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Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Mar Jul 17, 2007 2:53 pm

En plena II Guerra Mundial, durante la ocupación de Polonia, una mujer le plantó cara a los nazis y logró salvar a 2.500 niños judíos. Ni la Gestapo ni sus torturas consiguieron que Irena Sendler desvelara dónde estaban los pequeños. Hoy, vive en un asilo de Varsovia, donde recibe al periodista de Magazine.

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Por Ignacio Temiño



La historia de Irena Sendler está repleta de heroísmo con proporciones casi míticas. Sin embargo, ha estado extraviada entre los pliegues del tiempo durante más de medio siglo. Desconocida y oculta de manera inexplicable para la mayoría de la gente, como un tesoro antiguo esperando a ser descubierto. Pero las luces de Hollywood se proponen ahora que todo el mundo conozca la vida de esta trabajadora social polaca, que durante la ocupación alemana de su país salvó la vida de 2.500 niños judíos, sacándolos a escondidas del gueto de Varsovia frente a las mismísimas narices de las tropas nazis.

Si tomamos como referencia La lista de Schindler, donde Steven Spielberg contó la vida de Oscar Schindler, el industrial alemán que evitó la muerte de 1.000 judíos en los campos de concentración, el éxito de la producción cinematográfica parece asegurado. El filme de Spielberg, aclamado por la crítica, consiguió siete Oscar en 1993.

Mientras la figura de Oscar Schindler era aclamada por medio mundo, Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros de historia oficiales. "Además, ella nunca contó a nadie nada de su vida durante la II Guerra Mundial, era muy discreta y se limitaba a hacer su trabajo y a ayudar a la gente", explica Anna Mieszkwoska, autora de la biografía de Irena, La madre de los niños del Holocausto.

Sin embargo, en 1999, su historia empezó a conocerse. Y fue, curiosamente, gracias a un grupo de alumnos de un instituto americano de Pittsburg (Kansas) y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación dieron con algunas referencias sobre Irena Sendler en revistas especializadas y con un dato asombroso: había salvado la vida de 2.500 niños. "¿Cómo es posible que apenas haya información sobre una persona así?", se preguntaron entonces los estudiantes, cuya curiosidad crecía según encontraban más datos y testimonios.

Pero la gran sorpresa llegó cuando, tras buscar el emplazamiento de la tumba de Irena, descubrieron que no existía porque ella aún vivía y, de hecho, todavía vive. Hoy es una anciana de 97 años que reside en un asilo del centro de Varsovia, en una habitación luminosa donde nunca faltan los ramos de flores y las tarjetas de agradecimiento, que llegan diariamente desde todo el mundo.

Secuelas de las torturas. "Tenga cuidado, el que visita a mi madre acaba llorando", me advierte con una sonrisa Janina, la hija de Irena, antes de que entre a saludar a su madre. Dejo mi ramo de flores junto a su mesita de noche y paso los primeros cinco minutos de mi vida junto a una heroína de carne y hueso. "Yo no hice nada especial, sólo hice lo que debía, nada más", dice irritada con un hilillo de voz que se escapa a través de la ventana. Irena apenas existe físicamente, lleva años encadenada a su silla de ruedas, en parte debido a las lesiones que arrastra tras las torturas a las que fue sometida por la Gestapo durante la guerra, cuando descubrieron que sacaba escondidos a niños judíos del gueto. "Le rompieron los pies y las piernas, pero no lograron que les revelase el paradero de los niños que había escondido ni la identidad de sus colaboradores", explica la biógrafa.

Irena Sendler fue siempre una mujer de gran coraje, muy influida por su padre, un médico rural que murió cuando ella tenía sólo 7 años. De él siempre recordaría dos reglas que siguió a rajatabla a lo largo de toda su vida. La primera: que a la gente se la divide entre buenos y malos sólo por sus actos, no por sus posesiones materiales; y la segunda: a ayudar siempre a quien lo necesitase.

Así la pequeña Irena se hizo mayor y comenzó a trabajar en los servicios sociales del ayuntamiento de Varsovia, al tiempo que se unía al Partido Socialista Polaco. Corrían los años 30 y destacaba en los proyectos de ayuda a pobres, huérfanos y ancianos. "Ella era de izquierdas, sí, pero de una izquierda que ya no existe, preocupada por las personas y por su bienestar", apunta su biógrafa, quien asegura que a pesar de ello siempre se situó bastante lejos de la política activa.

En 1939 Alemania invadió Polonia y el trabajo de Irena se hizo más necesario en los comedores sociales, donde también se entregaban ropas y dinero a las familias judías, inscribiéndolas con nombres católicos falsos para evitar las suspicacias de los soldados alemanes.

Pero todo cambió en 1942, cuando las deportaciones se hicieron más frecuentes y los nazis encerraron a todos los judíos de Varsovia, unos 400.000, en un área acotada de la ciudad y rodeada por un muro. El gueto fue la tumba para miles y miles de personas, que morían diariamente por inanición o enfermedades. Irena estaba horrorizada y, como muchos polacos, decidió que había que actuar para evitar la barbarie que asolaba las calles de la capital. Consiguió un pase del departamento de Control Epidemiológico de Varsovia para poder acceder al gueto de forma legal", explica Anna. Allí entraba diariamente a llevar comida y medicinas, "siempre portando un brazalete con una estrella de David como símbolo de solidaridad y para no llamar la atención de los nazis".

Una vez dentro, la joven trabajadora social entendió que el objetivo del gueto era la muerte de todos los judíos y que era urgente sacar al menos a los niños más pequeños para que tuviesen la oportunidad de sobrevivir. Fue así como comenzó a evacuarlos de todas las formas imaginables. Dentro de ataúdes, en cajas de herramientas, entre restos de basura, como enfermos de males muy contagiosos…, cualquier sistema era válido si conseguía sacar a los pequeños del infierno. Otra manera era a través de una iglesia con dos accesos, uno al gueto y otro secreto al exterior. Los niños entraban como judíos y salían al otro lado bendecidos como nuevos católicos.

La actividad de Irena era frenética, igual que el riesgo diario a ser descubierta por los soldados alemanes. "No hice todo lo que pude, podría haber hecho más, mucho más y haber salvado así a más niños", sigue lamentándose hoy día.

Separar a los hijos. Irena aún recuerda con amargura los momentos en que tenía que separar a los padres de los hijos. Sabían que nunca más se volverían a ver y la arrinconaban entonces con preguntas y deseos de condenado. "Por favor, asegúrame que vivirá, que tendrá un buen hogar", insistían las madres, presas de la desesperación entre los llantos de sus hijos. "Ella también era madre y sentía ese dolor tan profundo como si fuese suyo, de hecho todavía lo siente y sufre con esos recuerdos", afirma Anna Mieszkwoska.

Pero, ¿qué impulsaba a una joven madre como Irena a arriesgarse de esa manera? ¿Por qué lo hacía? "Se lo he preguntado cientos de veces. Ella simplemente lo hacía porque tiene un corazón inmenso, no hay nada más", explica su biógrafa, quien asegura que ni siquiera existían motivaciones políticas o religiosas.

Una vez fuera del horror, era necesario elaborar documentos falsos para los niños, darles nombres católicos y trasladarlos a un lugar seguro, normalmente monasterios y conventos, donde los religiosos siempre tenían las puertas abiertas para los niños del Gueto.

Irena apuntaba entonces en pedazos de papel las verdaderas identidades de los pequeños y sus nuevas ubicaciones, y luego enterraba las notas dentro de botes y frascos de conserva bajo un gran manzano en el jardín de su vecino, frente a los barracones de los soldados alemanes. Allí aguardó, sin que nadie lo sospechase, el pasado de los 2.500 niños de Gueto hasta que los nazis se marcharon.

Ni siquiera las torturas de la Gestapo lograron que revelase jamás el lugar en el que estaban ocultos ni las personas que colaboraban con ella. Tampoco los meses que pasó en la terrorífica prisión de Pawlak, bajo el atento cuidado de los carceleros alemanes, quebraron su silencio. No dijo ni una palabra cuando la condenaron a muerte, una sentencia que nunca se cumplió porque, camino del lugar de ejecución, el soldado la dejó escapar. La resistencia le había sobornado. No podían permitir que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños. Así fue como pasó a la clandestinidad y, aunque oficialmente figuraba como ejecutada, en realidad permaneció escondida hasta el final de la guerra participando activamente en la resistencia.

Con el final del conflicto se desenterraron los 2.500 botes escondidos bajo el manzano, y los 2.500 niños rescatados del gueto recuperaron sus identidades olvidadas. La gran mayoría había perdido a sus padres, así que muchos fueron enviados con otros familiares o se quedaron con familias polacas, pero todos conservaron a lo largo de su vida un agradecimiento infinito a Irena Sendler. Tras los nazis llegó el comunismo y la aventura de Irena quedó olvidada entre las nuevas doctrinas. Ella, que ya tenía dos hijos, volvió a ser trabajadora social y a su vida tranquila, sólo truncada por las pintadas, en la puerta de su apartamento, en las que le acusaban con necedad de ser "amiga de los judíos" o la llamaban la "madre de judíos". Ella callaba y nunca contaba nada de su pasado "por una mezcla de modestia y de temor a que le pudiera acarrear algún problema, comenta su hija, Janina, quien asegura que aún hoy mantiene secretos y vive como si estuviese en medio de una oscura conspiración.

Cuando en 1999 los estudiantes de Kansas se toparon con su historia, se quedaron estupefactos. Estaban frente a una auténtica heroína prácticamente desconocida, así que decidieron escribir una obra de teatro sobre ella. Se escenificó en iglesias y salones sociales de la comarca, asombrando y emocionando a todos los que tuvieron la oportunidad de verla. Uno de estos asistentes fue un profesor judío quien, impresionado, ayudó a los escolares a cumplir su deseo: ir a verla a Varsovia y agradecerle lo que había hecho por la Humanidad. Les dio un cheque de 7.000 dólares y les hizo una petición: "Contadme todo con pelos y señales a vuestra vuelta".

A partir de ese momento los reconocimientos y las visitas fueron aumentando considerablemente. La llegada de periodistas extranjeros, los cumplidos oficiales, agradecimientos de todo el mundo, las visitas desde Hollywood y, finalmente, la nominación para el premio Nobel, propuesta hace unos meses por el presidente polaco Lech Kaczynski con el apoyo de la Organización de Supervivientes del Holocausto.

Mientras, todos se preguntan cómo es posible que esta historia haya permanecido tantos años en el olvido y oculta, pese a las veces que se ha tratado el tema del Holocausto y de las personas que lo protagonizaron. Incluso sus amigas le recriminaban que nunca les contara nada sobre su heroísmo y sus azañas de juventud. Sin embargo, ella sigue sonriendo en su silla de ruedas y enfadándose cuando alguien se atreve a decir que es una heroína. Porque Irena Sendler no es una heroína, sólo se limitó a cumplir con su deber.

"La madre de los niños del Holocausto" (Editorial Muza), de Anna Mieszkwoska. (No está traducido al español). www.muza.com.pl

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Fuente: http://www.elmundo.es

Mar Jul 17, 2007 11:06 pm

Una historia impresionante Falls. Muchas gracias por contarnosla, estas cosas siempre arrojan luz hasta en los rincones más oscuros.

Saludos.

Dom Jul 22, 2007 10:38 am

Que historia tan emocionante Falls, si hacen la película ganaremos por que haran la traducción al español y gozaré de otro estupendo libro y biografía :wink: .
Gracias Falls.

Dom Jul 22, 2007 12:14 pm

Separar a los hijos. Irena aún recuerda con amargura los momentos en que tenía que separar a los padres de los hijos. Sabían que nunca más se volverían a ver y la arrinconaban entonces con preguntas y deseos de condenado. "Por favor, asegúrame que vivirá, que tendrá un buen hogar", insistían las madres, presas de la desesperación entre los llantos de sus hijos.


Hay pocas situaciones tan desgarradoras como actos de este tipo en la vida de unos padres...Y también, al igual que le ocurrió a Schindler, quedó en ella la profunda convicción de que podía haber salvado a más; qué extraña "avaricia", poco les consolaba saber que ya salvaron a bastantes; en lugar de ver la botella medio llena la ven medio vacia por aquellos que no pudieron salvar.
Encima remordimientos y sentimientos de culpa...

Muy bueno, Falls.

Mié Mar 26, 2008 3:53 am

me parece que hay una pelicula hecha.... vere si trato de averiguar quien hizo
su personaje, pero va hacer muy dificil...

Re: Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Sab Mar 12, 2011 10:07 am

Si, HAY UNA PELÍCULA!, doy fé de lo comentado por mi camarada!, lástima mi corta memoria, pero la ví de chico, ESTOY SEGURO!.

Saludos...

Re: Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Sab Mar 12, 2011 3:58 pm

Aquí las tenéis:

El valeroso corazón de Irena Sendler (The Courageous Heart of Irena Sendler, 2009) (TV)
aka "Dzieci Ireny Sendlerowej" - Poland (imdb display title)
aka "The Irena Sendler Story" - USA (working title)
aka "The Courageous Heart of Irena Sendler"
aka "Untitled Irena Sendler Project" - USA (working title)
TV movie de 95 minutos de duración. El papel de Irena Sendler lo interpretaba la actriz Anna Paquin
http://www.imdb.com/title/tt1010278/

Irena Sendler: En el nombre de sus madres (Irena Sendler: In the Name of Their Mothers, 2010) aka "Irena Sendler: In the Name of Their Mothers"
Pelicula Documental con la presencia de la propia Irena Sendlerowa
http://www.imdb.com/title/tt1622549/

Re: Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Sab Mar 12, 2011 9:47 pm

¡Excelente!, grácias por la data Grognard! :D

Saludos...

Re: Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Dom Mar 13, 2011 6:57 pm

Una gran persona, que como otras a su altura (Schindler, por ejemplo) tuvieron la maldición de morir pensando cuánta más gente podría haber salvado...
Me apunto la película, a ver si puedo encontrarla y verla.

Un saludo!

Re: Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Jue Mar 17, 2011 8:56 pm

Estoy de acuerdo contigo camarada Krossieg, al leer el post yo tambien pensaba si tendria ese sentimiento de haber podido ayudar mas, hermosa historia, y honor a quien honor merece.

Saludos

T/4 Wade

Irena Sendler

Jue Jun 03, 2021 10:52 am

Irena Stanisława Sendler (de soltera Krzyżanowska), también conocida como Irena Sendlerowa en Polonia, nom de guerre Jolanta (15 de febrero de 1910 - 12 de mayo de 2008).

Sendler nació el 15 de febrero de 1910 en Varsovia, hija de Stanisław Henryk Krzyżanowski, un médico, y su esposa, Janina Karolina (de soltera Grzybowska). Fue bautizada como Irena Stanisława el 2 de febrero de 1917 en Otwock. Creció en Otwock, una ciudad a unos 24 km al sureste de Varsovia, donde había una comunidad judía. Su padre, un humanitario que trataba gratuitamente a los más pobres, incluidos los judíos, murió en febrero de 1917 de tifus contraído por sus pacientes. Después de su muerte, la comunidad judía ofreció ayuda económica para la viuda y su hija, aunque Janina Krzyżanowska la rechazó.

A partir de 1927 Sendler estudió derecho durante dos años y luego literatura polaca en Varsovia, interrumpiendo sus estudios durante varios años desde 1932 hasta 1937. Se opuso al sistema de cuota practicado en la década de 1930 en muchas instituciones polacas de educación superior (desde 1937 en la Universidad de Varsovia) y desfiguró la identificación "no judía" en su tarjeta de calificaciones. Denunció haber sufrido medidas disciplinarias académicas por sus actividades y reputación como comunista y filosemita. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, presentó su tesis, pero no había realizado los exámenes finales. Sendler se unió a la Unión de la Juventud Democrática Polaca (Związek Polskiej Młodzieży Demokratycznej) en 1928; durante la guerra se convirtió en miembro del Partido Socialista Polaco (PPS). En repetidas ocasiones se le negó el empleo en el sistema escolar de Varsovia debido a las notas negativas de la universidad, que le atribuían puntos de vista radicalmente izquierdistas.

Sendler se asoció con las unidades sociales y educativas de la Universidad Polaca Libre (Wolna Wszechnica Polska), donde conoció y fue influenciada por activistas del ilegal Partido Comunista de Polonia. En Wszechnica, Sendler pertenecía a un grupo de trabajadores sociales dirigido por la profesora Helena Radlińska; una docena o más de mujeres de ese círculo se dedicarían más tarde a rescatar judíos. De sus entrevistas de trabajo social en el lugar, Sendler recordó muchos casos de pobreza extrema que encontró entre la población judía de Varsovia. Trabajaba en una clínica de asistencia social y de asesoramiento legal, la Sección de Asistencia Materno-Infantil del Comité Ciudadano de Ayuda a los Desempleados. Publicó dos artículos en 1934 sobre la situación de los niños nacidos fuera del matrimonio y de sus madres. Trabajó principalmente en los barrios empobrecidos de Varsovia, y sus clientes eran mujeres indefensas y socialmente desfavorecidas. En 1935 el gobierno abolió la sección. Muchos de sus miembros se convirtieron en empleados de la ciudad de Varsovia, incluida Sendler en el Departamento de Bienestar Social y Salud Pública.

Sendler se casó con Mieczysław Sendler en 1931, que fue movilizado para la guerra, capturado como soldado en septiembre de 1939 y permaneció en un campo de prisioneros de guerra alemán hasta 1945; se divorciaron en 1947. Luego se casó con Stefan Zgrzembski (nacido Adam Celnikier), un amigo judío y compañero de guerra, con quien tuvo tres hijos, Janina, Andrzej (que murió en la infancia) y Adam (que murió de insuficiencia cardíaca en 1999). En 1957 Zgrzembski dejó a la familia; murió en 1961 e Irena se volvió a casar con su primer marido, Mieczysław Sendler. Diez años después volvieron a divorciarse.

Poco después de la invasión alemana de Polonia, el 1 de noviembre de 1939, las autoridades de ocupación alemanas ordenaron que los judíos fueran retirados del personal del Departamento de Bienestar Social municipal donde trabajaba Sendler y prohibieron que el departamento brindara asistencia a los judíos de Varsovia. Sendler con sus colegas y activistas de la célula del PPS del departamento se involucraron en ayudar a los soldados polacos heridos y enfermos. Por iniciativa de Sendler, la célula comenzó a generar documentos médicos falsos, que los soldados y las familias pobres necesitaban para obtener ayuda. Sin saberlo sus camaradas del PPS, Sendler brindó dicha asistencia también a los ​​judíos, que ahora eran atendidos oficialmente sólo por las instituciones de la comunidad judía. Con Jadwiga Piotrowska, Jadwiga Sałek-Deneko e Irena Schultz, Sendler también creó otros documentos falsos e ideó varias estratagemas para ayudar a las familias judías y los niños excluidos de la protección social de su departamento.

Alrededor de 400.000 judíos se apiñaron en una pequeña parte de la ciudad designada como el gueto de Varsovia y los nazis sellaron el área en noviembre de 1940. Como empleados del Departamento de Bienestar Social, Sendler y Schultz obtuvieron acceso a permisos especiales para ingresar al gueto a fin de verificar si había signos de tifus, una enfermedad que los alemanes temían que se extendiera más allá del gueto. Con el pretexto de realizar inspecciones sanitarias, llevaron medicamentos y artículos de limpieza y metieron a escondidas ropa, alimentos y otras necesidades del gueto. Para Sendler una motivación inicial para la expansión de la operación de ayuda al gueto fueron sus amigos, conocidos y antiguos colegas que terminaron en el lado judío del muro, comenzando con Adam Celnikier (logró salir del gueto en el momento de su liquidación). Sendler y otros trabajadores sociales eventualmente ayudarían a los judíos que escaparon o arreglarían el contrabando de bebés y niños pequeños del gueto utilizando varios medios. Trasladar a los judíos fuera del gueto y facilitar su supervivencia en otros lugares se convirtió en una prioridad urgente en el verano de 1942, en el momento de la Gran Acción.

Este trabajo implicaba un gran riesgo, ya que, desde octubre de 1941, brindar cualquier tipo de asistencia a los judíos en la Polonia ocupada por los alemanes se castigaba con la muerte, no sólo para la persona que brindaba la ayuda, sino también para toda su familia u hogar.

Sendler se unió a los socialistas polacos, una rama del PPS. Los socialistas polacos evolucionaron hasta convertirse en el Partido Socialista Obrero Polaco (RPPS), que cooperó con el Partido Obrero Polaco comunista (PPR). Sendler era conocida allí por su apodo, Klara, y entre sus deberes estaba buscar refugios, emitir documentos falsos y ser enlace, guiando a los activistas a reuniones clandestinas. En el RPPS había polacos que conocía, involucrados en salvar judíos, así como judíos a los que ella había ayudado. Sendler participó en la vida secreta del gueto. Describió un evento de conmemoración allí, en el aniversario de la Revolución de Octubre pero en el espíritu de la tradición izquierdista polaca; incluía representaciones artísticas de niños. Mientras estaba en el gueto, usó una estrella de David como signo de solidaridad con el pueblo judío.

Cuando los alemanes procedieron a destruir el gueto de Varsovia y exterminar a sus residentes. Sendler y sus asociados —como los relata Jonas Turkow— podían acoger a un pequeño número de niños, y las instituciones cristianas podían aceptar y apoyar a un cierto número, pero la falta de fondos impidió una acción a mayor escala. Los fondos iniciales para el traslado y el mantenimiento de los niños del gueto fueron proporcionados por miembros de la comunidad judía en cooperación con mujeres del Departamento de Bienestar. Sendler y otros, de acuerdo con su misión, querían ayudar primero a los niños más necesitados (como los huérfanos). Turkow, que se puso en contacto con Wanda Wyrobek y Sendler para sacar del gueto y organizar el cuidado de su hija Margarita, quería priorizar a los hijos de las personas más "merecedoras".

Re: Irena Sendler

Jue Jun 03, 2021 11:18 am

Durante la Gran Acción, Sendler siguió entrando o intentando entrar en el gueto. Hizo intentos desesperados por salvar a sus amigos, pero entre sus antiguos asociados del Departamento de Bienestar Social que no podían o no querían abandonar el gueto estaban Ewa Rechtman y Ala Gołąb-Grynberg. Según Jadwiga Piotrowska, quien salvó a numerosos niños judíos, durante la Gran Acción, la gente del Departamento de Bienestar Social operaba individualmente (no tenía organización ni líder). Otros relatos sugieren que las mujeres de ese grupo se concentraron en ayudar a los judíos que ya habían abandonado el gueto, y que Sendler en particular se ocupaba de adultos y adolescentes.

Żegota (el Consejo de Ayuda a los Judíos) era una organización clandestina que se originó el 27 de septiembre de 1942 como el Comité Provisional de Ayuda a los Judíos, dirigido por Zofia Kossak-Szczucka, escritora e integrante de la resistencia. El Żegota, creado el 4 de diciembre de 1942, era una nueva forma del comité, ampliado con la participación de partidos judíos y presidido por Julian Grobelny. Fue financiado por el fundador del Comité Provisional, la Delegación del Gobierno de Polonia, una institución estatal clandestina polaca que representaba al gobierno polaco en el exilio. Trabajando para Żegota desde enero de 1943, Sendler fue coordinadora de la red del Departamento de Bienestar. Distribuyeron subvenciones monetarias que. aunque eran insuficientespara cubrir las necesidades, mejoraron su capacidad para ayudar a los judíos escondidos. En 1963, Sendler enumeró específicamente a 29 personas con las que trabajó dentro de la operación Żegota, y agregó que 15 más murieron durante la guerra. Con respecto a la acción de salvar a los niños judíos, según un escrito de 1975 de sus ex compañeros de trabajo del Departamento de Bienestar Social de Sendler, ella era la participante más activa y dotada de organización.

Durante el levantamiento del gueto de Varsovia, el grupo de Sendler creó una red de refugios de emergencia: residencias privadas donde los judíos podían ser alojados temporalmente, mientras que Żegota trabajaba en la producción de documentos y en la búsqueda de ubicaciones a más largo plazo para ellos. Muchos niños judíos pasaron por los hogares de Izabella Kuczkowska, Zofia Wędrychowska y otros trabajadores sociales. Helena Rybak y Jadwiga Koszutska eran activistas clandestinidas comunista.

En agosto de 1943, Żegota estableció su sección infantil, dirigida por Aleksandra Dargiel, gerente del Consejo Central de Bienestar (RGO). Dargiel, abrumada por sus deberes en el RGO, renunció en septiembre y propuso a Sendler como su reemplazo. Sendler, entonces conocida por el apodo de Jolanta, se hizo cargo de la sección a partir de octubre de 1943. Los niños judíos fueron alojados por la red de Sendler cpn familias polacas (25%), en el orfanato de las Hermanas Franciscanas de la Familia de María de Varsovia dirigido por la madre provincial Matylda Getter, en conventos católicos como las Hermanas Siervas de la Santísima Virgen María en Turkowice (hermanas Aniela Polechajłło y Antonina Manaszczuk) o las Hermanas Felicianas, en las instalaciones benéficas de Boduen Home para niños y otros orfanatos (75%). Un convento de monjas ofrecía la mejor oportunidad para que un niño judío sobreviviera y fuera atendido. Para lograr los traslados, Sendler trabajó en estrecha colaboración con otros voluntarios. A los niños se les daba a menudo nombres cristianos y se les enseñaban oraciones cristianas por si eran interrogados. Sendler quería preservar las identidades judías de los niños, por lo que mantuvo una documentación cuidadosa con sus nombres de pila, nombres de pila y direcciones.

Según la historiadora estadounidense Debórah Dwork, Sendler fue la inspiración y el motor principal de toda la red que salvó a los niños judíos. Ella y sus compañeros de trabajo enterraron listas de los niños ocultos en frascos para mantener un registro de sus identidades originales y nuevas. El objetivo era devolver a los niños a sus familias originales si aún vivían después de la guerra.

El 18 de octubre de 1943 Sendler fue arrestada por la Gestapo. Mientras saqueaban su casa, Sendler arrojó las listas de niños a su amiga Janina Grabowska, quien escondió la lista en su ropa. Grabowska nunca fue registrada. La Gestapo llevó a Sendler a su cuartel general y la golpeó brutalmente. A pesar de esto, se negó a traicionar a ninguno de sus compañeros ni a los niños que rescataron. Fue ingresada en la prisión de Pawiak, donde fue sometida a nuevos interrogatorios y palizas, y de allí el 13 de noviembre la llevaron a otro lugar para ser ejecutada por un pelotón de fusilamiento. Según la biógrafa Anna Mieszkowska y Sendler, estos hechos tuvieron lugar el 20 de enero. Sin embargo se salvó porque los guardias alemanes que la escoltaban fueron sobornados y la liberaron camino de la ejecución. Sendler fue liberada gracias a los esfuerzos de Maria Palester, una compañera del Departamento de Bienestar, que obtuvo los fondos necesarios del jefe de Żegota, Julian Grobelny; usó sus contactos y una hija adolescente para transferir el soborno. El 30 de noviembre, el alcalde de Varsovia, Julian Kulski, pidió a las autoridades alemanas permiso para volver a emplear a Sendler en el Departamento de Bienestar Social con el pago atrasado durante el período de su encarcelamiento. El permiso se concedió el 14 de abril de 1944, pero Sendler consideró prudente permanecer escondida, como Klara Dąbrowska, enfermera. A mediados de diciembre de 1943, reasumió sus funciones como directora de la sección infantil de Żegota.

Durante el Levantamiento de Varsovia, Sendler trabajó como enfermera en un hospital de campaña, donde varios judíos estaban escondidos entre otros pacientes. Fue herida por un desertor alemán que encontró mientras buscaba comida. Continuó trabajando como enfermera hasta que los alemanes abandonaron Varsovia.

El hospital de Sendler, entonces en Okęcie y anteriormente apoyado por Żegota, se quedó sin recursos. Hizo autostop en camiones militares a Lublin, para obtener fondos del gobierno comunista y luego ayudó a Maria Palester a reorganizar el hospital como el Hogar de Niños de Varsovia. Sendler también reanudó otras actividades de trabajo social y avanzó rápidamente dentro de las nuevas estructuras, en diciembre de 1945 se convirtió en jefe del Departamento de Bienestar Social en el gobierno municipal de Varsovia. Dirigió su departamento de acuerdo con conceptos, radicales en ese momento, que había aprendido de Helena Radlińska en la Universidad Libre.

Sendler y sus compañeros de trabajo reunieron todos los registros con los nombres y ubicaciones de los niños judíos ocultos y se los dieron a su colega Żegota Adolf Berman y su personal en el Comité Central de Judíos Polacos. Casi todos los padres de los niños habían sido asesinados en Treblinka o habían desaparecido. Berman y Sendler sintieron que los niños judíos deberían reunirse con "su nación", pero discutieron con vehemencia sobre objetivos y métodos específicos; la mayoría de los niños fueron sacados de Polonia. A lo largo de los años, entre las funciones sociales y formales de Sendler se encontraban la membresía en el Ayuntamiento de Varsovia, las presidencias de la Comisión de Viudas y Huérfanos y de la Comisión de Salud allí, la actividad en la Liga de Mujeres y en los consejos directivos de la Sociedad de Amigos de Los niños y la Sociedad de Escuelas Laicas.

Sendler se afilió al Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia en enero de 1947 y siguió siendo miembro de su sucesor, el Partido de los Trabajadores Unidos de Polonia, hasta su disolución en 1990. Según la investigación realizada por Anna Bikont, en 1947 Sendler ascendió a la ejecutiva del partido al convertirse en miembro de la Sección de Bienestar Social en el Departamento Socio-Vocacional del Comité Central. Desde entonces, ocupó una sucesión de puestos administrativos y del partido de alto nivel durante todo el período estalinista y más allá, incluidos los puestos de directora de departamento en el Ministerio de Educación desde 1953 y de directora de departamento en el Ministerio de Salud en 1958-1962. Especialmente antes de 1950, Sendler estuvo muy involucrado en el trabajo del Comité Central y el activismo del partido, que incluía la implementación de reglas sociales y la propagación de ideas dictadas por la doctrina estalinista, y la aplicación de políticas; al participar en tales actividades, abandonó algunas de sus opiniones anteriores y perdió algunos conocidos importantes. Sin embargo, tras la caída del comunismo, Sendler afirmó haber sido brutalmente interrogada en 1949 por el Ministerio de Seguridad Pública, acusada de esconder entre sus empleados a exmiembros políticamente activos del Ejército Nacional (AK), una organización de resistencia leal durante la guerra al Gobierno polaco en el exilio. Atribuyó el nacimiento prematuro de su hijo Andrzej, que no sobrevivió, a tal persecución. Anna Bikont citó a Władysław Bartoszewski, quien afirmó antes de su muerte en 2015 que Sendler no fue perseguida en la Polonia comunista. Su empleo continuo en puestos estatales de alto nivel también habla en contra de la posibilidad de que fuera objeto de una investigación seria.

En la República Popular de Polonia, Sendler recibió al menos seis condecoraciones, incluida la Cruz de Oro al Mérito (Złoty Krzyż Zasługi) por la salvación de judíos en tiempos de guerra en 1946, otra Cruz de Oro al Mérito en 1956 y la Cruz de Caballero de la Orden de Polonia. Restituta en 1963. [61] Se publicaron materiales relacionados con sus actividades durante la guerra, [26] [66] pero Sendler se convirtió en una personalidad pública conocida sólo después de ser "redescubierta" por el grupo de una escuela secundaria estadounidense en 2000 (a la edad de noventa). [68] Fue reconocida por Yad Vashem como una de los Justos Polacos entre las Naciones y recibió su premio en la embajada de Israel en Varsovia en 1965, junto con Irena Schultz. [30] [69] En 1983 viajó a Israel, invitada por el Instituto Yad Vashem para la ceremonia de plantación de árboles. [8] [70] [71] [69] [b]

Desde 1962, Sendler trabajó como subdirector en varias escuelas de medicina especializada en Varsovia. En cada etapa de su carrera, trabajó largas horas y estuvo intensamente involucrada en varios programas de trabajo social, como ayudar a las prostitutas adolescentes en las ruinas de la Varsovia de posguerra a recuperarse y regresar a la sociedad, organizar una serie de orfanatos y centros de atención para niños, familias y ancianos, o un centro para prostitutas en Henryków. Era conocida por su eficacia. El esposo de Sendler, Stefan Zgrzembski, nunca compartió su entusiasmo por la realidad posterior a 1945. Su matrimonio siguió deteriorándose. Según Janina Zgrzembska, su hija, ninguno de los padres prestó mucha atención a los dos niños. Sendler estaba completamente consumida por su pasión y carrera de trabajadora social, a expensas de su propios hijosa, que fueron criados por un ama de llaves. Alrededor de 1956 Sendler le pidió a Teresa Körner, a quien había ayudado durante la guerra y que ahora estaba en Israel, que la ayudara con la inmigración a Israel con niños, que eran judíos y no estaban seguros en Polonia. Körner no recomendó a Sendler seguir adelante con esa idea.

En la primavera de 1967 sufría de una variedad de problemas de salud, entre ellos una afección cardíaca y un trastorno de ansiedad, por lo que solicitó una pensión por discapacidad. Fue despedida del puesto de subdirectora de escuela en mayo de 1967. Desde el otoño de 1967, continuó trabajando en la misma escuela como maestra, administradora de talleres para maestros y bibliotecaria, hasta su jubilación en 1983. Según Sendler, en 1967 su hija Janina fue eliminada de la lista ya publicada de estudiantes admitidos en la Universidad de Varsovia, pero Janina informó que simplemente no había cumplido con los requisitos de admisión. La campaña antisemita de 1967-1968 en Polonia dejó a Sendler profundamente traumatizada.

Sendler nunca les contó a sus hijos el origen judío de su padre; Janina Zgrzembska se enteró cuando era adulta. No había ninguna diferencia, dijo: la forma en que fueron criados, la raza o el origen no importaba. En 1980, Sendler se unió al movimiento Solidaridad. Vivió en Varsovia durante el resto de su vida. Murió el 12 de mayo de 2008, a los 98 años, y está enterrada en el cementerio Powązki de Varsovia.

Irene Sendler fue nombrada Justa entre las Naciones en 1965 por el gobierno de Israel. Entre las muchas condecoraciones que recibió Sendler se encuentran la Cruz de Oro al Mérito que le otorgó en 1946 por la salvación de judíos y la Orden del Águila Blanca, el mayor honor de Polonia, otorgado al final de la vida de Sendler por sus esfuerzos humanitarios durante la guerra.

Se calcula que Sendler ayudó a salvar la vida de 2.500 niños judíos.

Imagen
https://en.wikipedia.org/wiki/Irena_Sendler

Re: Irena Sendler, la heroína que salvó a 2.500 niños

Jue Jun 03, 2021 10:40 pm

Hola a todos,

Se ha procedido a unir el tema al ya existente, al tratarse de la misma persona y ser información adicional.

Un saludo
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