En 1991, un pescador enganchó su red en un objeto voluminoso y macizo, en el fondo del mar , a 60 millas de la costa de New Jersey.
El buzo profesional John Chatterton bajó para investigar y descubrió un Submarino alemán, intacto, de la Segunda Guerra Mundial,con su dotación completa de torpedos sin explotar y los restos de su tripulación.
Increíblemente, ni las autoridades americanas o británicas, ni incluso el propio gobierno alemán, tenía ningún registro de un submarino alemán hundido allí.
Chatterton y su compañero de buceo Richie Kohler partieron para establecer la identidad del submarino. Después de seis años de trabajo que incluyeron la trágica perdida de tres buzos, consiguieron finalmente su objetivo. Se trataba del submarino U-869, un barco cuya pérdida se estableció previamente en las costas de Marruecos.
Se trataba de un buque, el U-869, un submarino tipo IXC/40, que se hundió, por razones desconocidas a primeros de 1945.
SOLO UN SUPERVIVIENTE
Cuando una versión reducida del programa "La NOVA, el submarino perdido de Hitler" se difundió en Alemania en Abril de 1999, algo curioso sucedió. Un hombre de 78 años, se presentó y dijo que él era el único superviviente del U-869.
Resultó ser Herbert Guschewski, uno de los dos operadores de radio a bordo del submarino, que se habia quedado en tierra por una pleuritis poco antes de que el submarino zarpara en su viaje final. En junio de 199, NOVA , productor Rush DeNooyer entrevistó a Guschewski en un monumento en recuerdo al submarino en el pueblo costero del norte de Alemania de Möltenort. He aquí las emocionadas respuestas de Guschewski a la película y los recuerdos que rememoró de su vida a bordo del U-869 y de sus camaradas perdidos, hace ya más de cincuenta años.
LA NOVA : ¿Qué sintió viendo la pelicula sobre el U-869?
GUSCHWESKI : Debo decir que me cuesta mucho ver esas escenas. Estaba tan excitado que apenas pude resistirlo. Veía los huesos de mi cuerpo yaciendo allí también, si no hubiera tenido la suerte de no embarcar en ese viaje del U-869. Pude vivir otros 55 años y se lo agradezco al Señor.
LA NOVA : ¿Porqué se alistó en el Kriegsmarine?
GUSCHEWSKI : Había un cierto aire de aventura. Se podían experimentar sensaciones nuevas y al propio tiempo hacer algo por mi país.
LA NOVA : ¿Tenía algún ídolo?
GUSCHEWSKI : El ataque de Prien de Scapa Flow fue la razón inicial para ingresar en la Kriegsmarine.
(En octubre de 1939, en la patrulla del submarino más famosa de la guerra el Comandate Günter Prien, penetró furtivamente con su U-47 en Scapa Flow, en la base naval de Gran Bretaña y hundió el acorazado británico HMS Royal Oak ). Ese ataque fue glorificado por la prensa.
LA NOVA : ¿Se sentía parte de la élite como tripulante de un submarino?
GUSCHEWSKI : Sin duda. Se debía tener una salud de hierro, sin ninguna enfermedad, incluso sin caries. Antes de cada misión nos hacian un reconocimiento completo. Si, éramos la élite.
LA NOVA : ¿Como se manifestaba ese sentimiento de elitismo?
GUSCHEWSKI : Cuantos más barcos se hundían, mayor era la admiración de otros marineros y oficiales. Si un barco hundía muchas naves, regresaba a puerto y se hacía muy famoso.
LA NOVA : ¿Y ese incentivo era suficiente?
GUSCHEWSKI : Así era, en aquellos tiempos, suficiente para mí. No tenía una razón política. En aquellos tiempos no hablábamos de política a bordo de los submarinos.
LA NOVA : ¿Cual era su trabajo a bordo del U-869?
GUSCHEWSKI : Había dos sargentos a bordo. Uno era el Radio-operador Martin Horenburg; el otro era yo. (Un cuchillo de madera tallada encontrado con el apellido Horenburg fue la primera pista acerca de la identidad del U-869) Nosotros dos teníamos tres operadores inalámbricos a nuestras órdenes. Nos ocupábamos del radio-transmisor. Teníamos que estar listos para radiar en cualquier momento y para recibir las órdenes y mantener el contacto con las flotillas. Cuando lanzábamos un torpedo, los operadores de radio teníamos que prestar atención para ver si se acertaba o se erraba el blanco. Y siempre teníamos que estar listos para mandar los mensajes de radio, en caso de una emergencia a bordo.
LA NOVA : ¿Estaba familiarizado con el equipo?
GUSCHEWSKI : Sí, estaba familiarizado con el equipo a bordo del U-602, en el Mediterráneo. (Antes de embarcar en el U-869, Guschewski había servido a bordo del U-602, como operador de radio. En su 22 cumpleaños, el 6 de Abril de 1943, se despidió del U-602 cuando este abandonó Toulon sin él. (había sido transferido días antes) Del U-602 nunca se tuvo noticias y presuntamente se perdió cerca de la costa española, sus 48 tripulantes se perdieron con él. Yo estaba allí como Jefe de la Estación, y pensé que sería de nuevo el Jefe de la Estación en el U-869. Así que estaba un poco defraudado porque Martin Herenburg ya estaba allí. No es que fuera mi supervisor, pero yo no estaba solo al mando. Debo decir, sin embargo, que tenía muy buena relación con él. Era un hombre con grandes conocimientos e hicimos un gran trabajo juntos.
LA NOVA : Los buenos tiempos de los submarinos habían terminado ¿Como estaba la moral de la tripulación en esas fechas?
GUSCHEWSKI : El buque entró en servicio en 1944. Nadie hablaba sobre el miedo que tenía. Es posible que no quisieran hablar de ello, pero estaban asustados. Yo sólo puedo hablar sobre mí. Sabía que muchos barcos y comandantes no volvieron nunca.
Era un hecho bien conocido, debido a los certeros ataques de los aviones aliados, sobre todo por la noche, ya que debían haber inventado un sistema de detección nuevo y nosotros carecíamos de la capacidad para anularlo. Había miedo, sí, y más, si cabe, que antes de esto. Sobre todo nosotros como operadores de radio. Localizábamos el avión de noche, al oir en los auriculares, la señal sonora que emitiían. (Guschewski escuchaba en el receptor sonidos de radar de los aviones aliados, cuando estos ya estaban sobre el submarino). Los operadores de radio, estaban especialmente asustados.
Hasta el extremo, de hecho, de que la orden para sumergir el buque no venía ya del comandante, sino del operador de radio, cuando gritaba "Tenemos volumen 5" (se refiería a la intensidad en el sonar de la emisión del radar descubierto) y el barco se sumergía. Lo siguiente era escuchar las explosiones de las cargas alrededor del submarino. Así que la tripulación tenia que confiar plenamente en el operador de la radio -cuando serví en el Mediterráneo era yo- de otra manera nunca hubiéramos vuelto.
LA NOVA : ¿Cuando oyó que los buzos habían encontrado un cuchillo con el nombre de Horenburg, como reaccionó?
GUSCHEWSKI : El nombre Horenburg no es muy común, por lo que cuando oí ese nombre, supe que tenía que ser Martin Horenburg. Solo entonces creí que, efectivamente el U-869, se encontraba en las costas americanas y no en Casablanca. (En la guerra se pensaba que el U-869, se hundió cerca de Casablanca, en la costa de Marruecos)
LA NOVA : Se pensaba que el U-869 nunca habia recibido sus órdenes finales y simplemente se dirigió a la costa americana. ¿Cómo operador de radio, que piensa que pasó?
GUSCHEWSKI : Si hubiera habido un radio mensaje confuso, el buque habría vuelto a llamar a Casablanca, pero si no se hubiera conseguido, el comandante habria sido totalmente responsable ante Döenitz, de no haber recibido el mensaje, no importa como. (Operadores de radio en la oficina principal de Döenitz, numeraron sus mensajes consecutivamente y los enviaron repetidamente a lo largo del día para asegurar a sus destinatarios la veracidad de los enviados por la noche), podría ser crucial para el buque. Podría anunciar una simple operación de un acorazado o portaaviones que podrian ser muy peligrosos para los submarinos en medio del Atlántico.
El mensaje perdido, número 3, era sumamente importante. Cada barco tenía que recuperar todo mensaje perdido. Todos los mensajes se repetían por la noche por un transmisor automático en las longitudes de onda más largas. No era necesario emerger para recibirlos; se podían recibir a una profundidad de 30 metros (100 pies) Y se repetían, una y otra vez.
LA NOVA : ¿Entonces, según usted, que pasó?
GUSCHEWSKI : El U-869 ya se había hundido. Por eso la tripulación no contestó o regresó a Casablanca.
LA NOVA : ¿Así que usted no piensa que se negaron a obedecer?
GUSCHEWSKI : No, ¿UNA NEGATIVA? No es una posibilidad. Horenburg nunca habría hecho eso. Nunca ocurrió en la Armada.
LA NOVA : ¿Podría haber habido un algún defecto técnico en los transmisores de radio o de los receptores?
GUSCHEWSKI : No, ese no era el caso. Incluso en medio de un ataque, siempre arreglábamos los transmisores de radio. Llevábamos todo con nosotros, los tubos y partes de repuesto. Y Horenburg era simplemente un tipo apto para reponer todos los deperfectos y seguir adelante. No se me ocurre otra cosa. El buque debió ser hundido antes de que se recibiera el mensaje de volver a Casablanca.
LA NOVA : ¿Ahora que sabe donde está el barco, como cree que se hundió?
GUSCHEWSKI : Se habló mucho sobre un torpedo mal guiado, pero eso ocurría una vez de cien, si es que pasó. Podria deducirlo, sólo si los buzos descubrieran una compuerta abierta y el torpedo lanzado.
LA NOVA : ¿Que pensó cuando oyó que el buque estaba en un lugar diferente al que siempre habia creido que se encontraba?
GUSCHEWSKI : No podia creerlo. Apenas podía creerlo. Durante 55 años pensé que el submarino estaba hundido en Casablanca, Marruecos. Entonces recibí una llamada del comandante Jürgen Weber, de la Asociación de Veteranos submarinistas en Munich, y el me preguntó si había visto la película la noche anterior. Dije que no y me contestó que no era verdad que mi barco estaba hundido en Casablanca, sino que estaba hundido en New Jersey. Dudé y no podia creerlo. Solo me convencieron despues de muchas noches desveladas y las discusiones innumerables con las personas que conocían la historia, cuando llegaron a la caja de repuestos y limpiaron el plato de latón, en el que ponía U-869, construido por Deschimag en Bremen. Sólo entonces creí que era el U-869.
LA NOVA : ¿Cambiaron las cosas para usted?
GUSCHEWSKI : Sabiendo que se encuentra en otro lugar, realmente no cambia nada. Pero desde que ví esta pelicula, me siento conmovido: Siento todo revuelto dentro de mí, y he tenido pesadillas. Todo regresa a mí; la guerra, todo por lo que pasamos, lo que tuvimos que soportar, sin razón.
LA NOVA : ¿Representa una diferencia saber donde sus camaradas están realmente muertos? ¿Era algo abstracto antes?
GUSCHEWSKI : Entonces pensaba que el barco estaba a una profundidad de 4.000 metros (13.200 pies). Eso es el fondo marino de Casablanca. Ahora está solo a 70 metros (230 pies) Supe que los buzos bajaron hasta allí y espero que el lugar donde fue encontrado y están los restos de mis camaradas, se respete y no se convierta en un circo. Agradezco a los buzos que este lugar se conserve y que solo ellos sepan donde se encuentra.
LA NOVA : ¿70 metros es una profundidad inusual? ¿Un submarino puede navegar ahí?
GUSCHEWSKI : Sí, enseguida vi un error del comandante en eso. Cuando oí que el barco estaba a 70 metros de profundidad, no podía creer que un submarino estuviera ahí. No se sabe si fue hundido por un torpedo o por una carga de profundidad, pero los 70 metros no representaban ninguna protección para el barco. Por lo menos debía haberse encontrado a 200 metros (650 pies). Entonces todavía se hubiera podido maniobrar alrededor de las bombas.
LA NOVA : Volviendo atrás, ¿Cuándo averiguó que el U-869 habia sido hundido o no volvió?
GUSCHEWSKI : Fue cuando se publicaron los primeros libros sobre la guerra submarina, después de la guerra, cuando leí por primera vez -no puedo recordar qué libro era, debe haber más de 20 ahora- que el U-869 se hundió el 28 de febrero de 1945, en las cercanias de Casablanca. También eran conocidos los nombres de los destructores atacantes. Se dijo que el barco estaba a una profundidad de 4.000 metros. Supe entonces que casi ningún barco más volvería a casa. Todos lo supimos.
LA NOVA : ¿Cuando la guerra europea terminó el 8 de mayo de 1945, pensó lo que le podria haber ocurrido a sus camaradas?
GUSCHEWSKI : Yo sobreviví al U-602 y algo se me revolvió profunfamente por eso, porque había tenido una gran relación con el Comandante (Fhilipp) Schüler, que realmente no era un superior sino un amigo para mi. Me conmovió profundamente. Algún tiempo después estaba en Flensburg y tuve la oportunidad de ganar un poco de tiempo. Cuando oí hablar del U-869, estaba cerca el final de la guerra lo cual significaba que la matanza se detendría finalmente. Tuve que aceptar el hecho de que el U-869 también tendría que ser sacrificado.
Después de estas preguntas en un edificio cerca del monumento al U-boote en Möltenort, DeNooyer lo entrevistó entonces ante el propio monumento commemorativo. Los supervivientes del servicio en los U-boot erigieron el monumento en memoria de los 28.000 marineros muertos en acción durante la 2ª Guerra Mundial. Bajo el numeral de cada submarino, estaban inscritos los nombres de todos los miembros de la tripulación que murieron.
LA NOVA : ¿En que piensa cuando ve este U-booot y estos nombres?
GUSCHEWSKI : Una tristeza profunda. Tantas personas jóvenes perdieron sus vidas... Me siento triste cuando lo veo.
LA NOVA : Si todo hubiera sucedido "con normalidad" su nombre estaría aquí.
GUCHEWSKI : Sí, sí. Y como soy viejo y mis padres y hermanos han fallecido, nadie encontraría ningún familiar mío aquí en Möltenort .
LA NOVA : ¿Qué significa para usted, despues de 50 años, remover todo esto?
GUSCHEWSKI : Al contrario, es un alivio para mí poder hablar con mis amigos sobre esto. Me siento triste por dentro, pero aliviado al compartir mi carga.
LA NOVA : ¿Está enfadado por el hecho de que todas esas personas jóvenes, muchos de ellos muy jóvenes, fueran enviados a la muerte cerca del final de la guerra?
GUCHEWSKI : No, yo no siento enfado alguno. En aquel tiempo había una confusión de opiniones políticas. Teniamos varios dictadores en Europa. Eso nunca podía ser bueno. Tenía que ocurrir de esa manera. Por eso estamos contentos de vivir hoy en una democracia. Todos los que están en esta pared podrían decirlo ahora, si lo supieran, que por lo menos ellos dieron sus vidas por una buena causa, para que nosotros podamos vivir en paz hoy.
LA NOVA : Y realmente usted debería estar entre ellos.
GUSCHEWSKI : Si no hubiera tenido tanta suerte, estaría inmortalizado también aquí, y mi esqueleto estaría con el resto de mis compañeros en América. Claro, me alegro de haber podido vivir otros 55 años, años buenos y años malos. Tengo hijos y esposa que cuidan de mí. Puedo estar contento, mis camaradas no tienen eso. Asi que agradezco al Señor que pueda estar aquí, incluso al estar ya al borde de la muerte debido a mi edad.
LA NOVA: ¿Es una carga para usted, haber sobrevivido?
GUSCHEWSKI : No, nada de eso. No pienso que sea una carga. Lo veo como una favor que se me permitiera vivir tanto tiempo. Pienso que es bueno y está bien, y transmitiré mi sabiduría a mis nietos y sobrinos para que ellos vivan con mis recuerdos para evitar que tal cosa nunca se repita.
Herbert Guschewski por aquel entonces.
Herbert Guschewski en la actualidad.
Fuente: http://www.uk-muenchen.de/berichte/repo ... u869_4.htm
Bueno, creo que el libro es de lectura obligatoria.
Además, parece ser, que Ridley Scott va a dirigir la película del libro.
Más información sobre el libro, en este mismo foro en:
http://www.zweiterweltkrieg.org/phpBB2/ ... .php?t=243
Saludos