Después de mucho rebuscar y estar a punto de rendirme, pero hoy no tocaba, he dado con las actas del Comite del Congreso de los Estados Unidos que analizó el ataque a Pearl Harbor. El Comité finalizó sus investigaciones y análisis en 1947 y sus conclusiones no tienen desperdicio.
Como es un tocho importante he decidido trasncribiros (con los posibles errores de gramática pero uno no da pa más) la parte de conclusiones militares. Aún así es largo y lo pondré en varios posts; y perdonadme que me falte un poco pero estoy que palmo de sueño y mañana lo acabaré.
La referencia original podeis encontrarla en:
ftp://ftp.purdue.edu/pub/Liberal-Arts/H ... /congress/
Saludos.
Ahi va el primer fascículo...
ATAQUE A PEARL HARBOR.
ASPECTOS MILITARES DEL DESASTRE DE PEARL HARBOR.
Durante el año 1941 la Flota del Pacífico de los Estados Unidos estuvo basada en Pearl Harbor, en la
isla hawaiana de Oahu. Había sido enviada al área de Hawaii para ejercicios en la primavera de 1940.
El retorno previsto a su base habitual en la Costa Oeste fue retrasado progresivamente. De esos
retrasos se torna evidente la decisión del Presidente de mantener la flota en el Área de Hawaii para
disuadir a Japón de continuar sus agresiones en el Extremo Oriente. El Comandante en Jefe de la
Flota, Almirante J. O. Richardson, protestó la decisión con un vigor que supuso su relevo en el
mando. El Almirante creia la preparación adecuada de los hombres y unidades de la Flota para
operaciones de guerra serían mucho más disuasorios que la presencia en Hawaii, cuyas instalaciones y
eficiencia eran muy inferiores a las existentes en la Costa Oeste. Richardson fue sucedido en el
mando por el almirante H. E. Kimmel en febrero de 1941. El nombramiento de Kimmel fue debido a su
hoja de servicios como oficial competente y no hubo ningún tipo de favoritismo político o de ningún
otro tipo en ello. En esos momentos el establecimiento de la Flota en Hawaii era un hecho. Pearl
Harbor era el único puerto disponible en el área de Hawaii que ofreciera seguridad. Sin embargo se
trataba de una base extremadamente deficiente. Su posición expuesta hacía practicamente imposibles
los movimientos de ocultación de la Flota, en un área plagada de informadores japoneses. El
equipamiento del Ejército para las defensas antiaéreas era escaso. Las fuerzas de defensa del
Ejército y la Marina no disponían de aviones de patrulla de larga distancia para efectuar
reconocimientos adecuados, incluso aunque se hubieran tenido en cuenta los aviones de patrulla de la
Flota.
Bajo esas circunstancias la posición de la Flota en el área de Hawaii era inherentemente
insostenible y peligrosa. La Flota sacrificaría su preparación bélica y su potencial movilidad si
concentraba sus recursos en defender su propia base. Yendo aún más lejos, con sólo cuatro buques
tanque disponibles para repostaje en el mar, muchos de los barcos de la Flota debían regresar a
Pearl Harbor para el suministro, por no mencionar el mantenimiento y reparaciones, y el necesario
descanso de las tripulaciones. Una vez estacionados en puerto, con un único canal de salida, los
barcos eran un blanco perfecto para cualquier ataque aéreo lanzado desde portaaviones. La severidad
del ataque podría ser mitigada, pero los daños a los barcos en puerto eran imposibles de evitar.
Prevenir que una fuerza de portaaviones hostil lanzara su agresión pasaba por su localización y
ataque previos. Su descubrimento, sin tener en cuenta el fruto de la suerte, requeriría un
reconocimiento aéreo de un radio de 800 millas desde Ohau. La Flota no dispuso en ningún momento de
los aviones de patrulla suficientes como para llevar a cabo dicho reconocimiento. La flota japonesa
que atacó Ohau el 7 de Diciembre de 1941 estaba compuesta de seis portaaviones. La Flota del
Pacífico disponía de tres, uno de los cuales se encontraba en la Costa Oeste para tareas de
reparación, dejando tan sólo dos como disponibles para un probable combate naval. Dicho combate
naval se habría librado en condiciones de ventaja para Japón.
Aunque la flota había sido desplazada por el Presidente al área de Hawaii en 1940, como una ayuda a
la diplomacia de disuasión con Japón, su fuerza estaba claramente reducida en abril y mayo de 1941.
En ese momento un portaaviones, dos acorazados, cuatro cruceros y 18 destructores habían sido
destinados a la Flota del Atlántico...
El Presidente ordenó al Jefe de Operaciones Navales consultar al Estado Mayor Británico sobre esta
transferencia de efectivos. La respuesta fue -que la consecuente reducción en la Flota del Pacífico
de los Estados Unidos no animaría en exceso a Japón- (carta del Almirante Danckwerts al Almirante
Turner, 28-4-1941), y el traslado se llevó a cabo. No se tuvo en cuenta la opinión del Comandante de
la Flota del Pacífico. El Jefe de Operaciones Navales escribió al Comandante que -se lo estoy
comunicando, no discutiendo con usted- (Carta del Almirante Stark al Almirante Kimmel, 19-4-1941).
La misión principal asignada a la Flota del Pacífico, según los planes en vigor, era la realización
de ataques en las Islas Marshall, como parte del plan para desviar la fuerza japonesa de la llamada
Barrera Malaya. Ningún plan de los Estados Unidos en 1941 contemplaba que la Flota del Pacífico
pudiera ir al rescate de las Filipinas, o resistir los ataques de una fuerza naval japonesa sobre
las Filipinas. La Flota del Pacífico era tan inferior a la Armada Japonesa en todas las categorias
de buques de guerra que cualquier misión como esas se consideraría un suicidio. La opinión pública
americana estaba engañada en 1941 respecto del potencial de la Flota del Pacífico, debido a los
irresponsables discursos de las autoridades. Ese no era el caso de Japón. Sus agentes consulares en
las Islas Hawaii tan solo necesitaban de sus propios ojos, y tal vez unos prismáticos, para apreciar
la fortaleza real de nuestra Flota.