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Cuando el soldado no regresa. "Duelo en vivo"

Lun Oct 01, 2007 2:59 am

Toda pérdida, toda muerte produce dolor porque la costumbre, la cotidianidad, hacen parte de nuestra vida y cuando parte de esa vida falta, cuando en nuestro espacio vital hay un vacío, algo dentro de nosotros se fractura, se rompe y es necesario tiempo para nuestra recuperación y readaptación a ese ambiente que no podrá ser llenado con nada diferente al recuerdo de quien amábamos, un recuerdo en donde el dolor tarde o temprano estará ausente...



Hola, pelotón.

A veces creemos que el "infierno" sólo tiene un par de salas en esto de la guerra, pero tiene muchas, muchísimas más, y cuesta decidir cual alcanza el mayor grado de horror y sufrimiento... :(

Me explico:

La reacción normal ante la pérdida de un ser querido es la elaboración de un patrón comportamental y cognoscitivo conocido como duelo. Dicho patrón o duelo no es una enfermedad, y la mayoría de las veces el proceso se resolverá con el tiempo, la compañía y comprensión de amigos y, salvo excepciones, cursará con normalidad y no requerirá intervención psicológican.
Dichas fases suelen ser las siguientes:

- La fase 1 es la fase de "shock", caracterizada por aturdimiento, perplejidad, nudo en la garganta, suspiros, vacío en el estómago, sentido de irrealidad, negación, y desconfianza.

- La fase 2 ó de preocupación, se caracteriza por rabia, tristeza, insomnio, anorexia, debilidad, agotamiento, culpabilidad, sueños y pensamientos sobre el difunto, anhedonia (ausencia de placer) e introversión.

- La fase 3 ó de resolución, en la cual la persona en duelo puede recordar el pasado de un modo grato, recupera el interés por otras actividades y se establecen nuevas relaciones.

Estas fases se dan como respuesta ante una pérdida y tienen una función de reajuste y adaptación.
Esto es un poco más complejo, pero a grandes rasgos es el proceso normal de un duelo y suele resolverse entre uno y dos años. Dichas fases están sujetas a distintas variaciones relacionadas con las circunstancias de la pérdida:

-El vínculo que nos unía a nuestro ser querido.

-Si fue una muerte violenta (en estos casos la 1ª fase, la de shock, suele prolongarse bastante)

-Si fue una muerte repentina (ocurre lo mismo que arriba)

-Si fue una muerte por suicidio (en estos casos, además de un shock prolongado, el duelo arrastra un profundo y patológico sentimiento de culpa en los familiares)
-Si era una muerte anticipada, como por ejemplo un enfermo de cáncer terminal ("duelo anticipado")

Hay más factores que pueden hacer variar el proceso normal de duelo e incluso derivar en un "duelo patológico", pero los citados suelen ser los más frecuentes.

Ahora bien; el tipo de duelo que a mí me interesa aquí es aquel que se da cuando no hay cuerpo del fallecido, cuando no hay certeza de que nuestro ser querido haya muerto...o siga vivo: es lo que se denomina "duelo en vivo" o "duelo congelado".

Uno de los pasos que son necesarios, aunque nos parezca un ritual religioso o cultural sin más, es el funeral. Desarrollar prácticas rituales como la velación y el funeral sirve para iniciar el auténtico duelo, el punto de salida; se activan así una serie de mecanismos psicológicos que buscan atenuar el impacto de dicha pérdida.
Enterrar un cuerpo, por doloroso que sea, es el primer paso para nuestra recuperación.

El ser querido ya no está (lo negaremos, nos costará creerlo), pero tras la rabia, la depresión y la tristeza llegará con el tiempo la aceptación . Y nace un día, si el duelo se ha elaborado con normalidad, en el que nos deshacemos de su ropa, sus cosas ya no son piezas intocables de museo, y podemos ver sus fotos sin que se desgarre el alma y el vacio existencial nos devore.
Es entonces cuando se puede empezar a pensar en un nuevo proyecto de vida, habiendo asimilado previamente y de un modo sano que en nuestro futuro ya no estará esa persona que perdimos.
Pero para que todo este proceso transcurra con normalidad, es necesario ver el cuerpo y luego que cada cual decida el "ritual de tránsito".

En este punto hago un inciso que me parece interesante: no es en absoluto aconsejable impedir a los niños ver el cuerpo de un pariente fallecido si éste era muy cercano en su núcleo familiar (padres, abuelos, hermanos). Los niños a partir de los 7 años ya tienen elaborado un concepto de muerte y necesitan que les den información "creible". La recurrente explicación -se ha ido al cielo- o -se ha marchado lejos y algún día volverá- sólo sirve para obtaculizar su particular duelo, llenarlo de dudas y angustia, y provocar en ellos un resentimiento posterior por haberles ocultado la verdad y haberles mentido. Son niños, no tontos, y los subestimamos o los sobreprotegemos.

Entonces..¿qué ocurre cuando no sabemos si nuestro novio, hijo o marido está vivo o muerto?, ¿qué proceso iniciamos cuándo pasan las semanas, los meses, los años y no tenemos noticias de él? (me refiero a "él" porque es la situación más frecuente en el tema que nos ocupa).

A pesar que desde el comienzo se pueden presentar indicios que prueben la realidad de la muerte (era un soldado y se fue al frente), los mecanismos de negación y aquello de -la esperanza es lo último que se pierde- impide que demos comienzo a un duelo. No hay un cuerpo, no hay un nombre, no hay una tumba, no hubo misa ni funeral, no hay certidumbre... Si creíamos que ya conocíamos todos los dolores psicológicos habidos y por haber en una guerra, en esta guerra...todavía no habíamos hablado de la incertidumbre.
Es una agonia terriblemente dolorosa preñada de autoexplicaciones: "estará prisionero", "estará escondido", "estará herido y puede que haya perdido la memoria" "estará incomunicado" "volverá cuando termine la guerra"...cualquier cosa antes que aceptar una muerte sin pruebas. Nadie sabe nada, pero -no hay noticias- no es sinónimo de muerte.

La incertidumbre ante la muerte parece detener el tiempo y congelar el espacio. La casa, la ropa, los libros, el reloj, todo permanece en su mismo lugar. No se lava la última ropa que usó: un intento por retener su olor, su presencia, para que no se nos olvide.
Se inicia así una tortura psicológica para su familia, una situación de angustia sostenida causante de profundas transformaciones en la vida y la psique de los afectados. Es peligroso preguntar...pero se indaga sin tregua ni descanso. "Desaparecido" es la respuesta habitual.

Termina la guerra. Y la esperanza revive con más fuerza que nunca. Empiezan a regresar del frente...pero él no llega. Comienza un nuevo y tortuoso peregrinaje por todos los organismos oficiales encargados de la repatriación de prisioneros o desaparecidos...Nada.

La conservación de la esperanza de que los familiares regresen con vida es uno de los principales obstáculos para la adecuada elaboración del duelo... además ésta preservación impide la reconstrucción de un proyecto de vida, haciendo más difícil la adaptación a una nueva situación, condicionando su libertad a la incertidumbre de un regreso.
Es dicha esperanza la que causa en los familiares una ambigüedad de sentimientos, no pueden definir claramente lo que sienten, ni mucho menos pueden estar realmente convencidos de la existencia de su ser querido. Por tal motivo sus vidas comienzan a girar alrededor de la búsqueda, con el objetivo de ponerle fin a la incertidumbre.

En el momento que la búsqueda se convierte en su principal motivación, todos sus demás proyectos pasan a un segundo plano, impidiendo organizar su vida alejado de la desaparición, además se les dificulta elaborar planes a mediano y a largo plazo. Viven "congelados". Impensable cambiar de hogar, aunque las circunstancias socioeconómicas sean decisivas para la supervivencia "¿y si él vuelve?"; cuando una población es deportada...entonces la angustia, la impotencia, la desesperación no conoce final.
El apoyo de los familiares va desde la ayuda incondicional hasta la total indiferencia, siendo esta última la más común, ya que por lo general la mujer es la que se encarga de la búsqueda, sintiéndose sola y aislada del núcleo familiar. En una guerra todos han perdido a alguien...nadie es más que nadie. Soledad.

-La persona desaparecida nunca es olvidada, siempre ocupa un lugar importante. La condición de desaparición hace mucho más difícil la elaboración del duelo o la pérdida.

-El proceso de aceptación y supervivencia al lado de la desaparición en lento y complicado, porque quedan enormes secuelas que inciden en la vida de todos los que rodeaban a la víctima.

-Si el duelo no se elabora, el trauma sigue latente, el dolor seguirá generando dolor.

-La elaboración del duelo permite que el individuo dé sentido a sus experiencias traumáticas, y recree sus recuerdos de forma que le permitan vivir y recordar sin dolor. Este aspecto tiene repercusiones sociales importantes.

En última instancia, será el familiar quien decida cuando murió su ser querido...
...si es que alguna vez llega a decidirlo.

Paradójicamente, la recepción de una carta oficial confirmando la muerte hace las veces de una llave que abre el futuro.



Puntualmente:
http://www.psicologiajuridica.org/psj137.html
http://correo.puj.edu.co/proyectosintes ... 99201a.htm

Lun Oct 01, 2007 10:33 pm

Otro aspecto de la guerra (y de la vida) que pasaba desapercibido. Pero tambien reafirma lo que digo en michas ocasiones. Que el gran problema es para los que quedan vivos. Y como leo, es bueno enterrar a los muertos, permite desbloquear el sitema defensivo ante la muerte.

Seguimos en el frente... aprendiendo.

Mar Oct 02, 2007 1:48 am

El tema es muy interesante. Acerca de él conversé con una siquiatra especialista hace un tiempo, y sus conceptos fueron los mismos que aquí se señalan, aunque en palabras distintas.

Ella se refirió a un círculo del dolor, que atraviesa la etapas aquí descritas, y ese círculo se cierra con la sepultación de los restos, acompañado del ceremonial que se acostumbre en ese caso. Hay un ritual, pésames, flores, liturgia etc., según las costumbres del lugar. De ahí en adelante hay un período de aceptación de la pérdida y un aceptar la continuación de la vida sin la persona ausente.

Como es sabido, en la década del 70 , en latinoamérica, se produjo en algunos países la desaparición de personas a manos de fuerzas de seguridad. Los familiares de esas personas desaparecidas no han descansado en tratar de averiguar su paradero y lograr así dar sepultura a sus restos. Hay casos dramáticos de ilógicas esperanza de que aún estén vivos, a pesar de los años y los testimonios y evidencias de que fueron asesinados.

Esta pertinaz búsqueda de los restos a algunas personas les parece una forma masoquista de renunciar a lo evidente, atribuyéndoles a los deudos una intencionalidad política de procurar llamar la atención acerca de sus desaparecidos deudos.

A diferencia de la guerra, en estos casos hay que añadir una situación de carencia de justicia, lo que agrava la angustia del proceso.

Según la siquiatra, a estas personas les falta cerrar ese círculo del dolor. Y sólo lo podrán lograr cuando las pesquisas culminen con éxito y se pueda encontrar osamentas o partes de ellas, y se pueda encausar a los responsables, si ello fuera aún posible.

Los gobiernos han prestado ayuda sicológica a estas personas, dentro de sus políticas de derechos humanos, con resuiltados relativos.

Sería muy interesante saber qué procedimientos utilizaron las naciones beligerantes para atenuar el dolor de los deudos de los soldados desaparecidos en la guerra.
Última edición por Roul Wallenberg el Jue Oct 04, 2007 10:17 pm, editado 1 vez en total

Mié Oct 03, 2007 10:56 pm

Me alegro, Jac, si algo te ha aportado este articulillo :)

Respecto a lo que dices, Roul...pues sí, la cosa todavía es más traumática cuando hablamos de los familiares de víctimas de desaparición forzada, como efectivamente fue el caso en Chile y Argentina.

El proceso es similar al mencionado arriba, pero hay que añadirle, por desgracia y para rizar más el rizo, el sufrimiento ante la posibilidad de torturas al desaparecido/a, el miedo y el rechazo social, por no hablar del silencio intencionado de las autoridades sobre el paradero del detenido.

Parece ser que, como no, que los pioneros en esto de la desaparición forzada fueron los nazis, con la famosa orden Nacht und Nebel(Noche y Niebla).

Si es que todo lo malo se aprende... :(

Un saludote pelonero.

Jue Oct 04, 2007 6:14 pm

Hola Mikha, me parece un poco exagerada la afirmación de que los nazis fueron los pioneros en las "desapariciones forzadas".
Creo que a lo largo de la Historia habría infinidad de casos incluso más sangrantes que los cometidos por los nazis.
Recuerdo ahora, la época post revolucionaria en la ex URSS. Lo que hicieron con los zares y sus hijas e hijo, por ejemplo. Y un largo etc.
Saludos.

Jue Oct 04, 2007 10:12 pm

Hasta donde hemos podido saber en el caso de Chile, las técnicas de terrorismo de estado para combatir el terrorismo castrista les fueron impartidas en los cursos antiguerrillas realizados para un gran número de oficiales de toda latinoamérica en la denominada "Escuela de la Américas" del Ejército de los EE.UU. en Panamá, donde junto con el aprendizaje de estas "técnicas", recibieron el adoctrinamiento político correspondiente. Estimo muy posible que en la citada escuela hayan apreciado el "Nacht und Nebel" como eficiente y prometedor y de ahí lo hayan rescatado y remozado para ofrecerlo a los oficiales alumnos en su malla curricular.

Jue Oct 04, 2007 11:54 pm

Hola, Steiner,

Está claro que en el tema de las "desapariciones forzadas" no fueron pioneros los nazis, ni los rusos...posiblemente se remonten estos actos a los orígenes de la humanidad :(

Yo me referia al hecho de institucionalizar esta práctica: en Alemania hubo un decreto el Decreto que implicaba una "innovación básica" del Estado: la organización de un sistema de desapariciones forzadas y en la Unión Sovietica fue una práctica, sin más; y no es que lo piense yo, es la conclusión a la que se suele llegar a raiz de dicha orden Nacht und Nebel:

Precedente moderno al crimen de Desaparición forzada

El decreto Nacht und Nebel, es considerado uno de los precedentes históricos en materia de violación de los derechos humanos por parte de diversos regímenes de la segunda mitad del siglo XX. La figura del desaparecido como víctima de prácticas de limpieza étnica [1] o de políticas represivas en América Latina son algunos ejemplos contemporáneos.

En Argentina, la metodología NN fue integrada a través de la doctrina de la contrainsurgencia en la instrucción de los militares[2], en primer lugar a través de la escuela francesa que estaba instalada como cuerpo docente permanente de la Escuela Superior de Guerra de Argentina, desde fines de la década de 1950 y luego de la Escuela de las Américas.


http://es.wikipedia.org/wiki/Decreto_Nacht_und_Nebel

Que viene a decir lo mismo que comenta Roul.

Tal vez me expliqué mal y pareció que generalizaba.

Un saludote pelonero.

Mar Dic 04, 2007 10:32 pm

Es muy interesante los que escribes aunque las muertes no resueltas tambien se dan por otras causas que no son la guerra, como es el tráfico.

Una de las cosas que más impresiona al visitar un cementerio aleman es cotejar fechas, no son pocos los casos en los que el hijo muere en el periodo 43-45 en el frente del este y los padres, aun sobreviviendo a la guerra fallecen unos años despues, seguramente aun jóvenes, pero incapaces de soportar el dolor de la falta del ser querido.
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