Publicado: Sab Jul 29, 2017 2:14 pm
por Capitan Miller
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Fuente de imagen: https://www.flickeringmyth.com/wp-conte ... 00x889.jpg

Año de producción: 2017
Dirección: Christopher Nolan
Guión: Christopher Nolan
Fotografía: Hoyte Van Hoytema
Música: Hans Zimmer
Reparto: Fionn Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Cillian Murphy, Barry Keoghan, Harry Styles, Jack Lowden, Aneurin Barnard, James D'Arcy, Tom Glynn-Carney, Bradley Hall, Damien Bonnard, Jochum ten Haaf, Michel Biel.
Duración: 107 mins.

Mi opinión sobre la última película de Nolan se podría reducir a un único párrafo. Si eres de los que les gustan las películas con argumentos ortodoxos, planteamiento, nudo y desenlace, llenas de frases y diálogos para la posteridad, construidas en base a una técnica que convierte cada plano en un ejercicio de perfección fílmica y una banda sonora cargada de épica y lirismo, según toque, no vayas a ver Dunkerque. Si lo que buscas es estar en Dunkerque en junio de 1940, ve a ver Dunkerque, y después, un poco más relajado, ponte a analizar la película que acabas de ver.

Mis reacciones más habituales cuando termino de ver una película son varias dependiendo de lo que haya visto. Con Dunkerque, he hecho lo que hago, por desgracia, muy pocas veces, que es nada. Quedarme mirando los títulos de crédito, esperando que se trate de una broma y la película continúe.

En Dunkerque no se retratan con precisión milimétrica los pormenores de la Operación Dinamo, en la película de Nolan se retrata la supervivencia, los detalles, a veces brillantes y a veces oscuros, oscurísimos, del mecanismo automático que hace a los humanos sobrevivir ante la adversidad. Y en la supervivencia no hay lugar para los discursos grandilocuentes, para las arengas ni para las frases brillantes. La supervivencia se define en un gesto, en una acción o en una inacción, hasta tal vez sólo en una mirada. Por eso, en Dunkerque hay pocos, muy pocos diálogos, y miles de imágenes, plano, tras plano, tras plano, en los que el único sonido es el de la banda sonora, las explosiones, los disparos, los gritos o los motores de los aviones. Y también, en algunas ocasiones, sólamente el silencio.

Tampoco hay en Dunkerque ningún tipo de efusión sangrienta, el más mínimo. ¿Acaso es necesaria para saber lo que pasa cuando un barco se hunde o cuando cientos de soldados agolpados en un muelle se convierten en blancos de una caseta de feria? Creo que, dependiendo de cómo se haga, no es necesario, y Nolan sabe perfectamente como hacerlo. No hacen falta cientos de cadáveres sangrantes, mutilados o eviscerados, basta, por ejemplo, con unas filas interminables de cascos abandonados, alineados en la arena de una playa. Y a buen entendedor...

El guión, como ya dije, no es un documental de la Operación Dinamo, muy al contrario. Hay tres planos narrativos que discurren, aparentemente, en paralelo en la pantalla, pero que se desarrollan en momentos temporales distintos: El Muelle (una semana), El Mar (un día) y El Aire (una hora). La maestría de Nolan para desarrollarlos en ese falso paralelo hasta llevarlos al presente y solaparlos es muy, muy difícil de igualar y, creo, que imposible de superar. A ello contribuye un trabajo de montaje impresionante que, de otra manera, haría la película incomprensible.

El aspecto purámente técnico de la película es perfecto en todos los sentidos. La cámara está donde debe estar y se mueve, o no, como debe hacerlo. La fotografía del, para mi, desconocido Hoyte Van Hoytema da el color, el tono, las luces y las sombras que cada plano debe tener. Con la música, Zimmer ha compuesto una partitura claramente impresionista, muy alejada de sus obras más conocidas y muy cercana a la creada para Interestelar, cuyo único componente melódico tal vez sea una variación del Nimrod de Elgar que los oídos más avezados podrán reconocer.

Respecto de las interpretaciones, sorprende la credibilidad del jovencísimo y novato Harry Styles. Si alguien me hubiera dicho que el ex-miembro del grupo One Direction podía ser un buen actor le habría retirado el saludo como medida precautoria, y habría estado equivocado. Kenneth Branagh es, sencillamente, Kenneth Branagh en su mejor versión, crees cada segundo que aparece en pantalla, y si su interpretación no merece un Óscar habría que recurrir a la violencia. Mark Rylance, el tipo normal, padre normal, inglés de toda la vida, que hace lo que hace (y que sólo al final sabremos porque) es también totalmente creíble en su papel. Sólo voy a poner un "pero" y es que Tom Hardy, uno de los actores más físicos del gremio (si no habéis visto la miniserie Taboo ya estáis tardando), se pase el 95% de su actuación tras una máscara dentro de su Spitfire. Debe tener un especial afecto por Nolan, porque ya se lo ha hecho, con esta, en dos ocasiones.

Sobre los posibles anacronismos... Sinceramente, no tuve ni tiempo de fijarme en ellos. Es más, poco me importaron aquellos en los que sí reparé, como que los Bf109 son nuestros Buchones de toda la vida. Los doy por válidos y perdonables en el contexto de una película como esta.

Y, la verdad, poco más se me ocurre. Creo que tendré que pasar por un segundo visionado para poder disfrutar al 100% esta maravilla de película. E insisto, si queréis pasar una hora y media buscando un hoyo en el que esconderte en una playa, sobreviviendo a naufragios, bombardeos y ametrallamientos, queriendo apretar el botón de disparo de la palanca de mando de un Spit, pasándolo mal conforme el tiempo pasa, y se acaba, y sigues allí, y hasta entendiendo que para sobrevivir no se puede ser una buena persona, a veces no, ve a ver Dunkerque.

P.D.
Si pertenecéis a los privilegiados que pueden ver la película en su formato original 75mm Imax, hacedlo.

Saludos.