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Historias, relatos... escritos por los usuarios del foro
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Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 16, 2014 10:05 pm

Espero que mañana o pasado haya nueva entrega. He tenido fin de semana (largo) de asueto.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 1:48 am

Aquí estamos esperando con avidez :D

A ver cómo vas rematando la faena, que no es fácil.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 3:42 am

Hola!!

Oye Domper, que raro se me hace llamarte así, ¿has comentado algo en alguna parte de cambiar el simbolo nazi?

Es que a colación de este comentario de Anibal Clar:

Anibal clar escribió:Aquí estamos esperando con avidez :D

A ver cómo vas rematando la faena, que no es fácil.

Saludos.


Le iba a contestar que con la Svastica ondeando en el polo sur pero sabiendo de tu repulsión por estas cosas me pregunto sino has planteado cambiar este simbolo.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 11:41 am

Lo de Domper es por un apellido familiar. Ya te puedes imaginar que uno acaba con tropecientos apodos por los foros, y estuve unificando, pero alguno se quedó con el antiguo, por ejemplo el del El Gran Capitán, o también el de Flickr.

Respecto a lo de la simbología, yo creo que se mantendría. En 1941, sin los campos, la esvástica no tenía más connotación negativa que las fasces, el yugo y las flechas... o la hoz y el martillo. Una cosa es que el régimen nazi no tome la deriva genocida a la que le llevó el indigno (siempre he creído que si Goering se metió fue por su devoción personal) y otra que pasase a ser una democracia parlamentaria. El sistema de partido único resultaba muy atractivo en los años treinta, época en la que tras una crisis los partidos totalitarios hicieron la misma campaña anti políticos que ahora.

Sobre como resolver la HA... pues no me parece tan sencillo, porque no veo tan claro el derrumbamiento inglés tras una derrota, máxime con el antecedente de las guerras napoleónicas. Pero quedan por ahí muchas opciones abiertas. Como pistas, hay un ejército inglés el Grecia, está Chipre, queda el problema yugoslavo, la campaña naval... y el principal problema: la URSS.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 4:02 pm

Capítulo 11. Reacciones

Sinceridad


27 de Febrero de 1941

El Primer Ministro Sir Winston Churchill se dirige a los honorables miembros del la Cámara de los Comunes

— Ujier, abra las puertas. Nuestra Gran Nación, fuerte en la adversidad y magnánima en la victoria, tiene que escuchar estas palabras.

Los ujieres abren las puertas de la cámara, tras las que se agolpa una multitud de curiosos. La tribuna está llena de visitantes y periodistas. También están presentes los embajadores de las potencias neutrales. La radio alemana afirmaba haber derrotado al ejército y la marina ingleses en el Mediterráneo, y todo el mundo quería oír las explicaciones de Churchill-

— Compatriotas, hemos sufrido una gran derrota.

Los murmullos corrieron por la sala. Los rumores eran ciertos. Churchill siguió.

— El pasado día doce un ejército italoalemán de quince divisiones atacó al XIII Cuerpo en la frontera entre Libia y Egipto. Nuestras tropas, comandadas por el General O’Connor, combatieron con decisión, rechazando los asaltos italianos y alemanes y posteriormente contraatacando. El XIII Cuerpo rompió el frente del ejército italiano, cuyas tropas se desbandaron. Hicimos más de tres mil prisioneros y capturamos grandes cantidades de material.

— Sin embargo — Churchill no dejó que la audiencia se complaciese en la fugaz victoria — un ejército de tanques alemán atacó al XIII Cuerpo por el Sur. Nuestros tanques salieron a su encuentro, pero fueron derrotados tras una durísima batalla, en la que los alemanes perdieron la mitad de sus fuerzas. Pero el resto avanzó rápidamente por la costa dirigiéndose hacia Alejandría. O’Connor tuvo que cesar su ofensiva y retirarse para crear una línea defensiva a 100 millas al Este de Alejandría. Pero los tanques alemanes, de nuevos modelos nunca vistos, avanzaron rápidamente y desbordaron a las tropas de O,Connor.

La sala se quedó silenciosa mientras Churchill seguía con su relato.

— Simultáneamente los alemanes lanzaron paracaidistas sobre los oasis del Nilo, algo al Sur de El Cairo. Nuestra guarnición se defendió bravamente y casi consiguió aniquilar a los atacantes, pero eso les impidió acudir a la costa a apoyar a O’Connor. Por ello los tanques alemanes siguieron su avance y embolsaron al XIII Cuerpo en Fuka. El Teniente General Wawell, al mando del Middle East Command, corría riesgo de ver cercadas el resto de sus tropas, lo que permitiría a los alemanes avanzar por Palestina y Mesopotamia hacia el Golfo Pérsico. Por ello el general Wawell ordenó la retirada de sus tropas al Canal de Suez, donde pudieron detener el avance alemán.

El silencio seguía mientras la Cámara esperaba peores noticias.

— La obligada retirada del General Wawell dejó al XIII Cuerpo de O’Connor aislado en Fukay la Royal Navy tuvo que abandonar la base naval de Alejandría. Durante la retirada la Mediterranean Fleet fue atacada repetidamente por submarinos y aviones del Eje y perdió el acorazado Warspite, los portaaviones Hermes e Illustrious, el crucero Coventry, los monitores Erebus y Terror, tres destructores y otros buques auxiliares. Me complace decir que las dotaciones de esos buques han sido rescatadas casi al completo, pero la Mediterranean Fleet ha dejado de existir como fuerza. Los buques supervivientes, entre los cuales están los acorazados Valiant y Barham, han tenido que retirarse al Mar Rojo.

Las lágrimas corrieron por las mejillas de varios espectadores. El ejército podía sufrir derrotas, pero no la Royal Navy.

— Tras la retirada de la flota solo quedaron en el Mediterráneo buques menores, que gallardamente intentaron socorrer al XIII Cuerpo. Pero la flota italiana, ya sin miedo a nuestros acorazados, salió de su base y cortó la línea de suministros. Sin esperanza de rescate, el XIII Cuerpo se rindió ayer. Han sido capturados 36.000 soldados.

En las gradas se empezaron a escuchar protestas contra el Premier, pero Churchill siguió.

— El general Wawell, reforzado por tropas imperiales y por la Legión Árabe, ha conseguido formar una línea defensiva en el Canal de Suez y en el Delta del Nilo y ha conseguido rechazar los ataques alemanes. Nuestra posición en Palestina no corre peligro.

Ahora Churchill sube el tono

— Compatriotas, lamento repetirlo, pero hemos sufrido una gran derrota. Hemos perdido nuestra posición en Egipto y, sobre todo, miles de valientes. Pero no hemos perdido la guerra. Las bases de Haifa y de Chipre nos permiten seguir controlando el Mediterráneo, y nuestro cuerpo expedicionario en Grecia está preparado para expulsar a los aliados de los Balcanes. Nuestra marina sigue dominando las olas, y los convoyes siguen afluyendo a nuestros puertos desde medio mundo, mientras que los barcos con la Union Jack bloquean al enemigo, llevándolos hacia la miseria. Con la ayuda de Estados unidos, el Imperio está unido en la lucha contra el expansionismo de Goering…

Las miradas buscan a Joseph Kennedy, embajador norteamericano, presente en la galería, pero este intenta rehuirlas

— Alemania ha llegado a su límite. Más allá de Suez la bandera británica ondea por miles de kilómetros. Es ahora cuando el orgullo y la tenacidad inglesa derrotarán la barbarie huna. Porque ¿qué han conseguido los teutones? Han conquistado un desierto, han llegado un río, han tomado la misma ciudad que ya vio a Napoleón vencer y ser derrotado. Mientras tendrán que vigilar sus espaldas, porque tras las arenas de sus playas la Royal Navy les acecha. Desde el mar la fuerza del Imperio les seguirá acosando hasta que el mundo libre se une contra la opresión germánica.

El orgullo despierta en los corazones de los asistentes, que empiezan a vitorear.

— Honorables Parlamentarios, la lucha que queda será larga y triste, pero alumbrará una nueva era. Esa lucha necesita un liderazgo firme, por lo que os pido que confirméis vuestra confianza en el actual gobierno.
Última edición por Domper el Lun Mar 24, 2014 11:28 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 4:03 pm

Impresiones

27 de Febrero de 1941

— Herman, esta es la traducción del discurso de Churchill en el parlamento. — El general Schellenberg despachaba con Goering.

— ¿Cómo es que Churchill sigue en el poder? Me prometiste que el gobierno inglés caería cuando los expulsásemos de Egipto.

Schellenberg pensó que él no había hecho ninguna promesa, y que ese condenado inglés estaba demostrando tener más vidas que un gato. Con todo, la maniobra de Egipto había sido un éxito resonante que se estaba celebrando en todo el mundo. Varios países neutrales, entre ellos Turquía y Argentina, se habían solicitado una visita de plenipotenciarios alemanes. En el frente interno la gran victoria de Egipto se había celebrado en las calles, con especial alegría al saber que había sido poco costosa. La derrota de la flota inglesa en la conocida como la batalla de Damietta se veía como una venganza tras la pérdida de la flota en 1918.

— Statthalter — Schellenberg prefirió pasar a un tono más formal — Churchill ha demostrado ser más listo que un zorro al pedir una votación del Parlamento antes que sus opositores estuviesen preparados, y se ha ganado a los parlamentarios con su oratoria. Nadie esperaba su sinceridad, y con ella desarmó a sus oponentes. Pero ¿qué cambia con su discurso? Ni una coma. Egipto ha caído en nuestras manos, y nuestros tanques han llegado al Canal de Suez. La Royal Navy ha sido barrida del Mediterráneo, y el cuerpo expedicionario inglés en Grecia ha quedado casi aislado. Incluso es mejor que Inglaterra aguante un poco más: así su derrota será peor y nuestras condiciones podrán ser más duras.

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— Lo siento, Dorothy, pero ese tipo me subleva. Está llevando a nuestro país a una catástrofe y esos memos del Parlamento le aplauden.

— Edward, por favor, cálmate…

Edward Frederick Lindley Wood, Vizconde de Halifax, había estado escuchando el discurso del Primer Ministro en el Parlamento por la radio. Tras presentar su renuncia a Churchill por las matanzas de La Línea, había visto como el Premier llevaba paso a paso el país hacia la catástrofe. La invasión de Andalucía, lanzada sin provocación, no solo había enfrentado a Inglaterra con casi toda Europa, sino que había acabado en un desastre al perder Gibraltar y el acceso occidental al Mediterráneo. No contento con ello, Churchill había enviado un ejército a Grecia persiguiendo un sueño enloquecido, mientras el Eje preparaba su ofensiva en Egipto. Tras la derrota cualquier político medianamente honesto hubiese dimitido pero no, ese intrigante chaquetero había conseguido convencer a los asnos del parlamento con un discurso florido. Bonitas palabras, sí, pero ¿qué había cambiado su discurso? Porque los panzer alemanes seguían asomados al Canal de Suez, los países neutrales se cuestionaban sus alianzas, e incluso Stalin empezaba a ambicionar un bocado del Imperio Británico.

Lord Halifax recordaba esas tardes en Yorkshire, en los días negros de Mayo de 1940, cuando temió ver su patria violada por la bota hitleriana. Fue el momento para haber buscado la paz. Ocasión que la oratoria churchilliana abortó. Luego el Promer Ministro había respondido con cañonazos a la mano tendida por Goering, y luego se había lanzado contra Francia y España. Churchill había sembrado vientos, y Halifax temía ver las suaves colinas de Yorkshire aplastadas por la peor tempestad de la Historia.

Para Lord Halifax estaba siendo también un drama personal. Su primogénito Charles había desaparecido en los combates en la frontera. El embajador rezaba porque hubiese sido capturado, pero aun no tenían noticias. Además las cartas de su hermano, piloto de la RAF en Egipto, relataban los combates desesperados sobre el Canal de Suez. Como su familia, tantas otras estaban sufriendo en su amada patria. Eso tenía que acabar.

— Dorothy, esto tiene que acabar. Hablaré con algunos amigos a ver si hay forma de detener esta locura.

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— Bueno, Ramón, los ingleses no se rinden ¿Y ahora, qué? —El dictador Franco, que había entrado renuentemente en la guerra, temía que esta continuase.

— Paco, Churchill siempre ha sido un gran orador, y ha contado a los hijos de la Pérfida Albión lo que quieren escuchar. Que Egipto no es importante, que siguen dominando el mar, que si Napoleón por aquí, Napoleón por allá, y que van a ganar la guerra. Mucho floreado pero poca sustancia. —contestó Ramón Serrano Suñer, el “cuñadísimo”, hombre fuerte del régimen y Ministro de Asuntos Exteriores.

— Es que en realidad no ha cambiado nada ¿Qué importancia tenía Egipto? — Franco alardeaba de sus conocimientos militares —. Total, han perdido el Canal de Suez, que con Italia en guerra de poco servía. Han conquistado una ciudad llena de moscas, y punto. Para conquistar los pozos de petróleo de Mosul les quedan dos mil kilómetros de pedregales. Mientras siguen conquistándonos las Canarias, una a una. Ayer mismo desembarcaron en El Hierro y La Palma. Ya solo conservamos Tenerife y La Gomera.

Serrano Suñer no era tan pesimista — Paco, no lo veas todo tan negro. Desde Suez hasta Mosul quedarán muchos kilómetros, pero los panzer los recorrerán en un plis plas. Además ahora que el Mediterráneo vuelve a abrirse a la navegación nos llegará petróleo de Rumania y de Baku.

— No será tan fácil. Si los ingleses no se rinden, una de dos: o se les bloquea con submarinos, o se desembarca en su isla. Ambas cosas son difíciles. Por desgracia no tenemos opción, y nuestro destino está ligado al de Alemania. En cuanto volvamos a tener un poco de petróleo ordenaré que el Canarias salga de nuevo al Atlántico.

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— Almirante ¿qué opina del mensaje de Churchill?

El almirante Darlan estaba reunido con el Jefe del Estado, el anciano Mariscal Pétain, que lo había nombrado Jefe del Gobierno un par de semanas antes. El almirante, como buen marino francés, hacía gala de ser antibritánico. Bajo su dirección la flota francesa había colaborado con la inglesa contra Alemania pero, tras la derrota y sobre todo tras los sucesos de Mers el Kebir y Alejandría, se había sentido traicionado, por lo que había solicitado al Mariscal Pétain la declaración de guerra a Gran Bretaña. Pero el Mariscal había conseguido calmarlo. En los siguientes meses Darlan había reconsiderado su postura, pensando que la fortaleza naval británica le defendía contra los ataques alemanes, y que era mejor para Francia permanecer entre dos aguas a la espera de una oportunidad ¿La victoria alemana en Egipto lo sería? Esa era la pregunta real del Mariscal Pétain, y el destino de Francia podía depender de su respuesta.

— Que se trata de un discurso incendiario para la galería. La realidad es que Inglaterra ha sufrido una gran derrota y se va a ver expulsada del Mediterráneo. Es más, si no retira cuanto antes su ejército de Grecia, este se puede ver atrapado.

— Luego cree que los ingleses van a perder la guerra. — Dice Pétain.

— No me parece tan sencillo, Mariscal. Sí, los ingleses han sido derrotados en Egipto pero ¿qué han perdido en realidad? Un par de decenas de miles de soldados, bastantes menos que los que perdieron en cualquier batalla de la Gran Guerra — el Mariscal Pétain había sido uno de los líderes franceses durante la guerra anterior, no estaba de más recordársela —. También han perdido el Canal de Suez, pero este tiene escaso valor ya que el Mediterráneo está cerrado a su navegación. Pero Inglaterra sigue disponiendo de un ejército formidable, que ya han conseguido rearmar, y su flota es muy superior a las demás marinas europeas juntas. Además Churchill está recibiendo cada vez más ayuda norteamericana. No solo fusiles y cañones para rearmar los soldados escapados de Dunkerque, sino nada menos que cincuenta destructores, tantos como todos los destructores que nos quedan.

— Pero la flota británica solo ejerce su poder sobre el mar.

— Cierto, Mariscal. Pero mientras los ingleses puedan mantener sus líneas de comunicaciones abiertas podrán resistir. Peor todavía, su dominio del mar les permite atacar cualquiera de nuestras colonias, y les permite conservar las colonias que nos han arrebatado los traidores seguidores de De Gaulle.

— ¿Cuál sería su recomendación?

— Mariscal, creo que para Francia lo mejor sería mantener nuestra actual postura, tal vez un poco más favorable a Alemania, pero sin intervenir en la guerra. También recomendaría que asegurásemos a Churchill por medio de los americanos que, si él no actúa contra nuestras colonias, nosotros permaneceremos al margen.

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— Dime Harry ¿qué te parece el discurso de Winston?

— Presidente, una cosa es lo que dice y otra el trasfondo. Que sigue siendo el mismo: Inglaterra podrá resistir contra Alemania, sobre todo si nosotros incrementamos nuestra ayuda. Pero que por si solos nunca podrán vencer.

— Winston ya sabe que tiene todo mi apoyo, pero que no tengo tanta libertad de acción como cree. La opinión pública está contra la guerra, y la postura de Inglaterra, atacando a sus antiguos aliados franceses y a los neutrales, resulta cada día más criticada. Me costó Dios y ayuda que el Congreso aceptase la cesión de los destructores, y no sé si las Cámaras aceptarán el proyecto de Ley de Préstamo y Arriendo.

— Presidente, el Partido tiene mayoría en ambas cámaras.

— Ya sabes que no es tan sencillo. He tenido que recibir a varios congresistas y senadores que se oponen a una mayor implicación de los Estados Unidos en la guerra, especialmente ahora que parece que Inglaterra solo lucha por mantener su primacía en Europa.

— A cambio hay bastantes republicanos que apoyarían la ayuda a Inglaterra.

— Sí, Harry, pero el margen es muy pequeño, y no puedo permitirme un fracaso. Habrá que decirle a Winston que se tranquilice durante una temporada y no haga más patochadas ¿Te sientes capaz de viajar a Londres?

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El recientemente designado Jefe del Estado Mayor Central, el general Georgy Zhukov, presentaba su primer informe ante el Politburo.

— Camaradas, considero que aunque los imperialistas británicos han sufrido una gran derrota, su situación no es crítica. Las pérdidas que han sufrido son menores que las que tuvieron el primer día de la Batalla del Somme. En cuanto a su marina, sigue siendo muy superior a la alemana. Más delicada es su situación estratégica pues, si no retiran inmediatamente su ejército de Grecia puede quedar atrapado, y no dispondrán de fuerzas con las que frenar el avance alemán

— ¿Alemán o del Pacto de Aquisgrán, camarada general? — preguntó el Mariscal Timoshenko, Comisario Popular de Defensa.

— Camarada, todos sabemos que el Pacto de Aquisgrán no es sino una farsa montada por Goering y Papen para dar una apariencia legal a su hegemonía europea. La estrategia del Pacto se decide en Berlín y los demás son solo comparsas. Incluso los italianos, a pesar de la fanfarronería de Mussolini, bailan al son de Berlín. — intervino el Ministro de Exteriores, Vyacheslav Molotov.

— Luego es un enfrentamiento entre Alemania e Inglaterra. — dijo Zhdánov, Presidente del Soviet.

— Siempre lo ha sido, camarada Secretario General — respondió Zhukov —. Dicen combatir por recuperar sus tierras perdidas, o para defender la libertad, pero realmente son los capitalistas alemanes e ingleses peleándose para dominar los mercados y lograr la supremacía mundial. — Nunca estaba demás un poco de ortodoxia ideológica.

— Entiendo, camarada general. Pero ¿usted cree que Inglaterra podrá superar esa derrota? — preguntó Molotov.

— Debiera poder hacerlo — repuso Zhukov. — Inglaterra sigue dominando el mar, por lo que cualquier intento de invasión alemán resultará muy costoso. Por otra parte, si Alemania sigue su ofensiva en Oriente Medio, las distancias son tan grandes que su ejército se debilitará. Camarada, creo que si Inglaterra es derrotada será no en el campo de batalla sino por su debilidad interna — Zhukov pensó que un poco de ortodoxia ideológica no vendría mal, sin saber la repercusión que tendrían sus palabras.

El temido Lázar Kaganóvich, que nominalmente desempeñaba cargos relacionados con la industria, pero en realidad era el encargado de vigilar al Partido, apoyo la declaración de Zhukov:

— Tiene usted razón, camarada general. La imperialista Inglaterra lleva a morir a sus trabajadores para que los capitalistas se enriquezcan, pero pronto el proletariado británico se levantará y acabará con la opresión, sobre todo si la guerra se prolonga. Como en 1917, una guerra prolongada ahondará las contradicciones internas de los fascistas y de los capitalistas y llevará a la Revolución, que se extenderá primero por Inglaterra y Alemania, luego pro Europa, finalmente por el mundo.

El secretario del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido como Stalin, tomo la palabra por primera vez.

— La reflexión del camarada Kaganóvich tiene gran valor ¿El Comité Central cree que la continuación de la guerra favorecería la Revolución Mundial? — Stalin miró a los presentes, que asintieron silenciosamente —. Bien. Camarada General ¿crees que Inglaterra podrá seguir luchando? — dijo dirigiéndose a Zhukov.

Zhukov tragó saliva, porque sabía que su respuesta le comprometería. Si se equivocaba sería premiado con una bala en la nuca. Por ello intentó tomar una postura tibia.

— Camarada, militarmente Inglaterra está lejos de ser derrotada, pero corre el peligro de sufrir una nueva derrota en Oriente Medio. Pero, como antes he indicado, para Alemania sigue siendo muy difícil desembarcar en Gran Bretaña y acabar con la guerra. Además la superioridad naval inglesa les permitirá mantener las comunicaciones con Estados Unidos y hostigar a los aliados de Alemania. Por eso considero que, desde el punto de vista militar, Inglaterra puede seguir resistiendo. Sin embargo no puedo opinar sobre el aspecto político.

Stalin miró al Comisario Popular de Asuntos internos, es decir, al jefe de la policía secreta, Lavrenti Beria.

— Camaradas — dijo Beria —, por desgracia nuestras fuentes en Inglaterra nos indican que el país aun no está maduro para la revolución. Desafortunadamente los socialtraidores laboristas han conseguido acallar a las masas obreras ofreciéndoles unas pocas migajas que los capitalistas se han dignado proporcionarles. Sin embargo, la posición de su Primer Ministro, Churchill, en menos segura. Aunque su discurso ene l Parlamento le ha ganado apoyos estos no durarán. Y si cae Churchill, es probable que sea sustituido por políticos como Halifax, partidarios de un acuerdo con Goering. Un acuerdo de ese tipo permitiría a los ingleses controlar a su proletariado. Si conviene que siga la guerra es preciso que Churchill se mantenga en el poder, aunque repugne apoyar a un asesino de trabajadores en el poder.

Stalin respondió: — Gracias, camarada ¿Cómo recomienda que apoyemos a Churchill?

— Directamente, poco podemos hacer — dijo Beria —. Tan solo podemos pedir a los camaradas del Partido Comunista de la Gran Bretaña que apoyen la guerra y a Churchill — todos entendieron lo que significaba esa “petición” —. Pero también podemos ayudar a Inglaterra de otra forma. Alemania depende de nuestras exportaciones. Sin nuestro petróleo, nuestro cereal y nuestras materias primas ni podrá seguir la guerra ni podrá mantener a sus aliados.

— ¿Recomiendas romper las relaciones con Alemania? — preguntó Stalin.

— No por ahora, camarada. Alemania dispone de un gran ejército victorioso y, aunque no sea enemigo para el Ejército Rojo, tampoco conviene provocarles. No, sería mejor que simplemente se produjesen “dificultades” que ralenticen las entregas.
Última edición por Domper el Mar Mar 18, 2014 2:19 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 4:03 pm

¿Palo o zanahoria?

2 de Marzo de 1941

— Embajador, es un placer volver a verle — Von Papen había conocido al recién llegado embajador francés en Berlín, André François-Poncet, durante su anterior estancia en Berlín durante la década anterior.

— Excelencia — responde François-Poncet —, siempre he admirado la cultura alemana, y volver a Berlín es volver a casa.

— Me alegra la reapertura de la embajada francesa en París. La Parisier Platz se veía vacía sin la bandera tricolor. Embajador, será un placer colaborar con usted para fortalecer la amistad francoalemana.

El embajador pensó que esa amistad francoalemana se solía dirimir en el campo de batalla, que había visto cinco guerras entre Francia y Prusia en los últimos 150 años. Pero Francia no ganaría nada con descortesías. François-Poncet agradeció las atenciones recibidas, mientras esperaba que el ministro dijese lo que deseaba.

— Embajador, supongo que está al tanto de las declaraciones del criminal Churchill. Aunque los ejércitos del Pacto de Aquisgrán lo han derrotado una y otra vez, pretende continuar la guerra, intentando implicar para ello a Estados Unidos. Embajador, no hará falta que le recuerde que la continuación de la guerra está siendo una catástrofe para Francia. Inglaterra está enviando sus aviones en bombardeos criminales sobre Francia y, aunque la Luftwaffe intenta defender a su patria — Von Papen señaló al embajador francés que los combates se producían sobre Francia — y aunque les causemos tremendas bajas, no podemos impedir que algunas bombas maten a mujeres y niños franceses.

— Ministro, mi gobierno ha protestado repetidas veces ante el gobierno de Londres por esos bombardeos.

— Embajador, sé de esas protestas — al parecer los servicios secretos alemanes habían conseguido infiltrarse en la diplomacia francesa — y también sé de su inutilidad. Pero los bombardeos no es lo peor que sufre Francia. El bloqueo ilegal al que se ve sometida por la marina inglesa está arruinando la economía francesa. Sus fábricas están cerrando my el desempleo se multiplica. Si no fuese por el petróleo y los cereales de las reservas alemanas que el Statthalter Goering ha enviado como presente a la aliada Francia los niños franceses estarían pasando hambre.

Buena forma de tergiversar los hechos, pensó el embajador. La ruina de la economía francesa se debía a las indemnizaciones impuestas por Alemania, a su rapaz política económica, y a la retención de cientos de miles de prisioneros de guerra. Pero era cierto que Francia dependía de las migajas que quisiese ceder Alemania, por lo que el embajador asintió.

— Pero Francia, a pesar de los ataques del delincuente Churchill — siguió Von Papen — no está cumpliendo sus compromisos con el Pacto de Aquisgrán. Aunque firmó la declaración condenando la agresión británica a España, aunque se comprometió a entrar en guerra contra Inglaterra al lado de Alemania, ustedes apenas han hecho nada. Unas pocas incursiones en las colonias inglesas y alguna corta razzia de sus buques de guerra.

— Ministro — interrumpió el embajador, que tenía órdenes expresas de Pétain de no dejarse arrastrar a una mayor colaboración —, para Francia ha sido imposible hacer nada más. Ni la marina ni la fuerza aérea disponen del combustible suficiente para operar, nuestros aviones ni siquiera tienen gasolina para poder derribar a los bombarderos ingleses que atacan las ciudades francesas. Además ya sabe que la situación en nuestras colonias es delicada, no solo algunas de nuestras colonias del África Ecuatorial se han pasado al traidor De Gaulle, sino que en el resto la situación no es clara, y una mayor implicación en la guerra podría llevar a su defección. Hasta que el régimen del Mariscal Pétain no se consolide en dichas tierras no se podrá pasar a la ofensiva. Por otra parte, gran parte de nuestro ejército sigue prisionero en Alemania.

— Embajador, Alemania cumplió el compromiso de liberar 400.000 prisioneros franceses, pero Francia incumplió los suyos. Ni declaró la guerra formalmente a Gran Bretaña, ni formó unidades cobeligerantes, ni cedió los barcos señalados a la marina alemana. Embajador, siento decirlo, pero el honor francés está en juego.

El embajador se tragó el sapo. Von Papen tenía razón, Francia estaba incumpliendo lo firmado, pero la situación francesa era delicada. Los servicios de inteligencia parecía estar jugando con doble baraja, filtrando información a los ingleses. Los tripulantes del Strasbourg y del Dunkerque habían saboteado sus buques para evitar su entrega. Bien, intentaría paliar la situación con alguna concesión menor.

— Excelencia, el Mariscal Pétain me ha autorizado a ofrecer mayor cooperación antbritánica, mediante una ofensiva de nuestras fuerzas estacionadas en Siria contra la Palestina británica. Pero esas fuerzas están aisladas por completo de la metrópoli y carecen de los medios adecuados para lanzar dicha operación. Dispongo de una lista de los medios necesarios, que con gusto le entregaré, pero le anticipo que el general Dentz solicita dos grupos de caza, uno de bombardeo, y dos regimientos de carros de combate modernos, con los correspondientes repuestos, más el combustible necesario para moverlos y las municiones que necesiten. Además Francia necesita con urgencia un millón de barriles de petróleo para que la aviación impida los ataques ingleses y la industria pueda ponerse en marcha ¿Podría Alemania atender a la petición francesa?

— Embajador, el Statthalter Goering cedió en Diciembre a Francia medio millón de barriles procedentes de sus reservas estratégicas.

— Excelencia, el Mariscal Pétain y la nación francesa agradecieron el regalo del Statthalter, pero la cantidad sigue siendo mucho menos de las necesidades francesas.

Von Papen ya esperaba esa táctica disuasoria, pero no se iba a dejar enredar. Por una parte, la reserva estratégica alemana de petróleo se estaba vaciando. Aunque había aumentado la producción en los campos rumanos de Ploiesti seguía siendo insuficiente para las necesidades alemanas e italianas. Además el Mediterráneo Oriental seguía cerrado a la navegación, por lo que el petróleo del Cáucaso que la URSS vendía a Alemania tenía que ser transportado por el Danubio.

— Embajador, Alemania entiende las necesidades francesas, pero Francia debe comprender que Alemania está enfrentada en lucha a muerte con Inglaterra. Es el deber de los aliados de Alemania unirse a ella para conseguir la victoria final, tras la cual las demandas francesas quedarán más que satisfechas.

El mensaje implícito quedaba claro: Von Papen reprochaba a Francia su inactividad, y no cedería nada a los franceses hasta que estos se moviesen.

— Excelencia, Francia entiende, como no, la posición alemana, pero el pueblo francés no aprobará que mientras sus hijos tiritan de frío se use nuestro escaso petróleo para una ofensiva al otro lado del mundo.

Luego sí tenéis petróleo, aunque sea poco, pensó Von Papen, pero no os da la gana colaborar con nosotros. Bueno, habría que poner las cartas sobre la mesa.

— Embajador, no solo los niños franceses pasan frío en este duro invierno. Pero el pueblo alemán, bien conducido por el Statthalter, entiende que es necesario este sacrificio para liberar a Europa de las intrigas inglesas. Será la paz victoriosa la que colme las ambiciones del pueblo alemán. Si el pueblo francés no entiende las ventajas que conseguirá con esa paz tal vez sea por una conducción inadecuada.

¿A dónde quiere ir a parar Von Papen, pensó el embajador? — Excelencia, el Mariscal Pétain está creando una nueva Francia alejada de las influencias degeneradas, siguiendo el camino marcado por Alemania.

— En ningún momento Alemania ha durado de la amistad que une al Mariscal con sus antiguos enemigos — la ironía de Von Papen no pareció hacer mella en el embajador francés — pero sí de sus colaboradores. Embajador, Alemania tenía amigos en el gobierno francés, pero han sido apartados de sus puestos o incluso detenidos. El ministro Pierre Laval, que medió entre nuestros dos países, fue detenido y apartado del gobierno. El Almirante Darlan, actual Primer Ministro, está manteniendo contactos con los ingleses. Nuestros servicios de inteligencia no son completamente ineptos ¿lo sabía? Esta situación es inaceptable para Alemania. El Statthalter Goering me ha indicado que le diga que, de no ser sustituido el Almirante Darlan por Pierre Laval antes del find e la semana, las tropas de Alemania y del Pacto de Aquisgrán procederán a ocupar el Norte y el Centro de Francia, y Alemania unirá a su territorio Alsacia y Lorena, sin plebiscitos.

El embajador francés enrojeció. — Ministro, se trata de un ultimátum.

— No, mi querido embajador. Se trata de la realidad. Francia y Alemania llegaron a un compromiso que Francia está violando sistemáticamente. Ese compromiso incluía grandes ventajas para Francia, tales como la resolución definitiva del problema Belga. Pero Alemania ayudará a una Francia amiga pero nunca a una Francia hostil. Le recuerdo también que tanto Italia como España, fieles aliadas del Reich en la lucha por la victoria, tiene sus propias apetencias territoriales.

— Transmitiré su ultimátum a mi gobierno, señor ministro.

— No, embajador, insisto en que no es un ultimátum sino una elección. Francia puede unirse a la Europa victoriosa, obteniendo grandes ventajas, o unirse a los derrotados. Será su elección.

François-Poncet se tragó el sapo. Esperaba que Von Papen tuviese alguna demanda, pero no esto. Que un diplomático veterano fuese tan brusco indicaba que la nueva invasión alemana era inminente. Y en el estado de de debilidad en el que Francia se encontraba, no tendría otro remedio que ceder. Bien, trasladaría a Vichy la exigencia alemana, pero se imaginaba la respuesta. El embajador se levantó peo Von Papen le interrumpió.

— Un último detalle, embajador. La propuesta de la ofensiva en Siria sería muy bien recibida por el Statthalter. El cambio de rumbo que tanto conviene a Francia debe incluir esa ofensiva.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 17, 2014 4:03 pm

Chorro

4 de Marzo de 1941

El Generaloberst Ritter von Greim miró disgustado a su visitante —. Herr Heinkel, he atendido a su solicitud sólo por sus pasados servicios a la Patria, pero su petición me parece del todo irregular.

— General, entiendo su disgusto, pero el asunto es importante — dijo Ernst Heinkel, director del grupo de empresas aeronáuticas del mismo nombre.

— Herr Heinkel, en su carta usted sugiere que mis subordinados Udet y Milch están causando un grave perjuicio a Alemania bloqueando sus proyectis. Herr Heinkel, Tanto Ernst Udet como Erhard Milch son nazis fervientes que con su labor han engrandecido la Luftwaffe y están llevando a Alemania a la victoria.

Heinkel tragó saliva. La entrevista no iba a ser fácil —. General, usted sabe que esa victoria solo será posible si la Luftwaffe mantiene su supremacía — von Greim asintió — y la supremacía depende de la superioridad técnica. Porque ¿Qué podrán hacer nuestros valientes pilotos cuando se enfrenten a cazas volando a 900 kilómetros por hora?

Ritter von Greim sabía de la afición de Heinkel por las altas velocidades. Lo malo es que sus veloces prototipos no se traducían en diseños realizables. — ¿Cazas volando a 900? Creo que tardaremos mucho en ver eso.

— General, no hay que esperar mucho sino bastante poco — responde Heinkel —. Si todo va bien este mes hará el primer vuelo propulsado mi prototipo Heinkel 280.

— ¿Heinkel 280? Creo que no había oído hablar de ese avión ¿Podría refrescarme la memoria? — von Greim empezó a mostrar algún interés.

— Mire, general, usted ya sabe que uno de los intereses de la compañía de aviación Heinkel es el desarrollo de aviones de alta velocidad. No hará falta que le recuerde las ventajas e un avión veloz: como caza, puede elegir como y cuando atacar a sus enemigos, como bombardero puede eludir a los cazas enemigos como si no existiesen. Hasta ahora la forma de conseguir un avión más veloz era doble: mejorando la célula del avión para que oponga menos resistencia al aire, e instalando plantas motrices más potentes. Pero mi último modelo de caza, el prototipo Heinkel He-100, mostró las limitaciones de la fórmula.

— Sí, el He-100. Lo recuerdo. Un derroche de tiempo y dinero para un avión que nunca sería un caza. — el asunto del He.100 había sido escandaloso, porque Heinkel había intentado colar como avión de caza lo que no era sino un avión para romper récords pero sin posibilidad de uso práctico.

— General, cada marco gastado en el He-100 ha sido bien empleado. No voy a discutir, reconozco que el He.100 ha sido un fiasco, pero hemos aprendido muchísimo con ese avión. El He-100 incorporaba todo tipo de refinamientos aerodinámicos…

— Como esos radiadores por evaporación que le daban una autonomía de quince minutos.

— Sí, como esos radiadores. Pero a pesar de eso, a pesar de llevar el motor más potente de Alemania, ajustado par que rindiese el doble de potencia, el avión nunca alcanzó los 800 kilómetros ahora, que es lo que pretendíamos. Le pasó lo mismo al avión de Messerschmitt, el Me-209. El problema es que a partir de esa velocidad las puntas de las hélices sobrepasan la velocidad del sonido, y pierden eficacia. No importa que instalemos un motor más potente o que modifiquemos las hélices, los cálculos que hemos hecho muestran que el límite absoluto está en los 800 km/h.

— Eso quiere decir que hay un límite en el desarrollo de los aviones.

— Hay un límite, general, pero solo si usamos hélices. Pero ¿Y si usamos otro sistema? Por ejemplo, un cohete. Con cohetes suficientemente potentes no hay otros límites de velocidad que los que imponga la resistencia del aire — von Greim fue a responder pero Heinkel se adelantó —. Sí, sé que mi entrañable rival Messerschmitt está desarrollando un caza con motor cohete, pero lo malo de ese sistema es que la autonomía del avión será muy limitada, de unos pocos minutos. Yo propongo algo mucho mejor, un avión con un motor que produce un chorro de gas como el de un cohete, pero que pueda mantenerse en el aire tanto tiempo como lso cazas actuales.

— Espere ¿Usted ya hizo volar un avión de ese tipo, creo recordar. Un fracaso, que era más lento que los aviones actuales, y que gastaba el combustible en minutos.

— Sí, el Heinkel 178. Pero general, recuerde que ese avión solo fue un prototipo, el primero de ese tipo en volar. Imagine que el primer avión que volaron los hermanos Wright hubiese llegado a los 500 km/h. Es lo que consiguió mi prototipo ¿se imagina que capacidad de desarrollo tiene? Pues mire, el He.280, que hará su primer vuelo propulsado este mes, es un avión ce ese tipo pero mejorado. Espero que alcance los 800 o 900 km/h. 300 kilómetros por hora más rápido que cualquier otro caza del mundo. Con él Alemania sería la reina de los cielos.

— Hasta que otras potencias desarrollen aviones parecidos.

— Claro, general — repuso Heinkel —. Pero es que hay equipos de otras potencias que están estudiando esos aviones. Porque también puede ocurrir lo contrario. Que nosotros sigamos con los mismos aviones y nuestros enemigos tengan aviones de nuevos tipos.

— Mire, Heinkel, tengo un informe del general Udet en el que recomienda abandonar el desarrollo de los reactores, como usted los llama, y otro del general Mitch donde dice que usted es propenso a ideas fantasiosas y que tendría que concentrarse en producir el bombardero Heinkel 111 y en desarrollar el bombardero He-177.

— Mire, general, permítame serle franco. El General Udet será un magnífico piloto pero su personalidad es, digamos que inestable. Y con Milch el problema es que solo ve por los ojos de Messerschmitt y Junkers.

— Le ruego que respete a los generales Udet y Milch — dijo von Greim, aunque sabía que Heinkel tenía razón.

— Y ellos deben respetarme a mi. El otro día tuve un enfrentamiento con el general Milch a propósito de mi caza zerstorer He-219, que quiere bloquear, aunque es mucho mejor que ese fabricante de viudas de Messerschmitt, el Me-210. El Heinkel 111 será todo lo necesario que se quiera, pero está anticuado, y el Heinkel 177 será un fracaso si seguimos las recomendaciones del Ministerio del Aire.

— Señor Heinkel, Alemania necesita un bombardero como el He-177.

Heinkel vio la mueca de disgusto de von Greim. Si no variaba de táctica tendría un no por respuesta —. General, desde luego que el He-177 es necesario, pero tal como está nunca será un buen avión. Mire, le voy a hacer una propuesta en la que me juego mi compañía. Permítame subcontratar la producción del Heinkel 111, y déjeme libertad de acción con el He-177, con el He-219 y con el He-280. Necesitaré que el Ministerio financie el desarrollo de esos aviones a cuenta de mi compañía. Si los aviones son un fracaso, que la Luftwaffe se quede con ella. Pero si salen adelante, Alemania será la reina de los cielos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 18, 2014 1:18 am

Bien, Domper, bien :D

La cosa está que arde.
Interesante esa posibilidad de que el Canarias vuelva a hacerse a la mar, je, je.
Y curioso la forma de ver las cosas de unos y otros políticos, según el bando donde se encuentran.

Volviendo a España, ¿has pensado en la posibilidad de reparar el Jaime I en lugar de desguazarlo?

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 18, 2014 2:16 pm

Me temo que el Jaime I va a ir al soplete sí o sí.

Por de pronto, el barco sufrió daños muy graves. Me ha costado encontrarlo, porque las fotos que había visto eran hasta ahora de zonas respetadas por la explosión. Pero en este grupo de Facebook sobre el Jaime I:

https://es-es.facebook.com/pages/ACORAZADO-JAIME-I/188737806567

He encontrado esta imagen:

https://es-es.facebook.com/202435536600/photos/a.10150175393861601.295114.202435536600/10150175393971601/?type=1&relevant_count=8

En la que se muestran los enormes daños de la explosión. Además en esas explosiones lo normal es que los daños internos sean mucho mayores. En un incendio de corditas el aumento de presión no es suficientemente rápido como para romper el casco y que escapen por ahí los gases, sino que primero va reventando los mamparos internos. En el caso del Jaime I leí hace tiempo que tras la primera explosión muchos tripulantes pensaron que era un ataque aéreo y se refugiaron bajo cubierta…. Para ser abrasados por los chorros de gases ardientes. Para que esos gases llegasen allí tuvieron que reventar mamparos y probablemente el barco, por dentro, estaba deshecho.

Esto es lo habitual. Que recuerde, el único buque de cierto porte recuperado tras un incendio en un pañol fue el acorazado Mikasa. Pero tras la experiencia se intentó recuperar otros barcos con daños similares y fue imposible.

Por otra parte, para su reparación se precisarían equipos de origen inglés, que me temo que no estuviesen disponibles.

Y para acabar, el Jaime I era un cascajo que hubiese debido ir al soplete un decenio antes. Militarmente estaba obsoleto, incluso hubiese desmerecido de combatir en Jutlandia. En 1937 estaba muy gastado (al menos por lo leído de ese barco y de su gemelo España), tanto el casco como la maquinaria. Vamos, como si hoy reflotasen y pusiesen en servicio al Akagi… con su grupo aéreo de Zeros, Kates y Vals. En la realidad se usó el armamento del Jaime I para baterías costeras y para artillar buques menores, y parece lo más lógico. No sé si se usaron los cañones de 102/50 como repuesto para otros buques de la Armada que los llevaban el mismo calibre (como los destructores clase Alsedo).

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 18, 2014 2:43 pm

Hola Domper.

La explosión del Jaime I fue un sabotaje.
Como cartagenero que soy, durante muchos años escuché a los viejos marinos del puerto que contaban la historia de aquel 17 de junio de 1937, del sabotaje y que, en efecto, como dices, el buque debió quedar muy mal parado por dentro.

Mi abuelo, por avatares de la vida, trabajó en el desguace del buque, cuyos cañones, en efecto, fueron recuperados. Todos ellos.
Durante un tiempo estuvieron en el muelle de Curra, el cual muelle, por cierto, no está en el Arsenal de Cartagena.
No se si los 102/50 de los que hablas se usarían en alguna de las fortificaciones costeras de Cartagena, puede ser que sí, tal vez en "La Parajola", no se...

Coincido contigo que el buque estaba ya muy desfasado para el momento, con una velocidad totalmente inadecuada, y que no hubiera servido para nada en la SGM, ni siquiera como corsario.
Con lo cual la marina española se queda sólo con un crucero pesado como buque capital, tras el desastre del Baleares.

Así que te las tendrás que ingeniártelas para sacar al mar al Canarias, ¿tal vez en alguna ocasión también el Miguel de Cervantes o el Almirante Cervera? :wink:

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 19, 2014 1:17 am

Bueno, lo del Jaime I nunca quedó del todo claro, porque a alguna lumbrera se le ocurrió permitir trabajos de soldadura eléctrica junto a un pañol de municiones, sin retirar antes las cargas (olé). Aparte que la cordita de fórmula británica era bastante inestable, probablemente también tuvo un papel importante en la explosión y hundimiento del crucero Baleares, y el desorden que reinaba en el Jaime I no ayudaba (se vio a marineros fumando por los pañoles). Pero probablemente la hipótesis más probable fue la del sabotaje.

Del Cervera, no sé si estaba para muchos trotes, de hecho no fue modernizado, al contrario que sus gemelos (y por eso era de los pocos cruceros en servicio en 1941). En todo caso era un barco un tanto anticuado, y por sus características no me parece el mejor corsario, ya que no podría escapar de casi ningún crucero inglés. Los otros dos gemelso del Cervera (el Cervantes y el Galicia) estaban siendo modernizados y no volvieron al servicio hasta 1944 y 1945. De los otros dos cruceros (Méndez Núñez y Navarra), mejor no hablar.

Vamos, que la flota española en 1941, en la práctica, se reducía al Canarias, a una docena de destructores modernos, y a una colección de barcos viejos o de escaso valor militar. Porque los minadores y cañoneros, de los que tantos había, tenían solo utilidad como escolta de convoyes. Aunque considerando la penuria reinante en los arsenales españoles de la época, dudo que hubiese ni siquiera cargas de profundidad en cantidad razonable.

Saludos

P.D.: ya sé donde acabaron los cañones de 101: en Canarias, defendiendo el Puerto de los Cristianos. Al menos ahí los emplacé yo, justo detrás de la Montaña Colorada. Hicieron una carnicería.

Otra P.D.: el capítulo 12 está acabado, y volvemos a España. Pero como estoy peleándome con el capítulo 13, dejo el 12 en cuarentena por ahora, por si introduzco modificaciones,

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 19, 2014 3:06 am

Dadas las penurias reinantes, ¿sería descabellado que Alemania cediese algún submarino a la flota española para reforzarla?
O tal vez venderla algún submarino.
O cederla barcos capturados de otras naciones y que estuviesen en condiciones de combatir.

¿crees que tal cosa es descabellada?

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mié Mar 19, 2014 4:20 am

A medias.

En la realidad, Alemania estuvo dispuesta a vender, pero a precios disparatados y, generalmente, equipos anticuados. En su momento, por ejemplo, se negó a ceder ni un solo motor BMW 801 para estudiar la remotorización de los IAR 80, y cuando Antonescu vio lo que le pedían por la licencia de producción del Panther le debió dar la risa floja.

Lo que me parece del todo absurdo. Lo que digo pasó en 1943, cuando Alemania ya estaba luchando con la espalda contra la pared, y Rumania era el único aliado fiel. Ploiesti era la principal fuente de petróleo, y no veo la ventaja de defenderlo con aviones anticuados. Desde el punto de vista estratégico lo mejor para Alemania era que en las fábricas de los aliados se produjese lo mejor de lo mejor…pero entonces los industriales dejarían de ganar regalías.

Tampoco entiendo que los alemanes no es que no cediesen radares a los italianos, es que hasta ocultaron su existencia ¿Qué ganó Alemania con la derrota de Matapán?

Se llegó al absurdo de tener tropecientos submarinos, que entraban en servicio como churros, y carecer de tripulaciones veteranas, de ahí su mal rendimiento a partir de 1941: los hundimientos se concentraban en unas pocas unidades, la mayoría apenas consiguió dejarse hundir. Se planeó ceder submarinos modernos a los italianos, y se estaban entrenando dotaciones, cuando Italia se rindió. Pero al mismo tiempo se les ofrecía asistencia militar… en forma de tanques SOMUA S-35 y cazas Dewoitine D-520 a precio de Panther y de Focke Wulf. Los fineses también recibieron un lote de Morane Saulnier MS-406, otra gollería.

Pero en este escenario se supone que Alemania es más receptiva a las necesidades de sus aliados, y está dispuesta a apoyarles. Les ha cedido ya petróleo, algo de armamento (recuerda lo del Castillo de Bellver), les escucha en las reuniones, les presta asistencia militar… No me parece descabellada la ayuda técnica. No tanto la cesión de submarinos, porque el 1941 aun no sobraban, pero si el apoyo para producir equipos algo más decentes, la cesión de armamento capturado a precio razonable o incluso regalado, etcétera.

Con todo, para ver un submarino con tripulación española se necesitarían meses de entrenamiento. Pero bueno, es una (buena) idea. Por ejemplo, Alemania tenía unos cuantos submarinos capturados, que al no ser estándares se usaron poco, y que serían buenos candidatos. Lo mismo con algunos buques de superficie, aunque en eso había más demanda.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Mar 22, 2014 1:13 am

Lo felicito Camarada, este hilo esta estupendo. Lo descubri hace tres dias y ya lo he leido dos veces. Espero ansiosamente el proximo capitulo. Hay algo que me inquieta y se lo menciono con todo respeto. Yo se que usted decidio no incluir los asuntos internos de Alemania, al menos por ahora. Pero, no seria prudente reconocer que la muerte subita del Fuhrer y de algunos de sus principales ayudantes no pasaria tan convenientemente facil para el Reichsmarschall? Quiero decir que en 1940 y despues de la victoria sobre Francia Hitler era no solo admirado, pero adorado por las masas alemanas, principalmentre los obreros, soldados y la gente mas humilde de la poblacion. Iban a aceptar estos sectores de la poblacion alemana las nuevas ideas referente al judaismo? Que tal los cambios en las fuerzas armadas? No se hubieran rebelado algunas tropas SS. Estaban muy bien armadas y tenian tremendos lideres que no creo yo que aceptarian perder su prestigio de un plumazo. Y estas situaciones no afectarian el desenvolvimiento de la guerra? No estoy de ninguna manera insinuando que usted debe hacer algo diferente de lo que esta haciendo pues es excelente. Pero me gustaria saber un poco mas de lo que se trama entre bastidores en Berlin por los que se sienten perjudicados con estos acontecimientos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Sab Mar 22, 2014 1:49 pm

Le remito a mis anteriores mensajes. La muerte de HItler y el cambio (parcial) de política es condición sine qua non para este hilo. Puedo permitirme pensar eun un régimen fascistoide con un racismo controlado, similar (como ya he dicho) al racismo de USA en la época. Pero no a un régimen genocida. Punto.

De la muerte de la Bestia, es que si la matan, la matan ¿Qué hubiese podido pasar con la sucesión? Podría ser algo tipo lo ocurrido tras la muerte de Stalin, una transición de varios meses, pero en este escenario cuentan los meses. Por otra parte Goering, un tipo contradictorio donde los haya, estaba también en su cénit.

De las SS, que a esas alturas aun no tenían la importancia de un año después, es que si Himmler intenta un golpe, serían disueltas e integradas en el ejército, que ene ste hilo es donde se apoya Goering.

Me alegro que le guste el hilo. Un saludo.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 23, 2014 9:43 pm

Me complace anunciar que durante esta tarde el hilo ha superado las...

¡1000 visitas!

Gracias a todos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Dom Mar 23, 2014 10:37 pm

No está mal, no está mal :D

Pero nos tienes desatendidos, ¿para cuándo más? :(

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 12:09 am

Ando liadillo con el Capítulo 13, aunque dado que el 12 tampoco se afecta tanto por este último, igual mañana lo pongo.

Sigue habiendo tiros ¿dónde? buena cuestión.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 2:59 pm

Capítulo 12. Interludio marítimo.

Frío, frío


7 de Marzo de 1941

En el Atlántico Norte el crucero ligero HMS Naiad se enfrentaba a olas de seis metros de altura, que al romper contra la proa cubrían de espuma el puente.

El Naiad era uno de los cruceros británicos más modernos, pero también uno de los más pequeños. En el periodo de entreguerras las marinas habían construido cruceros grandes y poderosamente armados, pero que eran tan caros como los cruceros de batalla de la Gran Guerra. Sin embargo la Royal Navy tenía que sustituir un buen número de cruceros construidos durante la Primera Guerra Mundial, barcos anticuados cuyas máquinas no daban más de sí. Por otra parte el progreso de la aviación amenazaba el dominio de os mares. Por ello se decidió construir cruceros pequeño, que se pudiesen construir en gran número, armados con cañones antiaéreos. Eran buques cuyo papel era la escolta de acorazados y portaaviones en las aguas confinadas cercanas a las bases británicas.

Pero la necesidad de cruceros modernos había destinado al Naiad a un papel que le venía grande: la vigilancia del Atlántico Norte. En ese escenario su armamento antiaéreo resultaba casi inútil, pues era improbable encontrarse con otra cosa que no fuesen aviones de reconocimiento que procuraban mantenerse alejados. Pero los cañones bivalentes de 133 mm que montaba el Naiad eran muy inferiores a los de 152 y 203 mm de los cruceros alemanes. Lo único que podía salvar al Naiad era su radar, el más moderno de la flota, y su velocidad. Lo malo era que la velocidad máxima del Naiad, unos modestos 32 nudos, solo se alcanzaba con el mar en calma, y no con las monstruosas olas del Atlántico Norte invernal.

Desde su entrada en servicio el crucero se había aburrido escoltando convoyes procedentes de Halifax. Pero un mes antes se había recibido un mensaje procedente de la embajada británica en Estocolmo, casi el único lugar de Europa continental en la que Inglaterra seguía teniendo amigos. Un guardacostas sueco había avistado una potente formación alemana en el Skagerrak. La Home Fleet había partido a toda prisa para vigilar el espacio entre Islandia y las islas Feroe. Pero la formación alemana parecía haberse desvanecido, hasta que un avión de reconocimiento avistó tres grandes buques en el fiordo de Trondheim: los barcos alemanes simplemente habían cambiado de base, mientras la Home Fleet gastaba su valioso combustible persiguiendo fantasmas. Al final los acorazados ingleses tuvieron que retirarse a Scapa Flow para repostar, pero era preciso mantener la vigilancia. El Naiad tuvo que abandonar el convoy que escoltaba para ello. Ya llevaba dos semanas recorriendo el espacio entre Islandia y las Feroe, lo que casi había vaciado los depósitos de combustible.

El Capitán Marcel Harcourt Attwood Kelsey intentaba ver algo a través de los cristales pero resultaba imposible. Los vigías tenían que estar pasándolo aun peor. Solo podía confiar en que el radar detectase a cualquier intruso desde lejos. Pero el crucero, con los depósitos a apenas un tercio de su capacidad, daba bandazos de casi 30° que hacían la exploración por radar casi imposible.

— ¡Capitán, un contacto de radar. Distancia, 15.000 m, Dirección, 30°N. Parece dirigirse lentamente hacia nosotros.

El capitán miró hacia el Norte Noroeste, pero no vio nada más allá de la espuma y los chubascos de nieve. Probablemente el contacto tampoco pudiese ver al Naiad. Si el intruso era un acorazado de bolsillo alemán el crucero inglés aun podía escapar cambiando el rumbo. Pero el intruso podía ser un forzador del bloqueo o, peor aun, un corsario camuflado. Los corsarios estaban indefensos ante un crucero pero, si se les dejaba escapar podían causar una carnicería con los mercantes ingleses. El Naiad tendría que arriesgarse y echar un vistazo.

— Rumbo Norte a 20 nudos — Attwood Kelsey tampoco quería darse de frente con lo que fuese que se acercaba desde el Norte. El crucero cambió de rumbo y aumentó poco a poco la velocidad

Doce millas al Norte los acorazados Gneisenau y Scharnhorst, seguidos por el crucero pesado Admiral Hipper, también padecían el temporal. Aunque eran barcos mucho mayores que el Naiad tenían proa y bordas muy bajas, más apropiadas para las plácidas aguas del Báltico que para el tempestuoso Atlántico. Las olas que rompían contra la proa del Gneisenau cubrían la cubierta y saltaban por encima de la torre Antón. Pero las treinta mil toneladas del Scharnhorst lo hacían más estable, y la altura de sus superestructuras le permitía detectar y seguir a los barcos enemigos.

Tres días antes el Almirante Lutjens se había hecho a la mar con los acorazados Scharnhorst y Gneisenau y el crucero Admiral Hipper en su tercer intento de salir al Atlántico. El primero, a finales de Diciembre, había acabado al sufrir el Gneisenau daños en su proa durante una gran tormenta. Un segundo intento había sido abortado al ser detectados por un crucero sueco. Finalmente, aprovechando un temporal, el escuadrón alemán había salido Throndheim sin ser avistado. Primero se había dirigido hacia la isla de Jan Mayen, para eludir las patrullas británicas, y luego hacia el Sur, para cruzar por el hueco de doscientas millas que quedaba entre las Feroe e Islandia.

El Kapitan zur See Otto Fein había sido alertado del acercamiento de un buque que, por el tamaño del contacto podía ser un destructor grande o un crucero ligero. El contacto había cambiado de rumbo y había acelerado, probablemente había detectado al barco alemán. Tras informar al Almirante Lutjens este decidió que no podría eludir el combate. Sin embargo no abrió fuego: aunque el contacto estaba al alcance de los cañones, y el radiotelémetro alemán le permitía disparar sin visibilidad, el almirante había recibido dos órdenes tajantes: debía evitar enfrentarse a fuerzas iguales o superiores y, sobre todo, tenía que evitar a toda costa disparar contra barcos norteamericanos. Aunque fuese improbable, podía tratarse de un crucero estadounidense, por lo que Lutjens dejó acercarse al intruso antes de disparar.

Cuando la distancia cayó a 7.000 m el Gneisenau cayó al Oeste para cruzarse en el rumbo del contacto, y apuntó todas sus piezas sobre él.

— Capitán, enemigo a la vista. Un crucero inglés moderno, clase Newcastle o similar, rumbo Norte. Distancia 5.200 m.

— ¿Está seguro de la identificación? Confirme que no se trata de un barco norteamericano.

Mientras desde el otro buque parecían haber avistado al Gneisenau, porque el barco empezó a virar al Este y, casi inmediatamente, disparó con sus piezas proeles.

— Abran fuego en cuanto sea posible — ordenó Fein, sin esperar el permiso de Lutjens.

La primera salva inglesa cayó corta, pero la segunda centró al acorazado alemán, y aun cayó una tercera salva antes que disparasen los seis cañones de 280 mm de las torres Berta y César: la mala mar impidió disparar a la torre Antón. Esa distancia para un cañón pesado era como disparar a bocajarro, y se podía apuntar como con un fusil. El Gneisenau alcanzó al crucero inglés con la segunda andanada antes que este se metiese en un chubasco y desapareciese de la vista.

Desde el puente del Naiad el capitán Attwood Kelsey veía la torre ‘B’ abierta como una lata de sardinas, humeando como si fuese una chimenea, y las torres ‘A’ y ‘C’ tenían los cañones abajo y no disparaban —. ¡A toda máquina, rumbo 150°! — intentaría mostrarle la popa al acorazado alemán para desaparecer en el temporal. Sin embargo, mientras viraba una nueva salva rodeó al crucero inglés.

— Esos condenados deben tener un radar como el nuestro — dijo el capitán — mantengan el fuego y lánceles torpedos en cuanto tenga una solución de tiro — ordenó a su segundo.

Mientras nuevos piques se levantaron en torno al Naiad: el acorazado alemán le estaba disparando también con los cañones secundarios de 150 mm y con los antiaéreos de 105 mm. Attwood Kelsey ordenó caer a 180° para evadir el tiro, pero a esa distancia los proyectiles seguían trayectorias casi rasantes y pequeños cambios de rumbo no permitía evadirlos.

El Gneisenau viró al sudoeste para mantener las distancias con el crucero inglés cuando los serviolas divisaron las estelas de dos torpedos. El Gneisenau dejó de disparar mientras efectuó un giro de emergencia hacia el Noroeste. Desde el puente de mando Lutjens y Fein vieron como los torpedos pasaban a ambas bandas del acorazado. Rodeado por los torpedos enemigos el Gneisenau tuvo que mantener el rumbo NO durante diez minutos, lo que lo alejó de la acción.

A bordo del Naiad empezaban a respirar. El acorazado alemán había causado daños muy graves al crucero: habían sido destruidas las tres torres artilleras proeles, el cuarto de la radio, y del combés se elevaba una gran humareda. Pero la propulsión y el timón estaban intactos y, si no recibía más daños, el crucero podría escapar. Pero entonces fue el turno del Scharnhorst: cuando el Gneisenau tuvo que virar bruscamente el Scharnhorst lo hizo a su vez hacia el Sur para evitar la colisión con su gemelo. Su radiotelémetro siguió al crucero inglés, que intentaba escaparse a 25 nudos. Vana esperanza, porque el Scharnhorst podía alcanzar los treinta incluso con ese temporal.

Diez minutos después el Naiad era avistado de nuevo desde el Scharnhorst. Tras caer a estribor rompió el fuego con la batería principal y la secundaria. Los vigías apreciaron múltiples impactos en el crucero inglés, que pronto empezó a recorrer círculos. Finalmente los incendios se extendieron por todo el barco y su dotación comenzó a abandonarlo. El capitán Kurt Hoffman, al mando del Scharnhorst, solicitó al crucero Admiral Hipper que se acercase para recoger a los supervivientes.
Última edición por Domper el Mar Mar 25, 2014 4:34 pm, editado 3 veces en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 3:00 pm

Mucho frío

9 de Marzo de 1941

La mejoría del tiempo no convenía al acorazado de bolsillo Admiral Scheer en su intento de salir al Atlántico por el Estrecho de Dinamarca, entre Islandia y Groenlandia.

El Admiral Scheer era la segunda unidad de la clase Deustchland. Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial la otrora potente marina alemana había sido reducida a unos pocos barcos anticuados. Además el Tratado de Versalles impuso limitaciones draconianas a los nuevos buques alemanas, prohibiendo la construcción de barcos de más de 10.000 tons de desplazamiento, con la intención de reducir la flota alemana a unos pocos guardacostas acorazados que nunca más pudiesen amenazar la supremacía inglesa.

Pero el genio alemán permitió burlar los límites diseñando un barco radicalmente nuevo: el 19 de Mayo de 1931 fue botado el Deustchland, un gran crucero con artillería propia de acorazados, en el que el uso intensivo de la soldadura eléctrica y la sustitución del sistema clásico de maquinaria de calderas y turbinas por motores diesel permitía atenerse a las limitaciones impuestas. Además los motores diesel, aunque limitaban la velocidad máxima, permitían una gran autonomía que los hacía ideales como corsarios: eran capaces de batir a casi cualquier barco más veloz, y escapar de cualquier otro barco más potente.

El Admiral Scheer había sido el 31 de Mayo de 1937 el primer barco alemán en disparar contra un enemigo, bombardeando la ciudad de Almería como represalia por el ataque sufrido por su gemelo Deustchland. Pero el Scheer se perdió los primeros meses de la guerra al estar siendo modernizado. Tras su vuelta al servicio en Julio de 1940 su comandante, el Kapitän zur See Theodor Kranke, había solicitado efectuar un crucero contra el tráfico mercante inglés. Sin embargo la Kriegsmarine había recibido la orden de simular una operación anfibia a gran escala contra Inglaterra, por lo que el Admiral Scheer, ahora denominado crucero pesado, pasó aburridas horas en Kiel junto al crucero Admiral Hipper. Tan solo había efectuado cortos desplazamientos a Copenhague y Oslo destinados a ser observados por espías suecos, que puntualmente informaban a los ingleses de los movimientos de la flota alemana.

Finalmente el Admiral Scheer fue enviado a la misión para la que había sido concebido: atacar los barcos mercantes ingleses. Diez días antes había salido de Kiel y, tras repostar en Bergen, se dirigió al Estrecho de Noruega para salir al Atlántico Norte. El plan original alemán era que los acorazados Gneisenau y Scharnhorst atravesarían unos días antes la línea de vigilancia británica entre Islandia y las islas Feroe, para atraer a la Royal Navy y facilitar el paso del Scheer. Pero los retrasos hacían que el Scheer tuviese que afrontar el paso del estrecho sin apoyo.

— Contacto. Un buque, probablemente un crucero, demora 210°, distancia 20.000 metros. Espere. Otro segundo buque le sigue.

El Capitán Kranke, desde el puente, miró en la dirección indicada, en la que se apreciaban dos columnas de humo. En esa zona solo podían ser barcos de vigilancia, casi con seguridad ingleses. Por desgracia esos barcos serían seguramente cruceros, porque los cruceros auxiliares raramente operaban en grupos. Aunque el Scheer podría batirse contra cualquier crucero inglés, hacerlo contra varios era peligroso, como había experimentado en el Río de la Plata el tercer acorazado de bolsillo, el Graf Spee. Kranke decidió intentar eludir la vigilancia aprovechando que sus motores diesel apenas producían humo.

— Rumbo 300°, a 15 nudos — ordenó Kranke.

Pero el intento fracasó. Desde El puente del Scheer vieron como los barcos lanzaban más humo y cambiaban de curso.

— Capitán, los contactos se dirige hacia nosotros. Parecen dos cruceros ingleses modernos.

Maldición, pensó Kranke. Los ingleses tenían unos cuantos cruceros casi tan grandes como el Scheer, que aunque solo montaban cañones de 152 mm eran más veloces. El Scheer no podría eludirlos por velocidad. Kranke se dio cuenta que no podría rehuir el combate. Bien, las órdenes recibidas indicaban que, en caso de no poder superar la línea inglesa, el Scheer podría combatir contra los buques que la componían si eran inferiores. Y cualquier crucero inglés era inferior al acorazado de bolsillo alemán.

— Timonel, rumbo 270° a toad máquina. — el capitán se dirigió al primer oficial —. Dispare contra el primer crucero en cuanto consiga una solución de tiro.

A bordo del crucero Fiji el capitán William-Powlett estaba a punto de ordenar rumbo Sur. Algo había pasado porque el Almirantazgo había empezado a llamar a todos los barcos disponibles y dirigiéndolos hacia el Sur de Islandia. El capitán suponía que algún barco alemán habría salido al Atlántico. Pero pensó que los alemanes podrían aprovechar la ocasión para intentar colar algún crucero auxiliar o algún corsario camuflado, por lo que William-Powlet había decidido hacer los zig-zags más amplios posibles, y no dirigirse al Sur hasta el anochecer.

Cuando faltaban cuatro horas el radar descubrió un contacto procedente del Norte, inmediatamente los serviolas apreciaron unos palos de lo que solo podía ser un acorazado de bolsillo alemán. William-Powlet pensó que aunque esos acorazados estaban pesadamente armados, los veinticuatro cañones de 152 mm que montaban sus cruceros bastarían para abrumar al barco alemán, que llevaba potentísimos cañones de 280 mm, pero solo seis. Todo lo que tenían que hacer los barcos ingleses era acercarse al alemán, gracias a los 33 nudos que alcanzaban, cinco más que el buque germano.

El Fiji apenas había empezado a aumentar la presión de sus calderas para aumentar la velocidad cuando se vio rodeado de los piques causados por la caída de los proyectiles alemanes. El capitán Kranke también sabía de lo ocurrido en el Río de la Plata y no pensaba cometer el error de Langsdorf con el Graf Spee y no pensaba dejar acercarse a los cruceros ingleses.

El fuego del barco alemán resultó muy preciso, y el Fiji fue centrado a la cuarta salva. Aunque ningún proyectil alcanzó al crucero, antes o después lo haría, y el Fiji tuvo que caer a babor. El crucero Nigeria adelantó a su gemelo Fiji, pero el barco alemán cambió de blanco. De nuevo el Nigeria fue centrado con la cuarta salva, pero esta vez con menos suerte, y a la séptima salva un proyectil alemán atravesó la chimenea de proa, estallando sobre el combés. La metralla alcanzó el hidroavión Walrus que estaba siendo preparado para ser lanzado y causó un gran incendio que se extendió por el centro del barco. El Nigeria tuvo que lanzar los torpedos para evitar su explosión, y cayó a estribor para descentrarse y controlar los fuegos.

El Fiji tuvo que cubrir al dañado Nigeria con una cortina de humo. William-Powlett ordenó rumbo norte para llegar a distancia del tiro cuanto antes, y de nuevo el Fiji recibió las atenciones del Admiral Scheer. El crucero inglés fue ametrallado por explosiones cercanas, y finalmente un proyectil alemán penetró en la torre A, que quedó fuera de combate. Minutos después otro proyectil del Scheer estallaba en la sala de calderas de popa, reduciendo la velocidad a doce nudos.

El teniente Heinz Schmidt, primer oficial del Admiral Scheer, apremió al capitán Kranke — Capitán, los dos cruceros enemigos están ardiendo, es el momento de acercarnos y rematarlos.

— No, teniente. Esos cruceros siguen navegando y disparando, y el blindaje del Scheer es demasiado débil. Un tiro de fortuna puede bastar para causarnos graves averías que aquí, a 2.000 millas de nuestras bases, significaría la sentencia de muerte del barco. Mantendremos la distancia hasta la noche y luego nos retiraremos.

Tras unos minutos de cañoneo a larga distancia los dos cruceros ingleses se pusieron fuera del alcance eficaz del Scheer.

— Teniente Schmidt, suspenda el fuego. Vamos a ahorrar municiones.

Desde el Fiji vieron como el Scheer se alejaba rumbo Norte a 25 nudos, sin que los dos baqueteados cruceros pudiesen seguirle.
Última edición por Domper el Mar Mar 25, 2014 1:41 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 3:00 pm

Templado

11 de Marzo de 1941

Ocho cuatrimotores se dirigían pesadamente hacia el Sur.

La salida de los acorazados alemanes al Atlántico causó un enorme revuelo en Inglaterra. Los grandes barcos, más veloces que cualquiera de los viejos acorazados de la Royal Navy, podrían dar caza a los convoyes e interrumpir el tráfico mercante durante semanas. La Home Fleet había partido en su persecución, pero era posible que los alemanes pudiesen escapar. En ese caso seguramente evitarían volver a atravesar la línea de vigilancia inglesa y se dirigirían hacia los puertos españoles. Desde allí podrían salir al mar cuando lo deseasen desde fuera del alcance de la Royal Navy.

Afortunadamente los puertos españoles disponían de medios para acoger barcos de las dimensiones de los acorazados alemanes. Pero tanto en en el Ferrol como en Cádiz había grandes diques secos, capaces de acoger cruceros pesados, y que podrían ser prolongados para dar cabida a acorazados. Por tanto, era crítico destruirlo. Cádiz estaba demasiado lejos, pero el Ferrol estaba dentro del alcance de los bombarderos ingleses.

Sin embargo los bombarderos del Bomber Command habían mostrado ser tremendamente imprecisos. Se suponía que si los ataques seguían acabarían por acertarle al dique, pero el Almirantazgo había insistido al Mariscal del Aire Charles Portal respecto a la urgencia de la operación. La única forma de conseguirlo sería mediante un ataque diurno, y los fracasados ataques a la flota alemana habían mostrado el riesgo que suponían esas operaciones. Pero había una solución: acababa de entrar en servicio el bombardero Short Stirling, el primer cuatrimotor se la RAF. Se esperaba que los Stirling podrían dejar atrás a los viejos biplanos de caza españoles y, de ser preciso, defenderse de ellos con sus tres torres armadas con ametralladoras.

Así pues los cuatrimotores, pintados de color oscuro pues sus dotaciones habían sido entrenados para operaciones nocturnas, se dirigían hacia Galicia.

La operación empezó con problemas. Tres de los aviones habían tenido que volver por fallos técnicos, y un cuarto se estrelló tras incendiarse un motor. Posteriormente una gruesa capa de nubes dificultó la navegación, y el fuerte viendo del Oeste los desvió.

— Teniente Taylor, mire ahí — se veía una cordillera cubierta de nieve.

— ¿Dónde estamos? Cerca del Ferrol no hay picos tan altos. Ese condenado viento nos ha llevado demasiado hacia el Este. Tendremos que seguir la costa hacia el Este y luego hacia el Sur.

El plan de vuelo original pretendía justamente lo contrario, volar hacia el Sur hasta la latitud de El Ferrol, para luego acercarse desde el mar y dificultar la detección. Taylor decidió mantenerse alejado de la costa para evitar ser observado.

Quince minutos después el navegante le indicó a Taylor — ese es el cabo de Estaca de Bares, el punto más al Norte de España. A partir de ahí la costa va hacia el Sureste y luego el Sur.

Lo que no sabía Taylor es en Estaca de Bares albergaba una nueva instalación de radar Freya. Los ataques realizados por los comandos ingleses habían mostrado la desprotección de la abrupta costa Norte española, lo que permitía que un avión o un grupo de comandos pudiesen llegar a la base naval del Ferrol sin ser observados. Si los barcos alemanes querían operar desde Galicia era preciso aumentar la protección de la base naval. Tras las repetidas demandas españolas Alemania instaló un equipo de radar Freya y envió una escuadrilla de cazas Bf-110 al aeródromo de La Coruña.

— Teniente, ahí está El Ferrol, nuestro objetivo — dijo el navegante —. Bien, contestó Stirling. Vamos a descender para atacar a baja cota, así le acertaremos al dique y no tendremos que volver.

Los pesados Stirling perdieron altura, estaban viendo desfilar a toda velocidad las bajas colinas gallegas, cuando uno de los ametralladores empezó a disparar.

— ¡Cazas bimotores a las seis!

Quedaban apenas treinta kilómetros, apenas cinco minutos de terror. Solo quedaba agarrar fuerte los mandos y seguir adelante.

El capitán Herbert Kaminski veía como los bombarderos seguían en vuelo a pesar de las pasadas de los Bf-110. Esos bombarderos debían estar blindados. Decidió cambiar de táctica, y atacar el ala. Empezó a disparar contra uno de los Stirling, y enseguida vio como el motor se incendiaba y se desprendía. El bombardero lanzó sus bombas e intentó volverse, pero el ala se desprendió y se estrelló contra una pradera.

— ¡Disparadles a los motores! — ordenó por radio. Uno a uno los Stirling empezaron a caer. Finalmente los tres supervivientes sobrevolaron el Ferrol y lanzaron sus bombas sin apuntar, cayendo todas en los muelles y la bahía, pero ninguna en el dique seco.
Última edición por Domper el Lun Mar 24, 2014 3:04 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 3:00 pm

Caliente

11 de Marzo de 1941

El capitán Julio Salvador miraba con cariño los desgarbados cazas Morane MS.406 que se alineaban en el aeródromo de Jerez. La marina había sido alertada de la posible llegada a la base naval de Cádiz de buques pesados alemanes e italianos para efectuar operaciones en el Atlántico. Pero el ataque a Tarento había mostrado la importancia de una defensa adecuada contra los aviones enemigos. La Fuerza Aérea Española disponía de muchos aviones, pero eran excedentes de la guerra civil, anticuados y con muchas horas de vuelo. Aunque los ágiles cazas Fiat CR-32 Chirri fuesen muy apreciados por sus pilotos, el general Vigón, Ministro del Aire, no se hacía ilusiones sorbe su eficacia, y solicitó a Berlín que se cediesen urgentemente cazas modernos. Pero en lugar de los Bf-109 “Emil” o “Fiedrich” que equipaban a la Luftwaffe se recibió un lote de cazas Morane MS-406 capturados a los franceses.

Los cazas Morane eran, probablemente, de los peores cazas que había en el arsenal del Pacto de Aquisgrán. Eran incluso más lentos que los Hurricane, tenían poca autonomía, y sus prestaciones empeoraban rápidamente con la altura. Pero los antiguos pilotos de los Chirri pronto empezaron a apreciar al caza francés. Sí, era muy lento, pero también resultaba agilísimo y, al mismo tiempo, noble. Además el cañón de 20 mm le daba una pegada que los pilotos españoles, veteranos de la guerra civil, supieron apreciar.

Pronto sabrían que tal resultado daban en combate. Porque la base de Cádiz más bien antes que después tendría que ser atacada por la Royal Navy. Cádiz era la base ideal: con una rada en la que cabían todas las flotas europeas juntas, protegida de los vientos y de las corrientes, bien comunicada por ferrocarril o por mar, y con factorías militares que podían reparar cualquier barco de guerra. Además Cádiz estaba suficientemente alejada de Inglaterra como para estar más allá del alcance de la RAF.

La Royal Navy lo sabía y llevaba atacando Cádiz periódicamente dese el siglo XVI, aunque saliendo trasquilada por lo general. Hasta ahora los ingleses solo habían enviado submarinos a la zona, y probablemente uno de ellos había sido la causa de la desaparición del cañonero Eolo unos días antes. Pero eso no duraría.

— Capitán, un aviso urgente. Un bou de vigilancia ha visto aviones desconocidos dirigiéndose hacia Cádiz.

Salvador corrió a su avión y se subió a la cabina, mientras la dotación de tierra acercaba el arrancador. Tras poner el motor en marcha el avión de Salvador empezó a carretear y se dirigió hacia la pista, seguido por otros siete Morane. Sin detenerse aceleró, despegó y comenzó a tomar altura. Sobrevoló el Puerto de Santa María y empezó a buscar. Pronto los vio: un grupo de biplanos volando muy bajo. Salvador miró alrededor pero no vio cazas de escolta. Mejor.

En el combate siguiente el MS-406 demostró sus cualidades. A alta cota sería un caza mediocre, pero a nivel del mar era casi tan ágil como un biplano, y su potente armamento bastaba para echar al mar a un torpedero Swordfish de una ráfaga. Los torpederos británicos siguieron en dirección Nordeste y luego Este, intentando tomar posición para atacar el dique, pero fueron cayendo uno a uno.

Julio Salvador estaba viendo caer su tercer Swordfish cuando recibió un aviso por radio de su punto, el teniente Sánchez-Tabernero — ¡Inglés a las siete, rompe a la izquierda!

Los reflejos conseguidos en tres años de guerra hicieron que la reacción del capitán fuese instantánea, esquivando un torrente de balas lanzado por un caza Fairey Fulmar. Siguiendo tácticas ensayadas mil veces Sánchez-Tabernero ametralló al caza inglés con una larga ráfaga que lo lanzo contra el mar, mientras Salvador se situaba a su cola y por arriba para protegerlo. Otro Fulmar se lanzó contra Sánchez-Tabernero, pero no vio a Salvador que se situó a sus seis y lo derribó.

Salvador miró a su alrededor y no vio más cazas ingleses. Tan solo, un Swordfish que trataba de escapar echando humo — ¡Ese es mío! — minutos después el biplano hacía un aterrizaje forzoso en una playa.

No es tan malo el Morane, pensó Salvador. Su récord en una misión estaba en tres Kaiuskas y un Mosca durante la Guerra Civil, pero ahora lo había superado. Julio Salvador y Díaz Benjumea tenía ahora 31 victorias en combate aéreo, y si la guerra seguía pronto alcanzaría al llorado García Morato.
Última edición por Domper el Lun Mar 24, 2014 11:33 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 3:02 pm

Muy caliente

12 de Marzo de 1941

Luis de la Sierra. La Guerra de Supremacía en el Mediterráneo. Ed. Juventud. 1976.

El combate de Scarpantos

La derrota inglesa en Egipto y la destrucción de la Mediterranean Fleet abrió los grilletes que atenazaban a la Regia Maritima. Habiendo recibido 100.000 toneladas de petróleo, procedentes de las reservas alemanas, la flota italiana podría cumplir la misión para la que había sido construida: conseguir la supremacía naval en el Mare Nostrum.

El 20 de Febrero aparejó de Tarento una división de cruceros compuesta por los cruceros pesados Zara, Fiume y Gorizia, los ligeros Montecuccoli y Attendolo y cuatro destructores, para interceptar a los buques ingleses que pretendiesen escapar de Alejandría. La segunda división de acorazados, compuesta por el Andrea Doria y el Giulio Cesare, acompañados por seis destructores, les proporcionarían cobertura en caso de encontrarse con fuerzas superiores.

A la mañana siguiente la división de cruceros fue descubierta por un avión Maryland de reconocimiento procedente de Cefalonia. Sabiendo que esos avistamientos solían ser seguidos de la inoportuna visita de torpederos enemigos, el almirante Iachino ordenó aumentar la velocidad y un cambio de rumbo al Sur Suroeste en cuanto se retiró el avión de reconocimiento inglés. La medida fue un acierto, porque la RAF envió desde Cefalonia a once torpederos Albacore en búsqueda infructuosa de la flota enemiga.

El avistamiento de la formación italiana hizo que el almirante Cunningham preparase una salida de Alejandría de los dos acorazados que le quedaban, ignorando que el frente inglés en Egipto se había derrumbado y los Panzer alemanes se dirigían hacia su base naval. Alertado a tiempo, ordenó la retirada a Suez de los barcos supervivientes de la Mediterranean Fleet, con los catastróficos resultados relatados en el anterior capítulo.

Ignorante del peligro que había corrido, la agrupación de cruceros italiana cambió su rumbo al Sudeste en demanda de la costa africana, que avistaron al amanecer del día 22. Al acercarse a Tobruk Supermarina comunicó a Iachino que un avión de reconocimiento había detectado tráfico naval intenso entre Alejandría y Mersa Matruh, por lo que el almirante italiano ordenó aumentar la velocidad a 28 nudos para intentar interceptar a los barcos enemigos antes de caer la noche. El recuerdo del combate del Cabo Passero pesaba en el ánimo de Iachino, que no quería exponer sus cruceros a los torpederos ingleses por la noche.

A las 17:30 se avistaron desde el Zara columnas de humo cerca de tierra. Iachino envió al destructor Camicia Nera a investigar, resultando ser un pequeño convoy formado por cuatro pequeños mercantes y la corbeta canadiense Louisbourg. La pequeña corbeta intentó defender a los mercantes, pero su cañón de 102 mm no era enemigo para los cuatro de 120 mm del destructor italiano, y quince minutos después el valiente barquito canadiense se incendiaba y se hundía. El destructor Corazziere, gemelo del Camicia Nera, persiguió a los mercantes, que acabaron embarrancando. Iachino ordenó al Corazziere que se reincorporase a la formación mientars seguía hacia el Este.

A las 18:10 desde el Zara se descubrieron otros tres buques: se trataba de los destructores Hasty, Hereward y Hotspur, que evacuaban tropas desde Mersa Matruh. Los tres destructores acababan de esquivar un ataque efectuado por bombarderos Cant Z 1007, cuando se vieron rodeados por los piques de los proyectiles de los cruceros italianos, que abrieron fuego desde 16.000 yardas. El tiro italiano resultó sorprendentemente preciso, y la primera salva centró a los destructores ingleses. Estos aumentaron la presión de calderas hasta alcanzar los 35 nudos, pero los obligados zigzags para evitar el fuego italiano les impidieron aumentar distancias. Milagrosamente, solo un proyectil disparado por el Gorizia alcanzó al Hereward, causando daños moderados pero sin afectar a la propulsión. Al caer la noche el almirante Iachino suspender la caza.

Durante los dos días siguientes la agrupación italiana patrulló ante Mersa Matruh sin divisar buques enemigos, pero su presencia fue suficiente para aislar a las tropas de O’Connor que, cercadas, tuvieron que capitular el 24 de Febrero.

El éxito conseguido por Iachino animó a Supermarina a lanzar una operación mucho más ambiciosa. La conquista de Egipto había hecho que las bases de la costa norte libia resultasen seguras y se pudiesen utilizar en caso de emergencia. Eso permitiría a la flota italina lanzar un ataque contra los convoyes ingleses que comunicaban Haifa y El Pireo. Para esta operación se agregaron a la fuerza italiana el novísimo acorazado Littorio, en el que Iachino enarboló su gallardete, y la tercera división de cruceros pesados formada por el Trieste, el Trento y el Bolzano.

Según lo planificado, la flota italiana debería situarse entre Creta y Chipre sin ser advertida. La actividad aérea inglesa había disminuido, pero seguían efectuándose misiones ocasionales de reconocimiento, por lo que se decidió que la agrupación italiana pasaría entre Malta y Cefalonia por la noche, dirigiéndose hacia la costa libia para dar suficiente resguardo a Creta.

La tarde del 9 de Marzo la flota italiana zarpó del Pireo con rumbo Sur sin ser observada, aunque a la mañana siguiente un Maryland de la RAF procedente de Cefalonia descubrió el fondeadero vacío y dio la alerta. El ministro de marina griego, el Almirante Sakellariou, consideró que la operación era un nuevo intento de enviar buques de superficie a Rodas. Ordenó a los convoyes que se refugiasen en el puerto más cercano, y desde el Pireo salió al mar el buque aliado más potente que quedaba en el Mediterráneo, el crucero acorazado Giorgios Averof, acompañado por los modernos destructores Vasilefs Georgios y Vasilissa Olga.

El Giorgios Averof era un crucero acorazado construido en los astilleros italianos de Livorno en 1910. Era una copia mejorada de los cruceros de batalla italianos clase Pisa, y durante las guerras de los Balcanes se había ganado el apelativo de “el afortunado” en la marina helénica al haberse enfrentado en solitario en dos ocasiones con la flota turca, derrotándola sin sufrir apenas daños. Pero los años no pasan en balde y el Averof hubiese tenido que ser retirado mucho antes de la guerra. Sin embargo la situación económica griega no lo había permitido, y el Averof seguía siendo el buque insignia de la trimilenaria marina. Aunque su vieja maquinaria no le permitía superar los 17 nudos, su potente artillería, cuatro cañones de 234 mm y ocho de 190 mm, le permitirían batir a cualquier crucero italiano. La flotilla griega, dirigida por el capitán Ioannis Vlachopoulos, al mando del Averof, se situó entre Creta y Chipre, al sur de Rodas, donde podría interceptar los movimientos italianos.

Ignorando que su salida había sido advertida la flota italiana siguió con los planes previstos. Al amanecer del día 10 avistó la costa libia, dirigiéndose entonces hacia el Este. Una vez llegada la flota a la altura de Mersa Matruh Iachino permaneció a la espera con sus buques pesados, y destacó a la 1ª División de cruceros pesados y a la 2ª de cruceros ligeros, bajo el mando del vicealmirante Carlo Cattaneo, para interceptar la navegación aliada. El crucero pesado Zara lanzó un hidroavión a reconocer el pasaje entre la punta más oriental de Creta, el cabo Sideros, y la isla italana de Scarpanto. El hidro observó en las cercanías del islote de Elassa “un acorazado y dos cruceros” con rumbo Este.

Cattaneo sabía que en el Mediterráneo no quedaban buques pesados modernos enemigos, por lo que supuso que el acorazado era el viejo Kilkis, un predreadnought norteamericano que Grecia había adquirido en 1914 y que conservaba como buque escuela. El Kilkis montaba cuatro cañones pesados de 12 pulgadas, pero Cattaneo pensó que sus tres modernos cruceros podrían batirlo en un combate a larga distancia. Tras informar a Iachino del avistamiento Cattaneo ordenó a sus buques aumentar su velocidad a 27 nudos y dirigirse hacia los buques avistados.

A las 13:15 se avistó la costa cretense desde el Zara, pero el mar estaba vacío de buques enemigos. Las órdenes de Iachino no autorizaban a Cattaneo a introducirse en el Mar Egeo, pero el vicealmirante no era un hombre rutinario, y decidió que atrapar al Kilkis compensaba el riesgo asumido, por lo que decidió explorar con sus barcos el norte de la isla de Scarpanto. A los pocos minutos de modificar el rumbo se avistó una columna de humo que solo podía proceder de un barco enemigo.

Casi simultáneamente los cruceros italianos fueron detectados desde el Averof. Conociendo las debilidades de su buque y lo anticuado de su dirección de tiro el capitán Vlachopoulos ordenó invertir el rumbo para acortar distancias cuanto antes.

Cuando la distancia cayó a 15.000 yardas Cattaneo ordenó disparar a sus tres cruceros pesados. Desde el Averof se intentó devolver el fuego, pero sus anticuados cañones solo podían elevarse hasta 20°, limitando el alcance a 11.000 yardas. Por entonces desde el Zara ya se avistaban las superestructuras del barco griego, que fue reconocido como un crucero acorazado. El vicealmirante italiano, sabiendo que sus cruceros superaban al barco griego en alcance y velocidad, decidió manteler la distancia.

A los quince minutos de iniciarse el combate al Averof se le acabó la suerte, al ser alcanzado en rápida sucesión por tres salvas del Gorizia. El grueso blindaje del crucero acorazado detuvo los proyectiles, pero Vlachopoulos comprendió que los barcos enemigos no le iban a dejar acercarse. Por ello ordenó a sus dos destructores que atacasen a los cruceros italianos, mientras el Averof viraba al Oeste para intentar buscar amparo en la cercana costa cretense.

Los destructores Georgios y Olga se lanzaron valerosamente contra los cinco cruceros enemigos, zigzagueando frenéticamente y cubriéndose con cortinas de humo. A 6.000 yardas los destructores lanzaron sus dieciséis torpedos contra los cruceros italianos, y escaparon a toda máquina. Desde el Zara fueron avistados los torpedos griegos, lo que le planteó a Cattaneo un grave dilema. Si realizaba la maniobra ortodoxa, es decir, daba la popa a los torpedos, el Averof seguramente escaparía. Cattaneo se arriesgó y dio la orden a la que no se atrevió Jellicoe en Jutlandia: caer hacia la flota enemiga y gobernar los torpedos individualmente. La arriesgada jugada estuvo cerca de salir mal, cuando dos torpedos afeitaron literalmente al crucero ligero Muzio Attendolo. Pero una vez esquivados los torpedos y atravesada la cortina de humo, desde los cruceros se vio a corta distancia a los dos destructores griegos y, poco más allá, al vetusto Averof. El Attendolo acribilló al destructor Vasilefs Georgios, que quedó al garete y ardiendo en pompa. El destructor Vasilissa Olga recibió tres proyectiles de 6 pulgadas procedentes del Montecuccoli y aunque sufrió importantes daños pudo mantener su velocidad de 35 nudos y escapar. Los tres cruceros pesados italianos libraron un duelo con el Averof a 7.000 yardas, distancia desde la que los pesados proyectiles griegos podían atravesar el blindaje italiano como si fuese de papel. Pero los cruceros italianos, disparando a tal velocidad que la pintura de sus cañones se quemó, abrumaron al vetusto crucero acorazado. Casi inmediatamente la dirección de tiro fue destruida, y fueron silenciadas una a una las torres, mientras que el Averof solo consiguió un impacto en el Zara que causó daños menores. En pocos minutos el crucero acorazado griego ardía de proa a popa y hacía agua por varios impactos en la flotación, por lo que el capitán Vlachopoulos decidió que su única oportunidad estaba en aproximarse a la ya cercana costa cretense para intentar embarrancar. Sin embargo Cattaneo no pensaba dejarle escapar, y ordenó a sus destructores acabar con el barco griego. El destructor Fuciliere se acercó y lanzó cuatro torpedos, de los que dos alcanzaron al antes afortunado y ahora malhadado Averof. Las vetustas cuadernas y mamparos del barco griego no estaban preparadas para soportar torpedos modernos, y el barco se desfondó, zozobrándose y hundiéndose en apenas un minuto. Los destructores Fuciliere y Granatiere recogieron a apenas treinta supervivientes del crucero griego, entre los que no estaba el valiente capitán Vlachopoulos. El Camicia Nera salvó a setenta supervivientes más del destructor Georgios. El destructor Vasiliesa Olga entró en la bahía de Suda a la mañana siguiente, dando cuenta del desgraciado combate.

Como remate a la operación Iachino ordenó a la 2ª División de cruceros ligeros dirigirse a Rodas, desde donde podrían interceptar los convoyes en el Mediterráneo Oriental. Otra división de cruceros ligeros quedó basada en Tobruk, cerrando efectivamente el Mediterráneo Oriental a la navegación británica.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 11:03 pm

Hola!!

Yupiiiii, cuanto naval hay hoy por aquí!!

Algunas cuestiones.


1.Presupongo que al sacar a los acorazados Scharnhorst y Gneisenau con el Hipper en marzo del 41 será por que no has llevado a cabo la operación Berlin ¿no?

2. Otro tanto se puede decir del Admiral Scheer y su exitosa incursión hasta el Índico ¿no?

3.Y, para no faltarle al respeto a mi buque favorito, también habrás anulado las 2 incursiones del Hipper en el anterior invierno ¿no?

Digo las 3 cosas por que todos los buques que nombras estaban inoperativos por, en la mayoria de los casos, reparaciones varias y mantenimiento de maquinaría en las citadas operaciones. Y , dicho sea de paso, se puede decir que ese invierno de 1940/41 fue el más exitoso de los buques de superficie de la Kriegsmarine en el que hundieron decenas de mercantes y tuvieron a multitud de buques de la Royal Navy en el Atlántico buscando una aguja en un pajar.

He visto algunas errores por ahí como nombrar al pacto de Aquistran como Pacto de Varsovia. Me imagino que se te habrá pasado por alto. Por lo demás muy bien.

Esperando el resto.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Lun Mar 24, 2014 11:27 pm

Reconozco que no lo he explicado mucho, pero el planteamiento (al menos el que yo hacía) era doble:

- Mantener la amenaza contra las Shetland para atraer a la Home Fleet y a la RAF.

- Evitar a toda costa una derrota. No vale la pena hundir una docena de mercantes si a cambio se pierde un barco, no por el barco en sí, sino por el valor propagandístico.

Pero es cierto que no lo he explicado nada bien. Algo para corregir para la versión definitiva. El caso es que Alemania tiene ahora en Noruega al Scheer, al Lutzow que pronto volverá al servicio, y en seguida al Hipper y al Bismarck. Y a los dos Schanhorst y al HIpper camino a Cádiz, donde se podrán encontrar con el Canarias y ¿los dos Trento y el Bolzano? De paso los submarinos pueden volver al Atlántico, acompañados de lso submarinos italianos, y pueden repostar en alta mar de buques de superficie.

Gracias por advertir de los errores.

Saludos

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 12:17 am

Con cada nuevo capítulo la cosa se va poniendo más interesante. Esto acabará con más lectores que los folletines de Dumas. :wink:

Que conste que aunque desde el quinto pino, según se mira al fondo a la derecha, y con unas conexiones de internet de penita, sigo esperando cada entrega.

Ánimo y a por más.

Saludos.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 12:21 am

Estamos para servir! :D :D

Es un planteamiento con doble posibilidad. Te aseguras de no sufrir ninguna derrota en alta mar pero también le das a la Royal Navy los viejos acorazados quse tiraron todo ese invierno de lado a lado del Atlántico escoltando mercantes.

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 11:20 am

Sí y no.

Veo que tengo que complementar este capítulo para que se entienda un poco, a ver si hoy lo hago. El capítulo 13 tendrá pues que esperar (bastante).

La idea, como decía, era atraer a todas las fuerzas británicas posibles al Atlántico Norte. No interesa que haya buques en el Índico, desde donde puedan pasar con relativa facilidad al Mediterráneo. Hay que tener en cuenta que la estrategia ha sido diseñada antes de la ofensiva alemana de Libia, incluso antes de empezar a llevar refuerzos masivos al área. En ese caso no interesa que los ingleses puedan derivar al Mediterráneo. La ventaja es que Gibraltar está cerrado, y no hay una Fuerza H interviniendo en uno u otro lado según interese. Lo malo es que los barcos de la fuerza H están en el Atlántico, basados en Inglaterra o en Canarias (a estas alturas el Puerto de la Luz en Las Palmas ya estaría operativo, aunque no tenga instalaciones para reparar un acorazado o un crucero). Eso significa bastantes más barcos pululando por ahí que en la realidad.

Si el Scheer se va al Atlántico Sur o al Índico, es de esperar que lo sigan buques pesados, por ejemplo el Repulse y el Hermes (que en la realidad se pasaron buena parte de la guerra por ahí), lo sigan a ese escenario. Lo malo es que desde Durban a Alejandría hay “solo” 14 días de navegación (a 15 nudos), 8 desde Bombay, y solo 4 desde Adén. Es de suponer que los ingleses no fuesen tontos y notarían los movimientos de fuerzas alemanas como mínimo desde mediados de Enero. Desde luego notarían el desplazamiento de la división paracaidista. En el momento que esas unidades empezasen a moverse pitarían las alarmas y la Mediterranean Fleet probablemente fuese reforzada con parte de los buques presentes en el Índico. No es lo mismo que en el Índico haya un par de cruceros pesados a que haya acorazados, cruceros de batalla o portaaviones. Sobre todo si es dañado algún buque, especialmente tras las averías sufridas por el Illustrious cerca de Malta. Poco costaría que el Hermes o el Repulse pasasen a Alejandría.

Por otra parte una cosa es que los barcos alemanes no realicen grandes incursiones al Atlántico (las salidas de la realidad del Hipper, del Scheer y de los dos acorazados) y otra que se oxiden anclados en Kiel. De nuevo, la calculadora da bastante luz: desde Kiel se llega a Islandia, dando un buen rodeo por el Mar de Noruega, en tres días y medio… a 15 nudos, porque a 25 nudos en poco más de dos días se plantan ahí. Eso suponiendo que los barcos sean detectados desde la salida del puerto. Si no son observados y toca mal tiempo que impida los reconocimientos aéreos la primera noticia de la salida al mar de los buques pesados de la Kriegsmarine puede ser el ataque a un convoy al Sur de Islandia.

En este escenario España se ha unido al Eje por lo que los submarinos alemanes pueden ser aprovisionados en Vigo (pero no habitualmente por problemas de comunicaciones, véase el informe Carrero de la realidad) y desde ahí podrían operar los Fw-200. Eso les da 500 millas extra de autonomía, y obliga a que las derrotas de los convoyes en el Atlántico Norte sean lo más norteñas posible, casi tocando Islandia… cerca del Mar de Noruega. Si los barcos alemanes se dedican a cambiar de fondeadero o a hacer alguna escapada a Noruega los ingleses se ven obligados a escoltar sus convoyes cercanos a Islandia.

Por otra parte y en este escenario el estrecho de Gibraltar está abierto a los buques del Eje. Aunque supongo que en Cádiz habría más espías que hormigas (para seguir la tradición secular) un barco que partiese de Cerdeña se planta en las Azores en una semana… a 15 nudos, que a velocidades superiores llega en tres o cuatro días. Se supone que las derrotas de los convoyes darían un gran resguardo a la costa española pero, si en la realidad y con la amenaza de las bases francesas se pasaba relativamente cerca (de ahí la dureza de los convoyes a Gibraltar o Freetown) en este escenario tampoco se daría un rodeo hasta las Bermudas. La cuestión es que sería imprescindible escoltar los convoyes en el Atlántico Central.

Vamos, que los ingleses estarían tan apurados o más que en la realidad, con escaso coste y menor riesgo para el Eje (el Pacto). Además bastaría una visita del Bolzano a Cádiz para que sonasen todas las sirenas en el Almirantazgo.

Sin embargo, una vez cerrado Suez todo cambia. Los ingleses pueden destinar sus buques del Índico a reducir las bases italianas en Eritrea y Somalia, o a guarnecer Singapur. Es en este momento cuando una salida al mar, teniendo algún riesgo (noches más cortas) pero con más bases disponibles (un barco alemán puede elegir dirigirse a Brest o a Cádiz, sin Fuerza H por medio) sí puede tener sentido.

Por cierto, en todo esto ¿en qué lugar necesitan los ingleses una base naval como el comer? ¿tal vez en un país aliado secular de Inglaterra?

Lo dicho, voy a reescribir un poco alguna entrada. Gracias por la advertencia.

Saludos
Última edición por Domper el Mar Mar 25, 2014 3:17 pm, editado 1 vez en total

Re: El visitante. Historia alternativa de la SGM

Mar Mar 25, 2014 1:44 pm

He hecho mínimos cambios en el texto del último capítulo, aunque al releerlo he visto que ya se indicaba que los barcos alemanes permanecían en puerto a la espera.

Saludos
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