Publicado: Jue Nov 16, 2006 1:12 am
por jacbass1
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Fuente: http://es.movies.yahoo.com/l/la-delgada ... 26253.html

Título original: The thin red line
Dirección: Terrence Malick
Producción: Robert Michael Geisler, John Roberdeau y Grant Hill, por Phoenix Pictures / 20th Century Fox (Estados Unidos, 1998)
Guión: Terrence Malick, a partir de la novela homónima de James Jones
Director de fotografía: John Charco
Música: Hans Zimmer
Diseño de producción: Jack Fisk
Montaje: Billy Weber, Leslie Jones y Saar Klein
Interpretación: Sean Penn (Sargento Edward Welsh), Adrien Brody (Caporal Fife), Jim Caviezel (Soldado Witt), Bien Chaplin (Soldado Bello), George Clooney (Capitán Charles Bosche), John Cusack (Capitán John Gaff), Woody Harrelson (Brigada Keck), Elias Koteas (Capitán James Staros), Nick Nolte (Coronel Gordon Corto), John C. Reilly (Sargento Storm), John Travolta (General Quintard)
Duración: 171 minutos.

Sinopsis:
Guerra Mundial, Isla de Guadalcanal, 1942. Un grupo de hombres pertenecientes a la compañía de fusileros del ejército "C de Charlie" combate contra el ejército japonés por la conquista de una estratégica colina. Allí, los hombres sufren grandes cambios, padecen y, en última instancia, descubren aspectos fundamentales de sí mismos. Los soldados forman parte del envío de nuevas unidades del ejército para proceder al revelo de las unidades de infantería de marina agotadas por el combate.

Estrenada casi al mismo tiempo que Salvar al Soldado Ryan (1998) pero con una voluntad y unos objetivos diferentes, incluso opuestos a los del film de Steven Spielberg, La delgada línea roja es una película atípica en el contexto del cine comercial norteamericano. El director Terrence Malick obvia de forma radical la defiende de los valores tradicionales y las características presentes en la mayoría de films bélicos, como el patriotismo (ni la bandera americana ni japonesa no aparecen en ningún momento), la descripción del ejército como un grupo de hombres unido y más o menos homogéneo que lucha por un mismo fin común (en el film prima en todo momento la individualidad, hasta el punto que la historia se constituye en un retrato coral de diferentes personajes), o la ideología y los valores morales de los ejércitos enfrentados.

Aquí no hay buenos ni malos: americanos y japoneses luchan en una remota isla del Pacífico sin que el espectador conozca más que vagas referencias sobre la importancia estratégica de la isla de Guadalcanal o el desarrollo global del conflicto. El director rechaza de manera deliberada los tópicos más habituales de las superproducciones bélicas - presentes también en la novela homónima de James Jones en qué se basa la historia, que Malick utiliza como simple punto de partida - para construir un retrato a la vez monumental y intimista, físico y espiritual, de un grupo de personajes enfrentados a una situación límite. Subrayando (todavía más) el horror y el absurdo de todo conflicto armado, el cineasta sitúa la acción en los paisajes más bellos y idílicos nunca vistos en una película de estas características. Más que un film de acción y que una esteticista reconstrucción de un de los episodios decisivos del frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, La delgada línea roja es un canto a la naturaleza, al ser humano en su pureza original, a la vez que una reflexión crítica sobre la maldad inherente a la condición humana y su tendencia a la autodestrucción.

¿Qué significa esta guerra en el corazón de la naturaleza? ¿Por qué la naturaleza lucha con ella misma?, se pregunta Witt (Jim Caviezel) al prinicipio del film. Más adelante, los pensamientos de otro soldado se superponen a las crueles imágenes del ataque de las tropas americanas a un poblado japonés: Esta terrible crueldad, ¿de dónde sale? ¿Como ha arraigado en el mundo? ¿De que semilla, de que arraigo ha nacido? ¿Y de quien es obra? ¿Quién nos mata? La guerra deshumaniza a las personas, las convierte en bestias insensibles, ensucia la naturaleza y destruye la pureza del mundo. Por esto, cuando el sargento Edward Welsh (Sean Penn) le dice a Witt que en el mundo un hombre solo no es nada - Y no hay más mundos, sólo este, afirma - este le responde que él ha visto un mundo diferente: el mundo de la tribu indígena con la que ha intentado convivir, de la selva virgen, de los animales en libertad, el mundo de la Creación Original. La religión, entendida en este contexto como sinónimo de pureza, es decir, como una clase de estado espiritual original, se erige en protagonista de los pensamientos y reflexiones que, por boca de los diferentes personajes, Malick va introduciendo en la narración, rompiendo tanto la linealidad temporal del relato (los flash-backs con qué algunos soldados recuerdan momentos de su vida pasada) y confiriéndole uno aire poético y irreal. Las acciones se superponen, los personajes desaparecen o se diluyen y algunas situaciones no están claramente definidas, pero no se trata de un error ni tampoco de una construcción narrativa confusa y rebuscada: la acción y la progresión dramática de la historia cede todo su protagonismo a la naturaleza y a sus hijos, los hombres.

Imagenes de la pelicula

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Fuente de las imágenes: http://www.sensacine.com/peliculas/peli ... file=28223