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Personajes vinculados al ámbito político
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El emperador Showa

Jue May 01, 2008 3:22 am

Hirohito (裕仁), el Emperador Shōwa (昭和天皇:Shōwa Tennō), (Tokio, 29 de abril de 1901 - íd., 7 de enero de 1989) reinó en Japón desde 1926 hasta 1989. Fue conocido en Occidente por su nombre de pila Hirohito (no tenía apellido). Fue el 124ú emperador de Japón.

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Hirohito con traje tradicional

Primeros años

Nació en el palacio de Aoyama en Tokio, el primogénito del futuro Emperador Yoshihito y de la princesa Sadako. Llamado Michi no miya (Príncipe Michi), fue separado de sus padres a muy temprana edad, tal como marcaba la tradición, y educado por preceptores designados. De todos ellos, el que mayor afecto despertó en el joven príncipe (comparable al paterno-filial) fue el general Maresuke Nogi, un veterano militar ultranacionalista, que se suicidó tras la muerte del Emperador Meiji por devoción al desaparecido monarca, siendo reemplazado por el almirante Heihachiro Togo, héroe de la guerra ruso-japonesa. A la muerte del Emperador Meiji, el 30 de julio de 1912, se convirtió en príncipe heredero (formalmente la ceremonia tuvo lugar el 2 de noviembre de 1916). Ingresó en la escuela Gakushuin desde 1908 a 1914, y luego en un instituto especial para el príncipe heredero desde 1914 a 1921. Se convirtió en el primer príncipe en viajar al extranjero cuando en 1921 visitó Europa. Durante los seis meses del viaje, Hirohito visitó siete países, incluyendo: Inglaterra, Francia, Italia, Bélgica, los Países Bajos y la Ciudad del Vaticano. El 29 de noviembre de 1921 se convirtió en regente, debido a la enfermedad de su padre.

Se casó con la Emperatriz Kōjun(princesa Kuni Nagako:久邇宮良子女王Kuni no miya Nagako joō), la hija del príncipe Kuni Kuniyoshi, el 26 de enero de 1924. Tuvieron siete hijos, entre ellos Akihito, quien nació el 23 de diciembre de 1933, y es el actual emperador.

Ascensión

El 25 de diciembre de 1926 tras la muerte de su padre Yoshihito, le sucedió en el trono con el título de Shōwa (Paz Ilustrada). Fue el primer emperador en siglos cuya madre biológica era la esposa oficial del anterior emperador.

En la primera parte de su reinado hasta 1945, se asistió al incremento de la influencia del poder militar sobre el gobierno. El ejército imperial estaba excluido del gobierno desde 1900, aunque practicó el asesinato de políticos entre los que destacó el del primer ministro Tsuyoshi Inukai en 1932. Desde entonces los militares controlaron la política hasta la derrota en la guerra.

Segunda Guerra Mundial

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Hirohito con uniforme militar

Históricamente se ha venido considerando la figura del emperador como ajena al desencadenamiento de la guerra contra China y los Estados Unidos, aunque su consideración como divinidad y la asunción de plenos poderes en la era Meiji, lo convierten en el Hitler de Asia a ojos de los historiadores orientales[cita requerida]. Hirohito era de carácter reservado y tranquilo, mucho más mesurado, de acuerdo con la concepción tradicional, que los generales del ejército. Según esta concepción, su carácter de divinidad le hacía tener distanciamiento de quienes conducían los destinos militares de su país.

Por otro lado, en los años posteriores a la muerte de Hirohito han salido a la luz numerosos documentos no publicados hasta entonces, incluyendo los diarios de importantes personajes de la Corte imperial de la época (los diarios de Koichi Kido, señor del Sello Privado, correspondientes al período 1940-45, del general Hajime Sugiyama, Jefe de Estado Mayor durante la guerra, de Nobuake Makino, gran chambelán del emperador de 1925 a 1935 o el de su ayudante de campo, Takeji Nara, por citar unos cuantos). Estos diarios sugieren que la participación de Hirohito en la Segunda Guerra Mundial fue mucho más activa de lo que, desde 1945, ha venido sosteniendo la concepción tradicional, generando una fuerte controversia sobre el alcance de la responsabilidad del emperador, controversia que ha sido constante en la última década y que todavía persiste. Así, autores como el británico Edward Behr,[1] los norteamericanos Peter Wetzler[2] y Herbert Bix,[3] el holandés Ian Buruma, el español Manuel Leguineche[4] o los japoneses Akira Yamada[5] y Akira Fujiwara,[6] sostienen que fue Hirohito quien condujo a Japón a la guerra.

Igualmente, en diciembre de 1990, el magazine japonés Bungei Shunju publicó póstumamente un monólogo del emperador, conocido como dokuhakuroku, que data de 1946, y en el que el Emperador Shōwa se autoproclama ajeno a la política bélica japonesa, pero al mismo tiempo justifica la misma en un supuesto racismo de las Potencias Occidentales, que no habían tratado a Japón en pie de igualdad en las Conferencias de Paz tras la Primera Guerra Mundial, y en la "educación antijaponesa" que se impartía en China, para concluir que no fue posible evitar la guerra a causa de estas actitudes. En este monólogo, Hirohito se refiere a su Primer Ministro de la guerra, general Hideki Tōjō, como un "leal servidor".

De acuerdo con el historiador japonés Akira Fujiwara, el emperador, incluso, ratificó personalmente, el 5 de agosto de 1937, la proposición de su ejército para eludir las restricciones del Derecho Internacional sobre el trato a los prisioneros chinos.[7] Más aún, los trabajos de Yoshiaki Yoshimi y Seiya Matsuno muestran que Hirohito autorizó a través de órdenes específicas (rinsanmei) el uso de armas químicas contra los chinos.[8] Por ejemplo, durante la invasión de Wuhan, de agosto a octubre de 1938, el emperador autorizó el uso de gas tóxico en 375 ocasiones distintas,[9] a pesar de la resolución adoptada por la Sociedad de Naciones el 14 de mayo condenando el uso de gas tóxico por el ejército japonés.

Firmó la orden en la que se debería entrar en guerra con los Países Bajos, Reino Unido y los Estados Unidos si sus demandas de vía libre en China e Indochina no eran satisfechas. Meses antes los norteamericanos habían suspendido el envío de petróleo a Japón como medida de presión.

El primer ministro, príncipe Fumimaro Konoe, era muy reticente a iniciar una guerra contra los Estados Unidos y los países de la Commonwealth. Sin embargo, el emperador Hirohito se inclinó finalmente por las tesis del sector más belicista, como el propio Konoe admitiría ante su jefe de gabinete, Kenji Tomita.[10] Ante su aislamiento en el Gobierno y la falta de apoyo del emperador, Konoe se vio forzado a dimitir el 16 de octubre de 1941. Para reemplazarlo, Hirohito eligió, de acuerdo con la recomendación del Señor del Sello Privado, Koichi Kido, al hasta entonces ministro de la Guerra, general Hideki Tōjō, una de las figuras más destacadas del sector belicista, encargándole la organización del ataque contra la flota estadounidense en el Pacífico. El 1 de diciembre, en una Conferencia Imperial celebrada en Tokio, Hirohito dio su aprobación oficial al comienzo de la guerra.

Así pues, el 8 de diciembre (7 de diciembre en Hawaii) de 1941, se atacó simultáneamente Pearl Harbor y todo el sudeste asiático.

Con la guerra perdida, los japoneses continuaron ante la petición aliada de rendición incondicional, lo que suponía probablemente la eliminación de la figura del emperador. Sin embargo, pese a la ocupación norteamericana, durante los Juicios de Tokio el emperador recibió inmunidad en su favor no siendo acusado.

Reinado desde 1945

El 15 de agosto de 1945, tras el bombardeo nuclear y la entrada de la Unión Soviética en la guerra, Hirohito anunció por radio la rendición.

A pesar de solicitarse su enjuiciamiento como criminal de guerra, el general Douglas MacArthur insistió en conservar a Hirohito como emperador como símbolo de la continuidad y cohesión del pueblo japonés, así como para que aceptasen la ocupación más fácilmente. Sin embargo, algunos historiadores critican su trabajo para exonerar de toda investigación criminal al Emperador Shōwa y al resto de miembros de la familia imperial implicados en la guerra, como los príncipes Yasuhito Chichibu, Yasuhiko Asaka, Tsuneyoshi Takeda, Naruhiko Higashikuni y Hiroyasu Fushimi.[11]

El 26 de noviembre de 1945, MacArthur confirmó al Almirante Mitsumasa Yonai que la abdicación del emperador no sería necesaria.[12] MacArthur no solo exoneró a Hirohito, sino que ignoró el consejo de varios miembros de la familia imperial e intelectuales japoneses, que pidieron públicamente la abdicación del Emperador y el establecimiento de una regencia. Por ejemplo, el príncipe Takahito Mikasa, hermano menor del Emperador, llegó a afirmar en una reunión del consejo privado, en febrero de 1946, que Hirohito debía asumir la responsabilidad de la derrota; el famoso poeta Tatsuji Miyoshi escribió un ensayo en la revista Shinchô titulado "El Emperador debe abdicar enseguida".[13]

Según el historiador Herbert Bix, MacArthur y Bonner Fellers habían preparado su propia aproximación a la ocupación y reforma del Japón.[14] MacArthur proponía no modificar en lo más mínimo la situación de la figura del Emperador; se limitó a continuar la situación existente durante el último año de la guerra, resolviendo sus implicaciones a medida que las circunstancias lo requerían.[15] El plan de acción, llamado "Operación Lista Negra" de manera informal, consistía en separar a Emperador Shōwa de los militaristas, manteniéndole como elemento de legitimación de las fuerzas de ocupación aliadas, y usando su imagen para potenciar la transformación del pueblo japonés hacia un nuevo sistema político.[16]

[...] Meses antes de que iniciara sus actividades el Tribunal de Tokio, los más altos subordinados de MacArthur trabajaban en atribuir la responsabilidad última de Pearl Harbor a Hideki Tojo.[17]


Citando los debates entre Harry S. Truman, Dwight D. Eisenhower y el propio MacArthur, Bix afirma que inmediatamente después de desembarcar en Japón, Bonnie Fellers se puso a trabajar en la protección de Hirohito del papel que había desempeñado durante y al final de la guerra, permitiendo a los principales sospechosos de crímenes de guerra coordinar sus versiones, a fin de proteger al Emperador y evitar que pudiera ser juzgado.[18]

Dice también John Dower,

[...] Esta exitosa campaña para absolver al Emperador de cualquier responsabilidad de guerra no conoció límites. Hirohito no solo fue presentado como inocente de cualquier acto formal que pudiera hacerle susceptible de ser juzgado por crímenes de guerra. Fue convertido en una figura casi angelical que ni tan solo tenía alguna responsabilidad moral por la guerra. [...] Con el apoyo completo del cuartel general de MacArthur, la acusación funcionó, de hecho, como un abogado defensor del Emperador.[19]



En el llamado ningen sengen (人間宣言), Emperador Shōwa fue obligado a renunciar a su estatus divino que le daba la constitución de 1889, como descendiente de Amaterasu. La soberanía imperial fue transformada en monarquía constitucional en 1946.

A lo largo de su vida estuvo interesado en la biología marina, publicando numerosos trabajos sobre el tema.

Referencias

1. ↑ Hirohito:Behind the Myth, 1989
2. ↑ Hirohito and War, 1998
3. ↑ Hirohito and the Making of Modern Japan, 2000
4. ↑ Recordad Pearl Harbor, 2001
5. ↑ Daigensui Shōwa Tennō, 1994
6. ↑ Shōwa tennō no ju-go nen sensō, 1991
7. ↑ Fujiwara, Nitchū Sensō ni Okeru Horyo Gyakusatsu, Kikan Sensō Sekinin Kenkyū 9, 1995, p.22.
8. ↑ Dokugasusen Kankei Shiryō II, Kaisetsu, 1997, pp.25-29.
9. ↑ Yoshimi y Matsuno, ibid. p.28.
10. ↑ Fujiwara, Shôwa tennô no ju-go nen sensô, 1991, p.126, citando el diario de Kenji Tomita.
11. ↑ John Dower, Embracing defeat, 1999, Herbert Bix, Hirohito and the making of modern Japan, 2001
12. ↑ Dower, ibid. p.323
13. ↑ Dower, ibid. p.321, 322.
14. ↑ Herbert Bix,Hirohito and the making of modern Japan, p. 544
15. ↑ Ibid., p. 545
16. ↑ Bix p. 545
17. ↑ Bix, ibid., p.585
18. ↑ ibid., p.583
19. ↑ Dower, ibid. p. 326.

Fuente : http://es.wikipedia.org/wiki/Hirohito

Jue May 01, 2008 4:00 am

Pues el hecho cierto, simón, es que en esta ocasión, MacArthur tenía razón en lo de conservar la figura del Emperador. Ahí está Japón,
como primerísima potencia mundial, y un país a admirar en muchas facetas. Curioso personaje, sí. Gracias por recordárnoslo.
:D Un saludo cordial.
García-Morato.

Jue May 01, 2008 4:59 am

Buen reportaje. Queda en claro que la figura del Emperador debe haber sido manipulada para servir los intereses de pos guerra. Un personaje del cual tan poco se sabe y que el hermético protocolo japonés se encargó de mantener muy distante de su propio pueblo.

La resistencia entre los beliogerantes se manifestó a su muerte. Como era miembro de una familia real, varias familias reinantes enviaron sus representantes a sus funerales, la Reina de Inglaterra envió a su marido Felipe (siempre agobiado de abrumador trabajo) lo que provocó airadas protestas y debates en el Reino Unido, que no olvida los malos tratos y atrocidades que cometieron los japoneses en contra de los prisioneros británicos.

Lo que en algo rescata su imagen es que al final cobró valor, se saltó el protocolo y exigió la rendición, arriesgando el pellejo, ya que se complotó para matarlo y unos "samurai" se enfrentaron a la guardia de palacio con esas intenciones, pero no lograron llegar a su "sacra" persona.

Ya mucho antes habían querido eliminarlo; con motivo de la visita de Charles Chaplin al Japón un grupo decidió actuar aprovechando que ambos iban a estar expuestos al público y, para hacer bien las cosas matarlos a los dos, pero fueron interceptados a tiempo y el mundo pudo seguir contando con el magistral bufo y un biólogo marino de cuya obra en ese campo tampoco se sabe mucho.

Me gusta mucho esta foto por su elocuencia. El vencedor ni siquiera se tomó la molestia de ponerse el uniforme de salida, recibe al Emperador en mangas de camisa y su postura en la foto es de lo menos protocolar: los japoneses no podían mirarle el rostro ni menos gesticular en su presencia, si alguien se hubiera puesto las manos en las posaderas junto al "dios viviente" como lo hace Mac Arthur lo habrían lanzado al interior de un volcán activo.


<center>Imagen</center>


Dicen que Hirohito era muy tímido y se sentía muy incómodo en público. A mi me da la impresión de un tipo retraído y antipático, una criatura curiosa incapaz de sonreír. Esta es la foto más "amable" que encontré del emperador japonés y ¡vaya que busqué!


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Salu2

Jue May 01, 2008 4:18 pm

De todas formas, la grosería de MacArthur es indigna e impropia de un militar. Tu enemigo vencido te podrá caer mejor o peor, valga la expresión, pero, aun manifestándole abierto desprecio, hay que pensar no en el individuo en cuestión, sino en lo que representaba para millones de civiles
inocentes. La foto es de vergüenza ajena. Controvertido, sin duda, Douglas MacArthur.
:D Un saludo cordial.
García-Morato.

Sab May 03, 2008 12:37 pm

Ahí haría varios comentarios:

- La "cortesía militar" norteamericana no era en la época tan estricta como en otros ejércitos, y actitudes que en otros países hubiesen llevado al interfecto ante una corte marcial en el ejército (o en la marina, más en las fuerzas aéreas) norteamericanas se consideraban normales.

- Mac Arthur no está tocándose el culo, sino con las manos "en jarras", postura actualmente poco usada (se considera afectada) pero que en la época se consideraba al mismo tiempo digna y relajada. Al menos no se mete las manos en los bolsillos. El pantalón de talle tan alto que lleva no ayuda mucho a la marcialidad de la pose, pero era el uniforme.

- Si se revisan fotografías de la época (en las que los sujetos posan) es muy frecuente ver actitudes "raras", con posturas artificiales y forzadas. Especialmente en fotos familiares.

- Mac Arthur tenía especial interés en ignorar (y hacer ignorar) la divinidad del emperador, y tratarlo con respeto, pero como a cualquier otro político. Era una medida en sus planes para democratizar Japón. Y hemos de recordar que como militar Mac tenía sus fallos (aunque maniobras como la de Inchon muestran su genialidad) pero como gobernador militar de Japón tuvo un enorme éxito y contribuyó grandemente a la transición hacia la democracia. Precisamente se trataba de romper la imagen que del emperador tenían los japoneses.

- Recordemos que algunos mandos norteamericanos se habían encontrado metidos en líos por tratar de forma excesivamente cortés a jerarcas nazis capturados.

- Ya puestos, el emperador adopta la postura estirada y ridícula típica de algunos mandatarios (especialmente en Paquito, pero también en otros orientales).

- Personalmente pienso que el emperador tendría que haber sido depuesto (y sustituido por algún familiar, no digo que se aboliese esa monarquía), incluso se podría considerar el juzgarlo como criminal de guerra. No hacerlo probablemente evitó muchos daños, pero uan ocsa es no juzgarlo y otra ser excesivamente respetuoso.

Saludos

Lun May 05, 2008 4:29 am

Domper escribió:

-Mac Arthur no está tocándose el culo, sino con las manos "en jarras"




Yo usé una expresión distinta, y la citada obviamente no corresponde a la foto. Tampoco corresponde a la posiciíon de "manos o brazos en jarras" decir que hace referencia a la posición de la oreja de una jarra o jarro con respecto al vaso mismo.


<center>Imagen

Optimista: Pedro Cordero, con los brazos en jarra. (la verdad.es)</center>




[/quote]- Personalmente pienso que el emperador tendría que haber sido depuesto (y sustituido por algún familiar, no digo que se aboliese esa monarquía), [/quote]



Creo que habría sido la medida más juiciosa y sensata, había "candidatos" y se ha usado con éxito en otros países. A no dudarlo muchos en el bando aliado deben haberla compartido, lo que no sabemos es la razón por la cual no se adoptó, posiblemente por causas muy poderosas que se mantienen en secreto hasta hoy.



Salu2
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