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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 1:02 am

Listos…

Caimanes


7 de Mayo de 1941

El tenente Adelfo Romani se sentía muy lejos de su Lombardía natal. El terreno llano y pantanoso le podría recordar a los canales que recorrían los campos de cultivo de Capergagnica, el pueblecito cercano a Milán donde había vivido su infancia. Pero el ocre del terreno o la silueta de las escasas palmeras anulaban cualquier ilusión que pudiese tener.

Aunque un canal es un canal, y las aguas de Suez no era tan frías como las de los ríos lombardos. El teniente se arrastró por el suelo arenoso, aprovechando las sombras que la luna proyectaba en el terreno: en las cercanías del Canal era mejor pasar desapercibido, porque el movimiento atraía la artillería. Como para confirmarlo, vio unos fogonazos hacia el Norte ¿serían esta vez cañones italianos, alemanes o ingleses los que intentaban atrapar a algún pobre desgraciado?

Era mejor no distraerse. Romani siguió arrastrándose hasta llegar al talud de la orilla Oeste del Canal. Ahí extremó las precauciones, sabiendo que unos ojos podían estar observándolo desde el otro lado. Siguió la ruta marcada con pequeñas tiras de papel que evitaba las minas que defendían la orilla, y se introdujo en las cálidas y saladas aguas del Canal. Cuando llegó a una profundidad en la que se podía mantener cómodamente de pie asomando apenas la nariz y los ojos, esperó al resto de los hombres de su pelotón, que fueron llegando uno a uno, arrastrándose por las huellas que había dejado el teniente. En los Caimanes de Suez los oficiales no iban detrás, sino que eran los que daban el ejemplo. Los Caimanes de Suez querían heredar el glorioso nombre que sus padres se habían ganado en el Piave, aunque para ello tuviese que sacrificarse algún joven teniente.

Una vez todos en el agua, los once hombres hincharon dos pequeños flotadores en los que colocaron su equipo, envuelto en telas impermeables, y empezaron a nadar hacia el otro lado. En ese punto tenía casi 300 m de anchura, y el descenso de la marea en el cercano Mar Rojo causaba una corriente suave pero perceptible y que aumentaba aun más el recorrido. Además tenían que nadar sigilosamente, por lo que les llevó casi treinta minutos cruzarlo. Una vez cerca de la orilla, los soldados se desplegaron y se acercaron tomando máximas precauciones. Al llegar a tierra empezaron a explorar el terreno con largas varillas intentando encontrar minas. Si encontraban alguna la marcaban con una cintilla de tela de color oscuro y seguían: su misión solo era explorar.

El cabo Monaldo se acercó al teniente y señaló hacia su derecha. Romani ordenó con un gesto a sus hombres que permaneciesen a cubierto, y se deslizó hacia donde Monaldo señalaba. Romani superó con gran precaución el talud e intentó ver lo que había alertado a Monaldo, pero la tenue luz de la luna no revelaba nada. El teniente se arrastró poco a poco, y notó que la tierra estaba removida. Imaginándose lo peor, miró con cuidado a su alrededor, hasta descubrir el brillo de un cable disparador a unos palmos de donde estaba. Romani avanzó aun más lentamente, explorando el terreno con su varilla. Encontró dos minas que tuvo que rodear, hasta encontrar un paso. Siguió por él, pero estuvo a punto de caer en un foso antitanque que los ingleses habían cavado y cubierto de lonas para ocultarlo. Una tos un poco a su izquierda le permitió descubrir la posición inglesa. Sacó sus prismáticos, y logró distinguir un blocao, con troneras por las que asomaba la boca de un cañón antitanque. Seguro que también había ametralladoras.

Romani volvió poco a poco por donde había venido hasta reunirse de nuevo con sus hombres. El sargento Fanucci señaló hacia el Sur, donde había encontrado otro puesto enemigo. Romani marcó en su mapa la situación de los dos fortines británicos, y dio órdenes a sus soldados de retirarse, limpiando todos los rastros.
Última edición por Domper el Sab Abr 19, 2014 1:08 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 1:02 am

Rosetta

8 de Mayo de 1941

Grandes columnas de humo se elevaban desde Rashid. Pero esta vez el humo no procedía de la torturada población, que la semana anterior había pagado muy caro su privilegiada situación en la desembocadura del brazo occidental del Nilo, sino de los restos de varios aviones.

Los éxitos del almirante Cattaneo en el Egeo habían servido de acicate a los otros mandos italianos. Todos querían conseguir un triunfo sobre los ingleses que llevase su nombre a los libros de historia… y a lo más alto del escalafón. Pero los recursos disponibles eran limitados y los barcos de la flota italiana habían tenido que volver a sus bases. Solo un escuadrón de cruceros había sido destacado al puerto español de Cádiz, desde dond e se preparaba para irrumpir en el Atlántico. Había pocas oportunidades de gloria, y por eso iba a ser uno de los departamentos navales más humildes el que consiguiese el siguiente gran éxito.

Tras la victoria de Egipto los soldados del Pacto habían entrado en Alejandría el 27 de Febrero, para encontrarse con un panorama desolador. Los ingleses al retirarse habían destruido todo lo que no podían llevar. En el puerto los cascos del acorazado Lorraine y del crucero pesado Suffren, barcos franceses hundidos en el ataque británico del 5 de Agosto, recuperados posteriormente por los ingleses, habían sido remolcados a la bocana del puerto y hundidos. Las grúas habían sido voladas cayendo sus restos en las dársenas, y los almacenes y los depósitos de combustible ardían como teas. En el dique seco dañado por las lanchas explosivas italianas el casco del portaaviones Eagle estaba partido en dos tras ser dinamitado. Más diabólicamente, el puerto estaba sembrado de trampas explosivas. Decenas de minas de contacto y magnéticas habían sido sembradas en sus aguas, y los muelles estaban llenos de cargas explosivas, proyectiles y bombas de aviación unidos a cables disparadores, detonadores que se activaban con las pisadas, temporizadores, etcétera. Hasta en las alcantarillas se habían encontrado con minas escondidas. Tras perder una decenas de ingenieros militares el contraalmirante Bruto Brivonesi, al mando del departamento naval de Libia, tomó una decisión salomónica: iba a renunciar a limpiar el puerto.

Como preparación de la operación Morgenstern se había trasladado al Mediterráneo buena parte de las lanchas que los alemanes habían estado concentrando en el Canal de la Mancha. Pero el traslado de esas unidades había resultado mucho más lento de lo esperado. El mal tiempo había dificultado su traslado hasta el Sena, y el tránsito por la red de canales franceses resultó especialmente difícil al encontrarse todo tipo de sabotajes. Luego el plácido Mediterráneo había resultado un mar muy tormentoso, por lo que las pesadas embarcaciones, conversiones de barcazas diseñadas para navegar por los ríos europeos, habían tenido que pasar de puerto a puerto para aprovechar las pocas rachas de buen tiempo. El resultado es que estas embarcaciones no empezaron a llegar a Libia hasta mediados de Febrero, cuando Rommel había conseguido romper las líneas británicas y avanzaba rápidamente hacia el Nilo.

El Almirante Brivonesi dirigía el departamento naval de Libia, la hermanita pobre de la marina italiana. Sin medios para mantener adecuadamente buques mayores, y estando demasiado cerca de las principales bases en el Sur de Italia, Supermarina le había retirado todos los buques modernos, y disponía de solo media docena de destructores y torpederos a cual más viejo y pequeño. Sus únicos buques modernos, sus submarinos costeros, habían sido enviados al Dodecaneso para bloquear el puerto de Haifa. Como si fuera poco, empezó a llegar a Trípoli y Bengasi una colección de cascarones que nadie quería: barcazas oxidadas cuyas escotillas estaban a punto de romperse tras el embate de las olas, transbordadores de fondo plano que bailaban como peonzas ante la más mínima marejada, remolcadores de puerto que consumían montañas de un carbón que en Libia no había. Su Estado Mayor le aconsejó quitarse el muerto de encima y enviar a esos buques de vuelta. Pero el almirante tomó la decisión que le llevaría, años después, a comandar las fuerzas anfibias del Pacto de Aquisgrán.

Brivonesi ordenó que las lanchas de asalto fuesen reparadas en la medida de lo posible a medida que fuesen llegando, e iniciasen ejercicios conjuntos con los destructores italianos. Cuando e capitán Eggers, un marino de Bremen con veinte años de servicio en buques mercantes intentó protestar unas órdenes que consideraba inútiles, se encontró con que era desembarcado a la fuerza de su buque y embarcado en el primer barco con destino a Nápoles. Más aun se sorprendió Eggers cuando en Nápoles el contraalmirante Weichold, enlace entre la Kriegsmarine y Supermarina, confirmó la orden de Brivonesi y degradó a Eggers, enviándolo de vuelta a su casa con las orejas gachas. El resto de los alemanes entendieron la indirecta, y se aprestaron a trabajar para superar a los italianos. Brivonesi, pensando que Trípoli estaba demasiado lejos de los puntos más calientes, ordenó también que su colección de antiguallas se moviese a Bengasi y Tobruk.

Así ocurrió que cuando Von Manstein planteó a Supermarina la necesidad de limpiar Alejandría cuanto antes, Brivonesi señaló que limpiar el puerto llevaría varios meses, y mientras sería preciso seguir usando los puertos de Bengasi, Tobruk y Bardia, usando luego miles de camiones para llevar las cargas hasta Egipto. El contraalmirante propuso dirigir todo el tráfico marítimo a la bahía de Abukir, cercana a Alejandría, a donde trasladaría sus buques anfibios. Apenas una semana después la motonave Rina Corrado anclaba frente a Rashid, la antigua Rosetta. Su carga fue trasladada con alguna dificultad a un grupo de barcazas, que luego atravesaron la boca de Rosetta del Nilo y se dirigieron hacia El Cairo, donde descargaron. En poco tiempo el Panzergruppe Afrika empezó a recibir una montaña de suministros. Las pilas de proyectiles y los barriles de gasolina empezaron a llenar los alrededores de El Cairo en tal cantidad que Von Manstein empezó a pensar que su proyectada ofensiva podría ser más ambiciosa.

Los ingleses, lógicamente, intentaron interrumpir las operaciones italianas. Pero sus fuerzas navales se reducían a cinco destructores, que eran imprescindibles para mantener las comunicaciones con Chipre y Creta. La bahía de Abukir era poco profunda por lo que los submarinos no podían actuar, por lo que solo pudieron enviarse unos pocos buques ligeros. Pero el 19 de Abril los cruceros Bande Nere y Barbiano hundieron a los cañoneros Auckland, Crickett y Ladybird cerca de Jaffa, lo que acabó con los intentos de la Royal Navy. Fue pues labor de la RAF acabar con las operaciones italianas.

Los primeros días de Mayo los ataques combinados de los Wellington de la RAF y los Swordfish de la Fleet Air Arm, operando desde El Arish, consiguieron importantes éxitos al hundir dos cargueros y a seis barcazas. Pero el 8 de Mayo una formación de cinco cazas sudafricanos Tomahawk que escoltaban a seis torpederos Swordfish fue atacada por dos solitarios Bf-109, mientras un grupo de biplanos CR-42 atacaba a los torpederos. Los sudafricanos, a pesar de su superioridad numérica, se encontraron luchando por sus vidas, mientras los biplanos CR-42 derribaban uno tras otro a cinco Swordfish.

Ese día uno de los pilotos alemanes, Hans-Joachim Marseille, consiguió su décimo derribo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 1:03 am

Martillo

9 de Mayo de 1941

Las sirenas gimieron alertando de un ataque aéreo. Las dotaciones de los cañones antiaéreos de los barcos amarrados en la bahía corrieron a sus puestos y prepararon la munición. Dos destructores empezaron a zigzaguear entre los mercantes amarrados. En tierra, los estibadores se situaron a cubierto, mientras los artilleros levantaban sus grandes cañones antiaéreos.

Tras el desastre de Egipto el puerto de Aqaba se había convertido en la principal vía de llegada de suministros al Mediterráneo, y por tanto había atraído la indeseada atención del Pacto de Aquisgrán. Las primeras semanas solo se produjeron incursiones ocasionales de los bombarderos italianos, pero quince días antes los aviones alemanes habían lanzado una gran ofensiva. Día y noche oleadas de bombarderos lanzaban sus letales cargas sobre la ciudad y el puerto. Los cazas se habían cobrado su peaje, y los alrededores de la ciudad estaban adornados por los restos de los aviones derribados. Los letales cañones antiaéreos de 3,7 pulgadas habían obligado a los bombarderos a lanzar su carga dese mayor altura, lo que había empeorado su ya de por sí mala puntería. Los ataques solo habían hundido hasta ahora a dos cargueros y dañado a otros tres, pero las bombas desviadas habían arrasado la ciudad. La población había escapado hacia el desierto, y los estibadores árabes se negaron a volver. Finalmente se tuvo que ordenar a los soldados que llegaban al atestado puerto que actuasen como estibadores.

Poco a poco los aviones del Pacto habían cambiado sus tácticas. En lugar de enviar nutridas formaciones mal defendidas, enviaban cada vez con mayor frecuencia pequeños grupos de aviones con gran escolta, intentando atraer a los cazas de la RAF a combatir con los letales Bf-109, que estaban mostrando su gran superioridad frente a los Hurricane y Tomahawk. También era frecuente que los aviones enemigos sobrevolasen el Sinaí para escapar en cuanto despegaban los cazas, o que enviasen formaciones de cazas bimotores Bf-110 simulando ser bombarderos pesados, para atraer a los aviones británicos a emboscadas.

El efecto de las alarmas repetidas y de los bombardeos estaba afectando a la capacidad del puerto, que nunca había sido grande. Solo quedaba una grúa en servicio, y el resto de la carga tenía que ser descargado por las plumas de los barcos. Las operaciones tenían que ser interrumpidas una y otra vez, ya que los italianos, al ver que sus bombas eran muy poco precisas, lanzaban ahora una especie de bombetas antipersonal de las que parecían tener un suministro ilimitado. Esas bombetas causaban mínimos daños sobre los barcos o las instalaciones, pero eran letales para el personal al descubierto. Como consecuencia el desembarco de la 1ª División Sudafricana se estaba eternizando. Los hombres habían descendido enseguida y habían acampado lejos de la ciudad, pero seguía en los barcos la mayor parte de su material y de sus municiones.

Además tras dos semanas los cazas de defensa habían tenido que pagar un sangriento tributo. La mayor parte estaban agujereados como coladores, y tenían que ser parcheados a toda prisa para enviarlos al combate a la mañana siguiente. Los pilotos, agotados, cometían errores absurdos y se estrellaban o se dejaban derribar por los cazas alemanes. Las dotaciones de tierra estaban pasando su propio calvario pues sus aeródromos también recibían ataques continuos, hasta tal punto que había sido preciso evacuar la base aérea situada junto a la ciudad.

Hoy parecía ser un nuevo día de ataques. La gran cantidad de bajas había obligado a enviar a una escuadrilla de obsoletos Curtiss 75 Mohawk, hasta entonces de guarnición en la India. Los aviones se elevaban poco a poco, intentando ganar la altura suficiente que les diese ventaja en el combate. El líder hizo oscilar su avión y señaló al frente, mostrando un montón de puntitos: esta vez el Pacto iba a lanzar un gran ataque. Los aviones adoptaron la formación entonces por en boga en la RAF: una V algo más amplia que la que se usaba al principio de la guerra, más un piloto de reserva zigzagueando en la retaguardia vigilando la llegada de aviones enemigos. Por desgracia esa táctica era muy peligrosa para el piloto de reserva: de repente aparecieron dos cazas de morro afilado. El Mohawk de reserva empezó a echar humo y a perder altura. Sus compañeros se dispersaron, y cuando uno intentó atacar al Messerschmitt alemán, su punto se situó a la espalda del inglés y lo derribó. Finalmente los Curtiss tuvieron que adoptar un círculo defensivo, pero eso dejaba paso libre a los bombarderos.

Los cañones de 94 mm acababan de empezar a disparar cuando vieron que la formación se disgregaba y varios aviones se dirigían hacia ellos. Los artilleros abandonaron sus cañones para intentar ponerse a cubierto, cuando se vio una de las siluetas más temidas en Oriente Medio: bombarderos en picado Stuka, que no fueron advertidos hasta que iniciaron sus ataques. En cinco minutos tres cargueros fueron alcanzados. Dos de ellos empezaron a arder y un tercero, amarrado al muelle, pareció no haber sufrido daños. Sin embargo la dotación escapó del barco corriendo. Segundos después una llamarada de color marrón escapó por una escotilla, e inmediatamente después estalló, regando de restos ardientes el muelle. Otro barco en el muelle, alcanzado por los restos, empezó a arder como una tea.

Los artilleros de los barcos seguían mirando a lo alto vigilando la aparición de nuevos Stuka, por lo que solo detectaron el nuevo ataque cuando era tarde: una docena de trimotores italianos llegaron volando a ras de agua y lanzaron sus torpedos contra los barcos amarrados. El destructor Greyhound fue tocado por uno que le voló la proa, y otro alcanzó al carguero Clan Campbell que se partió por la mitad.

El siguiente turno fue para bombarderos bimotores Ju-88, que atacaron también en picado alcanzando al destructor Lively, que pudo mantenerse a flote y al carguero Rowanan Castle, que tuvo que ser embarrancado.

Finalmente el comodoro del puerto se dio por vencido, y ordenó que todos los buques presentes en el golfo de Aqaba volviesen a Port Sudan, donde esperarían hasta que la RAF pudiese defender el puerto. Palestina, a efectos prácticos, había quedado aislada.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 1:04 am

Edén

9 de Mayo de 1941

El Messerschmitt Bf 110 D-3 del Oberleutnant Martin Drewes siguió al coche que intentaba guiarle entre al nube de polvo que habían levantado los Heinkel He 111. Por fin llegó a la cabecera de pista, donde aceleró sus motores. Tras tomar velocidad el caza bimotor despegó y empezó a tomar altura. Tras él se elevaron siete Bf-110 más. Los cazas bimotores ganaron altura poco a poco y, tras sobrevolar Bagdad, se unieron a los bombarderos Heinkel 11 y Dornier 217 que se dirigían hacia la base británica de Habbaniya.

Drewes esperaba que la oposición aérea fuese escasa: hasta ahora los iraquíes solo habían sido atacados por aviones biplanos ligeros o por bombarderos procedentes del Sur. Por eso decidió correr un riesgo e intentar destruir en tierra a la mayor parte de los aviones ingleses. Drewes se adelantó a la formación con cuatro Bf-110 y cuatro Do-217. Estos últimos pertenecían a una serie modificada.

El piloto aceleró sus motores e inició un picado suave, manteniendo el sol a su espalda para evitar ser visto por los vigías. Pronto vio el río Eufrates y, un poco más allá, las columnas de humo que señalaban el lugar donde los ingleses habían derrotado a los sitiadores iraquíes. Durante una semana los vetustos aviones e Habbaniya habían bombardeado impunemente a los defensores iraquíes, pero esta vez iban a encontrarse con soldados de verdad.

Drewes vio la base y, al acercarse, divisó un avión que corría por la pista. Enfiló el Bf 110 y empezó a disparar. El avión, un bonito bimotor de morro apuntado, empezó a echar humo y capotó. Drewes enfiló hacia la explanada donde se estaban aparcados varios aviones. Apuntó a un biplano de gran tamaño y de aspecto extraño, una especie de puro con alas, y disparó, viendo como el avión se incendiaba. Tiró de la palanca y el pesado Messerschmitt comenzó a elevarse. El teniente pensó que no había visto que se le disparase desde tierra, por lo que ordenó a Scheel, su piloto de acompañamiento, que le siguiese, mientras efectuaba una segunda pasada. Esta vez tomó como objetivo un bimotor aparcado junto al biplano que ardía, al que lanzó una larga ráfaga sin efecto aparente.

Segundos después los Do 217 sobrevolaron el aeródromo y lanzaron contenedores, que tras el lanzamiento se abrieron dejando caer unas pequeñas bombetas, que estallaron entre los aviones aparcados como petardos de feria. Se trataba de bombas de racimo SD-2, que la Luftwaffe usaba contra un aeródromo por primera vez en la guerra.

Drewes se preparaba para una nueva pasada, cuando su ametrallador le advirtió y empezó a disparar. El teniente aceleró sus motores y efectuó un viraje suave que permitiese a su ametrallador apuntar al intruso. Por el retrovisor advirtió que se trataba de un caza biplano, probablemente un Gloster Gladiator, que en seguida tuvo que escapar del ataque de Scheel. Los dos cazas alemanes tomaron altura y vigilaron la presencia de otros cazas ingleses, sin apreciar nada. Mientras tanto las bombas de los He 111 empezaban a caer sobre las pistas.

Los cazas alemanes sobrevolaron el aeródromo hasta que los Heinkel se retiraron, y luego se dirigieron hacia la meseta situada inmediatamente al sur de la base desde la que se levantaban columnas de humo. Entre ellas el piloto alemán vio una nube de polvo, y se lanzó en picado hacia ella, descubriendo un viejo coche blindado inglés que se detuvo tras recibir una ráfaga. Luego viró hacia el Este, para volver a la base de Rashid.

Tras aterrizar con su avión, el teniente urgió a la dotación de tierra para que rearmasen y repostasen el avión cuanto antes, ante el riesgo de un ataque aéreo inglés. Apenas lo había dicho, cuando oyeron motores. Drewes vio como dos Hurricanes ametrallaban un Savoia Marchetti SM.79 situado al otro lado del aeródromo. Dos Bf-110 despegaron en su persecución pero sin conseguir darles caza. Esa misma tarde Drewes tuvo que correr otra vez al refugio, al ser atacado el aeródromo por cuatro Bristol Blenheim, que destruyeron un Junkers Ju 52, siendo derribados dos de los atacantes.

Drewes pensó que iban a ser días muy intensos.

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Cientos de kilómetros al Oeste otro grupo de Bf-110 iba a realizar su primer ataque. Tras despegar de la base aérea de Palmira, situada en el centro de Siria, un grupo de siete Bf 110 D-3 se dirigieron hacia el Sur, hacia la carretera que seguía el oleoducto Mosul – Haifa. Su misión era impedir que la guarnición británica en Palestina atacase a los insurgentes iraqués. A su mando estaba el capitán Herbert Schob, un oficial veterano de la Legión Kondor, en cuyas filas había conseguido cinco derribos. Sobrevolaron la estación de bombeo H4, en manos de los rebeldes iraquíes, y se dirigieron hacia el Oeste. Minutos después vieron una larga columna de vehículos. Aprovechando el sol en la espalda el capitán Shob también consiguió sorprender a los ingleses, y tras lanzar sus dos bombas de 250 kg pudo ametrallar la columna a placer. Desde el aire pudo ver como los soldados abandonaban sus camiones y escapaban.

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Los tres Savoia Marchetti SM.82 aterrizaron en el aeropuerto de Asmara tras un vuelo de siete horas desde Asiut, y se detuvieron entre vítores de los asediados soldados italianos. Tras la conquista del norte de Egipto por el Pacto la ofensiva británica se había detenido, justo cuando los defensores de Keren terminaban sus últimos proyectiles de artillería. El frente se había mantenido en calma, pero los defensores italianos sabían que si los británicos reiniciaban su ataque apenas tendrían con lo que responder.

La captura de parte del valle del Nilo había permitido a los italianos establecer una base aérea mucho más cercana a Eritrea, lo que permitái transportar cargas mayores y con más seguridad. Desde Asiut los SM.75 y SM.82 podrían a volar diariamente a Asmara. Esta primera misión llevó una carga que los italianos de Keren ansiaban más incluso que el agua: 600 proyectiles de 75 mm.

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Por cuarto día tres SM.79 sobrevolaron el oasis lanzando “Spezzone”, pequeñas bombetas de un kilo de peso que se extendieron sorbe el aeródromo. Seguidamente la batería de 75 mm comenzó a disparar. Sobre el fortín de Kufra se formó una nube de polvo, pero los ingleses no respondían al fuego. Finalmente un extrañado mayor Boetto envió una patrulla para investigar, que regresó con una noticia inesperada: los ingleses se habían retirado por la noche. Los ingleses habían sido expulsados por fin del territorio libio.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 1:04 am

Alarma

10 de Mayo de 1941

El General Schellenberg estaba tan extrañado por la urgencia con la que Speer le había pedido una cita que accedió a la petición y lo recibió esa misma tarde. Speer, el antiguo arquitecto favorito de Hitler, había ascendido en el Ministerio de Industria gracias al apoyo de Schellenberg, pero Todt era renuente a cederle responsabilidades.

El arquitecto entró en el despacho y saludó al general — Discúlpeme, general Schellenberg, por la urgencia de mi petición.

— Me ha extrañado, porque sé que usted conoce el momento crítico que está viviendo Alemania. Nos encontramos a un paso de la victoria y entenderá que eso me deja muy poco tiempo libre.

— De eso precisamente quería hablarle. Porque creo que ese paso puede ser bastante más largo de lo que creíamos. Mire, como sé que está muy ocupado no le entretendré. Como usted sabe, al ministro Todt no le ha agradado que se me encomendase el departamento del petróleo.

Schellenberg asintió. La posición de Todt en el gabinete era cada vez más delicada, pero el ministro en lugar de acceder a los deseos de Goering se obstinaba en mantener el control de su propia parcela. Era una lástima que marginase a Speer porque se estaba revelando como un excelente organizador.

— El ministro — sigue Speer — no se atreve a destituirme, sabiendo que cuento con el apoyo del Statthalter, pero lo que ha hecho es quitarle todo el significado a mi cargo, repartiendo las responsabilidades de mi departamento en otros como el de Comercio Exterior o el de Minería.

— Mire, Speer, entiendo sus quejas pero no tengo ahora tiempo para ellas. — dice Schellenberg.

— No venía a presentar ninguna queja. Lo que quería decir es que al retirarme responsabilidades el ministro me ha dado mucho tiempo libre. Supongo que Todt desea que me aburra y dimita, pero he preferido dedicar mi tiempo al servicio de Alemania. Por lo que me he dedicado a lo que mejor sé hacer: he estado revisando el rendimiento de nuestra industria en comparación con la de nuestro enemigo. Creo que el Statthalter debe conocer estas cifras, y usted tiene acceso a su persona. Mire:

Speer presenta al Schellenberg una tabla llena de números. Schellenberg la revisa y se extraña.

— No entiendo lo que pone aquí. Dice “producción aeronáutica, 50.000 aviones anuales”. Aquí “Tanques, 20.000 anuales”. Usted sabe que esas cifras no son reales. El año pasado fabricamos algo así como 7.000 aviones y 2.000 tanques…

— 10.800 aviones y 1.800 tanques, más exactamente.

— Usted mismo lo dice, Speer — dice el general —. Estas cifras no son reales. Aunque pusiésemos a trabajar todas las fábricas día y noche dudo que pudiésemos fabricar siquiera 25.000 aviones al año.

— Creo que sí sería posible, general. Pero es que lo que le estoy enseñando no son las cifras de producción alemanas, sino lo que el presidente Roosevelt ha pedido a su industria para el año que viene.

— Espere un momento, Speer ¿Dice que Roosevelt ha pedido 50.000 aviones? ¿Tiene pruebas de eso?

— No hacen falta pruebas — dice Speer —. Me ha bastado con leer la prensa norteamericana. 50.000 aviones es lo que Roosevelt ha pedido a su Congreso. Cincuenta mil. Cinco veces más que lo que fabricamos el año pasado. Pero mire, que no acaba ahí la cosa. Tengo las estimaciones de producción aeronáutica para este año de Inglaterra y la URSS: los ingleses, unos 10.000 aviones cada una. En total, 70.000 aviones al año. Porque ¿Para qué cree que Estados Unidos y Rusia necesitan tantos aviones? ¿Para defenderse de Canadá? ¿Para invadir Mongolia? No, los quieren para aplastarnos.

Schellenberg se quedó en silencio. Von Papen creía que Estados Unidos estaba preparándose para la guerra, pero Schellenberg no lo creía, sino que lo sabía. Su política era cada vez más agresiva, y había cortado sus relaciones comerciales con los países signatarios del Pacto de Aquisgrán, y había capturado los barcos mercantes refugiados en sus puertos. A pesar de los intentos negociadores japoneses Estados Unidos estaba imponiendo sanciones comerciales cada vez más duras, que iban a poner al Mikado entre la espada y la pared. El ejército norteamericano se estaba rearmando a toda prisa, y había efectuado unas grandes maniobras en las que uno de los bandos imitaba las tácticas alemanes. Más ominosamente, sabía que los industriales estaban sobornando a los políticos norteamericanos partidarios de la neutralidad, y la prensa era cada vez más beligerante contra Alemania. Schellenberg creía que Roosevelt solo buscaba un pretexto para declararles la guerra. Eso era malo porque sabía que la industria norteamericana era muy potente. Pero ¡50.000 aviones al año! Schellenberg imaginó una alfombra de miles de bombarderos pesados aplastando las ciudades alemanas bajo miles de toneladas de bombas.

— Que quiere que le diga, Speer. No creo que esta noche pueda conciliar el sueño pensando en lo que me ha enseñado. Hablaré con el Statthalter esta misma tarde.

Speer hizo ademán de retirarse, pero Schellenberg le interrumpió —. Un momento, Speer. Me ha parecido muy interesante lo de revisar la prensa. Es curioso porque tenemos una agencia de inteligencia que espía mucho pero no interpreta nada. Esta noticia supongo que se habrá quedado atrapada en algún subdepartamento. A saber cuántas cosas habrán publicado los amis con su prensa libre que nosotros no hemos advertido. Ya que me ha dicho que tiene tiempo ¿Por qué no organiza unos grupos de trabajo que revisen lo que se ha publicado últimamente por ahí? Ya sabe: prensa, revistas técnicas y científicas, esas cosas. Hablaré con Von Papen para que le suministre material de lectura.
Última edición por Domper el Dom Abr 20, 2014 9:52 pm, editado 2 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 1:47 am

¿Speer organizando una agencia de espionaje? Eso promete...

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 3:58 pm

Bien, Domper, bien.

Siempre digo lo mismo, pero es que verdaderamente está bien esto :D
Además, has incluido a Martin Drewes, uno de mis aviadores favoritos y que murió en octubre pasado. Me cae muy bien.
Otro de mis aviadores preferidos, Hans Joachim Marseille también sale, je, je, por mi a pedir de boca.
Ya solamente falta que salgan mis otros dos favoritos, Hartmann y Josef Priller, pero contigo nunca se sabe... :mrgreen:

Aquí quedamos, a la espera de más.

Un saludo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 19, 2014 4:20 pm

Bueno, por pedir que no quede, a mí me gustaría ver a Helmut Wick, uno de mis aviadores preferidos, saliendo en algún capítulo de la historia. Dicho esto, la verdad es que me lo estoy pasando pipa, con el relato de Domper. La aparición de Speer en escena, augura algo interesante..... 8)

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Abr 20, 2014 2:43 am

Anibal clar escribió:Ya solamente falta que salgan mis otros dos favoritos, Hartmann y Josef Priller, pero contigo nunca se sabe... :mrgreen:


Coincido con Anibal en lo de Hartmann, también ha sido uno de mis pilotos favoritos desde que me empecé a interesar por la SGM.

Un saludo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 12:05 am

A ver, que no es por meter prisa, que ya sé como andamos a veces los que tenemos familia y, como decía Gerald Durrell, otros animales, como trabajo, pero no estaría de más un anticipo de algún capitulillo más. :mrgreen:

Gracias anticipadas y saludos varios.

P.D.
No me aficionaba tanto a un serial de política-bélica-ficción como desde hace ya muuuucho tiempo me dio por meterme entre pecho y espalda todo lo que escribía Tom Clancy. Luego, con la medicación adecuada, se me pasó. :wink:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:09 pm

Pues por petición popular... LO finalicé hace un par de días pero hoy le he dado algún repasillo. Supongo que se habrán colado bastantes gazapos.

Gracias por los inmerecidos elogios. Y me alegra anunciar que durante esta semana el hilo ha superado las...

¡¡2.000 visitas!!

Saludos
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 4:22 pm, editado 3 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:10 pm

Capítulo 18. ¿Ya?

Dora menos siete


11 de Mayo de 1941

— Si llego a saber que el ejército iba a ser así, me presento voluntario a la Luftwaffe

— ¿Tú ofrecerte voluntario? Si no te ofreces ni para irte de permiso.

— Mathias, ya sabes lo que dicen, en la mili voluntario ni p’al rancho.

— P’al rancho dices… si con lo que comes no creo que les llegue a los del frente ni un mal salchichón.

— Calla y atento, que esa carga no va a bajar sola.

Mathias y Torsten formaban el dúo terrible de El Cairo. La Feldgendarmerie había aprendido a tratar con respeto a los anchos hombros y a las manazas del par de estibadores. Si hubiese sido por el cabo Wurfel, estarían cavando trincheras en un batallón de castigo. Pero en el Mediterráneo los estibadores eran tan valiosos como el oro, y la pareja aplicaba la experiencia adquirida en los muelles de Hamburgo a la descarga del río de suministros que llegaba por el Nilo.

Los estibadores llamaban la “Armada de Brivonesi” a la variopinta colección de embarcaciones que ascendía por el río. Barcazas del Rin atoadas por remolcadores reclutados por medio Mediterráneo, barcos turísticos a los que se les había desmontado la superestructura, lanchas de desembarco de tanques, y sobre todo los feísimos ferrys Siebel que trabajosamente ascendían por el Nilo. Todos cargados hasta la regala, algunos peligrosamente escorados ya que las prisas en Rashid no permitían finuras. Esa aberrante flota se amarraba a cada embarcadero disponible en El Cairo, en los que una nube de desarrapados se apiñaba tratando de descargar alguna caja, ya que la noticia de las espléndidas propinas que pagaban los alemanes se había extendido por los barrios pobres de la ciudad. En ese caos Mathias Kauffman y Torsten Friedmann intentaban poner algo de orden.

Alrededor de los muelles decenas de cañones antiaéreos apuntaban al cielo, patrullado continuamente por cazas alemanes e italianos. Porque junto al río se acumulaban montañas de suministros de todo tipo que convertían a la ciudad en objetivo de los bombarderos ingleses.

Los primeros ataques habían causado algunos daños, pero las reforzadas defensas estaban consiguiendo ahuyentar a los británicos. Pero mucho peor que las pocas bombas que habían caído cerca de los barcos habían sido las continuas interrupciones en al descarga. Cada vez que las sirenas sonaban los árabes salían corriendo en estampida para ocultarse en el laberinto de casuchas cercano. Finalmente los alemanes habían optado por no hacer sonar las sirenas, y a los obreros árabes se les hizo saber que si seguían trabajando sin salir corriendo la paga sería doble. Gracias a lo cual la descarga empezó a ser algo más ordenada, y los almacenes junto al río se llenaban de cajas de proyectiles, latas de gasolina, neumáticos, vendas y salchichas. Todo lo que un ejército alemán necesitaba para seguir adelante.
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 4:23 pm, editado 2 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:10 pm

Dora menos seis

12 de Mayo de 1941

Lancia 3 RO NM, o como decían en la compañía, Röstenoberschütze, asador para cabos. La compañía había recibido unos excelentes Lancia, préstamo de sus aliados, que era el mejor camión militar que el cabo Swen Probst había conducido en su vida. Pero los camiones que tan graciosamente les habían cedido los italianos eran de una serie que iba a ser destinada a transportar cañones, y a alguna lumbrera se le había ocurrido cortar el techo de la cabina. Por eso el sol africano caía a plomo sobre los conductores, escasamente protegidos por los gorros sin ala del ejército. Probst había improvisado una cobertura con un par de hierros y el poncho de campaña, aunque la desmontaba cuando llegaba al campamento, temiendo la ira del sargento. Hasta que un día se había cruzado con un mercedes con un engominado Oberst, que le mandó parar. Probst se temía que le caeyse un buen paquete, pero se sorprendió cuando el coronel lo felicitó, y ordenó a toda al compañía que lo imitase.

Pero el poncho protegía del sol y no del calor agobiante. Al menos si algo sobraba en esas marismas era agua y a pesar de las prohibiciones estrictas cuando podían los conductores bajaban para llenar sus botellas en los canales. Varios de sus compañeros habían enfermado de una diarrea horrorosa, pero Swen se preciaba de aguantar tanto como el camión.

El cabo nunca había creído que un producto italiano aguantase tanto. A los vecinos del Sur se les daba bien construir preciosidades para llevar a las divas al hotel, pero Probst siempre había pensado que solo una máquina alemana podía aguantar el trato duro que recibía un camión militar. Pero el Lancia había viajado desde Libia sin el más mínimo problema. Su mecánica no solo aguantaba el maltrato sino que era bastante económica. Además el camión era capaz de subir cuestas o salir de fangales que hubiesen dejado atrapado a un Opel.

Probst volvía hacia El Cairo, cruzándose con columnas de camiones, coches y tanques. Tenía ganas de llegar, porque había quedado con su amigo Kauffman para correrse una juerga de las de temblar el misterio.

Iba pensando en peleas con la Feldgendarnerie cuando Probst se encogió por el terrible retortijón que le atenazaba las tripas. En cuanto pudo Probst se hizo a un lado de la pista y detuvo su vehículo, pero su intestino manó como una fuente antes de poder llegar a la cuneta.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:12 pm

Dora menos cinco

13 de Mayo de 1941

Como volviese a pillar a uno de esos inútiles cogiendo agua del canal lo mandaba a ponía letrinas hasta que el cabo Finisterre ascendiese a sargento, pensaba el Feldwebel Boehm al ver otra vez una hilera de camiones detenida con sus conductores regando la cuneta con sus inmundicias. Esos inútiles se burlaban de los gendarmes y los llamaban perros de presa a la cara, a sabiendas que la necesidad de conductores impedían a los policías meterles el paquete que se merecían. Pero esta vez el teniente Koehler había sido tajante: para detener el brote de disentería que afectaba a las tropas la mejor arma era la higiene, y sobre todo evitar beber aguas contaminadas. Esos guarros egipcios ensuciaban bebían el agua en el que se metían sus animales. Tal vez sus tripas resistiesen, pero no los civilizados intestinos germanos. Y si para mantener el colon teutónico a salvo había que dar algún porrazo, pues se daba.

— ¡Probst, que te he conocido! ¡Vuelve inmediatamente a tu camión si no quieres vértelas conmigo!

El cabo Probst no estaba para discusiones tras un día toledano en el retrete, por lo que obedeció al sargento y subió a su vehículo.

— ¡Mueve ese condenado camión, que estás montando un atasco que llega hasta Tobruk!

— Mi sargento, es la colitis que tengo…

— ¡Ni colitis ni leches! Haberme hecho caso el otro día. Ahora te aguantas en tu sitio que ya lavarás el camión cuando llegues ¡Arranca de una puñetera vez!

El camión siguió su camino mientras el sargento metía prisa a la columna. Tenía que aprovechar la noche para llegar a Ismailía y descargar sin que los Tommies les viesen. Oírles les oirían, que tanto motor creaba un estruendo que ríete de las trompetas de Jericó. Pero no sabrían por donde se metían. Boehm se imaginaba el caos que la llegada de tanto camión crearía en sus destinos, pero ese no era su problema.
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:19 pm, editado 3 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:12 pm

Dora menos cuatro

13 de Mayo de 1941

De todo tenía que haber en el ejército. Unos soldados corrían el peligro de morir por un disparo inglés, pero el teniente Niklas Schweizer corría riesgo inminente de perecer aplastado bajo una montaña de papeles.

Era muy bonito lo de llegar con el camión, descargarlo a toda prisa y salir escopeteado. Pero daba igual que un disparo de artillería estuviese en la fábrica de Essen o en el frente de Suez si nadie sabía donde estaba. Alguien tenía que saber cuando llegaba cada cartucho, donde se guardaba y a que batería estaba destinado. Esa tarea de enanos le había caído a Schweizer. A la tienda del teniente llegaba una nota que indicaba la composición de cada carga y donde se dejaba. Si el camión había traído latas de gasolina gorras de oficial o latas de sardinas pasaba la nota a otro desgraciado como él, pero si traía proyectiles de artillería, tenía que anotarlo en su libro, comprobar las reservas de cada batería, asignar las municiones a la que tuviese menos, y enviar una camioneta para que moviese los proyectiles a la noche siguiente. Schweizer había oído que para un ejército el papel era más importante que las balas, y ahora daba fe de ello. El teniente imaginaba como bosques enteros de su Turingia natal eran convertidos en enormes rodillos de papel sobre los que rodaba el ejército alemán.

Por lo menos entendía que había que llevar algún registro de las municiones, de los alimentos, de las piezas de repuesto, incluso de los ataúdes que también llegaban a decenas. Pero, por Dios ¿por qué tenían que registrar la llegada de cada caja de preservativos? ¿Qué pensaban en Berlín que iban a hacer los Feldgrau con ellos en medio del desierto?
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:20 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:12 pm

Dora menos tres

14 de Mayo de 1941

Al cabo Neumann se le ocurrían mejores usos mejores para tanto condón. Sus compañeros le consideraban un palurdo pero incluso en su Golmbach natal había donde emplear un preservativo. El cabo se había extrañado al ver llegar tanta goma higiénica a una unidad de la Luftwaffe: los pilotos eran famosos por su vida licenciosa, pero ni todo el Fliegerkorps era capaz de acabar con ese alegre suministro.

Neumann no era tan tonto como sus compañeros pensaban. Desde pequeño se había dedicado a reparar la maquinaria agrícola de la finca de su familia y luego había sido aprendiz en el taller del pueblo, por lo que no se había extrañado al ser enviado a una unidad de mantenimiento de la Luftwaffe. En el taller había aprendido como distinguir si un motor estaba mal ajustado por su ruido, y a juzgar el equilibrio de una biela haciéndola tañer como una campana. Había manejado varillas, correas dentadas, válvulas, pero nunca condones. Tanta goma higiénica solo podía ser un error.

Entonces vio al teniente que ordenaba cubrir los escapes de los motores Jumo de los Junkers Ju 88 con los preservativos, y entendió el motivo. Los motores Jumo eran muy sensibles al polvo, hasta tal punto que tenían que cubrir radiadores y admisión de aire y solo descubrirlas cuando el avión iba a volar, pero ni así se conseguían evitar las continuas averías. El polvo entraba por todos los resquicios y acababa en los pistones, cuyas camisas se gastaban rápidamente. Habían tratado de cubrir las posibles entradas de aire con lonas, pero tuvieron que dejar de hacerlo cuando olvidaron retirarlas y el motor de un Ju 88 se incendió. Pero los preservativos eran la solución ideal, protegían tan bien de la gonorrea como del polvo, y las delicadas gomas explotaban cuando el motor se ponía en marcha. Solo se necesitaban suficientes condones para mantener la Luftwaffe de Egipto en el aire.
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:21 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:13 pm

Dora menos dos

15 de Mayo de 1941

Al soldado Freech no le gustaba que su pesado cañón disparase. Aunque el alcance de su sFH 18 le mantenía fuera del alcance de la mayoría de los cañones ingleses disparar a veces desencadenaba duelos artilleros que mal podían acabar. Además los proyectiles de 15 cm pesaban un quintal, levantar esos obuses de 45 kg era agotador.

El soldado veía la montaña de proyectiles que se acumulaba tras su cañón. Por lo menos había un millar, e iba a tener que cargarlos todos. Temblaba con solo pensarlo. Pero por ahora su cañón solo disparaba de vez en cuando. Incluso Freech sabía que la balística no era una ciencia exacta, y que los primeros disparos solían caer muy lejos de donde se pensaba. Los mapas raramente eran precisos, y el cañón o el objetivo podían estar más cerca o más lejos de lo que pensaban. Para eso estaban los tiros de corrección: el cañón empezaba a disparar sobre su objetivo, y los observadores avanzados decían si los disparos caían cortos o largos. Una vez conseguido el alcance exacto y corregida la desviación causada por el viento, se empezaba a disparar a toda velocidad hasta destruir el blanco asignado.

Pero lo malo de los tiros de corrección es que alertaban al enemigo. Los soldados se refugiaban en los agujeros tan hondos que los cañones de campaña solo los destruían con raros impactos directos. Disparar más no era la solución, porque una barrera de artillería prolongada avisaba al mando enemigo de lo que ocurría y, cuando la posición era destruida, los atacantes se encontraban con otra fortificación igual un poco más atrás.

Pero a alguna alma condenada se le había ocurrido que se podía reglar el tiro sin alertar al enemigo. Bastaba con simular duelos artilleros, disparando contra objetivos alejados del real, y comprobar la desviación de los proyectiles. Luego se iba a las tablas, se calculaba el alcance del objetivo que, cuando se iniciase la preparación artillera, sería alcanzado por un montón de proyectiles sin previo aviso.

Por eso Freech seguía cargando proyectiles para disparar contra el desierto del otro lado del Canal.
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:23 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:14 pm

Dora menos uno

16 de Mayo de 1941

De pie en la escotilla de su tanque el sargento Barkmann intentaba divisar las banderolas que marcaban la pista. Aunque la luna menguante iluminaba la pista resultaba muy fácil confundirse, pues el terreno estaba lleno de rodadas de los tanques. Ocasionalmente una batería pesada disparaba a su derecha, y los proyectiles se perdían en la negra noche antes de estallar al otro lado del Canal. Barkmann sabía que el ruido de los motores se oiría muy lejos sen el desierto, por eso todas las noches había tenido que salir a dar una vuelta con el tanque, para despistar a los escuchas ingleses sobre las verdaderas intenciones alemanas.

El regimiento había recibido un lote de nuevos Panzer III J para sustituir a los perdidos en la batalla de la frontera. y Barkmann al recibir uno de los tanques nuevos, heredando otra dotación su gastado tanque. El nuevo J conservaba el cañón de 50 mm corto, insuficiente para perforar la coraza frontal de los Matilda ingleses, pero tenía coraza más espesa y un visor mejor. La dotación de Barkmann pintó a toda prisa veintitrés anillos en la torre, para que todo el mundo supiese que ese tanque no era como cualquier otro.

Esta noche iba a ser diferente. El Panzer había embarcado toda la munición posible, e incluso llevaban latas de gasolina en el interior. Sabía lo peligroso que era, pero pensaba usar ese combustible para reponer lo gastado durante la noche. Porque esta vez el tanque no iba a volver al acuartelamiento, sino que siguió en dirección Este, acercándose al Canal.
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:24 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:14 pm

Hans menos veinte

16 de Mayo de 1941

El teniente Sander reunió a los suboficiales y a los soldados de su pelotón, que casi no cabían en el huertucho en el que habían construido un modelo a escala de la posición británica que sería su objetivo. Gracias a las fotos aéreas y las exploraciones efectuadas por los nadadores italianos se habían hecho una idea bastante precisa de la disposición de las armas, los fosos y trincheras, las alambradas y los campos de minas. Sander no conocía el nombre de su objetivo, pero había decidido llamarlo “el castillo” Aunque poco se parecía a un castillo medieval, ya que la posición británica apenas sobrepasaba el nivel del suelo. Así dificultaba la observación y podía escapar del fuego directo de los cañones del Pacto.

El Castillo era una posición formidable. Un asaltante primero se encontraría con un campo de minas cruzado por alambradas y batido por dos ametralladoras emplazadas en bunkers situados en los flancos. Si conseguía escapar de las minas ,se encontraría con un foso antitanque, con una alambrada en su fondo y cargas explosivas para que los asaltantes no pudiesen usar la zanja como refugio. Tras el foso se encontraría con una trinchera equipada con armas automáticas, y tras ella las posiciones de tres cañones de 25 libras, el omnipresente cañón de campaña inglés, de cadencia de tiro tan rápida que los soldados italianos pensaban que era automático, y que era usado también como cañón contracarro. Esos cañones podían batir los cruces del Canal, por lo que era crítico inutilizarlos. El asaltante, además, no vería ninguna tronera a la que disparar, pues estaban todas resguardadas por muros de cemento que las protegían del fuego directo. Si trataban de rodear la posición se encontrarían también con minas, alambradas y pozos de tirador que protegían la retaguardia.

Tomar al asalto el Castillo parecía imposible, pero lo imposible era la especialidad de los Pioniere, los ingenieros de asalto alemanes. El Panzergruppen Afrika había recibido como refuerzos tres regimientos de ingenieros de asalto que liderarían el ataque. Dos de ellos abrirían los pasos del Canal, mientras un tercero permanecería en reserva. Cada regimiento disponía de ocho compañías, y cada una de tres pelotones. Teniendo en cuenta que cada unidad mantenía en la reserva parte de sus unidades, solo veinte pelotones encabezarían el asalto. De su actuación dependería en buena parte el éxito de la ofensiva.

El ejército alemán iba a compensar el reducido número de ingenieros con una potencia de fuego abrumadora. El Castillo iba a recibir un bombardeo que recordaría a los de Verdún en la Gran Guerra. Pero no se esperaba que el diluvio de proyectiles acabase con la posición. En la Primera Guerra Mundial incluso tras el más feroz bombardeo los infantes habían salido tambaleándose de sus agujeros y habían causado enormes bajas a los atacantes. Impedirlo sería la labor de los Pioniere de Sander.
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:14 pm

Hans menos quince

16 de Mayo de 1941

El cabo Maximilian Drechsler siguió apilando rollos de vendas. El Feldlazarett 5/542 se había establecido en el Victoria College, antiguo colegio británico de Alejandría. Los laboratorios habían sido convertidos en quirófanos y las aulas en salas de hospitalización. Los médicos habían dado el Alta a todos los enfermos que podían reintegrarse a sus unidades, y las salas donde antes los hijos de los militares británicos aprendían las primeras letras estaban llenas de camas vacías. En la puerta se había despejado el espacio para las ambulancias, y en las antiguas salas de profesores médicos y enfermeros despachaban unos nerviosos cigarrillos, antes del torrente de heridos que se esperaba para las próximas horas.
Última edición por Domper el Sab Abr 26, 2014 9:27 pm, editado 2 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:15 pm

Hans menos doce

16 de Mayo de 1941

Los Ju 88 aterrizaron uno a uno. Neumann los contó, y con disgusto vio que faltaba uno, el del Lemann. Esperaba que el sargento y sus hombres hubiesen podido escapar del avión. Los bombardeos de Aqaba estaban retrasando los esfuerzos británicos por reforzarse, pero eran cada vez más costosos. La mitad de los antiaéreos de Oriente Medio estaban desplegados en el puerto, y los cazas enemigos luchaban con ferocidad a pesar de su inferioridad. Casi todos los días se perdía algún avión, y tras tres semanas de combate un tercio de los aviadores no había vuelto.

Tras aterrizar los Junkers se dirigieron a sus áreas de dispersión, mientras las dotaciones de tierra corrían hacía los aviones. Desmontaron el armamento defensivo, lo revisaron y lo volvieron a montar. En cuanto los motores se enfriaron revisaron los niveles de aceite y el estado de desgaste de las piezas, sustituyendo las que estaban en peor estado. Llenaron los tanques de combustible y finalmente cargaron las bombas. A las cuatro de la mañana Neumann, agotado, pudo acostarse en su catre, mientras los bombarderos empezaban a calentar los motores.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:16 pm

Hans menos diez

16 de Mayo de 1941

El cabo Felix Busch tecleaba a toda prisa textos sin sentido, que la máquina Enigma II convertía en una ristra de letras con menor sentido aun, que luego tenía que transmitir.

Para el cabo la nueva Enigma II no era extraña, pues se trataba de una modificación de la anterior Enigma, solo que con cuatro rotores en lugar de tres. Había oído decir que no era de fiar del todo y que se estaba desarrollando un nuevo equipo que sería imposible de interferir, pero mientras tenían que seguir con la Enigma. Desde que Inteligencia alertó de la posible inseguridad los oficiales vigilaban como lobos la actuación de los radiooperadores, obligando a usar grupos de cifras cambiantes, prohibiendo la repetición de títulos honoríficos, saludos al Statthalter y circunloquios. Eso era razonable, pero lo que no le gustaba nada a Busch era al nueva orden de emitir continuamente. Según le había explicado el teniente, era para que los ingleses no supiesen cuando los mensajes eran reales y cuando no. Eso estaba muy bien, pero resultaba agotador.

Si al menos pudiese trasladarse a las compañías de intercepción… esos lo único que tenían que hacer era escuchar y mover sus diales hasta conseguir localizar los emisores enemigos. Seguro que era latoso, pero menos cansado que teclear día y noche.
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:16 pm

Hans menos ocho

16 de Mayo de 1941

Hans Meier se asaba dentro de su SdKfz 251/3 mientras giraba con cuidado los diales, intentando distinguir las emisiones enemigas entre el ruido de fondo. Cuando escuchaba alguna emisora, giraba con cuidado la antena rotatoria, hasta descubrir la dirección desde la que la emisora emitía. Entonces anotaba la posición del vehículo, la dirección de la emisora enemiga, la longitud de onda y su potencia estimada. A lo largo del canal vehículos similares realizaban la misma exploración.

Tras detectar varios emisores ingleses el semioruga volvió a Ismailía, donde entregó los resultados de sus intercepciones a un equipo de topógrafos. Tomando como base las diferentes observaciones y triangulándolas, descubrieron dos nuevos emisores al otro lado del Canal, que podrían corresponder a puestos de mando. Un mapa con las nuevos emisores fue entregado a un motorista, que lo llevó a toda prisa a las baterías de artillería pesada.
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:18 pm

Hans menos seis

16 de Mayo de 1941

Al atardecer los zapadores salieron de los refugios en los que habían pasado el día y se dirigieron hacia la orilla. Durante las tres noches anteriores habían estado desmontando sus campos de minas. Lo más rápido hubiese sido volarlos, pero eso hubiese alertado a los ingleses de la inminencia del ataque.

Por lo tanto el soldado Florian Fruest se arrastró hacia la orilla, intentando aprovechar las sombras que los arbustos para evitar que la luz de la luna lo descubriese. Avanzó hasta encontrar el cordel atado a una piqueta que había dejado la noche anterior. Por detrás todo había quedado limpio, al menos eso esperaba. Pero por delante aun le quedaba limpiar veinte metros hasta llegar a la orilla.

Fruest intentó recordar donde estaban las minas. Tenía un plano que había estado estudiando intensamente, pero no se atrevía a encender su linterna porque podría atraer un morterazo enemigo. Recordó que la siguiente mina, una bomba antitanque, estaba a dos metros a la izquierda de la piqueta. Avanzó poco a poco, usando su varilla para explorar, hasta que esta chocó con un objeto metálico. Fruestt exploró a su alrededor: aunque en teoría en esa zona no había otras minas, confiar en el plano que habían trazado al tender el campo era jugarse la vida, ya que siempre había algún gracioso que ponía una mina donde no debía.

El soldado no encontró nada y siguió avanzando, hasta tocar la carga. Con suma precaución limpió la tierra que la cubría. Era una caja rectangular, de por lo menos cinco kilos: si estallaba no quedaría nada de él. La palpó con cuidado buscando cables disparadores o de anclaje, que no encontró, y luego revisó la cara superior hasta encontrar el detonador. En teoría esos detonadores solo se activarían si los pisaba algo pesado como una rueda o un tanque, pero vaya usted a saber. Con la mano derecha agarró el disparador, y lo intentó mover poco a poco. Al principio no se movió, la arena lo debía haber atascado, pero luego empezó a girar. Fruest desenroscó el detonador y lo apartó: la mina ya no era peligrosa y a la mañana siguiente sería retirada.

Entonces escuchó un silbido. Fruest preparó su pala de trinchera intentando ver algo, cuando un silbido más corto lo tranquilizó: eran los nadadores italianos que se acercaban a la orilla.
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:19 pm

Hans menos cuatro

17 de Mayo de 1941

Alan Brooke odiaba los hábitos nocturnos de su Primer Ministro. Tenía que trabajar todo el día en el Estado Mayor Imperial, pero el noctámbulo Churchill le obligaba a despachar por la noche. Alan Brooke no solía volver hasta su residencia hasta las tres o las cuatro, con apenas tres horas por delante hasta la siguiente jornada. Eso si podía volver, que esa noche sería imposible.

Londres estaba soportando el peor ataque desde el inicio del Blitz. Los bombarderos alemanes pasaban uno a uno sobre la ciudad lanzando su carga mortal. Las bombas de alto explosivo hacían temblar las paredes, mientras las incendiarias lanzaban destellos como flashes de fotografía. Los crecientes incendios iluminaban la ciudad con su luz rojiza, mientras los londinenses, refugiados en túneles del Metro o temblando en sus refugios Anderson, temían la caída de la siguiente bomba. Los reflectores horadaban la noche buscando aviones alemanes, y la artillería antiaérea añadía sus ladridos al estruendo.

El Primer Ministro disponía de un cómodo y seguro refugio, pero había subido a la azotea para observar la incursión, mientras sus ayudantes intentaban que se refugiase, temiendo que cualquier fragmento de metralla acabase con su vida. Alan Brooke intentaba hacerse escuchar por un entusiasmado Churchill.

— Sir Winston, escúcheme, por favor. Estamos casi seguros que los alemanes van a intentar cruzar el Canal. Los alemanes están acumulando una montaña de suministros en su orilla. Los italianos siguen atacando a los australianos en el Delta del Nilo pero con menos espíritu. Creemos que se están preparando para el ataque real.

Churchill siguió mirando — ¡Ahí cae un alemán!

— Primer Ministro, necesito su autorización para retirar a los australianos del Delta y reforzar con ellos las defensas del Canal.

— ¿No me dijo lo mismo de los sudafricanos? Tuve que suspender la ofensiva en Etiopía, ahora que iba bien, para mandarlos a su dichosa Aqaba. Ese lugar me suena a Lawrence de Arabia

— Los sudafricanos son imprescindibles para defender Aqaba, y además está costando mucho descargar su equipo. Necesito retirar a los australianos para reforzar la escarpa de Suez, y enviar a la brigada neozelandesa a Aqaba.

—¿Tan importante es ese puerto? — dijo Churchill.

— Es nuestra única vía segura de aprovisionamiento o de retirada.

— ¿Retirarnos de Suez? Ni por asomo.

Alan Brooke se resignó. Llevaba días diciendo que la posición en Palestina era insostenible. Intentaría otra cosa —. Al menos déjeme retirar a los soldados de Creta. Nuestros destructores de Haifa pueden hacerlo si dejan su material. Pero en Creta están atrapados. Al menos me gustaría llevarlos a Chipre.

— Lo tendré en cuenta — dijo Churchill — ¡Mire, otro más, los boches lo están pagando caro!

Más caro lo pagaban los ingleses, pensó Alan Brooke mientras se retiraba. Iba a hacer planes para retirarse de Oriente Medio le gustase a Churchill o no.
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:19 pm

Hans menos dos

17 de Mayo de 1941

El teniente Romani y sus hombres se deslizaron hasta las cálidas aguas del Canal en lo que esperaba que fuese su último baño en esas aguas. Esta vez fue diferente: primero se encontró con ingenieros apiñados alrededor de botes, luego los zapadores limpiando las últimas minas. A su espalda el rumor de motores era más acentuado si cabía. De vez en cuando las bengalas se elevaban desde la orilla inglesa: los tommies se temían algo.

Romani se introdujo en el agua. Esta noche ya solo le acompañaban siete hombres: dos noches antes su unidad se había encontrado con una patrulla británica, perdiendo la mitad de sus soldados antes de poder escapar. Entre los ocho llevaron su cargado bote hasta el agua y empezaron a nadar.

Al llegar a la orilla enemiga se desplegaron, buscando las minas encontradas en las anteriores incursiones y, cuando las hallaban, colocaban un petardo unido a una larga mecha. Romani llegó hasta el borde del foso antitanque, colocando la carga mayor, y luego se retiró hasta la orilla y se metió en el agua.
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:19 pm

Hans menos uno

17 de Mayo de 1941

Apenas había conseguido dormir por la noche. Hubiese tenido que aprovechar la noche para descansar, porque los días siguientes iban a ser agotadores, pero harto de dar vueltas en el catre se vistió y se acercó al Mammoth, el magnífico camión de mando que habían capturado a los ingleses tres meses antes. Los oficiales presentes se sobresaltaron, pero volvieron a sus tareas tras saludar a su jefe, el general Rommel
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 4:33 pm

Dora, Hans

17 de Mayo de 1941

A las cuatro y media de la mañana el cielo empezó a clarear hacia el Este. Simultáneamente el cielo se iluminó en el Oeste: setecientos cañones alemanes e italianos dispararon a la vez. En el Canal el teniente Romani encendió las mechas y se zambulló en el agua, nadando hacia el centro del canal con todas sus fuerzas. Los bisoños centinelas australianos aun dudaban sobre lo que estaba pasando cuando los proyectiles empezaron a caer. La batalla del Sinaí había empezado.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 5:16 pm

Imagen

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Abr 26, 2014 7:00 pm

Esto está que arde :D

Ya se preparan los tiros, ñam, ñam.
He cogido sitio en primera fila para no perder detalle.

Saludos.
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