Publicado: Sab Dic 05, 2009 6:59 am
por Capitan Miller
Tras ver la película creo que podría definirla como una irregularidad desconcertante.

Me ha parecido una mezcolanza de buenos momentos con otros bastante decepcionantes. En medio de los típicos despropositos a los que nos tiene acostumbrados Tarantino en los últimos tiempos, aparecen secuencias brillantes, tanto en la dirección como en el guión y en los actores, lo que aún pone más fuera de lugar al resto de la película. Si Tarantino hubiera hecho algo como Kill Bill, excelente, no habría más que hablar y sería el primero en quitarme el sombrero. Si por el contrario hubiera vuelto al estilo de Reservoir Dogs, Pulp Fiction o Jackie Brown, también excelente, otro sombrerazo. Si hubiera vuelto a eso llamado Death Proof ni me estaría molestando en escribir sobre ello. Pero el problema es que Tarantino ha puesto en marcha la batidora, lo que produce, al menos en mi, un profundo desconcierto al tener que ir saltando cada cuarto de hora de estilo en estilo, resultándome profundamente molesto e irregular.

Para mayor irregularidad, sinceramente, los Malditos Bastardos que dan nombre a la película son absolutamente prescindibles. No sólo en el aspecto interpretativo, sino en lo que aportan al conjunto del film. Es decir, dejamos a Brad y su alegre muchachada de caza-nazis descansando al sol de California, reescribimos el guión centrándonos en la "trama francesa" (no digo más para no destripar argumentos), y no sólo no pasa nada desde el punto de vista de la historia sino que además gana en coherencia y credibilidad, con todo lo de credibilidad que tiene el cine de Tarantino. Me explico sobre esto último: me parece mucho más creible la ensalada de estocadas, amputaciones varias y volteretas de la secuencia del club de yakuzas en Kill Bill que cualquiera de las secuencias de vuelta de tuerca de Malditos Bastardos. Será que tal vez sea más importante el cómo se cuenta que lo que se cuenta, al menos para mi gusto cinematográfico personal e intransferible. Tal vez sea una rabieta por darme quince primeros minutos de lujo para después meterme una ensalada de difícil clasificación, pero es que, Quentin, con esas cosas no se juega.

Con los actores pasa tres tantos de lo mismo que con la historia, van de lo mejor a lo irregular. Christof Waltz (Hans Landa), Diane Kruger (Bridget von Hammersmark) y Melanie Laurent (Shoshana Dreyfuss) sobresalen por varios cuerpos de ventaja sobre el resto. Brad Pitt (Aldo Raine)... pse... le he visto mucho mejor en otras películas en las que parecía no interpretarse tanto a si mismo.

Resumiendo, para mi no es más que una película de videoclub y tarde-noche sin nada mejor que hacer ni ver, si es que no se opta por volver a visionar una película ya vista y que merezca la pena, que las hay y a mansalva. Y, Quentin, por todo el Panteón Cinematográfico, sabes hacer excelentes películas, así que vuelve a ello, por favor, y deja las mediocridades para otros.

Saludos.