Publicado: Mar Sep 22, 2009 11:57 pm
por grognard
La película de Lu Chuan se ha presentado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y he recogido dos críticas acerca de la misma aparecidas hoy en prensa. He decidido traer las dos porque pertenecen a medios distintos e incluso enfrentados en muchos de sus planteamientos, pero que, para nuestra satisfacción, parecen encontrarse de acuerdo acerca de la calidad de este film:

CRÍTICA: 57º Festival de Cine de San Sebastián
China recuerda el horror de Nanking
CARLOS BOYERO 22/09/2009


Hollywood se impuso desde el venturoso final de la II Guerra Mundial la profunda obligación moral de hablar año tras año de una atrocidad llamada Holocausto. Evidentemente, dado el origen mayoritariamente hebreo de esa industria, jamás se ha planteado retratar el puteo sistemático, el transparente apartheid y la desproporcionada y salvaje ley del Talión que aplica el todopoderoso e impune Israel a los palestinos. Tampoco ha puesto ningún celo especial en hablar alguna vez del infierno que montaron sus bombitas entre la población civil de Hiroshima y Nagasaki. En Rusia tampoco hay prisas para narrar la barbarie del Gulag y las continuas hazañas de un profesional del exterminio llamado Stalin.

El cine chino también prefiere hasta el momento la metáfora al realismo para hurgar en los desmanes de aquello con enunciado surrealista denominado Revolución Cultural. Pero acaba de realizar un necesario e impresionante ajuste de cuentas con la Historia al contar lo que ocurrió en la ciudad de Nanking cuando el Ejército japonés la invadió en 1937. Los datos aseguran que se cargaron a 300.000 de sus habitantes. A ellos está dedicada la escalofriante Ciudad de vida y muerte.

El director Lu Chuan te deslumbra con su poderoso lenguaje en las secuencias iniciales, con imágenes tremendas en blanco y negro que ilustran la toma definitiva de una ciudad en la que los únicos focos de resistencia que quedan están formados por niños. Y puedes entender que no haya tregua ni piedad en la batalla ni en el cuerpo a cuerpo. El espanto viene después, cuando el enemigo está derrotado, cuando la bestia humana legitima no ya la ejecución de los soldados enemigos que habían sobrevivido hasta entonces, sino la violación de sus mujeres y el asesinato de sus críos, la certeza de que el sadismo generalizado tiene permiso para todo cuando se ha ganado.

Si el arranque posee el poder de conmoción del mejor cine bélico, el desarrollo de la tragedia te pone los pelos de punta. Como la magistral La lista de Schindler te permite conocer íntimamente a un montón de personajes acorralados, a sus caprichosos y satisfechos verdugos, la estupefacción y el sentimiento de culpa que invade a alguno de ellos, el instinto de supervivencia en medio de la desolación, la dignidad ante la muerte, la épica que acompaña a la solidaridad en las situaciones al límite. El director nos transmite ese universo coral sin necesidad de ponerse enfático ni de subrayar los sentimientos. Es una película que prefiere la sugerencia al naturalismo, sin vocación panfletaria, estética y ética. Logra que te invada el pavor a la guerra, a la indefensión de los vencidos y a la bestialidad que pueden ejercer los ganadores (...)

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/cultura/ ... icul_3/Tes


"Ciudad de vida o muerte", un Spielberg chino
E. RODRÍGUEZ MARCHANTE | SAN SEBASTIÁN
Actualizado Martes, 22-09-09 a las 15:54


La sección competitiva le ha hecho hueco a una película tan robusta que apenas si cabe en ella; es la china «Ciudad de vida y muerte», de Lu Chuan, y cuenta allí uno de los capítulos más sórdidos de la eterna contienda entre China y Japón, cuando, en 1937, Japón tomó la entonces capital de China, Nanjing, y sometió a su población civil a un humillante e infructuoso pulso con la tortura y la muerte, pues fueron 300.000 los cadáveres esparcidos tras el paso de las tropas imperiales. La Historia con mayúscula considera aquellos sucesos como uno de los episodios más crueles del ignominioso inventario bélico de nuestra especie, lo cual convierte a la película en un medicamento, una catarsis...

Los hechos siempre admiten, al menos, dos versiones y visiones antagónicas, aquí el director chino Lu Chuan decide «spielbergizar», en el mejor sentido de la palabra, su modo de narrar el episodio. No es «La lista de Schindler», ni tampoco «Salvar al soldado Ryan», pero hay tramos de este «espectáculo cinematográfico» que no tienen que envidiar en nada a ninguna de ellas. Una primera mitad bélica pura, durante la toma de Nanking, con tanta metralla como la que se gastó en Normandía, y una segunda parte, dramatizada y dramática, en la que se aprecia como pocas veces el grado de atrocidad al que puede llegar el ser humano con una gorra, en esta ocasión el ser humano japonés, hasta tal punto irracional y abyecto que convierte al delegado nazi del campamento en alguien sensible, bueno.

«Ciudad de vida y muerte» es un recuento de la inmundicia moral que se vivió en aquel campo de refugiados y vencidos, de las múltiples violaciones y asesinatos por unas tropas fuera de control, de examen y de responsabilidades (aunque luego serían peinadas en el llamado Proceso de Tokio), y en esa narración, el director no elude toda la batería de recursos dramáticos y situaciones al filo incluso del melodrama. Padres, hijos, madres, mujeres, niños... Hay, sin duda, un modo de contar aquello mucho más «contenido», pero ni impactaría tanto ni sería igual de catártico. Es una película china y está por lo tanto en su derecho de poner el acento allí donde considera que le es más útil, justo o apropiado, y se supone que ya han contado con la circunstancia de que «Ciudad de vida y muerte» no se estrenará en Japón y si se estrena no será bien recibida. Aquí, en el festival, cayó como un obús y recibió un aplauso atronador (...)

Fuente: http://www.abc.es/20090921/cultura-cine ... 11635.html

Ahora sólo falta confiar que se estrene comercialmente, cosa que yo, particularmente, veo difícil.