Switch to full style
Relatos, entrevistas...
Escribir comentarios

Entrevista a Hermann Goering

Vie Dic 22, 2006 10:50 am

Muy buenas.

Os dejo está traducción de una entrevista realizada a Goering durante su encarcelamiento en Nuremberg. Merece la pena en muchos aspectos, os la recomiendo. Y ni imágenes ni nada, a veces las palabras hablan por si solas.

Saludos.
---------------------------------------------------------------------------------

La Entrevista Olvidada con Hermann Goering: Las Revelaciones del Reichmarschall.

Una entrevista con Hermann Goering largo tiempo pasada por alto durante su estancia en prisión, proporciona una visión sobre las erróneas decisiones de Hitler y explica porque el proyecto alemán de victoria dependía de mantener a América fuera de la guerra.

Editada por Gilberto Villahermosa.

Su oronda figura y sus extravagantes costumbres, hicieron del mariscal Hermann Goering el personaje más apreciado por los caricaturistas aliados. Incluso cuando sus ciudades estaban siendo reducidas a escombros por los bombardeos los alemanes se referían al jefe de la Luftwaffe como Der Dicke (El Gordo). Más de 60 años después persiste esa percepción del mariscal; pero se trata sólo de la mitad de la historia.

Sus a veces cómicas palabras, actuaciones y sentido de la elegancia no deben hacernos olvidar que Goering fue un héroe de guerra condecorado con la cruz Pour le Merite durante la I Guerra Mundial, y una figura de alta importancia en la jerarquía del partido nazi. Su participación clave en grandes sucesos hacen a Goering merecedor de un cuidadoso estudio incluso en la actualidad.

El 8 de Mayo de 1945, vistiendo su uniforme de mariscal de la Luftwaffe, Goering se rindió a los norteamericanos. Confiando en ser tratado como el emisario de un pais derrotado, Goering se sorprendió cuando sus medallas y bastón de mariscal le fueron retirados sin contemplaciones y fue encerrado en el Campo de Prisioneros 32, conocido por los reclusos como "El Cubo de Basura".

Fue allí cuando, el 25 de Julio de 1945, el antiguo heredero de Hitler fue entrevistado por el mayor Kenneth W. Hechler, de la División de Historia Europea del Ejército USA, haciendo las tareas de traductor el capitán Herbert R. Sensenig. La entrevista, olvidada durante más de 60 años, proporciona una visión directa sobre algunas de las opciones estratégicas consideradas por los nazis al principio de la guerra, su opinión sobre la supuesta amenaza de los Estados Unidos y la Unión Soviética, y como dichas ideas influyeron en la estrategia a seguir.

Hechler: ¿Cuál era la estimación por parte de Alemania del potencial de guerra americano? ¿Esperaba Alemania haber terminado sus campañas en Europa antes de que los Estados Unidos fueran lo suficientemente fuertes como para intervenir en la guerra?

Goering: Ya que parecía que el problema debería decidirse mediante la guerra le dije a Hitler "considero imprescindible impedir que América nos declare la guerra". Estaba seguro de que el potencial económico y técnico de los Estados Unidos era inusualmente grande, particularmente en sus fuerzas aéreas. Aunque por aquel entonces los avances tecnológicos en ese sentido no habían podido implementarse tanto como se había esperado, y la producción de aviones era importante pero no demasiado alta. Siempre le dije a Hitler que sería comparativamente modificar las fábricas para apoyar la industria de guerra. Particularmente la potente industria del automóvil. Pero Hitler era de la opinión de que America no intervendría debido a su amarga experiencia durante la I Guerra Mundial.

Hechler: ¿Qué experiencia? ¿La pérdida de vidas?

Goering: Hitler creía que los Estados Unidos ayudaron a todo el mundo, y no recibieron nada a cambio. Las cosas no habían salido como los Estados Unidos habían planeado. Los 14 Puntos de Wilson no habían sido tenidos en cuenta. Hitler también pensaba que era muy difícil enviar un ejército a Europa y mantenerlo aprovisionado.

Hechler: ¿Qué opinión tenía usted sobre nuestro potencial?

Goering: Aunque, personalmente, mi opinión era que los Estados Unidos podían poner en marcha una fuerza aérea más rápido que un ejército, constantemente avisaba sobre las posibilidades de los Estados Unidos, debido a sus avances tecnológicos y recursos económicos.

Hechler: ¿Si creía que los Estados Unidos podían volverse tan poderosos, como encajaba eso con sus planes para continuar la guerra?

Goering: El factor decisivo en 1938 era la teoría de que le llevaría varios años a los Estados Unidos el estar preparados para la guerra. Su capacidad de transporte marítimo por aquel entonces no era demasiado grande. Yo quería que Hitler terminara la guerra en Europa tan rápido como fuera posible, y que evitara enfrentarse a Rusia. Sin embargo había opiniones divididas respecto de cuan rápido podía prepararse América para la guerra a gran escala.

Hechler: ¿Cuáles eran esas opiniones? ¿Qué pensaban los demás?

Goering: Desconozco los puntos de vista de otras personas influyentes. No puedo decir que otros aconsejaran algo diferente.

Hechler: ¿Cual era la opinion del OKW y del OKH?

Goering: No sé la opinión del OKW o el OKH. Yo solía decir a Hitler que todo dependía de no permitiéramos a los Estados Unidos volver de nuevo a Europa. Durante la Campaña de Polonia ya dije que debíamos evitar esa posibilidad. En 1941 el asunto se convirtió en una realidad, y la opinión general fue que era mejor soportar incidentes desgraciados con los Estados Unidos y esforzarse por mantenerlos fuera del conflicto, que permitir un deterioro en las relaciones mutuas. Ese era nuestro esfuerzo constante.

Hechler: ¿Exactamente qué fue lo que le convenció de que Roosevelt se estaba preparando para la guerra?

Goering: Un gran número de detalles. Todo se había publicado en un Libro Blanco (una valoración de inteligencia). No sé si se publicó el texto entero o eran sólo extractos, pero produjo una profunda impresión.

Hechler: ¿Esperaba Alemania terminar su campaña en Europa de modo victorioso antes de que hubiéramos podido incrementar nuestro potencial de forma suficiente como para intervenir?

Goering: Hitler creía que habría podido resolver la situación hasta un punto que habría supuesto una gran dificultad para los Estados Unidos el considerar la invasión o la intervención.

Hechler: En Diciembre de 1941 ¿Cuál era la estimación de Alemania sobre nuestra capacidad de construcción naval, habría podido influir en la campaña en Europa?

Goering: Nuestra opinión era que su capacidad era de una gran magnitud. Roosevelt habló de "puentes de barcos" sobre el Atlántico y un "constante tráfico de aviones". Le creíamos totalmente y estábamos convencidos de que era cierto. Esta opinión también se basaba en observadores en los Estados Unidos. Estábamos seguros de su potencial. Por otra parte, la tasa de producción de sus astilleros, por ejemplo, el programa de Henry Kaiser, nos sorprendió y preocupó. Minimizamos en exceso los aparentes éxitos de los que se alardeaban. Los llamábamos ataúdes flotantes, Kaisersarge, que podían hundirse con un solo torpedo. Aunque tomábamos en serio sus cifras de producción creíamos que estaban exageradas. Sin embargo los Estados Unidos disponían de toda la materia prima necesaria, excepto el caucho, y técnicos expertos, por lo que nuestros ingenieros podían estimar su producción de forma muy cercana a la real.
En un principio no podíamos creer la velocidad a la que su Marina Mercante estaba creciendo. Las cifras de 8 a 10 días para tener listo un barco nos parecían fantasías. Incluso cuando nos dimos cuenta de que se referían al ensamblaje de piezas prefabricadas seguimos pensando que 10 días era algo impensable. Nuestros astilleros tenían experiencia y el trabajo era meticuloso, pero muy lento, preocupantemente lento en comparación. Nos costaba 9 meses construir un buque del tipo "Danube".


Hechler: ¿Por qué declaró Alemania la guerra a los Estados Unidos?

Goering: Me quedé asombrado cuando sucedió eso. Habríamos preferido soportar incidentes aislados. Estaba claro que si Roosevelt era reelegido los Estados Unidos irían inevitablemente a la guerra contra nosotros. Esta opinión era fuertemente defendida principalmente por Hitler. Después de Pearl Harbor, aunque nuestro tratado con Japón no nos obligaba a ir en su ayuda ya que habían sido ellos los agresores, Hitler dijo que nos encontrábamos de hecho en guerra, con barcos que habían sido hundidos y atacados, y que debíamos aliviar a Japón. Por este motivo se dio un paso del que siempre nos arrepentiríamos. Era innecesario para nosotros aceptar la responsabilidad del primer ataque. Por ese mismo motivo habíamos sido el blanco de toda la propaganda cuando en 1914 atacamos cuando sabíamos que en 48 horas Rusia nos atacaría. Creo que Hitler estaba convencido de que, como consecuencia del ataque de Japón, los Estados Unidos desplazarían todo su potencial al Extremo Oriente, y no constituiría un peligro para Alemania. Aunque nunca lo dijo con palabras, fue quizás frustrante para él que la fuerza principal de los Estados Unidos se volviera contra Europa.

Hechler: ¿Qué opinaba Hitler en 1939-41, cuando la campaña antibelicista en los Estados Unidos era tan fuerte?

Goering: Hitler hablaba mucho sobre ello. Esa gente, los aislacionistas, pensaba, tenían una gran influencia, pero sus impresiones venían de la prensa de América y algunos observadores, que calificaban a Roosevelt de militarista. Después de las elecciones de 1940 nos dimos cuenta de que los aislacionistas no evitarían que los Estados Unidos entraran en la guerra.

Hechler: Pero el rival de Roosevelt, Wendell Willkie, no era un aislacionista.

Goering: Cuando leimos los discursos de Willkie antes de las elecciones estaba claro que si hubiera sido elegido el curso de los acontecimientos habría sido el mismo. Después de las elecciones fue cuando atribuimos poca importancia a los aislacionistas en los Estados Unidos. Hitler decía que no eran lo suficientemente fuertes. Roosevelt declaró antes de las elecciones que las tropas americanas no abandonarían el país, y sólo serían usadas para repeler una posible invasión. Estabamos seguros de que era más para atraerse a la gente de sentimiento antibelicista que para dar a entender un decisivo cambio de actitud. Cuando Sumner Welles visitó Europa en 1940, creíamos que los Estados Unidos querían todavía permanecer fuera de la guerra y que la visita de Welles podría ser un intento de preservar la paz. Justo antes habíamos encontrado en Polonia el diario del Conde Potofsky, que indicaba claramente que Roosevelt se estaba preparando para la guerra. El viaje de Welles podría haber sido un posible signo de que los Estados Unidos se inclinaban por una resolución pacífica de los problemas.

Nota del Editor: El industrial americano Wendell Willkie fue una figura influyente en la política americana durante la guerra. Compitió por la presidencia en 1940, oponiéndose al New Deal de Roosevelt, pero apoyando su política exterior. Consiguió 22 millones de votos contra los 27 millones de Roosevelt.
Sumner Welles era un diplomático americano. En la primavera de 1940, antes de la invasión de Francia, Roosevelt le envió a visitar a los líderes europeos para intentar mantener la paz. Jacob Potofsky era el embajador polaco en los Estados Unidos, y se entrevistó en varias ocasiones con Roosevelt, Cordell Hull y otros miembros del gobierno. Según parece conocía el contenido de las cartas de Roosevelt a Churchill que fueron remitidas antes de que este último fuera nombrado Primer Ministro.

Hechler: A pesar de una correcta estimación de nuestro potencial, ¿de que manera pensaban salir victoriosos de una guerra contra nosotros?

Goering: Habíamos estimado muy bien la capacidad de su Fuerza Aérea. Los mejores motores se producían en los Estados Unidos. Solíamos estudiarlos y trabajar en ellos, y comprábamos todos los que podíamos, de todo tipo. Desde el final de la última guerra, Alemania había perdido terreno en el aire, mientras que la aviación comercial en su pais se encontraba muy por delante de nosotros. Pero al principio no habíamos valorado lo suficiente la posibilidad de bombardeos diurnos, nuestros cazas no podían arreglárselas con eso. Cuando fuéramos capaces de defendernos se produciría una leve pausa, y entonces ustedes enviarían cazas de escolta. La Fortaleza Volante, por ejemplo, era mucho mejor de lo que podíamos haber anticipado. Nuestra estimación fue incorrecta.

Hechler: Con más motivo. Sigo sin entender por qué querían ir a la guerra contra nosotros.

Goering: La guerra ya existía de hecho, era sólo una cuestión formal. Nuestra declaración de guerra fue realizada tan sólo en términos de propaganda. Habríamos sido capaces de las mayores concesiones con tal de evitarla, ya que un conflicto como ese sería para nosotros una carga imposible de mantener. Pero estábamos convencidos de que no había forma de evitar la guerra. Incluso aunque ustedes hubieran transportado montañas de material a Inglaterra no habríamos declarado la guerra, ya que Inglaterra por si sola era incapaz de poner en marcha una invasión de Europa, no sin la participación activa de los Estados Unidos.

Hechler: Sobre nuestra propaganda de un segundo frente en 1943. ¿Esperaba realmente el Alto Mando Alemán que invadiríamos Europa en 1942-43?

Goering: En términos generales nadie lo creía. Por el contrario, esperábamos que antes los rusos estarían descontentos con ustedes y firmarían una paz de compromiso con Alemania. Los rusos se quejaban continuamente de que el segundo frente no había sido abierto según lo esperado. Conocíamos con precisión qué cantidad de fuerzas se hallaban en Inglaterra; sabíamos de todas y cada una de las unidades americanas allí y podíamos estimar con exactitud sus fuerzas, y sabíamos que no eran suficientes para una invasión.

Hechler: ¿Cuál fue su valoración del intento de desembarco en Dieppe?

Goering: Nunca supimos si Dieppe había sido un ensayo de desembarco, un intento de asegurar una cabeza de playa por sorpresa o un gesto hacia los rusos de que, al final, se estaba haciendo algo.

Hechler: ¿Se realizaron cambios en los planes de defensa, ordenados por usted o por cualquier otro, como resultado de Dieppe?

Goering: Sólo cambios menores. Ordenamos que la principal línea de defensa se situara justo en la orilla. Eso fue algo aprendido a raiz de la experiencia de Dieppe.

Hechler: ¿Tuvo conocimiento por parte de algún servicio de inteligencia o información de la inminente invasión del Norte de África en Noviembre de 1942?

Goering: No. Habíamos discutido sobre la posibilidad de un ataque en la costa occidental de África, pero no pensábamos que pudieran entrar en el Mediterráneo. Cuando el gran convoy fue detectado cerca de Gibraltar supimos que una gran operación era inminente, pero el objetivo podría ser cualquier parte de África, Sicilia, Cerdeña, Córcega o Malta.

Hechler: ¿Por qué se utilizaron tan pocos aviones contra nosotros en el Norte de África?

Goering: Enviamos un par de escuadrones de refuerzo en Noviembre de 1942, y bombardeamos con éxito cerca de Túnez, en Bone y Argel, y conseguimos hundir algunos barcos. Los aviones tenían su base en Italia y no disponían de suficiente autonomía para atacar los desembarcos en la zona de Orán. No teníamos suficientes bombarderos de largo alcance. Cuando sus fuerzas comenzaron a avanzar hacia el este nuestras posibilidades aumentaron. Los Heinkel 177 sí disponían de suficiente autonomía y debían haber estado listos para 1941, pero llevó mucho tiempo perfeccionarlos y no pudimos disponer de ellos hasta principios de 1944. Me resulta terrible que existiera ese retraso, aún más teniendo en cuenta que esos modelos quedaron obsoletos muy rápidamente.

Hechler: ¿Por qué no tomaron primero Dakar?

Goering: En 1940 teníamos un plan para ocupar todo el Norte de África, desde Dakar hasta Alejandría, y las islas del Atlántico para disponer de bases de submarinos. Con ello habríamos cortado la mayoría de las líneas de suministro británicas. Al mismo tiempo habríamos podido eliminar cualquier resistencia en el Norte de África. Entonces, tomar Gibraltar y Suez habría sido sólo una cuestión de tiempo, y nada habría interferido en el Mediterráneo. Pero Hitler no quería hacer concesiones a España en Marruecos a costa de Francia. España no puso objeciones a la campaña; de hecho los españoles estaban preparados para ello.

Hechler: ¿Quién realizó el plan? ¿Dónde y cuando se decidió?

Goering: Hitler y Ribbentrop se encontraron con Franco y Serrano Suñer en Hendaya en Septiembre u Octubre de 1940. Desafortunadamente yo no estaba presente. Mussolini estaba celoso y temía que los alemanes controlaran el Mediterráneo. Pero después, en 1941, el peligro Ruso estaba en la mente de Hitler, y eso excluía cualquier otra consideración. La debilidad de nuestra flota nos impidió invadir Inglaterra, pero, antes de la guerra con Rusia podríamos haber llevado a cabo el "Plan Gibraltar" con 20 divisiones en África Occidental, 10 en el Norte de África y 20 contra el Canal de Suez, manteniendo todavía 100 divisiones en Francia. El ejército italiano al completo, que no estaba preparado para una guerra a gran escala, podría haberse destinado a fuerza de ocupación. La pérdida de Gibraltar habría inducido a Inglaterra a pedir la paz. El no llevar adelante el plan fue uno de los mayores errores de la guerra.
El plan era originalmente mío. Hitler coincidía conmigo y todo el mundo se mostraba entusiasta. La Marina también estaba a favor, ya que les habría proporcionado mejores bases. En lugar de verse limitados al Golfo de Vizcaya y Burdeos podrían haber dispuesto de bases mucho más lejos, en España y las islas del Atlántico. Si la campaña era un éxito yo, personalmente, quería atacar las Azores para asegurar las bases de submarinos allí, lo que habría hecho pedazos las líneas de suministro inglesas. El peso de la operación de Gibraltar habría sido responsabilidad de la Luftwaffe; lo habríamos hecho con paracaidistas. Era mi responsabilidad, y estaba ilusionado con la operación. La Luftwaffe tenía algunos oficiales que habían participado en la guerra en España, un año y medio antes, y conocían al pueblo y el país.
Incluso si Gibraltar no era tomada podríamos disponer de Algeciras como base de operaciones y con morteros de sitio de 800mm habríamos machacado Gibraltar y tomado la base. La Roca sólo disponía de un campo de aviación, y desprotegido. En 24 horas la RAF se habría visto forzada a abandonar El Peñón, y la habríamos destruido. Era un gran trabajo y teníamos toda la ilusión en llevarlo a cabo. Los barcos habrían sido hundidos con minas, y los dagraminas no podrían operar.


Hechler: ¿Asocia la paralización del Plan Gibraltar directamente a Hitler y su miedo a la amenaza de Rusia?

Goering: Al principio de 1941 la amenaza rusa había crecido y se consideraba un peligro muy real. Rusia estaba desplazando un gran número de tropas y realizando preparativos en la frontera. Si se hubiera alcanzado un acuerdo con Molotov en Febrero de 1941 y el peligro ruso no hubiera sido tan real podríamos haber llevado a cabo el Plan Gibraltar en la primavera de 1941.

Nota del Editor: Está claro en el libro de Hitler, Mi Lucha, que ya a principios de la década de 1930 el líder del Tercer Reich deseaba invadir Rusia para proporcionar a Alemania acceso a su espacio vital y recursos naturales. Goering estaba alimentando con estas declaraciones el miedo y la tensión de las relaciones Americano-Soviéticas, en un momento en que Stalin y el Ejército Rojo eran la mayor amenaza ideológica y militar para Europa desde el ascenso al poder de Hitler.

Hechler: ¿Era definitivamente la captura de Dakar parte de su plan?

Goering: Sí. El plan debía asegurar el Norte de África para así evitar cualquier oportunidad enemiga de penetrar en el Mediterráneo. Esa posibilidad debía ser excluida bajo cualquier circunstancia. Dakar era el extremo sudoccidental. No podríamos haber llegado mucho más al sur que Freetown, por ejemplo. Habría sido muy costoso para cualquiera atacar desde tan al sur cruzando el desierto, sin carreteras ni suministro de agua; por tanto no existía un peligro tan al sur para el Mediterráneo. También podríamos haber tomado Chipre, justo después de la conquista de Creta, y también habernos hecho con Malta con facilidad. Entonces las islas de Atlántico se habrían convertido en la protección más occidental para la costa de África. Pero el miedo a Rusia nos detuvo. Sólo disponíamos de 8 divisiones para cubrir toda la frontera rusa en esos momentos.

Nota del Editor: Es muy improbable que Alemania pudiera haber tomado Malta o Chipre después de la invasión de Creta, aunque si existían planes para la invasión de Malta. La Wehrmacht sufrió más de 6.000 bajas en sus operaciones en Creta, la mayoría de ellas paracaidistas, lo cual dejó a la Luftwaffe muy debilitada para haber realizado operaciones aerotransportadas a gran escala a corto plazo. Tampoco pudo la Lufwaffe apoyar las operaciones contra Rusia en toda la extensión que Hitler había deseado. De hecho, tras la debacle de Creta, Hitler se olvidó de este tipo de operaciones para siempre.

Hechler: El temor de Hitler hacia Rusia ¿era más militar o ideológico? ¿Temía más la expansión del comunismo o el poderío militar ruso?

Goering: Hitler tenía miedo de un ataque militar. Molotov realizó las siguientes demandas en Febrero de 1941: apoyar a Rusia en la guerra contra Finlandia hasta la ocupación total del país; invasión de Rumanía y ocupación de parte del país; consolidar la posición rusa en Bulgaria; solución a la cuestión de los Dardanelos (ninguno de nosotros queríamos ver a Rusia allí); y la cuestión de Skagerrak y Kattegat. Casí nos caemos de la silla, era increíble. Era el colmo; Molotov no sería escuchado nunca más. Alemania ni siquiera discutiría sobre esas cuestiones.
No teníamos inconveniente en que Rusia expandiera su esfera de influencia a Finlandia, pero Hitler creía que si Rusia ocupaba la totalidad del país estaría demasiado cerca de las minas de oro y hierro suecas, y del puerto noruego de Narvik, y no queríamos que los rusos fueran nuestros vecinos del norte, con tropas en Escandinavia. Además, el pueblo alemán admiraba a los valientes finlandeses. El movimiento de Rusia hacia el noroeste habría acabado por flanquear a Alemania. De igual modo, los movimientos rusos en Rumania no tenían porque ser hacia el sur, podían avanzar hacia el oeste y rodearnos por allí. Negándonos el níquel de Finlandia y el grano y petróleo de Rumania, Rusia podría habernos puesto en serios apuros económicos que nos hubieran obligado a aceptar cualquier acuerdo posterior.
En Noviembre de 1940, cuando los primeros informes alarmantes llegaron del este, Hitler dio sus primeras órdenes al OKW sobre las acciones que debían realizarse si la situación con Rusia se volvía peligrosa; y también en previsión de un eventual ataque ruso. En Marzo de 1941, Hitler comenzó a convencerse a si mismo de que un ataque preventivo contra Rusia era algo puramente práctico. Yo estaba de acuerdo en dar más concesiones a Molotov, ya que pensaba que si Rusia invadía Finlandia y Rumania las diferencias soviéticas con Gran Bretaña y los Estados Unidos se volverían insalvables. Hitler, en cambio, desconfiaba de Rusia todo el tiempo y veía en ella, con la gran cantidad de armamento producido los últimos 10 años, el gran enemigo futuro de Alemania. Él quería negarse a todas las demandas de Molotov en Febrero de 1941, mientras que los que compartían mi opinión creían que otra guerra con Finlandia y un avance ruso hacia los Dardanelos rompería las ya de por si tensas relaciones rusas con las potencias anglosajonas. A largo plazo Rusia habría acabado combatiendo contra Inglaterra, y no contra nosotros.
¿Cuáles eran las intenciones reales de Stalin? No lo sé. Si hubiéramos cedido a sus pretensiones tal vez habríamos acabado firmando un Pacto Cuatripartito, en lugar del existente Tripartito. Yo no quería atacar a Rusia. Yo quería llevar adelante el Plan Gibraltar, y tampoco quería ver mi Luftwaffe dividida en dos frentes, Oriental y Occidental. Rusia estaba adoptando finalmente una posición completamente contradictoria a los intereses de los británicos.




El 12 de Agosto de 1945, Goering llegó junto con otros líderes nazis acusados a la ciudad en ruinas de Nuremberg, y fueron encarcelados en las dependencias anexas al Palacio de Justicia.

Los juicios comenzaron el 20 de Noviembre, y Goering fue acusado de conspiración para iniciar la guerra, crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Los psiquiatras presentes en Nuremberg juzgaron que Goering tenía una personalidad valiente, decidida, brillante y astuta, siendo al mismo tiempo persuasivo, encantador, inteligente e imaginativo. Sin embargo también su personalidad estaba caracterizada por una total ausencia de discriminación moral y una falta de cualquier sentido del valor de la vida humana.

Goering se defendió a si mismo, a Hitler y al Tercer Reich, con gran energía y a veces de forma brillante. Sin embargo sus admisiones voluntarias y francos reconocimientos no fueron suficientes para establecer una sólida defensa. Su figura desde el banco de los testigos y su testimonio en voz alta y desafiante, retransmitida por los aliados en la Alemania ocupada, elevó la moral de algunos en ciertos lugares, al oir a "su" Hermann combatir de nuevo.

Sin embargo las primeras proyecciones en la corte de las terribles filmaciones realizadas en los campos de concentración y los testimonios de oficiales superiores de las SS acabaron por desbaratar la defensa de Goering. El 31 de Agosto de 1946, después de 216 días de juicios, los acusados fueron llamados para sus últimos alegatos. "El pueblo alemán confiaba en su Fuhrer", dijo Goering. "Ignorante de los crímenes que conocemos hoy, el pueblo lucho con lealtad, sacrificio y coraje, y también sufrió en este combate a vida o muerte al cual fue arbitrariamente arrojado. El pueblo alemán está libre de toda acusación". Su discurso no le salvó, aunque si reforzó un mito creciente entre la población alemana, que acentuaba su victimización durante la guerra en lugar de su complicidad en los crímenes del Tercer Reich.

El martes, 1 de Octubre de 1946, Hermann Goering fue declarado culpable de todos los cuatro cargos de los que estaba acusado y sentenciado a morir en la horca. El antiguo mariscal de Hitler consiguió burlar al verdugo, y el 15 de Octubre se suicidó tomando una cápsula de cianuro que tal vez pudiera haber sido proporcionada por uno de sus guardianes norteamericanos. Fue incinerado en Dachau y sus cenizas arrojadas a un basurero.



El artículo original fue escrito por Gilberto Villahermosa y apareció, originalmente, en el número de Septiembre de 2006 de la revista World War II.
Publicado en internet en www.historynet.com

Vie Dic 22, 2006 10:50 am

Que se puede decir. Interesantísima. Y aborda tres aspectos claves que pudiero influir en el desarrollo de la guerra:

1. La intervención norteamericana ¿inevitable?

2. La estrategia mediterránea.

3. Las relaciones con Stalin.

Estos puntos dan para una larga discusión. Pero asumiendo (como yo creo) que USA entraría indefectiblemente en guerra, lo demás es ocioso. Como ya he dicho en otro lugar, estando en marcha el estudio de la bomba atómica todo eso resulta teórico, el régimen nazi tenía fecha de caducidad (verano u otoño de 1945), y aunque creo que Alemania hubiese resistido más tiempo un bombardeo nuclear que Japón, a la postre hubiese claudicado. La combinación B-29 y armas nucleares era devastadora.

Hay que recordar que el programa nuclear norteamericano no acababa en Nagasaki. Cuando Japón se rindió, una tercera arma (cuarta considerando la de Alamogordo) estaba siento transportada a Tinian. A partir de entonces, teniendo en cuenta la capacidad de producción de Plutonio (con tres reactores en pleno funcionamiento) y de separación de U-235, las previsiones son impresionantes: tres armas en septiembre, entre seis y diez al mes posteriormente. Tengamos en cuenta que se había decidido no usar más bombas de cañón (como "Little Boy"), poco eficientes, y usar en su lugar sistemas de implosión, propuestos por Oppenheimer a Grooves, pero que este había rechazado para acelerar el ensamblaje de "Little Boy". Especialmente si se usaban los núcleos compuestos con U235 y Pu239 (ya propuestos), más eficientes. Incluso al detenerse el programa tras la victoria, la producción fue importante: 9 unidades hasta Julio de 1946, en 1947 había material fisible para 100 bombas, entre 1947 y 1949 fueron ensambladas 120 bombas Mk 4 (mejoras de la Mk 3 "Fat Man").

Un escenario de ese tipo resulta aterrador. Para Diciembre de 1945, a pesar de las defensas aéreas, podrían haber sido atacadas las principales ciudades alemanas, los complejos industriales y las instalaciones estratégicas: Ploesti, Kiel o Leuna podrían ser aniquiladas por una única bomba. Los efectos para los aliados de Alemania uno puede imaginárselos: una vez se usase una de estas bombas, no creo que los aliados más tibios (Italia si seguía en guerra, Hungría, Rumania, etcétera) resistiesen la simple amenaza de un ataque contra la capital. Incluso la extensa URSS era vulnerable: instalaciones claves como el complejo industrial de Kharkov o los campos de Bakú eran muy vulnerables, y Moscú podía ser atacado en misiones sin retorno (que se consideraron) o en cuanto entrase en servicio el B-50 (derivado del B-29 con motores Wasp Major o el B-36). Por esas fechas, además, USA estaba produciendo una copia del misil V-1, que podía modificarse para llevar armas atómicas (construyendo una versión de mayor tamaño). Habría armas incluso para su posible empleo táctico, contra buques, o contra ejércitos: una bomba en Losheim en el primer día de las Ardenas hubiese finiquitado a los alemanes.

Ante semejante desastre, si los líderes no actuaban (se rendían) había suficientes cuervos a su alrededor dispuestos a dar el paso. Por eso todas las especulaciones estratégicas de Goering creo que son ociosas.

Otro detalle era que Goering podía decir lo que esperaban los interrogadores, especialmente que Stalin deseaba una alianza con Hitler. Las declaraciones de un procesado no son artículo de fe, menos las de ese elemento.

Pero son muy interesantes.

Un detalle: Goering fue uno de los poquísimos jerarcas nazis que intercedió por varios judíos. Poco ayuda pues colaboró con un régimen genocida, pero indica que le movía (creo) más la ambición personal y el deseo de la predominancia de Alemania que el odio racial.

Saludos

Vie Dic 22, 2006 10:51 am

Buenas.

Está muy claro, y así se refiere en algunas de las notas del autor, que ciertas declaraciones de Goering eran para la galería de los aliados occidentales; "cuidado que viene el coco soviético y os va a comer".

Sin embargo es, como casi siempre, en las zonas de penumbra donde a veces se pueden encontrar los datos de interés. Me refiero a la abortada operación sobre Gibraltar.

Creo que estaremos de acuerdo en que, guiándonos por la cronología ortodoxa de la guerra, las operaciones alemanas en Grecia supusieron un retraso respecto de Barbarroja; retraso que tal vez fue la raiz del parón invernal en la ofensiva sobre Rusia.

También es evidente, como cita el autor, que las ansias de Hitler de expandirse hacia el este eran todo un clásico del nacionalsocialismo, nada nuevo con independencia de cuan grande fuera la amenaza soviética sobre las fronteras orientales de Alemania. Era sólo cuestión de tiempo.

Sin embargo no dejo de hacerme desde hace mucho tiempo la misma pregunta:
¿Por qué no se atacó Gibraltar? ¿Por qué no se aseguró el Mediterráneo?

Desde el punto de vista estratégico creo que fue un error enciclopédico. No suponía un coste elevado, no suponía una campaña dilatada en el tiempo, los beneficios estratégicos a corto plazo eran inmejorables, se podía forzar una paz negociada con Gran Bretaña desde una posición dominante... y podríamos añadir algunos motivos más.

¿Habilidad política de Franco o sus asesores? No, gracias. La política tenía muy poco que hacer cuando se estaba en conversaciones con un país de tercera que acababa de pasar una guerra y dependía de Alemania en muchos aspectos políticos y económicos.

¿Temor a la posible reacción española en el caso de que las divisiones alemanas cruzaran la frontera? ¿Qué reacción? ¿Con qué? Lo único que podía hacer España era abrir la frontera de La Junquera y esperar a la recompensa alemana por su colaboración.

¿Por qué el Plan Félix no se ejecutó?

Se admiten sugerencias y, si quereis, se abre el debate.

Y otra cuestión. Supongamos que Alemania ejecuta el Plan Félix. Supongamos que Gibraltar cae y el Mediterráneo se convierte en un estanque de El Eje. Supongamos que Alemania consigue llegar a una paz de compromiso con Gran Bretaña. Sigamos suponiendo que el ataque japonés a Pearl Harbor no supone la automática declaración de guerra de Alemania a los Estados Unidos (es interesante recordar a este respecto que el Pacto Tripartito no obligaba a Alemania a declarar la guerra a los Estados Unidos ya que Japón era el agresor, como recuerda Goering, y que los Estados Unidos declararon la guerra exclusivamente a Japón, no a Alemania). De acuerdo, es mucho suponer pero, en esta hipotética situación ¿habría sido evitable la guerra entre Alemania y los Estados Unidos? ¿Cuanto habría pesado el anticomunismo británico en este hipotético escenario?

Hala, venga, más debate. :)

Saludos.

Vie Dic 22, 2006 5:04 pm

Muy interesante. Habro un hilo en "otros" sobre estas posibilidades.

Saludos

Re: Entrevista a Hermann Goering

Jue Mar 26, 2009 3:51 am

Capitan Miller,
no estoy de acuerdo en tus apreciaciones sobre que habría pasado si el ejército alemán hubiera allanado la frontera española.

Después de la guerra civil española, no había ejército en el mundo más rodado que el nuestro, y como se demostró posteriormente en guerras modernas como Vietnam, contra un enemigo rodado y totalmente motivado no hay victoria posible, por mucho que tu superioridad técnica sea brutal.

El valor combativo del ejército español era increible en esos momentos, aunque materialmente se partiera de una inferioridad abrumadora, las potencias aliadas rápidamente se habrían solidarizado con la causa española y el material habría llegado mucho más rápido de lo esperado vía Portugal. Eso si partimos de la base de que Franco, menoscabado su prestigio y teniendo en España el antecendente vergonzoso de Napoleon, hubiera optado por la solución más lógica, levantarse en armas contra el invasor, que lo habría hecho seguro, pues Inglaterra sin duda habría apoyado tal decisión hasta sus últimas consecuencias. Si Hitler no se atrevió es porque sin duda no lo vio nada claro, es más, combatiendo con todo en contra, pocas cosas malas pueden decirse del soldado español, históricamente muy mal equipado e históricamente peor comandado, pero con un valor y determinación más allá de toda duda.

En el caso de que Franco hubiera dado vía libre a las tropas alemanas, su posicionamiento habría sido claro a favor del eje, con la pérdida de prestigio que ello conlleva al tener que pedir ayuda a un ejército extranjero para solucionar una afrenta al orgullo español. Franco fue muy explícito en su reunión con Hitler, Gibraltar debía ser tomado por tropas españolas. Muchos generales del ejército habrían protestado y la ya de por si inestabilidad española se habría disparado, si se hubiera permitido a un ejército extranjero tomar Gibraltar.

Una cosa era que los franquistas sintieran simpatía por sus amigos alemanes, y otra muy distinta tenerlos en el patio de su casa cavando zanjas. Por ahí habrían pasado muy pocos españoles, y eso Franco lo supo ver con claridad.

Re: Entrevista a Hermann Goering

Jue Mar 26, 2009 12:42 pm

Hombre, pues los polacos estuvieron muy motivados y eran más numerosos y mejor pertrechados que los españoles y duraron muy poco. Los holandeses también estuvieron muy motivados y duraron muy poco. Los griegos disponían de una orografía similar a la española, una motivación fabulosa y estuvieron apoyados por las armas británicas, y también duraron muy poco.

Hitler no entró en España por razones que variaron con el tiempo: primero albergaba la esperanza de alcanzar una paz con los británicos; luego no quiso perder a un aliado de compromiso mucho más útil, como era Pétain, dadas las apetencias de Franco sobre el norte de África; y por último sintió la imperiosa necesidad de derrotar a la URSS, derrota que resultaba mucho más decisiva que la ocupación de Gibraltar.

Ocupar Gibraltar no era poco, pero suponía tener que defender todo el litoral de la península. Lo suyo sería invadir Portugal para asegurarse que no lo utilizarían los aliados para desembarcar fácilmente allí. Afirmar que con ocupar Gibraltar los ingleses van a rendirse resulta precipitado dada la neutralidad benévola de los EUA. De hecho a Alemania le faltaba marina para proteger a las Canarias y las Azores, por lo que las rutas marítimas británicas no hubiesen estado mucho más amenazadas de lo que ya lo estaban. No olvidemos que los submarinos alemanes pudieron avituallarse en puertos españoles en numerosas ocasiones, y que en cualquier caso su radio de acción no convertía a los puertos españoles en imprescindibles. Por supuesto se eliminaba la ruta mediterránea, pero esta dificultad era superable por los británicos.

La clave no era Gibraltar. El tema estaba en que la URSS era la única vía comercial que le quedaba a una Alemania que no podía proteger su flota mercante, y que por tanto dependía de los recursos continentales. Una URSS que se espabilaba industrialmente y militarmente y que daba muestras de tener su propio sueño imperial, como una salida al Mediterráneo. Hitler no podía o no consiguió confiar en Stalin y los vagos compromisos de reparto de influencia adquiridos se tornaban en su contra: Alemania no podía depender de la URSS.

Así que entre invadir la península con el consecuente gasto de tropas y pertrechos para protegerla y el gasto político de agredir a dos Estados prefascistas; o contar con su colaboración para igualmente "derrochar" esos recursos militares tan necesarios en otra parte no resultaba tan ventajoso como se suele pintar. A fin de cuentas Hitler tenía ese lado cubierto con un Franco y un Pétain neutrales, y si derrotaba a la URSS sí que podía ganar la guerra con mayor seguridad. Para postre invadir o influenciar en exceso en España suponía ofender las aspiraciones de un Mussolini que no dudó en ayudar a Pétain en su particular toma de decisiones. ¿Para qué complicarse tanto si, a fin de cuentas, Alemania quedaba igualmente en suspenso de la actitud soviética?

En cualquier caso, cuando se habla del "valor increíble del soldado español" hay que mirar un poco más en las tripas del régimen. Más allá de la posible moral de un soldado sin recursos con los que combatir, cabría analizar la de un soldado donde tiene que elegir entre dos facciones del régimen: Falange y el resto. Falange apoyaría una invasión alemana gracias a la cual dominaría por completo un futuro gobierno español, pero el resto de facciones conservadoras, monárquicas y católicas no lo harían, por lo que nos encontraríamos con una probable guerra civil. De hecho los alemanes desoyeron las peticiones de ayuda para derrocar a Franco por parte de sectores falangistas. Otra prueba de que Hitler prefirió en su momento una España neutral y tranquila.

En resumen, Hitler sopesó una posible alianza con Franco y la buscó durante un tiempo en que la creyó conveniente. Las peticiones de Franco la desaconsejaron y se llegó a optar por una invasión, pero esta vía también fue desestimada porque no salía rentable si se comparaba el gasto de recursos militares y la necesidad de estos en otra parte, con las ventajas. Mejor no enturbiar el equilibrio entre Franco, Pétain y Mussolini y dedicarse a la URSS con todas sus fuerzas, las cuales parecían -y fueron- insuficientes.

Re: Entrevista a Hermann Goering

Jue Mar 26, 2009 3:19 pm

Lamento disentir con el argumento de Lestat, porque de haberse llevado a cabo la Operación Félix, las divisiones de la Wehrmacht, hubieran finiquitado al Ejército español, en el caso de que les hubiera opuesto resistencia. No se trata de tener un ejército rodado y motivado, en la guerra civil, se trata de realismo: En esas fechas, ningún ejército europeo, fue capaz de frenar las ofensivas del ejército alemán. No dudo que no estuvieran motivados, los polacos, los belgas, los holandeses, los franceses los griegos, noruegos, y hasta los británicos del BEF, pero ante la poderosa maquinaria de la Blitzkrieg, no había nada que hacer, y prueba de ello es que habían ocupado una gran parte de Europa, con relativa facilidad. Por otro lado, para cuando las potencias aliadas, hubieran querido reaccionar, y enviar ayuda, hubiera sido demasiado tarde, por no hablar, que en esos momentos, los británicos después de haber estado comprometidos en Noruega, y en más tarde en Grecia ( en ambos escenarios sufriendo derrotas), no daban a basto, en hombres y material. Si Hitler al no llegar a un acuerdo político con Franco, no invadió España, fue porque no le interesó en ese momento o porque creyó que Franco, se lo acabaría pidiendo, cuando la guerra estuviera casi decidida para los alemanes, o como dice Bitxo, porque le interesaba, tener una España neutral. Lo que está claro, es que la razón no fue, la de temer a un ejército español, que en esa época, se lamía las heridas, de la guerra civil y que no hubiera supuesto ninguna amenaza para los germanos.


Un saludo

Re: Entrevista a Hermann Goering

Vie Mar 27, 2009 5:02 am

No sé si podrá aportar alguna luz a la discusión, pero en otro hilo tratamos el documento elaborado por Carrero Blanco que al parecer tuvo bastante peso en la decisión de Franco acerca de su entrada o no en la guerra.
viewtopic.php?f=21&t=3576

Re: Entrevista a Hermann Goering

Vie Mar 27, 2009 1:56 pm

La clave del informe de Carrero Blanco está en su punto nº 10:

10.- En resumen, todo parece indicar que, antes de la citada caída del canal de Suez, España no entrará en la guerra, pero que tan pronto como dicho canal pase a poder de las potencias del Eje cambiarán fundamentalmente los aspectos de la cuestión, y cabe pensar que V.E. decida nuestra intervención en el conflicto.


Si había una cosa clara para el régimen de Franco era que:

a) España no estaba preparada para afrontar una guerra larga.
b) España debía aprovechar el conflicto para satisfacer su irredentismo sobre Gibraltar y el Marruecos francés.

De hecho Franco confesaría tanto a Canaris (7 de diciembre) como a Stohrer (embajador alemán en España) que sólo podría entrar en la guerra si Inglaterra estaba a punto de desmoronarse. La bronca entre Franco y Hitler no fue si España deseaba entrar en la guerra o no, sino si iba a hacerlo cuando a Hitler le interesaba (antes de Barbarroja) o cuando Franco estimaba oportuno. Hitler había estado presionando en el sentido de que Alemania sólo valoraría una intervención si esta le resultaba necesaria. Algo así como que si no había sacrificio, no había premio. Pero el premio que exigía Franco, así como el nivel de suministros de todo tipo que requería, resultaba muy elevado. Las promesas alemanas en este sentido siempre fueron vagas e imprecisas, a cumplir en un futuro indeterminado. La siguiente bronca entre Súñer y Hitler arrojó un resultado más claro en la negociación, pues Hitler le espetó que una declaración por su parte sobre un reajuste en el norte de África conduciría a una disputa interminable y a la pérdida del norte de África. En ese caso, él prefería que Gibraltar siguiera en manos inglesas y África en las de Pétain. Eso fue el 18 de noviembre, es decir, después del informe de Carrero Blanco del 11 de noviembre. Está claro, pues, que el régimen, pese a dicho informe, proseguía sus intentos de entrar en la guerra, siempre y cuando se cumplieran unas condiciones prefijadas.

Hitler, entonces, canceló (8 de diciembre, tras la entrevista Canaris-Franco) la Operación Félix dado que ya no existen los necesarios prerrequisitos políticos. Las presiones continuaron durante un tiempo más, incluyendo una petición a Mussolini para que convenciese a Franco de que debía intervenir en la guerra. Lo cierto es que Mussolini, tras haber advertido a Franco sobre su entrada en la guerra (mediante una carta el 9 de junio), recibió una contestación de Franco inmediata de lealtad y ayuda económica. Más adelante, el 15 de agosto, con Francia ya derrotada, le recordaba sus aspiraciones africanas y que la intervención española era inminente y tan sólo dependía de la llegada de los suministros alemanes. Mussolini le contestó (23 de agosto) adivinando en parte el futuro: que Inglaterra caería de todos modos con o sin su temprana colaboración (se equivocó) y que por tanto debía retirar sus exigencias territoriales (no se equivocó). Cuando, a petición de Hitler, Mussolini se entrevistó con Franco, escuchó la respuesta que esperaba: que deseaba entrar en la guerra pero que temía que sería demasiado tarde, dada la falta de apoyo alemán y la preferencia de Hitler por Pétain.

A su regreso, Franco se entrevistó con Pétain (13 de febrero) y este le aseguró que no permitiría el paso de tropas alemanas si estas iban a agredir a España. Darlan daría una versión de la entrevista a los alemanes diferente a la de Súñer. Según Darlan, Francia reconocía el papel de Alemania y prometía una colaboración completa con esta, pues a Francia también le interesaba un Mediterráneo libre de ingleses y que se podía establecer una división de intereses en África entre España y Francia. Súñer, en cambio, aseguró a los alemanes que desconfiaba de los franceses, a los que consideraba partidarios del Eje mientras esperaban una victoria aliada. Está claro que Francia supo mostrarse más ventajosa a Hitler que España, al tiempo que trató de evitar que un Franco temeroso de una invasión alemana se uniera al Eje, lo cual hubiera empujado a Alemania a dominar el Mediterráneo, quedando su posición debilitada al no resultar ya tan necesaria.

Pero lo cierto es que Hitler ya recelaba de Pétain, pues forzó que Laval se quedara en Vichy para que opositara a Pétain y para que formase un nuevo gobierno si Weygand, en África, se aliaba a los ingleses. Antes ya se había entrevistado con Mussolini y le había confesado que no se fiaba de los franceses, pero que no podía presionar para que Laval entrase en el gobierno de Vichy porque temía un levantamiento de Weygand en África. Juzgaba, además, que Pétain tenía el mismo problema que Franco: estaba rodeado de opositores reaccionarios.

Y no se equivocaba. Un destituído Beigbeder andaba lanzando promesas de levantamiento si Franco entraba en la guerra. Una oferta que fue muy considerada por los británicos que planificaron una serie de operaciones contra España si esta entraba en la guerra. Pero estas operaciones también sopesaban los riesgos derivados del volúmen de fuerzas necesarias y de que los alemanes llevarían la iniciativa, pues se consideraba que estos avanzarían muy rápido por España, tan rápido que incluso podrían impedir un desembarco. En resumen, la operación de intervención dependía de que los ingleses pudiesen reunir tropas y transporte necesarios para una invasión anfibia. Como ello no era posible, se propuso un plan menos ambicioso que consistía en ampliar el perímetro defensivo de Gibraltar y de lanzar operaciones en Marruecos en aras de defender mejor el peñón y de ayudar a una posible resistencia española en la zona. Para la península sólo se contempló apoyar a una posible guerrilla y la destrucción de puentes y demás infraestructuras para retrasar el avance alemán.

Es decir:

1º Franco deseaba entrar en la guerra, pero no estaba en condiciones para ello y precisaba ayuda alemana.
2º Alemania no podía prestar esa ayuda requerida por España.
3º Las pretensiones territoriales de Franco suponían un probable levantamiento francés en África, lo cual permitiría a los Aliados disponer de bases en la zona con suma facilidad para lanzar desde ellas futuras operaciones.
4º Una invasión alemana de España se hubiese saldado con un rotundo éxito, pues los ingleses no estaban en condiciones de intervenir decisivamente. Ello igualmente hubiese significado igualmente una intervención aliada en África.

Hitler sopesó todo esto y por ello decidió arrojar la toalla. Lo dejó muy claro: prefería que Gibraltar estuviese en manos británicas en tal de que los franceses no le hicieran perder África. No podía romper el equilibrio entre Franco-Pétain-Mussolini, cada cual con sus pretensiones imperialistas en el Mediterráneo. Los franceses podían ser menos fiables que los españoles, pero resultaban más decisivos que estos dada su situación militar y geoestratégica, y Alemania no debía quebrar tampoco la delicada trama interna francesa. Los italianos contemplaban con buenos ojos las aspiraciones españolas pues con Franco tenían asegurado su salida al Atlántico, pero Francia estaba por medio y resultaba necesaria su colaboración. Para Hitler, que ya tenía claro desde el 18 de diciembre que había que derrotar a la URSS para ganar la guerra, alentar un conflicto en el Mediterráneo era lo que menos le interesaba. Suponía destinar muchas tropas y suministros vitales, además de regalar una posición geoestratégica a los Aliados en África. Suponía, en definitiva, involucrarse demasiado en ese área, donde la estrategia de guerra paralela de Mussolini le satisfacía y no le resultaba necesario nada más. Mejor tener la puerta de atrás tranquila. Si se ocupaba Suez, ya se vería.

Bueno, esto es un resumen muy rápido, pues hay muchas más cosas que ver. Llevo unos meses trabajando en un estudio sobre España y la SGM, pero aún me queda bastante por hacer, así que tardaré en publicarlo. Paciencia.

Re: Entrevista a Hermann Goering

Vie Mar 27, 2009 4:37 pm

Una explicación impresionante, Bitxo. Si este es el preludio del informe, avísame para acaparar suministros a la espera del informe definitivo, que me lo leeré de una sentada.

Re: Entrevista a Hermann Goering

Vie Mar 27, 2009 5:00 pm

Pues yo agradezco el ánimo, pero tengo que advertir que esperéis sentados, pues va para largo. Aún me queda por hacer, pues de momento estoy escribiendo el capítulo referente al inicio de la SGM. Quedan aún como poco dos o tres meses de lecturas, apuntes y preparación del texto. El estudio intentará analizar tanto la posición de España como el de las principales potencias hacia esta, desde la República hasta el fin de la SGM. Es decir, cómo los cambios habidos en España (República-Guerra Civl-Dictadura) afectaron o pudieron afectar a los intereses internacionales y las expectativas españolas. Es como década y media de historia y mucho jaleo, así que llevará lo suyo. No puedo prometer cuándo estará terminado, pues tuve como tres meses en los que no pude hacer nada y eso puede volver a suceder. Así que cuando esté estará :wink: . Lo que sí te puedo prometer es que no serás capaz de leértelo de una sentada, pues ya llevo 41 folios escritos y aún quedan unos cuantos... Paciencia. Con un poco de suerte lograré terminarlo antes de que me jubile.

Re: Entrevista a Hermann Goering

Vie Mar 27, 2009 6:53 pm

Vale, eso indica que tendremos que hacer varias descubiertas para acumular víveres y bebida antes de comenzar la lectura. Bien está que hayas avisado. A ver si von krischer se enrolla y trae unos cuantos gatos para la sopa.
Bueno, ya en serio, si en alguna cosilla te podemos echar una mano dentro de nuestras posibilidades, cuenta con ello. No sé, ir al cine con los niños, sacar a pasear al perro... todo sea por facilitarte el trabajo.
Un cordial saludo :twisted: :mrgreen:

Re: Entrevista a Hermann Goering

Lun Abr 20, 2009 1:26 am

Lo que ha dado de sí, la entrevista al pájaro de Goering. Vuestros comentarios han sido de todo. Esclarecedores y sobre todo educativos, acabo de aprender varias cosas. Gracias compañeros.

PD: Los gatos se me escaparon la semana pasada. :x

Re: Entrevista a Hermann Goering

Vie Ene 07, 2011 11:59 pm

Yo tomaria con pinzas las declaraciones del mariscal porque leyendo el libro de david Irving asenso y caida de la luftwaffe el mariscal Erhard milch lo tilda de mentiroso y dice en un parrafo que" es tan mentiroso que ni siquiera el sabe cuando esta mintiendo "

Re: Entrevista a Hermann Goering

Dom Mar 06, 2011 9:34 pm

Tal como menciona una nota del editor, yo pienso que Göring estaba blofeando, almenos en parte, talves para acentuar las discrepancias que empesaban a vislumbrarse entre americanos y sovieticos, pensando (como Himmler) que en vez de ser juzgados, se convertirian en aliados contra el Comunismo.
Escribir comentarios