Publicado: Mar Sep 11, 2007 1:45 am
Se habían quedado algunos veteranos rezagados, aquí están:
Él se llama Vladimir Alekseyenko, está encendiendo una velita en una capilla nueva, consagrada en el 2005, en una estación de trenes en Moscú. No ha perdido la altivez de su porte, qué bien le van las medallas!
En Ucrania, en la región del Donetsk, nombres familiares para nosotros, una ciudad, Ilovaisk. Ella aún llora su pérdida. Rostros graves, rostros de guerra.
¿Quién era abuela? Tu esposo, tu hermano, tu novio? No lo has olvidado, tú también tienes una medalla, hay una flor para tí también entonces.
Yekaterina Speranskaya, 82. Una antigua prisionera del campo Ravensbrück. Creo que debemos descubrirnos ante ella. La serenidad de su rostro conmueve, qué no viste y viviste, dame tu mano para besarla, y decirte que te queremos.
Alexander Nogachyov, 79. En el villorrio de Semyonovskoye. Allí estuvo él peleando, murieron 269 de sus compañeros; hoy va a estar junto a ellos de nuevo.
Él se llama Vladimir Alekseyenko, está encendiendo una velita en una capilla nueva, consagrada en el 2005, en una estación de trenes en Moscú. No ha perdido la altivez de su porte, qué bien le van las medallas!
En Ucrania, en la región del Donetsk, nombres familiares para nosotros, una ciudad, Ilovaisk. Ella aún llora su pérdida. Rostros graves, rostros de guerra.
¿Quién era abuela? Tu esposo, tu hermano, tu novio? No lo has olvidado, tú también tienes una medalla, hay una flor para tí también entonces.
Yekaterina Speranskaya, 82. Una antigua prisionera del campo Ravensbrück. Creo que debemos descubrirnos ante ella. La serenidad de su rostro conmueve, qué no viste y viviste, dame tu mano para besarla, y decirte que te queremos.
Alexander Nogachyov, 79. En el villorrio de Semyonovskoye. Allí estuvo él peleando, murieron 269 de sus compañeros; hoy va a estar junto a ellos de nuevo.