Tras la visita se reunió el gabinete. Von Papen felicitó al mariscal por su éxito en Portugal.
—Eric, no sé cómo agradecerte tu nueva victoria. No te imaginas el efecto que ha tenido por toda Europa. No hará dos meses todo el mundo daba por descontada nuestra derrota, y hasta nuestros mejores aliados buscaban la manera de abandonarnos. Ahora son todo alabanzas y parabienes. Tengo en mi despacho una bandeja llena de telegramas de los gobiernos europeos en los que te ensalzan y se ofrecen para lo que podamos querer.
—Gracias, Franz, pero no te voy a engañar: lo realmente meritorio hubiese sido conseguir ser derrotado en Portugal. Ni el general más incompetente hubiese sido capaz de evitar la victoria por mucho que se hubiese esforzado.
—Eso es lo que tú dices —repuso Von Papen—, pero yo todavía recuerdo esas ofensivas de la guerra anterior, en las que inútiles con grandes mostachos y monóculo nos prometían la victoria para acabar atrapados en la sangre y el barro. Además no ha sido solo lo de Portugal. En un par de semanas no quedará ni un inglés en el Mediterráneo, algo que está teniendo interesantes efectos no solo en nuestros aliados sino también en Turquía.
Schellenberg intervino, socarronamente—. Menos mal. No podemos vivir sin Turquía como aliado.
Von Papen iba a responder pero Speer se adelantó—. Walter, ya sabes que los minerales turcos son indispensables para nuestro esfuerzo de guerra. Necesitamos el hierro sueco, el níquel finés y el cromo turco.
—Gracias, Albert —agradeció Von Papen—. Además, y aunque no sea mi campo, Turquía tiene una envidiable posición estratégica, dominando los estrechos del Mar Negro y enclavada junto al Cáucaso soviético. Pero los turcos están atentos no solo a lo que ha pasado en Portugal y en el Mediterráneo sino a las operaciones en Mesopotamia. Las victorias de Rommel en Irak también son seguidas con gran interés por muchos pueblos asiáticos que anhelan su liberación.
Von Manstein respondió—. Rommel es un jefe excelente, pero os adelanto que no creo que pueda atrapar a los ingleses. Aunque haya bloqueado los accesos a Basora, Churchill ha presentado un ultimátum a Irán y sus tropas están ocupando la costa del golfo Pérsico. Por allí podrán evacuar a sus soldados sin excesivos problemas.
Von Papen sonrió—. Eric, cuando supe lo de Irán casi me pongo a saltar de alegría. Os aseguro que me dan ganas de condecorar a Churchill con la Cruz de Hierro por los servicios que nos presta. Está bien que quiera salvar a sus soldados, pero podría haber intentado hacerlo de manera menos ofensiva para los persas. Pero Inglaterra está acostumbrada a tratar a ese imperio milenario como si fuese otro de sus títeres y en lugar de actuar por la callada ha preferido imponerse ante el Sah. Sin pensar que así está mostrando su desprecio a las leyes internacionales. Los pocos países que mantienen su neutralidad están tomando buena nota de cómo interpretan los británicos las relaciones entre los pueblos.
Von Manstein discrepó—. Franz, tú has sido soldado. No podían dejar a sus hombres abandonados. Hubiese tenido tremendas repercusiones en la India.
—Desde luego —siguió Von Papen—, pero podría haberse hecho de otra manera. El Sah estaba en situación comprometida, pues a pesar de las simpatías que siente por nuestra causa está rodeado por el imperio inglés y el ogro ruso. Hubiesen podido hacer lo mismo simplemente ocupando la costa del Golfo Pérsico sin necesidad de ofender a los iraníes con ese ultimátum; yo ya había sugerido a un enviado que si el Sah se veía obligado a tolerar la ocupación parcial inglesa, nosotros íbamos a hacer la vista gorda pues comprendíamos la difícil situación del monarca, y que ya nos encargaríamos de expulsar a los británicos. Pero como he dicho Churchill ha preferido tratar al Sah como si fuese un lacayo. Todo eso para salvar a unos miles de soldados hindúes. Soldados que van a volver a su tierra derrotados y humillados y que se convertirán en germen de una revolución. Por si fuese poco, el conflicto que está creando con Irlanda…
—¿Qué ha pasado en Irlanda? No sabía nada —dijo Von Manstein.