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La guerra en el este de Europa
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La Batalla de las Colinas de Seelow

Sab Dic 23, 2006 3:30 am

Hola a todos.

Aquí os dejo una traducción de un artículo sobre la Batalla de las Colinas de Seelow, aparecido en la revista World War II.

Saludos.

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La Batalla de las Colinas de Seelow.
En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Soviético estaba decidido a tomar la última barrera natural al este de Berlín.
Por Colin D. Heaton.


En 1945 el Frente Oriental se encontraba en el patio trasero de Alemania. Las fuerzas soviéticas habían entrado en Prusia Oriental en enero de ese año, situando a Hitler en un difícil dilema. Cuando el general Heinz Guderian, inspector de las tropas acorazadas, solicitó que Hitler autorizara la retirada de los 300.000 soldados situados en la región de Kurlandia, el Fuhrer se negó, condenando a todos aquellos hombres a una muerte segura. Desaparecerían para siempre entre las nieblas de la guerra.

Otro punto importante del Frente Oriental en esos momentos era la defensa alemana de Breslau, ciudad que los soviéticos querían tomar a toda costa. El Sexto Ejército Soviético se había detenido ante la capital de Silesia, y el mariscal Koniev necesitaba a ese ejército para el avance final hacia Berlín. Pero había todavía un obstáculo de importancia ante el avance soviético, las onduladas colinas y llanuras del área conocida como Colinas de Seelow, sólo a un poco más de 50 kilómetros de la capital de Alemania.

Desde 1210, cuando la Orden de los Caballeros Teutónicos había expulsado a los polacos de Prusia y cruzado el río Vístula, ningún enemigo se había aproximado a la frontera prusiana desde el este. Esas tierras estaban controladas por familias que se remontaban a las baronías instituidas durante el siglo XIII, y los soviéticos las encontrarían fuertemente defendidas. La política llevada a cabo hacía siete siglos por Federico I y los Hohenstaufen había arraigado profundamente y era todavía tangible, incluso en la era del nacionalsocialismo. Pero las cosas estaban a punto de cambiar.

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Columna soviética entrando en la localidad de Heiligenbeil, Prusia Oriental, en enero de 1945

El Ejército Soviético había abierto una cuña en Prusia, pero sus perdidas habían sido elevadas. Seis divisiones de infantería y dos divisiones de tanques habían sido puestas fuera de combate después de una serie de ataques en Vitebsk, Orsha, Allenstein y Konigsberg. Después de Enero de 1945, los soviéticos habían logrado grandes avances, pero hubieron de detenerse al quedar cortos de suministros. Entonces el Ejército Rojo se detuvo, permitiendo a los alemanes disponer de un tiempo precioso para organizar su defensa en las cercanías de Berlín.

El principal general alemán al mando de las unidades alemanas de vanguardia era Hasso von Manteuffel, que comandaba el Tercer Ejército Panzer. Manteuffel había tenido que retirarse a posiciones que se extendían más de 150 kilómetros, desde Stettin hasta la unión del Canal Hohenzollern con el río Oder. Un duro veterano del Frente Oriental, Manteuffel acababa de ganar los diamantes para su Cruz de Caballero aquel mes de Enero, una preciada y escasa condecoración. El menudo aristócrata (no medía más de 1,65m), se hallaba ahora en una precaria situación desde el punto de vista estratégico. Si no conseguía defender su frente el camino a Berlín quedaría totalmente abierto.

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Hasso von Manteuffel, el defensor de las Colinas de Seelow.

Subordinado a Manteuffel, y guarneciendo su flanco derecho, estaba el inteligente y joven general (47 años) Theodore Busse, al mando del Noveno Ejército. Él debía impedir cualquier movimiento de pinza por parte de Koniev, como era esperado que haría. El martillo comenzaría a golpear el yunque en la primera semana de Abril.

Koniev ordenó a sus fuerzas acorazadas atacar en un amplio frente, convergiendo después en una punta de lanza y bordeando el flanco izquierdo de los defensores alemanes. El 8 de Abril, después de varios pequeños ataques de tanteo, se comprobó que los carros soviéticos no eran lo adecuado para romper el frente, incluso con el apoyo de infantería. Las defensas alemanas, una mezcla de distintas unidades, disponían de gran número de armas anticarro Panzerfaust, así como cazacarros, baterías de cohetes Newelverfer y densos campos de minas, convirtiendo el avance de las unidades acorazadas soviéticas en un infierno. Y, lo más importante de todo, no tenían nada que perder.

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El mariscal Koniev, cuya misión era tomar Seelow y abrir el camino de Berlín a Zhukov

Al final del primer día de ataques, los soviéticos comenzaron a darse cuenta de lo que costaría tomar los Altos del León. Sus pérdidas fueron de 75 tanques, 2.250 muertos, 3.400 heridos y 12 Ilyushin Il-2 derribados. Por la parte alemana las bajas fueron de 300 muertos, un número similar de heridos, 2 Tigre I, 4 semiorugas Hanomag, 3 Me-109 y 7 Stuka. Konev tenía que hacer algo, y rápido. El Kremlin quería resultados, y Stalin en persona había asegurado que se tomarían represalias si el ataque no tenía el éxito esperado. También el mariscal Zhukov estaba esperando los resultados de los planes de Koniev para presionar en dirección a Berlín.

El 9 de Abril el Ejército Rojo realizó otro esfuerzo masivo. La primera oleada de T34, aproximadamente 50 unidades, fue destruida por cohetes, Stuka, minas e infantería equipada con Panzerfaust. La segunda oleada atacó a las 11:50, siguiendo los pasos del ataque precedente, esperando encontrar una ventaja en los pasos abiertos por sus compañeros en los campos de minas alemanes. Los cazas soviéticos mantenían a raya a los Stuka, pero poco o nada podían hacer contra la infantería y sus anticarros. Aquel segundo ataque terminó como el primero, se perdieron 34 tanques y varios cientos de muertos quedaron para siempre en las llanuras.

Manteuffel sabía que no podría mantener la posición durante mucho más tiempo; no disponía de refuerzos ni en hombres ni en material. Dispuso como mejor pudo sus anticarros, unos pocos 88mm y varios 75mm PAK, así como una batería antiaérea local. El apoyo aéreo sería crucial, pero lo que quedaba operativo de los Jg54 y Jg52 se hallaban en desventaja de 20 a 1, y sus aeródromos estaban a punto de ser ocupados. La mejor ayuda procedía del Stukageschwader 2, la famosa Escuadrilla Immelman, pero debía cubrir todo el área. Aún así y todo sus pilotos llegarían a destruir 149 tanques rusos.

Una de las zonas más complicadas estaba defendida por el mayor SS Rudolf Falkenhahn, cuya compañía de 130 hombres había sido reducida para el 9 de Abril a tan sólo 58; pero habían puesto fuera de combate 9 tanques el día 8 y otros 11 el 9. La mañana del día 10 se pondría a prueba lo mejor de su capacidad.

A la derecha de Falkenhahn estaba la unidad del mayor Hannes Gottlieb, compuesta de una heterogénea mezcla de soldados convertidos en artilleros de los cañones anticarro PAK 40. Hasta la mañana del día 10 no habían entrado prácticamente en combate, y disponían de 12 cañones y 18 proyectiles por arma. Las armas cortas también estaban limitadas, y los soldados esperaban con impaciencia nuevos suministros por vía aérea. La comida y el agua eran prácticamente inexistentes desde el día 4, y muchos soldados se arriesgaban a correr por la tierra de nadie buscando cantimploras y munición entre los rusos muertos.

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Artillería de campaña rusa de 152mm.

Koniev ordenó otro asalto, esta vez contra el debilitado flanco izquierdo alemán. Sus observadores habían descubierto irregularidades en las defensas alemanas tras los dos ataques anteriores, y Koniev pensó en moverse sobre esos huecos y dividir a los defensores en dos. Tan sólo esperaba que llegará el amanecer.

Manteuffel sabía de la debilidad de su frente, y durante la noche del día 9 ordenó que los vanos en la línea fueran cubiertos con cañones del 88, que tomaron posición y se ocultaron todo cuanto se pudo. El flanco derecho estaba cubierto por sólo una docena de cañones de 75mm en un frente demasiado abierto, pero lo único que los artilleros tenían que hacer era orientar sus armas hacia las brechas del frente y de ese modo cubrirlas con un fuego anticarro cruzado. Tambíen se plantaron más minas, en algunos casos desenterrando las ya existentes que permanecían intactas y creando nuevos campos de minas frente a las nuevas posiciones.

El pequeño general todavía dispuso de otro golpe de suerte a su favor. La 5ª División SS Wiking, apoyada por la 28ª SS Wallonien y grupos de rezagados alcanzaron el campo de batalla, llevando consigo varios cañones rusos capturados y dos T34. Pero todavía quedaba una sorpresa más para Koniev: Manteuffel tambíen podía disponer de la artillería de la 11ª División SS Nordland y de la 23ª SS Nederland. Sin embargo debe aclararse que la fuerza total de las cuatro divisiones era menor que la de una al 100% de sus efectivos, ya que habían sufrido terribles pérdidas en combate durante las semanas anteriores. Aún así y todo eran un obstáculo a tener en cuenta.

A primera hora de la mañana del 10 de Abril de 1945, las tropas alemanas, cansadas y hambrientas, fueron alertadas por un sonido lejano de motores. Inmediatamente después un sonido mucho más terrible rompió la calma de la mañana. Koniev había traido la artillería.

Los primeros 10 minutos de fuego artillero acabaron con los nuevos campos de minas y pusieron fuera de combate a dos de los 88 y a cuatro cañones de 75mm. Uno de los T34 capturados fue destruido y docenas de hombres cayeron muertos o heridos. Los pocos sanitarios disponibles estaban dispersos por todo el frente, y los heridos tan sólo podían esperar en sus refugios a ser atendidos en algún momento. Los proyectiles rusos de 152mm, letales en un radio de 150 metros y que creaban cráteres de un metro de profundidad, impactaban contra las líneas alemanas volándolas por los aires. La cortina de artillería se prolongó durante 30 minutos. El mayor Gottlieb perdió a la mitad de sus hombres, pero Falkenhahn y los suyos habían sido más afortunados. Al comenzar el bombardeo avanzaron más allá de sus posiciones y se acercaron a los tanques enemigos que se aproximaban protegidos por el bombardeo de la artillería.

Los hombres de Falkenhahn destruyeron más de una docena de T34 y JS1, y volvieron a sus posiciones en busca de protección. A las 6:45 el grueso de los efectivos acorazados soviéticos avanzaron todo lo rápido que pudieron para tomar ventaja de la confusión reinante, pero cayeron bajo el fuego de la artillería alemana, que comenzó a responder tan pronto como la rusa había cesado de disparar. Los tanques e infantería soviéticos fueron machacados por el fuego cruzado y Koniev vio como el ataque volvía a fracasar una vez más.

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Infantería alemana armada con Panzerschreck (en primer plano) y Panzerfaust (detrás)

Sin embargo los alemanes se habían retirado de sus posiciones iniciales, aunque algunos pocos armados con Panzerfaust permanecían en sus posiciones. Se trataba en su mayor parte de heridos que no estando en condiciones de ir a ningún lado decidieron quedarse para ofrecer una última ayuda a sus camaradas en retirada.

Los rusos atacaron de nuevo a las 9:15. Koniev había amenazado a sus subordinados que si sobrevivían al próximo ataque sin haber conseguido que los alemanes se retiraran de las colinas, los haría fusilar por cobardía. Los comandantes de batallón tuvieron que avanzar detrás de sus hombres pistola en mano, y para los servidores de MG alemanes fue un regalo. Si no se hubieran quedado prácticamente sin munición las bajas soviéticas habrían sido todavía mayores. Desde la salida del sol los rusos habían perdido casi 2.000 hombres y otros 60 tanques, mientras que los alemanes habían tenido 400 bajas. Pocas, pero demasiadas para lo escaso de sus fuerzas. Falkenhahn y su tropa habían dado cuenta de 13 tanques, y Gottlieb había logrado destruir otros 18, tres de ellos él mismo. Los soldados alemanes heridos habían muerto la mayoría, prefiriendo suicidarse a caer en manos del enemigo.

Manteuffel sabía que sin refuerzos ni apoyo acorazado su defensa terminaría colapsándose con independencia de las bajas que pudieran causar al enemigo. El prometido apoyo aéreo era bienvenido pero inefectivo, la artillería poca y no siempre a tiempo, incluso las municiones de armas personales estaban comenzando a escasear y los cañones anticarro cada vez disponían de menos proyectiles. ¿Podría ir todavía peor?

Pero Koniev se estaba preguntado exactamente lo mismo que su enemigo. Había sufrido 4.000 bajas, 300 tanques habían sido destruidos, y sólo había avanzado dos kilómetros en tres días. Decidió que era el momento de utilizar sus reservas, dos divisiones acorazadas y tres regimientos de infantería. Ordenó a su artillería que disparará proyectiles de humo para ocultar el avance, y a las 10:50 se dio la orden de avanzar.

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Un T34 alcanzado por un Panzerfaust.

Manteuffel había ordenado a sus comandantes que actuaran por propia iniciativa. Falkenhahn y su ahora reforzada compañía (cerca de 90 hombres) recibió más Panzerfaust y minas magnéticas, pero la munición para el armamento personal todavía estaba de camino, al igual que los proyectiles para los cañones anticarro. Pero el mayor no era un soldado cualquiera. Con tan sólo 23 años, Falkenhahn había comenzado su carrera con los paracaidistas, y participado en el asalto al fuerte Eben Emael, y las campañas de Noruega y Creta, siendo después trasladado a las SS. Había servido en el Frente Oriental durante tres años, y la Cruz de Caballero con Hojas de Roble y Espadas daba fe de su capacidad de lucha.

Falkenhahn ordenó a sus hombres que atacaran a los tanques enemigos con los Panzerfaust, mientras otro grupo se servía de la protección del humo para acercarse a los tanques soviéticos y ponerlos fuera de combate con las minas magnéticas. Pronto algunos tanques rusos quedaron inmovilizados y comenzaron a ser usados por los alemanes para atacar al enemigo que avanzaba. Los que aún podían moverse fueron llevados a las líneas alemanas para proporcionar apoyo anticarro suplementario.

Gottlieb y los supervivientes de su grupo se enfrentaban a un problema más serio. Los tanques soviéticos habían conseguido subir las pendientes bajo su posición, y aunque 20 de ellos habían sido destruidos, Gottlieb ordenó una retirada. Retrocedieron hasta la segunda línea defensiva, comandada por el mayor Heinz Wilker.

Wilker era un veterano de Stalingrado, y había sido testigo de ataques rusos como este con anterioridad. El combate fue muy similar al que ya había experimentado, con los soviéticos enviando oleada tras oleada sin aparentemente preocuparse por las grandes pérdidas en hombres y material. Wilker estaba al mando de un batallón de la Hitlerjugend y el Volkssturm, ahora apoyado por los hombres de Gottlieb y unos cuantos paracaidistas. Los tanques rusos se detuvieron al entrar en un campo de minas y comenzaron a dar marcha atrás. La improvisada tropa de Gottlieb atacó a los tanques que todavía avanzaban con los Panzerfaust y cócteles Molotov, causándoles aún más bajas. Pero la defensa alemana comenzaba a debilitarse. La ventaja numérica de Koniev, no ya su pobre estrategia, estaba a punto de hacerse con la victoria.

Falkenhahn también estaba teniendo serios problemas en esos momentos. Había destruido personalmente cinco tanques, el último de ellos con un Panzerfaust a sólo 30 metros, pero había sido herido con graves quemaduras por la explosión del carro. Ayudado por uno de sus hombres consiguió ponerse a salvo, pero viendo como los rusos que avanzaban cada vez más disparaban a los alemanes heridos. Ninguna de las partes estaba tomando prisioneros. Los heridos que podían ser recogidos eran enviados a retaguardia en los vacíos camiones de suministro, pero eso no significaba la salvación. Falkenhahn, negándose a ser evacuado, consiguió poner a uno de sus hombres herido a bordo de un camión, y justo en ese momento el vehículo fue alcanzado por la artillería rusa, muriendo todos los que se encontraban en él. Finalmente toda la línea tuvo que retirarse, sumándose a las posiciones de la unidad de Wilker.

Por la tarde del 10 de Abril, Zhukov conversó por radio con Koniev, y le preguntó sobre el motivo del retraso en el avance. Le comentó que Stalin le había dicho que sería lo mejor que Berlín estuviera en manos soviéticas para el 1 de Mayo. El mensaje era muy claro. Koniev aseguró a Zhukov que podría apoyar su avance sobre la capital de Alemania para el día 12 de Abril.

Manteuffel vio que la situación era desesperada, e incluso transmitió a sus superiores en Berlín su opinión al respecto. Se le autorizó retirarse y se le aseguró que una fuerza de relevo estaba en camino.

El SS Gruppenfuhrer Felix Steiner, autor de la ofensiva sobre Kiev y un excelente táctico, ordenó de inmediato el despliegue en la zona de todas las tropas de la SS disponibles. Consiguió reunir una fuerza de relevo compuesta de efectivos dispersos de las divisiones Waffen SS Nordland, Nederland, Wiking, Prinz Eugen y Wallonien, así como elementos de la Reichsfuhrer SS. El total de fuerzas reunidas sumaban un total de 26.000 hombres, 24 tanques, 15 cazacarros y docenas de semiorugas y camiones. Las tropas que fueron capaces de recorrer en los medios de transporte disponibles los 200 kilómetros que les separaban del frente, debieron hacerlo por sus propios medios o a pie, ya que las líneas de ferrocarril habían sido destruidas.

Manteuffel rezaba por la llegada del relevo. Según sus cálculos podrían estar allí para el 12 de Abril, pero incluso esa fecha podría ser demasiado tarde.

Koniev estaba al corriente de los movimientos de tropas alemanas hacia el este, ya que el reconocimiento aéreo así lo había comunicado a Zhukov, pero éste no quería verse forzado a realizar un movimiento de flanco hacia el sur para interceptar los refuerzos alemanes, y perdió un tiempo valioso en reforzar a Koniev.

A las 17:00 del 10 de Abril, Koniev había logrado avanzar una milla más, pero había perdido otros 3.000 hombres y un total de 368 tanques. Sus efectivos blindados se habían mostrado infectivos contra las defensas alemanas, e incluso empleando sus reservas acorazadas apenas podía agrupar a más de un batallón de blindados. Sin embargo Koniev estaba ganando la batalla, y lo sabía.

Falkenhahn, Gottlieb y Wilker estaban encarando la dura realidad; la derrota era inminente. Los tanques soviéticos, aunque no eran una seria amenaza, seguían siendo una gravísima preocupación. Los bombarderos en picado de la Luftwaffe aún bombardeaban a los vehículos enemigos inmovilizados, pero en algunos casos también provocaban bajas entre las fuerzas alemanas de vanguardia.

Koniev ordenó a su aviación atacar. Antes de la puesta de sol del 10 de Abril, 30 Sturmovik realizaron tres salidas, destruyendo las posiciones alemanas que podían ser reconocidas. Pero los defensores se habían retirado a una zona segura, y tan pronto como calló la noche volvieron a ocupar sus antiguas posiciones. Durante aquella noche se sucedieron sangrientos combates de infantería, un asalto tras otro. Manteuffel seguía resistiendo en su cada vez más ligeramente defendido perímetro.

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Artillería soviética de 203mm.

Wilker estaba situado en el flanco izquierdo, Gottlieb se encontraba en una posición más retrasada, dispuesto a cubrir cualquier posible flanqueo, y Falkenhahn defendía el flanco derecho un poco más al norte. El centro se sostenía con una mínima defensa, pero todavía protegido por los campos de minas y la artillería anticarro que todavía podía disparar. Desde las 19:00 a las 21:30, Koniev lanzó cuatro ataques. Un batallón dirigido por el mayor Ilya Kurov y la mayor Anna Nikolina fue prácticamente aniquilado, muriendo 300 de los 500 soldados que intervinieron en el combate. Pero los supervivientes lograron reagruparse y atacar de nuevo a las 22:15, bajo un cielo iluminado por las bengalas. Esta vez se lanzaron directamente contra el centro, muriendo muchos de ellos en los campos de minas, pero proporcionando a sus camaradas un paso seguro a través de él. Tan pronto como rebasaron el perímetro de defensa comenzó un brutal combate cuerpo a cuerpo.

Iluminados por las bengalas, las explosiones de las granadas y los tanques en llamas, los hombres se vieron envueltos en una lucha a muerte. Las pérdidas soviéticas fueron de aproximadamente 400 hombres, enfrentados a un número similar de defensores alemanes. La lucha cesó en torno a la medianoche, cuando el último soldado ruso dentro de las defensas alemanas hubo caído. Los supervivientes alemanes no eran más de 240 hombres, física y mentalmente exhaustos. Koniev estaba dispuesto a realizar otro ataque, pero prefirió esperar refuerzos.

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Carro IS-2 soviético.

El propio Manteuffel había resultado herido cuando un grupo de rusos entró en su cuartel general. Cuatro de sus asistentes cayeron en el ataque, y él mismo tuvo que acabar con dos de los rusos a golpe de pistola y bayoneta. La herida, un balazo en la parte superior del brazo, no era mortal, pero el general tuvo que ser asistido. Manteuffel, sin apenas dormir durante los cinco días anteriores, se rindió al cansancio y se derrumbó en un profundo sueño. Sin saberlo fue enviado a retaguardia por sus ayudantes, los cuales también habían sido heridos en varias ocasiones los últimos días.

Los alemanes combatían en un tiempo prestado, y ambos bandos lo sabían. La noche calló otra vez, sacudida por las explosiones, los fuegos e incluso los altavoces rusos que conminaban a los defensores a rendirse comunicándoles que toda resistencia era inútil. Pero Koniev no realizaría ningún ataque más hasta la mañana siguiente, cuando sus refuerzos estuvieran listos.

Cuando Falkenhanm intentó hablar con Manteuffel se encontró con que el general había sido evacuado por su herida. La iniciativa quedaba totalmente en manos de sus comandantes. Falkenhahn contactó con Wilker y Gottlieb, y decidieron abandonar sus posiciones. Coordinaron que tan pronto como alcanzaran a la columna de relevo contraatacarían y tomarían de nuevo las colinas. Sin embargo el movimiento de retirada debía realizarse cuanto antes ya que el amanecer llegaría en tan sólo cuatro horas.

Los alemanes se retiraron de sus posiciones, llevando consigo el mayor número de heridos posible. Sólo un pequeño grupo permanecería en sus posiciones para no alertar al enemigo de la retirada, pero debiendo a su vez retroceder tan pronto como se viera el menor signo de movimiento en las líneas soviéticas.

Los refuerzos de Koniev se encontraban a menos de 20 kilómetros, y estaba prevista su llegada para las 05:30. A las cinco en punto el sol comenzó a salir y Koniev ordenó un fuego de artillería de barrera. Los cañones soviéticos, bajo el mando del coronel Konstantin Durayev, están situados a sólo 3 kilómetros de la línea del frente, alcance más que suficiente para las grandes piezas de 122 y 152mm, y apoyados por cañones autopropulsados.

A las 05:45 del 11 de Abril, los tanques rusos alcanzaron el frente y el fuego de barrera cesó. Koniev ordenó que comenzara el ataque, y la infantería de apoyo avanzó. Recorrieron los primeros 2 kilómetros muy rápidamente, y los defensores alemanes que habían permanecido como señuelo dispararon débilmente a los atacantes y después se retiraron. Los tanques siguieron adelante, atravesaron las posiciones ahora vacías, pero se encontraron con los alemanes al rebasar una colina. Todavía fueron capaces de poner fuera de combate una docena de blindados antes de ser definitivamente rodeados. No hubo supervivientes.

Wilker se encontraba cubriendo la retirada, y ya habían sido cubiertos 25 kms. en dirección a las tropas de relevo que, según le fue confirmado, tomarían contacto con ellos en seis horas. Entretanto se solicitó apoyo aéreo para impedir el avance de las tropas rusas perseguidoras que no tardarían en aparecer.

Koniev se percató de la jugada y ordenó a sus tanques avanzar a toda velocidad en persecución de los alemanes que se retiraban. Wilker comunicó con radio con Falkenhahn y Gottlieb y les comunicó que tenía compañía. De pronto apareció en el cielo un grupo de Stukas. La primera oleada arrojó bombas de 250kg sobre los tanques soviéticos que avanzaban, y la segunda atacó a los blindados con sus cañones de 37mm antitanque. Cinco T34 fueron destruidos y el resto se retiró en busca de protección.

Gottlieb ordenó a sus hombres que se atrincheraran y se prepararan para repeler a los tanques rusos. Falkenhahn, por su parte, hizo lo propio más hacia el oeste y se preparó para la defensa, permitiendo a los hombres de Gottlieb retirarse a cubierto. Wilker distribuyó a su tropa entre las otras dos unidades con el propósito de reforzarlas en lo posible.

Koniev había asegurado entre tanto los Altos del Leon, y se dispuso a recuperar los dos días perdidos. Zhukov fue informado de que el objetivo había sido alcanzado y transmitió el siguiente mensaje a Stalin en Moscú: " Koniev ha cumplido sus objetivos, pero las pérdidas han sido, aparentemente, muy grandes. Espero alcanzar Berlín en dos días. Zhukov".

Manteuffel tuvo a su vez que informar de lo acontecido a Hitler: "Después de varios días de fieros combates no puedo culpar de lo sucedido a mis soldados, han luchado con todo en contra, superados cuatro a uno. Hemos causado serias bajas a la fuerza enemiga, pero no hemos podido detener el avance ruso. Asumo toda la responsabilidad. Manteuffel".

Las fuerzas alemanas en retirada fueron capaces de llegar a las afueras de Berlín. Zhukov llegó a los suburbios orientales de la ciudad con Koniev apoyando su flanco izquierdo, y la batalla de Berlín comenzó el 15 de Abril.

Wilker, Gottlieb y Falkenhahn pelearían en la defensa de la ciudad, y los tres sobrevivirían a los combates, permaneciendo como prisioneros de los soviéticos durante varios años. Falkenhahn fue una de las últimas personas que vio con vida a Hitler, y consiguió salir del bunker junto con el general Hans Baur (piloto de Hitler) y Martin Bormann justo antes de la caida final de la ciudad.

Zhukov y Koniev se repartieron la gloria de la toma de Berlín. Sin embargo, después de la guerra, cuando los diarios de Zhukov y las cartas privadas de Koniev vieron la luz, ambas fuentes mostraron una imagen mucho más sombría de la batalla de sus relaciones personales.

Hasta la actualidad, los rusos han sostenido que perdieron 10.000 hombres en la batalla de las Colinas de Seelow, y 100.000 en Berlín. Las cifras exactas se desconocen, pero no menos de 30.000 soldados rusos perecieron en Seelow y la cifra de bajas en la lucha por Berlín podría aproximarse a los 600.000.

Las bajas alemanas en Seelow fueron también muy elevadas, con 11.000 muertos de los 18.000 hombres que defendían las colinas más bajas, y el Tercer Ejército Panzer diezmado en 80.000 soldados en una semana de combates. La mayoría de los supervivientes, perecerían en Berlín, peleando hasta el final por una ciudad que estaba condenada a morir.

Artículo escrito por Colin D. Heaton, y originalmente publicado en el número de Mayo de 1999 de la revista World War II.
Publicado en internet en www.historynet.com

Sab Dic 23, 2006 4:53 am

Felicidades Capitán.
No había leído informes tan detallados sobre la batalla de Seelow.
He disfrutado leyéndolo.

La verdad es que si ya poco tenían que hacer los soldados alemanes para frenar el avance soviético, en cuanto estos cruzaron el Oder, Berlín estaba sentenciada.
Después de las colinas de Seelow, Berlín se encontraba a su alcance, al no haber obstáculos naturales para frenar su avance.
Las cifras que yo dispongo de fuentes alemanes coinciden con las que has expuesto anteriormente: 12.000 bajas alemanas y 30.000 soviéticas.
Os dejo algunas imágenes poco conocidas de la batalla de Seelow.

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Después de la cruda batalla.

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Las colinas de Seelow hoy en día.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:44 pm

Muy interesante, pero me sorprenden algunas afirmaciones. Yo creía que el despliegue fue algo diferente:

El mariscal Koniev no estaba subordinado a Zhukov, ni tenía como misión romper las líneas para que Zhukov penetrase. Los dos mariscales (bastante celosos entre ellos) estaban al mando de dos de los tres grupos de ejércitos que participaron en la ofensiva sobre Berlín. Pongo el orden de batalla ruso, tomado de
http://www.rickaú.karoo.net/articles/battles_berlin.html

Segundo frente bielorruso (Mariscal K. K. Rokossovsky)
2º Ejército de choque (Fedyurinsky)
65º Ejército (Batov)
70º Ejército (Popov)
49º Ejército (Grishin)
19º Ejército
5º Ejército acorazado de guaúias.
4º Ejército aéreo (Vershinin)

Primer Frente Bielorruso (Mariscal G. K. Zhukov)
61º Ejército (Belov)
1º Ejército Polaco (Poplowski)
47º Ejército (Perkhorovitch)
3º Ejército de choque (Kutznetsov)
5º Ejército de choque (Berzarin)
8º Ejército de guardias (Chuikov)
69º Ejército (Kolpakchi)
33º Ejército (Svotaev)
16º Ejército aéreo (Rudenko)
18º Ejército aéreo (Golovanov)
1º Ejército de tanques de guardias (Katukov)
2º Ejército de tanques de guardias (Bogdanov)
3º Ejército (Gorbatov)

Primer Frente Ucraniano (Mariscal I. S. Koniev)
3º Ejército de guardias (Col Gen V. N. Gordov)
13º Ejército (Phukov)
5º Ejército de guardias (Zhadov)
2º Ejército Polaco (Swiersczewski)
52º Ejército (Koroteyev)
2º Ejército aéreo (Krasovsky)
3º Ejército de tanques de guardias (Rybalko)
4º Ejército de tanques de guardias (Lelyushenko)
28º Ejército (Luchinsky)
31º Ejército

Es sabido que la grafía rusa puede trasladarse de varias formas a la latina, y Koniev puede encontrarse como Konev. Pero no había ningún mariscal ni general Konev subordinado a Zhukov (por lo que he encontrado en búsquedas amplias) al menos a nivel divisional.

Las ofensivas de Zhukov y Koniev fueron simultáneas, la del primero contra los altos de Seelow, la del segundo más al sur, en el Oder, enfrentándose a las fuerzas de Busse. Mientras que el primero fue detenido y sufrió una sangría, Koniev rompió el frente alemán con relativa facilidad, embolsando al 9ú ejército de Busse y avanzando hacia Berlín por el sur.

Tampoco tengo muy clara la estructura del mando alemán en las colinas de Seelow. La línea del Oder estaba bajo el mando de Heinrici, y el frente dividido entre Manteuffel y Busse, pero no sé cual era el punto de unión, que estaba cerca de Seelow. Yo pensaba que Heinrici habái controlado directamente la batalla. El tercer ejército panzer de Manteuffel fue desbordado por el 2ú frente bielorruso, y se retiró por el norte de Alemania, no quedando embolsado en Berlín. La mayor parte de las fuerzas de Busse tuvieron que escapar a través del cerco de Koniev (batalla de Halbe). Sólo el remanente de lo que estaba en Seelow se retiró hacia Berlín.

Lo curioso es que el artículo de Historynet tiene una difusión amplísima a pesar de estos errorers. Recomiendo la lectura del libro de Beevor Berlín 1945, la caída.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 1:47 pm

Hola a todos.
Creo recordar que el 9º Ejército de Theodor Busse, fue embolsado por un movimiento de tenazas en el que participó el Ejército de Zhukov, más al norte, y el de Koniev al sur. En esta operación tomaron parte los dos ejércitos, no sólamente el de Koniev. Mientra, Rokossowsky se movía por el norte.
Koniev y Zhukov compitieron por la toma de Berlín. En alguna ocasión Stalin presionó a Zhukov, diciéndole que si no avanzaba con la suficiente rapidez, dejaría la operación en manos de Koniev.
Por esa razón, Zhukov avanzó sufriendo una cantidad de bajas enormes. Pero las prisas eran las prisas. No se podía comparar la vida de unos cuantos miles de soviéticos, con la gloria de tomar Berlín, claro.
Sus hombres no le tenían un especial afecto, y lo comparaban con un carnicero, argumentando que para Zhukov, sus hombres eran carne de cañón.
Finalmente Busse contactó con Wenck en Beelitz, y se salvaron así 25.000 hombres del cerco soviético.
Koniev. conocedor de su fracaso, afirmó que sólo lo consiguieron 3.000. Evidentemente mintió.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 3:26 pm

Ya, pero el artículo de Historynet insiste en lo de Zhukov azuzando y amenazando a Koniev, lo que es por completo falso.

Ambos jefes (comandantes del equivalente de un grupo de ejércitos occidental, es decir, equivalentes a Bradley o Montgomery, aunque la estructura soviética tenía menos escalones) eran autoridades máximas, subordinadas sólo ante la STAVKA (el estado mayor soviético), nominalmente un comité al mando del mariscal Shaposhnikov y luego Vassilevsky, pero en realidad una marioneta de Stalin, que ya había "calentado" a ambos jefes al negarse a apartar a Koniev de Berlín.

El artículo de marras machaca con lo de Konev mandando los ataques frontales y Zhukov achuchándolo. Es un error muy grave que hace dudar del artículo entero.

Lo de la escapada de Busse se describe ampliamente en el libro de Beevor. Está claro que Koniev prefirió tomar Berlín, y es lógico, pues era decisivo en la guerra. El ejército de Busse estaba condenado, quedase cercado o huyese. Queda feo permitir que escapen soldados, pero a esas alturas ya se sabía que detenerse para conseguir una victoria menor (la destrucción de un ejército) era un error.

Saludos

Sab Dic 23, 2006 5:57 pm

Buenas.

Lo que yo he entendido del artículo no es que Koniev estuviera subordinado a Zhukov, sino que el inicio del avance de Zhukov dependía de que Koniev hiciera los deberes en Seelow. No era tanto que una vez Koniev hubiera roto las líneas Zhukov avanzara, sino que este debía avanzar contando con el apoyo en paralelo de Koniev.

Si el Tio Pepe preguntaba a Zhukov como iba lo suyo de Berlín lo normal era que Zhukov le contestara que Koniev era zurdo de las dos manos y no era capaz de acabar con unos alemanes agarrados a unas colinas. Si a lo comprometido de la situación con el jefe dando caña se le suma la "excelente" relación entre ambos mariscales no es de extrañar que Zhukov criticara a su colega y le estuviera poniendo constatemente en el compromiso de tener que responder ante Stalin por el retraso. Iguales en rango si eran, pero no estaba dispuesto ninguno de los dos a compartir las collejas siberianas llegado el caso.

Sobre la fina estrategia de Koniev tampoco vamos a descubrir nada nuevo, y menos cuando se trataba de llegar pitando a Berlín al precio que fuera, 10.000 mujiks más o 10.000 mujiks menos.

En efecto, todo el dispositivo defensivo era responsabilidad de Heinrici, un excelente estratega en operaciones de ese cariz, y en eso si considero que peca por defecto el artículo al no mencionar su relevancia. Sin embargo la responsabilidad de la defensa del sector de Seelow era de Manteuffel y el bajito volvió a demostrar de lo que era capaz. No ganó, era imposible, pero sí aguantó la ofensiva rusa como muy pocos podrían haberlo hecho.

Saludos.

P.D.
Paradise, eres una persona ignominiosa, como decían Faemino y Cansado :P . Me volví majareta buscando alguna imagen de Seelow y no encontré nada de nada. Las que has puesto son excelentes, muchas gracias. :)

Sab Dic 23, 2006 5:58 pm

Pero es que ni Koniev atacó en Seelow, ni la ofensiva de Zhukov dependía de la ruptura de Koniev.

La ofensiva de Berlín consistió en tres ofensivas principales. Al norte, el 2º frente bielorruso de Rokossovsky atacó a lo largo del Oder al 3º Ejército Panzer de Manteuffel, al que finalmente obligó a retirarse. En el centro, Zhukov atacó las colinas de Seelow. Al sur, Koniev atacó al 4º Ejército Panzer de Gräser. El ataque de Rokossovsky se inició después, cuando Zhukov ya había roto las líneas del Oder, pero los de Zhukov y Koniev fueron simultáneos (el de Zhukov unas pocas horas antes).

El ataque de Koniev se produjo a unos 90 Km al sur de Seelow. Al contrario que Zhukov, no disponía de una cabeza de puente, pero tal vez fue hasta favorable, pues se encontró con menor resistencia. El bombardeo artillero se inició a las 4:15 a lo largo de los casi 400 Km que cubría el Primer Frente Ucraniano (Zhukov había atacado unas horas antes apoyado por reflectores) y a las 4:55 la infantería se lanzó al cruce del Oder a unos 90 Km al sur de Seelow, por vados y construyendo puentes a pesar del fuego de ametralladoras. Consiguió la sorpresa y 20 minutos después (a la hora de iniciarse el bombardeo) se habían roto las líneas alemanas. En los días siguientes las fuerzas de Koniev se dirigieron hacia el Elba (llegando a Torgau) y hacia Berlín por el Sur, cruzando el Spree el día 17, cuando Zhukov aún estaba enmarañado junto al Oder. El día 18 las defensas de Seelow se rompieron tras un ataque dirigido por el 8º Ejército de guardias de Chuikov.

De hecho, la ruptura conseguida por Koniev fue mucho más efectiva y menos costosa que la de Zhukov, cuyos planes no eran muy imaginativos que digamos: un ataque frontal masivo por la línea más directa, justo donde los alemanes esperaban el ataque. Fue una batalla de la que se podría haber prescindido, pues las rupturas de Rokossovsky y de Koniev hubiesen bastado para rodear Berlín. El único problema hubiese sido que el ejército de Busse y fracciones de los de Manteuffel y Gräser se hubiesen retirado hacia Berlín, y hubiesen contribuido a su defensa, aunque no bastaría para una ciudad de un perímetro tan grande.

Además de eso, el carácter de Koniev no era como para aguantarle muchas tonterías a un mando del mismo nivel y de la misma graduación. A mí me parece impensable que Zhukov se saltase a la STAVKA y azuzase a Koniev. En la realidad fue al revés, fue Stalin el estaba disgustado por el fracaso de Zhukov. Por suerte a esas alturas Stalin permitía alguna iniciativa a sus subordinados, como cuando Zhukov echó mano del ejército de Chuikov, que debía reservarse para el avance tras la ruptura.

Lo que ocurrió fue que tras la guerra Stalin apartó a los mandos más populares. Zhukov el primero (al parecer a Stalin le molestó que Zhukov desfilase por la Plaza Roja en un caballo que Stalin no había conseguido montar), y eso que tenía una reputación de carnicero implacable que no le granjeaba el afecto del ejército. Koniev también era implacable, pero era más apreciado por sus soldados. El resultado fue que Stalin receló de él, no le permitió tomar el Reichstag, y tras la guerra lo degradó, no siendo rehabilitado hasta los cincuenta, cuando apoyó a Kruschev en la detención de Beria.

Probablemente este artículo está basado en fuentes anticuadas, pero hoy se sabe que no era a Koniev al que tenían que azuzar, sino al contrario.

Saludos
Última edición por Domper el Mar May 13, 2008 1:48 pm, editado 2 veces en total

Sab Dic 23, 2006 10:24 pm

Si estás interesado en las fotos, ahí te subo algunas más.
La verdad es que son captutras de un documental de la ZDF.

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Preparativos antes del ataque frente al Oder.

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Zhukov durante los preparativos. "¿Stalin? Dígale que no estoy".

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Un par más después de la cruenta batalla en las colinas de Seelöwe.

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Una vez conquistadas las colinas, ésta fue la vista de la que disfrutaron los soviéticos.
En la lejanía ya podía distinguirse la ciudad de Berlín.


Saludos

Dom Dic 24, 2006 11:20 am

Jajajajaja... "¿Stalin? ¿Por quien pregunta? ¿Zhukov? No sé, yo soy el soldado Ivan Ivengo, ya le dejo el recado al padrecito mariscal".

Gracias, Paradise.

Dom Dic 24, 2006 4:35 pm

Buenas.

Sobre los posibles errores del artículo poco puedo decir ya que no conozco en profundidad los detalles del Frente Oriental en los últimos días de la guerra.

Lo mismo es que a los títulos académicos el señor Heaton suma un gusto desmedido por el peyote. Pero como nadie estamos libres del error le someteré a un periodo de observación por si las moscas.

Saludos.

Vie May 09, 2008 5:19 pm

Hola a todos.
Viendo unos documentales, había uno que trataba de pasada sobre la batalla de las colinas de Seelöwe y he decidido hacer algunas capturas.
He puesto las menos cruentas porque la verdad, la sandgría que hubo allí es indescriptible.

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Fuente: Sturm auf Berlin, ZDF

Saludos

Vie May 09, 2008 9:43 pm

Lamento decir que no veo ninguna imagen. No sé si alguien puede las pueder ver.
Saludos.

Vie May 09, 2008 10:01 pm

Algo raro ha pasado, pues sí que llegué a verlas, ¡y ahora no aparecen!

Vie May 09, 2008 10:45 pm

Yo veo todas las imagenes posteadas, y la ultima captura de paradise... la ultima es un tanque o cañon autopropulsado, con un boquete algo curioso..

Sab May 10, 2008 4:30 am

Arreglado, había surgido un problema con el ancho de banda.
Saludos

Sab May 10, 2008 4:35 am

Que problema hubo? Yo no veo ninguna diferencia y lo veo todo ok...

Sab May 10, 2008 11:02 am

El problema es que las 5 fotos últimas no se veían. Ahora sí se ven.
Saludos.

Lun May 12, 2008 8:14 pm

Que raro porque yo si las vi a todas...

Aca dejo una que encontre por ahi sobre el ultimo cacharro... me parece que es el mismo


Imagen
Ultimo cacharro de Paradise???

Ahora acabo de ver que los boquetes son diferentes, y los numeros (Paradise 405 - Mio 132) pero es llamativo que los boquetes esten en el mismo lugar... interesante

Lun May 12, 2008 10:56 pm

Muy buen articulo Capitan Miller, en realidad este tipo de articulos hace que vuele la imaginacion, hacernos regresar al momento de la batalla. Esta batalla me hace ver que Zhukov y Koniev, no usaban ninguna estrategia, si no mas bien a provechaban el exedente que tenia la maquina de guerra Rusa tanto en armamento como soldados ya que se vio poco interes en la vida de sus hombres.


Saludos

Mar May 13, 2008 12:22 pm

No es el mismo blindado simon. El de arriba es un Hummel sobre chasis de un panzer IV, y el de abajo es sobre un chasis francés.
Saludos.

Mar May 13, 2008 4:25 pm

Si ya me habia dado cuenta (despues de postearlos) pero son bastantes similares... y el boquete tambien lo es... Curioso no?

Amen de eso, ahora tuve que releer mi post ya que no veia la imagen que puse!!! :)

Vie Jul 25, 2008 1:28 am

Anda, y yo que ando leyendo sobre esta batalla estos días, y sin saber... interesante...

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mar Feb 03, 2009 9:22 pm

Falkenhahn se a covertido en uno de mis heroes junto a los demas defensores alemanes,me ha puesto los pelos de punta la historia ha sido impresionante,gracias Capitan.
Un saludo.

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mié Jun 17, 2009 12:30 pm

Interesantisimo reportaje capi.
Habia leido algo sobre este combate en el libro de Osprey "El fin del Reich de los 1000 años" pero he hallado nueva información en este reportaje.
Desconocia que a los alemanes les quedaran stukas.
Añadiré algunas imagenes de ese mismo libro.
Empezaré por el dibujo (dividido en dos partes porque no he podido escanearlo entero).
ImagenImagen

Algunas fotos del combate.
Soldados rusos avanzan en las en terreno embarrado:
Imagen

T-34 atascado en un barrizal:
Imagen

Fuente: "El fin del Reich de los 1000 años" de Osprey.
Saludos.

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mié Jun 17, 2009 7:32 pm

¿se sabe mas o menos el número de tanques que perdieron los rusos?. saludos

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mar Jun 23, 2009 8:29 pm

Impresionante relato sobre tan tragicos y urgidos momentos de la batalla, la sangria fue terible e inevitable.

Adjunto un link sobre la batalla:


http://www.voltairenet.org/article125606.html


Saludos


Huno2000

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mar May 24, 2011 7:11 pm

Como dato curioso, la batalla de las colinas de Seelow sale en el juego de Xbox 360 de Call of Duty: The World at War, donde unos soldados alemanes están torturando a Vasily y una explosión mata a estos verdugos y aparece para salvar a Vasily el famoso soldado Reznov.

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mar Dic 06, 2011 10:34 am

BUEN DÍA CAMARADA. REALMENTE ES IMPRESIONANTE EL RELATO DE LA BATALLA Y COMO UNA VEZ MAS LOS SOLDADOS ALEMANES DEMOSTRARON SU SUPERIORIDAD EN SITUACIONES TAN ADVERSAS.
Y TAMBIÉN QUEDA CLARO QUE LAS VIDAS DE LOS SOLDADOS RUSOS NO SIGNIFICABAN ABSOLUTAMENTE NADA PARA STALIN.


EXCELENTE CAMARADA!!!!

SALUDOS DESDE ARGENTINA

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Mar Dic 06, 2011 11:59 am

Hola diegol.
Tampoco es que le importasen demasiado a Hitler las vidas de sus soldados. Y es que los extremos se tocan, y más cuando hablamos de estos dos dictadores sanguinarios.

Respecto a tus mensajes, procura no escribir con mayúsculas en el foro, pues según la Normativa está prohibido.
Ya te he enviado un MP al respecto.

Saludos

Re: La Batalla de las Colinas de Seelow

Jue Dic 08, 2011 8:47 pm

Hola Paradise, otra vez es muy acertado tu comentario.


Saludos camarada y gracias por tu mensaje.
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