Propuesta de Unión franco-británica (1940)
En este momento sumamente fatal de la historia del mundo moderno, los Gobiernos del Reino Unido y de la República francesa hacen esta declaración de unión indisoluble e inflexible resolución en la defensa común de la justicia y la libertad contra el sometimiento a un sistema que reduce la Humanidad a una vida de robots y esclavos.
Los dos Gobiernos declaran que Francia y Gran Bretaña no serán en adelante ya dos naciones, sino una Unión franco-británica.
La constitución de la Unión instituirá organismos comunes para la defensa, la política exterior, la hacienda y la economía.
Todo ciudadano francés gozará inmediatamente de la ciudadanía británica; todo súbdito británico se convertirá en ciudadano francés.
Los dos países compartirán la responsabilidad de la reparación de los daños de la guerra, dondequiera que se produzcan en sus territorios, y los recursos de ambos, puestos en común, se aplicarán por igual a este fin.
Durante la guerra, habrá un solo gabinete de Guerra, y todas las fuerzas de Gran Bretaña y de Francia, en tierra, mar y aire, se pondrán bajo su dirección. Gobernará desde el lugar donde mejor pueda hacerlo. Los dos Parlamentos quedarán formal mente asociados. Las naciones del Imperio británico están formando ya nuevos ejércitos. Francia mantendrá las fuerzas adecuadas en tierra, mar y aire. La Unión hace un llamamiento a los Estados Unidos para que fortalezcan los recursos económicos de los Aliados y presten su poderosa ayuda material a la causa común.
La Unión concentrará toda su energía contra el poder del enemigo, dondequiera que la batalla pueda darse. Y así venceremos.
Propuesta redactada por Jean Monnet
con la colaboración de consejeros británicos, entre ellos John Maynard Keynes
16 de junio de 1940