Unos cuantos detalles sobre la criptografía, el B-Dienst, Enigma…
Nadie duda de los éxitos criptográficos de ambos bandos. Y en ambos casos estuvieron cerca de llevarles a la victoria: sorbe Enigma ya se ha dicho mucho, respecto a los éxitos alemanes la ruptura de los códigos navales hizo muy peligrosa la situación inglesa.
Pero entre los éxitos alemanes y aliados hay una diferencia de magnitud. Los alemanes comprometieron algunas comunicaciones aliadas, los aliados comprometieron casi todas las comunicaciones alemanas.
En primer lugar, repasaré tres de los mayores éxitos alemanes, y lo relacionaré con el "estado del arte" aliado.
La intercepción de las comunicaciones telefónicas se debió a la inseguridad del sistema empleado. Ambos bandos usaban "scramblers", es decir, mezcladores que intentaban hacer ininteligibles las conversaciones. Pero esos dispositivos estaban en sus fases iniciales. Los aliados usaban un dispositivo de AT&T, el A-3 voice scrambler, que se había comercializado antes de la guerra. Eso significaba que los alemanes habían podido estudiar el aparato y, gracias a lo relativamente simple del dispositivo, romper el sistema de cifrado. Básicamente se hacía analizando el espectro del ruido del mensaje, descubrir el patrón de este (un ciclo que se repite) y "restarlo" del mensaje original para obtener el mensaje en claro.
Ambos bandos eran capaces de escuchar las comunicaciones radiotelegráficas, y conocían que los dispositivos mezcladores existentes no eran seguros. Eso perjudicaba más a la cúpula aliada, que dependían más de las comunicaciones inalámbricas, que a la germana, que podía usar cable telefónico. Lo sorprendente es que conociendo esta debilidad se usase ese medio. Supongo que a los mandamases no se les podía ir advirtiendo.
Los norteamericanos conocían la vulnerabilidad del sistema. De hecho, fue un factor clave en la sorpresa de Pearl Harbor: Marshall había recibido el mensaje japonés (descifrado gracias a la ruptura del código diplomático japonés), y tenía que alertar a las bases en el Pacífico. Pero sabía que si usaba la radio, el método más rápido, tenía que usar el mezclador A-3, que no era seguro, lo que comprometería el secreto de "Magic". Por eso usó el cable telegráfico comercial, lo que llevó a una serie de retrasos que hicieron que el mensaje de alerta fuese entregado cuando ya caían las bombas.
Evidentemente, eso implica que la fuente "se secó" como tarde en el invierno de 1941, y probablemente antes. Aunque Roosevelt era muy suyo, dudo que usase un método inseguro a sabiendas durante mucho tiempo (además solía escuchar a Marshall), y dudo aún más que se usase para secretos de alto nivel: ambos mandatarios recurrían a los encuentros personales y a los enviados.
La solución estaba en camino: se desarrolló el SIGSALY, un sistema mezclador digital que usaba un método de clave única. Con este sistema se un ruido aleatorio que se guardaba en discos de vinilo, que se enviaban por parejas a las diferentes estaciones. Al iniciar la conversación, se ponía el disco en ambos "extremos". La voz humana se digitalizaba (por primera vez), se encriptada con el ruido aleatorio, y se transmitía. En la estación receptora el procedimiento era el inverso.
El sistema, como todos los de clave única, es engorroso pero muy seguro. Se empezó a usar en Julio de 1943 y resultó muy seguro: los alemanes "escucharon" esas conversaciones y ni siquiera llegaron a identificarlas como tales, pensaron que era un código telegráfico complejo (que no podían romper). El mayor inconveniente era el "aparatejo" necesario, se necesitaban cuarenta armarios llenos de equipo electrónico que pesaban 50 Tn. Por eso, y por lo engorroso de la distribución de los discos, se usaron unos pocos sistemas (una docena) para conversaciones de muy alto nivel. Se instalaron incluso en buques (uno viajaba con McArthur). Se usó para unas 3.000 conferencias secretas.
Un éxito famoso fue la ruptura de las comunicaciones del agregado militar norteamericano en El Cairo. Fue un éxito "local" conseguido gracias a la sustracción de un libro de códigos. Y hay que explicar de que se trata.
Los libros de códigos habían surgido en el siglo XIX como un sistema de ahorro de costes telegráficos: mediante unos cuantos códigos se podían enviar largos mensajes. Por ejemplo, si voy a enviar "Un envío de caucho saldrá el viernes en barco hacia Barcelona" podría sustituirlo por EN CA VI BU BA (ENvío CAucho VIernes en BUque a BArcelona): el mensaje se reduce a la tercera parte. Si además el código que usamos no es intuitivo (en lugar de BA por Barcelona ponemos 3X) y los códigos se mantienen en secreto, el sistema es aparentemente seguro. La seguridad aumenta si el mensaje, ya codificado, se encripta con una clave más o menos compleja: se "superencripta".
Ejemplos de estos códigos eran el naval japonés JN25 (y derivados) o las cifras de la marina mercante inglesa.
Estos sistemas son mucho más vulnerables de lo que parece: pueden ser atacados con métodos de "diccionario", es decir, haciendo una biblioteca de mensajes, y descubriendo uno a uno el significado de los códigos. Pueden hasta tenderse trampas al enemigo ("sembrar") como el caso famoso de Midway, cuando se hizo emitir en claro que Midway carecía de agua (así se supo que en el código JN25b AF quería decir Midway). Peor aún, si conocemos los códigos, puede averiguarse el sistema de supercifrado, y la seguridad del sistema se desmorona.
Obviamente, los libros de códigos son un blanco muy "goloso", y parece que el libro de claves y las tablas de cifrado de la embajada norteamericana en El Cairo fueron sustraídos en 1941. Rommel pudo leer el dispositivo británico, lo que le llevó a grandes victorias durante la primavera. Pero al mismo tiempo cometió un serio error, pues sus propios mensajes, leídos gracias a "Ultra" (la ruptura del código de Enigma) dieron la pista sobre la fuente de inteligencia, que se secó justo antes de la ofensiva de Alam el Halfa.
De nuevo, la debilidad de estos sistemas era conocida y estaba en marcha la solución: un nuevo sistema de cifrado electromecánico, la máquina SIGABA, que era parecida a la Typex británica. Ambas eran máquinas electromecánicas que usaban rotores, pero con una diferencia de escala: mientras que Enigma usaba tres o cuatro rotores y un reflector (la principal debilidad), SIGABA usaba tres bancadas de cinco rotores. Typex usaba cinco rotores (sin reflector) con un sistema más complejo que Enigma. Y a partir de finales de 1943 ambos sistemas se combinaron en la CCM, Combined Cipher Machine, similar a SIGABA. Las comunicaciones con las embajadas y consulados se aseguraron mediante otra máquina de rotores, SIGFOY (muy similar a Enigma). Y para las comunicaciones por teletipo se usó otra máquina de rotores más, SIGCUM.
Un ejemplo de la seriedad con la que los aliados se tomaban la criptografía estuvo precisamente con SIGCUM. Los gabinetes criptográficos intentaban romper regularmente los mensajes producidos por sus máquinas, usando las técnicas y los equipos desarrollados contra Enigma. Incluso conociendo el texto original no se encontraban "pistas" en el mensaje encriptado. Pero poco después de empezar a distribuirse SIGCUM un operador cometió un error garrafal al enviar el mismo mensaje repetido. Se vio que gracias a las "pistas" proporcionadas por ese mensaje, y junto con el texto original, podía averiguarse el funcionamiento de las máquinas. Inmediatamente se dio orden de cesar el uso de esos aparatos, que fueron devueltos a la fábrica y rediseñados para evitar dicha vulnerabilidad.
En comparación, el procedimiento estándar alemán (hasta 1940) era enviar parte del mensaje repetido. Incluso hubo un operador "listillo" que envió un mensaje de prueba que sólo contenía una letra ("tttttttttttttttttttttttttttt") lo que ahorró meses de trabajo a los aliados.
Precisamente, la incapacidad alemana para leer los códigos de Typex, SIGABA, SIGCUM o cualquiera de las otras (agravada porque nunca se llegó a capturar ninguna máquina entera) les hizo pensar que Enigma era segura.
La ruptura por el B-Dienst de las claves mercantes británicas comprometió la seguridad de las comunicaciones inglesas durante 1941 y 1942. Los códigos navales usados (las cifras BAMS) tenían la misma debilidad que los otros sistemas de códigos citados, y agravados porque se capturaron varios libros de códigos en varios mercantes: por ejemplo, en el Rangitane, el Automedon o el City of Baghdad, junto con las tablas de supercifrado. Simplemente se trataba ya de crear un "diccionario" de códigos. Varios cambios en códigos y en tablas de supercifrado fueron rotos por los alemanes, y especialmente en el otoño de 1942 y la primavera de 1943 fueron capaces de leer hasta el 80% de los mensajes.
El problema era diseñar una máquina segura, sencilla de usar, y cuya seguridad no quedase comprometida por alguna captura. Ayudado por la renuencia de la US Navy a recibir sistemas mecánicos ingleses. De rebote consiguió un éxito para los aliados: durante la operación Torch, el desembarco en el Norte de África, los submarinos alemanes fueron atraídos por un convoy de petroleros, dejando pasar la flota de invasión.
Finalmente los ingleses dedujeron gracias a los mensajes de la Enigma naval descriptados (Magic) que los alemanes leían sus códigos, y fueron reformados, en Mayo de 1943. A partir de entonces los submarinos alemanes se quedaron ciegos.
Saludos
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Domper el Mar Abr 22, 2008 8:56 am, editado 1 vez en total