Publicado: Lun Ago 31, 2009 5:59 pm
por grognard
En la prensa mexicana de hoy ha aparecido una interesante reflexión sobre la película, firmada por Bernard Henry-Levy, que transcribo a continuación:

Bernard Henri Levy
Tom Cruise y la dialéctica antinazi
El Sol de México
30 de agosto de 2009


Los filmes que tienen como fondo la Segunda Guerra Mundial -- particularmente aquellos que tienen que ver con el nazismo y el Holocausto -- generan una cantidad inmensa de atención de los medios sobre el tema, como podemos ver por el furor en torno a la cinta de Quentin Tarantino, "Inglorious Basterds" y su recuento repleto de venganza de los sucesos de la era de la Segunda Guerra Mundial. Al terminar el filme su corrida en las salas cinematográficas, la atención que recibió inevitablemente se ha disipado. Uno puede ahora examinar los méritos de la película olvidándose del clamor que generó.

Como tal, es evidente que la exhibición de la cinta "Valkyrie" en 2009 fue algo bueno. Siempre es algo bueno ver al mundo honrar a sus héroes (Claus Schenk von Stauffenberg fue el corazón y alma de la conjura del 20 de julio de 1944 que fracasó, como sabemos, en su objetivo de matar a Adolf Hitler). Este filme, no obstante, fascinante como es, hace surgir ciertos interrogantes demasiado complejos, demasiado delicados para ser resueltos por la creación de Hollywood.

El primer interrogante no dejó de ser detectado por los comentaristas alemanes: tuvo que ver con la elección de Tom Cruise para interpretar el papel de un hombre presentado como la encarnación misma del honor antihitleriano. No quiere decir esto que el actor haya mostrado alguna vez alguna simpatía por el hitlerismo. Pero sin duda es uno de los miembros más prominentes de la Iglesia de la Cienciología, los valores de la cual tienen muy poco parecido con aquellos que contribuyeron a derrotar al hitlerismo. Haberlo elegido para representar a Stauffenberg es, en el mejor de los casos, un error -- y en el peor, como dijo el hijo de Stauffenberg, Berthold, cuando se enteró de dicha elección en el elenco, una grave, muy grave, violación de la memoria de su padre,

El segundo interrogante, inherente a este tipo de empresa, es si quizá la deificación de tal personaje se logra pagando el costo de la precisión, de los matices y de la exactitud histórica. La película presenta bien la integridad de Stauffenberg. Muestra su valor, el altruismo de su punto de vista, la fuerza de sus convicciones. Pero ¿qué nos dice de sus pensamientos? ¿Qué nos revela de su adherencia entusiasta, a partir de 1933, a la causa del nazismo? ¿Por qué no nos muestra las facetas del nazismo a las que él hubo de renunciar antes de poner en marcha la conjura de asesinato -- y, por la otra parte, a qué aspectos de ese nazismo se aferró? ¿A la filosofía de Ernst Junger, por ejemplo? ¿O de Oswald Spengler? ¿Compartía una hostilidad inmisericorde hacia Weimar y hacia cualquier idea de democracia con otros hombres maduros del sector militar nazi, quienes a su vez mantuvieron una lealtad vacilante al nacional socialismo y a su antisemitismo frenético?

¿La esperanza era librarse de Hitler o de su filosofía? ¿Deshacerse de un tirano o del principio mismo de la tiranía? ¿Consistía el plan en destruir el nazismo o en salvarlo? Con ese fin, ¿por qué no muestra la cinta la verdadera y trágica paradoja de la conjura? ¿Por qué no ilustra lo que podríamos llamar el "teorema de Stauffenberg" -- el intento de estar cerca, muy cerca, de Hitler (una proximidad que, considerando la sociedad de hipervigilancia hitleriana, no pudo haber sido fingida o de ficción) para tener la oportunidad, como Stauffenberg, de abrirse paso en el Cubil del Lobo (el cuartel general de campo en Rastenburg, en lo que ahora es el noreste polaco) -- y plantar adentro su maletín armado? No creo estar desdeñando la memoria de alguien al decir que, después de "Valkyrie" la pregunta acerca de los valores compartidos (¡oh, sí!) entre el nazismo y un cierto número de sus adversarios sigue abierta. O, pensándolo bien, que incluso pudo haber, después de todo, una forma de "witz" o broma, alguna lógica oculta o truco de historia, en este encuentro entre el actor miembro de la cienciología y los golpistas de julio de 1944.

Finalmente, corremos un tercer riesgo con esta cinta: no ver el bosque de la resistencia alemana debido al árbol de Stauffenberg. En última instancia, hay diferencias entre los diversos conjurados: En última instancia, en la casta de los oficiales hitlerianos de alto rango hay diferencias entre los diversos conjurados: los que se unen más tarde (Stauffenberg) y los primeros (ya en 1938, el teniente coronel Hans Oster y el jurista Hans von Dohnanyi). Además, una galaxia de partidos de resistencia se formó después de la explosión del primer núcleo nacional socialista: líderes opositores como Ernst Niekisch, quien empezó a alejarse en 1934; los conservadores nacionales, como el almirante alemán Wilhelm Canaris, nostálgicos por la grandeza intacta de la gran alianza -- para entonces fracturada -- entre Hitler y Stalin; los revolucionarios conservadores, cuyo prototipo era Hermann Rauschning, el autor de "La revolución del nihilismo".

Sobre todo, sin embargo, estaba la gente sencilla, como el carpintero Johann Georg Elser, líder del atentado contra Hitler en 1939. Había asociaciones de estudiantes disidentes como la Rosa Blanca, que distribuyó literatura antinazi durante la guerra. Hubo socialistas. católicos. Judíos. La novela "Todo hombre muere solo" de Hans Fallada, que Primo Levy llamó el más grande libro de la resistencia alemana antinazi, tenía trabajadores comunes de Berlín como sus héroes. Y hubo, finalmente, los nunca arrepentidos weimarianos que prefirieron, como Willy Brandt, incurrir en los reproches de "deserción" a caer en el deshonor irreparable de haber vestido el mismo uniforme de la Wehrmacht que los conspiradores del 20 de julio.

Borrar todas esas distinciones es una trampa para los perezosos. Para subrayarlas, para señalar incansablemente las distinciones entre las dos actitudes mentales -- la cultura de guerra adoptada por los nazis e incluso algunos de sus oponentes, contrastada con el antinazismo radical de los herederos de Brandt .ésa es la tarea que enfrentamos; ordenar la confusión ideológica del filme. Una tarea para Alemania. Un deber para Europa.

(El nuevo libro de Bernard-Henri Levy, "Left in Dark Times: A Stand Against the New Barbarism", fue publicado en septiembre por Random House.)
(Traducción de Héctor Shelley.)
The New York Times Syndicate

Fuente: http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n1305206.htm