desarrollo y fortalecimiento de los lazos económicos y culturales entre ellas existentes, conforme a los principios de mutuo respeto de su independencia y soberanía y de no intervención en sus asuntos internos.

Artículo 9

El presente Tratado queda abierto a la adhesión de otros Estados Europeos, independientemente de su régimen social y político, que declaren su disposición a contribuir, participando en el presente Tratado, a la unión de esfuerzos de los Estados amantes de la paz para asegurar la paz y seguridad de los pueblos. Esta adhesión entrará en vigor con el consentimiento de los Estados Partes en el Tratado, una vez que los instrumentos de adhesión hayan sido depositados cerca del Gobierno del Reich Alemán.

Artículo 10

El presente Tratado queda sometido a ratificación y los instrumentos de ratificación se depositarán cerca del Gobierno del Reich Alemán.

El Tratado entrará en vigor el día del depósito del último instrumento de ratificación. El Gobierno del Reich Alemán informará a los otros Estados Partes en el Tratado del depósito de cada instrumento.

Artículo 11

El presente Tratado permanecerá en vigor durante diez años. Para las Partes Contratantes que un año antes de la expiración de este período no hayan enviado al Gobierno del Reich Alemán una declaración denunciando el Tratado, permanecerá en vigor durante los cinco años siguientes. Caso de crearse en Europa un sistema de seguridad colectiva y de que se concluya con este objeto un Tratado general europeo sobre seguridad colectiva, a lo que tenderán invariablemente los esfuerzos de las Partes Contratantes, el presente Tratado perderá su fuerza desde el día de entrada en vigor del Tratado general europeo.

Hecho en Aquisgrán el 21 de agosto de 1940, en seis ejemplares: alemán, italiano, francés, español, inglés y ruso, todos ellos igualmente auténticos. Copias certificadas del presente Tratado se enviarán por el Gobierno del Reich Alemán a los otros signatarios.

En fe de lo cual los Plenipotenciarios han firmado y sellado este Tratado.”

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 12:57 pm

Crisis

25 de agosto de 1940

— ¿Qué es toda esta basura? — el Premier británico, Sir Winston Churchill, golpeaba los papeles extendidos sobre la mesa —. Primero el pacto ese de las narices, lleno de palabrería sobre la paz, pero que quiere decir que media Europa se esclaviza al payaso de Goering. Luego el inicio de conversaciones de paz francoalemanas, seguidas por la exigencia de los franceses que dejemos de operar sobre su territorio, y pidiéndonos una compensación por sus buques. Ahora, la exigencia española de que abandonemos la zona neutral de Gibraltar y su bahía. Esto es una conspiración.

El nuevo Jefe del Estado Mayor Imperial, el General John Dill, estaba igual de preocupado — Primer Ministro, está claro que ese Goering parecerá un fantoche, pero ha sido capaz de urdir toda esta trama. Con su generosidad se ha atraído a franceses y españoles. Y nosotros les hemos ayudado. Ya te recomendé prudencia con lo de Canarias y Alejandría.

— ¿Prudencia? — exclama Churchill —. Si hubiésemos sido prudentes los franceses hubiesen movido sus barcos hasta la bocana del puerto y lo hubiesen bloqueado. Y los españoles se hubiesen armado hasta los dientes. Solo nos han dejado una salida, y la usaremos. Halifax ¿quiénes son los firmantes del tratado?

El Vizconde Halifax miró con disgusto al Primer Ministro. Desde Mayo ya sabía que la guerra estaba perdida, pero el borracho de Churchill se negó a considerar cualquier negociación. Pero esto sería todavía peor, ahora tendría que tratar con Alemania y con sus satélites.

— Premier, por ahora son Alemania, Italia, Francia, España, Eslovaquia, Finlandia, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Bulgaria, y el gobierno títere de Noruega. Casi toda Europa.

Churchill contestó — Sin Alemania son un cero a la izquierda. Es a Alemania a quien tenemos que derrotar. Igual que en 1815, cuando Inglaterra sola pudo derrotar a Napoleón.

Halifax pensó que para derrotar a Napoleón habían muerto muchos más rusos, alemanes o españoles que ingleses, pero dejó seguir al Primer Ministro.

— Ahora Inglaterra está como en 1810, y luchará igual. Desangraremos a la bestia por mil heridas, y destruiremos a sus esbirros. Vamos a mantener los ataques contra los preparativos de invasión alemanes, y activaremos las operaciones Goldeneye, Monkey y Puma.

Halifax preguntó — ¿Goldeneye? ¿Monkey? ¿Puma? ¿Qué operaciones son esas?

Dill le contestó — Vizconde, son operaciones encaminadas a garantizar la seguridad de Gibraltar. Goldeneye es la infiltración de comandos en Andalucía para sabotear instalaciones estratégicas. Monkey, la ocupación de las baterías costeras españolas. Puma, la invasión de Canarias.

Halifax se horrorizó — ¡Será un desastre! Todo el mundo se pondrá contra nosotros. Premier, usted no está capacitado para tomar una decisión tan grave, debe ser votada por el Gabinete.

Churchill respondió — Si lo desea, procederemos a una votación, pero creo que no será necesario — los dos representantes laboristas asintieron: con su apoyo Churchill ganaría cualquier moción —. Bien, veo que no va a ser necesario. El próximo 10 de Septiembre nuestro embajador en Lisboa presentará un ultimátum al gobierno de España exigiendo su retirada del Pacto de Aquisgrán, y al mismo tiempo una fuerza británica exigirá la rendición de Canarias. Además los alemanes se van a encontrar una sorpresa en Yugoslavia.
Última edición por Domper el Sab Mar 01, 2014 1:57 am, editado 2 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 1:00 pm

Ahí va la cuarta entrega. En lo sucesivo, y por lo escrito hasta ahora, apenas tocaré la situación interna alemana, que podríamos imaginar (espero) como bastante parecida a la real, salvo que no hay campos de exterminio, y que tímidamente algunos judíos se muestran, pero poco, porque no es la mejor forma de progresar.A partir de ahora irá todo dirigido a las operaciones militares, por fin.

Saludos

P.D.: el texto del tratado ¿le suena a alguien? Porque puede dar muchas pistas.
Última edición por Domper el Sab Mar 01, 2014 2:38 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 3:43 pm

Muy inteligente el giro de timón desde el judaísmo racial al judaísmo político. Me convence, aunque pueda llevar su tiempo calmar a los macacos pardos más radicales y no toda la intelectualidad judía pueda volver a ser recuperable por el Reich. En cualquier caso es mucho más inteligente, no digamos ya humano, que el genocidio sistemático de la historia real.

Y el tratado, ¿se parece mucho al del Atlántico Norte o son figuraciones mías? :wink:

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Feb 28, 2014 4:41 pm

Justo al contrario. El texto es el del Pacto de Varsovia, con los pequeños cambios lógicos.

Respecto al cambio ideológico, no me llamo a engaño, no se iban a ver sinagogas en Alemania en 1941, ni se publicarían muchos comentarios del Talmud. Probablemente no volvería ni un exiliado, que encontraron un ambiente mucho menos opresivo en Inglaterra o Estados Unidos.

Pero por lo menos este cambio implica que no hay genocidio. Además y aunque los judíos sean ciudadanos de segunda, los que lo deseasen podrían hacer "renuncias" (no sé si públicas). Por ejemplo, el médico que quiere seguir ejerciendo como tal. De todas formas la situación de esos ciudadanos de segunda no sería peor que la de los negros en Estados Unidos... o los gitanos en España ¿no?

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 03, 2014 12:30 pm

Capítulo 5. Escalada.

Alto a la Guardia Civil


8 de Septiembre de 1940

— Oye, imbécil, dime como te llamas — el cabo de la Guardia Civil estaba acostumbrado a que la gente temblase ante él. Al fin y al cabo, la Benemérita aunque tenía reputación de eficiencia, no la tenía tanto de cortesía y de respeto de las formas. Pero el rubito ese le miraba insolentemente a los ojos. El cabo se acercó y le dio un sopapo —. He dicho que cómo te llamas.

El detenido sigue callado. Era alto, delgado, rubio, y joven. Desde luego no parecía un contrabandista. Y el alijo que llevaba… Si no eran explosivos se metía en el Seminario. Bueno, a ver si le sacaba algo.

— Habla de una p*** vez, co*****, quiero que me digas como te llamas ¿O es que no me entiendes? Igual entiendes esto — y le propinó otro sopapo que casi le tira al suelo. El detenido siguió callado.

— Me parece que no sabes donde te has metido. Mira, te lo voy a explicar. Si fueses otro tipo trapicheando con los Misters de la Roca, pues nada, tú, nos dabas el tabaco, nosotros una buena tunda, y aquí paz y después gloria. Pero es que ese tabaco que llevas me parece un poco raro — el prisionero seguía impasible—. Lo malo es que aquí hemos tenido una guerra ¿No lo sabes? Y todavía hay guerrilleros por el monte ¿Sabes lo que es un guerrillero? Pues un desgraciado que cansado de matar curas ahora se quiere hacer el robinjud.

— Cabo, yo creo que no le entiende.

— Esto sí lo va a entender — desenfunda la Parabellum, la amartilla y se la apoya en la frente — Lo malo es que yo no les tengo mucho cariño a los guerrilleros. Y si no me convences de que eres otra cosa, se me escapará un tiro de esta cosita que tengo en la mano ¿Me entiendes ahora?

El detenido empieza a farfullar — Ah, resulta que esto si lo entiendes ¡Dime como te llamas de una jo*** vez o te meto un tiro!

El detenido empezó a hablar, en correcto castellano pero con acento llanito — Soy el teniente Peter Lowry, y exijo que se me trate como a un prisionero de guerra… — Otro bofetón interrumpió al teniente.

— ¿Ves como sí sabe español? Mira, chiquito, resulta que no estamos en guerra. Y tú no vas de uniforme. O sea, que ni prisionero ni host***. Yo creo que eres un brigadista escapado.

— Soy el teniente Peter Lowry, del Regimiento de Fusileros de Lancashire, número tres dos … — Un bofetón le cortó.
— Pero teniente, ahora que ya nos conocemos, no me importa un pimiento ni tu número ni si eres de lancasi. Yo ahora lo que quiero saber es lo que querías hacer con esos explosivos.

— Soy el teniente Peter Lowry, del Regimien … Ay — un puñetazo en el estómago le cortó la respiración.

— García, creo que esto va para largo. Avisa a Comandancia, diles que hemos pillado a un saboteador que dice que es teniente inglés. Yo mientras voy a seguir hablando con el caballero.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 03, 2014 12:31 pm

Una patrulla animada.

9 de Septiembre de 1940

— Abre bien los ojos, Gamen, que nos va la vida en ello.

— Lo que digas, teniente Fantova, pero ¿estamos en guerra o no?

— Yo creo que no, pero pregúntaselo a los del Bellver. Tú, atento.

El Savoia Marchetti SM–81 volaba sobre un mar desierto. Tras el hundimiento del transporte “Castillo de Bellver” por un crucero inglés, se había enviado a toda prisa a Canarias un grupo aéreo. Se habían escogido aviones de origen italiano para evitar confusiones, y por eso el Ala 46 operaba desde Los Rodeos con una docena de vetustos trimotores. En teoría los SM–81 eran bombarderos, pero ya durante la guerra civil necesitaban escolta. En 1940 si se encontraban con un caza enemigo no podrían sino rezar.

La disponibilidad de aviones siempre había sido un problema en el Ejército del Aire, crónicamente falto de repuestos. Los mecánicos hacían maravillas para mantener los aviones en vuelo, pero las operaciones de reconocimiento desgastaban el material. Por eso solo cuatro SM–81 habían despegado ese día. El aparato del teniente Fantova tenía que patrullar el Noroeste del archipiélago, la zona por donde más probablemente aparecerían los ingleses.

El teniente estaba más tranquilo de lo que aparentaba. Aunque rondase por ahí toda la flota inglesa, toparse con ella era poco probable. Y si la encontraba, el cielo parcialmente cubierto permitiría esconderse. A una mala, el SM–81 era un avión duro y correoso. Más que sus tripulaciones, porque el blindaje de los SM–81 brillaba por su ausencia… las meditaciones del teniente fueron interrumpidas por el observador.

— Teniente, veo estelas a las once. Parecen muchos barcos.

— Nos acercaremos para echar un vistazo —el teniente aceleró los motores para remontarse y poder acercarse a los barcos desconocidos protegido por las nubes—. Yo creo que ya estamos… descendemos. Gamen, no pierdas ojo.

— Los tenemos justo debajo. Dos acorazados, tres cruceros ¡un portaaviones! También veo varios mercantes. Rumbo 150°.

— Mecachis, un portaaviones. Nos vamos. Vigila que no haya cazas.

Dos horas después las noticias del avistamiento llegaron a la Capitanía General de Canarias. El General Serrador, veterano de la guerra civil y Capitán General de Canarias, estaba al borde del infarto.

— Lo sabía, esos fatuos de Madrid decían que no, pero yo les repetía que los Misters quieren robarnos las Islas. Y los preparativos, a medias ¿Sánchez, ha conseguido línea con el General de Fuentes o no?

— Lo estoy intentando, mi General.

— Las cosas no se intentan, se consiguen. Y si no le dan línea, la fabrica. Quiero a de Fuentes al teléfono ¡YA!

Unos minutos después Serrador conseguía hablar con el general Anatolio de Fuentes, gobernador militar de Gran Canaria.

— Anatolio, hemos detectado un gran convoy inglés, parece que vienen a por nosotros.

–––

— No, todavía no sabemos a donde se dirigen, pero eso ya lo hemos discutido ¿no? — Desde principios de siglo los militares españoles creían que, de producirse un ataque a Canarias, sería casi con seguridad contra Gran Canaria, que tenía el Puerto de la Luz, el mejor del archipiélago. El relieve de Gran Canaria era aun más caótico que el de Tenerife, pero la zona de la capital era relativamente llana —. Supongo que irán a por ti. Te ordeno que alertes tus tropas ¿Cómo van las fortificaciones?

–––

— Sí, ya sé que no tienes medios. Ni tú, ni yo, ni nadie. Pero me da igual. Recluta a quien quieras y ponlos a cavar. Y no te olvides de camuflarlo todo.

–––

— Yo también pienso lo mismo, que usarán sus famosos comandos para infiltrarse. Para eso ya sabes que la receta es la vigilancia.

–––

— Tienes razón, Gando es indefendible, y seguro que van a por el aeródromo. Aguanta si puedes, pero ordena que los aviones estén preparados para venirse a Los Rodeos ¿Has preparado las destrucciones como quedamos? Al menos que tengan que sudar para poderlo usar.

–––

— Pues si quieren desembarcar directamente en el Puerto de la Luz, te defiendes, y punto. Intenta que los paisanos se protejan en plantas bajas y que se alejen de las ventanas. Pero no dejes desembarcar a los ingleses allí. Pase lo que pase.

–––

— Si desembarcan, contraatacas y los echas al mar. Y si no, aguanta todo lo que puedas. Si pintan bastos, te retiras y les cedes la capital, pero mantente en el interior, que en esa especie de laberinto que llamáis isla te podrás defender. Te prohíbo expresamente que te rindas. A lo sumo, si la defensa es imposible, podrás negociar el retirarte de Las Palmas para evitar males mayores. Pero no te permito capitular bajo ninguna condición.

–––

— Ya he dado parte a la Península, pero no podemos esperar mucha ayuda. Están desplegando los Junkers alemanes en Cabo Juby, pero no creo que el aeródromo esté operativo. He dado también la alerta a Lanzarote, por si se les ocurre ir ahí.

–––

— Yo también te deseo suerte.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 03, 2014 12:31 pm

A la carga

12 de Septiembre de 1940

¿Cómo era el dicho? Ah, sí, “los españoles, por mar, que por tierra, que San Jorge nos proteja”. El dicho tenía mucha razón, pensaba el Capitán William Johnston de los Royal Marines. Antes del desembarco bromeaban sobre si los Dons se echarían a correr o si se rendirían. Ahora no bromeaba nadie.

La operación había empezado con mal pie. El maldito avión que les detectó había alertado a la guarnición, y cuando los comandos intentaron desembarcar fueron recibidos a tiros y tuvieron que volverse. El Revenge cañoneó las posiciones de las baterías de costa, pero la calima dificultaba la puntería. El hidro del acorazado intentó dirigir el tiro, pero se le echó encima un caza biplano y lo abatió. Y como si no tuviese bastante, se cargó a dos Swordfish del Hermes. Al final un destructor tuvo que entrar en la bahía de Gando y suprimir las defensas a cañonazos, no sin recibir un par de impactos que le dejaron tullido.

El desembarco había sido fácil pero confuso. La playa era ideal, protegida, de arena fina y blanca, parecía el Caribe. Pero cuando empezaron a bajar de los botes los cañones españoles empezaron a disparar e hicieron una escabechina en la playa. Luego había alambradas y trincheras con ametralladoras ¿eso eran las Canarias, o Gallípoli? Finalmente consiguieron llegar al aeródromo, pero entonces empezaron a estallar bombas de aviación que esos tipos habían enterrado. Cuando se hicieron con las ruinas del aeródromo, el regimiento había perdido la mitad de sus efectivos.

Fue entonces cuando llegaron los aviones. Las lumbreras de Londres no habían descubierto que en la isla de al lado los españoles tenían una base aérea, y los trimotores españoles se dedicaron a bombardearles todo el día. Por suerte apuntaron a los barcos y no a la cabeza de playa, pero una bomba incendió al Glengyle, que se fue al fondo con el equipo pesado del regimiento. Y para postre, resultó que el puerto de Gando no era tal, sino un miserable espigón en el que no se podía desembarcar nada, por lo que los tanques se quedaron en los barcos.

Al día siguiente avanzaron por la línea costera hacia el Norte. Al principio todo iba bien, el terreno era llano, semidesértico, y aunque no ofrecía mucha protección solo se oían disparos aislados. Avanzaron con ganas por la llanura entre los cerros del Oeste y el mar. La única molestia fue de un par de ataques aéreos, con bombarderos que lanzaron desde mucha altura y con poco tino. Pensaron que por fin los Dons habían desfallecido. Ojala. A mediodía llegaron a un rincón llamado “La Montagneta” donde las montañas casi llegaban hasta el mar. La estrecha llanura estaba cubierta por huertos de plataneros, separados por muros construidos por piedras volcánicas. Y fue en ese rincón dejado de la mano de Dios donde los españoles decidieron resistir.

Su compañía avanzaba en fila india por un estrecho camino encajonado, cuando las ametralladoras ladraron. Reconoció el sonido enseguida: eran esas malditas Spandaus alemanas que parecían máquinas de coser de cómo disparaban. Al intentar desplegarse se encontraron con que las plataneras estaban cubiertas de alambre de espino. Y entonces empezaron a disparar los morteros.

Tras dos fracasos la compañía tuvo que retirarse. El fuego naval resultó un fiasco, los dichosos barcos disparaban al buen tun tun, y sus proyectiles rasantes no les hacían nada a los españoles, que estaban a cubierto en unas posiciones que nadie conseguía ver. Cuando el regimiento intentó flanquear por las colinas se encontraron que estaban cruzadas por profundos barrancos llenos de rocas afiladas como cuchillos entre las que crecían chumberas con espinas largas como dedos. Lo curioso es que los Dons no habían cavado trincheras continuas, sino posiciones aisladas, blocaos las llamaban. Ya se sabe, los españoles son unos vagos, dijo el coronel. Pues serían vagos, pero no tontos, porque el sistema de reductos resultó muy difícil de roer. Parecía fácil rodear las posiciones, pero los soldados infiltrados quedaban bajo el fuego de otras posiciones. Las bajas aumentaron cada vez más, y en toda la tarde no consiguieron avanzar ni un kilómetro.

Pero ya se veía el humo de los incendios de Las Palmas. El mando ordenó un nuevo ataque al amanecer, con el apoyo de al artillería que por fin habían conseguido desembarcar. Su compañía tendría que avanzar por la cresta de una estrecha colina paralela a la costa.

A las 7:30 la artillería dispararía, y a las 7:35 la barrera de fuego iniciaría su avance. Setenta y cinco metros por minuto, sería fácil. El general no había visto ni los barrancos ni las chumberas.

El asalto al principio fue bien. La cresta era suave y el avance fácil. Las compañías de los flancos parecía que tenían más problemas, pero por la cresta el avance era sencillo. Aparentemente.

Lo que Johnston no sabía era que la experiencia de las guerras en Marruecos y de la guerra civil había cambiado el concepto que los españoles tenían de la defensa. En lugar de líneas continuas establecían posiciones que se cubrían con los fuegos. Y evitaban como la peste las zonas elevadas, expuestas a la observación y a la artillería.

La compañía de Johnston superó un resalte, pero al descender del segundo cayó de bruces contra una posición cuidadosamente escondida en la contrapendiente. Los españoles contuvieron su fuego hasta que los ingleses estuvieron casi encima. Entonces dispararon los morteros cortándoles la retirada. El capitán intentó desplegar a sus soldados, pero una ráfaga de ametralladora se lo impidió.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 03, 2014 12:31 pm

Venganza

13 de Septiembre de 1940

Las noticias de la matanza de la Línea de la Concepción enfurecieron a los españoles aun más que la invasión de Canarias.

Gibraltar siempre había sido una espina en el costado de España, cuyos sucesivos gobiernos seguían exigiendo al gobierno del Reino Unido la descolonización de la plaza. Pero esas demandas eran solo declaraciones dirigidas al público: desde que los soldados de Soult se retiraron en 1812, el Peñón había vivido en paz.

Pero la situación había sufrido un vuelco. El general Franco había derrotado al gobierno legítimo con ayuda alemana, y había instaurado un régimen de corte nacionalista y fascista que reclamaba la devolución del Peñón. Además la inesperada derrota de Francia y las veleidades progermanas de Franco había hecho que Gibraltar quedase en primera línea. Por ello se había evacuado a la población civil al Marruecos francés, y la guarnición había sido reforzada con dos batallones de infantería y un batallón antiaéreo, que se sumaban a los dos batallones de infantería y al regimiento de artillería pesada ya presentes.

Pero eso no había resuelto el problema de Gibraltar. Las fortificaciones que tan bien habían resistido los asedios en la época de la pólvora negra se habían quedado pequeñas y ya no podían proteger la base naval de la artillería enemiga. Y sin base naval, Gibraltar no era nada. Previendo esa situación el gobierno inglés había ocupado la zona neutral durante el siglo XIX, y en el siglo XX se había construido en ella una base aérea, que se estaba ampliando a toda prisa. Pero incluso así la frontera quedaba demasiado cerca, y los españoles podían alcanzar la base naval hasta con morteros de infantería.

Un gobierno inglés cada vez más desesperado había puesto en marcha la operación Monkey: el avance rápido de las fuerzas inglesas para destruir las instalaciones españolas y para ocupar un glacis que diese seguridad a la base. Según los planes el día 7 de Septiembre se infiltrarían grupos de soldados ingleses, que el día 10, coincidiendo con la ocupación de Canarias, debían destruir las baterías costeras españolas de Algeciras y los puentes ferroviarios con el Guadalquivir. Simultáneamente dos batallones ingleses avanzarían por el Istmo ocupando la ciudad española de La Línea de la Concepción.

La operación comenzó con desigual fortuna. Uno de los grupos infiltrados fue sorprendido por policías españoles, que alertaron a sus autoridades. Aun así un polvorín español en Algeciras fue destruido. Al amanecer del día 10 dos batallones del 4º de Devonshire y del 4º Black Watch avanzaron hacia La Línea.

A las seis de la mañana sonaron los silbatos y la infantería inglesa avanzó y cruzó la frontera española. Todos temían las primeras descargas, pero las posiciones españolas estaban vacías. Tan solo dos guardias civiles dieron el alto a los invasores. Una pareja contra un batallón. Los ingleses recorrieron las calles mientras algunos españoles les miraban con gesto hosco, pero otros les aplaudían y les vitoreaban. La policía fascista se refugió en sus cuarteles siendo cercada por patrullas inglesas.

Las órdenes eran tajantes: no había que entretenerse en la ciudad, sino cruzarla lo más rápidamente posible para tomar las baterías de Punta Mala y La Atunara, cuyos cañones apuntaban hacia la Roca. Apenas treinta minutos tras iniciarse el ataque las primeras patrullas inglesas empezaron a ascender las laderas del cerro de La Atunara. Tras una corta escaramuza con los reclutas españoles que manejaban los cañones, estos huyeron, ocupando los ingleses la batería. La sorpresa fue que la artillería pesada que se esperaba encontrar eran viejos cañones del sistema Ordóñez fabricados a finales del siglo XIX. Aun con todo, la Sierra Carbonera era una excelente posición defensiva que dominaba el Campo de Gibraltar.

En La Línea la guardia civil y algunos policías se retiraron a la casa cuartel, donde intentaron defenderse, pero se rindieron cuando un cañón de seis pulgadas de la batería Princess Caroline comenzó a disparar contra el grupo de edificios. Y entonces comenzó el horror.

La Línea de la Concepción era una ciudad cuya población era de tendencia izquierdista, y había sido duramente reprimida durante la guerra. En el Penal del Puerto de Santa María de Cádiz cientos de lienenses esperaban ser juzgados. Tras rendirse la policía franquista los oficiales ingleses, urgidos por sus comandantes a tomar posiciones más allá de la ciudad, encomendaron la vigilancia a grupos de españoles que se presentaron voluntarios. Y en cuanto estos recibieron las armas buscaron venganza. En lugar de custodiar a los rendidos, los llevaron al patio y los fusilaron. Y luego salieron a buscar a sus enemigos: autoridades franquistas, derechistas, dueños de talleres y negocios. Entraban en sus hogares y los saqueaban, matando a los que se resistía, y llevando a los detenidos al recién cuartel, y tras un juicio sumario por un tribunal popular recién constituido se les llevaba a la playa y se les fusilaba. A media tarde la arena estaba roja. Siguiendo una vieja tradición, también se asesinó a sacerdotes, religiosos y personas pertenecientes a asociaciones religiosas.

Los ingleses se mantenían al margen. El grueso de la infantería se estaba fortificando al norte de la ciudad, y el resto permanecía en el Peñón. Los pocos policías militares quedaron en La Línea se alejaron de la playa. Hubo casos en los que detuvieron a españoles que huían y los entregaron a sus perseguidores.

El Gobernador General de Gibraltar, Sir Clive Gerard Liddell, no supo de las matanzas hasta que a la mañana siguiente le solicitaron que enviase grupos de enterradores. Ya para entonces comprendía el problema en que se había metido: La Línea tenía casi cuarenta mil habitantes, y si tenía que alimentarlos, las reservas de alimentos y agua durarían unas pocas semanas.

Por ello decidió echar a los civiles españoles. Solo se autorizó a quedarse a unos pocos centenares, los más significados. Los demás fueron expulsados y tuvieron que irse con lo puesto, en una larga comitiva que a pie se dirigió hacia San Roque. Los enfermos y los ancianos fueron llevados en carretillas y varios fallecieron durante el traslado. Entre los refugiados había un fotógrafo que había estado fotografiando la playa desde su casa. Al día siguiente sus fotos eran noticia de primera plana en los periódicos de medio mundo.
Última edición por Domper el Mar Mar 11, 2014 10:00 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 03, 2014 12:32 pm

Lo pactado es lo pactado

15 de Septiembre de 1940

“El día 10 de Septiembre la nación española fue atacada sin declaración de guerra y sin provocación por las fuerzas armadas británicas, que cometieron crímenes incalificables contra la población civil.

Reunida la comisión permanente de la Asamblea Paneuropea, los representantes de las naciones signatarias del Pacto de Aquisgrán exigen al Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña que desista de sus ataques a España, retirando inmediatamente las tropas de su territorio y sus buques de las aguas territoriales españolas. Asimismo exigimos que el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña indemnice al Gobierno Español por los daños causados y entregue a los responsables de los crímenes para ser juzgados según las leyes españolas.

Si a las 11:00 del 17 de Septiembre el Reino Unido no ha dado muestras inequívocas de aceptar dichas exigencias, la Asamblea Paneuropea considerará que se han agotado todas las vías pacíficas, por lo que se considerará en guerra con el Reino Unido.”


— Magnífico, Primer Ministro, lo ha conseguido. Ya está en guerra con medio mundo — ironizó Lord Halifax —. Debemos considerar aceptar el ultimátum. Porque ¿qué se nos ha perdido en Canarias y en Gibraltar?

— Lord Halifax, nuestros informantes aseguraban que Franco iba a declararnos la guerra. Simplemente nos hemos asegurado de hacerlo en nuestras condiciones.

— ¿Y qué condiciones son esas? ¿Cómo va la invasión de Canarias? — replicó Halifax —. Ya que nos ha metido en un lío, que por lo menos valga la pena.

— Bueno, la operación ha sido dificultosa pero avanza. La resistencia inicial fue mayor de lo esperado porque los españoles habían sido alertados y tenían en Canarias más aviones de los que pensábamos. Los primeros días sufrimos algunas bajas a causa de los ataques, hasta que enviamos al portaaviones Ark Royal para aumentar nuestra aviación embarcada. En tierra el avance fue algo lento porque el terreno era difícil, pero tengo la satisfacción de anunciarles que ayer nuestras tropas consiguieron ocupar la capital de la isla, quedando solo focos aislados de resistencia. Por desgracia, parte de las tropas españolas pudieron escapar y siguen dominando el interior de la isla. Pero es cuestión de tiempo.

— ¿Y qué pasó en Gibraltar?

— Nosotros no hemos tenido nada que ver. Fueron algunos de esos españoles locos que en cuanto vieron que los franquistas huían, se tomaron la justicia por su mano.

— O sea, hemos conquistado un aeródromo, un puerto y un villorrio. A cambio hemos conseguido ser la vergüenza del mundo y hemos unido a nuestros enemigos. —Halifax seguía disconforme con el curso de los acontecimientos—. Primer Ministro, debemos aceptar las exigencias del Pacto de Aquisgrán.

— Aceptar ese ultimátum sería igual que rendirnos. Si mostramos debilidad, los lobos se nos echarán encima.

— Gracias a usted ya tenemos los lobos encima — dice Halifax —. Primer Ministro, si no acepta mis recomendaciones, no tengo nada que hacer en este gabinete. Presento mi dimisión irrevocable.
Última edición por Domper el Lun Mar 03, 2014 12:33 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 03, 2014 12:32 pm

Cuenta atrás

16 de Septiembre de 1940

— Mis queridos amigos — Goering estaba exultante, los triunfos diplomáticos compensaban de sobra el fracaso de la Luftwaffe sobre Inglaterra — ha resultado todo mejor aun de lo esperado.

— Statthalter, la idea de la Asamblea Paneuropea fue suya — dice Von Papen —. Yo tan solo la he ayudado a nacer.

— No sea modesto, por favor. Bien, tengo el placer de comunicarle que voy a designarle vicecanciller y Ministro de Asuntos Exteriores. Se lo ha ganado.

— Gracias, Statthalter. Siempre estaré dispuesto a servir a Alemania. En cualquier puesto.

— Y usted, General Schellenberg, también tendrá su recompensa. Voy a fusionar los diferentes servicios de inteligencia en una Agencia Germana de Inteligencia. Bajo su dirección.

— Gracias, Statthalter, pero el Almirante Canaris es mucho más antiguo que yo.

— Usted lo ha dicho, es más antiguo. Merece ya la jubilación. Yo creo que una embajada sería de su agrado ¿Qué tal la de París? ¿Le parece bien, Ministro de Asuntos exteriores? — dice mirando a Von Papen.

— Sería un puesto adecuado, Statthalter.

— Lo consideraré. General Von Manstein, — sigue Goering — voy a seguir necesitando sus servicios en un cometido especial. General Schellenberg, cuéntele a nuestro común amigo su última maquinación.

— Statthalter, no es una maquinación, sino la consecuencia del Pacto. España ha sido atacada y ha pedido ayuda. Si para mañana a las once los ingleses no han cedido, la Asamblea Paneuropea declarará la guerra a Inglaterra.

— Sí, eso ya lo sé. Ha conseguido que media Europa se nos una. Será de gran ayuda — dice Von Manstein.

— No se adelante, general — reprende amablemente Goering — y deje seguir a Schellenberg.

— Como le decía, según el artículo cuarto, los signatarios deben declararle la guerra a Inglaterra. Pero no establece ni plazos ni condiciones. Los signatarios no podrán retirarse aunque expulsemos a los ingleses de Canarias. Y lo mejor es el artículo quinto. Que establece una estructura de mando unificada. Como nosotros vamos a ser los que pongamos la parte del león también tendremos el mando. Con concesiones cara a la galería con nuestros nuevos aliados, por supuesto.

— Gracias, Schellenberg. Coronel General Von Manstein — dice Goering — ahora va a ser su turno. No puedo ofrecerle por ahora el mando unificado, aunque creo que está más que capacitado para ello. Tendré que poner a algún figurón como Von Rundstedt. Pero recordará que usted propuso que atacásemos Egipto.

— Como no, Statthalter ¿desea que estudie los requisitos de la operación?

— Mejor que eso. Usted me dijo el otro día que añoraba mandar tropas en el campo de batalla. Pues ahora tendrá la oportunidad. La dirección de las operaciones navales en el Mediterráneo tendrá que estar bajo mando italiano, pero a cambio pensaba exigirles que aceptasen un mando alemán para las fuerzas terrestres. Mi intención en enviarle a Libia al frente de un cuerpo de ejército alemán ¿le interesa?

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 1:50 am

Como nadie abre la boca ¿interesa hasta ahora? ¿parece creíble? Gracias por adelantado.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 12:11 pm

A mi desde luego que sí me interesa, y de momento lo veo muy creíble. Me temo que los dolores de cabeza provocados por Rommel en África no van a ser nada comparados con las migrañas que podrá causar Manstein. :twisted:

Mencionas en la última entrega el fracaso de la Luftwaffe en Gran Bretaña. ¿Se entiende entonces que la Batalla de Inglaterra se desarrolla del mismo modo que en la historia real o se queda sólo en la fase de ataque a los convoyes que ya se mencionó en una entrega anterior? Lo digo sobre todo por los recursos que habrá que desviar hacia el Frente Mediterráneo.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 1:55 pm

Hola Domper.

Sí, parece creíble, está muy interesante. No he dicho nada por no interrumpir o abrir un debate que podría partir la historia.
Pero está fenómeno, sigo pendiente.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 1:56 pm

Reconozco que hay muchas partes que trato demasiado someramente y son solo aptas para “entendidos”. Por ejemplo, sería necesario explicar la derrota francesa en 1940, describir someramente otros acontecimientos como la campaña presidencial norteamericana, los conflictos con Finlandia, lo que pasaba en el Pacífico…

Eso quedaría para una segunda aversión. Por eso me gusta presentarla aquí, para encontrarle los peros.

En principio, en el capítulo 2.2 León Marino se dice que se va a seguir preparando a invasión y que la mayor parte de la Luftwaffe estará implicada en ella, aunque solo sea para presionar a los ingleses y negarles libertad de acción. Por eso y dado que las circunstancias cambian poco (radar inglés, mala dirección alemana, pocos cazas alemanes, carencia de cazas de escolta, ataques sobre Londres y luego Berlín) es de suponer que pasaría algo parecido: ataques contra la RAF, para luego derivar a ataques contra las ciudades sobre todo nocturnos.

Respecto a Manstein, en conversaciones previas con Eriol hablamos que el encargado de dirigir el cuerpo de ejército de Libia no podía ser un general de división recién ascendido, habiendo como había excelentes generales de cuerpo de ejército. Primero hablamos de Guderian, pero su carácter no era el ideal. La otra opción, pues uno de los mejores estrategas de la SGM (aunque no tan bueno como él mismo se creía), Von Manstein. Que por lo menos prestaba atención a la logística y otras menudencias.

En entregas posteriores se tratará más al fondo el tema, especialmente el de la LW.

Saludos, y gracias

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 2:11 pm

Capítulo 6. Otros sitios.

Dinamismo


23 de Septiembre de 1940

Diario del Conde Ciano.

“El Jueves llegó la delegación alemana para preparar las operaciones conjuntas en Egipto. Falta que hacía, porque Graziani solo había empezado a moverse la semana anterior cuando el Duce le amenazó con relevarle. Pero para lo que hizo, mejor hubiese sido que se hubiese quedado en sus cuarteles. Sus tropas avanzaron tímidamente unos pocos kilómetros y se detuvieron. Graziani dijo que sus tropas estaban exhaustas, y que se atrincheraba. Total, un ejército de 200.000 soldados para conquistar cien kilómetros de desierto. La situación en Libia no era nada satisfactoria, y se esperaba que los alemanes nos pusiesen en evidencia.

Pero algo había pasado con esos arrogantes germanos, porque los que llegaron eran todo amabilidad. Formaban la delegación el general de la Luftwaffe Keseslring, que mandaría las unidades aéreas alemanas en el Mediterráneo, y el Coronel General Von Manstein, que debía ser el mando de las fuerzas terrestres en África. A Von Manstein le acompañaba el general Rommel, que por lo visto es un oficial de tanques que se ha distinguido en Francia y que va a dirigir el contingente alemán.

La delegación se dirigió al Ministerio del Ejército, y empezaron a abrumar al pobre Badoglio con demandas sobre la red de ferrocarriles italiana, la capacidad de carga de los puertos del Sur de Italia y de Libia, la disponibilidad de buques de transporte, de combustibles, de todo. Tienen la intención de enviar a Libia unidades alemanas en el plazo más corto posible para presionar a los ingleses. También quieren enviar un grupo aéreo a Sicilia para controlar el Mediterráneo Central.

Los alemanes nos comunicaron que tenían intención de desplegar en África un ejército formidable: tres divisiones Panzer y dos divisiones de infantería motorizada. Los oficiales de Badoglio intentaron impedirlo, indicando las dificultades que supondría abastecer cien mil hombres más en Libia. Pero los alemanes se las sabían todas, e indicaron que en los dos meses de guerra apenas se habían enviado 50.000 toneladas de suministros a Libia, cuando la capacidad era de por lo menos 150.000 toneladas mensuales. Badoglio siguió objetando, y los alemanes acudieron al mismísimo Duce, que desautorizó a Badoglio.

El domingo llegó al Brennero el primer tren cargado de tanques y de cañones de los muchos que empezaron a recorrer nuestras tierras. Algo se va a mover en África.”

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 2:13 pm

La calma antes de la tempestad

27 de Septiembre de 1940

“Gran Bretaña:

El enemigo continua su ofensiva aérea contra los aeródromos de West Anglia, aunque el mal tiempo les está dificultando las operaciones. El abandono de los aeródromos de West Anglia está dificultando las operaciones sobre el Canal, donde se han repetido los ataques con bombarderos Stuka contra las defensas costeras.

Tras los dos grandes ataques sobre Londres de hace quince días no ha lanzado nuevas incursiones a gran escala sobre la capital, pero envía todas las noches un pequeño grupo de bombarderos, seguramente no para conseguir daños tangibles sino para impedir el descanso de los civiles.

El Coastal Command y el Bomber Command han continuado bombardeando los puertos del Canal destruyendo un importante número de embarcaciones de asalto, aunque a costa de serias pérdidas. El Bomber Command ha efectuado dos incursiones más contra Berlín y una contra Kiel.

Aunque un gran contingente alemán sigue desplegado en los aledaños del Canal de la Mancha parte de las embarcaciones de asalto han sido desplazadas a puertos más resguardados de nuestros ataques. Por eso se cree que los alemanes han desistido de sus intenciones de desembarcar en Inglaterra este año. Sin embargo, no disponemos de confirmación de las intenciones alemanas. Las lanchas de asalto podrían ser desplazadas a la costa en un plazo breve, y la división paracaidista alemana sigue desplegada en la periferia de París. Por ello se cree que aunque no hay peligro inminente de invasión, la situación podría cambiar en pocos días.

Es preciso mantener la defensa de Inglaterra mediante unidades aéreas, navales y terrestres, al menos hasta que el mal tiempo impida las operaciones, y teniendo en cuenta que los ataques pueden empeorar en periodos de buen tiempo.

Atlántico:

Han seguido los ataques contra buques principalmente por submarinos aunque los ataques por aviones de gran radio de acción se están haciendo más frecuentes. Los ataques se producen sobre todo contra mercantes navegando independientemente, pero el convoy HX–72 perdió once buques la semana pasada. No sabemos si se repetirán los ataques a convoyes escoltados.

En el Sur del Atlántico y el Índico se han producido varios ataques atribuidos a cruceros auxiliares camuflados.

Gibraltar:

El avance en Andalucía de los primeros días resultó muy exitoso, penetrando casi 5 km en territorio español, lo que impide el emplazamiento de la artillería pesada enemiga. Sin embargo se han producido repetidos bombardeos aéreos que aunque no han afectado a las instalaciones subterráneas han destruido parte de la ciudad y de los muelles. Nuestra artillería sigue bloqueando la navegación por el Estrecho y ha librado duelos con baterías españolas de la otra orilla, sin consecuencias. La guarnición dispone de recursos para persistir durante seis meses. No se han producido intentos de asalto por los españoles.

Canarias:

Tras la toma de la ciudad de Las Palmas parte de los españoles se retiraron a las fortificaciones de “La Isleta”, desde donde dominaban el puerto. Hasta que los últimos defensores no capitularon el día 17 no ha sido posible usar el puerto, que ha sufrido graves daños al ser demolidas gran parte de las instalaciones. El resto de las tropas españolas se retiraron al interior montañoso. Una columna ha intentado reducirlos, pero ha sido detenida por la fuerte defensa y lo difícil del terreno. Siguen las obras para reconstruir el aeródromo de Gando, y se espera que la próxima semana sea parcialmente operativo. La población civil resulta indiferente a nuestras tropas. En Las Palmas se han repetido los incidentes de la Línea, por lo que ha sido preciso destinar tres batallones para controlar la ciudad. Ha habido ataques aislados contra nuestras tropas atribuidos a soldados españoles dispersos.

Los bombardeos del aeródromo de Tenerife y de su capital han disminuido los ataques aéreos a nuestras unidades, pero no han conseguido la capitulación de la isla.

En las operaciones se han perdido tres cargueros, dos destructores y el crucero ligero Dragon, este último al ser torpedeado por un submarino.

En la costa africana se ha detectado la presencia de aviones alemanes.

Se recomienda que una vez controlada la isla de Gran Canaria sea ocupada la de Lanzarote, para impedir que los españoles usen su aeródromo.

Mediterráneo:

Prosiguen las operaciones navales de abastecimiento a Malta. Durante la operación Hats un carguero fue hundido y el crucero York recibió daños importantes por ataques aéreos por aviones alemanes. Malta ha sufrido dos nuevos ataques aéreos que han causado pocos daños. En los ataques han participado aviones franceses procedentes de Túnez.

El enemigo ha comenzado a enviar convoyes escoltados a Libia. Parece que está siendo enviada una fuerza alemana al mando del general Manstein, cuyo paso por el Brennero ha sido detectado.

Yugoslavia:

La firma del Pacto de Aquisgrán por el Príncipe Paul ha sido muy mal vista por la población serbia y por el ejército, de mayoría serbia. Varios militares serbios se han puesto en contacto con nuestra embajada en Grecia.

Grecia:

Tras el hundimiento del crucero Elli no se habían producido nuevos combates. Sin embargo los italianos acumulaban tropas en Albania. Inglaterra ha ofrecido auxilios, pero el gobierno griego los ha rechazado.

Palestina:

Se han producido escaramuzas con tropas regulares francesas de Siria, pero no operaciones a gran escala.

Egipto:

La ofensiva italiana se ha pausado, probablemente para reavituallamiento. El enemigo ha construido varias posiciones fortificadas.

África Oriental:

Tras la invasión de Somamliland los italianos se han detenido y en la frontera con Kenya solo se han producido escaramuzas. En Sudán se han detectado incursiones italianas de pequeña entidad. Un mercante ha sido hundido en el Estrecho de Adén por un submarino. Los bombarderos italianos han seguido atacando Adén con escasos resultados.

Extremo Oriente:

Un crucero francés ha capturado dos barcos en el Estrecho de Malaca.”


El informe presentado por el General Dill era tranquilizador. A pesar de las pérdidas sufridas por la RAF la invasión no era inminente. Egipto, Malta y Gibraltar resistían, y las operaciones en Canarias proseguían aunque a ritmo lento. Churchill consultó sobre la posibilidad de enviar refuerzos a Gibraltar, pero el almirante Pound respondió que se trataba de una operación enormemente arriesgada y que, aunque los buques de guerra consiguiesen superar el bloqueo, no lo harían los barcos de carga. Recomendaba en cambio enviar refuerzos a Canarias. Churchill lo admitió, pero insistió que se estudiasen operaciones para liberar Gibraltar. También sugirió a Menzies que una crisis en Yugoslavia permitiría retrasar las operaciones de alemanes e italianos en el Mediterráneo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 2:13 pm

Otro punto de vista

3 de octubre de 1940

“Frente Occidental:

Las operaciones aéreas sobre Gran Bretaña se mantienen, aunque el mal tiempo las está dificultando. Han proseguido los bombardeos sobre bases aéreas al sur de Londres, sobre las fortificaciones del Canal, y seguimos realizando incursiones nocturnas sobre Londres y otras ciudades británicas.

Los ingleses han disminuido sus ataques sobre los puertos del Canal debido a las graves pérdidas que hemos causado a sus bombarderos. Una vez a la semana efectúan un ataque sobre Alemania, pero con muy poca puntería y causando daños mínimos.

Atlántico:

Sigue el despliegue de los submarinos, que han comenzado el ataque a convoyes con tácticas de grupo. Aviones de gran radio de acción operando desde Burdeos y desde Galicia siguen patrullando los accesos a Gran Bretaña, aunque la marina se sigue quejando de la mala coordinación. El Fw.200 se ha mostrado solo en parte adecuado para estas operaciones, por su escasa carga bélica y por ser poco resistente a los daños en combate.

En Canarias las operaciones inglesas siguen circunscritas a Gran Canaria y a ataques aéreos y navales a Tenerife. Tras el hundimiento de un crucero y varios transportes por submarinos de gran radio de acción han retirado sus buques mayores de la zona.

Sigue el acondicionamiento de los aeródromos de Cabo Juby y de Lanzarote, pero la ausencia de comunicaciones terrestres impide destacar fuerzas importantes, a pesar del apoyo de los aviones de transporte españoles y franceses.

Mediterráneo:

Siguen los bombardeos de Gibraltar con aviones españoles, franceses y alemanes. Los españoles no han contraatacado el avance inglés, pero están acumulando infantería y tanques en la región, así como un buen número de cañones pesados. Han llegado tres de nuestros morteros pesados y cuatro cañones ferroviarios. Se prevé seguir con los bombardeos aéreos.

La flota francesa de Tolón ha recibido oficiales de enlace y de comunicaciones alemanes y han iniciado los procedimientos conjuntos. Sin embargo aducen escasez de combustible para iniciar las operaciones. Nuestros delegados confirman la escasez de fuel, pero señalan que la actitud francesa es poco entusiasta, y recomiendan que los barcos franceses no operen en el Atlántico por el riesgo de deserción.

Italia:

Sigue el despliegue de los Fliegerkorps II, IV y X. Este último ha iniciado los ataques contra convoyes de suministro a Malta, alcanzando a varios barcos. El cuerpo II se ha unido a los italianos en los bombardeos sobre Malta.

El desplazamiento de las unidades terrestres está siendo costoso debido a la escasa capacidad de las líneas férreas transalpinas, y a la limitada capacidad de transporte marítimo y de descarga italiana. Hasta el momento solo elementos de la 5ª División Ligera han llegado a Libia. Se cree que podrá ser desplazada una división cada dos semanas, y que las operaciones terrestres en masa podrán iniciarse a finales de Noviembre. Se podrán efectuar ataques a pequeña escala a finales de este mes.

La división paracaidista será transferida al Sur de Italia a partir del 15 de Octubre. Se recomienda mantenerla por ahora en Francia como medida de decepción para el enemigo.

Libia:
Tras detenerse la ofensiva alemana siguen las escaramuzas con unidades ligeras.

África Oriental:

Los italianos han detenido su avance en Sudán y Kenya. Destructores y submarinos atacan la navegación inglesa en el Mar Rojo pero con escasa fortuna.

Oriente Medio

Prosiguen las escaramuzas de escasa intensidad en Siria.”


— Más o menos, lo previsto — dice el general Beck, nuevo jefe del OKW —. El despliegue en África está siendo algo dificultoso, pero esperamos que para finales de Noviembre esté todo preparado.

— ¿Los italianos están colaborando? — pregunta Goering, que dirige la reunión.

— Según Von Manstein, a medias. La capacidad de transporte naval italiana es reducida porque se olvidaron de advertir a sus mercantes que iban a declarar la guerra, y ahora tienen a la mitad de su flota dispersa por medio mundo. Aunque esos barcos están intentando llegar a España y Francia, no contaría con ellos por ahora. Pero el problema es que aunque los barcos disponibles son escasos, tampoco los aprovechan, y los envían a media carga. Luego los dejan amarrados en Trípoli y Bengasi expuestos a ataques ingleses. A pesar de eso apenas han tenido pérdidas, pero eso no durará.

El agregado militar italiano, el coronel Heruzzo, protestó — General, no resulta fácil cargar y descargar equipo pesado en los barcos. Además es preciso escoltarlos, y las derrotas son largas por la necesidad de evitar Malta o los ataques de la flota inglesa.

El Almirante Marschall dio la razón al italiano — Coincido con el coronel, la amenaza de ataques ingleses obliga a los barcos a navegar en convoy y a recorrer la costa tunecina y Libia, lo que es muy ineficiente. Si pretendemos mantener operaciones prolongadas en África será preciso expulsar a la flota inglesa y tomar o al menos anular Malta.

— Está previsto iniciar ataques aéreos a gran escala contra Malta y contra los barcos ingleses en el Mediterráneo — dice el general Jeschonneck, delegado de la Luftwaffe en el OKW — pero es mejor esperar a disponer de medios masivos que puedan desbordar las defensas inglesas. Estamos transfiriendo a Italia, Sicilia y Libia unidades de apoyo, manteniendo los aviones en Francia hasta el último momento para no alertar a los ingleses. A mitad de este mes la 7ª Flieger División será transferida al Sur de Italia. Hemos demorado este movimiento porque esa división está interesando mucho a los ingleses. Casi todos los días aviones de reconocimiento la sobrevuelan, al parecer creen que encabezará la invasión de Inglaterra.

— Está bien ¿y la flota francesa?

— Se está reuniendo en Casablanca y en Tolón —dice Marschall— y han empezado a llegar oficiales de enlace y equipos de comunicación alemanes e italianos. Sin embargo, están demorando las operaciones con el pretexto de no disponer de suficiente combustible. Es cierto, pero podrían haber intentado atacar a los ingleses en Canarias y no lo han hecho. Yo recomendaría no contar por ahora con los franceses más que como flota en potencia, y no comunicarles nuestros planes. Y sobre todo, no enviarlos a efectuar operaciones independientes en el Atlántico por el riesgo de deserción. Aunque hasta ahora no se haya producido ninguna, es mejor ser prudentes.

— Gracias, almirante — dice Goering —. General Infantes, le agradecería nos informase sobre las operaciones en Gibraltar y en Canarias.

El General Emilio Esteban Infantes aun no se había acostumbrado a que los alemanes se equivocasen con su apellido, pero el puesto de delegado español en el OKW tenía esa penitencia. —Statthalter, los planes ingleses incluían la invasión de las zonas aledañas a Gibraltar para ampliar el perímetro, y atacaron por sorpresa al mismo tiempo que sus acorazados bombardeaban Canarias. En un primer momento consiguieron su objetivo, pero su avance, en realidad, nos favorece. El General Vigón sugirió al Generalísimo que la guarnición inglesa, que sería muy difícil de reducir en sus fortificaciones subterráneas, es demasiado escasa como para mantener el perímetro que han tomado. Vamos a seguir con los bombardeos aéreos, aprovechando que buena parte de sus emplazamientos artilleros están expuestos a las bombas. Pero lo que pretendemos es atacar el perímetro en cuanto sea posible, antes de una semana, para atrapar a la guarnición fuera de sus agujeros.

— Está bien, General — dice Goering — ¿Y en Canarias?

— Nuestra posición ahí es más delicada. Aunque buena parte de la guarnición de Las Palmas pudo retirarse al interior de la isla, está aislada y escasa de munición y armamento, por lo que se ve reducida a acciones de hostigamiento. En Tenerife los bombardeos ingleses han destruido la refinería y han dañado las pistas de la base de Los Rodeos, en la que apenas quedan aviones disponibles, pero la guarnición es importante y por ahora no ha sido molestada. Tampoco se ha atacado las islas menores aunque están muy débilmente defendidas. Estamos intentando reforzar Lanzarote, ya que su base permite enlazar con la costa. Hemos intentado operar desde el Sahara pero las dificultades de aprovisionamiento y la carencia de gasolina lo han impedido.

— Gracias, general. Por ahora las operaciones principales se efectuarán en Egipto, pero en cuanto sea posible enviaremos unidades a la costa occidental africana que les permitan expulsar a los ingleses de su territorio.

— Statthalter, si me lo permite, debo plantearle un problema — responde Esteban Infantes —. Hasta ahora la marina británica no ha interferido con nuestras operaciones en Gibraltar, pero es muy probable que intervengan una vez ataquemos. Nuestra marina no es capaz de impedir las operaciones inglesas, y tampoco nuestra aviación. Con el mayor respeto solicito que se envía a Andalucía fuerzas aéreas y navales en cantidad suficiente que puedan impedir las operaciones británicas.

Goering reflexionó y preguntó a Jeschonneck — ¿Sería posible atender a la solicitud española?

— Excelencia, en España hemos desplegado ya un grupo de bombarderos en picado y otro de bombarderos medios, que junto con los aviones españoles y franceses debieran ser suficientes. Además los aeródromos de Andalucía son rudimentarios, y hay dificultades en el transporte de combustible.

— ¿Se puede, o no se puede? —Goering pregunta algo irritado —. Una derrota en Gibraltar afectaría no solo a las operaciones en el Atlántico, sino que sería una seria advertencia para los miembros del Pacto de Aquisgrán. Es preciso apoyar a los españoles.

— Excelencia — Jeschonneck se resignó —. Podríamos desplazar un grupo de cazas de largo alcance y otro más de bombarderos en picado.

— Excelente, que se haga cuanto antes.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 2:14 pm

Fuego

11 de Octubre de 1940

En la Línea de la Concepción los soldados británicos seguían cavando.

La conquista de Sierra Carbonera había proporcionado a los ingleses una buena posición defensiva que impedía el acceso al istmo. Pero la ampliación del perímetro requería fuerzas mayores y había sido preciso trasladar un tercer batallón.

Los españoles, tras unos tímidos contraataques el segundo día, habían permanecido tranquilos, salvo por alguna actividad de patrullas. Por desgracia lo limitado de la guarnición disponible había impedido enviar patrullas, y la información disponible sobre las actividades españolas era limitada. Un desertor español había dicho que se estaban trasladando importantes refuerzos a la zona.

La tranquilidad en el perímetro no se extendía a Gibraltar. El segundo día se produjeron seis incursiones de bombarderos a gran altura. Aunque las defensas antiaéreas derribaron cuatro de los aviones atacantes, mostraron la principal debilidad de las fortificaciones: la mayoría de los emplazamientos habían sido construidos a principios de siglo y estaban muy expuestos a las bombas. La guarnición, refugiada en túneles y trincheras, apenas sufrió bajas, pero tres de los nueve cañones de 234 mm en los que se basaba la defensa de la Roca quedaron fuera de combate.

Después de perder cuatro bombarderos el primer día los españoles modificaron su táctica: ahora sus baterías de costa empezaron a disparar contra los emplazamientos de la artillería antiaérea. Tras una semana de bombardeos solo quedaban tres cañones de 94 mm. Fue entonces cuando comenzaron a actuar los bombarderos ligeros a baja cota. A finales de Septiembre todos los cañones de 234 mm y parte de los de 152 mm habían sido destruidos.

Mientras las líneas inglesas seguían en calma en el lado español la actividad aumentaba. La tarde del día once, víspera de la Hispanidad, dos generales españoles se acercaron a San Roque, desde donde observaron las líneas inglesas de Sierra Carbonera. Se trataba de los generales Juan Vigón y Rafael García Valiño. Los dos generales formaban un dúo temible. Vigón había concebido la estrategia franquista en la segunda mitad de la guerra, cuando las ofensivas de Aragón y de Toledo habían sido modelo para la Blitzkrieg. García Valiño era un excelente táctico que en tres años había pasado de mandar un regimiento a dirigir un cuerpo de ejército, y que con 42 años era uno de los generales más jóvenes de Europa.

La toma de la La Línea por los ingleses sin apenas resistencia había causado conmoción en Madrid. Vigón, jefe del Alto Estado Mayor, cesó fulminantemente al Capitán General de Andalucía, Fidel Dávila, nombrando en su lugar a García Valiño. Durante el mes de Septiembre Vigón coordinó los bombardeos de Gibraltar, mientras García Valiño traía refuerzos. Ahora se desplegaban en el Campo de Gibraltar dos divisiones de veteranos de guerra. Sobre todo, se había reunido una impresionante masa artillera. La artillería costera del estrecho siempre había sido muy potente, e incluía treinta cañones pesados, desde 240 a 381 mm. Algunos eran viejos, pero se usarían hasta que se agotase la munición. Además se habían trasladado a la zona diez obuses pesados “legionarios” de 305 y 260 mm, más diez grupos de campaña españoles con obuses de 105, 150 y 155 mm. Los alemanes habían llevado tres monstruosos morteros de 600 mm, cuatro cañones ferroviarios de 240 mm, y ocho grupos de artillería de campaña.

García Valiño explicaba a Vigón los pormenores del ataque:

— Juan, está ya todo preparado. Mañana a las ocho empezará el baile. La serpiente inglesa ha sacado la cabeza, se la vamos a cortar.

— Tienes razón, el incapaz de Dávila nos ha hecho un favor. En lugar de un cese merecía una medalla. Con haber puesto un par de ametralladoras hubiese podido defender la Línea, pero entonces los ingleses se hubiesen escondido en los túneles de Gibraltar y hubiese sido muy difícil sacarlos. Pero al retirarse les ha cedido a los Misters ese precioso cerro que será su tumba.

El problema de Gibraltar había sido estudiado cientos de veces en las academias militares españolas. Las armas modernas hacían que Gibraltar ya no fuese inexpugnable, pero su conquista podía ser muy costosa. También se había considerado el supuesto en el que los ingleses extendían su perímetro: sería más fácil atacarlo, pero los defensores tendrían tiempo de retirarse a sus túneles. Cerrar el istmo entre La Línea y Gibraltar no era fácil. Además, aunque se rompiesen las líneas inglesas, avanzar a través de La Línea no sería tarea sencilla. Un desembarco desde la bahía de Algeciras o desde el Mar de Alborán sería aun más peligroso.

García Valiño temía repetir la experiencia del Ebro, cuando miles de sus soldados habían perecido atacando las líneas republicanas a pesar de intensísimos bombardeos artilleros. Por ello iba a usar la táctica que le permitió romper el frente en la Sierra de Cavalls. En lugar de una preparación artillera prolongada, usaría todos sus cañones de campaña para batir un pequeño sector del frente entre Sierra Carbonera y La Línea. La preparación duraría solo diez minutos, e inmediatamente se produciría el asalto. Entonces los cañones cambiarían sus objetivos para batir La Línea, protegiendo el flanco derecho español, y sobre todo para intentar cerrar el istmo. Mientras la aviación, la artillería de costa y los cañones pesados bombardearían los emplazamientos de los pocos cañones que quedaban en Gibraltar.

A las 8:30 se inició el bombardeo, y veinte minutos después la cota 57, la más meridional de la Sierra Carbonera, había sido tomada por las tropas de García Valiño.

En Gibraltar el gobernador, el general Gerard Liddell, observaba la batalla desde un respiradero de su túnel de mando.

— Mayor, ordene a los Devonshire que se preparen para retirarse a La Línea, y que les cubran los Black Watch. Luego, que se retiren ellos.

— Gobernador, hemos perdido el contacto con los Devons y con los Blacks, el bombardeo ha debido cortar los cables de teléfono.

— Envíe una patrulla para repararlos, o envíe mensajeros. Pero es imperativo que llegue la orden.

Una hora después el mayor informó al gobernador que la patrulla y los mensajeros se habían perdido, y que solo tenían contacto por radio. En Sierra Carbonera los ingleses resistían bien, pero la pérdida de la cota 57 les había dejado aislados.

Gerard Liddell comprendió entonces cuales eran las intenciones españolas. No querían reconquistar La Línea sino que iban a por todo. Si perdía los tres batallones del perímetro sería imposible cubrir los accesos a Gibraltar.

— Mayor, los Dons quieren atrapar a nuestros soldados. Ordene a los Devons y a los Blacks que se retiren. Si es imposible, que aguanten hasta la noche y que entonces rompan el cerco. Los Somerset deben resistir en La Línea hasta la noche, y retirarse cuando lo hayan hecho los otros dos batallones.

Fue imposible. Los defensores de Sierra Carbonera estaban superados cinco a uno, y los bombardeos y asaltos continuos habían roto la cohesión de las unidades. Otra división española atacaba al 2º batallón de infantería ligera de Somerset en La Línea. Aunque las ruinas de lo que había sido una ciudad facilitaban la defensa, los ingleses estaban eran superados por los españoles 10 a 1, y soportaban un bombardeo de artillería que no se recordaba desde el Somme. A mediodía la resistencia se rompió y los Somerset intentaron retirarse. Fue entonces cuando toda al artillería española dirigió sus ataques contra el istmo, que se convirtió en una trampa mortal. Solo unos pocos soldados pudieron llegar a la Roca. Durante la tarde las posiciones inglesas en el cerro, aisladas, sin municiones y plagadas de muertos y heridos, se rindieron.
Última edición por Domper el Mar Mar 11, 2014 10:03 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 2:14 pm

Crisis

21 de Octubre de 1940

— Póngame con el Primer Ministro.

Desde su nombramiento como Jefe del Estado Mayor Imperial, el General John Dill apenas había visto su domicilio. Tras la catástrofe de Francia y la amenaza de invasión, estaba lo de Gibraltar.

Que la crisis hubiese sido causada por el Primer Ministro no iba a facilitar las cosas. Churchill pensaba que España cedería ante la amenaza, pero al contrario, la agresión británica les había encorajinado. También por insistencia de Churchill se había ocupado las fortificaciones españolas frente a Gibraltar. Pero no había tenido en cuenta que la guarnición era demasiado pequeña para mantener las posiciones ocupadas.

Dill había recomendado la retirada a las fortificaciones del Peñón, manteniendo solo puestos avanzados. Pero la masacre de La Línea de la Concepción había cambiado todo. El inútil del Gobernador de Gibraltar, el general Gerard Liddell, no había tenido en cuenta la tensión social en la ciudad española, y no había destinado fuerzas a mantener el orden. Al ser detenidas las autoridades franquistas los izquierdistas habían emprendido una vendetta que había llenado las calles de cadáveres. Cuando Gerard Liddell se decidió a intervenir los muertos se contaban por centenares.

La noticia de la masacre casi hizo caer al Primer Ministro. No solo Lord Halifax había renunciado a su ministerio, sino que en el Parlamento se habían escuchado duras críticas. Churchill había intentado minimizar lo ocurrido. Pero la pantomima solo se podría mantener mientras los ingleses conservasen el control de la ciudad y pudiesen soterrar las pruebas. Por eso había ordenado que se conservasen las posiciones de La Línea.

El día doce de octubre los españoles atacaron. Dill había instruido a Gerard Liddell que se retirase si era amenazado, pero por algún motivo no lo había conseguido. Al día siguiente el gobernador de Gibraltar envió un mensaje histérico solicitando refuerzos. Churchill, tan aficionado a la historia, recordó como Rodney había conseguido abastecer a Gibraltar durante el Gran Sitio del siglo XVIII. El almirante Pound intento argumentar que en el siglo XVIII no había ni submarinos ni Stukas, y que los españoles habían erizado de cañones el Estrecho. Fue en vano, el Primer Ministro ordenó que se enviasen refuerzos inmediatamente. La única fuerza disponible era la reserva para la ocupación de Canarias, donde lo que tenía que ser un paseo militar estaba siendo una difícil campaña en un terreno imposible. El general Sturges, al mando de la operación, reclamaba refuerzos, pero hubo que privárselos y dirigirlos al estrecho.

Pasó lo que tenía que pasar. El día 15 de Octubre el transporte MS Sobieski fue torpedeado en las cercanías de Larache y se hundió con dos mil soldados. Luego empezaron los ataques aéreos. Afortunadamente los alemanes no tenían bombas pesadas, pero aun así el Ark Royal y el Malaya fueron alcanzados y tuvieron que retirarse. Luego el destructor Ashanti se hundió tras chocar con una mina. Finalmente Churchill autorizó a que se suspendiese la operación, pero ordenó que se preparase un desembarco en Tarifa. Iluso.

Bueno, Dill se había resignado a su suerte. Si Churchill quería relevarle, que le relevase, y que otro le aguantase.

— Primer Ministro, hemos recibido un mensaje de Gibraltar. Los españoles y los alemanes han superado las fortificaciones y ya no quedan ni reservas ni municiones. Gerard Liddell va a capitular esta tarde.

Tras 137 años la bandera inglesa dejó de ondear sobre Gibraltar.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 2:22 pm

Bueno, ya tenemos una primera consecuencia.

Al plantear este hilo siempre le había dado vueltas a la cuestión ¿era factible de verdad tomar el Peñón o requeriría un sitio prolongado? Hasta que encontré por ahí que los planes británicos incluían, en caso de guerra, atacar las baterías españolas tras La Línea y ampliar el perímetro.

Francamente, eso me sonó a locura sobre todo por la relativa debilidad de las defensas inglesas en Otoño de 1940. Ampliar el perímetro era meter la cabeza en la trampa. Porque no olvidemos que los españoles en 1940 salían de una guerra civil y, si algo sabían, era usar la artillería para atacar fortificaciones de campaña. Lo único realmente importante era quitar de en medio al inútil de Fidel Dávila, antiguo Jefe de Estado Mayor de Franco, y el partidario de los ataques frontales.

De paso, creo que se responde lo de la LW. Que conste que estaba escrito ya.

Saludos
Última edición por Domper el Jue Mar 13, 2014 11:51 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 04, 2014 10:24 pm

Bueno Domper, se me había olvidado comentarte...

García Valiño es uno de tus clásicos, ¿eh?
Todavía recuerdo que estaba al mando de la guarnición de Tenerife en aquel ejercicio que nos preparaste :D

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 05, 2014 1:30 am

Cierto. Fue un excelente táctico. De la GCE se habla mucho de Rojo y poco de Vigón, Saliquet o Alonso Vega. Y de García Valiño, claro.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 05, 2014 2:07 pm

7. Frente interno

Música nocturna


23 de Octubre de 1940

La noche estaba despejada, pero la débil luna menguante apenas conseguía iluminarla. Los incendios de Harwich al Oeste y al Noroeste las luces de los proyectores y los destellos de la artillería antiaérea sobre Ipswich orientaban a los pilotos. Pero sobre el mar no se veía nada.

— Ahí están, mayor, dos luces verdes. Voy a soltar el cable. — El planeador se desprendió del He-111 que lo remolcaba. Siguiendo las instrucciones, el piloto del planeador viró al norte al divisar otro par de luces, estas rojas.

— ¿Ve algo? — El mayor Siegfried Grabert estaba preocupado porque suya había sido la decisión de no posponer la operación Küsschen. El mal tiempo no había permitido aprovechar la luna llena, pero si esperaba a que coincidiesen buen tiempo y luna tal vez hubiese que esperar hasta la primavera. Al menos la Kriegsmarine había podido situar las lanchas con balizas.

— Por ahora solo mar… espere, ahí veo la costa, y un río con una punta arenosa… ya veo la pradera ¡Agárrese fuerte, Mayor!

Momentos después el planeador tomaba tierra con un crujido, deteniéndose tras unos pocos saltos.

— Silencio. Esperemos a ver si llegan los demás.

Poco después llegaron otros tres planeadores a la estrecha pradera. Uno más se estrelló contra los setos situados al norte. Faltaban tres más.

— No podemos esperar. Adelante.

Un pelotón de comandos se dirigió hacia la playa, donde debía suprimir los blocaos que mostraban las fotos aéreas. Otro pelotón situó balizas en la pradera. El mayor se dirigió con dos pelotones hacia la mansión. Había pensado como tomarla por sorpresa.

La operación Küsschen era la primera incursión alemana en suelo inglés. La Batalla de Inglaterra había sido un fracaso para la Luftwaffe. La RAF había conseguido resistir y causar importantes pérdidas a los alemanes, que se habían visto obligados a suspender los bombardeos diurnos. El Blitz estaba siendo una tortura para miles de londinenses, pero el pueblo inglés estaba mostrando una fortaleza inesperada. La operación León Marino, el desembarco en Inglaterra, había sido retrasada sine die. Pero el OKW había ordenado mantener la presión sobre Inglaterra. Se mantenían los preparativos de invasión, aunque a menor ritmo. Y se decidió efectuar incursiones a pequeña escala, con el objetivo de mantener la alerta e impedir que los británicos enviasen refuerzos a otros frentes.

Bawdsey Manor iba a ser el primer objetivo. Era un palacio de estilo romántico construido a finales del siglo XIX por un político inglés, uno de cuyos descendientes lo había puesto a disposición del Ministerio del Aire. Allí se habían establecido los científicos que desarrollaron el radar. Al declararse la guerra habían sido trasladados a un lugar más seguro, pero Bawdsey Manor seguía siendo una estación de radar. Justo al norte del palacio se elevaban las altas torres del sistema de alerta conocido como Chain Home. También había una instalación portátil del sistema Chain Home Low.

El objetivo del ataque había sido seleccionado no por su relevancia sino por su situación. La mansión estaba en una península arenosa entre el estuario del río Deben y el mar, y el reflejo de la luna sobre el agua facilitaría la orientación de los planeadores. Además estaba rodeada de marismas, y solo una estrecha y serpenteante carretera la comunicaba con el interior. Un ferry comunicaba la estación con Felixtowe, pero solo durante el día.

La Operación Küsschen iba a ser el modelo de las operaciones interarmas.

La Kriegsmarine inició las operaciones. Durante las dos semanas anteriores varios convoyes de buques anfibios se habían dirigido desde Zeebrugge y otros puertos del Canal hacia Amsterdam, aparentemente para llevar a lugares más seguros las embarcaciones de asalto reunidas para la invasión. El día 21 había salido otro de esos convoyes desde Boulogne, con una docena de barcos anfibios escoltado por seis torpederas, tres destructores y cuatro dragaminas. Este convoy se adentró algo más en el Canal que los anteriores para evitar los campos minados de la costa. Pero al atardecer del 23 viró hacia el Oeste.

Esa misma tarde la Luftwaffe bombardeó Harwich. Mientras los bombarderos castigaban la ciudad, cazas Bf-110 patrullaron el Canal para impedir los vuelos de reconocimientos ingleses. Además los incendios ayudarían a orientar el asalto aerotransportado. Por la noche le tocó a Ipswich. Durante varias horas los bombarderos nocturnos alemanes lanzaron bombas incendiarias y bengalas sobre la pobre ciudad.

Mientras un grupo de Ju-52 remolcó los planeadores que llevaban a una unidad de comandos Brandenburger, entre los que había soldados que habían vivido en colonias inglesas. Se preveía que la luna menguante dificultaría la navegación, por eso dos lanchas torpederas de la marina se adelantaron para señalar el rumbo a los planeadores. Los comandos tenían que tomar la mansión y suprimir las defensas costeras, preparando el terreno para el salto de dos compañías de fallschirmjäger.

John Taylor miraba preocupado los destellos sobre Ipswich. Esperaba que sus tíos estuviesen seguros, pero la ciudad parecía sufrir graves daños. Cada pocos minutos pasaban aviones alemanes sobre la mansión, y Taylor rogaba para que ninguno lanzase sus bombas antes de tiempo. Taylor era un agricultor de la cercana Alderton. Demasiado mayor para el ejército y demasiado joven para haber conocido la Gran Guerra, pensaba que el servicio en la Home Guard iba a ser otra cosa. Disciplina militar, entrenamiento, armas modernas… nada de eso. Solo guardias interminables a la puerta de la Mansión, con un fusil herrumbroso que tenía más años que él, vigilando a unos señoritos estirados de la RAF que se dedicaban a jugar con la radio. El condenado caserón estaba en el rincón más húmedo de Inglaterra, y las lluvias de la semana pasada le habían afectado a los huesos. Por lo menos la noche era despejada.

Otro avión pasó en vuelo rasante, y Taylor se encogió. Entonces vio una luz por el camino y unas voces.

— Waltzing Matilda, Waltzing Matilda, You'll come a Waltzing Matilda, with me...

— ¡Alto! ¿Quién va?

— And he sang as he watched and waited 'til his billy boiled "You'll come a Waltzing Matilda, with me?"

La linterna iluminaba a media docena de soldados con uniformes de la RAF. Tambaleantes, cantaban a voz en grito el Waltzing Matilda y movían la luz como si quisiesen alertar a todos los alemanes de Europa.

— Apagad esa luz si no queréis que un Jerry nos tire una bomba ¿Quiénes sois?

— Australia e Inglaterra, hija y madre unidas… hip.

— ¿Santo y seña?

— Australia e Inglaterra…

— Quedaos quietos u os frío. — Taylor tomó el fusil y lo apuntó hacia los australianos, cuando vio unos fogonazos. Sin saber como soltó el fusil y cayó al suelo ¿Cómo podía ser? No había oído nada…

Doce horas después el General Alan Brooke, al mando de las fuerzas de defensa de Inglaterra, visitaba el lugar.

— Tenga cuidado, general, puede haber bombas trampa. Ya hemos perdido a dos hombres allí. —Señalaba las ruinas ardientes de la mansión.

— ¿Qué ha pasado aquí, capitán?

— Ha sido una operación minuciosamente planeada, general. Los bombardeos de Harwich e Ipswich fueron una distracción mientras comandos alemanes en paracaídas y con planeadores aterrizaban en la pradera. Sorprendieron a los centinelas, tomaron la mansión, mataron al personal y escaparon en botes. La alerta no sonó porque debieron cortar las líneas de teléfono. En el puesto de control no se alarmaron pensando que el bombardeo de Ipswich las habría cortado. En Alderton oyeron ruidos pero pensaron que serían bombas desviadas. Decidieron enviar una patrulla de la Home Guard para prestar ayuda, pero no estuvo preparada hasta un par de horas después. Luego se encontraron con minas en la carretera. Cuando llegaron aquí al amanecer, ya no quedaba nada.

— ¿Cuántos eran?

— Unos doscientos creemos, por los paracaídas que han dejado y por los planeadores. Allí — señaló hacia unos árboles — se estrelló un planeador y hemos encontrado un par de jerrys muertos. Alguno más en las instalaciones de la RAF.

— ¿Hemos hecho prisioneros? ¿Algún herido?

— Ninguno, se los llevaron.

— ¿Y nuestras bajas?

— En las instalaciones de la RAF, por lo menos cincuenta. Otros veinte o treinta en la mansión. Unas pobres chicas auxiliares se quedaron atrapadas cuando la casa se incendió. Además han destruido las instalaciones del Chain Home. Aunque todavía no hemos podido hacer un recuento completo.

Alan Brooke estaba cada vez más malhumorado — ¿Es que falta gente?

— Sí, por lo menos una docena de técnicos y alguna chica, no sabemos si están bajo las ruinas.

— O si los han capturado y se los han llevado.

— Es posible, señor. — El capitán mostraba su creciente inseguridad.

— Tampoco sabemos si se han llevado algo, claro.

— Será difícil saberlo hasta que se enfríen los escombros. Pero …

— Continúe, capitán.

El capitán tragó saliva. — Falta un equipo de radar Chain Home Low.

Alan Brooke no daba crédito a lo que oía — ¿Dice que faltan partes de un radar?

— No señor, falta el radar entero. Era un equipo móvil en camiones, y creemos que los alemanes lo encontraron, lo embarcaron en sus lanchas y se lo han llevado.

Alan Brooke ya no pudo aguantar más. — Capitán, esto es inaudito. Usted estaba a cargo de la defensa de este lugar, uno de los más importantes de la costa ¿y qué hace? Dormir como un bendito mientras los jerrys se llevan nuestro equipo más reciente ¿Es que no veía que la instalación estaba al borde del mar? ¿Y que al otro lado del mar estaban los alemanes?

— Señor, confiábamos en la Royal Navy y…

— ¡Ni Royal Navy ni puñetas! La marina ha perdido dos destructores intentando cazar a esos alemanes que se colaron sin que usted se enterase. No sé como explicaré esto al Primer Ministro. Pero sí sé lo que voy a hacer con usted ¿le gustan las Shetlands?

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 05, 2014 2:08 pm

Radio

27 de Octubre de 1940

— Statthalter, el Generalleutnant von Greim.

— Hágale pasar, por favor. Luego, déjenos solos.

Un ordenanza hace pasar al general de la Luftwaffe. Von Greim no ocultaba su incomodidad porque tras el ascenso al poder de Goering su posición no había quedado clara y temía que el canciller se dejase llevar por aduladores.

— Amigo Ritter, deseaba tener una conversación a solas con usted. Estoy francamente satisfecho por los resultados de la incursión en… ¿Cómo se llamaba ese sitio?

— Bawdsey, excelencia.¬

— Bawdsey pues. Lo que le he dicho, estoy muy satisfecho. Especialmente de cómo se han coordinado las tres armas, ejército, Luftwaffe y marina ¿Hubo algún problema para ello?

— No, Statthalter. Siguiendo las indicaciones del OKW me reuní con el almirante Marschall y planeamos la operación. Hicimos algunos ensayos en la costa holandesa, hasta que cada unidad supo su misión. Luego todo salió como un reloj, incluso las bajas fueron menores de lo esperado. Se pudo reembarcar a todos los heridos, y consiguieron traer no solo a varios prisioneros, sino un equipo completo de radiotelemetría que nuestros técnicos están analizando.

— ¿Un radiotelémetro?

— Sí, Statthalter, la instalación inglesa resultó ser una estación de detección de aviones por ondas de radio parecida a nuestras Freya. Los condenados ingleses han conseguido tender una cadena de vigilancia que cubre los accesos a su isla.

— Esa ha sido la causa de nuestras pérdidas durante el verano.

— Statthalter, es pronto para decirlo porque aun no hemos podido analizar las capacidades del equipo. Pero mi impresión es que si han conseguido rechazarnos ha sido por eso

— Habrá que destruir esas instalaciones.

— No será tan fácil. Los primeros días atacamos algunos de esos equipos de radiotelemetría, pero están compuestos por antenas metálicas difíciles de destruir y sencillas de reparar. Además tienen equipos móviles.

— Pues será necesario investigar alguna forma de interferirlas.

— Así se hará, Statthalter, pero nos llevará algún tiempo. Podremos intentar cegar a los radiotelémetros de la zona más estrecha del Canal, pero no las de otras partes de la isla, porque están demasiado lejos de nuestras costas.

— ¿Se podrían instalar en aviones?

— No, Statthalter, son equipos demasiado grandes y pesados.

— ¿Y está seguro que todo eso no se puede embarcar en un avión? ¿Tal vez en un dirigible? — Goering apenas había oído hablar de los nuevos radiotelémetros, y sus nuevas obligaciones políticas le mantenían alejado de los desarrollos técnicos.

— He estado hablando con los técnicos de ERMA, y me dicen que es imposible miniaturizar los equipos porque necesitan antenas de gran tamaño.

— Entiendo. Habrá que pensar en alguna otra cosa. Encárguese, por favor. Y sigan planeando nuevas incursiones contra la costa inglesa. Al menos para mantenerlos ocupados. Pero no corra demasiados riesgos.

— A sus órdenes. Pero con una salvedad, el almirante Marschall y el general Von Manstein me han pedido que no efectuemos incursiones en Escocia o en las Shetland, prefieren hacer creer al enemigo que están fuera de nuestro alcance.

— Está bien. Ritter, la incursión ha sido un éxito. Militar y propagandístico. El Reich sabrá mostrar su gratitud.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 05, 2014 2:08 pm

Con diez cañones por banda

4 de Noviembre de 1940

— Capitán Suttcliff, contacto a 150°.

— ¿Puede identificarlo, segundo?

— Parece uno de nuestros cruceros, uno de los Leander. Tal vez el Ajax o el Achilles.

— ¿En medio del Atlántico? ¿está seguro?

— Sí, capitán. Dos torres delante y dos detrás, gran puente de mando, una única chimenea de gran tamaño. Ni italianos ni alemanes tienen nada parecido.

— Bien, será bienvenida cualquier ayuda. Igual los espaguetis se han atrevido a salir al océano después de todo y nos envían ayuda. — La pérdida de Gibraltar significaba que la potente marina italiana podría intentar incursiones en el Atlántico. Por ello el convoy seguía una larga derrota al Oeste de las Azores que les pondría fuera del alcance de los cruceros italianos, barcos diseñados para el Mediterráneo, muy rápidos pero de corta autonomía. Pero nunca se era suficientemente prudente —. Intente ponerse en contacto con el crucero mediante señales ópticas.

— A sus órdenes.

El capitán pensó que era demasiado viejo para tantos sobresaltos. Pero la llamada del pero el deber era ineludible, y por eso al iniciarse la guerra había abandonado su confortable retiro en Bristol y se había presentado en el Almirantazgo. Ahí le encomendaron el Mooltan, un paquebote de la P&O armado como crucero auxiliar. Con sus 21.000 Tn era uno de los cruceros auxiliares más grandes, y sus ocho cañones de 152 mm bastarían contra cualquier corsario enemigo. Desde Noviembre del año anterior el Mooltan había escoltado diez convoyes entre Freetown y Liverpool, sin perder ni un solo barco. Esta vez escoltaba al SLF-52, un convoy de 25 barcos. Otro crucero auxiliar, el Dunnotar Castle, protegía al convoy por la otra banda.

— Capitán, el crucero está respondiendo… espere… nos ordena que nos detengamos.

—¿Detenernos? Pídale la señal secreta.

Siete millas al Sudeste, en el puente de mando del crucero español Canarias. — Capitán, el barco inglés nos pide la señal secreta.

— Envíeles cualquier cosa a ver si ganamos un poco de tiempo. Mientras seguiremos acercándonos. Teniente Bergareche, vamos a virar al Norte poco a poco aumentando la velocidad, para que no lo noten desde el barco inglés. No orientaremos las torres por ahora. Aprovecharemos que el Canarias es de diseño inglés para hacernos pasar por uno de ellos, hasta que no puedan escapar. Pronto vengaremos al Bellver.

El teniente Bergareche observó a su superior con devoción. El capitán Rodríguez González era una leyenda en la Armada Española. Antiguo director de la Escuela de Tiro Naval de Cádiz, al comenzar la guerra civil se había unido a la dotación del novísimo crucero pesado Canarias como director de tiro. El crucero estaba siendo terminado en el Arsenal de El Ferrol, pero faltaban elementos claves que Inglaterra se negaba a suministrar, especialmente los sistemas de dirección de tiro. Bajo la dirección de Rodríguez González se desmontó el equipo de una batería de costa y se adaptó a su nuevo papel. Poco después el Canarias se hizo al mar, encontrándose con el destructor republicano Almirante Ferrándiz cerca de Gibraltar. En ese combate el Canarias batió los récords de distancia: disparando desde 20 km de distancia, centró al destructor republicano con la primera salva, lo alcanzó con la segunda y lo hundió con la tercera. Ese logro bastaría para inscribir al Canarias en la lista de los barcos con mejor puntería de la historia, pero considerando el apaño con el que se había logrado, mostraba la increíble capacidad del capitán español que ahora mandaba el crucero. El capitán de corbeta Flamarique, discípulo aventajado de Rodríguez González, era el nuevo director de tiro.

— Capitán, el convoy está cambiando de curso, y ese paquebote se interpone en nuestra derrota.

— ¿Ha podido identificarlo?

— Creo que sí, podría ser el Mooltan o su gemelo Maloja. Veinte mil toneladas, unos diecisiete nudos. Probablemente haya sido convertido en crucero auxiliar.

— Gracias, teniente. — El capitán de navío meditó sus opciones. Probablemente el convoy se dispersaría en cuanto el crucero español se desenmascarase. Había confiado en su parecido con los cruceros clase Leander le permitiría acercarse más, pero los ingleses no se habían creído el engaño. Además los cruceros auxiliares solían estar armados con cañones de 15 centímetros, que podían atravesar el liviano blindaje del barco español. Sería mejor mantener las distancias y valerse luego de la velocidad para dar caza a los barcos del convoy —. Timonel, aumente a 30 nudos y ponga rumbo a 30°. Capitán Flamarique, — ordenó Rodríguez por el tubo acústico — dispare contra el paquebote inglés en cuanto pueda.

A seis millas, el capitán inglés observaba las evoluciones del crucero. Vio como tomaba un rumbo paralelo al del Mooltan y le apuntaba con las torres.

— ¡Capitán, no es el Ajax! ¡Podría ser el crucero español Canarias! ¡Está disparando!

— Maldita sea. Ahí se acercan nuestras Cruces Victoria. Por lo menos no son alemanes, esos españoles no le darán a un granero a cinco pasos.

Contradiciendo al inglés, el Moltan fue rodeado de surtidores, y una sacudida indicó que no todos los disparos habían fallado.

— Capitán, la sala de calderas número 2 ha sido alcanzada, está siendo evacuada. — Una segunda andanada alcanzó al crucero auxiliar, y fragmentos de metralla barrieron el puente y abatieron al timonel —. Capitán, está sangrando.

Suttcliff se apretó la herida del brazo con la otra mano. — No es nada. Esos malditos españoles han tenido suerte, pero ahora nos toca a nosotros. Abra fuego cuanto antes.

Pero los proyectiles españoles no dieron tregua. Andanada tras andanada fueron alcanzando al desgraciado barco inglés. Las comunicaciones internas se cortaron, y una llamarada mostró que el pañol proel había sido destruido. A popa había incendios en todas las secciones. Aun así dos cañones seguían disparando con puntería local, pero los proyectiles caían lejos del crucero español.

— Capitán Rodríguez González, el paquebote inglés se ha detenido y ya no dispara. Arde en pompa y se está escorando.

— No se confíe, fueron los ingleses los que inventaron los barcos trampa. Timonel, rumbo a 330°. Le pasaremos por la popa y daremos caza al convoy. Mientras seguiremos disparando contra ese crucero auxiliar hasta que se hunda.

El Canarias cambió el curso hacia el convoy. — Capitán, otro barco grande se dirige hacia nosotros. Distancia nueve mil trescientas yardas, demora 355°.

— Ya veo, parece otro crucero auxiliar. Timonel, rumbo a 30°, le cruzaremos la ’T’. Flamarique, dirija las torres de veinte centímetros contra el recién llegado, y siga disparando contra el otro inglés con la batería de doce centímetros.

En pocos minutos el HMS Dunnotar Castle siguió el mismo destino que el Mooltan. Con el Canarias cruzado en su rumbo la puntería era mucho más sencilla, y los proyectiles españoles atravesaban el barco de proa a popa. El barco inglés intentó caer a estribor para responder al fuego, pero el timón no respondía. En pocos minutos no era ninguna amenaza.

— Timonel, vuelva al 330°. Teniente, ordene a los mercantes que se detengan. Capitán Flamarique, dispare contra los que no obedezcan.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 05, 2014 2:09 pm

Vestido de azul

15 de Noviembre de 1940

— Grossadmiral Raeder, espere un momento, el Statthalter le recibirá en cuanto le sea posible.

Otro político más, pensaba Raeder, y con las historias de siempre. El almirante llevaba doce años dirigiendo la Kriegsmarine y había visto pasar a muchos políticos. Lamentaba la muerte de Hitler porque con él había tenido una buena relación y le había permitido expandir la flota a su gusto. Este Goering estaba siendo un metomentodo que se dedicaba a interferir en el funcionamiento de los servicios y que encima le obligaba a hacer antesala. Una humillación.

Raeder suponía que Goering le había llamado para preguntarle por lo de Tarento. Dos noches antes los ingleses habían atacado la base naval italiana y habían hundido un acorazado y averiado otros dos. Dichosos espaguetis, podrían haber sido un poco más precavidos. Desde luego Alemania no podía haberse buscado peores aliados.

La llamada del ayudante de Goering interrumpió sus pensamientos. —Grossadmiral, acompáñeme, por favor.

Raeder entró en el despacho de Goering, y se llevó una desagradable sorpresa al ver que también estaba Schellenberg. Ese advenedizo se estaba convirtiendo en el alma negra del canciller. Bueno, si se le ocurría abrir la boca aprendería que un brigadier no tiene nada que decirle a un almirante.

— Almirante Raeder, tome asiento, por favor. Como supondrá, le he llamado para que me informe sobre lo que ha pasado en Tarento. Ya he recibido un informe completo, pero quisiera conocer su opinión profesional.

La entrevista iba bien, el canciller le llamaba para buscar su consejo. Perfecto. — Statthalter, hace dos noches los ingleses atacaron el puerto de Tarento, que es la base principal de la marina italiana. Para evitar las defensas los ingleses efectuaron la operación de noche. Un portaaviones, creemos que fue el Illustrious, se acercó a la base y lanzó sus aviones. Algunos de ellos llevaban bengalas para iluminar la rada, otros llevaban bombas que apenas causaron daños, pero el resto lanzaron torpedos que alcanzaron a tres acorazados. Los daños fueron muy graves, y los acorazados tuvieron que ser embarrancados para evitar que se hundiesen.

— ¿El portaaviones inglés no fue detectado?

— No, Statthalter, lamentablemente el reconocimiento italiano ha sido muy deficiente. Los sistemas de alerta sí que detectaron la aproximación de los torpederos ingleses, pero de noche les fue imposible hacer nada contra ellos.

— ¿Y como queda el escenario naval?

— Regular. Los italianos se han quedado sin la mitad de su fuerza de acorazados, y tardarán muchos meses, tal vez más de un año, en restaurarla. Durante ese tiempo la flota británica de Alejandría, con tres acorazados viejos pero potentes y dos portaaviones, dispondrá de superioridad.

Goering parecía algo disgustado. — Una pena, también porque esa acción británica va a hacer olvidar el triunfo que lograron los españoles sobre un convoy. Almirante ¿no había sistemas antitorpedos?

— Sí, los italianos habían colocado redes, pero los ingleses usaron torpedos de espoleta magnética que pasaron por debajo de las redes. Recordará que nosotros estamos minando las costas inglesas con minas con el mismo tipo de espoleta.

— Nosotros ¿Se refiere a mi Luftwaffe? — Goering hizo énfasis en ello. Raeder vio que había cometido un error, Goering era muy celoso respecto del control de sus avioncitos.

— Disculpe mi desliz, Statthalter, desde luego que es la Luftwaffe la que está minando los puertos ingleses.

— Almirante, otra cuestión. Si el ataque hubiese sido en Kiel ¿Qué hubiese pasado?

Vaya. Goering debía tener información. Seguramente ese malnacido de Marschall había estado hablando con él. En cuanto pudiese lo iba a enviar a dragar minas en Noruega. — Excelencia, si el ataque hubiese sido en Kiel hubiese pasado algo parecido. Estamos tomando medidas para evitarlo, pero poner redes antitorpedos más profundas es muy engorroso. De todas formas Kiel está mucho mejor defendido que Tarento. Los ingleses no pueden acercarse con un portaaviones sin que nosotros lo hundamos.

— ¿Sin que nosotros lo hundamos? ¿Cómo? ¿Está hablando otra vez de mi Luftwaffe?

— Lo siento, Excelencia, quería decir sin que la Luftwaffe lo hundiese. — Raeder empezó a preocuparse, Goering estaba muy susceptible.

— Otra cuestión, almirante. — Goering parecía cada vez más serio —. Recuerdo como hace unos meses usted explicó al Führer que Alemania no necesitaba portaaviones ¿Sigue creyéndolo?

— Statthalter, la Kriegsmarine ya les ha hundido tres portaaviones a los ingleses y les ha averiado otros dos. Esos barcos no tienen nada que hacer ante un acorazado moderno.

Schellenberg toma la palabra. — Disculpe mi intromisión, Almirante. Pero los informes sobre el hundimiento del Ark Royal o del Furious son incorrectos, hemos comprobado que siguen a flote y operando. Y parece que los italianos tampoco consiguieron dañar al Eagle.

Raeder se estaba enfadando ¿Qué sabría ese general advenedizo sobre operaciones navales? Pero no iba a discutir con él —. General de Brigada, no discuto su valor como espía — Raeder hizo hincapié en la despectiva palabra — pero usted no tiene experiencia sobre operaciones navales.

Es ahora Goering quien habla — Almirante, he confirmado lo que nos dice el general y es correcto. Pero mejor dejemos el asunto. Otra cuestión ¿Los italianos no supieron lo que preparaban los ingleses?

— Parece que el ataque les ha pillado completamente por sorpresa.

Vuelve a intervenir Schellenberg. — Almirante, el Abwher le informó sobre la llegada del Illustrious a Alejandría, y sobre las maniobras que estaban haciendo con sus aviones torpederos. Recordará que a finales de Julio los aviones ingleses ya hundieron algunos barcos italianos en sus puertos.

A Raeder le molestaban cada vez más las interrupciones del general. — Brigadier, desearía que no me interrumpiese.

Schellenberg ignoró la advertencia —. Almirante ¿Se trasladó el informe al agregado naval italiano, tal como se le sugirió?

Raeder explotó — Brigadier, usted no puede cuestionar la actuación de un superior.

— ¡Almirante Raeder! — responde Goering — ¡Usted no puede hacer callar a nadie en mi presencia! Responda a la cuestión del general, por favor ¿Informó o no a los italianos?

Conciliadoramente Raeder responde — No estoy seguro, tendría que consultar con mis subordinados.

Goering mostró su sorpresa — ¿No se encargó usted personalmente? Las actividades inglesas en el Mediterráneo deben parecerle una minucia. Bueno, otro asunto, lo del crucero español. Un gran éxito ¿no le parece?

— Tampoco es para tanto, Statthalter, solo faltaría que un crucero pesado no pueda hundir a un par de mercantes artillados y a unos cuantos cascarones viejos.

— Si es tan fácil ¿Por qué no lo hace nuestra marina? Tenemos cruceros como ese ¿No?

— Como ese no, mucho mejores. Pero están bloqueados en puerto, es difícil superar el bloqueo inglés.

— Disculpe, Almirante, pero recuerdo que en su día nos dijo que tras tomar Noruega el bloqueo inglés sería imposible ¿Por qué no envía su flota a Noruega?

Ya no solo era Schellenberg, es que Goering también se metía donde no le llamaban. El canciller había sido piloto de caza pero no sabía ni si el mar era salado. — Statthalter, no es tan fácil trasladar una flota como una escuadrilla de cazas. Si llevase la flota ahora a Noruega estaría indefensa ante ataques como el de Tarento.

Schellenberg vuelve a hablar —. Ante ataques con portaaviones.

Raeder le fulmina con la mirada, pero antes de responder Goering dice con voz afable — Almirante, parece que los portaaviones podrían tener alguna utilidad ¿Cómo es que aun no tenemos ninguno? ¿Tanto cuesta construirlos?

— Excelencia, empezamos las obras del primero en 1936, y supongo que sabrá que construir un barco es más laborioso que fabricar un avión.

— Almirante, disculpe un momento, le he pedido al general que estudie la cuestión. Escuchemos su informe.

Raeder responde — Statthalter, perdone que sea franco, pero el brigadier Schellenberg piensa que por bañarse un par de veces en la playa ya sabe mandar una flota. La Kriegsmarine está finalizando su primer portaaviones. — Raeder tomó nota mental de ordenar reanudar las obras del Graf Zeppelin cuanto antes.

— Almirante, no interrumpa. General Schellenberg, por favor.

— Statthalter, el Almirante Raeder ha dirigido al Kriegsmarine desde 1928, y ha decidido las construcciones que consideraba necesarias. Se ha centrado sobre todo en buques de superficie, en la actualidad tenemos dos acorazados, otros dos están casi finalizados, y otros dos están en obras que se han detenido con el comienzo de la guerra. También se está construyendo una serie de cinco cruceros pesados, pero uno se perdió en Noruega, otro está casi acabado pero las obras están detenidas, y otro más lo ha vendido a los rusos. La Kriegsmarine no ha empezado su primer portaaviones hasta el 36, y ha iniciado las obras en el segundo en el 38. Pero los trabajos en el primero están detenidos, y el Grossadmiral ordenó que el segundo fuese desguazado. Es decir, parece que el Grossadmiral no aprecia los portaaviones.

— Excelencia, lo que dice ese brigadier es una falacia. Las obras en esos barcos se detuvieron porque no había suficiente acero. No tengo que aguantar esto de gente que no sabe ni de que color es el mar.

— Almirante, conténgase y deje acabar al general.

— Excelencia, habla de portaaviones como si fuese construir yates. Son barcos complejos y difíciles de…

— ¡Almirante, no quisiera llamarle la atención otra vez! Siga, general.

— Precisamente iba a hablar sobre eso. El portaaviones Graf Zeppelin lleva cuatro años de obras porque se está construyendo con un diseño experimental. Aunque Japón invitó a una comisión alemana a que estudiase sus métodos y visitase sus barcos, y nos ofreció los planos de sus últimos portaaviones, los enviados de la Kriegsmarine actuaron como turistas prepotentes y no hicieron ningún caso de lo que veían. Ahora el Graf Zeppelin tiene problemas de desarrollo muy serios, y no se sabe siquiera si podrá operar con los aviones que usted ordenó desarrollar.

—Sí — asiente Goering — recuerdo que la marina no nos informó de las características de sus portaaviones, y hubo que desarrollar los aviones a ojo. Siga, por favor.

— Además la Kriegsmarine ha ignorado la guerra aeronaval, hasta tal punto que Alemania no dispone de torpedos aéreos, y hemos tenido que comprar la patente a los italianos.

Raeder está furioso — Statthalter, no acepto que un advenedizo me lance esa serie de medias verdades y de mentiras. Me parece ofensivo que me haya preparado esta encerrona, un niñato que ha chapoteado en una bañera y se permite darme lecciones. Esto es inadmisible y no voy a aguantarlo más.

Goering sonríe como el gato que ha atrapado a un ratón. — Entiendo su postura, Almirante. Estoy muy agradecido por sus servicios y lamentaré tener que aceptar su dimisión.

Raeder vio por fin que todo había sido una trampa para que dimitiese y no tener que cesarlo — Statthalter, si desea disponer de mi puesto tendrá que cesarme e informas al Reichstag.

— Como desee, Almirante. Estaba dispuesto a ofrecerle el mando de la Reserva Naval , o si lo prefiere, una sustanciosa gratificación por el retiro. Pero si desea que sea por las malas…

Raeder vio que estaba atrapado — Statthalter, tendrá mi carta de dimisión en su mesa mañana mismo.

— Gracias, Almirante. Lamentaré su marcha ¿Cuál de sus subordinados cree mejor preparado para ocupar su puesto?

Raeder no tuvo ni que pensarlo. Odiaba con toda su alma a Doenitz y a Marschall, que estaban consiguiendo el apoyo de los políticos a sus espaldas. — Excelencia, el almirante Rolf Carls es el mejor preparado para dirigir la Kriegsmarine hasta la victoria.

—Gracias, Almirante — Goering cierra una carpeta mostrando que la entrevista había finalizado —. Espero la carta que me ha prometido. Cuanto antes.
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