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Personajes vinculados al ámbito civil
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La caída de Oppenheimer

Lun Jun 18, 2007 1:35 pm

Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica. Un hombre así, a primera vista, debería haber sido idolatrado por el gobierno de su país. Al fin y al cabo, les había entregado la mayor arma creada en la historia hasta el momento. Pues no fue así.

Oppenheimer (Oppie, como le llamaban todos los que le conocían) no fue nunca un físico de primera fila como pudo ser Dirac, Pauli y tantos otros; pero tampoco era manco. En 1922 fue a Harvard con la intención de estudiar química. Aparte de ser el primero en las clases de química, destacó en física, filosofía oriental, griego, latín y arquitectura. Llegaba regularmente a las 8 dela mañana a los laboratorios, pasaba el día haciendo clases y por la noche seguía leyendo. Cambió a la física y completó la carrera de 4 años en sólo 3 licenciándose summa cum laude. Hizo publicaciones con Born y Dirac y entre 1926 y 1929 publicó no menos de 16 trabajos, 6 de los cuales estaban en alemán. Los estudiantes de física, todavía hoy, resuelven problemas de mecánica cuántica utilizando la aproximación de Born-Oppenheimer.

Era un hombre algo extraño y con una gran cultura. Aparte de hablar 8 idiomas, leía filosofía y escribía poesía vanguardista. Aunque sofisticado, también era muy frío. Tenía muy poco contacto con el mundo "real". En su apartamento no había teléfono ni radio y nunca leía periódicos o revistas. Un colega suyo recordaba que no se enteró del Crack de la Bolsa de Wall Street de 1929 hasta 6 meses después. Podía inspirar una gran lealtad, aunque muchos le consideraban elitista y arrogante. Opiniones para todos los gustos, según parece. Lo que sí es cierto es que fue un líder.

El responsable militar del Proyecto Manhattan era el general Leslie Groves: más de cien kilos de general, que afirmó sobre Oppie: Es el hijoputa más grande que he conocido en mi vida, pero también uno de los individuos más capaces.

Pues bien, después de lanzadas las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki se sintió bastante culpable. En octubre de aquel mismo año, dimitió de su cargo en Los Álamos para volver a su trabajo de docente. Dijo varias frases que se han hecho famosas. En su discurso de dimisión, ante todos y llanamente, afirmó:
Si se añaden las bombas atómicas a los arsenales de un mundo en guerra ... la humanidad va a maldecir el nombre de Los Álamos.

Se preguntaba ante sus compañeros: "¿Hemos hecho la obra del diablo?". El físico Freeman Dyson comentaría más tarde: "Nadie mejor que Oppenheimer podría encarnar al doctor Fausto. Lo malo es que cuando se pacta con el diablo uno no se puede volver atrás".

Otra conocida frase famosa fue:
En cierto sentido duro y crudo, que ninguna vulgaridad, broma o exageración puede borrar por completo, los físicos han conocido el pecado; y éste es un conocimiento que nunca podrán perder.

Esto irritó a muchos de sus colegas incluyendo a su profesor de Harvard, Percy Bridgman, (Premio Nobel de Física en 1946) quien replicó:
Si hay alguien que deba sentirse culpable ése es Dios, que puso los datos a nuestro alcance.

El propio Oppenheimer, recitó a propósito de su creación los célebres versículos del Bhagavad Ghita: Si el esplendor de mil soles estallase de golpe en los cielos, sería comparable al resplandor del Gran Ser y Me he convertido en la muerte, en el destructor de mundos.

En otra ocasión, al presidente Truman le confesó:

- Señor presidente, me siento como si tuviera las manos manchadas de sangre.
- ¿Por qué no se las limpia? - contestó fríamente Truman, sacándose un pañuelo del bolsillo.

Más adelante, el presidente comunicó a sus ayudantes que no quería volver a verlo nunca más. No sé cómo debía ser este hombre como político, pero como persona no parecía muy encantador.

Oppie se negó a apoyar la construcción de la bomba de hidrógeno a la que llamaban "la súper". Tal y como las bombas de Hiroshima y Nagasaki (de fisión) tienen un límite teórico, la súper (de fusión) no lo tiene. Para que os hagáis una idea de su poder, sabed que para ponerla en marcha necesita altas temperaturas y para ello el detonante es una bomba atómica de las anteriores para empezar el proceso de fusión del hidrógeno.

Negarse como se negó Oppenheimer estaba muy mal visto por el gobierno. Lewis Strauss fue nombrado presidente de la Comisión de Energía Atómica de la que Oppenheimer era asesor. Este hombre, además, le tenía cierta tirria. Un tal William L. Borden, en una carta al director del F.B.I. (y más tarde Edward Teller lo repetiría), dijo que es más que probable que Oppenheimer sea agente de la Unión Soviética. Resulta que su hermano era comunista al igual que su mujer. Además había dado trabajo a físicos comunistas y de izquierdas. Lo más curioso es que desde antes de Los Álamos lo sabían y sin embargo le habían dado luz verde a todo. Esto lo habían sacado 10 años después.

El Comité Conjunto del Congreso sobre Energía Atómica estaba examinando la solicitud del gobierno noruego de recibir un milicurio de hierro 59. Los noruegos lo querían para observar la conducta del acero en determinados procesos. En general no se solía denegar, pero Strauss vio que alguno de los miembros del equipo noruego tenía tendencias de izquierdas y decidió que ni hablar. Oppie, por el contrario pensaba que sí, pues tarde o temprano el conocimiento nuclear les llegaría. El debate estaba servido.

- Pueden ser esos isótopos utilizados para objetivos militares?
- Nadie puede decir que no se pueden usar esos isótopos para la energía atómica - respondió Oppie -. Para la energía atómica se puede utilizar incluso una pala, y se utiliza.

Hubo risas. Oppie continuó:

- Para la energía atómica se puede usar una botella de cerveza, y se usa.

Más risas. Strauss se ponía más y más rojo (y eso que no quería tener nada que ver con los comunistas). Se estaba dando cuenta que Oppie se estaba riendo de él. El senador Knowland le preguntó:

- ¿No es cierto, doctor, que los intereses generales de defensa nacional de un país se basan en algo más que en simples avances secretos de tecnología militar?
- Por supuesto - contestó Oppie - y mi propio concepto de los isótopos en este sentido general es que tienen mucha menos importancia que los artilugios electrónicos, pero más importancia que, pongamos por caso, las vitaminas.

Fue demasiado para Strauss. Le hizo seguir por agentes del FBI e incluso poner instrumentos de vigilancia en sus despachos. Fue acusado de "asociación con notorios comunistas" (su hermano) y de "oponerse al desarrollo de la bomba de hidrógeno" (su trabajo). El comité, aunque a regañadientes, tuvo que admitir que no era culpable de traición (crimen por el que los Rosenberg acabaron en la silla eléctrica).

Pusieron micrófonos en su oficina, su correo y sus escritos académicos fueron examinados con lupa y censurados, incluso le impidieron la entrada a su despacho mientras le retiraban la caja fuerte para llevarse todos los documentos que había en ella. Perdió acceso hasta a documentos que él mismo había escrito antes. Su acreditación de seguridad le fue retirada.

Strauss intentó incluso que lo echaran del Advanced Institute of Princeton. Nadie del gobierno le ayudó jamás. Sin embargo, llegados a este punto, el profesorado del citado Advanced Institute se reunió y presentó una carta de apoyo incondicional firmada por hombres de la talla de Albert Einstein, Freeman Dyson, Kurt Gödel, John von Neumann, Oswald Veblen y otros. Con esta gente, Strauss no se atrevió.

En resumen. Oppenheimer fue derrotado y frustrado por un gobierno que quiso sacárselo de encima. Sufrió cambios drásticos: encaneció, volvió a quedarse en los huesos y desarrolló una serie de tics. Aunque no lograron echarle del Advanced Institute sí consiguieron deshacer su vida personal. Una curiosa forma de agradecer su labor.

Pasaron nueve años antes que se hiciera justicia. En noviembre de 1963 el presidente John Fitzgerald Kennedy decidió su tardío nombramiento para el Premio Enrico Fermi, lo que habría de ser su perdón público (¿perdón? ¿de qué?). El mismo día en que Kennedy tomó esa decisión fue el famoso día en que le asesinaron. Fue el presidente Lyndon B. Johnson quien honró el compromiso. Pese al perdón no le devolvieron su acreditación. Cabe recordar aquí el famoso dicho que justicia retrasada es justicia denegada.

Extraña situación la de los científicos: a veces se les castiga por hacer el mal y a veces por advertir de los malos usos que se pueden hacer de la ciencia.

http://historias-de-la-ciencia.bloc.cat/

Sab Abr 05, 2008 12:09 am

mija, por mas extensa que sea la nota... increible...
vi dos peliculas sobre el proyecto manhattan... y en ellas siempre lo
ponen como un pobre tipo...
tambien esta la idea que era un fisico de medio pelo... un pelele...
evidentemente no era asi y algo tenia... curioso que los yonis...

habria dicho de "de nada" cuando lindon lo homenajeo???
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