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Historias, relatos... escritos por los usuarios del foro
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 5:35 pm

Hola Domper.

Yo veo que las cosas están bien tal y como las has escrito, porque tienen dinamismo y emoción, que en el fondo es lo principal, amén de que lo escrito está bien documentado, con lo cual poco más se puede pedir.

Desde mi punto de vista sería muy farragoso el explicar cosas que deben darse por sabidas (todo lo que dice el compañero Eriol, por ejemplo), porque si te metes a eso, el relato perderá ritmo.
A mi, particulatmente, me gusta así.

Corregir alguna cosilla puntual no tendría importancia, pero que eso no revierta en una disminución de la acción, que está bastante conseguida.

Esta es mi opinión.

Saludos.

P.D.
Eriol, que tienes razón en lo que dices, no entiendas que pretendo quitártela, lo que pasa es que, desde mi óptica, tal vez demasiadas explicaciones serían contraproducentes.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 8:07 pm

Hola!

Ya ya, lo que pasa es que a mi me ha llamado la atención que esos 4 buques estuvieran operativos y dispuestos a salir al Atlántico en marzo de 1941 en la historia del camarada Domper por que coincidió con una época en la que la mayoria de grandes buques de la Kriegsmarine estaban en "chapa y pintura" por las misiones de invierno. Solo es fruto de demasiadas horas leyendo historiales operativos de los buques :D

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 8:46 pm

Cierto, la operatividad fue bastante baja, pero por lo que he revisado los cuatro buques estaban activos en esa época, especialmente si no habían navegado mucho, ya se sabe de la fragilidad del Hipper y del Scharnhorst.

Saludos
Última edición por Domper el Sab Mar 29, 2014 5:50 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:18 pm

Capítulo 13. Golpe

Problema


16 de Marzo de 1941

— Sir Winston, tenemos un serio problema en el Egeo. — El General Alan Brooke exponía la situación bélica ante el Primer Ministro —. La derrota que hemos sufrido en Egipto ha puesto a nuestra fuerza expedicionaria en Grecia en una situación muy comprometida. No solo la Royal Navy ha sufrido pérdidas muy importantes, sino que ha tenido que retirarse al Mar Rojo, y solo nos quedan en el Mediterráneo un puñado de destructores y submarinos. Con todo confiábamos con que la timidez de la marina italiana nos permitiese mantener las comunicaciones con Grecia vía Chipre y Creta. Pero los alemanes han debido contagiar algo de valor a sus aliados italianos, como demostraron el otro día cuando hundieron al crucero griego Averof.

— No se necesita mucha valentía para hundir una reliquia — respondió Chuirchill.

Alen Brooke, acostumbrado a las salidas de tono del Primer Ministro, intentó aclarar la situación.

— Primer Ministro, desde luego que el Averof era un vejestorio oxidado, aunque su potente artillería podría dar algún susto. Los italianos han estado usando un barco muy parecido para bombardear nuestras posiciones. Pero la cuestión no es esa, sino que tras hundir al pobre barco griego los italianos dejaron cruceros en Rodas. Ayer uno de ellos atacó a un pequeño convoy, y hundió a los transportes Ulster Prince y Slamat y al destructor Wryneck. Los transportes, afortunadamente, estaban vacíos. Pero las comunicaciones con Creta han sido cortadas, salvo con submarinos o con barcos rápidos.

— Siempre podremos usar los destructores, que con su velocidad podrán escapar de los italianos. Cuando nos retiramos de Dunkerque llegaron a llevar casi un millar de soldados cada uno.

— Desde luego, pero el viaje hasta Dover era muy corto. Aun así, en Haifa solo nos quedan siete destructores, tres de ellos bastante viejos. Aunque empezasen hoy mismo a retirar a la fuerza expedicionaria, teniendo en cuenta la distancia, necesitaríamos por lo menos un mes, por lo que la evacuación tiene que empezar inmediatamente.

Churchill meditó, dio una calada a su habano, y respondió — No creo que la situación sea tan desesperada como para salir huyendo de Grecia. El territorio griego es ideal para la defensiva e incluso la ofensiva. Además que tenemos un compromiso con los griegos, y nuestros aliados no verían con buenos ojos una escapada.

— Premier, no recomendaría pasar a la ofensiva en Grecia.

— Solos no — contestó Churchill —. Pero ¿y con ayuda yugoslava?

— ¿Ayuda yugoslava? Yugoslavia es neutral — se extrañó Alan Brooke.

Churchill miró al general Stewart Menzies, jefe del Secret Intelligence Service, que tomó la palabra.

— Primer Ministro, General, es posible que tengamos una oportunidad en Yugoslavia. Varios altos oficiales yugoslavos están preparando un golpe de estado para poner el país de nuestra parte.

Alan Brooke se extrañó — ¿Un golpe de Estado a nuestro favor? ¿Ahora, en los Balcanes, ante las mismas narices de Alemania? Deben estar locos.

Menzies siguió —. Locos o no, es la información que nos ha llegado. Miren, no sé hasta que punto conocen al historia de Yugoslavia. En los Balcanes las fronteras nunca han estado claras, y las diferentes comunidades siempre han vivido mezcladas, aunque separadas pos la religión y la lengua, y dispuestas a matarse entre ellas. La comunidad más fieramente nacionalista ha sido la serbia, hasta que tras cientos de años de lucha consiguieron crear su propio estado independiente bajo una dinastía local, los Obrenovic. Pero a principios de siglo el rey Alejandro y su esposa fueron salvajemente asesinados, ascendiendo al trono Pedro I, de la dinastía rival Karageorgevic. Tras el asesinato del príncipe heredero austríaco y la anterior guerra varios estados balcánicos fueron unificados creándose el reino de Yugoslavia. Para entonces el rey Pedro estaba senil y el poder había pasado a Alejandro, su segundo hijo, porque el mayor había resultado un loco asesino. El caso es que Alejandro por fin ascendió al poder y acabó gobernando dictatorialmente, hasta que fue asesinado en 1934.

— La política balcánica parece bastante peligrosa — comentó Churchill —. Ahí en lugar de urnas utilizan asesinos.

— Sobre los reyes yugoslavos siempre ha pendido la espada de Damocles. La cuestión es que el príncipe Pedro, heredero de Alejandro, era menor de edad por lo que uno de sus tíos, el Príncipe Pablo, pasó a ser el regente. El regente Pablo decidió que eso de la democracia no era costumbre nacional, y siguió con los hábitos dictatoriales de su difunto primo Alejandro. El Príncipe Regente, sin embargo, cambió la política interna de la monarquía. Hasta entonces los reyes serbios habían dado primacía a los serbios y a la religión ortodoxa, en contra de los croatas católicos y los bosnios musulmanes, con el consiguiente descontento. El Príncipe Pablo, sin embargo, decidió dar mayor autonomía a los croatas. Eso no contentó a los separatistas croatas, pero los nacionalistas serbios pusieron el grito ene l cielo. La cuestión es que los serbios controlan el ejército y la administración civil.

Los presentes asintieron. La situación yugoslava siempre había sido explosiva, pero en los años treinta se había caldeado aun más. Menzies siguió:

— Todo esto resulta desgraciado para nosotros, porque el Príncipe Pablo estaba resultando un buen amigo de Inglaterra, seguramente añorando sus años colegiales en Eton. Los Servicios Secretos yugoslavos colaboraron con nosotros, en parte por amistad, pero también por temor al expansionismo italiano. Pero los croatas pensaron que con la ayuda italiana y alemana conseguirían la independencia. Pablo, intentando adelantarse, ha debido pensar que si se aliaba con los alemanes estos contendrían las ambiciones croatas e italianas. Aunque los serbios, mientras tanto, iban aumentando su desconfianza, y empezaban a conspirar.

— ¿Otra conspiración? — dijo Churchill —. La política yugoslava parece tener más recovecos que el Partido conservador. — Los presentes rieron el chiste, y Churchill siguió.

— Todo esto no tendría demasiada importancia, porque no tenemos especiales intereses en Yugoslavia, salvo el molestar a los alemanes. Pero el ataque italiano a Grecia ha cambiado la situación. Grecia es uno de los países más montañosos de Europa, y varias cadenas montañosas la separan del resto de los Balcanes. Apoyados en esas montañas los griegos pueden resistir, como ha descubierto Mussolini en Albania. — La ofensiva italiana en Albania había resultado un fracaso ridículo —. Los griegos han fortificado su frontera norte, confiando en resistir cualquier ofensiva italiana o alemana. Pero la barrera montañosa tiene una brecha: el valle del Vardar. El río Vardar ha creado un amplio valle que desde la época clásica ha sido la puerta de entrada a Grecia de los invasores procedentes del Norte.

— Como Alejandro Magno —. Churchill intentaba dar muestras de erudición clásica.

— Sí, como Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro — sigue Menzies, bastante mejor conocedor de la Historia Clásica —. El valle del Vardar es estratégicamente aun más importante ahora, fue en el Vardar donde la ofensiva de Salónica derrotó a las Potencias Centrales y llevó al colapso al Imperio Austrohúngaro en 1918. Pero ahora el valle del Vardar forma parte de Yugoslavia. Los alemanes decidieron que el valle permite las dos direcciones, y exigieron al Príncipe Pablo paso libre por Yugoslavia hacia Grecia.

Alan Brooke interviene —. Además la línea Metaxas, la línea fortificada en el Norte de Grecia, no llega hasta ese valle.

Sigue Menzies —. Ese es el problema. El caso es que los alemanes empezaron a presionar al Príncipe Pablo usando la amenaza italiana y croata. Pablo se ha resistido en lo posible, pero los alemanes le están poniendo contra la pared. El Príncipe se ha puesto en contacto con nuestra embajada para comunicarle que iba a tener que unirse al Pacto de Aquisgrán.

— Si Yugoslavia se une al Pacto, nuestra situación en Grecia será desesperada — dice Alan Brooke —. Primer Ministro, tenemos que retirarnos inmediatamente. Como mínimo replegarnos de la Grecia continental y fortificarnos en Creta.

A Churchill le disgustó la respuesta — General, deje seguir al general Menzies.

— Gracias, Primer Ministro. Bien, ya había dicho que lso oficiales serbios están rpeparando una conspiración. Se han puesto en contacto con nuestros agentes y nosotros, siguiendo las indicaciones del Primer Ministro, les hemos informado de la inminente forma del Pacto por Yugoslavia, y les hemos prometido nuestro apoyo si se rebelaban.

Alan Brooke empezó a sopesar opciones. — Si Yugoslavia se una a nosotros podríamos aguantar en Grecia. Si el ejército yugoslavo hace como el serbio en 1916, y se retira hacia Grecia, podríamos consolidarnos en el Norte de Grecia y ganar tiempo.

Churchill responde —. General Alan Brooke, no se trata de replegarse sino de atacar. Si Yugoslavia se pone de nuestro lado, apenas 150 km la separan de Viena o de Budapest. Con la ayuda de nuestros nuevos aliados yugoslavos podremos hundir una daga en el vientre blando de Europa.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:19 pm

Solución a la yugoslava

26 de Marzo de 1941

El general Simovic se dirigía en su coche oficial al Beli Dvor, el Palacio Blanco, residencia del Príncipe regente Pablo. Mandado construir por el difunto rey Alejandro II, había sido finalizado cuatro años antes, pero la reina viuda y su hijo se habían negado a trasladarse y residían en el cercano Palacio Real.

Simovic era uno de los militares serbios más prestigiosos. Veterano de las guerras de los Balcanes y de la Primera Guerra Mundial, había sido el fundador y jefe de la Fuerza Aérea Yugoslava. En 1939 había sido designado Jefe del Estado Mayor del ejército. Simovic fue encargado de la defensa de su país frente a posibles ataques de los contendientes, pero las medidas que tomó estuvieron dedicadas casi exclusivamente a la defensa contra alemanes e italianos: el general recelaba del expansionismo germano, pensando que el régimen nazi querría la devolución de los territorios de la antigua corona austríaca y que ahora formaban parte de Yugoslavia.

Pero Simovic no solo tenía que prepararse para combatir al enemigo externo, sino al interno. Los croatas no aceptaban unirse a los serbios y seguían empecinados en su catolicismo rechazando a la única iglesia, la ortodoxa. El Partido Campesino Croata había conseguido tal preeminencia que el príncipe regente había cedido, concediéndoles la autonomía. No solo Simovic veía esa medida como una traición a la tradición serbia, en las salas de banderas de los cuarteles arreciaban las protestas. Unos días antes su antiguo subordinado y famoso conspirador, el general de la fuerza aérea Mirkovic, le había pedido que dirigiese un golpe de estado que depusiese al Regente. Simovic declinó la oferta, pero tampoco denunció a Mirkovic: iba a darle una oportunidad al Príncipe Pablo.

Pero el Príncipe había acabado por plegarse a las pretensiones alemanas. El regente aceptó viajar a Viena para reunirse con Goering. Varios ministros presentaron su dimisión como protesta, y Simovic llamó a Mirkovic: en cuanto se anunciase la forma del Pacto de Aquisgrán el general Simovic lideraría al ejército contra el regente Pablo.

Se esperaba para hoy la declaración conjunta que sería el detonante del golpe, pero el regente había vuelto inopinadamente a Belgrado la noche anterior y le había mandado llamar. Tal vez el regente había rechazado las pretensiones alemanas y le llamaba para organizar la defensa. Si era así, aun estaba a tiempo de llamar a Mirkovic y parar el golpe.

De repente el coche se paró. Simovic preguntó a su conductor — ¿Por qué se detiene? — el conductor respondió — Hay un control y están inspeccionando los vehículos —Simovic no estaba para tonterías —. Soldado, toque la bocina y siga adelante.

El soldado intentó obedecer la orden, pero tres policías con subfusiles se plantaron ante el coche. Simovic descendió.

— ¿Qué hacen ustedes? ¡La policía no puede detener a un coche oficial del Ejército! Soy el general Simovic y tengo una cita con el Príncipe Regente ¡apártense inmediatamente!

El general vio como uno de los policías asentía y daba una orden. Los policías apuntaron sus subfusiles y dispararon. Mientras caía, Simovic comprendió que los policías hablaban en alemán, y que todo era una trampa. Intentó abrir su cartuchera, pero le fallaron las fuerzas.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:20 pm

Solución a la alemana

25 de Marzo de 1941

Los primeros aviones llegaron a la base aérea de Medosevac dos horas tras el amanecer. Cuatro cazas bimotores Messerschmitt Bf-100 se acercaron desde el Este y empezaron a sobrevolar la base a baja altura. Casi inmediatamente después seis pesados trimotores tomaron tierra y se dirigieron hacia los extremos de la base. Apenas se detuvieron de sus puertas empezaron a saltar soldados con uniforme gris.

En los primeros minutos la confusión se adueñó de la base. El Teniente Coronel Leonid Badjak, al mando del aeródromo, intentó ponerse en contacto con Belgrado, pero las líneas estaban saturadas. Finalmente consiguió ponerse con el Estado Mayor, pero le dijeron que los generales Simovic y Mirkovic habían salido y aun no habían vuelto. Badjak era uno de los oficiales conjurados, pero sabía que si actuaba sin órdenes podía hacer fracasar el golpe.

Mientras los soldados del 13 Regimiento de Cazadores de Montaña se desplegaban por la base. Una patrulla llegó a la torre de control y se hizo con las comunicaciones. Un grupo de pilotos intentó correr hacia sus cazas Hurricane, alineados en al explanada, pero uno de los Bf-110 lanzó varias ráfagas ante ellos, haciéndoles desistir. Mientras otros trimotores tomaron tierra.

Viendo al caza alemán disparar Badjak se decidió y ordenó combatir a los asaltantes. Pero casi todos los soldados de la base estaban en los barracones y no pudo ponerse en contacto con ellos. Viendo que una patrulla alemana se acercaba el coronel vio la futilidad del intento y dio orden de no resistirse.

Lo mismo ocurría en otros doce aeródromos yugoslavos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:20 pm

Problema inglés

27 de Marzo de 1941

— General, resúmame lo que está pasando en Yugoslavia ¿Ha sido un golpe de Estado, una invasión, o qué demonios?

— Primer Ministro — respondió el general Stewart Menzies—, aun no conocemos todos los detalles del caso. Parece que el Príncipe Regente Pablo quería purgar sus fuerzas armadas de elementos pro serbios, pero se le ha ido de las manos. Nuestros agentes habían conseguido establecer un canal de comunicación con militares yugoslavos opuestos a Alemania, especialmente con el jefe del Estado Mayor del ejército yugoslavo, el general Simovic, y el de la Aviación, el general Mirkovic…

— No sé como se aclara con todos esos apellidos.

Menzies estaba acostumbrado a las interrupciones y disquisiciones churchilianas, y siguió con su exposición sin inmutarse —. El general Mirkovic era un firme nacionalista, feroz defensor del paneslavismo serbio, y absolutamente opuesto a las ambiciones alemanas e italianas…

— Ha dicho era ¿Lo han matado?

— No lo sabemos, las noticias no son claras. Como le decía, el general Mirkovic era enemigo de cualquier acercamiento a Alemania, y llevaba varios años planificando un golpe de estado ayudado por militares radicales serbios, pero no tenía suficiente predicamento entre el resto del ejército. Pero las presiones alemanas para que Yugoslavia se uniese al Pacto de Aquisgrán consiguieron malquistar al Príncipe Regente Pablo con los militares, y finalmente Mirkovic consiguió comprometer al general Simovic. Simovic aceptó unirse cuando supo que el regente estaba pensando en retirarlo. Nuestros agentes se pusieron en contacto con los dos generales y les prometieron nuestro apoyo.

— Bien, será en los Balcanes donde Alemania perderá la guerra. Igual que en 1918.

Menzies prefirió no discutir con el Premier, del que conocía su manía por los Balcanes —. El general Simovic, sin embargo, no era partidario de un golpe de estado inmediato, sino solo si Yugoslavia se adhería al Pacto de Aquisgrán. Mientras tanto en Belgrado se produjeron algaradas organizadas por círculos nacionalistas serbios, que llegaron a rodear el palacio del regente, pidiendo su destitución y la mayoría de edad del Rey Pedro II.

— ¿Rey Pedro II? Perdona, Stewart, pero me confundo con toda esa gente.

— Pedro II es el heredero del asesinado rey Alejandro II, y los golpistas iban a deponer al Príncipe Regente en su nombre. El regente viajó a Viena el otro día para reunirse con Goering. El Príncipe informó a nuestra embajada que iba a tener que ceder a las demandas germanas, y nosotros informamos a los conspiradores.

— Entiendo. O sea que el Príncipe Pablo se confía con nosotros, y nosotros informamos a sus enemigos.

— Correcto, Primer Ministro. El regente es un caballo perdedor. Lo malo es que alguien debió irse de la lengua, y los planes del golpe llegaron al regente, que pidió la ayuda alemana. Los principales conspiradores han desaparecido, al menos nuestros agentes no pueden ponerse en contacto con ellos. A Belgrado han llegado unidades militares procedentes de Zabgreb de mayoría croata, que están protegiendo el Palacio Real.

— Ese Pablo se ha adelantado, pero el Ejército no le es fiel. No creo que pueda resistir.

Menzies y Churchill siguieron valorando la situación, cuando un ayudante llamó y les entregó una nota. Menzies la leyó y le cambió la cara.

— Primer Ministro, se está produciendo una invasión alemana. Varias columnas han atravesado la frontera. El ejército yugoslavo ha recibido órdenes de no combatir y está dando paso libre a los alemanes. Además aviones alemanes cargados de soldados han aterrizado en varias bases aéreas y aeropuertos, donde combaten con la guarnición. En Belgrado se producen enfrentamientos entre manifestantes y soldados croatas y alemanes.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:20 pm

Solución europea

30 de Marzo de 1941

La radio está retransmitiendo la alocución de Goering — El Statthalter se dirigirá ahora al Pleno de la Asamblea Paneuropea.

— Ciudadanos de Europa. Alemanes, italianos, españoles. Rumanos, fineses, húngaros, eslovacos, búlgaros. Franceses, noruegos, daneses, holandeses. Ciudadanos europeos unidos.

Sigue Goering —. Ciudadanos europeos unidos, camaradas de la vieja Europa. Os hablo a vosotros, representantes de vuestras naciones, unidas en la creación de Europa, pero hablo también a cada uno de los soldados y ciudadanos que en sus tanques, en sus barcos, en sus trincheras, pero también en sus trabajos y en sus casas contribuyen a la causa del Renacimiento europeo. Me dirijo a vosotros para comunicaros que tenéis, que tenemos nuevos hermanos en el camino a la victoria y a la unión.

Tras una pausa, sigue el discurso —. Me complace anunciar que el martes día 25 de Marzo del presente mes el Principe Pablo, regente de Yugoslavia, el reino de serbios, croatas y eslovenos, ha solicitado formalmente su admisión en el Pacto de Aquisgrán. Pido a esta asamblea que apruebe la admisión del nuevo hermano europeo.

Los delegados se ponen de pie, primero los alemanes y españoles, seguidos por los franceses, los de las pequeñas naciones, y finalmente por los italianos. Los aplausos y vítores se extienden por la sala. Tras unos minutos, Goering pide silencio con las manos y prosigue.

— Gracias, camaradas, como no podía ser menos las almas europeas se unen con el ya miembro de pleno derecho de la Unión Paneuropea — de nuevo las ovaciones se extienden por la sala.

— Gracias, camaradas europeos. Declaro que Yugoslavia, el nuevo miembro de la Unión Paneuropea, goza de la protección total del Pacto de Aquisgrán contra las intrusiones de las potencias enemigas del renacimiento europeo. En esta asamblea anuncio que ha sido gracias a la protección de las fuerzas militares del Pacto. Porque el Rey Pablo de Yugoslavia llegó a saber que existía una conspiración, promovida por mentes degeneradas pagadas por Inglaterra, para destronar la monarquía, subvertir el orden en la nación y llevar a Yugoslavia a la catástrofe. Esos agitadores intentaban usar el estandarte del paneslavismo para oprimir los sentimientos europeistas de los pueblos que componen Yugoslavia. Intentaron tentar al pueblo serbio con la idea de una Yugoslavia aplastada por la bota del paneslavismo. Incluso quisieron usar a la santa y respetada Iglesia Ortodoxa contra sus hermanos croatas y eslovenos. Felizmente los serbios yugoslavos repudiaron la repugnante conspiración y se levantaron contra los conspiradores.

Esta vez la sala permanece en silencio, esperando las explicaciones de Goering a la intervención en Yugoslavia.

— El Rey Pablo, sabiendo que los conspiradores querían hundir a Yugoslavia en la guerra civil, y aunque no dudaba de la fidelidad de su pueblo, pidió ayuda al Pacto de Aquisgrán, temiendo que la segura derrota de los conspiradores conllevase la muerte de muchos de sus fieles súbditos. Me alegra anunciar que una vez recibida la solicitud yugoslava las fuerzas armadas alemanas, bajo el mando del Mariscal von Bock, entraron en el país para colaborar con la policía en la detención de los cabecillas de los agitadores. La conspiración se había hecho fuerte especialmente en la Fuerza Aérea Yugoslava y en la Guardia Real, siendo preciso su desarme, que se consiguió con mínima resistencia, porque los nobles ciudadanos yugoslavos, hermanos serbios, croatas o eslovenos, rechazaron seguir a los conspiradores en el camino de la destrucción. Tras detener a los responsables el ejército alemán, mano a mano con las unidades leales del ejército y la policía yugoslavas, mantienen el orden en la nación.

Goering sigue —. Tras el arresto de los traidores se ha descubierto que habían conseguido el apoyo del heredero, el Príncipe Pedro. Los conspiradores usaron su juventud y la perniciosa influencia de la ex reina viuda para que olvidase que debía ser rey de todos los yugoslavos y no jefe de un movimiento paneslávico que había sido creado por los ingleses para destruir la tendencia unitaria de los pueblos europeos. Siento tener que anunciar que el príncipe Pedro pudo eludir la mano de la justicia y con el apoyo de la traición escapó a Grecia. Haciendo gala de responsabilidad y sentido del honor el Príncipe Regente ha tenido que aceptar la dirección de la nación, ascendiendo al trono como el rey Pablo de Yugoslavia, con la misión de conciliar las aspiraciones de los pueblos de la nación yugoslava. Camaradas, os pido un vítor por el Rey Pablo, firme aliado de la Unión Paneuropea.

La cámara, obedientemente, se pudo en pie y vitoreó al nuevo monarca.

Con tono escuro Goering siguió —. Lamento comunicar a la cámara que la detención de las ratas que conspiraban contra el pueblo yugoslava no actuaban solas sino que seguían obedientemente las directrices de los agentes ingleses, refugiados en su embajada. Policías yugoslavos y alemanes han tomado la embajada, deteniendo al embajador y descubriendo que la embajada era un nido de espías. Los documentos capturados mostraban que el asesino Churchill pretendía usar al pueblo yugoslavo para atacar a traición al pueblo alemán. Eso lo esperábamos, el criminal Churchill, que está llevando a Inglaterra a la ruina, está detrás de las mentes degeneradas que conspiran para mantener a Europa dividida y en la ruina. Pero lo que no esperábamos era que el apoyo inglés tenía un precio: el papel de Grecia como lacayo de Churchill no era desinteresado, y Yugoslavia tenía que ceder a Grecia, como pago por su pervertido apoyo, la provincia de Macedonia a Grecia, dilapidando la herencia serbia.

La cámara empieza a abuchear a los griegos. Goering pide silencio y sigue.

— Camaradas, Grecia ya había rechazado a la Unión Paneuropea y respondió a las justas demandas italianas con la agresión militar. Pero para Grecia no basta y pretende atacar a la Unión con el sufrimiento del pueblo yugoslavo. Camaradas, no podemos consentir que un ridículo estado, creado por las maquinaciones de la política inglesa, ataque a la Unión. Os pido que aprobéis una declaración de guerra a Grecia.
Última edición por Domper el Mié Mar 26, 2014 4:27 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:22 pm

Entrada eliminada, duplicada por error
Última edición por Domper el Vie Mar 28, 2014 1:30 am, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 4:24 pm

Bueno, a estas alturas ya no tengo nada escrito, tan solo unas ideas sobre los siguientes acontecimientos. Como hay que sopesarlos, documentarlos y todo eso, y luego darles forma, me temo que las siguientes entregas pueden retrasarse un poco.

Para abrir boca: aun no hemos acabado con Oriente Medio.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 5:21 pm

Bueno, pues muy bien hasta aquí :D

A ver qué se te va ocurriendo, esperaremos con avidez.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 9:27 pm

Lo ya dicho ¿qué ocurrió el 1 de Abril de 1941? El calendario se amontona.

Saludos

P.D.: si alguien dispone del orden de batalla del Ejército Británico en Oriente Medio en Marzo - Julio de 1941, se lo agradecería en el alma.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 26, 2014 11:16 pm

Hola Domper:

Aquí aparece el orden de batalla Ejército Británico en Oriente Medio, a 31 de marzo y a 15 de mayo de 1941:

http://www.britishmilitaryhistory.co.uk ... agrams.pdf

Y aquí viene a partir de febrero de 1941. (Mirar página 133 y 134):

http://books.google.es/books?id=Bob1Oq7 ... 41&f=false


Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Jue Mar 27, 2014 12:03 am

Gracias, ya lo voy a mirar. Es por hacerme una idea de la entidad de las fuerzas disponibles.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Jue Mar 27, 2014 12:03 pm

Ya lo he estado viendo, y era más o menos lo que pensaba, claro que hay que descontar de ahí las fuerzas perdidas (en este hilo) en la batalla en la frontera y en Mersa Matruh.

Pensaba más en las reservas en otros escenarios: Mesopotamia, Somalia, etcétera. Alguna idea me hago viendo los OOB de las batallas en Etiopía, en Siria y en Irak, aparte de otros factores tales ocmo la posible recluta de judíos en Palestina.

Ya seguiré mirando.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Jue Mar 27, 2014 1:29 pm

Hola Domper.

Te voy a dejar dos enlaces que supongo que ya manejarás, pero por si las moscas.
De ahí puedes sacar unidades británicas en esas zonas.

http://en.wikipedia.org/wiki/Anglo-Iraqi_War
http://en.wikipedia.org/wiki/Fliegerf%C3%BChrer_Irak

Un saludo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Jue Mar 27, 2014 7:16 pm

Sí. los conocía pero gracias.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Mar 28, 2014 1:10 am

No te preocupes por la falta de material, Domper, seremos pacientes, que la cosa lo merece.

Sólo una cosa: ¿puede ser que la última entrega, Revista, esté repetida?

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Mar 28, 2014 1:31 am

Glups.

Ya está eliminada. Gracias y saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Mar 28, 2014 1:52 am

No entiendo :?

¿Qué entrega es esa llamada Revista?
¿es la última entrega?

Yo no he leído eso, o estoy idiota del todo :cry:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Mar 28, 2014 2:03 am

Estaba justo después de Solución Europea, Aníbal, pero era repetida. Era la de la revista por parte de Rommel de la unidad en que está Ernst Barkmann.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Vie Mar 28, 2014 2:25 am

Así que me sonaba a mi :oops:

Está antes por ahí, no se en qué entrega.
Como tengo la cabeza... :mrgreen:

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 30, 2014 1:33 am

Capítulo 14. Viento del Este, viento del Oeste

Valor


31 de Marzo de 1941

Luis de la Sierra. El Atlántico en la Guerra de Supremacía. Ed. Juventud. 1974.

“Regresemos con los cruceros de batalla alemanes. El día 9 de Marzo habían tomado combustible del Esso Hamburg y del Ermland y buscaron sus objetivos al Oeste del meridiano de los 50°. Sin embargo solo avistaron por aquellos derroteros barcos que navegaban con independencia a los que no se quiso detener, pues los objetivos de Lutjens eran los convoyes, y detener a esos buques y enviarlos al abismo tras recoger a sus tripulantes hubiese significado perder un tiempo precioso. Finalmente el 14 de Marzo se avistó una columna de humo en el gris horizonte, luego varias, finalmente una infinidad ¡por fin se encontraba al convoy enemigo! ¿Protegería algún acorazado enemigo al convoy?

Se trataba del convoy HX-112, que solo estaba protegido por el crucero auxiliar Ranpura, de 16.580 toneladas y armado con ocho cañones de 152 mm y cuatro de 102 mm, al mando del capitán de navío Money. Al ser descubierta la formación alemana el comodoro del convoy, el contraalmirante Watson, a bordo de la motonave de 3.300 toneladas Tortuguero, ordenó al convoy caer a estribor, aumentar a toda máquina y lanzar flotadores con humo, mientras el Ranpura se sacrificaba situándose entre los acorazados alemanes y el convoy.

El Almirante Lutjens no quiso correr riesgos y ordenó a sus tres buques disparar contra el crucero auxiliar inglés. Es de suponer que la fatiga impuesta por os continuos temporales había alterado el hábito del almirante germano, que intentaba acabar con su enemigo sin darle ocasión a causar daños, pero que podría haber ordenado al Hipper acabar con el vulnerable paquebote armado y caer con sus dos acorazados contar el convoy. El fuego de los tres barcos rodeó de piques al valiente británico, pero confundió a sus directores de tiro. El Ranpura cambiaba continuamente de curso y velocidad para evitar ser centrado por sus adversarios, mientras disparaba con su artillería, aunque sin efecto, pues el alcance era excesivo para sus cañones.

Finalmente el Ranpura fue alcanzado por un proyectil, probablemente del Hipper, y fue seguido de varias más. El barco estaba destrozado por las explosiones y los incendios se extendieron por sus cubiertas, pero el crucero seguía disparando, esperando un tiro afortunado y sobre todo para dar tiempo a los mercantes, pues la noche estaba cercana e impediría dar caza al convoy.

Lutjens finalmente ordenó al Hipper que rematara al Ranpura mientras con sus dos acorazados intentó dar caza al convoy, pero el Schanhorst fue alcanzado a proa por un proyectil de 152 mm que aunque no causó daños aconsejó detener la caza hasta hundir al crucero auxiliar.

En el Ranpura el capitán Money sabía perfectamente que estaba condenado, pero no dudó ni un momento en cumplir su deber. Los proyectiles pesados rasgaban al barco y fueron silenciando uno a uno los cañones, hasta que solo un cañón de 102 mm siguió disparando desafiantemente hasta el final. En el crucero auxiliar las explosiones se sucedían como mazazos de gigante, reventando mamparos y lanzando chorros de llamas por las cubiertas, que a su vez causaban explosiones secundarias en las cajas de urgencia. Por las vías de agua el mar fue inundando el barco, concebido para llevar pasajeros y no para luchar a muerte con tres leviatanes. Cuando caía la noche el Ranpura comenzó a escorarse y el capitán Mooney ordenó su abandono. Lutjens, admirado por la valentía de aquellos hombres, ordenó al Hipper acercarse a recoger a los supervivientes, pero cuando llegó las aguas se habían cerrado sobre el Ranpura y solo encontró a doce miembros de su dotación, entre los que no estaba Mooney. Al capitán Rupert Inglis Moneyse le concedería a título póstumo la Cruz Victoria, pero la muerte de él y de su valiente dotación no fue estéril, al dar al convoy dos preciosas horas para escapar. Además del ejemplo de valor que supuso para los marineros del convoy

Mientras los mercantes escapaban a toda máquina, y en sus máquinas todos eran voluntarios para alimentarlas con carbón. Incluso los más viejos cascarones dieron todo de sí, y el petrolero Chesapeake llegó a los 15 nudos… cuando nunca había pasado de los 11. Pero es que los monstruos alemanes daban caza a los rezagados.

El primero en ser alcanzado fue el carguero SS Black Condor, de 5.4000 toneladas, que valientemente intentó defenderse con su cañón de popa. Una salva del Scharnhorst lo deshizo, y ya su casco se hundía cuando sus restos caían al agua. El Gneisenau disparó contra el petrolero Ahamo, de 8.260 toneladas, que se incendió. En el Hipper el capitán de navío Meise avistó la silueta de un gran buque. La iluminó con sus reflectores y cuando iba a disparar ¡reconoció que se trataba del Gneisenau, que a su vez apuntaba sus piezas contra él! Lutjens reconoció el riesgo que significaba una caza general en la oscuridad, y ordenó erminantemente al Scharnhorst y al Hipper ponerse a su estela.

Mientras se avistó un carguero pequeño, al que disparó el Gneisenau, incendiándolo, y siendo rematado poco después por un torpedo del Hipper. Mientras el Scharnhorst descubrió otro barco. El pálido haz de sus proyectores lo iluminó, siendo alcanzado con la primera andanada. El barco debía ir cargado con gasolina y municiones, y estalló, convirtiéndose en una hoguera y hundiéndose.

La flota alemana no se detuvo, y siguió disparando contra los barcos detectados mediante el radiotelémetro o los reflectores. Como una segadora siguió cosechando barcos enemigos con una táctica letal: una vez detectados, el Gneisenau o el Scharnhorst los incapacitaban con una salva de la artillería principal, para ser finiquitados por la artillería secundaria de 150 mm o por el crucero Admiral Hipper. Tras tres horas de caza la flota había gastado, en esta acción y en el combate con el Naiad, el 60% de su dotación de proyectiles. Los barcos supervivientes radiaban sus llamadas de auxilio al éter, y Lutjens decidió suspender la caza.

En el ataque al convoy HX-112 los ingleses reconocen haber perdido, además del Ranpura, el Black Condor y el Ahamo, los petroleros Robert F. Hand (12.200 toneladas), Oilreliance (5.600 toneladas), Beduin (8.140 toneladas), Diloma (8.160 toneladas), Cistula (8.100 toneladas) y Winamac (8.621 toneladas), y los cargueros Ixion (10.260 toneladas), Westland (5.800 toneladas) y Bic Island (4.000 toneladas). En su diario de a bordo Lutjens dice haber disparado sobre veinte barcos. Aun suponiendo que alguno de esos buques no fuese alcanzado, significa que por lo menos ocho o diez sufrieron daños más o menso graves. Teniendo en cuenta que los astilleros ingleses estaban sobrecargados con las nuevas construcciones, y un millón y medio de toneladas de barcos esperaban turno para ser reparadas, los barcos dañados en el ataque no iban a poder ser usados en varios meses, lo que significaba que la marina inglesa había perdido definitiva o temporalmente 150.000 toneladas de buques, sobre todo valiosísimos petroleros.

Pero no fue éste el peor daño causado, porque los convoyes del Atlántico Norte quedaron desorganizados temporalmente. Los tres convoyes siguientes, que ya habían zarpado, recibieron orden de volver, y lo mismo ocurrió con dos convoyes de vuelta desde el Reino Unido, uno de los cuales sería descubierto por una “manada” de submarinos que le hundió ocho barcos más. Los historiadores navales británicos coinciden en que los trastornos causados en el plan de importaciones de la Gran Bretaña por la irrupción de la flota alemana en la ruta principal de sus convoyes fueron mucho mayores que la de los cargamentos hundidos por Lutjens. Recordemos que, según palabras del político que estaba llevando su país a la ruina, Churchill, Inglaterra era como un buzo en el fondo del mar respirando por una manguera, manguera formada por vitales pero vulnerables convoyes que se dirigían hacia los puertos de Albion y que depredaban los escualos y ahora los acorazados alemanes.

Al conocerse la presencia de la agrupación alemana se hicieron a la mar precipitadamente desde Scapa Flow al mando del almirante Tovey los cruceros de batalla Hood y Repulse, el nuevo acorazado King George V, los acorazados Nelson y Rodney, el portaaviones Furious, seis cruceros y doce destructores, situándose en una posición doscientas millas al Sur de Islandia, desde la que acudir rápidamente a cualquiera de las dos salidas al Atlántico, siempre que los cruceros enviados para cubrirlas o los aviones enviados por el Coastal Command los descubriesen. Desde el bello Puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria, ahora en manos británicas, zarpó la Fuerza H al mando de Sommerville, con el crucero de batalla Renown, los acorazados Malaya y Valiant y el portaaviones Ark Royal. También se ordenó partir en su caza a los acorazados Ramillies y Resolution, que escoltaban convoyes en el Atlántico Norte. Un total de siete acorazados, tres cruceros de batalla y dos portaaviones se dirigían contra la flota alemana. Ni que decir tiene que esa fuerza era enormemente superior y trituraría a la agrupación alemana de detectarla.

Lutjens, suponiendo que toda al Royal Navy le estaría dando caza, se alejó hacia el Sur a 20 nudos y luego hacia el Oeste, con lo que la garra británica se cerró en vano. El almirante Tovey, al encontrar el mar vacío, supuso que los barcos alemanes trataban de escapar por el paso entre Islandia y las islas Feroe, el más amplio y difícil de cubrir, por lo que se dirigió hacia él, perdiendo tiempo y petróleo, y finalmente tuvo que volverse a Scapa Flow con las manos vacías. Porque Lutjens se encontraba 500 millas al Sur de Terranova, donde se reunió con el petrolero Schlettstadt y llenó sus depósitos.

Sin embargo la marcha a toda máquina estaba pasando factura en sus barcos. Las calderas del Scharnhorst estaban sufriendo pérdidas continuas e, inopinadamente, el crucero Admiral Hipper sufrió una fractura en su tubería de alta presión, que escaldó a cuatro fogoneros, que morirían en las horas siguientes, y obligó a abandonar la sala de calderas de proa. El barco tuvo que detenerse, quedando al garete en un océano enemigo, mientras sus maquinistas trabajando frenéticamente trataban de reparar la avería. Lutjens dudaba si seguir protegiendo al crucero o abandonarlo a su suerte, cuando los maquinistas del Hipper lograron un milagro, y el barco comenzó a moverse, alcanzando los veinte nudos. Pero las averías mostraron a Lutjens que proseguir su crucero sería imposible, y ordenó dirigirse hacia la costa gallega.

El día 28 de Marzo estando a 300 millas al Noreste de las Azores desde el Gneisenau se avistó un bimotor Catalina, que los siguió durante varias horas. Como medida de decepción Lutjens ordenó virar al Sur, para volver al Oeste durante la noche. Era demasiado tarde para que Tovey pudiese dar caza a los corsarios alemanes, pero la Fuerza H de Sommerville estaba mucho mejor situada. Al recibirse el informe del avistamiento del Catalina comprendió que los alemanes se dirigían hacia los puertos españoles, aunque sin poder decidir si a Galicia o a Andalucía. Se dirigió hacia la costa portuguesa situándose a 60 millas al Oeste de Lisboa, desde donde podría interceptar a los alemanes.

La agrupación alemana, como hemos visto, había vuelto a tomar el rumbo Oeste, dirigiéndose hacia El Ferrol del Caudillo. La mañana del 29 de Marzo de detectó un pequeño buque de vuelta encontrada: se trataba del destructor portugués Douro, un buque de factura británica, en búsqueda de los barcos alemanes. Siguiendo una secular tradición el Almirantazgo había pedido a Lisboa colaboración para localizar a los escurridizos alemanes, y el Almirante Mata Oliveira, Mayor General de la Marinha de Guerra Portuguesa, ordenó a los destructores Tejo y Douro buscar a los corsarios, sin considerar las consecuencias de su acción.

Desde el Gneisenau se observó como el destructor, aunque de clara factura inglesa, ondeaba la bandera portuguesa y se identificaba como el Douro. Lutjens, conocedor de los ardides británicos decidió dar un resguardo al pequeño barco, pero este viró para acercarse al crucero de batalla e hizo señales para que la agrupación se detuviese. La escuadra se encontraba en aguas internacionales, por lo que el almirante alemán hizo caso omiso a la demanda. Sin embargo el destructor tomó rumbo paralelo al alemán y empezó a enviar mensajes radiofónicos. El Gneisenau intentó interceptarlos, pero fue inútil. Poco después se detectaron fuertes transmisiones radiofónicas desde el Sur, que solo podían corresponder a una gran unidad de guerra. El Hipper recibió la orden de forzar sus calderas, y la escuadra alcanzó los veintisiete nudos.

Como era de esperar tres horas después un avión Swordfish del Ark Royal, siguiendo las emisiones del Douro, localizó a los barcos alemanes. Era ya tarde para un ataque, por lo que Sommerville ordenó destacarse al Renown y al Ark Royal para atacar al amanecer a los barcos alemanes.

En el Ark Royal se prepararon los torpederos Swordfish, apodados cariñosamente “Stringbacks” por sus dotaciones. Pero las pérdidas sufridas en Cádiz a principios de mes pasaron factura, por lo que solo ocho bombarderos en picado Skua y once torpederos Swordfish pudieron tomar parte en el ataque.

Ya solo quedaban noventa millas para la costa gallega cuando desde el Scharnhorst se avistó un grupo de aviones que se preparaban para atacar. Los bombarderos tomaron altura, mientras los torpederos bajaban al nivel del mar. Los barcos alemanes les reciben con un fuego densísimo, y dos Skua y un Swordfish caen al mar. Sin embargo los restantes lanzan sus armas y el Schanhorst es rodeado de explosiones y, segundos después una columna de agua se elevó en la amura del Scharnhorst ¡había sido alcanzado por un pez mecánico! Justo entonces desde el crucero Admiral Hipper se vislumbraron dos altos mástiles, que solo podrían corresponder a un blindado inglés que, armado con poderosos cañones de 15 pulgadas. Desde el Gneisenau, viendo a su gemelo cubierto de humo, se temieron lo peor, y se prepararon para enfrentarse a su mortal enemigo.

Pero la suerte había sonreído a los alemanes. Los ingleses habían equipado a sus torpedos con detonadores magnéticos, para que estallasen bajo el fondo de los cascos de sus enemigos, burlando la protección de los flancos. Sin embargo esos detonadores eran muy sensibles, y el torpedo hizo explosión prematuramente. Aun así la explosión submarina causó importantes daños en el doble casco, y se inició una lenta filtración de agua a la sala de turbinas de babor. El acorazado también había sido alcanzado por dos bombas de 225 kg, que causaron importantes bajas en la dotación de las armas antiaéreas. Pero el acorazado pudo mantener su velocidad. Lutjens ordenó seguir a toda máquina, y pronto dejaron de verse los mástiles del blindado enemigo. Finalmente los dos acorazados entraron entre aclamaciones en El Ferrol del Caudillo, seguidos tres horas después por el crucero pesado Admiral Hipper, que había sufrido una nueva avería en su delicada maquinaria.

Sin embargo, una inspección posterior del Scharnhorst mostró que los daños eran mayores de lo pensado. La explosión había causado daños estructurales graves que tendrían que ser reparados en un dique seco. Pero el Scharnhorst no cabía en el mayor dique de El Ferrol, diseñado para nuestros cruceros pesados Baleares y Canarias. Mediante buzos se parcheó al barco para evitar mayores inundaciones, pero las reparaciones se prolongarían debido a la necesidad de ampliar el dique.“
Última edición por Domper el Dom Mar 30, 2014 10:41 pm, editado 2 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 30, 2014 1:35 am

Golpe

2 de Abril de 1941

El general Schellenberg estaba en su despacho cuando recibió un paquete procedente del Ministerio del Asuntos Exteriores: tres cajas de cigarrillos turcos. Todo el mundo conocía sabía de la afición del general por el tabaco, tanta que había sido apodado “chimenea”, por lo que nadie se extrañó.

Schellenberg tosió — ese catarro no se le terminaba de curar — y avisó a su ayudante que estaba cansado y que se retiraba. No, no hacía falta el coche oficial, daría un paseo para disfrutar de la primavera, a ver si así se le curaba la dichosa tos.

El general salió y recorrió la avenida Unter den Linden, parándose en los escaparates. Llegó a la Friedrichstrasse, y entró en un café saludando al camarero, que lo reconoció y lo hizo pasar a un reservado. Ahí le esperaba el Ministro de Asuntos Exteriores Von Papen.

— Franz, estas visitas clandestinas nos van a costar un disgusto — dijo Schellenberg — ¿Qué ocurre?

— Walter, ya sé que estos encuentros significan correr un riesgo, pero es que prefiero consultar contigo antes de presentar el asunto al Statthalter. Creo que una postura común nos favorecerá. Porque no me gustaría que Goering tome una decisión irreflexiva.

— Que sí, que lo entiendo, pero si Goering se entera se nos puede venir el mundo encima. — Von Papen no sabía que tras una lámpara del reservado un micrófono recogía toda la conversación, y que Schellenberg entregaba puntualmente copia a Goering de las reuniones. Pensaba que a largo plazo le sería mucho más útil jugar la carta de la fidelidad.

— Mira, Walter, acabamos de recibir un aviso urgente de nuestra embajada en Ankara…

— ¿Tan pronto? Yo creía que Rashid Alí se lo pensaría más ¿Nos pide ayuda?

Von Papen se quedó asombrado — ¿Es que sabes lo de Irak?

Schellenberg tomó un cigarrillo turco, lo encendió, y ofreció otro a Von Papen, que lo rechazó. Disfrutó viendo como el ministro enrojecía antes de seguir.

— Pues claro que sé lo de Irak, Franz, mi trabajo es saberlo todo. Malo sería que no supiese lo que hacen mis agentes.

Von Papen estaba aun más asombrado — ¿El golpe de estado ed Irak es cosa tuya?

— No del todo, no me quiero poner medallas que no me corresponden. El regente de Irak y su Primer Ministro Nuri al-Said se las apañado ellos solos para ganarse el odio de sus súbditos, y en Bagdad el deporte nacional es la conspiración. Pero pensé que si los ingleses podían dar golpes de estado en Yugoslavia, nosotros podríamos jugar a lo mismo, y envié agentes para ofrecer a los iraquíes apoyo militar. Era solo cuestión de tiempo. Claro que también ayudó que mi agente llevaba unos cuantos soberanos de oro. No imaginas como lo aprecian por ahí.

— Para, para, para. Me dices que has metido a Alemania en otro lío y sin consultarme.

— No es un lío. Mis informadores me dijeron que los ingleses son tremendamente impopulares en Irak, y que una sublevación era inevitable. Salvo que los ingleses ocupasen el país, claro, porque entonces sería imposible. El desastre que han sufrido en Egipto les ha obligado a echar mano de todas sus tropas en Oriente Medio. Era el momento ideal para el golpe, antes que enviasen a su ejército de la India.

— Hubiese preferido que me informases.

— Mira, Franz, ni yo te cuento todo ni tú me cuentas todo ¿no? Porque no me has dicho nada de esa reunión en Estocolmo.

Von Papen recula — Walter, puede ser un bluff. Un amigo sueco me ha dicho que algunos ingleses quieren hablar conmigo. Pensaba recibir a mi amigo a ver que tienen que decir.

— Todo sea por la paz. Lo entiendo, aunque tal vez no sea el mejor momento. Bueno ¿qué querías decirme?

— Ya lo sabes todo. Que en Irak se ha producido un golpe de estado, y que han pedido nuestra ayuda. Tenemos que pensar qué hacer, si ayudarles o no. Porque no creo que sea muy fácil enviar ayuda militar.

Schellenberg encendió otro cigarrillo, reflexionó, y contestó —. Yo creo que tenemos que ayudarles. Imagínate lo que conseguiremos si sale todo bien. Petróleo de Mosul. Los ingleses de Palestina y Suez, cercados. Los de Grecia, atrapados.

— No será nada fácil — dijo Von Papen —. Podría ser mejor esperar y ver que ocurre. No creo que nuestros aliados vean con agrado una cabalgada por Asia. Stalin, todavía menos.

— Stalin, sí, Stalin. Habrá que hacer algo con Stalin ¿sabes si le gusta escuchar la radio?

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 30, 2014 1:36 am

Prisas

5 de Abril de 1941

El Focke-Wulf Fw 200 aterrizó en el aeropuerto de Tempelhof tras un largo vuelo desde El Cairo. La presencia de los ingleses en Creta impedía realizar vuelos directos, por lo que había tenido que hacer un rodeo por Bengasi y aterrizar para repostar en Nápoles. Del avión descendieron varios oficiales alemanes, que montaron en tres coches Mercedes con las banderitas del Oberkommando der Wehrmacht.

Los vehículos se dirigieron al barrio diplomático, y entraron en el pato de la Bendlerblock, sede del Estado Mayor Alemán. Los oficiales fueron guiados a una sala de espera donde se les sirvió un refrigerio, pero dos de ellos fueron reclamados por un comandante cuyos pantalones llevaban las rayas rojas del Estado Mayor.

Los oficiales acudieron a un despacho. El ayudante, tras solicitar permiso, les hizo pasar y se retiró.

El Fieldmarsshall Beck se levantó y les saludó efusivamente.

— Bien, tenemos aquí al dúo terrible. Me alegro de verles en Berlín. Bien lo de África ¿no? El Statthalter está encantado con ustedes.

Los dos generales respondieron a los agasajos del mariscal. Tras unos minutos de charla intrascendente Beck vio que los generales empezaban a impacientarse, y pasó al grano.

— Generalleutnant Rommel, generaloberst von Manstein, me alegra tenerles en Berlín. Supongo que les sorprenderá haber sido llamados tan urgentemente, teniendo que dejar la dirección de las operaciones en curso en manos de sus subordinados — el ejército italiano, apoyado por unidades alemanas, seguía reduciendo los últimos enclaves ingleses cercanos a Port Said, y seguía avanzando hacia el Alto Nilo —. Bien, hay dos motivos por el que deseaba tenerlos en Berlín.

— Mariscal, perdone mi interrupción, pero las operaciones están en una fase crítica. Nuestros comandos se han infiltrado en las cercanías de Port Said y están a punto de cercarla.

— Erwin, no te preocupes, estoy seguro que tu Estado Mayor sabrá trabajar sin ti durante una o dos semanas. Mira — Beck siguió tratando familiarmente a los dos generales —, el Statthalter me pidió que os reclamase a Berlín cuanto antes. Mañana celebrará una recepción en vuestro honor. Os va a conceder las hojas de roble para vuestras Cruces de Caballero. Asimismo hoy se publicará vuestro ascenso. Enhorabuena, General der Panzertruppe Rommel. Enhorabuena, Generalfeldmarschall von Manstein.

Los dos generales quedaron impresionados. La campaña de Egipto había sido un éxito, pero la resistencia inglesa había sido tan pequeña que les parecía excesiva recompensa para tan pequeños méritos.

— Bien, general, mariscal, la celebración será mañana. Hoy podrán descansar un poco y reunirse con sus familias. No se extrañen, h ellamaod a sus esposas, que les están esperando en suites del Hotel Adlon. Mañana deberán presentarse a las siete en la recepción de la Cancillería.

— Gracias por su delicadeza, Mariscal — von Manstein hacía gala de sus buenas maneras.

— Pero pasado mañana los quiero trabajando. Tienen reservado un despacho en este mismo edificio. Porque, señores, tienen una nueva tarea, esta vez urgente ¿Han oído lo de Irak? — Beck se respondió a si mismo — supongo que sí, que sus oficiales de inteligencia les mantendrán informados, o los hubiesen sustituido. Ya saben que en Irak se ha producido un golpe de estado antimonárquico. Lo que no creo que sepan es que el nuevo hombre fuerte de Irak, Rashid Ali, nos ha pedido ayuda. Pues bien, su tarea será como ayudarles. Entiendo que nuestra fuerza en Egipto es limitada y las distancias son enormes. Pero mayor todavía es la oportunidad. Piensen en lo que significaría Irak bajo nuestro control.

Manstein y Rommel empezaron a pensar, pero Beck siguió —. Si conseguimos controlar Irak, los ingleses pueden dar por perdida Palestina y todas sus posiciones en el Mediterráneo. De nuevo, no creo que les sorprenda al decir que vamos a atacar a Grecia. Mañana al amanecer la Luftwaffe atacará los aeródromos griegos, y un ejército acorazado atacará Grecia desde Yugoslavia, burlando las fortificaciones griegas. El terreno es muy difícil y sospecho que la operación será más difícil que la que tan brillantemente han ejecutado. Pero lo importante, de nuevo, no es conquistar Grecia, sino atrapar a los ingleses. Churchill ha enviado imprudentemente una importante fuerza expedicionaria a Grecia, y su conquista de Alejandría lo ha dejado aislado. Pero no creo que consigamos impedir que escape a las islas griegas. Reducir esas posiciones puede ser costoso y tedioso. Si al mismo tiempo consiguiésemos expulsar a los británicos de Palestina, estarían en nuestras manos. Otro factor de gran importancia es que Rashid Ali ha prometido cedernos todo el petróleo que necesitemos. Sí, sé que ustedes descubrieron que Libia es una enorme bolsa de petróleo, pero se tardará mucho tiempo en extraerlo. El petróleo de Mosul podríamos tenerlo aquí este mismo verano. Bien, queridos amigos, vayan con sus esposas, diviértanse. Pasado mañana, al despacho. Quisiera presentar al Statthalter un plan de operaciones dentro de cinco días.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 30, 2014 1:37 am

Indignación

7 de Abril de 1941

Diario Informaciones

“El ministro alemán ante el gobierno portugués ha presentado la siguiente nota:

El pasado domingo 30 de Marzo una fuerza naval del Pacto de Aquisgrán se dirigía a la base naval de El Ferrol del Caudillo, en España, miembro de pleno derecho de la Unión Paneuropea y firmante del Pacto de Aquisgrán. Cuando dicha formación se encontraba en aguas internacionales fue avistada por el destructor de la marina de guerra portuguesa Douro. Esta unidad de guerra en lugar de respetar la neutralidad a la que se había comprometido el gobierno portugués, siguió de cerca de la escuadra del Pacto de Aquisgrán, y guió hasta ella a aviones y buques ingleses. Las fuerzas del Pacto de Aquisgrán fueron atacadas por los ingleses y, aunque consiguieron rechazar la agresión, sufrieron daños y bajas.

Este ataque no se hubiese producido de no haber sido seguida por el destructor Douro. Las medidas tomadas por el destructor Douro son contrarias de la neutralidad a la que se había comprometido el gobierno portugués, y darían derecho a las fuerzas armadas del Pacto de Aquisgrán a tomar medidas coercitivas proporcionadas.

La Unión Paneuropea, al contrario que los imperialistas ingleses, es amante de la paz y de la concordia entre los pueblos europeos, y aunque una respuesta armada fuese legítima, quiere dar la oportunidad al gobierno y al pueblo portugués de rechazar la execrable acción cometida por un barco de su marina de guerra.

Por ello la Unión Paneuropea exige al gobierno portugués:

1. El gobierno portugués efectuará una investigación para conocer los motivos por los que el comandante del destructor Douro cometió un acto de agresión contra buque del Pacto de Aquisgrán, y sancionará a la persona o personas implicadas en tal acción.

2. El gobierno portugués admitirá una delegación de la Unión Paneuropea que colaborará con las autoridades portuguesas en la investigación exigida en el punto 1.

3. Las fuerzas armadas portuguesas mantendrán una estricta neutralidad en sus relaciones con la Unión Paneuropea y sus enemigos.

4. Para asegurar la estricta neutralidad de las fuerzas armadas portuguesas y en particular de su marina de guerra, los barcos de dicha bandera que efectúen misiones fuera de sus seis millas de aguas territoriales recibirán un observador del Pacto de Aquisgrán.

5. El gobierno de Portugal impedirá en su territorio el espionaje dirigido contra a Unión Paneuropea.

6. El gobierno de Portugal admitirá observadores de la Unión Paneuropea que colaborarán con las autoridades portuguesas en la persecución de las actividades contrarias a la Unión Paneuropea.

7. El gobierno de Portugal no permitirá el comercio con so enemigos de la Unión Paneuropea en barcos de bandera portuguersa.

8. Para asegurar el cumplimiento del punto 7, los barcos que salgan de puertos portugueses serán inspeccionados en puertos de la Unión Paneuropea, que oportunamente se señalarán, antes de proseguir hacia sus destinos.

9. El gobierno de Portugal romperá cualquier pacto de alianza con los enemigos de la Unión Paneuropea.

De no recibirse respuesta afirmativa antes de las once horas del día nueve del corriente mes, la Unión Paneuropea considerará que Portugal está agrediendo a los intereses de la Unión Paneuropea, y procederá a tomar las medidas que considere oportunas, incluyendo las militares, para defender sus intereses. “
Última edición por Domper el Lun Mar 31, 2014 12:05 am, editado 3 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 30, 2014 1:37 am

Peninsular

8 de Abril de 1941

— ¡Los tenemos, esta vez sí que los tenemos! — Winston estaba exultante, aunque parte de esa euforia tal vez se debiese a cierto tufillo a brandy.

— Por favor, Sir Winston , la situación es crítica — Alan Brooke, jefe del Estado Mayor Imperial, intentaba hacer entrar en razón al Primer Ministro —. Las noticias de Grecia son terribles. La aviación alemana ha machacado las bases aéreas en Grecia, y sus tanques han rodeado las fortificaciones griegas a través del valle del Struma y del Vardar, y avanzan hacia Salónica. Si toman la ciudad el ejército griego de Macedonia estará cercado, y los alemanes tendrán paso libre hacia Grecia.

— No te alarmes tanto, que los detendremos en las Termópilas.

El general estaba cansado de las ilusiones de Churchill —. Premier, olvide los cuentos clásicos. Las Termópilas es hoy una llanura de varios kilómetros de anchura. Defendiéndonos ahí podremos retrasar a los alemanes, pero nada más. Mire, si quiere salvar nuestra fuerza expedicionaria tiene que permitir que la retiremos inmediatamente.

— ¿No me dijo el otro día que no se podía?

Alan Brooke había dicho lo contrario, que por su dificultad había que hacerlo cuanto antes, peor no quiso discutir —. Retirarla a Palestina no será fácil, pero puede retirarse a Creta, donde podrá resistir durante un tiempo prolongado. Hasta que abramos el Canal de Suez de nuevo. Si es posible

— Claro que será posible. Abrir el Canal debe ser nuestra prioridad ¿Cuándo podrá atacar Wawell?

Desesperado, Alan Brooke contestó — ¿Atacar? Si apenas puede defenderse. La revuelta de Irak es muy peligrosa, sabemos que los agentes nazis han sido los instigadores. Además parece que los franceses están preparando una ofensiva desde Siria y el Líbano. No tienen muchas tropas allí, pero hemos detectado barcos franceses llegando a Beirut. Creo que la prioridad de Wawell debe ser defenderse en Suez y destruir la rebelión en Irak. Voy a enviar refuerzos desde la India, pero no bastarán. Por eso tenemos que retirarnos a Creta, porque tardaremos en poder socorrerles.

Churchill transigió — Bien, como desee, ordene la retirada a Creta Me duele abandonar a nuestros valientes aliados.

— Intentaremos retirar también todas las tropas griegas posibles.

— Eso espero. Pero está la otra cuestión. Por fin tenemos un frente continental donde dañar a los amigotes de Alemania ¿Está preparado para enviar tropas a Portugal?

El general se temía lo que le iba a pedir Churchill — Primer Ministro, Portugal aunque no ha aceptado el ultimátum, ha dicho que no irá a la guerra. Tampoco hay movimientos en el lado español. El ultimátum parece que ha sido más una forma de asustarles que otra cosa.

— Tonterías. Voy a invocar el Pacto de Windsor para establecer bases navales y aéreas en Lisboa, en los archipiélagos oceánicos y en sus colonias. Nuestro ejército podrá protegerlas, apostado en las montañas portuguesas. Si los alemanes atacan con fuerza, nos retiraremos a Torres Vedras donde podremos derrotarles.

Alan Brooke pensaba que Torres Vedras funcionó en la época de Napoleón porque el mariscal francés Massena tenía detrás una España alzada en armas que le cortaba los suministros. Pero ahora sería al revés. Iba a tener que intentar disuadir a Churchill de sus sueños. Otra vez.
Última edición por Domper el Dom Mar 30, 2014 10:43 pm, editado 2 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 30, 2014 1:55 am

Nada

10 de Abril de 1941

E. F. L. Wood, conde de Halifax, leía con tristeza la nota que John Lonsdale-Bryans le remitía desde Estocolmo. En ella le decía que había sido imposible ponerse en contacto con los alemanes. En un primer momento había conseguido ponerse en contacto con von Hassel, diplomático alemán y antinazi, pero los ánimos en Alemania estaban demasiado exaltados tras las victorias y el movimiento de resistencia prácticamente había desaparecido. Luego había intentado que Londsale-Bryans, de conocidas simpatías proalemanas, preparase una reunión en terreno neutral. Pero Londsale-Bryans le decía que los alemanes no se habían presentado en la reunión, y que rechazaban nuevos contactos.

Lógico, pensó Lord Halifax. Inglaterra estaba siendo derrotada en todos los frentes. Hoy mismo había oído por la radio que los tanques alemanes habían entrado en Salónica, y que el ejército inglés se retiraba a Creta. Pero también había oído, esta vez con horror, que Inglaterra se estaba preparando para ayudar a su eterno aliado Portugal. Portugal, que no había hecho nada, y que Churchill iba a llevar a la catástrofe de la guerra.

Halifax tenía cada vez más claro que la negativa de Churchill en reconocer la realidad estaba llevando a Inglaterra a la peor derrota de su Historia, tal vez a la disolución del Imperio. Era preciso echar a Churchill de su puesto. Sabía que el apoyo parlamentario del Primer Ministro era cada vez más frágil. Tendría que hacer algo. Pediría una cita con Anthony Eden y con ese impresentable socialista Clement Attlee.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Abr 08, 2014 12:22 am

Sé que se ha hecho esperar, pero va la siguiente entrega. Espero que guste. Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Abr 08, 2014 12:22 am

Capítulo 15. Compás de espera

Guerra pequeña


11 de Abril de 1941

Ni el tiempo era bueno en esa maldita ciudad.

Cuando el general Noel Irwin fue nombrado gobernador militar de Gran Canaria se imaginó que iban a ser unas vacaciones. Un destino exótico en una isla casi tropical, con temperatura cálida, bellos paisajes, mejor comida y alcohol barato. La verdad es que todo eso era cierto. Pero alguien se había olvidado de decirle que en la condenada Las Palmas de Gran Canaria no hacía calor sino bochorno, con una humedad agobiante, el cielo siempre gris y una llovizna persistente.

Los paisajes pues sí, muy bonitos. Montañas negras cubiertas de densa vegetación, acantilados, pequeños pueblos blancos, terrazas de cultivo en lugares imposibles. Nada más llegar, aconsejado por uno de los nativos, había subido a lo alto de la isla para ver lo que algún escritor español había llamado la “tempestad petrificada”. Desde luego que lo era, un caos de picos y gargantas, como los que quedan al remover un puré denso. El general sin embargo recordaba de aquel viaje no tanto los paisajes sino la horrible carretera llena de curvas y baches. Tampoco importaba porque no iba a volver al lugar, ya que desplazarse por el interior de la isla era demasiado peligroso.

La Operación Pilgrim tenía que ser un paseo militar. La guarnición española era pequeña y sus armas eran anticuadas, por lo que costaría muy poco derrotarla. Luego la población de la isla, liberada del control férreo de los militares, aplaudiría a los ingleses como libertadores. Como los canarios siempre habían tenido buenas relaciones con el Reino Unido, el Gabinete había pensado en independizar las islas, bajo la tutela británica, claro, para lo cual Irwin había recibido instrucciones secretas. Por eso no se había incluido en la fuerza de invasión a exiliados españoles.

Pero todo había salido al revés. Primero, que esos condenados Dons se habían aferrado al terreno con tenacidad digna de mejor causa. Tras duros combates se había conseguido entrar en la capital, pero los españoles se había apostado en La Isleta, una península volcánica que dominaba el puerto. Reducirlos había sido algo parecido a Gallipoli y la parte nueva de la ciudad había quedado arrasada.

Eso hubiese debido ser el final de la campaña, pero no. Parte de la guarnición había escapado al interior de la isla y, en lugar de rendirse, como hubiese hecho cualquier ejército civilizado, se habían “echado pal monte”, y se habían escondido en las fragosidades de la isla.

En la capital tampoco habían ido mejor las cosas. Al llegar las primeras tropas inglesas habían surgido comités antifascistas que se habían ofrecido para gobernar la capital, tarea que los ingleses estuvieron encantados de cederles. Pero esos comités en lugar de solucionar las penurias sufridas por la población se habían dedicado a perseguir a sus enemigos políticos. Mientras se combatía en La Isleta Irwin había escuchado tiroteos por las noches, que pensó que se debían a infiltrados, pero no, los comités se habían dedicado a hacer “sacas”, es decir, a tomar grupos de presos, llevarlos al cementerio y fusilarlos. Demasiado tarde se descubrió que entre esos presos, además de fascistas, estaban los burgueses probritánicos, por lo que la burguesía canaria ahora les odiaba con toda su alma.

Posteriormente los comités trasladaron sus “actividades” al interior a medida que los británicos lo iban controlando. Se organizaron “patrullas volantes” que llegaban a las aldeas, detenían al alcalde fascista, a los franquistas más significados y al cura, y los mataban y lo stiraban a algún barranco. Eso cuando podían encontrarlos, porque pronto escaparon a los montes. Para Irwin, escaso de tropas, resultó imposible detener las actividades de esas patrullas. Pero no hizo falta, los españoles se ocuparon de ello.

Los primeros días apenas hubo problemas. Algún disparo aislado, algún petardo, cortes de teléfono. Posteriormente supo que los soldados españoles huidos habían estado muy ocupados trasladando las municiones que habían conservado y los proyectiles de la artillería de costa sin usar a escondites en la montaña. Fue en esos días de calma aparente en los que el general recorrió la isla y descubrió el caótico relieve de su interior.

El primer incidente grave se produjo cuando los miembros de una “patrulla volante” aparecieron colgados de los postes de teléfono a las afueras de la capital. Otras dos patrullas desaparecieron, y enseguida los comités se negaron a subir a la montaña sin escolta inglesa. Unos días después fue una patrulla inglesa la que tuvo varios muertos cuando una gran bomba estalló al paso de un camión. Otra bomba reventó la casa en la que estaba reunido el comité antifascista en Telde, una localidad cercana a la costa.

La resistencia rápidamente se organizó. Los guerrilleros se hicieron con el control de las localidades de la montaña, y los pocos informadores de los que disponían los ingleses desaparecieron. Los pueblerinos actuaban como espías para los rebeldes y los curas como propagandistas. Apenas un mes tras la invasión llevaron al despacho de Irwin un panfleto llamado “Catecismo Patriótico” que decía:

“¿Quién es el enemigo de nuestra felicidad? El demonio con sus artes ¿Y quién es el demonio? El enemigo de los buenos cristianos españoles ¿Y quien es el Demonio? Es el jefe de los ingleses ¿Es pecado matar a un inglés? No, antes se gana el cielo porque son herejes enemigos de la Religión Católica.”

Los ridículos argumentos del folleto hubiesen sido divertidos si no fuese porque en el interior comenzó la caza al inglés. Los ataques y emboscadas se sucedieron, y pronto las tropas británicas solo se arriesgaban a salir de día y en patrullas reforzadas. Irwin ordenó ejecutar a varios prisioneros como escarmiento, pero con ello tocó la fibra sanguinaria española. Un par de día después los resistentes asaltaron un burdel usado por los soldados británicos. Los prisioneros fueron degollados, salvo uno al que se le entregó una nota destinada al general inglés amenazando con peores represalias si los británicos cometían nuevos crímenes.

La situación siguió deteriorándose y hasta las patrullas reforzadas comenzaron a tener problemas: sus tropas descubrieron por qué los españoles habían inventado la palabra “guerrilla”. Las impresionantes montañas estaban llenas de cuevas y veredas que los españoles conocían como la palma de su mano, y las guerrillas se esfumaban tras atacarles. Además los españoles adoptaron varias tácticas, cada cual más perniciosa. Primero fue el “tanguillo de Pepe”: unos pocos francotiradores se apostaban en las montañas cerca de las abominaciones pedregosas que los españoles llamaban carreteras y cuando pasaba una patrulla, uno de ellos disparaba. La patrulla se desplegaba para dar caza al tirador… cuando otro disparaba desde otro lugar, y así sucesivamente. Lo llamaban “tanguillo” porque hacían bailar a los ingleses. El tal Pepe era el líder de la guerrilla, que estaba resultando un puto genio militar.

Peor para la moral fue cuando la guerrilla tomó como objetivo el primer hombre de las patrullas. Mediante francotiradores, trampas o bombas, el objetivo fue matar al primer hombre de cada patrulla. Los soldados ingleses pronto supieron que encabezar la formación era jugar a la ruleta rusa.

Pero eso no había sido tan malo como lo de las bombas. Entre los insurgentes había un tipo, al que llamaban el “artista”, que era un genio diseñando trampas explosivas. Podían ser tan simples como un cartucho de Mauser metido en una caña enterrada en un camino: al pisillo se disparaba y le volaba el pie al desgraciado que lo hiciese. Otras veces eran cables tendidos a ras de suelo que activaban bombas de mano. O grandes cargas explosivas que derrumbaban media montaña sobre los caminos. O bombas escondidas en las barricadas. Otras veces eran más diabólicas. Una patrulla se encontró un foso lleno de lanzas, pero al saltarlo se encontraron con un cable que hizo estallar un proyectil de artillería colgado de un árbol. También aparecieron banderas fascistas conectadas a bombas, por lo que solo se acercaban a ellas con grandes precauciones, y las arrancaban con cuerdas… hasta que un zapador, intentando atar una bandera, fue despedazado por una mina situado a unos pocos metros. Una compañía de los Royal Welsh fue casi destruida en una emboscada: estaba patrullando la carretera costera cuando pocos insurgentes empezaron a disparar. Los galeses, pensando que se trataba otra vez del “tanguillo”, se dispersaron y se refugiaron en las cunetas, para descubrir que estaban llenas de bombas que los españoles hicieron estallar a distancia.

La población del interior ayudaba descaradamente al enemigo. Recibieron la orden de construir barricadas en las carreteras, que podrían tener minas o no. Informaban del paso de los ingleses mediante un código de silbidos que se oían a gran distancia. Cuando los británicos intentaron usar guías locales, estos siempre se perdían o, peor aun, metían a las patrullas en campos minados a costa de sus miserables vidas. Los ingleses descubrieron que los guerrilleros usaban burros y mulos para moverse por las montañas, pero cuando intentaron incautar los de los campesinos para hacer lo mismo, las bestias desaparecían, o las que encontraban eran animales enfermos con los cascos dañados.

Al final sus hombres odiaban el servicio de patrullas. Salían lo menos posible y volvían sin terminar el recorrido asignado, mintiendo sobre lo que habían visto. En los pueblos se comportaban como bandoleros, descargando su odio en los aldeanos, que se lo devolvían con creces. Había leído que en la Guerra Peninsular los soldados franceses solo controlaban el suelo que pisaban. Ahora los entendía.

Irwin reclamó más tropas para controlar la insurrección, pero la crisis en Egipto reclamó todos los refuerzos. Peor aun, recibió la orden de enviar a sus soldados veteranos a Oriente, siendo sustituidos por un par brigadas de canadienses respondones e indisciplinados. Intentar controlar un cuarto de millón de almas con dos brigadas es como techar con papel de seda, y el dominio británico se redujo a la capital y a la franja costera oriental de la isla. Al menos esa zona, casi llana, resultaba difícil para las guerrillas.

Finalmente su oficial de Inteligencia había conseguido datos de algunos de sus eran sus enemigos rebuscando en los archivos capturados e interrogando a los insurgentes capturados.

“Comandante José Payeras Alsina, apodado Pepe. Había iniciado su carrera militar en Marruecos combatiendo con los rifeños. En la Guerra Civil mandó milicias de Falange, consiguiendo la Medalla Militar Individual, una condecoración casi equivalente a la Victoria Cross. Tras la guerra fue enviado a su Mallorca natal pero había pedido destino voluntario en Canarias al conocerse la amenaza inglesa. Capturado en la Isleta, escapó mientras se le conducía hacia el campo de prisioneros. Había tomado el mando de los soldados españoles del interior. Extremadamente valiente pero también muy inteligente. Admirado por sus hombres.”

“Teniente José Luis Aramburu Topete, apodado Artista. Estudiante de Ingeniería de Minas, se presentó voluntario en el bando franquista en 1936. Tras la guerra había estudiado en la Academia de Ingenieros. Experto en demoliciones, explosivos y minas terrestres. De guarnición en Arinaga había escapado al interior tras el desembarco en Gando. Durante la primera semana había organizado el transporte de los proyectiles de artillería costera a escondites del interior.”

Esos eran su Pepe y su Artista. Que estarían escondidos en algún rincón de esa pesadilla de montañas y barrancos que llamaban isla. Iba a necesitar más soldados si quería sacarlos de sus agujeros.

El general Irwin solo acertaba en parte. El Artista estaba en un agujero, pero no en las montañas. El casi abandono de la isla por los ingleses había permitido la recepción de armas y de explosivos transportados por aviones y submarinos. Junto con Payeras habían decidido lanzar un gran ataque contra la guarnición inglesa que sería precedido por una cadena de atentados. Usando la red de alcantarillado habían trasladado grandes cantidades de explosivos bajo los principales edificios ocupados por los británicos. Los sótanos del Gobierno Civil, el edificio decimonónico convertido en cuartel general inglés, albergaban ahora una tonelada de Gelignita.

Mientras Irwin miraba por la ventana hacia las montañas la mecha lenta terminó de arder. Lo último que vio el general fue un destello de luz blanca.
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