Personajes vinculados al ámbito político
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Graciano Canteli

Vie Ene 30, 2009 3:27 pm

Protector de los asturianos exiliados en Bélgica tras el Octubre del 34 y la guerra civil, Graciano Canteli Rodríguez (Bimenes, 1895-Oviedo, 1980) vivió durante la II Guerra Mundial -como canciller de la Embajada española en Bruselas- en el quicio de una ciudad que se agitaba entre el colaboracionismo de Léon Degrelle, la resistencia clandestina contra los nazis, el influjo de la Falange Exterior Española y el flujo de judíos que huían de la Alemania de Hitler.

En ese marco, Graciano Canteli -o Cantelli, como a veces firmaba por el origen italiano de su apellido- llegó incluso a negociar, ante el vacío de las autoridades belgas, con los alemanes de la Wehrmacht y de la Luftwaffe para evitar el bombardeo de Bruselas, tan temido después de que el 13 de mayo de 1940 Rotterdam hubiera sido arrasada por un devastador ataque aéreo, expresión de la guerra relámpago de Alemania hacia el oeste europeo.

No hubo bombas sobre Bruselas, y piezas tan singulares como la Grand Platz -una de las plazas más bellas de Europa- se salvaron de la destrucción. Graciano Canteli había persuadido a los nazis de que estaban ya en retirada los hombres de la resistencia belga y las tropas inglesas que habían desembarcado en el continente para ayudar a Bélgica.

La memoria de este asturiano olvidado se revolvió hace unos días en sus sobrinos, los ovetenses Mari Luz, María Luisa y Vicente Fernández Canteli, al ver la firma de su tío en el pasaporte que mostró a LA NUEVA ESPAÑA el jesuita Gumersindo Treceño, exiliado en Bélgica tras la supresión de la Compañía de Jesús en España, en enero de 1932. Los jesuitas también recibieron atenciones de aquel canciller de Embajada que se preocupó por todo asturiano que se acercaba a la Casa de España en Bruselas y que, gracias a la vista gorda de algún oficial nazi, entraba y salía de los campos de concentración para ayudar a belgas, franceses, españoles y judíos.

Graciano Canteli había nacido en Bimenes y su padre trabajó como topógrafo para la Duro Felguera. No había cumplido aún 20 años cuando marchó a Francia, donde aprendió la lengua perfectamente. Retorno a Asturias tras la I Guerra Mundial, pero de nuevo marchó a Europa.

Establecido en Bélgica, aprende también la lengua flamenca con facilidad y oposita para un puesto en una Cámara de Comercio belga. En 1932 también oposita a un puesto diplomático y a partir de ese año será canciller de la Embajada en Bruselas, siendo titular de la legación el marqués de Villalobar.

Canteli será además el encargado de la Junta Pro Turismo y de la Caja de Socorros, lo que le lleva a estar pendiente de los españoles afincados en la capital belga, especialmente de aquéllos con necesidades. Años después casó con la belga Angela Bridou, que trabajaba en la Embajada.

Tanto en 1934 como en 1937 numerosos asturianos de izquierdas que huyen de España se afincan en Bélgica. Muchos de ellos son mineros con prestigio de grandes trabajadores y se emplean en las minas belgas. Canteli frecuenta sus reuniones y festejos y a aquellos que pasan por dificultades los pone en contacto con el Ejercito de Salvación, la organización fundada en Londres por el pastor metodista William Booth y con gran presencia en Bélgica. En aquellos años, y después de la guerra civil también, suele encontrarse en Bruselas con los políticos y paisanos suyos Belarmino Tomás, Amador Fernández -«Amadorín»-, Graciano Antuña e Indalecio Prieto, que ocasionalmente viaja a Bélgica desde su exilio francés.

Al recibirlos, Graciano Canteli antepone la asturianidad a cualquier otra consideración, incluso aunque su padre hubiera sido fusilado por milicianos el 6 de agosto de 1936, en Infiesto, porque «dijeron que iba mucho a misa», recuerda Mari Luz Fernández Canteli.
A todo esto, llega el 10 de mayo de 1940, el día en el que una fuerza irresistible alemana invade sin aviso previo Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Holanda capitula el día 14, tras el referido bombardeo de Rotterdam. Entre el 17 y el 21 Alemania entra en el norte de Francia y deja Bélgica de lado, pero, al alcanzar el Ejército nazi el canal de la Mancha, en Abbeville, forma una tenaza sobre el Ejército belga y sobre las fuerzas británicas que habían acudido en su auxilio. Tras dieciocho días de resistencia, el rey de los belgas, Leopoldo III, dicta la capitulación el 28 de mayo y los aliados huyen por Dunkerque.
Los alemanes habían entrado en Bruselas unos días antes. Era embajador de España Eduardo Aunós, falangista. En la delegación española también es diplomático García-Conde, esposo de Dolores Tartiere. Pero el día que llegan los alemanes, Canteli está prácticamente solo.



Bruselas se había declarado en 1940 «ciudad abierta», una convención que indicaba a los ejércitos enemigos que no había tropas hostiles en su seno y que sólo estaba habitada por civiles. Pero las pocas autoridades que quedaban en la capital belga se temían lo peor por parte de la Alemania nazi.

En efecto, Graciano Canteli se entera en la Embajada española de que los alemanes están ya cerca de Bruselas y se pone en contacto con el alcalde de la ciudad. Éste le dice que poco puede hacer, pero le pide al asturiano que actúe y que utilice su condición de español y, por tanto, ciudadano de un país que era pro alemán en ese momento.
Luis Climent, periodista republicano reconvertido después al régimen de Franco, describe aquel momento en su libro «Bélgica, protegida y liberada»: «La Luftwaffe vigilaba los movimientos de las tropas y se disponía a actuar contra los objetivos urbanos cuando una comisión civil belga, en la que figuraba como miembro destacado un español, Graciano Canteli, se adelantó para interesar del mando alemán la evitación de un bombardeo aéreo que a nada positivo conduciría y sembraría la muerte entre la población civil refugiada en la capital».
Climent relata también que «la comisión asumió unas responsabilidades que el mando enemigo exigía y que ella no podía asumir en realidad, pero gracias a su serenidad y a su energía, y a circunstancias casuales que le fueron favorables, pudo ahorrar un desastre irreparable a la capital de Bélgica».
Encuentro
Graciano Canteli y sus acompañantes salen al encuentro de las tropas alemanas. El canciller asturiano les explica, en francés, que no hay tropas en Bruselas y les invita a recorrer la ciudad para comprobarlo. Fin del temor al bombardeo.

A raíz de este hecho y durante el resto de la ocupación alemana, Canteli traba relación amistosa con oficiales alemanes, lo que le permite moverse con holgura en una ciudad tomada y seguir atendiendo a sus protegidos asturianos, pero también a franceses, belgas y judíos, a los que proporciona documentos para su huida.

A su favor cuenta también otro factor: había sido reclutado por la Falange Española Tradicionalista (FET JONS) y había tenido trato con José Antonio Primo de Rivera y también con Léon Joseph Marie Ignace Degrelle (Bélgica, 1906-Málaga, 1994), fundador del partido Rexista, equivalente a la Falange Española y colaboracionista en gran parte con la Alemania de Hitler.

Aprovechado la invasión alemana, la denominada Falange Exterior toma posiciones en Europa como agencia propagandística y como órgano de captación de españoles exiliados. Pero para 1939 sólo había captado en Francia a 300 personas, del medio millón de españoles huidos al país vecino. En 1937 se había fundado la extensión belga de la Falange en Francia. Graciano Canteli fue uno de su fundadores.
Depuraciones
Pero, acabada la guerra civil española, se producen depuraciones. A Canteli, que había tratado con todo el mundo en aquel hervidero de Bruselas, le acusarán de favores a los republicanos españoles en el exilio -para él asturianos, antes que nada- y de contactos con grupos judíos. Era cierto. Uno de aquellos judíos le agradecerá de por vida su salvación.

En enero de 1941 destituyen a Canteli como canciller de la Embajada y las cosas se complican aún más para el diplomático con la liberación de Bruselas, al acabar al II Guerra Mundial. Los aliados lo detienen y lo acusan de colaboracionista, pero lo liberan finalmente porque salen a la luz sus intervenciones ante los alemanes a favor de diversas personalidades belgas durante la guerra.

Graciano Canteli da entonces por finalizada su etapa belga. Vuelve a España y pide destino al Gobierno de Franco. Pero el asturiano ya estaba proscrito; había tratado con demasiada gente y demasiado diversa. Le ofrecen una licencia de taxi. Indignado, lo rechaza y se establece por su cuenta.

El agradecimiento de un judío al que había ayudado a huir de los nazis se manifiesta entonces. Aquel hebreo le entrega un piso en Madrid, en el número 28 de la calle de Ferraz, para que habite en él mientras viva. En efecto, de 1949 a 1979 Canteli reside en esa vivienda, y durante una época es elegido como intermediario en España de empresarios judíos del ramo de la joyería.

En el año 1979 vuelve a su Asturias natal y reside en Oviedo. Su esposa muere unos años antes que él, y Graciano Canteli deja este mundo en 1980. Había vivido en el quicio de Europa en los momentos más intensos de su Historia.


Que Vicente, María Luisa y Mari Luz Fernández Canteli refrescaran los recuerdos sobre su tío Graciano Canteli -canciller de la Embajada de España en Bruselas durante la guerra civil y la II Guerra Mundial- fue fruto de un hecho fortuito. Los tres vieron en LA NUEVA ESPAÑA la firma de Graciano Canteli en un documento de hace 75 años: el pasaporte con el que el jesuita gijonés Gumersindo Treceño salió de España el 1 de febrero de 1932, camino de Bélgica, como consecuencia de la disolución de la Compañía de Jesús decretada por la República.

Los tres familiares de Canteli se interesaron entonces por entrevistarse con Treceño, que en la actualidad tiene 93 años pero mantiene fresca la memoria del «exilio» de aquellos años. El encuentro se produjo el pasado viernes, en el Colegio de la Inmaculada de Gijón. Vicente Fernández Canteli recordó que su tío «solía mencionar a algunos jesuitas, como los padres Cavestany y el asturiano Monasterio», compañeros de Treceño.

Concretamente, Cavestany le mostraría a Canteli su disgusto en Bruselas porque el canciller de la Embajada desviaba a los necesitados españoles al Ejército de Salvación, organización protestante, según recordaría el propio Canteli años después. Vicente Fernández Canteli recordó a su tío como una persona vitalista y también bromista. «Mi tío le daba de vez en cuando una copina de anís a una perra que tenía y en su casa decían que no se explicaban lo que pasaba, porque el animal se volvía loco de pronto». Los sobrinos de Canteli pertenecen a una familia muy ovetense. Su hermano Luis fue teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Oviedo y dirigente de Alianza Popular, y su padre, Laureano Fernández Allende -cuñado de Graciano Canteli-, fue el fundador de la firma Casa Viena.


Esto es todo lo que se pero quiero añadir un par de anecdotas graciosas:
Cuando salio de asturias por 2ª vez utilizó un sello de un matadero de cerdos,ya que no sabian ni leer.
Para despedir a unas embajadoras francesas(que habian sido un tanto bordes,al subirse al tren se bajo los pantalones y les hizo un calvo jajaja

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Re: Graciano Canteli

Vie Ene 30, 2009 3:33 pm

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Documento con su firma.

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El padre Gumersindo con su pasaporte firmado por graciano

http://es.wikipedia.org/wiki/Graciano_C ... %C3%ADguez
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp ... rand-Platz
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp ... adrid-vida


Lo siento por no poner las fuentes,pero ya esta.
Banzai.

Re: Graciano Canteli

Vie Ene 30, 2009 6:25 pm

Muy interesantes los hechos protagonizados por tu familiar Graciano Canteli. El testimonio que nos ofreces es... impresionante. Acabo de descubrir, que, Bruselas, no fue bombardeada por la Wehrmacht, gracias a las oportunas gestiones, de este diplomático español, que por lo que nos cuentas, también usó su influencia, para ayudar a todos aquellos necesitados, fueran judíos o no. Que tu testimonio, sirva de homenaje, a Graciano Canteli. Su labor, bien lo merece.

Gracias Daniel Jackson, por traernoslo al foro


Saludos

Re: Graciano Canteli

Vie Ene 30, 2009 9:53 pm

¡Que historia! Muchas gracias por compartirla, Daniel Jackson.

Y que triste que por vendernos tan mal, pero tan rematadamente mal, y por sólo publicar las historias que toque ser correctas en según y qué momento, nos estemos perdiendo tantísimas experiencias de compatriotas testigos de la historia. :(

Saludos.

Re: Graciano Canteli

Vie Ene 30, 2009 9:58 pm

Se agradece la historia compañero. Increible historia...

Gracias, un saludo! :)

Re: Graciano Canteli

Dom Feb 01, 2009 3:54 pm

Hola :
Que vida tan apasionante debió vivir tu familiar. Muchas gracias por compartirla con nosotros.
Saludos.

Re: Graciano Canteli

Dom Mar 15, 2009 3:16 am

Un gran familiar el que tienes. :D Eso si que fue una vida plena.
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