Switch to full style
Archivos, documentos, tratados, discursos...
Escribir comentarios

Re: Las hojas de la Rosa Blanca

Lun Sep 06, 2010 12:45 pm

Buenos aportes Paradise.
Sin duda una historia dramática.
Te saludo.

Re: Las hojas de la Rosa Blanca

Lun Sep 06, 2010 2:42 pm

Unos documentos impresionantes, tanto los primeros (que aún he leido hoy) como éstos últimos que has posteado, ParadiseLost. Muchas gracias por la molestia de traducirlos y traernoslos hasta el foro, que seguro que lleva su tiempo :wink:

Un saludo!

Re: Las hojas de la Rosa Blanca

Lun Sep 06, 2010 11:02 pm

Gracias a los dos.
Pues sí, lleva unas cuantas horas... :wink:
Lo más interesante del libro de Inge Scholl, hermana de Sophie Scholl, es que en él aparecen los testimonios de los abogados defensores de los procesados, del pastor que estuvo hasta los últimos meomentos con los hermanos Scholl y que presenció su ejecución, y muchas cosas más...
Con tiempo y una caña...

Saludos

Re: Las hojas de la Rosa Blanca

Mié Sep 08, 2010 2:57 am

Hola a todos.
Os dejo un nuevo documento que hace referencia a La Rosa Blanca.
En este caso se trata de uno redactacado por el Nationalkomitees Freies Deutschland, aunque tiene un par de fallos en su redacción que luego comento:

Octavilla del Nationalkomitees Freies Deutschland
Una organización de soldados alemanes
prisioneros de guerra en Rusia


Bajad las banderas sobre las recientes tumbas de los luchadores alemanes por la libertad.
Hace poco nos llegó la horrible noticia de que en Munich, a finales de febrero, se había ejecutado a tres jóvenes alemanes, los hermanos Hans y Sophie Scholl y Cristoph Probst.
Los tres pertenecían a los valientes y puros representantes de la juventud alemana, que ya no querían presenciar más, en humildad obstinada, el horrible sufrimiento de su patria.
Eran universitarios de la Universidad de Munich, Hans Scholl había llegado hacía pocos meses del Frente Oriental de sus prácticas. Había sido un soldado valiente y poseedor de una condecoración por sus heridas y de una Cruz de Hierro de segunda clase y de la Medalla a la campaña de invierno en el Este (1).
Guiados por Hans Scholl, los estudiantes de Munich enarbolaron la bandera de la libertad públicamente. Difundieron octavillas y organizaron impresionantes manifestaciones (2) contra la GESTAPO –terror y engaños masivos–
contra la movilización total, que significaba la total debilitación del pueblo alemán– contra los vividores lejos del frente de las SS, SA y el caciquismo de Hitler–
contra los belicistas y los partidarios de alargar la guerra, que en insaciable afán de lucro o en obstinada y fanática lealtad a Hitler dejaron desangrarse a millones de hombres alemanes–
contra todo el regimiento de Hitler, ansioso de su hegemonía mundial y de la esclavización de los pueblos, que ha causado desmedidos sufrimientos por la guerra total, los ataques aéreos masivos, ruina y miseria a Alemania–
contra el estafador del pueblo y el descabellado comandante en jefe Hitler, que mediante su aventurera política de conquistas, campaña de difamación racial y sangrienta modo de aterrorizar las zonas ocupadas, provocó el odio del pueblo contra Alemania, que arruinó y descompuso a las familias alemanas, a los campesinos alemanes y a la clase media alemana, que dejó inundar Alemania con extranjeros y que socavó y desmoralizó la base de la existencia y del desarrollo de la nación alemana.
Así decían los lemas de las manifestaciones juveniles en Munich en febrero de 1943.
Esas manifestaciones fueron disueltas por las SS, varios estudiantes fueron detenidos, brutalmente maltratados y llevados ante un consejo de guerra. (3)
Se le acusa de ser "parásitos del pueblo" y "comunistas".
"Yo no soy comunista, soy alemán" dijo ante el tribunal Hans Scholl.
Y como alemán, como soldado del frente, como un hombre que se preocupó por el destino de su patria y de su pueblo, hizo frente el valiente, temerario luchador de la libertad a su juez.
"¡Podréis ejecutarme, pero llegará el día en que vosotros seréis los juzgados, el pueblo la patria alemana os juzgará!"
La guillotina del verdugo de Hitler silbó tres veces y tres jóvenes cabezas rodaron desde el tajo.
Tres héroes murieron, pero su espíritu, su amor y su odio, su lucha por la paz y la libertad de Alemania viven todavía en los corazones de cientos de miles y de millones de jóvenes alemanes...
¡La gloria de los valientes permanece inmortal!
Ulm, la ciudad natal de los hermanos Scholl, y Munich, su lucha, y lugar de muerte, inaugurarán algún día un monumento a sus héroes en gratitud y profundo respeto.
"¡Alemania confía en su juventud!"
dijo en su último discurso Scholl.
"Igual que en la Guerra de Liberación 1813-1814, debe ahora también la juventud alemana salvar a su patria de la vergüenza, de la miseria y de la explotación bélica de un infame tirano" [...]
¡Jóvenes alemanes con guerreras!
Atended a la llamada de los héroes de la libertad desde el lejano Munich.
Mediante ella os habla vuestra desgraciada patria.
Los enemigos más terribles para Alemania están detrás vuestro, os capitanean y os acosan en una lucha suicida y funesta.
¡Distinguid la verdad, reconoced al verdadero enemigo! Sólo vosotros podéis salvar al pueblo y a la patria de la ruina y de la miseria.
¡Oficiales y soldados!
No os dejéis guiar más por falsos lemas, sino por vuestra propia razón, conciencia y amor a la patria.
¡Por una Alemania libre y en paz!
¡Por la conservación y bienestar del pueblo alemán, de las familias alemanas!
Luchad contra la guerra de Hitler y el terror de Himmler.
¡Luchad contra las ganacias bélicas de Göring y Krupp y contra las mentiras de Goebbels y Ley!
¡Luchad contra el odio del pueblo y la guerra total!
¡Acabad con la guerra! ¡Derribad a Hitler!
¡Despierta juventud alemana!


(1) Hans Scholl no poseía tal condecoración.
(2) Los miembros de la Rosa Blanca no organizaron ese tipo de manifestaciones.
(3) Se refiere a la revuelta que se originó después del discurso del Gauleiter Gießler en la Univesidad de Munich, ya comentado en el mensaje anterior.

Fuente:
Inge Scholl: die Weiße Rose, Fischer Verlag
Traducción:
Paradise Lost


Saludos

Re: Las hojas de la Rosa Blanca

Mié Jun 01, 2011 6:40 am

Excelente post, es interesante poder tener a mano las traducciones de los panfletos publicados por La Rosa Blanca y el acta del juicio, ellos fueron parte de la historia de la resistencia alemana contra el nazismo.

Re: Las hojas de la Rosa Blanca

Mar Dic 06, 2011 3:40 am

Hola a todos.
Para completar la información de las otavillas de La Rosa Blanca, os dejo las declaraciones de algunos de los testimonios directamente implicados en el proceso a los miembros del grupo de la resistencia de Munich.
Este primero pertenece al abogado Dr. Siegfrief Deisinger, defensor de Alexander Schmorell.
Me ha parecido muy interesante su lectura, sobre todo por la aparición de los tres oficiales de las SS durante la ejecución de Alexander Schmorell. Todos estos testimonios aparecen en un librito titulado Die Weiße Rose, de Inge Scholl, hermana de Sophie Scholl.

Imagen
Fuente: http://antinaziresistanceorganizations. ... chive.html
Alexander Schmorell, izquierda, junto a Hans Scholl, derecha, con el uniforme del Heer.


Abogado Dr. Siegfried Deisinger, Munich
Defensor de Alexander Schmorell


Cuando visité a Alexander Schmorell, el día de su muerte, el 13 de julio de 1943 por la tarde, para acompañarle en sus últimos momentos, encontré en la celda a un hombre, que justo antes había recibido el último consuelo de su religión y que había arrojado todo lo terrenal lejos de sí. Inolvidables para mí fueron sus palabras, que casi alegremente me dijo: “Estará sorprendido, al encontrarme tan tranquilo en esta hora. Pero puedo decirle que si usted me trajera la noticia de que otro, por ejemplo el guardia que me ha vigilado debiera morir en vez de yo, sin embargo yo escogería la muerte. Porque estoy convencido de que mi vida, tan pronto como pudiera aparecer, debe finalizar en esta hora, ya que con mis actos he cumplido los deberes de mi vida. No sabría, que tendría aun que hacer en este mundo, también si ahora fuera liberado.”
...
Y entonces llegó el momento, en el que yo, como defensor, tuve que abandonar la celda, ya que la hora suprema se acercaba y los últimos preparativos para la ejecución de la sentencia comenzaban. Fuerte y valiente Alexander Schmorell se despidió de mi. Su último saludo fue para su familia. En sus palabras se notaba el fuerte amor de hermano e hijo del que estaba lleno.
Me dirigí a la sala de la comisión de la prisión, donde la comisión del tribunal solía reunirse antes de la ejecución de la sentencia. La hora de la ejecución se fijó a las 17:00. Aproximadamente un cuarto de hora antes aparecieron ante la sorpresa general tres oficiales de las SS, uno con el rango de Teniente Coronel y otro de Comandante, y presentaron la autorización escrita del fiscal general y de la Gestapo, para poder presenciar la ejecución de la sentencia por su propia solicitud. Esa autorización era una excepción especial, ya que en una ejecución estaba estrictamente prohibida la presencia de terceras personas, incluso de los funcionarios de prisiones. No olvidaré el tema de la conversación que esos oficiales de las SS llevaron con el médico de prisiones, perteneciente a la comisión del tribunal. Conversaron sobre el momento de la muerte en una ejecución con horca y sobre la posibilidad, de hacer que ese momento llegara antes o después. Aparentemente esperaban, que también ese día la ejecución con la horca se efectuase e interiormente se decepcionaron, cuando presenciaron que ese no fue el caso. Típico fue también, que la ejecución de la sentencia se retrasara expresamente algún tiempo, porque el director de prisiones estimaba antes necesario, dar un discurso en la sala de la ejecución junto con el verdugo a los tres oficiales de las SS sobre la antigüedad, cunado se utilizó y el modo de empleo de la máquina de ejecución. Fueron para mí unos minutos horribles. Por un lado el idealismo y la grandeza moral de la vida de una persona joven que en breves momentos moriría por ellos, y por el otro lado, la codicia lasciva de una infrahumanidad a la vista de un homicidio de una víctima indefensa.
Y entonces Alexander Schmorell dio sus últimos pasos. Fuerte y alto resonó su “Sí” en la sorda sala de ejecución, cuando el fiscal en funciones le preguntó, si él era Alexander Schmorell. Rápidamente me lanzó una última mirada a modo de saludo y pocos segundos después Alexander Schmorell dejó de existir.
Profundamente conmovido abandoné la sala. Cuando volví al corredor de la prisión pasé por la celda del profesor Dr. Huber. Era la siguiente víctima que debía ser llevada ante el poder de Hitler. Fue sacado de su celda después de haber gritado alto al clérigo de la prisión un saludo de esperanza por un reencuentro en otro y mejor mundo. El clérigo se dirigió al ventana del corredor, desde la cual se podía ver el pequeño edificio de enfrente, en el que estaba la sala de ejecuciones. Poco después resonó un golpe sordo. También el Profesor Dr. Huber había sacrificado su vida por la libertad. El clérigo de la prisión hizo la señal de la cruz en dirección a la habitación de la ejecución. Entonces intercambiamos callados un apretón de manos y abandoné aquella horrible casa del horror, para comunicar a los padres de Alexander Schmorell la muerte de su hijo.


Fuente:
Inge Scholl: die Weiße Rose, Fischer Verlag
Traducción:
Paradise Lost


Saludos
Escribir comentarios