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Carteles, libros, revistas...
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Der Giftpilz, de Julius Streicher

Mar Dic 05, 2006 10:12 am

Hola a todos.
He aquí más material antisemita de nuestro amigo Julius Stricher, que por lo que parece, no escatimó medios para que sus publicaciones vieran la luz.
Esta en cuestión es Der Giftpilz, (la seta venenosa). Era un cuento para niños, que a veces incluso se utilizó en las escuelas.
Impresionante libro de aprendizaje para fomentar el odio a los judíos desde la más tierna infancia.

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La seta venenosa. La cubierta del libro.

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La seta venenosa. "A menudo es difícil distinguir una seta venenosa de una comestible. También lo es distinguir a un judío entre estafadores y criminales"

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Como reconocer a un judío. "La nariz judía está doblada. Parece el número seis".

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Como llegaron los judíos hasta nosotros. "Mira esos tipos. Mira sus barbas piojosas y sus orejas sucias".

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Como expulsaron a un campesino alemán de su casa y su granja. "Padre, algún día cuando tenga mi propia granja, ningún judío entrará en mi casa"

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Como engañan los comerciantes judíos. "Hoy tengo aquí algo especial para ti. ¡Mira esta tela! Puedes hacer de él un vestido, que te haga parecer una baronesa, una reina"

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La experiencia de Hans y Else con un extraño. "Aquí, chicos. Tengo algo dulce para vosotros. Pero tenéis que venir conmigo..."

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La visita de Inge a un doctor judío. "Dos ojos criminales destelleaban detrás de los cristales y los gruesos labios hicieron una mueca".

Fuente: http://www.calvin.edu/academic/cas/gpa/thumb.htm

Saludos

Mar Dic 05, 2006 10:13 am

Sabía de la publicación de cuentos infantiles por Streicher, pero nunca había tenido la ocasión de verlos. Grácias Paradise !!

Aparte, el dibujo no está nada mal.

Mar Dic 05, 2006 10:14 am

Este es el primer relato del libro ,al cual pertenece el primer dibujo de la madre y el hijo en el bosque.

Paquito ha ido al bosque a buscar setas con su madre. El, que normalmente es un chico taciturno, parece transformado. Sin dejar de reírse ni un momento, salta sobre los arbustos y sortea, loco de alegría, las zanjas que encuentran en su camino.
Su madre le contempla y se felicita de ver a su hijo tan contento. Pero no por ello deja de reñirle:

-Pero bueno, ¿qué te ocurre, Paquito? Mi cesta rebosa ya, y tú, mientras tanto, no has logrado encontrar ni una sola seta. Tienes que buscar con más cuidado y mirar más hacia la tierra que hacia el cielo.

Paquito contestó entonces a la advertencia de su madre, un tanto sorprendido:

-Tienes razón, madre. Se me ha olvidado completamente que hemos venido a buscar setas. ¡Se está tan bien aquí, en el bosque!.Pero ahora voy a tomarmelo con interés.

Después de media hora de busqueda, Paquito corrió hacia su madre todo alborotado.

-¡Viva, viva! ¡Ahora tengo ya tantas setas como tú, madre!

Y, en voz más baja, añadió: -Pero creo que también he hallado algunas... venenosas.

Paquito tomó entonces una seta de su cesta.

-Oye, madre, ésta no me gusta nada. A que es venenosa...

La madre asintió con la cabeza.

-Tienes razón. Es una seta de Satanás. Es muy venenosa. Se la reconoce en seguida por su color y por su olor pestilente

Paquito tiró la seta al suelo y la pisó. Luego, tomó otra de la cesta. Era grande, con un tallo largo de color grisáceo y un sombrerillo rojo muy ancho con numerosas manchitas.

-Mira, madre, ésta tampoco me da mucha confianza. Sus colores son demasiado chillones. Seguro que también es venenosa.

-También me lo parece a mí Confirmó la madre.

- Es una seta mosca. Tírala en seguida. Paquito tomó dos más:

-Pero estas dos no son venenosas. Ya las conozco. Son un mízcalo comestible y un champiñón. Ambas no son dañinas sino muy sabrosas.

La madre actuó en consecuencia:

-Perfectamenre, estas dos las conservaremos.
-Aquí tengo otro champiñón Gritó Paquito alborozado. La madre se alarmó:

-Por el amor de Dios, hijo. No es un champiñón, sino una amanita. Es la seta más venenosa de cuantas se conocen. Y es doblemente peligrosa, porque con facilidad se la confunde con otras comestibles.

La madre tomó la cesta de Paquito y, sin más, fue excluyendo los hongos venenosos y separando los buenos. Una vez concluida aquella elección, madre e hijo tomaron sus cestas y lentamente emprendieron el camino de regreso al hogar. Durante la vuelta la madre explicó a Paquito :

-Mira hijo, al igual que ocurre con las setas del bosque, también es difícil distinguir en el caso de los hombres repartidos por toda la tierra. Hay setas buenas, y hay buena gente. También hay setas malas, es decir, venenosas, y también hombres malos. Respecto a estos hay que tener tanto cuidado como con las setas dañinas. ¿Me entiendes?.

-Sí madre, lo entiendo bien. Quien va con hombres malos puede sufrir una desgracia, como le pasa a quien come una seta venenosa.

-¿Y sabes quiénes son estos hombres malos, estas setas venenosas de la humanidad?.

-Naturalmente, madre. Claro que lo sé. Son...los judíos. Esto es lo que dice mi maestro en la escuela muchas veces.

La madre, sonriente, dió a su hijo unos golpecitos en la espalda.

-Vaya, vaya. Veo que te has hecho un hombrecito muy avispado. Pero préstame atención para que me entiendas lo que quiero decirte. Voy a repetírtelo todavía una vez más: hay setas buenas y hay setas malas. Hay hombres buenos y hombres malos. Los malos son los judíos. Sin embargo, es difícil distinguir a un hombre malo de un hombre bueno.

-Eso me parece a mí- inrervino Paquito-. Es tan difícil como diferenciar una seta venenosa de otra comestible.

-Exactamente-confirmó la madre y añadió, ahora muy seria: Los judíos son mala gente. Son las setas dañinas. Por la misma razón por la que tan difícil resulta a veces distinguir los hongos buenos de los malos, es frecuentemente muy difícil identificar a un judío como bandido y criminal. Del mismo modo que las setas venenosas se presentan en varios colores, así los judíos pretenden pasar desapercibidos y, por ello, se disfrazan de las formas más diversas.

-¿Qué tipos de formas?-preguntó Paquito.

La madre comprendió entonces que su hijo no lo había entendido todo perfectamente y continuó de buen grado sus explicaciones.

-Bien, pues escucha. Los hay que son judíos ambulantes. Van de lugar en lugar vendiendo telas y cualesquiera baratijas que uno pueda imaginarse. Normalmente dicen que sus mercancías son las mejores y las más baratas. En realidad son las peores y
las más caras. No se debe creer en ellos.
Esto es aplicable a los ganaderos judíos, a los que tienen establecimientos comerciales, a los matarifes judíos, a los médicos judíos, a los judíos bautizados, etc. Cuando se nos presenten de esta manera, cuando nos digan que quieren ser amigos nuestros y que abrigan hacia nosotros las mejores intenciones, no hay que creerles. Son judíos y seguirán siendo judíos. Son auténticos venenos para nuestro pueblo. Paquito había comprendido muy bien a su madre.

-Madre, ¿saben todo esto los no judíos? ¿Saben que un judío es tan peligroso como una seta venenosa? -La madre movió la cabeza negativamente.

-Por desgracia, no, hijo mio. Hay muchos millones de no judíos que todavía no han aprendido a reconocerlos. Por esta razón debemos explicárselo a quienes tienen que saberlo, advirtiéndoles contra los peligros de los judíos. Tenemos que estar alerta nosotros y nuestra juventud. Nuestros chicos y chicas tienen que aprender a distinguir a los judíos. Tienen que llegar al convencimiento de que el judío es la seta venenosa más dañina de cuantas puedan darse. Del mismo modo que las setas venenosas se extienden y nacen por doquier en el suelo, así los judíos se desparraman por todos los países de la tierra. Así como las setas venenosas llevan en sí una terrible desgracia, de igual manera los judíos son la causa de la pobreza y de la necesidad, de la enfermedad y de la muerte.
La juventud alemana debe conocer ese hongo venenoso que es el judaísmo. Tiene que saber que peligro suponen los judíos para el pueblo alemán y para todo el mundo. Tiene que saber que el problema judío es para todos nosotros una cuestión de destino.

Los relatos breves que incluimos en este libro revelan la verdad de esta seta venenosa judía. En ellos podrá el lector observar las diferentes formas de que se revisten los judíos. En ellas se nos muestra el envilecimiento y la bajeza de la raza judía. Se nos muestra a los judíos tal y como son en realidad, como demonios en forma humana.

UN SALUDO.

Mar Dic 05, 2006 10:15 am

Hola Ulrich.
Muchas gracias por compartir el relato de Der Giftpilz.
La verdad es que el cuentecito en cuestión se las trae.
Menudo elemento Julius Streicher. Hasta en el partido lo tenían mal visto.

Saludos

Mar Dic 05, 2006 10:15 am

Qué le ocurrió a Inge en la consulta de un médico judío.

Inge está enferma. Desde hace un dos días tiene fiebre y dolores de cabeza pero, con todo, se resiste a ir al médico.

-Bah, por una tontería así no merece irse al médico decía insistentemente a su madre cuando ésta se lo aconsejaba. Pero un día su madre se indignó tanto que no tuvo más remedio que obedecer:

Ahora mismo te vas a ver al doctor Bernstein y le dices que te examine bien le ordenó la madre.

-¿Por qué precisamente al doctor Bernstein? ¿No sabes que es judío?
Una chica alemana no va a casa de un judío anadió la muchacha.

La madre se echó a reir.
-No he dicho ninguna inconveniencia -repuso la madre.
Los médicos judíos son como los demás. Me parece que en vuestra BDM (Liga de muchachas alemanas) parloteáis demasiado. Qué podéis saber vosotras de todo esto...Inge protesto:

-Madre, tu puedes decir lo que quieras, pero no ofendas a la BDM. Y no olvides una cosa: nosotras, las chicas de la BDM, sabemos más de los judíos que muchos padres. Nuestra guía nos lee todas las semanas un informe sobre esta cuestión. Uno de los últimos días nos ha dicho claramente que ningun alemán debe visitar a un médico judío. Y una muchacha alemana todavía menos. Por una razón, porque los judíos sólo buscan echar a perder al pueblo alemán. Por eso muchas chicas que buscan la salud en las consultas de los médicos iudíos lo que acaban encontrando es la enfermedad y el oprobio. Sí, madre, eso es lo que nos ha dicho nuestra guía y tiene toda la razón.

La madre se inquieto.

-Vaya, pretendéis ser más listos que los mayores. Lo que te han dicho no es verdad. Mira, Inge, conozco bien al doctor Bernstein y es un médico muy bueno.
-Pero es judío y los judíos son nuestros enemigos mortales.

La madre se enfadó aún más.

- Ya basta, nina. Ahora mismo te vas a casa del doctor Bernstein y santas pascuas, y si no lo haces vas a saber quién soy yo.
La madre acompañó estas palabras con un amenazador ademán de la mano derecha. Inge no quería desobedecer y se marchó. Fué a la consulta del doctor judío Bernstein.
Inge se sentó en la sala de espera del médico. Así tuvo que permanecer largo rato, mientras hojeaba las revistas que había allí, sobre una mesa. Pero estaba tan nerviosa que no pudo leer ni una línea. Pensaba constantemente en lo que había hablado con su madre y en las advertencias de su guía: "Un alemán no puede ir a un médico judío, y una muchacha alemana aún menos. Muchas chicas alemanas que buscaban la salud en la consulta de un médico judío sólo encontraron la enfermedad y el oprobio".
Nada más entrar Inge en la sala de espera tuvo una experiencia desagradable. De la consulta salía como una especie de sollozo y hasta oyó nítidamente la voz de una chica:

-Señor doctor, déjeme tranquila, se lo ruego.

Luego escuchó la risita provocativa de un hombre. Después se hizo un largo silencio. Todo esto lo había oído Inge con la respiración contenida.
-¿Qué estara pasando ahí dentro?-se dijo-. El corazón le latía agitado y sentía las palpitaciones en el cuello. De nuevo le vinieron a la imaginación las advertencias de su guía de la BDM. Inge esperó una hora. Tomó una revista y trato de leer algo. De pronto se abrió la puerta e Inge levantó la cabeza. Ante sí tenía al judío. De la boca de Inge se escapó un grito.Llena de terror dejó caer al suelo la revista que tenía en las manos. Horrorizada, dió un salto. Sus ojos se clavaron en la cara del médico judío. Aquel rostro parecía el del demonio. En el centro de ese rostro diabólico destacaba una nariz enorme y retorcida. Tras los cristales de las gafas, brillaban terribles dos ojos de criminal. Sus gruesos labios esbozaban una especie de mueca. Una mueca con la que parecía decir: "Al fín te tengo, muchachita alemana". El judío se aproximó a ella. Sus dedos carnosos se aferraron a un brazo de la muchacha, pero ésta se hallaba pronta a reaccionar. Apenas el judío le había echado la zarpa encima, cuando ella le propinó una bofetada en su cara grasienta. Luego dio un salto hacia la puerta y corrió escaleras abajo, casi sin aliento. A los pocos minutos entraba llorando en su casa. Su madre quedó aterrada al ver el aspecto de su hija.

-Por amor de Dios, Inge,¿ qué ha ocurrido? -le pre¬guntó.

Tuvo que transcurrir un buen rato hasta que la muchacha pudo articular palabra. Inge contó entonces a su madre lo que había oído y observado en la consulta del médico judío.
Cuando termino, la madre inclinó la cabeza avergonzada:

-Inge, no tenía que haberte enviado a un médico judío. Cuando ya te habías ido estuve reflexionando y me sentí intranquila. Te habría hecho regresar a casa. Tuve el presentimiento de que acaso ruvieras razón.

La madre rompió en sollozos, pero ocultó su cara para que su hija no viese que lloraba.
Inge se había serenado, y de nuevo volvió a ser la chica risuena de siempre.

-Madre, siempre has sido muy buena conmigo, y te lo agradezco. Pero ahora te pediría algo: no digas nada más contra la BDM...

La madre se lo prometió:

-Sé lo que quieres decirme, hija mía. Te lo prometo. Reconozco que los mayores tenemos mucho que aprender de vosotros, los chicos.

Inge asintió.

-Tienes razón, madre. Nosotras, las chicas de la BDM, sabemos lo que queremos, aunque vosotros no acabéis de entendernos. Madre, tú me has ensenado muchos refranes y ahora quiero enseñarte yo uno.

Lentamente, subrayando las palabras, Inge le recitó a su madre:

-"El demonio ha enviado a nuestro país a los médicos judíos para que, como diablos que son, violen a la mujer alemana y su honor. El pueblo alemán desaparecerá si no encuentra el medio de dar a la salud un sentido alemán, encomendandosela a médicos alemanes. "
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Tras los cristales de sus gafas brillaban dos ojos de asesino y sus carnosos labios esbozaban una mueca.

UN SALUDO.

Mar Dic 05, 2006 10:22 am

Sobre el libro ilustrado de Der Giftpilz y más concretamente sobre la historia del médico judío quisiera hacer un apunte.
Sería interesante saber que efecto producía la lectura de la propaganda nacionalsocialista en la mente de los niños y niñas de Alemania, que ya a los diez años ingresaban en la Jungvolk y Jungmädel respectivamente, y a partir de entonces debían asimilar las doctrina del régimen.
Leyendo el libro Los niños de Hitler, de Guido Knopp, he encontrado un ejemplo muy interesante, y hace referencia en concreto al cuento de Der Giftpilz.

Cito textualmente:
Gudrun Paysewang recuerda otro capítulo de este libelo difamatorio: "Hay una historia del Giftpilz de la cual no me liberé durante toda mi juventud: Una chica era enviada al dentista por su madre. Estaba sentada en la sala de espera junto a otra chica y esa otra chica fue llamada por el médico. Éste tenía, naturalmente, cara de judío, con la nariz curvada, labios colgantes y sacos lagrimales. La segunda chica, que estaba sentada sola en la sala de espera, de repente escuchó un grito en la sala de curas: '¡Oh no, señor doctor, no, por favor!'. Luego hubo un silencio. Entonces salió el médico y quiso hacerla pasar. Pero la chica huyó. De niña, no podía dejar de pensar que demonios habría hecho el judío en la habitación con la chica. Esto, por supuesto, estimulaba enormemente mi fantasía."

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La historia perteneciente a Der Gilftpilz anteriormente citada.

Fuente: Los niños de Hitler, de Guido Knopp.

Saludos

El fin de la historia de Herrn Streicher

Lun Oct 29, 2007 6:13 am

El señor Streicher tuvo algunos problemillas para explicar sus actuaciones. Al parecer lo encontraron que era culpable de hechos graves (él decía que no) y le pasaron cosas.

En la foto lo vemos en dificultades:


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Salu - 2

Re: Der Giftpilz, de Julius Streicher

Jue Abr 08, 2010 2:13 am

No se puede creer esto,es repugnante,hoy lo vemos y nos damos cuenta que es todo una mentira pero en esa epoca eso era como blancanieves un cuento,que leian todos.

Saludos

Re: Der Giftpilz, de Julius Streicher

Sab Abr 10, 2010 5:28 am

Realmente estas cosas son impresionantes, que loco estaba el mundo, va en realidad lo sigue estando :? , sigue habiendo estos tipos de discrimanciones. Pero por el lado historicos es realmente interesante , como desde pequeños se fomentaba estos actos antisemitas.
Buen material.-

Re: Der Giftpilz, de Julius Streicher

Vie Nov 25, 2011 10:38 pm

¿Se podrían arreglar las imágenes? Por favor.

Re: Der Giftpilz, de Julius Streicher

Vie Nov 25, 2011 11:24 pm

Ya está arreglado.
El servidor donde se alojaban estas imágenes y un montón más lemantablemente desapareció.

Saludos

Re: Der Giftpilz, de Julius Streicher

Jue Dic 01, 2011 10:31 pm

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS! Buenísimo aporte.
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