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Apuntes sobre la fiscalidad en la Alemania Nazi.

Jue Ene 14, 2010 1:20 am

Apuntes sobre la fiscalidad en la Alemania Nazi.

Es muy difícil encontrar un solo aspecto del estudio del Nazismo y por extensión de la Segunda Guerra Mundial que no sea digno de estudio y apasionante en todas sus lecturas.

Si bien la economía nazi ha sido objeto de innumerables obras de divulgación, el sistema fiscal nazi que sirvió de base al económico ha sido históricamente el hermano feo de la vertiente económica nazi, por ser como cualquier conjunto de normas fiscales una materia de estudio normalmente difícil, ardua, extensa y árida.
Sin embargo, ya que el espíritu de este foro al que todos contribuimos es el estudio integral del conflicto bélico, y dentro de él, la idiosincrasia de cada uno de los países beligerantes, estos apuntes sobre la fiscalidad nazi no vienen más que a completar un capítulo quizás olvidado.

Comenzaremos definiendo “sistema fiscal” como aquel conjunto de normas tributarias, es decir, de tributos, de impuestos, que vienen a regular el modo en el que una economía recauda dichos impuestos de los contribuyentes, conformando una de las principales fuente de ingresos de un país, región o sistema económico

Aunque no vamos a entrar a explorar la economía nazi, eso lo dejamos para otro artículo o series de artículos, es importante reseñar los cambios más importantes que el régimen nazi introdujo en el sistema capitalista existente en Alemania, tal y como los formuló el sociólogo austriaco Richard Grunberger:

1. Un importante incremento de los dividendos (beneficios de las mercantiles, de las empresas) no repartidos entre los accionistas o partícipes.
2. La posición de privilegio del empresariado sobre los accionistas.
3. La pérdida de influencia por parte de los bancos y del capital comercial.
4. La entrada de los monopolios industriales en los canales de distribución.
5. La pérdida de la hegemonía industrial de las industrias pesadas a favor de la emergente industria química y ciertas empresas metalúrgicas.

En términos generales, la economía se tornaría autárquica, es decir, autosuficiente y reacia a cualquier intervencionismo extranjero. Asimismo, el rearme se convirtió en el principal motor económico de la Alemania de antes y durante el conflicto, alimentando dicho gigantesco motor de diversas formas, con la fiscalidad entre ellas.

El impuesto más jugoso para las arcas nazis no fue curiosamente legislado por los propios nazis, sino por el que fuera canciller Heinrich Brüning para evitar la salida de capitales de la Alemania en crisis de 1931. Se trataba del impuesto que gravaba la salida de capitales del país. Diseñado originalmente para evitar que las grandes fortunas buscaran mercados más atractivos fuera de la Alemania en crisis después de la Gran Guerra, dicho impuesto se convertiría en la mejor arma económica para que los judíos que abandonaban Alemania lo hicieran con los bolsillos vacíos habiendo dejado sus capitales en las arcas del Reich. El impuesto funcionaba de la siguiente manera: el judío que deseaba abandonar Alemania debía entregar a las arcas de Hitler un 25% de su capital para luego liquidar el resto del mismo de dos maneras obligatoriamente predeterminadas: o compraba bienes alemanes para su uso en el extranjero pagando el 100% de los beneficios obtenidos por la venta de su capital original o bien aceptar los denominados “marcos bloqueados.” Esta singular divisa no podía salir del país en una cantidad superior a los 24USD de la época, y la única manera de canjearlos por “marcos libres” era a través del Banco del gobierno que imponía una retención del 92% sobre los marcos cambiados. Según las cifras que aporta un articulo de la revista Time de la época, el gobierno nazi llegó a recaudar 500.000.000 de dólares americanos de la época a través de este gravamen.

Por otra parte, el proceso de “arianización” en términos económicos conllevó que las industrias cuyos propietarios eran judíos pasaran a manos arias, fundamentalmente a un grupo de grandes industriales como Mannesmann, Flick, Otto Wolff o Hermann Göering.
Los beneficios industriales provenientes de la arianización fueron tan enormes, que se promulgó un decreto especial que gravaba los beneficios provenientes de las empresas que habían cambiado de manos de la noche a la mañana. Incluso así, el Ministerio de Economía tuvo que instituir una medida consistente en gravar retroactivamente aquellos casos donde los beneficios habían sido más exorbitados. La retroactividad también afectó a la inspección fiscal, uno de los sistemas más ingeniosos de recaudación del régimen nazi fue la posibilidad de que la administración fiscal pudiera revisar las cancelaciones de valores debido a la devaluación, que en su día se habían usado para camuflar beneficios, con una retroactividad de hasta 10 años, de manera que el régimen nazi se benefició ostensiblemente del fraude fiscal de la Republica de Weimar subvencionando al mismo tiempo el rearme que a la Alemania nazi le permitiría iniciar el conflicto objeto de nuestro estudio.
El aumento de la labor inspectora llevó a la adopción de dos medidas; la primera, el aumento de la recaudación por fraude y por deudas con la administración fiscal y la segunda, presionar a aquellos empresarios que ostentaban deuda con la administración con la negativa a la concesión de nuevas licencias de apertura para nuevos centros de trabajo o para nuevas actividades hasta que la deuda con la administración fiscal no se hubiera saldado.


En 1935 se establece la obligación, independientemente del perfil fiscal o de empresa, afectando tanto a personas físicas como a personas jurídicas, de confeccionar y mantener actualizados libros contables. Dichos libros debían recoger en sus cuentas contables la distinción entre bienes entrantes y salientes creándose dos tipos de libros separados, los denominados “libro de existencias” y “libro de clientes”. El establecimiento de esta obligación permitió a las autoridades fiscales nazis llevar a cabo una implacable labor inspectora junto con conocer la viabilidad económica real de las empresas.

Aún a pesar de las medidas de presión fiscal para evitar el fraude, éste era más que evidente en casos muy frecuentes sobre todo en empresas que contrataban con el estado, como en aquellos casos donde empresas que suministraban uniformes a la Wehrmacht falsificaban sus cuotas de producción aumentándolas para conseguir cubrir pérdidas

La Segunda Guerra Mundial se convertiría en el mejor aliado fiscal de las empresas en Alemania: en 1937 los impuestos constituían una carga neta de entre el 60% y 70% de los beneficios netos de los ingresos de la industria. La participación de la inversión publica en el PIB alemán se cuadruplicó en 5 años, gracias sobre todo al rearme. Los gastos militares del estado se incrementaron en un 2000%. En 1938 el gasto público ascendía a un 35% del PIB alemán, frente al 23% del Reino Unido o al 10% de los Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar de la pesada carga impositiva que soportaban los beneficios de las empresas, estos se cuadruplicaron durante los cuatro primeros años del régimen nazi, y durante los tres primeros años de la Segunda Guerra Mundial la industria creció tanto como lo había hecho durante los 50 años anteriores, a lo que contribuyó sin duda la mano de obra gratuita y las materias primas procedentes de los país invadidos, donde los empresarios alemanes soñaban con aperturar delegaciones de sus propias empresas en condiciones más que beneficiosas, y a ser posible trabajar para el estado. Spielberg ya lo ejemplificó en “La lista de Schindler”, la perfecta combinación de contactos a nivel político, contratos con el estado, mano de obra gratuita y materias primas a precio de coste.


El régimen fiscal de las empresas que contrataban con el estado se vio marcado durante el nazismo por la transición del método del coste adicionado, donde se adicionaba un 3% o un 6% de beneficio al coste de producción declarado y ello constituía el ingreso del contratista al método del precio fijado con anterioridad, es decir, el mismo sistema que utilizan las empresas actualmente en todo el mundo para contratar con los estados; una empresa presupuesta un trabajo determinado y si el presupuesto es aceptado por el estado en cuestión la empresa realiza dicho trabajo asumiendo ésta el riesgo de un sobrecoste por circunstancias sobrevenidas. Para impulsar esta transición las empresas contratistas con el régimen nazi que durante el conflicto bélico se acogían a este nuevo sistema disfrutaban de una exención fiscal total en el equivalente alemán del Impuesto de Sociedades. El sueño fiscal de cualquier empresario, trabajar para el estado y encima no pagarle impuestos.

Este tratamiento de favor a nivel fiscal a las grandes empresas que producían para la Alemania nazi no viene sino a corroborar la total simbiosis entre empresa privada y estado que llega a asemejarse a algunos rasgos técnicos que por aquel entonces caracterizaba a la economía soviética, lo cual nos deja una paradoja más de entre miles que nos dejaron las dictaduras de Hitler y Stalin, tan alejadas ideológicamente como cercanas en términos prácticos.







Referencias.

En la Web:

http://www.portalplanetasedna.com.ar/nazismo.htm


http://en.wikipedia.org/wiki/Economy_of_Nazi_Germany

http://www.time.com/time/magazine/artic ... 91,00.html

http://chronicle.com/article/A-Composer ... azi/49256/

Bibliografía única:

“A Social History of the Third Reich” de Richard Grunberger. Orion Books Ltd, Londres, 2005.

Re: Apuntes sobre la fiscalidad en la Alemania Nazi.

Jue Ene 14, 2010 2:04 am

Un interesante artículo, Franz. ¿Habrá más? No es una materia fácil, pero resulta fascinante saber de los entresijos de la economía de la Alemania nazi.

Re: Apuntes sobre la fiscalidad en la Alemania Nazi.

Jue Ene 14, 2010 4:00 am

Un buen articulo sobre la economía de la Alemania nazi. Fue un gusto leérmelo ya que no sabia mucho de este
tema. Hay partes muy interesantes en el escrito. :D

Saludos.

Re: Apuntes sobre la fiscalidad en la Alemania Nazi.

Jue Ene 14, 2010 10:31 am

Muchas gracias por vuestros amables comentarios, el tema de los impuestos es árido y me hace muy feliz saber que os habéis tomado la molestia de leerlo. Contestando al compañero Grognard, ya que me pregunta si habrá más, estoy tomando notas sobre los impuestos especiales y los indirectos para preparar un nuevo artículo de apuntes sobre fiscalidad, y tarde o temprano caerá otro de apuntes sobre derecho laboral nazi que es todavía, a mi modesto entender, más apasionante todavía. Estoy abierto a sugerencias y colboraciones. :wink:

Mil gracias de nuevo.
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